C
ada comienzo es único y, sin embargo, todos los comienzos comparten la frescura del pasado, ofreciendo una novedad reveladora. La vida está llena de comienzos: dar los primeros pasos, pronunciar las primeras palabras, los primeros días escolares, un primer novio o novia, la primera graduación, la boda, el nacimiento de un hijo, una mudanza, un nuevo trabajo, una nueva iglesia. Nuestras vidas son como un péndulo que oscila entre fines y comienzos, porque no es posible que uno exista sin el otro. DOS COMIENZOS CONECTADOS
En qué creemos
El Padre
La presencia de Dios Un comienzo sin fin
22
Mayo 2021 AdventistWorld.org
La Biblia menciona muchos comienzos. Pero dentro de la gama bíblica de novedades, dos comienzos se conectan de manera especial marcando una característica fundamental de nuestra existencia: la presencia de Dios. Pensemos en la inauguración del sábado, según se describe en Génesis 1:31-2:3, y el comienzo del servicio del santuario, tal como aparece en Éxodo 39: 32-42 y 40:9. Estos dos comienzos siguen a la compleción de una obra de creación. El algo evidente en el uso de terminología similar, lo que en ambos episodios indica: (1) una evaluación de la obra creadora; (2) una declaración de finalización; y (3) una bendición y consagración. Una mirada más cercana lo deja aún más en claro: «Y vio Dios todo cuanto había hecho, y era bueno en gran manera. Y fue la tarde y la mañana del sexto día. Fueron, pues, acabados los cielos y la tierra, y todo lo que hay en ellos. El séptimo día concluyó Dios la obra que hizo, y reposó el séptimo día de todo cuanto había hecho. Entonces bendijo Dios el séptimo día y lo santificó, porque en él reposó de
Fotografía: Isaac Sloman