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AL FRENTE UP FRONT

AL FRENTE UP FRONT

Cientos de jóvenes protestan exigiendo la renuncia de los miembros de la Junta Central Electoral (JCE) frente a la sede del organismo, este lunes, en Santo Domingo (República Dominicana). Photo by © Orlando Barría, EFE.

(ES): Cientos de jóvenes protestan exigiendo la renuncia de los miembros de la Junta Central Electoral (JCE) frente a la sede del organismo, este lunes, en Santo Domingo (República Dominicana). Foto de © Orlando Barría, EFE.

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DOMINICANS IN THE COUNTRY AND ABROAD HAVE SHOWN OUT TO DEMONSTRATE AGAINST ELECTORAL IRREGULARITIES. THE DOMINICAN REPUBLIC TAKES THE STREETS FOR THE RIGHT TO CHOOSE

EL PUEBLO DOMINICANO HA SALIDO A LAS CALLES PARA MANIFESTARSE CONTRA IRREGULARIDADES ELECTORALES.

The Dominican Republic has now completed a week of protests, joining the growing group of Latin American countries where citizen discontent has put their politicians in check.

The citizen mobilization arose from the irregularities and deficiencies in the electoral process on Feb. 16, which were so numerous and serious that, finally, the elections had to be canceled after only four hours. The irregularities were caused by the use, for the first time, of an electronic voting system on the island in 18 of its 158 municipalities.

In response, the central government has requested an investigation by the Organization of American States (OAS), to determine the reason for the malfunctioning equipment on which the Dominican government would have spent approximately 19 million of American dollars. ENGLISH

República Dominicana ya completa una semana de protestas, uniéndose al conjunto de países latinoamericanos en que el descontento de los ciudadanos ha puesto a sus políticos en jaque.

La movilización ciudadana surgió a partir de las irregularidades y deficiencias en el proceso electoral del 16 de febrero, que fueron tan numerosas y graves que, finalmente, los comicios tuvieron que ser cancelados tras sólo cuatro horas de iniciada la jornada. Las irregularidades se dieron por el uso, por primera vez, de un sistema de votación electrónica en la isla en 18 de sus 158 municipios. En respuesta, el gobierno central ha solicitado una investigación de la Organización de Estados Americanos (OEA) para determinar cuál fue la razón que desencadenó el malfuncionamiento de los equipos, en los que el gobierno dominicano habría ESPAÑOL

La movilización ciudadana surgió a partir de las irregularidades y deficiencias en el proceso electoral del 16 de febrero. The citizen mobilization arose from the irregularities and deficiencies in the electoral process on Feb. 16.

La nueva fecha para las elecciones quedó fijada para el 15 de marzo. The new date for the elections was set for March 15.

With only a few months left before the end of this presidential term, the Administrative Minister of the Presidency has said that the cacerolazos do not concern this government, but should be a cause for concern for anyone who comes. The cynical statement, moreover, ignores an important component of the citizen’s discontent that has ignited the mobilizations, which are not only fed by the electoral fiasco.

Last June, the current president, Danilo Medina, made it known to the country that he was thinking of running for second re-election, even though the country's constitution forbids it. Nothing new Starting a new presidential run would have required a modification of the constitution, something that the Dominican Republic is no stranger to. In its 176 years of life as a republic, it has made 39 modifications to its constitution. That is to say, one every four and a half years, on average. Of these 39 modifications, 32 have been linked to electoral issues.

In this order of ideas, if Medina decided not to modify the constitution it was not because of his reverence for the Magna Carta but because of the enormous political cost of the mere mention of its possibility.

Thus, when on Sunday, Feb. 16, election day was canceled, Dominicans took to the streets not only because of the understandable indignation at the election failure, but also because they had the recent background of their president's effort to keep himself in power.

The streets are filled with the clanking of pots and pans and the slogan "Es pa'fuera que van" (You're going out), in which the citizens' marches have refused to get involved with the opposition party demonstrations.

A new date, but uncertain future

The new date for the elections was set for March 15 and on Feb. 24, a meeting was held between the Central Electoral Board (JCE) and the various political parties to review the paper ballots to be used that day. However, following the comment of the Administrative Minister of the Presidency, little can be expected from the government's willingness to overcome the crisis.

In the midst of social chaos, the President of the Dominican Society of Pneumology and Thorax Surgery, Ivelisse Acosta, has raised the alarm so that the Dominican government does not neglect another equally imminent crisis on a global scale: the COVID-19. While no cases of COVID-19 have been reported in Latin America to date, and the number of patients who have recovered is now over 25,000, a failure to contain the epidemic could have terrible consequences for the entire region. ENGLISH ESPAÑOL

gastado un aproximado de 19 millones de dólares.

Faltando pocos meses para el fin de este periodo presidencial, el Ministro Administrativo de la Presidencia ha llegado a afirmar que los cacerolazos no le preocupan a este gobierno, sino que deben ser motivo de inquietud para el que venga. Esta afirmación cínica, por lo demás, ignora de tajo un componente importante del descontento ciudadano que ha encendido las movilizaciones, que no se nutren solamente del fiasco electoral.

En junio del año pasado, el actual presidente, Danilo Medina, dio a conocer al país que estaba pensando en lanzarse para una segunda reelección, pese a que la constitución del país lo prohíba.

Emprender una nueva carrera presidencial habría requerido una modificación de la constitución, cosa a la que la República Dominicana no es ajena: en sus 176 años de vida republicana, han hecho 39 modificaciones de su estatuto. Es decir, una cada cuatro años y medio, en promedio.

Thousands of Dominicans protested in the Plaza de la Bandera against the Central Electoral Board (JCE) in Santo Domingo, Dominican Republic, on February 22, 2020. Photo by © Orlando Barría / EFE

Miles de dominicanos se manifestaron en la Plaza de la Bandera para protestar contra la Junta Electoral Central (JCE), en Santo Domingo, República Dominicana, el 22 de febrero de 2020. Foto de © Orlando Barría / EFE

De esas 39 modificaciones, 32 han estado vinculadas a temas electorales.

En este orden de ideas, si Medina decidió no modificar la constitución no fue por su reverencia a la Carta Magna sino por el enorme costo político que tuvo la sola mención de la posibilidad.

Así las cosas, cuando el domingo 16 de febrero la jornada electoral fue cancelada, los dominicanos se volcaron a las calles no solamente por la indignación, comprensible, del fracaso de un día tan importante para la definición del destino de un país, sino porque tenían el antecedente fresco del esfuerzo de su presidente por perpetuarse en el poder. Las calles completan ocho días con el tintineo de las cacerolas y el lema “Es pa’fuera que van”, en el que las marchas ciudadanas se han negado a involucrarse con manifestaciones de los partidos de oposición. Al punto, incluso, en que han anunciado su retiro de la plaza a la que llegue algún grupo de un partido político.

La nueva fecha para las elecciones quedó fijada para el 15 de marzo y hoy se celebró una reunión entre la Junta Central Electoral (JCE) y los diversos partidos políticos para revisar las papeletas electorales de papel que se usarán ese día. Sin embargo, tras el comentario del Ministro Administrativo de Presidencia, es poco lo que se puede esperar de la voluntad del gobierno para sortear la crisis. En medio del caos social, la Presidenta de la Sociedad Dominicana de Neumología y Cirugía de Torax, Ivelisse Acosta, ha elevado la voz de alarma para que el gobierno dominicano no descuide otra crisis igualmente inminente y de escala global: el COVID-19. Si bien, a la fecha, no se ha registrado ningún caso de COVID-19 en América Latina, y el número de pacientes que se han recuperado ya superan los 25.000 casos, un descuido frente a la contención de la epidemia podría tener terribles consecuencias para toda la región.

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