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Arq. Antonio Rodríguez Mirelles

Esta industria genera a nivel nacional aproximadamente el 6% del Producto Interno Bruto y una derrama económica de más de 6 mil millones de pesos en Aguascalientes.

“En Aguascalientes, en la década de los 80, el crecimiento de la ciudad se daba hacia el sur, sin embargo, este no era tan rápido como es ahora. En 1992 el Infonavit hacía cerca de mil 500 casas en Aguascalientes y en ese entonces no había tantas regulaciones ni había tantos desarrolladores, pero en 1994, el Infonavit comenzó a otorgar créditos de manera directa, no a través de los sindicatos y ahí comenzó el crecimiento de los desarrolladores de vivienda. Los años siguientes fue la zona nororiente la que comenzó a crecer, promovida por el Instituto de Vivienda, ya que la tierra era barata, y aunque las condiciones de suelo, por ser montaña, eran complejas, era redituable hacerlo”.

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El Arq. Antonio Rodríguez Mirelles, presidente de la Cámara Nacional de la Industria de Desarrollo y Promoción de Vivienda en Aguascalientes, narra lo anterior, él conoce bien el sector y sabe de su importancia para la economía del país.

Esta industria genera a nivel nacional aproximadamente el 6% del Producto Interno Bruto y una derrama económica de más de 6 mil millones de pesos en Aguascalientes. Por ello señala que en CANADEVI se la juegan con los tres niveles de gobierno, generando empleos y moviendo la economía, pero agrega que también requieren apoyos de las autoridades.

“El principal obstáculo al que nos enfrentamos como desarrolladores es que hay demasiada regulación. Debe haber control urbano y eso lo entendemos y estamos de acuerdo, pero consideramos que hay actualmente demasiada tramitología y eso hace lento el proceso y se generan gastos innecesarios que después aumentan el costo de las viviendas”.

Tras comentar que las leyes en materia de desarrollo habitacional deben actualizarse y tropicalizarse, pero siempre con sensibilidad y congruencia por parte de las autoridades, Rodríguez Mireles pidió que cualquier acción que pueda fortalecer al sector y por ende a los trabajadores que buscan casas, se concreten y no se queden en el tintero.

“En muchas ocasiones, cuando nos reunimos con algunas autoridades y les planteamos las problemáticas que existen en el sector y les decimos cómo desde su trinchera pueden ayudar a resolverlas, nos contestan que están de acuerdo y que lo entienden, pero después no hay acciones. Pedimos que sean congruentes con el decir y el hacer. En otras ocasiones hay personas en las dependencias que no pueden resolver algunos trámites. En las reuniones se plantean acciones que después no se dan y vienen cuestionamientos para los desarrolladores, pero nosotros hacemos las viviendas que la gente puede pagar”.

Con disposición por dar resultados positivos y trabajar en conjunto con las dependencias de gobierno que sea necesario, el presidente de CANADEVI en la entidad señala que el gremio está dispuesto a realizar casas de calidad, confortables y asequibles para la sociedad, “seguiremos arriesgando capital y generando fuentes de empleo para abonar al desarrollo social del estado”.

“Para que una vivienda y su entorno aporten al desarrollo social, en el ideal, es necesario que los desarrollos estén cerca de centros de trabajo, de estudio, religiosos y de salud, además que en su interior sean cómodos. Nosotros estamos dispuestos a hacer lo que nos corresponde, lo ideal sería que como desarrolladores pudiéramos tener tierra barata, incentivos por parte de la autoridad, trámites rápidos y con ello se podría generar más y mejor infraestructura y áreas de recreación. Como sector, consideramos que sería mejor donar menos tierra al municipio y la que se donará estuviera ya dotada de infraestructura, no es conveniente tener tierra ociosa que termina por atraer malvivientes.

El Arq. Rodríguez señala que los desarrolladores afiliados a la Cámara en Aguascalientes generan desarrollos funcionales, asequibles, inteligentes y con seguridad jurídica para la sociedad, buscan siempre un “ganar – ganar” en alianza con las autoridades porque es de esa manera como el ganador final es el comprador.

“Tenemos que pensar en acciones que beneficien al comprador, por ejemplo, el año pasado, gracias al programa “Unamos crédito” del Infonavit, que fue todo un éxito, muchas personas pudieron adquirir una casa. Tomemos en cuenta que 64% de las personas con empleos formales no superan los 10 mil pesos mensuales y sus créditos son bajos”.

ALEJANDRO ARAVENA

GANADOR DEL PREMIO PRITZKER

“En 2001 fundó con Andrés Iacobelli ELEMENTAL S.A. y desde 2006 es su director ejecutivo. En sociedad con Gonzalo Arteaga, Diego Torres, Víctor Oddó y Juan Ignacio Cerda, además de un equipo con otros seis arquitectos, la empresa realiza proyectos sociales de infraestructura, transporte, espacio público y vivienda, en cooperación con la Universidad Católica de Chile y Copec.”

lejandro Aravena Mori nació el 22 de junio de 1967. Es un arquitecto y académico de la Pontificia Universidad Católica de Chile y profesor visitante de la Universidad de Harvard, ganador en 2016 del Premio Pritzker.

Aravena creció en una familia de clase media en Chile. El primer año de enseñanza básica lo realizó en una escuela pública, luego en una institución de educación privada, el Colegio Alemán, desde donde egresó de la secundaria con 17 años. Sus padres, ambos profesores, trabajaban allí y la administración del colegio les concedió una beca parcial para él.

Realizó sus estudios universitarios en la Facultad de Arquitectura, Diseño y Estudios Urbanos de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Tras graduarse como arquitecto en 1992, se trasladó a Venecia para realizar un postgrado en el Instituto Universitario de Arquitectura, y seguir cursos de grabado en la Academia de Bellas Artes.

A partir de 1994, ha ejercido su profesión de manera independiente. Desde ese mismo año se desempeña como profesor de la Escuela de Arquitectura en la Universidad Católica de Chile y, desde 2000, es también docente invitado en Harvard. Es invitado con frecuencia a impartir cursos y dar conferencias en distintos lugares del mundo.

En 2001 fundó con Andrés Iacobelli ELEMENTAL S.A. y desde 2006 es su director ejecutivo. En sociedad con Gonzalo Arteaga, Diego Torres, Víctor Oddó y Juan Ignacio Cerda, además de un equipo con otros seis arquitectos, la empresa realiza proyectos sociales de infraestructura, transporte, espacio público y vivienda, en cooperación con la Universidad Católica de Chile y Copec.

En 2009 fue nombrado integrante del jurado que otorga el premio Pritzker, función que desempeñó hasta 2015, como único miembro latinoamericano. A fines de 2009 fue elegido International Fellow of the Royal Institute of British Architects y presentado en una ceremonia oficial en febrero de 2010.

Proyecto viviendas Valparaíso

Desde 2006 Alejandro Aravena encabezó un proyecto de viviendas sociales en la ciudad de Valparaíso en el sector de Playa Ancha en lo que se denominó Población Elemental, haciendo referencia directa a la marca de su empresa en el nombre del conjunto habitacional financiado por el Estado de Chile. Lamentablemente para la empresa y la población, el conjunto habitacional no resistió la lluvia por lo que resultaron anegadas 158 casas, 28 casas debieron ser declaradas como inhabitables. Más de siete años tuvieron que esperar los habitantes del conjunto habitacional Elemental para luego perder todo.

Su obra arquitectónica incluye el diseño y construcción de centros de enseñanza, edificios institucionales, oficinas, plantas de empresas, sedes de servicios públicos, museos, bibliotecas y viviendas. Entre las últimas destacan tanto proyectos de vivienda social de bajo presupuesto, como amplias y cómodas residencias en la ciudad o casas de verano en sectores campestres y playas. A fines de 2005, la Universidad de Harvard realizó una muestra con una amplia retrospectiva de toda su obra como arquitecto.

Entre las obras construidas más relevantes se cuentan:

Facultad de Matemáticas de la

Universidad Católica de Chile. • Colegio Huelquén Montessori.

Viviendas sociales «Quinta Monroy». Torres Siamesas, Universidad Católica de Chile. Residencia para la Universidad St. Edwards, Austin, Texas, Estados Unidos. Viviendas y centro comunitario en Temuco. Proyecto de reconstrucción de edificios públicos de la ciudad de Concepción (tras el terremoto y tsunami). Viviendas sociales en Monterrey. Conjunto de viviendas y centro Comunitario, Lo Barnechea. Escuela Aurelia Rojas Burgos. Centro de Innovación Anacleto Angelini, Campus San Joaquín, Universidad Católica de Chile. Facultad de Medicina de la UC. Parque Periurbano.

Aravena dirige desde ELEMENTAL una iniciativa internacional para innovar y construir conjuntos ejemplares de vivienda de muy bajo costo. Hasta la fecha, ha realizado más de 2500 viviendas de este tipo.

El enfoque más novedoso de su trabajo en el área pública es la idea de viviendas sociales con posibilidad de crecer, las viviendas «expansibles». Si el presupuesto es estrecho, la idea de Aravena es construir «media casa grande» en lugar de una casa pequeña y apostar a la capacidad que tendrán las familias para ir realizando mejoras sucesivas. De esta manera procedió, por ejemplo, cuando el gobierno de Chile le encargó en 2003 que propusiera una solución habitacional para albergar a 100 familias de la ciudad de Iquique que llevaban tres décadas sin casa, ocupando ilegalmente terrenos con sus campamentos y construcciones improvisadas o precarias. Pero el presupuesto para realizar la misión era bajísimo: solo 7500 dólares por familia y dentro de los marcos de un programa del Ministerio de Vivienda cuya exigencia adicional era que no existiera ningún endeudamiento posterior.

Con ese escaso monto tenían que cubrirse todos los gastos: terreno, diseño arquitectónico, urbanización, materiales y construcción. Una de las claves para la solución del dilema fue pensar un edificio de 750 mil dólares que albergara 100 familias, en lugar de diseñar 100 unidades precarias de 7500 y multiplicarlas por 100. La segunda, y más importante, fue establecer el principio de que cada unidad de este edificio ofreciese la oportunidad de ampliación del espacio, de modo que lo más difícil de construir para las familias (cocina, baño, escaleras) estuviese bien hecho y proyectado de manera estratégica en cuanto a su ubicación en el plano, de modo que pudiesen de a poco y con medios propios ampliar los espacios habitacionales. Lo central del concepto fue visualizar “la vivienda no sólo como un fin en sí mismo, sino como un vehículo para superar la pobreza” y esto implicaba además una preocupación especial por la ubicación de los terrenos, que permitiera una buena conexión con los espacios de trabajo, recreación, educación, redes comunitarias. Este proyecto se construyó en 2004, la superficie total construida fue de 35 000 m² y trabajaron, además de Aravena, los arquitectos Alfonso Montero, Tomás Cortese, Emilio de la Cerda y Andrés Iacobell y los ingenieros Juan Carlos de la Llera, Mario Álvarez, Tomás Fischer, Alejandro Ampuero, Carl Lüders y José Gajardo.

Más allá de una propuesta arquitectónica que ofrece a las familias realizar ampliaciones con sus propios recursos futuros, su concepto de “incrementabilidad” constituye un verdadero cambio de paradigma en la manera de proyectar viviendas para los sectores más pobres. La idea central de Aravena es definir la vivienda (también la social) como una inversión —tal vez la más importante de la vida— y no como un gasto social. Postula que esto es posible solo si el diseño contempla desde un principio la posibilidad cierta de incrementar su valor con los años (por eso su concepto pone también especial cuidado en la ubicación central del terreno). Las viviendas sociales se suelen construir con materiales baratos, de baja calidad y durabilidad y en la periferia lejana de los centros urbanos, lo que hace que su depreciación sea muy acelerada, asemejándose más a la compra de un bien de consumo (como un automóvil, por ejemplo) que a una inversión en un bien inmueble. Lo verdaderamente novedoso de la propuesta de Aravena es que revierte esta situación.

“su concepto de “incrementabilidad” constituye un verdadero cambio de paradigma en la manera de proyectar viviendas para los sectores más pobres.”

Premios y reconocimientos

El Colegio de Arquitectos de Chile lo eligió en 2000 como el «mejor arquitecto menor de 35 años». Internacionalmente, la Fundación Rolex de Suiza lo nominó entre los 25 arquitectos más promisorios del mundo. También los estudiantes de Arquitectura lo eligieron como el “mejor arquitecto menor de 45 años”.

Entre los premios que ha recibido cabe destacar, entre otros: Medalla de Arquitectura Erich Schelling 2006 (Alemania) Premio global de arquitectura sustentable 2008 León de Plata 2008 en la Venice Architecture Biennale Premio Avonni a la Innovación 2009 Premio de Diseño Curry Stone 2010 Premio Marcus de Arquitectura. Título de Doctor Honoris Causa de la Universidad Nacional de La Plata. Premio Charles Jencks 2018, otorgado por la Royal Institute of British Architect (RIBA).

Mención aparte merece el Premio Pritzker, que obtuvo en 2016 convirtiéndose en el primer chileno que obtiene esta distinción y en el cuarto latinoamericano, después del mexicano Luis Barragán y los arquitectos brasileños Oscar Niemeyer y Paulo Mendes da Rocha. Tom Pritzker, el director ejecutivo y presidente de la Fundación Hyatt que patrocina el premio dijo que la arquitectura de Aravena “da oportunidades económicas a los menos privilegiados, mitiga los efectos de los desastres naturales, reduce el consumo de energía y brinda un espacio público acogedor”, calificó a Aravena como “Innovador e inspirador” señalando que “muestra cómo la arquitectura de óptima calidad puede mejorar la vida de las personas”.

De los edificios públicos diseñados por Aravena, el jurado destacó especialmente las cinco obras realizadas para la Universidad Católica, su alma mater, entre ellas, las sedes de las facultades de Matemáticas y de Medicina, como asimismo el Centro de Innovación Anacleto Angelini (un espacio de la Universidad de carácter multidisciplinario que articula la interacción entre universidad, empresa y sector público).

El Colegio de Arquitectos de Chile lo eligió en 2000 como el «mejor arquitecto menor de 35 años». Internacionalmente, la Fundación Rolex de Suiza lo nominó entre los 25 arquitectos más promisorios del mundo. También los estudiantes de Arquitectura lo eligieron como el “mejor arquitecto menor de 45 años”.

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