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EL MAXIMATO EN MÉXICO
El periodo de poder y control tras la silla presidencial.
l Maximato es recordado como el gobierno de un hombre fuerte que impuso su voluntad de forma trans-sexenal y el último de los gobiernos caudillistas mexicanos. Estos eran gobiernos represores y autoritarios, pero en contraparte trajeron modernidad y estabilidad con la creación de diversas instituciones que aún son herencia para México.
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A partir de aquí historia pura… El Maximato fue un período histórico y político que aconteció entre 1928 y 1934 en nuestro país. Inició con el gobierno interino de Emilio Portes Gil y finalizó en el periodo del General Lázaro Cárdenas. Debe su nombre a la influencia política que ejerció el expresidente Plutarco Elías Calles a quien se le conocía como el “Jefe Máximo de la Revolución Mexicana”.
Plutarco Elías Calles no fue una figura central de la Revolución, pero sí lo fue en la etapa posterior a esta, mayormente a partir de su mandato presidencial entre 1924 y 1928. También tuvo una enorme influencia en los gobiernos posteriores a la muerte de Álvaro Obregón en 1928. Durante ese período nació el
Partido Nacional Revolucionario “PNR”, (abuelo del PRI) como único partido de estado, siendo entonces quien imponía las reglas en la sucesión presidencial y definiendo prácticamente cualquier puesto de elección popular.
Antecedentes del Maximato. Luego de la revolución, México se debatió entre diversas tendencias políticas, cada una con sus propios caciques. El más importante de ellos sin duda fue el General Álvaro Obregón, militar que había participado en la Revolución y que había resultado electo presidente para el período de 1920 a 1924.
Después del Porfiriato pensar en que alguien buscará reelegirse era imposible, pero pensar en desprenderse del poder lo era aún más. Por eso los políticos de aquella época idearon dejar en el cargo alguien cercano a ellos, un “Delfín”, que les permitiera seguir disfrutando, en cierta medida, de los beneficios del cargo que ostentaron.
Obregón logró hacer elegir como Presidente a su delfín, Plutarco Elías Calles que gobernó entre 1924 y 1928. En su gobierno proliferaron las iniciativas nacionales modernas: se creó el Banco de México, se expandió la red de carreteras, se creó la primera línea aérea nacional, se fundó la Escuela Médico-Veterinaria y numerosas escuelas rurales.
Por otro lado, las tensiones entre el Estado y la iglesia dieron pie a la Guerra Cristera de 1927.
El expresidente Obregón quien tenía una enorme influencia en las políticas de Calles, no soportó la tentación de no solo tener los beneficios, sino que buscó obtener de nuevo el título de Presidente y promovió modificar la Constitución para permitir la reelección no inmediata. Se reformaron los artículos 82 y 83 de la constitución de 1917, (decreto publicado el 22 de enero de 1929 en el Diario Oficial). Así, Álvaro Obregón fue reelecto en 1928 pero no logró asumir, pues fue asesinado en julio de ese año.
El primero: Emilio Portes Gil. Calles logró convertir en presidente interino a Emilio Portes Gil, quien pertenecía a una corriente moderada del obregonismo y era, por lo tanto, agradable tanto para él como para sus detractores políticos. Portes Gil fue designado como interino de 1928 a 1930, pero fue Calles quien eligió a todos los miembros de su gabinete, acción que inauguró El Maximato.
El 3 de marzo de 1929 inició la rebelión escobarista con la publicación del Plan de Hermosillo, que acusaba a Calles de la muerte de Obregón, se declaraba en contra del gobierno de Portes Gil y proclamaba como presidente al general José Gon zalo Escobar. Esta insurrección permitió que Calles fuese convertido en secretario de
Guerra y Marina, cargo que aprovechó, junto con la rebelión escobarista, para librarse de los generales de cuya lealtad hacia él tenía duda.
Entre las principales acciones durante su presidencia pueden contarse la creación del Partido Nacional Revolucionario, el 4 de marzo de 1929, y la organización de las elecciones presidenciales de 1929, en las que los principales contendientes fueron José Vasconcelos y Pascual Ortiz Rubio
El segundo: Pascual Ortiz Rubio.
Pascual Ortiz Rubio fue presidente de México de 1930 a 1932. Obtuvo el cargo en las elecciones extraordinarias de 1929, y lo ocupó desde 1930 hasta 1932.
Durante su gobierno hizo frente a las repercusiones de la crisis económica mundial iniciada en 1929, se redactó la Doctrina Estrada, la cual señala que México no debe juzgar, ni para bien ni para mal, los gobiernos ni los cambios en el gobierno de otras naciones; se promulgaron la Ley Federal del Trabajo, la Ley de Crédito Agrícola y el Código Penal. Igualmente, México se hizo miembro de la Liga de las Naciones, amplió la red telefónica en el país y ratificó la libertad de cultos.
Tras dos años de mandato presentó su renuncia, y es, hasta la fecha, el último presidente de México que ha renunciado a su cargo.
El tercero: Abelardo L. Rodríguez.
Ocupó el cargo desde 1932 hasta 1934; fue el sustituto de Ortiz Rubio, tras su renuncia.
Durante su gobierno se empleó una política económica que favoreció el desarrollo de la industria y el comercio, se trazaron carreteras, se promulgaron la Ley de Nacionalización y Naturalización, el Código Sanitario y la Ley Orgánica de los Tribunales Federales, entre otras. También se estableció el salario mínimo, se reformó la Ley de Patrimonio Ejidal, envió al Congreso de la Unión la Ley Orgánica de la Universidad Autónoma de México, le fue otorgado el control total de cambios al Banco de México por decreto el 2 de mayo de 1933 y fue inaugurado el Palacio de Bellas Artes.
Abelardo siempre estuvo influenciado por Plutarco Elías Calles, quien le exigió que sujetara al clero haciendo cumplir la ley de cultos. La política de L. Rodríguez fue contradictoria debido a que reformó el artículo 3° de la Constitución mexicana el 10 de octubre de 1934 e implantó una educación socialista, pero también condenó el movimiento obrero, de inspiración comunista acusándolo de adoptar ideas exóticas. Cambió el nombre de la Secretaría de Industria, Comercio y Trabajo, por el de Secretaría de la Economía Nacional, pasando a depender de dicha Secretaría el Departamento de Estadística Nacional.
El fin del Maximato.
El Maximato acabó en 1934 con la elección de Lázaro Cárdenas para el cargo de presidente. El nuevo gobierno fue menos manipulable por Calles, quien en ese entonces yacía enfermo de la vesícula y debió ser operado en Estados Unidos.
Esta tendencia se formalizó en 1935, cuando Tata Lázaro solicitó la renuncia de todo el gabinete cercano a Calles.
fluencia política en el país.
Consecuencias y del Maximato.
Legado
El Maximato fue una importante fuerza industrializadora y modernizadora del país. Enfrentó abiertamente los privilegios de la Iglesia Católica y procedió al reparto de tierras, la reforma agraria y la interconexión de los distintos rincones de México a través de la red vial y las telecomunicaciones.
A pesar de su tendencia a la centralización del poder en Calles y en el PNR, el Maximato legó a la república nuevas instituciones que pusieron fin a la época de los caudillos. Dejó como herencia una sociedad más urbana, más laica e involucrada en la política nacional.
Luego de esto, en 1936, Calles fue expulsado del país por Cárdenas, iniciando un exilio en Estados Unidos que duró hasta 1941, arrebatándole así toda in-