Radiografía política 8

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José Manuel Luque Rojas Presidente de la Junta Nacional Directiva Efraín Eric Poot Capetillo Vice-Presidente de la Junta Nacional Directiva Margarita Argüelles Gómez Secretaría Ejecutiva de la Asociación Víctor Alarcón Olguín Secretario de Organización Jesús Tovar Mendoza Secretario de Relaciones Interinstitucionales Ernesto Hernández Norzagaray Secretario de Relaciones Internacionales Lerins Rafael Varela Castro Secretario de Coordinación de Eventos Académicos Víctor Manuel Reynoso Angulo Secretario de Publicaciones y Revista Institucional Víctor Manuel Muñoz Patraca Secretario Académico Octavio Moya Delgado Secretario de Membresías y Registro de Asociados Francisco Serrano González Secretario de Estudiantes de Pregrado y Postgrado Jorge Alberto Chan Cob Secretario de Comunicación, Imagen Institucional y Redes Sociales Susana Candelaria Pech Campos Secretaria de Capacitación y Actualización Académica y Metodológica Gabriela Yolanda Castañón García Secretaria de Distinciones Académicas, Becas y Promoción Científica Gustavo López Montiel Secretario de Evaluación de la Enseñanza y Evaluación de la Ciencia Política


Baja California Cristhian Jesús Hernández Cervantes Sección: “Eventos” Estado de México Diana Estefanía Valdez Carolina Díaz Sección “Así lo escribió” Hidalgo Elena Soto Chapa Sección “Interviú” Nuevo León Ana Gabriela Farías Calderón Sección “En debate” Querétaro Alan Raúl Sánchez Perdomo Sección: “La ventana” Coordinadora Nacional de Asuntos Editoriales Elizabeth Valdez Alvarez

Revista Radiografía Política© Número 8, Octubre 2013 Toluca, México

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• PRESENTACIÓN

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• Legitimidad partidista y representatividad de los movimientos sociales en América Latina: Bolivia, Ecuador y Venezuela Rocío López Hernández/UAEMex, Estado de México

• ¿Qué es la Ciencia Política? Una perspectiva desde el estudiante Daniel Picón y Claudia Sánchez Vallejo/UniverMilenium, Estado de México

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• Construcción histórica de las Ciencias Sociales en el siglo XVIII-XIX Marian Arely Hernández Cervantes/UABC, Baja California

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• La Ciencia Política – José Ramón López Rubí Ana Farías Calderón/ITESM, Nuevo León

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• Experiencia del Congreso Internacional de Ciencia Política en México Herminia Osuna Rodríguez/UABC, Baja California

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• Conferencia: Ciencia Política y Filosofía Política – CEA-Baja California

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• Poema: A partir de ahora Mariano Madrid Soto/UAQ, Querétaro

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La Revista Estudiantil AMECIP: Radiografía Política es una publicación mensual, en formato electrónico, vinculado a temas de interés especializados en el análisis político y social del ambiente juvenil en México. Su objetivo es promover la participación de los jóvenes mexicanos en la esfera pública, a través de los Comités Juveniles AMECIP, lograr la integración de una red juvenil nacional que impulse la cooperación y la formación de profesionistas más competitivos y activos en su entorno. La Revista Radiografía Política es un trabajo colectivo que integra una gran diversidad de temas (enfocados a ciencias políticas o ciencias afines); en esta primera edición el eje temático es: “La Ciencia Política frente a la juventud mexicana”, ofreciendo a los jóvenes una ventana de entretenimiento e identidad. Radiografía Política esté enfocada a la población juvenil ávida de conocimiento,

interacción,

cooperación

e

identidad,

intenta

convertirse en un medio de expresión de los jóvenes, en el cual se compartan experiencias y al mismo tiempo es un espacio de retroalimentación con la participación de los Comités Juveniles en cada entidad federativa.

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Rocío López Hernández Legitimidad partidista y representatividad de los movimientos sociales en América Latina: Bolivia, Ecuador y Venezuela Construir un bloque de clases hegemonizado por el pueblo que destruya el bloque dominante hegemonizado por la burguesía Asamblea Popular y Originaria «Carlos Coro Mayta (Bolivia) Los movimientos sociales, que parten de lógicas de organización y acción distintas de las tradiciones sindicales, los partidos de izquierda y, sobre todo, los gobiernos, han adquirido visibilidad y fortaleza como actores políticos a partir de la ausencia representativa de estos últimos. De esta idea surge la pregunta de si es necesaria la institucionalización de los movimientos sociales para sustituir a los partidos políticos en la representatividad y administración del poder. La historia latinoamericana ha pasado por varias etapas. En los años setenta, se observa una tendencia a contar con dictaduras en el poder. Posteriormente, en la década de los ochenta, se experimentó el regreso hacia un modelo democrático, aunque inestable y, en algunos casos, prematura. Más adelante, en los noventa, se inició el período de auge y consolidación de un modelo económico que acompañó a la democracia y que demarcaría el comienzo de una nueva oleada de movilizaciones sociales y diversas acciones colectivas de resistencia en contra de éste, caracterizado por el despojo económico y el rezago social. Se presenta una nueva etapa de lucha, en la cual se cobra un especial interés en la relación que existe entre tales movilizaciones y los partidos políticos. E n al menos dos naciones latinoamericanas, estos movimientos han alcanzado el poder de facto, derrocando gobiernos e instaurando los propios, fenómeno que si bien podría denotar la ausencia de representatividad partidista, también cuestiona las condiciones y los medios de las movilizaciones sociales en función de sus objetivos y procederes.

SISTEMA DE PARTIDOS Un sistema de partidos puede interpretarse como un organismo pensante y vivo que tiene la capacidad de interpretar y sugerir mejoras adicionales en la política. Y que en sí mismo es una alternativa poderosa para acallar costumbres insanas sociales, gubernamentales y económicas.

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Stefano Bartolini (1988, p. 218-219), lo define como “el resultado de las interacciones entre las unidades partidistas que lo componen; más concretamente es el resultado de las interacciones que resultan de la competición político-electoral (...) Un partido como unidad individual está siempre dentro de un sistema que le es preexistente.” Bartolini enfatiza que lo que hace activo a un sistema de partidos es la interacción competitiva que se genera en cada uno de ellos, la cual no solamente se ve en tiempos electorales, sino que es ampliamente apreciable en la convivencia diaria que se gesta en la democracia. Es en esta convivencia que alcanzan un nivel protagónico, ya que dentro de sus funciones se encuentra el acercamiento entre el gobierno y la sociedad, proporcionando herramientas al primero para satisfacer las demandas de la segunda. Si nos remontamos a la historia de los partidos políticos, podemos apreciar una íntima y estrecha relación entre la movilización social y su capacidad para incidir y modificar sistemas políticos. Los partidos de masas que surgieron a partir de movimientos obreros, poseían como principal característica la capacidad de demarcar una identidad de clase, así mismo como garantizar la conservación de pautas de comportamientos y valores que configuraban la cultura de la clase obrera. En siglo XXI, se sigue delegando a los partidos modernos la obligación de promover valores. En el caso de la mayor parte de Latinoamérica, se trata de valores democráticos, así como respeto a los derechos humanos, la tolerancia, entre otras características que debieran definir a cualquier sociedad democrática. Los partidos políticos han adoptado la tarea de capacitar a sus miembros en los principios ideológicos del partido y difundirlos entre los ciudadanos. Los partidos modernos, para realizar tales tareas, suelen contar con mecanismos de comunicación política, que les dotan de estrategias para la difusión; además, pueden crear escuelas de cuadros y, en general, centros de transmisión de sus ideas, no sólo a sus militantes, sino a todos los ciudadanos.

PARTIDOS POLÍTICOS Y DEMOCRACIA Debemos saber que todo partido político es una institución política organizada bajo ciertas directrices doctrinarias que tiene la finalidad de alcanzar y proponer ideas a la sociedad y al Estado para solucionar las necesidades de la población, como también de defender situaciones que atenten derechos sociales de diversos grupos. Manuel Alcántara afirma que: …el funcionamiento de un sistema político democrático requiere de unos partidos políticos sólidos, estables y representativos, capaces de interrelacionarse en una arena política altamente conflictiva y cambiante de acuerdo a un conjunto de reglas más o menos compartidas por todos ellos. Este ideal, difícil de conseguir

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incluso en aquellas democracias más consolidadas, resulta en la actualidad un reto en los procesos latinoamericanos de consolidación democrática. (1999, p. 117)

Pero esta consolidación, lejos de afirmarse en Latinoamérica, en los últimos tiempos ha sufrido un retroceso. Se afirma que no se ha interpretado bien el papel de intermediación entre la sociedad y el Estado, por ello los partidos políticos entraron en crisis y descrédito, se han visto envueltos en la maraña del clientelismo y se han presentado no dialogantes sino autoritarios. Según Latinobarómetro (informe 1995 - 2010), el 69 por ciento de los latinoamericanos encuestados considera que los funcionarios públicos son corruptos. Otro 64 por ciento cree que hay más corrupción en la política que en el resto de la sociedad. Sin embargo, un porcentaje igual considera que no se puede hablar de democracia sin partidos políticos. En contraste, encontramos que el apoyo a la democracia ha crecido en los últimos años en casos como Venezuela (85%), Bolivia (69%) y Ecuador (64%). Esto muestra cómo definitivamente el proceso democrático va alcanzando mayores niveles de aceptación ciudadana, lo cual convierte al ideal de la democracia en un camino sin regreso.

MOVIMIENTOS SOCIALES Y CARACTERISTICAS EN AMÉRICA LATINA Mihailovic señala que: …aquí lo imposible es continuamente rebasado y la historicidad se hace presente en esa frontera móvil, lo utópico proporciona conocimiento respecto de la realidad y su estructura valorativa interactúa con la cotidianidad, lo utópico constituye así el núcleo activo, especulativo y axiológico de todo proyecto y es modo en que la esperanza se hace operacional respecto de la praxis (1999, p. 62).

Considerando que América Latina está plagada de utopía desde su “descubrimiento” y colonización, no es raro encontrarla ideológicamente situada en esta misma línea discursiva. Desde los movimientos libertarios hasta la adopción de la democracia, se ha venido siguiendo esta idea, el deseo de vivir en un lugar “mejor”. La negación de una realidad enajenada ha dotado a las naciones hispanoparlantes de América de ese lastre cultural, social y político, que causa severas frustraciones. Aun así, se ha buscado la mejor manera de adaptar la utopía con la realidad, por medio de reglamentos, creación de figuras que garanticen orden y estabilidad y hagan posible el crecimiento de la democracia. Los movimientos sociales en está geografía, se han instaurado a partir de las desigualdades existentes, injusticias, violaciones a las garantías y derechos, despojos, desempleo, incremento de los índices de pobreza, escasa o nula posesión de bienes y servicios. Este contexto produce un creciente

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sector de población excluida del acceso al empleo y al consumo, lo cual representa el escenario perfecto para el surgimiento de nuevas formas de organización y lucha. Bajo la concepción de "autonomía", en general subyace la idea de organizaciones en forma de red que funcionan de forma descentralizada con base en acuerdos logrados por consenso, la priorización de formas de discusión y la resolución asamblearia con énfasis en los mecanismos de democracia directa y la asignación de tareas rotativas con cargos revocables. Todo lo anterior y lo que le sucede, se forja en el marco de un colectivo que, al compartir experiencias y proyectos, comienza a concebirse como comunidad en un contexto de resistencia a las adversidades impuestas por el sistema, compartiendo la creencia de que por sí mismo el pueblo podrá satisfacer las necesidades que se acumulan bajo la lupa de los detentores del poder. Necesariamente se configuran identidades contra-hegemónicas cuyos adherentes tienden a percibirse a sí mismos de forma diferente a la establecida en la concepción de individuos o ciudadanos “iguales”, concepción inherente a la visión capitalista. A partir de ello, estos grupos se autodefinen como “los otros”, y utilizan la “otredad” como estandarte en su lucha reivindicadora, misma que, a su vez, avala su legitimidad. ¿ANTE QUE ESCENARIOS LOS MOVIMIENTOS SOCIALES TOMAN VENTAJA? Por movimiento social puede entenderse a la expresión ciudadana colectiva y dinámica, que presiona hacia un cambio social determinado. Presenta algún grado de organización, relaciones múltiples y dinámicas encaminadas al cambio social. Ante la ya mencionada ausencia de representatividad de los partidos políticos, existe una especie de “vacío”, que necesariamente debe ser cubierto por otra figura. Por lo tanto, la sociedad se organiza con objetivos claros, que más allá de buscar una sustitución como tal, aprovecha esos vacíos para interactuar directamente con el gobierno y así constituir los caminos necesarios para la conclusión de sus objetivos, muchas veces recargados en la línea de lo utópico, en otras rayando en la inviabilidad. Por consiguiente, en tanto que los partidos no logren superar sus problemas de sectarismo y anomia doctrinaria, a la par que las de reclusión o captación de sus elementos, seguirán desprestigiados. Ello básicamente por lo siguiente: 1. Falta de preparación de dirigentes y cuadros. 2.- Baja adaptabilidad al cambio. 3.- Marcada diferencia entre el escenario político y el real. 4.- Influencia de los medios de comunicación. 5.- Renuencia a conducir las campañas electorales con transparencia.

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6.- Sectarismo en la estructura interna. Otra de las características que dan paso a los movimientos sociales es la impugnación que los mismos hacen del rol de los mecanismos tradicionales de representación y mediación entre la sociedad civil y el Estado, especialmente los partidos políticos y los sindicatos.

PARTICULARIZANDO CASOS: MOVIMIENTOS SOCIALES CARACTERÍSTICOS EN BOLIVIA ECUADOR Y VENEZUELA Podemos apreciar similitudes y disimilitudes en los tres casos. Venezuela y Ecuador envueltos en un contexto donde lo que se produce es un desborde de las instituciones de la democracia burguesa que hacía tiempo venían demostrando su ineficacia a la hora de dar respuesta a las demandas sociales. Muchos de quienes no se sentían ya representados en ellas, confluyeron en las calles espontáneamente y obtuvieron como logro el derrocamiento de los presidentes en turno en el caso de Ecuador, y un intento golpista en Venezuela. El caso de Venezuela es especial por dos razones clave. La primera viene de la forma en que se ha colocado como una poderosa nación latinoamericana que ha abolido problemas como el analfabetismo (UNESCO, informe 2012) a partir de la instauración de un modelo socialista. La segunda, no menos importante, es la estrategia empleada para este fin. Luego del intento golpista del 4 de Febrero de 1992 y el consecuente encarcelamiento de Chávez, llegó a plantearse la posibilidad de una guerra civil porque se consideraba necesaria y justa aunque fratricida. En ese sentido, al quedar en libertad dos años más tarde, se trazó una nueva estrategia. Inicialmente, el ex guerrillero Douglas Bravo había planteado las posibilidades infinitas de empoderamiento a través de infiltrados guerrilleros en las filas del ejército. Así fue como se constituyó el ya mencionado intento golpista, en un escenario poco favorable para Venezuela, que había perdido su lugar como democracia estable pero altamente dependiente del petróleo y de la inversión extranjera. Esta situación había llevado a severas crisis económicas que estaban empobreciendo la confianza en el proceso democrático, de tal suerte que el ya ex presidente Carlos Andrés Pérez retoma el poder vía electoral con la promesa de estabilizar la economía del país como había conseguido dos décadas antes. Sin embargo, claudicó en el intento, pues instauró políticas y reformas diametralmente opuestas a las ya antes aplicadas. La constitución de un proyecto neoliberal llamado “gran viraje” fue el detonante de una crisis más, causando revuelo y saqueo entre la población. Era el escenario perfecto para que luego de la represión militar conocida como “caracazo”, pudiera ejecutarse el golpe militar. Este fracaso llevó a Chávez a ser conocido internacionalmente y considerarle “un peligro para Venezuela”. Así pues, al salir de prisión, Luis Miquilena lo convenció de que la vía electoral era posible para la toma del Gobierno. “Surgió así el concepto de revolución 'pacífica y democrática'. William Izarra,

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quien había sido llamado por Chávez para formar parte del nuevo equipo revolucionario, definió la estrategia adoptada de la siguiente manera: 'tomar el poder por la vía electoral para, desde el Gobierno, proceder a implantar el modelo revolucionario'” (Garrido Alberto, 2012). A través del Partido Socialista Unido de Venezuela, se preparó una estrategia electoral que llevaría, en 1999, al poder al Comandante Hugo Chavéz Frias, en una contienda interesante y altamente competida. En Ecuador, el veinte de abril de 2005, como consecuencia de la llamada "Rebelión de los forajidos", se creó una alianza que tenía por objeto remover a la Corte Suprema de Justicia ys reorganizar el Tribunal Supremo Electoral y el Tribunal Constitucional. En el marco jurídico nacional y en el de Estado de Derecho, actos de este tipo se catalogan como no jurídicos, ya que no se respeta el principio de independencia de los poderes del Estado, pues se realizó mediante decreto presidencial. Gigantescas movilizaciones en Quito, Cuenca y Guayaquil, así como otras ciudades del país, conformadas por casi medio millón de personas movilizadas durante 7 días consecutivos, lograron que el presidente Lucio Gutiérrez huyera en helicóptero del palacio presidencial. El derrocamiento del Coronel Lucio Gutiérrez se logró con la conformación de un frente de fuerzas de izquierda, centro–izquierda y movimientos sociales. Entre estos destacan la Confederación de Organizaciones Indígenas del Ecuador (CONAIE), el Movimiento de Unidad Pachakutik–Nuevo País y la Coordinadora de Movimientos Sociales (CMS). También se incluyeron el Movimiento Popular Democrático (MPD), la Confederación Nacional de Afiliados al Seguro Campesino (COFEUNASC), la Federación Nacional de Organizaciones Campesinas, Indígena y Negras (FENOCIN), la Coordinadora de Movimientos Sociales (CMS), el Movimiento Campesino Solidaridad de la Costa, el Movimiento Médico de los Mandiles Blancos. El Congreso declaró la vacancia presidencial por abandono del cargo y procedió a nombrar a Alfredo Palacio, vicepresidente de su gobierno, como nuevo presidente de la República. Las recurrentes crisis vividas por Bolivia en los últimos años plantean una situación un poco diferente. Durante los dos grandes levantamientos populares (octubre de 2003 y mayo-junio de 2005) que derivaron en la caída de los presidentes Sánchez de Losada y Mesa, respectivamente, la movilización que presionaba por las destituciones presidenciales y sus variantes de llamado a una Convención Constituyente, no fue tan espontánea como en las dos situaciones anteriores. Se encontraba enmarcada en organizaciones como el MAS y la COB (con su formato tradicional de partido político con representación parlamentaria y central sindical, respectivamente), por un lado, y la Coordinadora del Agua de Cochabamba y las Juntas Vecinales del Alto, por el otro, con un importante desarrollo de la autonomía local de base en estas últimas. Se presentaron como la mejor opción y llevaron al poder a Evo Morales, a partir de la transformación de un movimiento social en un partido electoralmente competitivo que primero

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proporcionaría un par de diputaciones para, posteriormente llegar a la presidencia. En este caso, los movimientos sociales se encuentran en evaluación respecto de su capacidad de ejercer el poder político y cubrir las demandas que en su tiempo hicieron estandarte de acción colectiva. La relación conceptual y práctica entre los movimientos sociales y los partidos políticos es de naturaleza complicada. Las organizaciones sociales derivadas de movimientos sociales pueden llegar a parecerse a los partidos políticos, pero existen también diferencias sustanciales. Aunque todos persiguen fines políticos, los partidos y los grupos de interés no dependen de la participación directa de sus miembros para la consecución de sus objetivos. Normalmente, no tienen que recurrir a la movilización de sus agremiados. Y aun cuando pueden llegar a movilizar a sus simpatizantes o miembros, no es una necesidad primordial que garantice su supervivencia, caso contrario de los movimientos sociales y sus respectivas organizaciones.

CONCLUSIONES No se puede negar la idea de que los partidos políticos también están cambiando su manera de ser interpretados en la sociedad; de que los partidos tradicionales no pueden ser más aquellos lugares de componendas partidarias y manejos sectoriales. En todo sistema democrático se corre el riesgo de que la población caiga ante las tentaciones de personajes que dicen llamarse mesiánicos o caudillos, mismos que surgen a partir de los movimientos sociales y que pueden o no contar con un proyecto viable para la dirección de una nación. Las necesidades sociales de los países son el marco idóneo para la conformación y crecimiento de movilizaciones sociales. El modelo democrático, que es un paso sin retorno, ha reformado también la manera en que se conforma un movimiento social. Uno de los objetivos clave de estos movimientos consiste en modificar o derrocar un sistema político sin necesariamente ocupar el poder. En este sentido y ante las “facilidades” legales y flexibilidad que oferta el modelo democrático, es interesante observar las transformaciones de muchos movimientos sociales, en un camino directo a su institucionalización y conversión a partidos políticos, lo cual es una especie de trampa para los movimientos sociales porque desdibuja las características que les dotan de esa denominación. El Estado y los partidos están en la obligación de luchar contra la pobreza, la desigualdad económica y social, porque son males sensibles y constituyen el espacio idóneo para aventuras autoritarias, golpistas, subversivas e, incluso, idealistas en función de la revolución. Se ha forjado una relación casi íntima entre organizaciones de carácter social y partidos políticos, convirtiendo incluso la lucha por la justicia social en una mercancía. Existen ejemplos de cómo movimientos de gran envergadura terminan como simples partidos políticos (el Movimiento Nacionalista Revolucionario de Bolivia), cuando el ideal sería que la representación partidista constituyera como baluarte las demandas sociales.

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Se podría pensar que los movimientos sociales pueden acceder a ser gobiernos a condición de formar un “poder alternativo”, esto es, construir de bases sociales con una profunda concientización, capaz de ofrecer soluciones a los grandes temas de salud, educación, económica, tecnológica e industrialización, o sea, un programa que verdaderamente cambie la realidad social. Sin embargo, un “poder alternativo” no es del todo posible, dadas las características que intervienen en la conformación del sistema político. Partiendo de una lógica simple, al pasar de movimientos sociales a partidos políticos, estos tienen que adaptarse a las exigencias que la institucionalidad trae consigo, perdiendo con ello la esencia de la acción colectiva desde su visión idealista. Por consiguiente, podemos hablar de gobiernos que emanaron de movimientos sociales, nunca de movimientos sociales en el gobierno. El desgaste de las instituciones políticas, en particular de los partidos políticos y sus sistemas, han creado la ilusión de figuras que a partir de la “otredad” alimentan esa carga imaginaria, idealista y utópica que caracteriza a las naciones latinoamericanas. Sin embargo, el arribo de estas figuras al poder solo sería posible a partir de un cambio sistemático y de raíz. Venezuela sigue siendo un gran ejemplo a observar, pues su transición la ha convertido en una fuerza antiimperialista que se encamina aceleradamente al bienestar social, y es seguida de cerca por países como Bolivia, a través de alianzas y un proyecto de integración latinoamericana en el que los movimientos sociales fungen como principal reactor.

Referencias •

Bartolini, Stefano. 1988. PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS, en Manual de Ciencia Política. Alianza Editorial. España.

• •

Zea, Leopoldo, Magallón Mario. (1999). LATINOAMÉRICA ECONOMÍA Y POLÍTICA México fondo de cultura económica.

Alcántara, Manuel. (1999). SISTEMAS POLÍTICOS DE AMÉRICA LATINA. Madrid, Tecnos.

Cárdenas García, Jaime, CUADERNOS DE DIVULGACIÓN DE LA CULTURA DEMOCRÁTICA IFE NÚM. 8: PARTIDOS POLÍTICOS Y DEMOCRACIA. (Versión en internet) http://bibliotecadigital.conevyt.org.mx/colecciones/ciudadania/partidos_politicos_y_democracia.htm#65

Base de Datos Políticos de las Américas. (1998) Nombre, FORMA DE ESTADO Y FORMA DE GOBIERNO. ANÁLISIS COMPARATIVO DE CONSTITUCIONES DE LOS REGÍMENES PRESIDENCIALES. [Internet]. Georgetown University y Organización de Estados Americanos. En: http://pdba.georgetown.edu/Comp/Estado/nombre.html. 2 de diciembre 192009.

Somuano Ventura, Ma. Fernanda. MOVIMIENTOS SOCIALES Y PARTIDOS POLÍTICOS EN AMÉRICA LATINA: UNA RELACIÓN CAMBIANTE Y COMPLEJA, POLÍTICA Y CULTURA. Versión impresa: Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco.

FORO LATINOAMERICANO SOBRE LA GOBERNANZA – FLAG. http://www.institut-gouvernance.org/flag/es/conference/fiche-conference-23.html


Daniel Picón Claudia Sánchez Vallejo

¿Qué es la Ciencia Política? Una perspectiva desde el estudiante Una de las decisiones fundamentales en la vida responde a la cuestión ¿Qué quiero estudiar? La elección no es sencilla; peor aun cuando se desconoce por completo tanto el objeto de estudio como el campo laboral de la licenciatura que se pretende abordar. Nuestro campo, la ciencia política, no queda exento. Se trata de una ciencia —ciertas veces— difícil de encausar, delimitar, comprender su objeto y finalidad y entender su naturaleza. En pocas palabras, la confusión existe. Pasando por definiciones burdas o ideas que poco (o nada) tienen que ver con la materia, la identidad se ha ido perdiendo con el paso del tiempo, degradando a la ciencia política, poniéndola como una ciencia menor1 dentro de las ciencias sociales, o bien — lo que es peor, a mi parecer—, con legitimidad prestada de disciplinas ajenas como el derecho y la economía. Por lo anterior, dedicamos el siguiente artículo a responder qué es la ciencia política, cuál es la percepción que tienen de ella los recién ingresados a la licenciatura, cuáles son sus fines y, para finalizar, cuál es la labor del politólogo. Primero debemos preguntarnos ¿qué es la ciencia? Y ¿qué hace que la ciencia sea ciencia? Cuestiones meramente epistemológicas que nos anticipan a ideas complejas y — para muchos— difícil de entender. Pensemos en la palabra ciencia. Probablemente, lo primero que se viene a la mente son imágenes de embudos, reacciones químicas, batas, moléculas, células, ecuaciones químicas. Porque, estrictamente hablando, la ciencia tuvo su origen con la observación de fenómenos naturales. Es por eso que normalmente asociamos la ciencia con, exclusivamente, la física, la química y la biología. De acuerdo con Omar Guerrero Orozco, la ciencia es una empresa especulativa que desarrolla avances continuos hacia lo desconocido, si la búsqueda de conocimiento cesa, su esencia se disipa (2009:85). Esto quiere decir que la ciencia no solo se preocupa por recopilar y organizar información, debe cumplir con ciertas condiciones para mantenerse “con vida”. 1

En palabras del politólogo español, Manuel Alcántara Sáez.

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Primero: constantemente debe avanzar en cuanto a conocimiento, “disipando la obscuridad de aquello que desconocemos”, descubriendo algo nuevo; en otras palabras, la ciencia no es estática. Posee una naturaleza dinámica, al aportar más conocimiento, no perdiendo de vista la base: la curiosidad 2 por conocer las cosas y cuestionarnos, consecutivamente, acerca del funcionamiento de lo que es observable. Segundo: Joseph Campbell afirma que la revolución científica ha aportado algo grande y esencial. Esto es, reconocer que la ciencia no pretende ser definitiva: […] Existe únicamente una continua búsqueda de más, como una mente deseosa de crecer […] ese crecimiento será la medida del hombre moderno […] un mundo cambiante, nuevos pensamientos, nuevas cosas, nuevas magnitudes, y una transformación continua, sin petrificación, ni rigidez, ni ninguna verdad canonizada. (1994:27)

A partir de lo anterior, podemos dar respuesta a las cuestiones hechas en un principio. La ciencia es el continuo descubrimiento de algo nuevo. Y lo que hace ciencia a la ciencia es su naturaleza dinámica, puesto que no para en descubrir y aportar cosas nuevas al gran cúmulo de conocimiento existente. Por último, tengamos presente que no pretende ser una verdad definitiva. Con las respuestas obtenidas, pasemos a responder lo que realmente nos incumbe. ¿Qué es la ciencia política? Fue considerada, en sus principios, como la “cenicienta de las ciencias sociales” (Laski citado por Alcántara, 1926:24), debido a la poca importancia de la ciencia política en el mundo científico social. En la actualidad, la disciplina es mucho más difundida, por lo que el apodo ya no tiene sentido. Distintas universidades –tanto privadas como públicas–ofrecen estudios en ciencia política en sus distintos niveles (licenciatura, maestría y doctorado). Lo cierto es que, para comprender qué es ciencia política, debemos meternos en problemas complejos. En un trabajo realizado por la UNESCO, se llegó a la conclusión de que la tarea de la ciencia política era: a) formar alumnos y profesores para la propia disciplina y b) preparar los líderes y funcionarios para la administración estatal (UNESCO citado por Alarcón, 1961:2). Nos topamos claramente con dos bifurcaciones: la ciencia política es investigación pura, o bien, es la base para la formación de personas que pueden llegar a tomar decisiones en el aparato burocrático. Por su parte, Wallerstein —defensor de la naturaleza investigadora de la ciencia política— señala que la ciencia política ha tenido una encomienda no deseada (citado por Alarcón, 1997). Esto es, se le relaciona constantemente con el poder y, agregaría, la toma de decisiones.

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En efecto; Omar Guerrero Orozco da en el punto de manera precisa, pues, a final de cuentas, y tal como él lo menciona, antes de la ciencia, está la curiosidad, que funge como base para el desarrollo de hipótesis.

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Los comunes denominadores que integran los estudios de ciencia política son los siguientes: estabilidad política, inestabilidad y cambio, metodología, política comparada, política nacional, políticas públicas, relaciones internacionales y teoría política. La ciencia política está encargada del estudio de los fenómenos de poder dados específicamente en un elemento indispensable del Estado, el gobierno. En otras palabras, la ciencia política tiene una naturaleza investigadora (y perdón por romper sueños de aquellos que ingresan pensando que la carrera tiene el fin de formar legisladores y mandatarios); tiene como finalidad explicar la realidad política. EXPLICAR. Repitamos ésta palabra una y otra vez. Aprendámosla y aprehendámosla porque, a final de cuentas, la explicación constituye el núcleo central del análisis político. A continuación, presento un pequeño cuadro que señala algunas de las materias a cursar en la Universidad Autónoma del Estado de México, en la licenciatura de Ciencias Políticas y Administración Pública3:

Teoría de la administración y la organización Configuración del mundo actual Derecho constitucional Administración Pública comparada Administración Pública federal y estatal Teoría política Sistemas políticos y gobiernos contemporáneos Desarrollo organizacional Sistema político mexicano De las materias mencionadas, se observa perfectamente la bifurcación de la ciencia política. Esto es, de las asignaturas señaladas, cuatro son las que cumplen con los requisitos para la formación de los servidores públicos. Las otras, por el contrario, se refieren a investigaciones de carácter político-social, útiles para comprender el funcionamiento de la realidad política. De lo anterior, podríamos concluir que la ciencia política se vale de otras “disciplinas auxiliares” para la generación de conocimiento. Sin embargo, notemos que el nombre de la carrera es ciencia política y administración pública. Surge una nueva cuestión: ¿es lo mismo estudiar ciencia política a ciencia política y administración pública? Desde luego que no lo es. La licenciatura en ciencia política y administración pública tiene como objetivo fundamental el formar no sólo al científico político, sino también al administrador público. Para comprender un poco más, tomemos en cuenta dos cosas: la primera se refiere a la teoría general de sistemas, creada por Bertalanffy. Éste nos dice que todo es un sistema, hasta las ciencias. Veamos,

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De acuerdo al proyecto curricular 2004 de la Universidad Autónoma del Estado de México.

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pues, a las ciencias sociales como ciencia madre y gran sistema; y a la ciencia política como un subsistema integrante de aquel. Deducimos que la ciencia política es una ciencia social. Esto nos lleva a lo segundo: el objeto de ese tipo de ciencia es el análisis de los fenómenos sociales en relación con los motivos, las percepciones y los objetivos de los actores. Para concluir, respondemos a la cuestión de interés en éste artículo: la ciencia política es una ciencia social, encargada del estudio del poder generado en aquellas instituciones que poseen el mando y la facultad de toma de decisiones, es decir, el gobierno. Posee una naturaleza investigadora y no está dedicada a la formación de servidores públicos. Las investigaciones en ciencia política nos pueden ayudar a comprender diversos temas de interés (de la realidad política) respondiendo a cuestionamientos como por qué un país tiene cierto tipo de régimen, por qué no opera la democracia en ciertas naciones, si debemos repensar el presidencialismo o qué hace que una monarquía no se convierta en tiranía. Hay un problema muy grande en las universidades. Una vez elegida la licenciatura de ciencia política, el alumno se pregunta —o quizá no—, ya estando en cuatrimestres avanzados, y esto ¿de qué va? ¿Por qué sucede esto? Fácil: los alumnos, sin tener previo conocimiento, eligen la carrea por relacionar política con poder y dinero. En otras palabras, esto quiere decir que el alumno piensa que será formado como un servidor público, un legislador, presidente municipal, gobernador e, incluso, como el mismo presidente del país. Alumno, si tu carrera, aparte de ciencia política, tiene la denominación administración pública, felicidades, estás siendo formado como investigador y administrador público. De lo contrario, dedícate a introducirte en el fascinante mundo de las ciencias sociales; genera gusto por lecturas científicas, observa a tu alrededor, ten curiosidad, pregúntate el por qué la cosas funcionan de tal modo, investiga, llega a conclusiones, genera hipótesis, y ¿por qué no?, haz teoría. Nos permitimos una frase que resulta graciosa: nadie dijo que las ciencias sociales fueran fáciles. Recurrimos a lo anterior por un aspecto que, últimamente, ha tratado de imponerse como paradigma. Y es que en la licenciatura el alumno ha perdido el gusto por la lectura, o tal vez no ha dejado a un lado la fascinación por los libros con dibujitos, que en nada apoyan a lo cognoscitivo. De igual forma, hay docentes que ya no recurren a las lecturas (¿es en serio? ¡Estas son ciencias sociales!) dedicándose única y exclusivamente a las diapositivas Power Point o al método arcaico: dictar, dictar y dictar. Un politólogo (y cualquier científico social), para su formación, requiere pensar y entender, aptitudes que ya no son explotadas y sin las cuales el investigador social no puede ser tal.

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Daniel Picón y Claudia Sánchez

Ciencia política… La perspectiva del estudiante En una encuesta aplicada en la licenciatura de ciencia política de la Universidad UniverMilenium plantel Rayón, corroboramos que los recién ingresados no tienen idea de lo que trata la carrera. Impera la confusión típica: la ciencia política forma servidores públicos o actores políticos. No obstante, lo más lamentable de todo es que el resultado se repite en cuatrimestres avanzados donde, se supone, se debería tener ya un indicio de lo que se estudia.

Politólogo. Nombre que recibe el estudioso de la ciencia política. O, según la nueva denominación epistemológica, cientista político. Comentaré una anécdota que, seguramente, no sólo nos ha sucedido a nosotros. En reuniones con amigos o conocidos que hemos dejado de ver por mucho tiempo —o personas que apenas estamos conociendo— es muy frecuente que se pregunte: ¿qué estudias? Con orgullo se dirige la mirada hacia el frente, sin titubear y pensado en los conocimientos que hemos adquirido en nuestra hermosa licenciatura, respondemos: ciencia política. Se hace un silencio incómodo que, desde luego, se genera por la otra parte quien no tarda en hacer una mueca dubitativa y reír sarcásticamente. Le sigue un comentario irónico del tipo “seguramente ahí te enseñan a robar” o, quizá, “otro ladrón más en la sociedad”. Tales comentarios dejan al descubierto la poca o nula información que poseen a quienes denominamos “la gente común” o ajena a nuestro campo. Relacionan la ciencia política —problemática que se ha venido tratando desde el principio de este artículo— con la política, vista desde una perspectiva peyorativa, cruel y de poca reputación. Una pregunta más para los estudiantes nuevos en la materia: ¿Qué diferencia hay entre politólogo y político? ¿Somos lo mismo?

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En cierta ocasión, un profesor aseveraba que todos podemos ser políticos4 pero no todos los políticos pueden ser politólogos. Mientras el político está al frente de la toma de decisiones, el politólogo se pregunta por el devenir de las cosas que corresponden a la realidad política. Trabaja, pues, en cuerpos de investigación, aportando conocimiento a la ciencia política que, al no ser estática, genera, día con día, investigaciones que le permiten obtener el título de ciencia. Vivimos en un país en el que, se dice, sucede de todo. Hasta los médicos pueden ser políticos, fungiendo como legisladores; los ingenieros, presidentes; y los abogados, administradores públicos. Y no es que estemos en contra de lo anterior, simplemente compartimos este ejemplo para entender el quehacer del politólogo. Hay una gran distinción entre el politólogo y el político. Es así de simple: el político es quien se encarga de la toma de decisiones e interactúa de una manera directa en la realidad política. El politólogo (y nos permitimos un aplauso) es el científico; comprende la realidad y aporta teoría a la ciencia política. A MANERA DE CONCLUSIÓN Un subsistema interesante interactúa dentro del sistema. Se trata del subsistema, o sistema, político, que genera la realidad política a través de las acciones realizadas por las personas que lo conforman. Dicha realidad solicita, aspira y necesita personas capaces de comprender su entorno, de analizar qué origina los fenómenos que denominamos políticos; demanda críticos del sistema que puedan generar conocimiento a través de hipótesis y teorías que se difundan y sirvan no sólo al mundo del politólogo, sino también a las personas ajenas a éste. Si reflexionamos al respecto, teniendo en mente el pensamiento de Aristóteles, concluimos que todos somos seres políticos, por el simple hecho de interactuar. Pecado sería, dentro de nuestro mundo— el mundo del politólogo— pensar que nuestra carrera está constituida para formar actores políticos. Estudiante que quieres cursar está carrera digna de ser llamada ciencia, debes tomar en cuenta ciertos aspectos que te servirán para tomar la decisión más importante de tu vida: a) La ciencia política es una ciencia puramente social que trata de entender el comportamiento de los actores políticos. b) Si no te gusta leer, disculpa, ésta no es tu carrera. c) No relaciones la ciencia política con la política, pues nada tiene que ver. No saldrás de la carrera siendo legislador; mucho menos te preparan para ser mandatario en cualquier orden de gobierno d) Como se mencionó antes, si tu carrea incluye administración pública, sí, estas siendo formado como servidor público, pero no dejes a un lado la ciencia política. 4

Político desde una perspectiva de actor inmiscuido en la realidad política y no zoon politikón o ser social del que habla Aristóteles.

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Daniel Picón y Claudia Sánchez

Si estás dispuesto a seguir lo anterior, bienvenido al maravilloso mundo de la investigación científico/política. La ciencia política te abre las puertas; y la comunidad de cientistas políticos te desea suerte en tus estudios. ¡Mucho éxito!

Referencias •

Alcántara Sáez, Manuel (s/a), “Cuando hablamos de ciencia política, ¿de qué hablamos?”, en Revista Uruguaya de ciencia Política.

Guerrero Orozco, Omar (2009), “Reflexiones sobre la ciencia de la administración pública”, en Convergencia. Revista de ciencias sociales, UAEM, núm. Esp.

Campbell, Joseph (1994), “Los mitos: su impacto en el mundo actual”, ed. Kairós, Barcelona, P.27



Marian Arely Hernández Cervantes

Construcción histórica de las Ciencias Sociales en el siglo XVIII y XIX Esta es una muy pequeña reseña del cómo han surgido las ciencias sociales, como han ido evolucionando a través del tiempo y de los diferentes contextos donde se han desarrollado, para lograr entender a grandes rasgos que dio origen y algunos de los hechos que más marcados han estado dentro de su historia. ¿En qué pensamos habitualmente cuando escuchamos o leemos acerca "las ciencias sociales"? es muy posible que, si estamos al menos un poco familiarizados con ciertas disciplinas tales como la Sociología, la Economía, la Ciencia Política o la Administración pública entre otras, sea precisamente en ellas ( o alguna de estas) lo primero que nos venga a la mente, sin embargo es necesario comprender más a fondo cuáles son las características y circunstancias históricas que han permitido la conformación de esto cuerpos del conocimiento, por ello es que abordare algunos de los principales hechos, procesos históricos así como aportes que puedan haber sido determinantes en la formación, desarrollo y construcción de las mismas, a la luz histórica de dos siglos que ya de antemano fueron determinantes para el pensamiento social. El origen de nuestras modernas ciencias sociales radica en preocupaciones sobre la vida del hombre en grupo, puede remontarse a épocas tan distantes como lo son el tiempo de auge y declive de las polis griegas, a los tiempos de Roma con sus grandes pensadores y juristas, podemos pasar la escolástica medieval hasta reencontrarnos en el renacimiento con los conocimientos de los clásicos, sin embargo desde finales del siglo XVIII y principios del XIX que gracias a importantes cambios ocurridos en el mundo, aunque principalmente en el seno de las sociedades europeas occidentales, la revolución francesa con su proclamación de los derechos del hombre, además de otros sucesos como lo fue así la guerra de independencia estadounidense, propiciaron toda una época fructífera en la producción de grandes pensadores y movimientos sociales que delinearon las preocupaciones y sentaron las bases de los estudios sobre el hombre en sociedad, siendo esta época, el origen inmediato de las ciencias sociales. Nuestra época es demasiado rica en catástrofes, en revoluciones, en imprevistos, en sorpresas. La realidad de lo social, la realidad fundamental del hombre, nos parece nueva; y, se quiera o no el viejo oficio de historiador no cesa de retoñar y de reflorecer en nuestras manos. (Braudel 1970)

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Desde inicios del siglo XVIII, o también conocido como el siglo de las luces, comenzaba una tendencia cada vez más extendida del pensamiento que situaba al hombre como el foco de importancia para entender la realidad, desdeñando así otras prácticas del conocimiento como la fe dogmática y religiosa. El analfabetismo generalizado de la población europea no fue impedimento del crecimiento científico, de la mano de diversos pensadores principalmente franceses e ingleses. En cierta parte deudora de la revolución inglesa acaecida 1642 a 1689, así como la posterior de la guerra independentista de las colonias británicas, la revolución francesa marca verdaderamente un hito, debido no sólo al enorme impacto que tuvo sobre la sociedad francesa entre 1788 a 1799 sino, porque influenció una serie de cambios y transiciones del pensamiento que colocaban entre otras cosas al hombre y a la razón justo en el corazón de la vida social. Desde sus inicios y durante todo este siglo existirán un sin número de pensadores tales como Adam Smith, David Ricardo, Malthus, Tocqueville, Fichte, Diderot, Honoré de Balzac, entre otros escribieron por mucho las bases y principio de lo que tal vez sin imaginarse siquiera y con el paso del tiempo estas derivarían en ciencias independientes una de otra unidas solamente por su enfoque social. Durante la duración de estos dos siglos podemos fácilmente por ejemplo relacionar algunas disciplinas con sus principales constructores, o incluso con aquellos autores sobre los que existe algún consenso en que se les identifica como fundadores de esta o aquella disciplina, así tenemos del lado de la ciencia económica aportes de Johnn Stuart Mill, de David Ricardo y sobre todo del escritor del famoso libro "Una investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones" Adam Smith con quien se considera inaugurada esta disciplina. Otro ejemplo es Charles-Jean Baptiste Bonnin fundador por su parte de la Ciencia de la Administración, hoy mejor conocida o entendida como la Ciencia de la Administración Pública A pesar de que efectivamente durante estos siglos se va a marcar cada vez más una ruptura entre el pensamiento más filosófico aún existen y tienen una extrema importancia aportes desde este tipo de pensamiento por ejemplo Montesquieu con su separación de los poderes, el cual es el modelo básico de muchas de las democracias modernas, los aportes de Kant sobre las formas justas y su conocido velo de la ignorancia que después se convertirá en el argumento básico de John Rawls para su "Justicia como equidad" que tanta influencia ha tenido en tiempos más contemporáneos a la hora de concebir no sólo la justicia sino el papel de los gobiernos como redistribuidores. Rousseau: fundador para algunos de la democracia moderna gracias a sus aportes sobre todo en materia institucional con su "Contrato Social", En sus obras, planteó que el hombre es naturalmente bueno, y es la sociedad la que lo pervierte. Sin duda que el desarrollo ha sido un arduo proceso de consolidación de aquellas "nuevas" disciplinas interesadas en entender la naturaleza tanto individual como colectiva de los grandes problemas y esperanzas inherentes a la condición humana, cómo la desigualdad, la pobreza, el mal vivir, pero también, la libertad, la idea de búsqueda del progreso, la separación de lo religioso de lo científico en las universidades, un avance que logro en gran medida la definición de las ciencias sociales como tal.

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Las críticas de Voltaire resultaban contradictorias a lo que otros estudiosos de la época pensaban pero también influyo en dicha separación.

Catalogada como un divorcio la separación de la filosofía y las ciencias sociales por Comte, llevo a que algunos filósofos redefinieran sus actividades, la contextualización del momento llevo a que la Historia fuera la primera en definirse y separarse del resto de estas ciencias, los historiadores se vieron nuevamente por el camino de la teología, hecho que los orillo a encaminarse a la escritura de las historias de sus naciones y con ello el asentamiento gráfico y recopilación de informes que respaldaban lo descrito. En el curso del siglo XIX las diversas disciplinas se abrieron como un abanico para cubrir toda una gama de posiciones epistemológicas. En un extremo se hallaba primero la matemática (actividad no empírica), y a su lado las ciencias naturales experimentales (a su vez en una especie de orden descendente de determinismo-física, química, biología). En el otro extremo estaban las humanidades (o artes y letras), que empezaban por la filosofía (simetría de la matemática como actividad no empírica)… (Wallerstein 2012) Para 1945 ya existían 4 ciencias sociales, la historia, la economía, la sociología y la ciencia política y no es que solo existieran esas si más bien eran las únicas definidas claramente, aunque en lo personal creo que todas se fueron desarrollando a la par de la sociedad lo cual también se ve reflejado en cada una de las obras escritas. Como dice (Weber 2009) Toda interpretación, persigue la evidencia. Pero ninguna interpretación de sentido, por evidente, que sea puede pretender, en méritos de ese carácter de evidencia, ser también la interpretación casual valida. La interrelación entre las ciencias sociales les permite que sean clasificadas únicamente en tres grupos dependiendo del campo de estudio y área que estudien, teniendo una transversalidad de forma interna que les permite comunicarse puesto que a final de cuentas tienen en común a la sociedad.

Ciencias referidas a la organización social: son las que influyen en el entorno social. En este apartado se incluyen ciencias sociales como la política, la sociología y el derecho, así como la antropología y la geografía.

Ciencias referidas a la organización económica: también influyen en la organización social, pero desde el punto de vista económico. Aquí se sitúa la economía.

Ciencias referidas al comportamiento: estudian el comportamiento del individuo, en particular, la psicología.

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La importancia de esta clase de ejercicios de memoria acerca de algunos de los principales puntos radica en que no se puede avanzar en la construcción de conocimiento social sin tener en cuenta la larga tradición y aportes realizados a las distintas disciplinas sociales, que nos permite, no sólo tener un gran abanico de pensamientos y riqueza sino también la oportunidad de reconocer y reconstruir un marco histórico de comprensión, e incluso una visión más completa. Por otro lado entre los grandes desafíos que se plantean en la actualidad como la transdiciplinariedad, la multidisciplinariedad, la postmodernidad etc. Es necesario la revisión constante de las bases sobre las que se para y andan los constructos a través de los cuales intentamos conocer la realidad.

Referencias •

Braudel, Fernando,. La historia y las ciencias sociales. Madrid, España, 1970.

Wallerstein, Immanuel. Abrir las ciencias sociales. Mexico: Siglo XXI, 2012.

Weber, Max. Economía y sociedad. Fondo de cultura economica, 2009.



Convertirse en un miembro de la Asociación Mexicana de Ciencias Políticas viene de la mano con muchos beneficios. Unirse significa ser parte de una gran comunidad de politólogos a nivel nacional e internacional. Te beneficiaras no sólo de los eventos y actividades de nuestra Asociación, sino también por el intercambio de ideas y sinergias creadas mediante el trabajo conjunto con las diferentes Asociaciones hermanas a nivel mundial. Tendrás oportunidades constantes para tu desarrollo académico y profesional. Ser miembro te permite: •

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El acceso a una red de Asociaciones de Ciencia Política a nivel mundial, generando estrechos vínculos de trabajo colaborativo con académicos, investigadores, profesionales y estudiantes alrededor del mundo. Participar en las diferentes actividades académicas organizadas por la AMECIP, así como las asociaciones de Iberoamérica con las que tenemos convenio. Apoyos económicos para la asistencia a congresos tanto nacionales como en el extranjero, considerando en todo momento las bases de postulación de las Asociaciones organizadoras. Formar parte de la red estudiantil en el ámbito nacional e internacional que inyecta sinergias al conocimiento y desarrollo de la Ciencia Política y las ciencias a fines, a través de la cooperación interdisciplinaria y la formación de profesionistas más competitivos y activos en su entorno. Recibir información pronta y oportuna sobre las actividades que realiza la AMECIP, en esto se incluyen: convocatorias, firma de convenios, eventos próximos, actividades realizadas, así como el material resultado de los congresos, seminarios, coloquios, etcétera. Y toda la información que nos proporcionen las Asociaciones con las que se tiene vínculo. Ser parte de las decisiones que involucran a los Comités Estudiantiles AMECIP Aprovechar los contactos con diferentes instituciones a nivel internacional, lo cual te permitirá realizar intercambios estudiantiles, intercambios de información en general que beneficiaran tu desarrollo profesional en todo momento. Difundir tu producción académica a través del Journal: “De Política”, una revista indexada de investigación científica, a través de la Revista Estudiantil: “Radiografía Política”, o publicar artículos de opinión en el sitio web de la Asociación. Lo que te permitirá formar parte de un espacio de expresión y divulgación que además busca vincularte con el ámbito académico, fomentando la integración y el trabajo en equipo dentro de diferentes frentes comunes.


Ana Farías Calderón La Ciencia Política

Una entrevista con José Ramón López Rubí. Quienes se interesan por la Ciencia Política, frecuentemente tienen opiniones propias, bien o mal fundadas, sobre una gran cantidad de temas que le atañen a esta disciplina. Esas opiniones, basadas en los pocos o muchos referentes que se tengan, están sujetas al cambio, a menos, claro, que se trate de un fundamentalista. Un auditorio poco crítico, celebrará las opiniones de café pronunciadas con ínfulas de autoridad y creerá entender un tema tras haber leído un poco al respecto. Por el contrario, un auditorio crítico buscará informarse de lleno antes de formarse una opinión, porque sabe que el conocimiento parte de la duda y ésta sólo puede atemperarse cuando los elementos que la constituyen en cada caso, han sido valorados adecuadamente. Todo esto viene a cuento porque la entrevista que se presenta a continuación, sólo le será de interés al segundo tipo de auditorio. Brinda algunas pistas sobre qué implica ser politólogo, pensar en y practicar la Ciencia Política, pero, sobre todo, en la calidad de preguntas y respuestas que hacen falta para robustecer los temas que le competen a los politólogos y, por extensión, al país.

¿Por qué terminaste estudiando Ciencia Política? ¿Por ser un futbolista demasiado analítico para volverse trabajador en un mundo demasiado politizado como el del futbol profesional? No. Eso me gustaría decir. Aunque sí soy analítico, en todos los sentidos, y el futbol como profesión está cruzado por la “grilla” y lo peor de la política igualmente profesional, lo cierto es que tenía, como sigo teniendo, al futbol como un deporte para jugar, algo a hacer para distracción y diversión amistosa, sobre todo. Y desde muy chico tuve interés en leer y en satisfacer pensando una curiosidad sobre la historia de los humanos y lo que está dentro y fuera de “las noticias”. Desde mi punto de vista, la Ciencia Política podía unir todas estas cosas. Así fue. Quiero decir la Ciencia Política, y no necesariamente los lugares a los que se iba a tomar clases, con todo lo que eso implica. ¿Fue lo que esperabas? ¿Por qué? En un agregado, sí. Ni en mi pasado ni en mi presente he esperado mucho de la educación – formal, tanto pública como privada- en México. Dicho de paso: en general, no espero demasiado (todo, todo lo bueno o que casi todo sea bueno, por poner ejemplos) de ella, donde sea. Y estoy convencido de que en la formación exitosa o la buena formación de uno, cierto grado de serio autodidactismo es un factor inevitable, necesario, relevante, y a veces decisivo. Pero tampoco espero demasiado del autodidactismo. Entonces, espero que estudiantes, profesores, programas

1. José Ramón López Rubí: perfil Cuando eras niño, ¿qué te veías haciendo de grande? ¿A qué te querías dedicar? Quería ser jugador de futbol. De futbol verdadero o “soccer”.

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de estudio, y contextos, sean factores y variables. Ustedes deben saber qué significan esas palabras.

mismo. El comentario no más irritante pero sí más tonto puede ser: “es bueno aprender muchos idiomas”. Digo, los mejores politólogos conocen más de un idioma pero un politólogo y un políglota tampoco son lo mismo. Ahora yo hago un comentario que podría ser irritante: qué tantas personas, incluidos no sólo taxistas sino diversos universitarios y periodistas, no entiendan qué es y qué hace un politólogo, y por qué y cómo, es en parte culpa de los politólogos (y politólogas, claro), que no de la Politología, que tampoco aquéllos (y aquéllas…) y ésta son exactamente lo mismo. Habría que hacer algo al respecto, ¿no?

¿A qué te dedicas? Al análisis político, esto es, politológico, y a las publicaciones académicas. Lo que en mi caso incluye ser también, entre otras cosas, consultor independiente y Coordinador de Publicaciones, Documentación e Información del Instituto de Ciencias de Gobierno y Desarrollo Estratégico (ICGDE) de la BUAP. En la página de Internet del ICGDE se puede encontrar un resumen de mi visión y trabajo sobre el publicar. ¿Por cuáles medios te informas sobre lo que está pasando en el país y en el mundo? Prácticamente no por el radio y la televisión, sin caer en la payasada mamona de algunos que dicen que nunca ven la tele, entre los que desde luego hay muchos mentirosos. Mencionados sin ningún orden, los medios que suelo usar o revisar son periódicos, como Reforma, New York Times, El País; el semanario The Economist; revistas de varios tipos, como Este País, The Atlantic, The New Yorker, Journal of Democracy, Scientific American, Proceso; y blogs, como Crooked Timber, The Monkey Cage y Why Evolution is True. Y algunos sitios de agencias de prensa.

Sabes el nombre de tu diputado local? ¿Y federal? Por supuesto. ¡Conste que no me preguntaste quiénes son o cómo se llaman! ¿En qué institución pública confías más? Con todo, o, si quieren, a pesar de todo, en el IFE. La pregunta y mi respuesta están definidas por una relatividad directa. 2. Algunas consideraciones sobre la política y la política como ciencia

¿Te gusta la línea editorial de algún diario mexicano? ¿De cuál? Siempre he preferido El Universal.

¿Qué debates deben estar en la agenda pública nacional? Que deben estar, regresar o seguir: el deterioro político-institucional y su reversión y la consolidación de la democracia con Reforma del Estado, mejor si con perspectiva de calidad contextualizada. Una reforma institucional que no deba faltar: “reelección legislativa inmediata”, o lo que llamo “posibilidad ciudadana de no reelegir” y sus efectos. La legalización de drogas. No sólo de la marihuana. “Ingreso Ciudadano Universal” o “Renta Básica” (vean toda la sección “Diálogo y debate” del número enero-abril 2008 de la revista Estudios de Política y Sociedad). El estado real de la educación universitaria. A veces parece que “discusión pública de la situación

¿Quién es tu columnista favorito? Supongo que politólogo y mexicano. Mauricio Merino –análisis, ética pública, democracia, buena cultura, algunas de las palabras clave relacionadas. ¿Cuál es la pregunta o comentario más irritante que te han hecho cuando dices que eres politólogo? La pregunta más frecuente, y al mismo tiempo confundida: “¿entonces quieres ser político?” No resisto repetir aquí que la política y la Ciencia Política, y el político y el politólogo, no son lo

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educativa” y “la primaria” son sinónimos de hierro en México. Hay que acabar con eso.

instituciones formales e incluso informales que regulan los conflictos por y para conseguir, conservar, usar y maximizar el poder. Esos conflictos constituyen la política. Las instituciones son, básicamente, reglas. Los regímenes políticos y la política, así como las relaciones que existen entre, pueden ser democráticos o no. Así, digo que las democracias realmente existentes son sistemas institucionales, con –lo que no necesariamente se da en regímenes autoritariosformalización de sus reglas, que distribuyen y limitan funcional, espacial y temporalmente el poder, entre ciudadanía y X organizaciones y agentes individuales, y cuyo mínimo común denominador sistémico se encuentra en lo electoral sin garantía de buen o mal gobierno.

A México le hace falta un presidente que sepa ____. Que México ha cambiado, y que no todo ha cambiado, y que hay cosas que deben cambiar, y otras no si se mira hacia atrás. Que como presidente no es todo ni lo puede todo. Que puede beneficiarse como político y presidente beneficiando democrática y adecuadamente a la ciudadanía, a mayorías y minorías, desde la acción legislativa y de política pública. Que él y su presidencia tienen fecha de caducidad y que lo que sí queda es “la posteridad”. También que sepa sobre historia mexicana e internacional, y qué es y qué no puede ser la democracia. Y que la democracia es hoy y mañana menos costosa políticamente, por no decir socialmente. Que sepa sobre “las leyes fundamentales de la estupidez humana”, de Carlo Cipolla, sería un gran extra. Ahora bien, ¿por qué no hacen la misma pregunta para el caso del poder Legislativo? No es evidente que la transición institucional del autoritarismo presidencialista/presidencialismo autoritario a la democracia presidencial tenga un correlato cultural.

Lo mejor de la democracia es ________. Que, para empezar, no es lo peor que hay y puede haber. Sí, Churchill tiene razón, y no hay que olvidarlo. Tampoco hay que confundir con la imposibilidad y/o indeseabilidad de mejoras. Ya que andamos por estos rumbos, mejor les recomiendo leer libros como de The Priority of Democracy. Political Consequences of Pragmatism, de Jack Knight y James Johnson. Lo peor de la democracia es _________. En un sentido, aunque suene raro, que precisamente es democrática y puede ser una víctima múltiple de su propia realidad y de realidades que puede producir, albergar, permitir o no impedir. El libro de Knight y Johnson también tiene que ver algo aquí. ¿Podrían ustedes invitarme a escribir sobre esto que vale la pena desarrollar? Democráticamente me propongo para escribirlo.

Los plurinominales son ________. Un tema sobre el que Pedro Ferriz de Con no sabe nada. Una figura (los legisladores de RP, no Ferriz) en sí incomprendida, mal entendida, por la gente. Posiciones que pueden ser democráticamente necesarias. Una parte de los congresos mexicanos que tiene que ser reformada, no eliminada. En mi blog hay argumentos sobre el tema y sus coyunturas. Finalmente, es un asunto para trabajo politológico, es decir, para su investigación de base empírico-lógica, y (pro)democrática.

¿Cuántos partidos políticos necesita México? Me parece una mala pregunta. Cuando menos, no es la pregunta correcta e importante. La verdad es que no creo que pueda haber una respuesta verdadera y realmente válida, especialmente a partir de la lógica de “la necesidad de México”. Si me presionas, diría que al menos tres.

¿Qué es la democracia? Qué es, no lo que debería ser o lo que más me gustaría que fuera. Ok. Es un régimen político. Un régimen político es una estructura de

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malas, errores o aciertos, ni mejoramientos o empeoramientos automáticos y garantizados. Mantener “nacionalizado” a PEMEX no es una política o decisión que baste, ni es igual a gran estatura y visión políticas. Asimismo, se trataría de argumentar qué hacer puntualmente con PEMEX si no es privatizarlo de verdad. Fue y sigue siendo empresa “nacional” y el hecho ni nos ha servido mucho ni está sirviendo de mucho. ¿O sí? No privatizar no basta; “nacionalizar” no es suficiente. Dejar a PEMEX como estaba o como está no puede ser hoy solución nacional, para nada.

La deuda pública tiene a México __________. Como uno de sus casos, y a su Estado viendo a una pared, lo que es (i)responsabilidad de estados dentro de él. Los programas mexicanos contra la pobreza están ______. Desfasados, equivocados, caducos, vencidos contra/por lo que pretenden vencer, y enriqueciendo no a sus “beneficiarios” sino a los argumentos a favor de alternativas universalistas. Describe la política nacional en tres palabras. Que se haga buena política; en este caso particular, entonces, negociando podemos llegar a un punto en el que o todos ganan o nadie pierde: 6 palabras. ¿Cuáles? Corrupta, corruptora, ineficaz, mezquina, contumaz y criticable.

La política pública que le hace falta a México es _______. Entre otras, una “Renta Básica”: un ingreso, diferente al salario mínimo que se conoce, garantizado estatalmente para todos los ciudadanos, incondicional y suficiente en términos de bienestar material y calidad de vida. NO es un imposible. Claro está, en este momento se necesitan mejores políticas en materia de salud, pensiones y desempleo.

En cuanto a los grupos de autodefensa que han surgido últimamente, pienso que ________. Hay que pensar la cosa y primero lo primero: conocer tan bien como se pueda cada caso y sus contextos. Como dicen algunos juristas, “la hipótesis no se actualiza” en mi caso.

Garantizar los derechos humanos es, sobre todo, responsabilidad de _________. El Estado.

La cultura política nacional es _______. Interesante; en una mayoría, no democrática, ni verdaderamente liberal; afortunadamente, si bien complicadamente, reformable; y un tema de y para “nuestra” Ciencia Política.

¿Consideras que hay temas que no pueden someterse a consulta pública? ¿Cuáles? Considero que no se debe ni se tiene que someter a votación “popular”, mucho menos si es una especie de proceso vinculante, la “seguridad nacional”, ni los derechos humanos, la existencia de libertades, la creación o la cancelación de derechos individuales. Rechacemos el democratismo, antidemocrático caballo de Troya de la democracia. En realidad, que “la gente” vote todo no puede ser democrático finalmente; la democracia no puede ser que la gente vote para todo. ¿Tu familia y tus amigos son perfectos? ¿Quién? Los individuos como tales y las minorías, ¿no serían nunca parte de “el pueblo”? Piensen bien y mucho esta pregunta.

¿Cuál es el común denominador de los líderes sindicales mexicanos? Es triple: la riqueza, la simulación, y ser la envidia de sus “representados”. El petróleo debe tener inversión _________. Pública y privada. Pública-estatal mayoritaria, como con el control de activos, y privada regulada públicamente. La privatización y la “nacionalización” (estatización, pues el sujetoobjeto no es “la nación” sino la columna política del Estado-nación), sea como procesos o como circunstancias, no son por sí mismas buenas o

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Ana Farías Calderón

Gary King, Robert Keohane y Sidney Verba por Designing Social Inquiry. Mejor citar, y leer, obviamente, la respuesta coordinada por Henry Brady y David Collier a ese libro. La obra de Brady y Collier se llama Rethinking Social Inquiry; por cierto, no tiene edición en español, a diferencia de la de King, Keohane y Verba.

¿Cuál fue el desempeño del IFE en las pasadas elecciones presidenciales? Aceptable. ¿Qué contenidos le hacen falta a las carreras de Ciencia Política? ¿Qué les sobra? Las licenciaturas mexicanas, privadas y públicas, tienen mucho qué mejorar, y tienen que mejorar mucho. Algunas hasta tendrían que empezar a enseñar Ciencia Política… En general, a mi juicio, faltan cursos de la fundamental y vital Lógica. Las matemáticas son lógica, pero la Lógica no es las matemáticas. Faltan otros varios elementos. Cursos de métodos cuantitativos sensatos que conecten contenidos de los métodos mismos con contenidos sobre su utilidad específica para el politólogo y ejemplos relativos de aplicación exitosa y fracasada. Más y mejores clases de política comparada. Reconocimiento del valor y la urgencia real(ista) del pluralismo teórico y metodológico, del dominio del inglés y de la enseñanza y sostenimiento de una ética universitaria y profesional. Sin duda, no sobran buenos profesores que además sean practicantes politológicos. En más de dos lugares, por decirlo de alguna manera, sobran, por un lado, “grillas” idiotas, hechas por “maestros” y estudiantes, y, por otro lado, malos a pésimos profesores y seudopolitólogos -es que “el hábito no hace al monje”; y “la mona”, aunque se vista de politóloga… No es todo lo que habría que decir, pero ahí lo dejo.

Tres libros imprescindibles para la formación de un politólogo. El político y el científico, de Max Weber; Lógica y método en las ciencias sociales, de Giovanni Sartori; Passion, Craft and Method in Comparative Politics, de Gerardo Munck y Richard Snyder. Más. Casi cualquiera de Robert Dahl sobre democracia. La famosa y pionera colección de Guillermo O´Donnell, Philippe Schmitter y Laurence Whitehead sobre transiciones. ¿Las Cartas a los estudiantes de ciencia política? ¿Qué debe saber un politólogo que recién se enfrenta con la vida laboral? Que no va a ser fácil. Que el título no es mágico ni garantía de nada. Debería saber con claridad, él o ella, qué sabe hacer muy bien y qué no, para poner ahí un acento, sin renunciar a seguir aprendiendo y perfeccionar. Obviamente, debería saber antes qué puede y qué no puede hacer en realidad un verdadero politólogo y, por lo mismo, qué es la Ciencia Política. Me gustaría que supieran que la ética no es para pendejos, dicho con más de un sentido. Lo dejaría de tarea.

El politólogo más subestimado es _____. Subestimados internacionalmente, hay varios. Henry Farrell es uno. Charles Ragin, otro. Tal vez, Gary Goertz. Recomiendo informarse y conocerlos. No todos son gringos y ninguno de ellos es “ratchoicero” cuantofrénico. Lo digo ahorita mismo porque sobran quienes ven nombres así y de inmediato se les aparece el fantasma total del imperialismo tanto de la política de Estados Unidos como de la teoría de la elección racional y sus métodos.

Déjame hacer un último comentario: ¡digan no al plagio! Puedes leer más de José Ramón López Rubí en cratoscopio.blogspot.com y jrlrc.tumblr.com

Por favor, ya dejen de citar a _______.

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Herminia Osuna Rodríguez

Experiencia del Primer Congreso Internacional de Ciencia Política en México La Revista “Radiografía Política” ha estado recibiendo un sin número de felicitaciones por la realización del Congreso Internacional de Ciencia Política, llevado a cabo el pasado agosto en la ciudad de Guanajuato. Es por eso que en este número nos place presentar un testimonio de una de las participantes de ese gran evento. Escuchar de viva voz a quienes hemos leído en tantas ocasiones, resulta muy reconfortante o viceversa. Este congreso permitió explorar el mundo de la ciencia política de viva voz de su autor, de sus fundamentos, de sus criterios, de sus perspectivas, considerando el contexto en que él lo observa y lo cuestiona, incluso de su opinión muy personal. En conferencia magistral Leonardo Morlinio dice “la ciencia política contemporánea se enfrenta a su propio reto responder a su cuestionamiento para que fue creada. Además de ser analítica y sobre todo crítica, dando origen a la formulación nuevos enfoques” El Dr. Manuel Alcántara Sáez, habla sobre el oficio político, como el político al término de su encargo vuelve a ser un ser humano común y corriente, un civil retomando su vida. Es necesario que la política se profesionalice. El político debe tener un oficio. Conocer al ciudadano antes del candidato, ya que una vez que se conozcan sus fortalezas se sabrá que aporta al partido, o quien aporta a quien, ejemplo si el partido no tiene rumbo el candidato debe de tener la capacidad de dar el conocer el rumbo, y si fuera lo contrario el partido debe de darle el rumbo al candidato.

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Herminia Osuna Rodríguez

Estos comentarios son muy generales, para describir cada de las actividades a desarrolladas sería muy extenso este documento, en si los “face to face” también fueron muy productivos, las presentaciones de libros, donde surgen como se comentó anteriormente cuestionamientos muy particulares de los expertos, porque eso es lo importante la diversidad de ideas, percepciones, enfoques, lo que enriquece o demerita un posicionamiento con criterio, fundamento y sobre todo con ética profesional, siendo este el objetivo de la ciencia política la diversidad de ideas, practicando la tolerancia, en una sola palabra ejercicio de la democracia.”

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CEA-Baja California

Conferencia: Ciencia Política y Filosofía Política El pasado 2 de octubre del presente año a las 19:00 hrs., se congregaron aproximadamente 100 alumnos en la sala audiovisual de la Facultad de Economía y Relaciones Internacionales de la Universidad Autónoma de Baja California, Campus Tijuana, con motivo de la conferencia titulada “Ciencia Política y Filosofía Política”, en donde el Lic. Francisco Serrano y el Lic. Diego Ilinich Matus Ortega participaron como expositores. La primera participación estuvo a cargo del Lic. Matus, quien habló un poco acerca de la Filosofía Política y su área de estudio iniciando con un recuento histórico, citando a Schopenhauer, Comte, entre otros autores y estableciendo que la filosofía es el sistema general de las concepciones humanas y el conocimiento incondicional de la esencia del mundo, según el Lic. Diego Matus, la filosofía política es la búsqueda del bien político, el surgimiento del hombre como un ser completo en su posibilidad como ser social. Dando como ejemplos, la dialéctica del amo y del esclavo en Hegel, la enseñanza de la filosofía y la naturaleza humana. Por otra parte, el Lic. Serrano abordó tanto la Ciencia Política como la Filosofía Política, exponiendo los métodos y área de estudio, explicando con casos prácticos algunas particularidades de ambas con motivo de dejar claras las diferencias, así como los casos en los que una se puede apoyar una de otra. Explicó la diferencia entre la ciencia y la filosofía, aclarando a los estudiantes que “ninguna ciencia es predictiva”. Hablando sobre las construcciones ideales de cómo deben ser las cosas la óptima república, conforme a la temporalidad, la ciencia explica lo que ya paso, ninguna investigación científica se puede desarrollan en lo que está pasando o en lo que va a pasar, explicando lo que es un clásico

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cuyo pensamiento trasciende la barrera del tiempo y nos ayuda a explicar ciertos fenómenos. Dando como ejemplo la mejor forma de gobierno de Aristóteles (politeia). A partir de ambas exposiciones, los alumnos procedieron a realizar algunas preguntas a los expositores, en donde además de resueltas sus dudas también tuvieron mayor interacción con los expositores en cuestiones académicas, pudiendo nutrirse de la experiencia de cada uno para orientar sus proyectos escolares. Es importante resaltar la participación de los alumnos, así como de los participantes en ésta conferencia, ya que son este tipo de eventos los que ayudan a reforzar los conocimientos adquiridos en las aulas, así como a considerar las áreas de oportunidad y de interés para futuros proyectos académicos o profesionales.

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Mariano Madrid Soto



LA REVISTA ESTUDIANTIL DE LA ASOCIACIÓN MEXICANA DE CIENCIAS POLÍTICAS [AMECIP]

A LOS ESTUDIANTES, ACADÉMICOS O INVESTIGADORES A PRESENTAR COLABORACIONES PARA PUBLICARSE EN LA REVISTA ESTUDIANTIL RADIOGRAFÍA POLÍTICA. La Revista Estudiantil AMECIP: Radiografía Política es una publicación mensual, en formato electrónico, vinculado a temas de interés especializados en análisis político y social del ambiente juvenil en México. Las colaboraciones se dividirán en las siguientes categorías: *Colaboraciones tipo artículo, ensayo o reportaje: cuyo objetivo sea explorar sucesos importantes o coyunturales a nivel nacional o internacional sobre asuntos enfocados a la ciencia política o ciencias a fines. *Colaboraciones tipo artículo: producto del análisis de autores o textos clásicos de las ciencias políticas y/o ciencias afines, desde una perspectiva juvenil, haciendo una comparación con los aconteceres actuales. *Colaboraciones tipo entrevistas: resultado de conversaciones con especialistas en temas de ciencia política o ciencias hermanas sobre temas de actualidad. *Colaboraciones libres: poemas, fotografías y reseñas en la línea de ciencias políticas y/o ciencias afines.

1) Sólo se publicaran trabajos inéditos y originales. 2) Las colaboraciones serán sometidas a dictamen por parte de la Comisión Editorial de la Revista Radiografía Política. 3) Los trabajos que hayan sido aceptados y que por razones editoriales no alcancen a publicarse en el número progresivo de la revista, se reservaran para el siguiente. 4) Las contribuciones deberán ser entregadas con una hoja anexa en la cual se indique: a. Nombre completo b. Institución a la que pertenece c. Correo electrónico 5) Todas las colaboraciones se entregarán en versión electrónica con las siguientes características:

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a. b. c. d.

Letra Calibri 11 puntos Interlineado de 1.5 Título de la colaboración en Calibri 12 puntos Para las 2 primeras categorías que marca la presente convocatoria los artículos, ensayos o reportajes tendrán una extensión mínima de 5 cuartillas y máxima de 8. 6) Las colaboraciones deberán contener referencias bibliográficas según sea el caso y citas en formato HARVARD. Las colaboraciones deberán ser entregadas a la Coordinación de Asuntos Editoriales de los Comités Juveniles AMECIP, con atención a Elizabeth Valdez, editora responsable, señalando que desean ser publicados en la Revista. Para ello ponemos a su disposición los siguientes correos electrónicos: aeditorialescj@gmail.com / evaldzalvarez13@gmail.com

Comité Estudiantil AMECIP Asuntos Editoriales Baja California Cristhian Jesús Hernández Cervantes Sección: “Eventos” Estado de México Diana Estefanía Valdez Carolina Díaz Sección: “Así lo escribió” Hidalgo Elena Soto Chapa Sección: “Interviú” Nuevo León Ana Gabriela Farías Calderón Sección: “En debate” Querétaro Alan Raúl Sánchez Perdomo Responsable de la sección: “La ventana” Coordinadora Nacional de Asuntos Editoriales Elizabeth Valdez Alvarez


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