LA LÓGICA BORROSA Pedagogía multidireccional del arte del dibujo
Antonio García Villarán & Manuel Maciá Martínez
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Colección Exprofeso, Número 6 Primera Edición: abril, 2016 Responsables de los textos: Antonio García Villarán y Manuel Maciá Martínez Responsable de esta edición: A Fortiori Editorial Web: http://afortiori-editorial.com y http://lakokotxademanolo.com Pedidos: pedidos@afortiori_editorial.com ISBN13: 978-84-96755-43-7 Depósito legal: BI-545-2016 Este es un trabajo libre. Los textos de este libro pueden disfrutarse sin límite alguno bajo las condiciones siguientes: 1ª Debe reconocerse la autoría. 2ª No puede utilizarse esta obra, ni las obras derivadas del uso de ésta, para fines comerciales. 3ª Si se altera o transforma esta obra, la obra generada sólo puede ser distribuida bajo una licencia idéntica a esta. Nada en esta licencia menoscaba o restringe los derechos morales de sus autores. Para poder citar correctamente, debe hacerse de esta manera: De la obra “La lógica borrosa. Pedagogía multidireccional del arte del dibujo”, Antonio García Villarán & Manuel Maciá Martínez. Colección “Ex profeso”. A Fortiori Editorial, 2016.
A Manolo Maciรก. Porque hace mucha falta en este mundo. In memoriam
ÍNDICE
PRÓLOGO.....................................................................................................9 1.0 LA LÓGICA BORROSA. INTRODUCCIÓN.................................11
1.1 EL PROFESOR BORROSO..........................................................14
1.2 EL MONOSABIO......................................................................... 28
1.3 ALFABETO Y GRAMÁTICA DE LOS ELEMENTOS BORROSOS.............................................. 35
1.4 PEDAGOGÍA BORROSA, FILOSOFÍA Y ACTITUD...........49
1.5. CREATIVIDAD Y CREETIVIDAD......................................... 80
1.6 RED BORROSA............................................................................ 85
1.7. HERRAMIENTAS PARA EL DIBUJO DE ÚLTIMA GENERACIÓN..................................................100
1.8 PERCEPCIÓN Y REALIDAD TANGIBLE............................122
2.0 EJERCICIOS BORROSOS...............................................................135 ANEXO........................................................................................................174 ÍNDICE DE IMÁGENES........................................................................176
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PRÓLOGO
Los seres humanos, como mamíferos que somos, aprendemos de tres maneras: imitando, equivocándonos y jugando. Nuestra forma de imitar es leyendo, aprendiendo de lo que otras personas antes han hecho, dicho y escrito. Este libro es una forma muy grata de aprender imitando. Considerar el error como una fuente de aprendizaje y de conocimiento, es un paso importante para ser felices. Y admitir el error como base de cualquier proceso creativo es el primer peldaño para avanzar en nuestra faceta artística. Lo que Manolo Maciá y Antonio García Villarán hacen con este libro es demostrar que no importa el resultado, que lo divertido es el camino; que no estamos compitiendo más que con nuestra propia censura; y que es imprescindible una buena dosis de sentido del humor para abordar cualquier tarea creativa. Te proponemos docenas de oportunidades de aprender jugando porque es otra de nuestras fuentes inagotables de crecimiento personal. Decía Nietzsche que las personas alcanzamos la madurez 9
cuando volvemos a jugar con la seriedad con la que lo hacíamos durante nuestra infancia. Encontrarás infinidad de ejercicios para escuchar tu intuición, recuperar la autenticidad de tus primeros años y dar rienda suelta a la creatividad innata con la que naciste. Con todo esto queremos rendir un homenaje a Manolo Maciá que nos dejó mucho antes de lo previsto y que fue un ejemplo de cómo hay que tomarse muy en serio lo de aprender jugando. El libro es el comienzo de un recorrido, que durará lo que quiera tu curiosidad. No termina en estas páginas, se prolonga más allá en la web http://lakokotxademanolo.com donde podrás encontrar multitud de ejemplos a través de los códigos QR que hemos insertado a lo largo del texto. Aún cuando todo lo que afirmamos en este libro está fundamentado en numerosas lecturas, hemos decidido no incorporar la bibliografía para no pecar de "eruditos", pero si tienes curiosidad por alguna de nuestras fuentes, podrás encontrar una extensa bibliografía en http://lakokotxademanolo.com/bibliografia/ Y podrás, además, profundizar en algunas cuestiones, incluso interactuar con uno de sus autores, Antonio García Villarán. Con Manolo Maciá, lamentablemente, tendrás que hacerlo a través del hilo celestial.
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1.0 LA LÓGICA BORROSA. INTRODUCCIÓN ¿Es éste un nuevo manual de aprendizaje del Dibujo? NO. ¿Es acaso un tratado filosófico-pedagógico sobre las enseñanzas del arte hoy? NO. ¿Se trata de un libro mágico para aprender a conocer y desarrollar tu yo creativo? NO. ¿Entonces qué es esto? Este libro nace de las experiencias de dos aprendices de profesores borrosos que, tras haber realizado diferentes prácticas con colectivos de muy diversa índole en el campo de las enseñanzas del arte en general y del dibujo en particular, se encontraron inesperadamente un día y decidieron volcar sus conocimientos para evitar que éstos se diluyeran. Sus prácticas pueden parecer poco ortodoxas, pero están basadas en el continuo cuestionamiento de los sistemas existentes que han sido tratados, estudiados y puestos en práctica… incluso por ellos mismos. Es en ese continuo cuestionamiento, en esa búsqueda de la verdad-tendencia frente a la verdad absoluta, en esa ciega certeza en la duda, en ese posicionamiento borroso ante la entropía en el que pretendemos movernos y aportar, no un manual al uso, sino un punto de partida para el debate continuo en la enseñanza de un lenguaje muchas veces oscurecido por la palabra. Es evidente que la paradoja de utilizar la palabra para acercar a un sector más amplio de lectores los presupuestos de nuestra propuesta nos plantea un conflicto difícil de superar, pero mientras no implementemos un vehículo distinto, no hay 11
otra. Dibujo versus palabra no es exactamente la propuesta, pero sí tenemos la pretensión de que, en un escenario en el que los dos sistemas perceptivos se den, sea el dibujo la prioridad. Como sensación, como emoción, como actitud. El amor hacia el dibujo y, sobre todo, hacia el arte y sus hacedores, ha llevado a estos seres borrosos a conformar este texto, donde es tan importante la búsqueda de lo formal como lo espiritual y mágico de esta ancestral manifestación artística. Si indagásemos en la formación de multitud de artistas que forman parte de la historia, comprobaríamos que la mayoría ha tenido una formación académica reglada y unidireccional y que ésta ha contribuido al desastre más profundo. Afortunadamente el arte, cuando es válido, suele salir a la luz, pese a quien pese. Uno de los principios que veremos en estos escritos es precisamente este; la razón saltarina que se posiciona sin prejuicios en unos y otros conceptos, sin anular ninguno. Unos con peor y otros con mejor fortuna, las y los artistas que hoy tenemos como referencia en libros y museos han utilizado o despreciado las enseñanzas obtenidas de su escuela o academia. Es muy conocida la historia de Egon Schiele, ejemplo en su tiempo de cómo no se tenía que dibujar; hoy es considerado uno de los dibujantes más notorios e influyentes por la crítica y la sociedad en su conjunto. Incluso muchas y muchos profesores de arte intentan enseñar la manera de producir la línea de Schiele, y cantidad de artistas intentan imitarla. Schiele recibió clases de dibujo de manos del ilustre profesor Christian Griepenkerl en la prestigiosa Academia de Viena, con el que no tuvo muy buenas relaciones: “A Vd. lo ha cargado el diablo en mi escuela”, exclamó una vez fuera de sí. Los mediocres trabajos de Schiele le llevaron a proferir este ruego: “Por el amor de Dios, no le cuente a nadie que yo le he dado clases”. Esta es precisamente la actitud contraria al espíritu de este libro. Incluso, si miramos de manera más generalista, la mayoría de las personas adultas occidentales no llegan a desarrollar su 12
talento artístico más allá del nivel que alcanzan a la edad de nueve o diez años. En la mayoría de las actividades mentales y físicas básicas de un ser humano, como son por ejemplo la escritura o el habla, cambian y se desarrollan según se avanza hacia la edad adulta. Sin embargo, el progreso en el dibujo parece detenerse inexplicablemente a una edad temprana. En nuestra cultura, la gente menuda dibuja intuitivamente, y se les va moldeando hacia la representación realista de lo observado, pero también cuando llegan a la edad adulta dibujan como lo hacían en la infancia, sin importar el nivel que alcancen en otros campos. Este fenómeno crea cierta frustración en el ser humano, ya que no se ven capaces de representar aquello que quieren, sin saber que, con muy poco esfuerzo, podrían llegar a ciertos estándares gráficos que se adecuarían a sus necesidades. Se crean pues lo que damos en llamar “Analfabetos plásticos”, que es un fenómeno muy extendido y que frena tanto el crecimiento individual de la persona, como el avance social y estético en el mundo actual. Al no saber dibujar, al no entender el mundo plástico, al no conocerlo, se obvia y se aparta. Esto produce el olvido y el involucionismo dentro de un campo tan vital para la humanidad como es la imagen. Desde una mirada contemporánea y actualizada, el Profesor Borroso(*), que está formado por la unión conceptual de Manuel Maciá Martínez y Antonio García Villarán, nos llevará por caminos físicos y psíquicos poniendo en cuestionamiento los pilares mismos de los sistemas de aprendizaje que se daban en las primeras academias, sorteando las espadas de la tradición y empuñando a veces alguna de ellas para explicar y explicarse en sus propias teorías. No se trata de un “todo vale” en cuanto al resultado, a la llamada “obra de arte” sino de un “todo vale para aprender”. (*) A lo largo del libro nos referiremos al Profesor Borroso como el elemento que incluye tanto a las mujeres como a los hombres que pretenden andar con nosotros dos este camino. 13
1.1 EL PROFESOR BORROSO Es difícil determinar qué y cómo debe ser alguien que enseña las artes plásticas, y más difícil aún es definir a un Profesor Borroso, puesto que esta disciplina se puede enseñar desde muchos puntos o visiones diferentes. Como decía Joseph Beuys, El profesor ha de ejercer como tal cuando en una clase de arte toma la palabra. Cuando habla algún alumno, éste adopta el papel de profesor, aportando ideas sobre el tema a estudiar y experiencias que pueden ser rebatidas por los demás alumnos así como por el maestro. Por estas cuestiones, la enseñanza de las artes plásticas debería ser un sistema de orientación estética y filosófica más que una clase en la que el profesorado dicta y el alumnado obedece. Todo es cuestionable en materia de arte. Eso es quizás lo que hace que este campo no tenga límites. En esto radica la belleza que ha de insuflar el Profesor Borroso. La subjetividad y la cantidad infinita de soluciones para un mismo problema que puede llegar a tener una obra son tantas como seres humanos haya, e incluso podríamos decir que son tantas como soluciones distintas le dé una misma persona, ya que no hay una solución por persona, sino muchas. La enseñanza del arte debería tratar de dirigirse más hacia la búsqueda de una filosofía de vida que hacia una clase al uso; debería ser un 14
momento en el que se muestren los caminos a elegir, obteniendo la experiencia como fin. Pensamos que el Profesor Borroso no tiene que ser quien aporte las soluciones adecuadas a los problemas del alumnado: esto no sería enseñar, sino mostrar lo que se sabe con dosis de jeringuilla y talante de superioridad. Estas soluciones las ha de encontrar el alumnado a través de las orientaciones del Profesor Borroso. En este concepto entendemos al artista, que trabaja y muestra lo que va aprendiendo, y no al pedagogo viciado que enseña a través de libretos para artistas del “hágalo usted mismo”. El Profesor Borroso no es más que una persona que ha tenido una serie de experiencias artísticas que debe querer transmitir con la humildad de quien se siente eternamente aprendiz. Cada enseñante es siempre diferente, ya que las experiencias raras veces son las mismas para cada cual. Estas vivencias o enseñanzas que tiene el Profesor Borroso deben ser aprovechadas por el alumnado para su formación. Siempre se puede sostener esta idea con el siguiente ejemplo: sería muy absurdo pensar que alguien pudiese enseñar a “hacer Arte” en un plazo de tiempo determinado; sin embargo, pensamos que sí se puede enseñar a “presentar y representar”, es decir, a “dibujar”, en pocas sesiones. Pensamos que durante el tiempo que un alumno o alumna esté con su maestro o maestra podrá absorber toda la cantidad de conocimiento que le sea posible o que pueda asimilar. No todo lo que enseña el Profesor Borroso será asimilado por el Monosabio(*). La capacidad de elección y el tamiz personal de cada cual construirán su personalidad plástica en función de los conceptos que le lleguen y consiga interiorizar. GIMNASIA El buen Profesor Borroso ha de estar siempre en forma. No es concebible la idea de que alguien intente enseñar lo que no practica. Imaginaos a alguien enseñando surf y que nunca ha cogido una ola, o que no se zambulla a diario en el mar para refrescar y seguir aprendiendo su oficio. Para el Profesor Borroso es vital el alimento 15
espiritual que se obtiene a través de la contemplación, el análisis y la creación de obras de arte. Sin esto, la llama del Macarma(**) se apaga. Se trata de un compromiso que no toda la gente puede asumir. Es un ejercicio de vida, una actitud ante el mundo que debe emanar de lo más profundo. Esta energía es insuflada por el Profesor Borroso a su grupo de Monosabios, los cuales la reciben y la devuelven al núcleo regenerada. Por este motivo no existe la superación al maestro, ya que ambos, Profesor Borroso y Monosabios, están en continuo crecimiento rizomático y no pueden hacer otra cosa que ayudarse a crecer mutuamente. Son crecimientos distintos. El Profesor Borroso es un medio, pero nunca un fin. Por lo tanto no tiene sentido la caduca figura del profesor severo en cuya clase se hace lo que él dice. Esta idea, además de anticuada, es errónea. Al Profesor Borroso se le respetará si tiene suficientes conocimientos y los demuestra. Los Monosabios tienen la necesidad de aprender, y si observan que el Profesor Borroso puede ofrecerles posibles y fértiles caminos, querrán, humildemente y con respeto, que se los transmita. Pensamos que nunca debe estar el Profesor Borroso por encima del Monosabio: es el Monosabio quien debe posicionarse por debajo si lo considera oportuno. Como bien decía uno de los poemas de Lao Zi: ¿Por qué el Gran río y el Mar pueden ser Reyes de cientos de Ríos? Porque saben estar por debajo de ellos, y así pueden reinar sobre cientos de ríos. Por eso, si el sabio desea elevarse sobre las gentes, fuerza será que se abaje ante ellas en sus palabras; y si desea andar delante de las gentes, fuerza ha de ser que se ponga a su zaga. Y si estará encima sin que las gentes sientan daño, todo el mundo de buen grado le sostiene, sin sentirse de él hastiado. ¿No es acaso porque él con nadie pugna? Por eso nadie en el mundo es capaz de pugnar con él.(1) Lao Zi XXIX (LXVI) 16
DESTRUIR PARA CONSTRUIR El buen Profesor Borroso debería crear una conciencia de búsqueda infinita y lujurioso-destructiva —en el buen sentido de la palabra— en el Monosabio. En Occidente, esta cultura de la muerte como base de la regeneración no goza de mucho éxito, pero poniendo nuestra mirada en la India comprobaremos que uno de los dioses más venerados y respetados por todos es Shivá. En el marco del hinduismo, Shivá es el dios destructor en la Trimurti (‘tres-formas’ o Trinidad hindú) junto a Brahmá, que es el dios creador, y Visnú, el dios preservador. En Occidente el principio destructor es valorado negativamente: cuando una relación se rompe, el hecho es un drama; cuando alguien muere, todos pensamos en ello como en una pérdida irreparable; cuando se quema un bosque, parece que nunca más volverá a crecer la hierba. Pero esta nostalgia no es positiva ni productiva. Shivá, en su calidad de destructor, es a veces llamado Kāla (‘el Negro’), y se le identifica entonces con el tiempo, aunque su función destructivo-activa sea entonces asignada a su esposa bajo el nombre de Kali (en algunas representaciones aparecen Shivá y Kali como una sola persona, mitad hombre, mitad mujer). Como deidad de la reproducción relacionada directamente con la destrucción, el símbolo de Shivá es un monolito de piedra o de mármol llamado lingam (representación de los genitales exteriores masculinos como falo cósmico). Shivá tiene tres ojos, uno de los cuales está en medio de su frente (denotando su capacidad de ver las tres divisiones del tiempo: pasado, presente y futuro), su piel es de color azul grisáceo por estar cubierta de cenizas. Una luna en cuarto creciente situada sobre su frente representa la división del tiempo en meses, una serpiente alrededor de su cuello representa la división en años y un collar de calaveras la sucesiva extinción y generación de las razas de la humanidad. Tiene varias serpientes enroscadas en sus brazos, su cabello está enredado en varias matas sobre su cabeza y forma un rodete en punta sobre la frente. Encima de este hueco se ve el nacimiento y materialización del río Ganges (la madre Gangā, ‘la Rápida’ o literalmente ga-n-gā ‘va y va’), a quien él intercepta en 17
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su eterna caída invisible desde el cielo para evitar que hundiera la Tierra con su fuerza. Cuando los dioses batieron el océano de leche para generar el néctar que los volviese inmortales, se generó también una cierta cantidad de veneno. Shivá se lo bebió para salvar a los devas, por eso su garganta adoptó un color azul y él fue llamado Nila Kantha (‘cuello azul’). Es esto una metáfora de lo que hace el Profesor Borroso al aportar lo mejor de sus experiencias, quedándose con las fallidas dentro de sí. En una de sus cuatro manos sostiene Shivá un tri-shūla o tridente, también llamado Pināka. Los shivaístas creen que simboliza la combinación de los tres atributos de Creador, Destructor y Regenerador(2). El Profesor Borroso ha de tener igualmente estos tres atributos, dándole idéntica importancia a la génesis, al proceso y a la destrucción del objeto como parte del círculo mágico de la creación artística. TRANSGRESIÓN Si miramos atrás en la historia del arte occidental, todos los movimientos artísticos del siglo XX se han caracterizado por su actitud de búsqueda de nuevas verdades que negasen las anteriores, lo cual propició el avance. Así, la actitud de negación de lo establecido, la capacidad transgresora de los y las artistas hizo posible la evoluzione pistratta(3) de las Artes. Cuando se fundaba un movimiento artístico, quienes lo formaban negaban el pensamiento de quien venía detrás. Así iban construyendo sus ideas las y los artistas futuristas, cubistas, dadaístas, etc. Veamos pues un ejemplo sobre la evolución de la maestra y el maestro a través de la historia, escrita por Cennini, y de cómo tenemos que mirar al pasado sin repetirlo: Capítulo II De cómo, entre quienes se dedican al arte, hay quien lo hace por amor y quien lo hace por lucro.
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No sin razón algunos se sienten atraídos hacia el arte por amor, sintiendo hacia él una inclinación natural. El intelecto se deleita por principio en el dibujo, ya que la naturaleza misma incita a 19
ello, sin contar con la guía de un maestro, por simple inclinación; y por este placer, toman la decisión de encontrar maestro y se someten a sus indicaciones con amor y obediencia, manteniéndose sumisos para alcanzar la perfección. Luego hay algunos que se dedican a ello a causa de la pobreza y las necesidades de la vida, tanto por lucro como también por amor al arte; pero, sobre todos, son dignos de elogio aquellos que se inclinan hacia el arte por amor y nobleza.(4) Pero podemos y debemos retrotraernos al inicio de todo para explicar el concepto de aprendiz de Arte. El descubrimiento de la huella como reafirmación del yo y la acumulación de ellas como el del nosotros en la cueva primigenia hace dudar al Monosabio de que sea el amor la génesis de la pulsión plástica. Más bien parece que el primer ser que huella con su dedo el barro ancestral lo hace, o bien porque tropieza y cae, o bien porque comprueba la dureza del suelo con su dedo (las pantallas táctiles nos retrotraen curiosamente a ese momento). Es la constatación de alteridad de la huella, de su poder fantasmático y de su permanencia en el tiempo como testigo lo que saca al ser humano de su manía de amarse a sí mismo y lo empuja a pasar las horas muertas punteando, rayando, dejando huella, en fin, en su afán de trascendencia. Es en esa fascinación por el propio producto (tan parecida a la de la criatura por sus propios excrementos, ampliamente analizada por Freud) en la que el ser dibujante se deleita. El amor, tan sobrevalorado, es una pulsión accesoria si se quiere, pero no primordial para lo expresivo. Otra cosa sería hablar de la emoción como génesis e intención (opción que defendemos en otro apartado). El lucro es sólo una anécdota utilitarista que se mueve alrededor del hecho artístico, un supositorio capitalista introducido en el recto de la creación para producir deposiciones de plusvalía. En cuanto a la nobleza, es un término que los Monosabios ilustrados no contemplan por sus connotaciones de pureza sanguínea o genética totalmente demodés. Por tanto, Cennino no 20
es nuestra referencia teniendo como tenemos a nuestros abuelos de Atapuerca.
Profesor Borroso en reposo. Sus características fisiognómicas pueden variar mucho de un espécimen a otro. También sus complementos. Lo importante es
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detectar en su comportamiento los hábitos que les caracterizan. Sobre todo su sonrisa del ciervo sobrevenida.
Asimismo es proverbial su extraordinario dominio de la panoplia expresiva, sobre todo de la gestualidad sutil del rostro. Adjuntamos algunos ejemplos clarificadores: 21
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ALEGRÍA
TRISTEZA
IRA
VERGÜENZA
ASOMBRO
LUJURIA
Im a g e n s u g e r i d a : La imagen es un ciervo sonriente adentrándose en un rio, su cuerpo desplaza agua fuera del cauce. Esa agua riega unos crisantemos más allá de la orilla. La sonrisa del ciervo no es patente. La adivinamos porque sabemos que el ciervo sonríe permanentemente. El agua cargada de limo fecundo de las tierras altas, desviada por el ciervo, riega los crisantemos. El resto del caudal fluye cuenca abajo. No hay nostalgia. Es así. No es conveniente atravesar el gran río. Será beneficioso permanecer en él. El Profesor Borroso sería un nodo dentro de una red neuronal. Quizá un catalizador en una reacción química. La gravedad en la caída de una hoja de otoño. Su formación debe ser profundamente interdisciplinar en tanto en cuanto tiene que poner a disposición del Monosabio herramientas conceptuales que trascenderán los convencionales departamentos estancos en los que se pretende dividir el hecho artístico (es perfectamente posible bailar un dibujo o dibujar melodiosamente). Paisajes sonoros a partir de sesiones de dibujo borroso así lo demuestran. El concepto de Perfodibujo, que desarrollamos más adelante, ejemplifica lo que queremos decir. El Profesor Borroso es un guía difuso que transita con el Monosabio por “no-lugares”. La imagen clásica del “no-lugar” es un cruce de caminos, una estación de autobuses, o de tren o un aeropuerto, el punto de partida para un viaje creativo a todas o a ninguna parte. 23
VESTUARIO
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El vestuario del Profesor Borroso es importante siempre que no lo sea unidireccionalmente, esto es, esté en continuo cambio para generar la sorpresa del Monosabio y estimular la creatividad a través de la imagen exterior. En la historia de la humanidad gurús, maestras, sacerdotes, maestros, profesores o profesoras de toda índole han usado un tipo de vestimenta acorde con su función. En la BauHaus el propio Johannes Itten iba vestido con una túnica a sus clases, lo cual, lejos de provocar la mofa de sus alumnos, conseguía imponerle personalidad y respeto dentro de ese ámbito. Incluso sus alumnos llegaron a adoptar esa túnica como uniforme oficial de las clases de Itten. Pero hay que desmitificar el uniforme, ya que el Profesor Borroso debe jugar siempre al despiste, y el cambio debe ser su línea de trabajo continuo. La inmovilidad de llevar un traje con corbata, o una bata blanca para pintar, es algo
que creemos, no ayuda a mantener vivo el espíritu creativo y de evolución personal. Siempre nos hemos disfrazado. En carnavales, para según qué eventos sociales, para fin de año o para las divertidas fiestas de disfraces. Se nos antoja una necesidad del ser humano, el usar elementos poco cotidianos para meternos en la piel de otro que, posiblemente, ya esté en nuestro interior. El Profesor Borroso adopta este fenómeno como parte del proceso de aprendizaje. ¿Acaso no es un disfraz lo que llevas puesto ahora mismo? ¿No responde a cánones socialmente entendidos y aceptados para mantenerte dentro de un círculo concreto? DIAGNOSTICAR El Profesor Borroso deberá, con la participación activa del Monosabio, investigar las carencias, vicios y virtudes con que se cuentan al principio y durante el camino pedagógico. Para ello se partirá tanto de material anteriormente producido como de propuestas específicas, a saber: unos dibujos preliminares sin premisas donde se analizarán vicios posturales, estado de la línea sensible, aspectos psicológicos y motivación (un dibujo realista será el medio, puesto que en un primer estadio pretendemos que el Monosabio supere la fase de aprehensión del entorno como punto de partida de la búsqueda de la propia expresión). Pequeños y grandes formatos. Dibujos-control durante el aprendizaje sobre el mismo tema que el de los primeros para hacer comparativas. Pero el Profesor Borroso ha de ser malabarista. Los vicios o virtudes que se generan durante el proceso pueden pasar de manera consciente a ser lo contrario; es decir, un vicio detectado puede pasar, una vez dominado, a formar parte de la cocina o de la panoplia de virtudes. Líneas bamboleares o espinadas, trazos oblicuamente trastornados, sigilosas formas miedosas y tambaleantes y otras formas de entender la representación formal han de ser estudiadas 25
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con tiempo y sensibilidad para no castrar al Monosabio en el inicio de su nueva andadura.
Dibujo colectivo generado en una sesi贸n de L贸gica Borrosa.
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NO T AS (*) Al igual que con el término “Profesor Borroso”, utilizamos el término “Monosabio” como genérico para referirnos a las personas que comienzan a caminar en este aprendizaje. Dedicamos al “Monosabio” el capítulo siguiente. (**) Macarma: Véase el último capítulo del libro, o léelo completo para entender el concepto desde el principio, impregnándote y sumergiéndote en él como una galleta en el café. (1) Lao Zi. El libro del Tao. XXIX (LXVI). Traducción: Iñaki Preciado. Alfaguara. Madrid, 1997. (2) http://es.wikipedia.org/wiki/Shiv%C3%A1 (3) La llamada evoluzion pistratta fue nombrada por primera vez por el pensador y filósofo italo-francés Francesco Lamoon en su ensayo Dime camma la media y la pistratta”, autoeditado y distribuido en librerías de Palermo en el año 1913. Está pendiente de reedición a causa de su difícil acceso, ya que se ha convertido en un objeto de lujo para coleccionistas. La revolucionaria teoría está basada en la destrucción del padre a base de pisotones rítmicos. (4) Cennini, Cennino. El libro del arte, Madrid, Akal, 1988.
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Antonio García Villarán (1976) Doctor en Bellas Artes y licenciado en las especialidades de pintura y escultura. Además de realizar numerosas exposiciones nacionales e internacionales, ha sido seleccionado y premiado en diversos concursos de dibujo, pintura y escultura. Publica artículos de pensamiento artístico, así como ilustraciones, en numerosas revistas de Arte y en diferentes editoriales, y está al frente del proyecto Cangrejo Pistolero Ediciones. Ha impartido clases de Dibujo, Pintura y Escultura en instituciones como la Facultad de Bellas Artes de Sevilla, el Centro Penitenciario Sevilla II, Escuelas de verano, Proyecto Ribete y Escuelas taller y es el ideólogo y director de CREA 13, Conocimiento Compartido, cuya actividad comenzó en el año 2000. Actualmente compagina su labor como creador artístico-plástico con su labor docente e investigadora. Realiza recitales como «Poemigario», junto a Luis Eduardo Aute y «De Perros y Cangrejos» con Santiago Auserón (Juan Perro), además de conferencias y cursos. Manuel Maciá Martínez (1954-2015) Licenciado en Bellas Artes por la Facultad de San Carlos de Valencia. Certificado de Suficiencia Investigadora por la Facultad de Bellas Artes de la UMH. Diplomado en Restauración por el Obispado de Barbastro. Ha impartido clases durante 19 años en lugares como la Facultad de BBAA de Altea adscrita a la Univ. Miguel Hernández, en Institutos de Enseñanza Secundaria y en centros del CFIP. Ha sido director de arte de las empresas de diseño integral IDEA y No Cedas Rom; diseñador para las industrias Arte en Vidrio, Evaland y Evapal; fundador del MAE, Museo de Arte Extemporáneo, entidad dedicada a la producción, promoción y difusión de comportamientos artísticos no convencionales. Ha dirigido el Festival de Arte Experimental Vibrato I, II y III. Ha diseñado y realizado decorados para obras de teatro y elementos para teatro de calle. Ha sido crítico de Arte para la revista «Dónde vamos». Su actividad última se centraba en la creación de Arte, la docencia, la colaboración con neurobiólogos y en diseños museísticos.