SINAPSIS

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Y así empezamos: REVISTA SINAPSIS Incitando Conexiones CONVOCATORIA INAUGURAL A estas alturas ya no nos queremos cuestionar acerca de la necesidad de otra revista. Simplemente la haremos porque sabemos, porque queremos y sobre todo porque podemos. Convocamos cordial y abiertamente a todos los escritores, creadores de las diferentes artes, periodistas, difusores de opinión y ciudadanos interesados para que puedan integrarse a este nuevo esfuerzo editorial bimestral y digital, que llegará hasta donde seamos capaces. Somos fervientes creyentes de la libertad de expresión y por lo mismo la base editorial de la revista estará sirviendo rigurosamente dicha libertad. Los temas y formas también serán libres y tendrán como plataforma ética el respeto a los Derechos Humanos Universales aceptados y declarados en el Artículo 1º de la Constitución Mexicana: «En los Estados Unidos Mexicanos todas las personas gozarán de los derechos humanos reconocidos en esta Constitución y en los tratados internacionales de los que el Estado Mexicano sea parte, así como de las garantías para su protección, cuyo ejercicio no podrá restringirse ni suspenderse, salvo en los casos y bajo las condiciones que esta Constitución establece». «Las normas relativas a los derechos humanos se interpretarán de conformidad con esta Constitución y con los tratados internacionales de la materia favoreciendo en todo tiempo a las personas la protección más amplia». «Artículo 7°. - Es inviolable la libertad de difundir opiniones, información e ideas, a través de cualquier medio. No 2 se puede restringir este derecho por vías o medios indirectos, tales como el abuso de controles oficiales o particulares, de papel para periódicos, de frecuencias radioeléctricas o de enseres y aparatos usados en la difusión de información o por cualesquiera otros medios y tecnologías de la información y comunicación encaminados a impedir la transmisión y circulación de ideas y opiniones. Ninguna ley ni autoridad puede establecer la previa censura, ni coartar la libertad de difusión, que no tiene más límites que los previstos en el primer párrafo del artículo 6o. de esta Constitución. En ningún caso podrán secuestrarse los bienes utilizados para la difusión de información, opiniones e ideas, como instrumento del delito». «Artículo 6°. - La manifestación de las ideas no será objeto de ninguna inquisición judicial o administrativa, sino en el caso de que ataque a la moral, los derechos de tercero, provoque algún delito, o perturbe el orden público; el derecho de réplica será ejercido en los términos dispuestos por la ley». La coordinación editorial no aceptará para su publicación materiales que contengan acusaciones o imputaciones falsas o sin sustento, contenidos difamatorios o insultos personalizados. Estaremos recibiendo materiales que cumplan además los requisitos de forma que se indican abajo. «Sináptico es un espacio de nuevas uniones: para generar, combinar, asociar y crear nuevas ideas. Sináptico es un invernadero de ideas.


La palabra sinapsis viene de sinapteína, que Sir Charles Scott Sherrington y colaboradores formaron con las palabras griegas sin-, que significa «juntos», y hapteina, que significa «con firmeza». Las sinapsis (del gr. óýíáøéò, “enlace”) son uniones especializadas mediante las cuales las células del sistema nervioso envían señales de unas a otras y a células no neuronales como las musculares o glandulares. Una sinapsis entre una neurona motora y una célula muscular se denomina unión neuromuscular. Las sinapsis permiten a las neuronas del sistema nervioso central formar una red de circuitos neuronales. Son cruciales para los procesos biológicos que subyacen bajo la percepción y el pensamiento. También son el sistema mediante el cual el sistema nervioso conecta y controla todos los sistemas del cuerpo. El cerebro contiene un número inmenso de sinapsis, que en niños alcanza los 1000 billones. Este número disminuye con el paso de los años, estabilizándose en la edad adulta. Se estima que un adulto puede tener entre 100 y 500 billones de sinapsis.» h t t p s : / / s i n a p t i c o . w o r d p r e s s . c o m / a b o u t / ?fbclid=IwAR0XfMrvM1skNU8GknrhKLhutQgv9pjvH1I5PLOOnYvbyvTS_r_HuPNwQDE El espacio cibernético continúa multiplicándose a amplitudes de hecho inconmensurables, no así el espacio reducido editorial y de publicaciones al que por generaciones fue el habitual. Los impresos como periódicos, revistas y en menor grado los libros no eran en sí espacios en los que autores y temas diversos tenían cabida. La economía y los criterios editoriales han sido los principales candados para que muchos periodistas, escritores y creadores puedan acceder a públicos lectores diversos. La censura política ideológica, la auto censura a modo aplicada y el servilismo fueron la villanía imperante en el drama de publicar. Con la aparición del ciberespacio las posibilidades de publicación impresa han minimizado su existencia y aumentado sus costos de producción. Sobra describir el estado actual de las publicaciones en «tiempo real» frente al imperioso avance y complejidad de lo virtual. Sería larga la lista de razones y reflexiones que nos han motivado a hacerte llegar la presente convocatoria. De facto nos estamos convocando a todos los interesados a integrarse al inicio de este proyecto cuya construcción –económica incluida-, dependerá de una nuestra nueva forma de comunicación, ínter actuación, entrega y creatividad. 3 SINAPSIS es un proyecto de libertad de expresión, creatividad y debate de alcance digital.

Autores de textos e ilistraciones, en orden de entrega de colaboración: Victor Rodríguez Méndez Daniella Saucedo Isidro Aguilera Ortíz Diana Ferreyra Rafael Calderón J.H. León Heriberto Guzmán Alma Patricia Olmedo Nuñez Julia Ríos Ernesto Hernández Doblas

Miguel Ángel Calderón Solís Alba Sigler Dora María Niniz Romero María Isabel Farías Ponce Blanca Villalpando José Reyes Rocha Francisco Rodríguez Oñate Summer Lewis Marla Estes Sergio J. Monreal

Incitadores de conexiones: Miguel Ángel Calderón Solís / José Reyes Rocha / Alejandro Delgado Diseño editorial y edición Alejandro Delgado


La rabia como vocación Víctor Rodríguez Méndez Los dos tipos salieron de la nada y en un instante se colocaron a mi lado de la ventanilla. Con una burda seña me pidieron bajar el cristal. «Danos el dinero que acabas de sacar del banco, cabrón», me gritaron, señalando con una pistola el bolsillo donde, efectivamente, guardaba los billetes bien compactados. Sucedió como en un sueño febril, en un abrir y cerrar de ojos. Huyeron en una motocicleta y yo quedé sumergido en una especie de limbo en el que sólo acertaba a pensar en el rápido giro de la pistola –fría, poseedora de una voluntad oculta que, por fortuna, no se me dio en conocer– pegada con fuerza a mis costillas. Los detalles de lo que siguió es intrascendente de contar por lo absurdo de la situación, relacionados con la espera de la policía que nunca llegó, mi inútil declaración en el ministerio público y dos posteriores visitas para hablar con unos agentes con más pinta de holgazanes –por su lenguaje y su limitada lógica deductiva– que investigadores de un crimen. 4 Luego vino a los pocos meses el robo a mi departamento cuando salí unos días de la ciudad. Debo aclarar que nunca había sido víctima de un despojo similar, y la sola idea de saber que algún extraño haya violado mi espacio íntimo y vital me produce aún una desazón terrible. Me consuela un poco imaginar la cara frustrada de los asaltantes –por alguna razón puedo afirmar que fueron más de uno: ¿qué más da si la intrusión en lo ajeno no depende de la cantidad de cuerpos? – al comprobar a primera vista que poco había para robar con valor material en mi pequeña vivienda, porque las únicas cosas de real valor para mí son mis libros, alguna ropa y los discos de música y videos de películas, series y documentales. De cualquier manera eso no fue impedimento para que se dieran vuelo en destrozar algunos cajones y, curiosamente, en vaciar la cocina de todos aparatos y enseres para cocinar. Dado que mis joyas preciadas no fueron objeto


de su rapiña, hoy día sólo puedo conjeturar que esos ladronzuelos tenían más hambre que ganas de entretenerse con discos y videos. Y qué decir de la noche en que tres ladronzuelos me acorralaron saliendo de un café del centro. Entre risas burlonas y una actitud amedrentadora me quitaron mi cartera, el teléfono celular y hasta una libretita de apuntes que guardaba en la chamarra. Uno de ellos me pasó un cuchillo por la cara. «¿Te asustase, putito?», dijo, antes de huir con deliberada calma, ante la mirada huidiza de otros peatones que pasaban por ahí. No me quitaron las llaves del auto, así que manejé hacia mi casa en un estado de exaltación contenida, cuya rabia se negó a salir por mucho tiempo, al punto que llegué con una sensación imperante de dormir para acallar el asalto de ese tipo de recuerdos. ¿Son realmente los recuerdos señales indelebles de nuestras experiencias vividas, buenas o malas? ¿Es verdad que sólo inventamos mediante el recuerdo? Si el recuerdo es el único paraíso del cual no podemos ser expulsados, como dijo un escritor y humorista alemán, lo corrijo con la sentencia de Víctor Hugo: «El recuerdo es vecino del remordimiento». Porque luego hay un hecho que está preso en mi cabeza, del cual al día de hoy no tengo claridad suficiente para afirmar si sucedió alguna vez: me veo sentado con mis amigos en una cantina, concentrados en nuestro habitual regocijo, intercambiando nuestras dichas y alegrías, reconfiguradas en el intercambio afectivo de ese espacio que es tan nuestro como un manantial de agua fresca. Imagino a un grupo de hombres armados entrando al lugar, vociferando, amenazando, haciendo disparos e hiriendo a un despistado; no sólo despojando a cada parroquiano de sus nimias pertenencias monetarias, sino enajenando también el mínimo instinto de sobrevivencia y el arrebato por defenderla. Aún no sé si estuve presente o no; puede ser que la vivencia de los otros al ser compartida sea como las cosas en la

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cámara oscura del recuerdo y haya tomando un relieve singular, como sugiere Théophile Gautier. Vendría después el asalto cerca de mi casa, una noche oscura en que salí a caminar para vencer mi insomnio y algunos malos pensamientos. Cruzaba el camellón del bulevar cuando el individuo me abrazó por la espalda y me pidió no hacer ninguna maniobra que lo hiciera enojar. En ese momento no supe si era un cuchillo o una pistola lo que se encajó en mi espalda, ni tampoco advertí si el criminal era joven o viejo, alto o bajo de estatura; sólo capté el sonido de su voz cascada, y la fuerza de sus brazos que no fue impedimento para que yo haya decidido actuar con un rápido reflejo. Un leve impulso hacia atrás me permitió zafarme y de inmediato, sin pensarlo siquiera, quizá dejando salir la irritación contenida desde tiempo atrás, me abalancé como una bestia ansiosa sobre él y lo golpee con la mayor saña que pueda caber en un ser fastidiado por tales infortunios. Le di cuantas patadas pude en mi inesperada reacción, violentas y bien dirigidas; un tanto cegado por la ocasión, mis puños se encajaron en lo que reconocieron de carne en ese cuerpo que, sin mucha dificultad, se venció rápidamente y al cabo quedó tendido como un fardo en la tierra. Un silencio atroz envolvió la escena, y una luz mortecina iluminó apenas un cuerpo ajado y sangrante, que sólo dejó escapar una ligera queja como una expiación de su alma muerta.

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Di la vuelta y recorrí lentamente las tres cuadras que me alejaban de casa. Nadie atestiguó mi hazaña, nadie al menos que se haya hecho presente de algún modo. Al caminar resoplaba con furia y solo un dolor punzante se acumuló en mis piernas, porque creo que mi mente divagaba en un espacio de brumas y misterio. Dirigía mis pasos con la osadía de un héroe y, antes de llegar a mi hogar, tiré en un lote baldío el cuchillo que hasta entonces apretaba furiosamente en mi mano derecha. Sentí un líquido pegajoso en la palma de la mano, y sin mayor reparo lo limpié con unas hojas de periódico que encontré junto a la reja del terreno; después las envolví como un puño y lo tiré ahí mismo lo más lejos que me permitió mi reconfortado ánimo. Abrí la puerta y lo primero que hice fue servirme un vaso de güisqui, que apuré con más coraje que ansiedad de alcohol. Me fui desvistiendo rumbo al baño y me metí a la regadera con los ojos cerrados y la respiración entrecortada. Recuerdo haberme quedado dormido apenas tocar la cama. Mi cuerpo se abandono al imperio de las sensaciones perdidas. Lo que no quiero recordar ahora es el sueño que tuve, o quizá no lo tuve esa noche ni las que le siguieron, porque desde ese día supe que también me lo habían robado y no sé si lo pueda recuperar algún día. Alejandro Delgado: Ilustraciones: Tecnovariaciones sobre el Cancerbero.


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Daniella Saucedo, fotografĂ­a.


LA REVOLUCION DE LA DESESPERANZA Isidro Aguilera Ortíz Siempre existe la necesidad de escribir y decir cosas. Solo quien no ha aprendido nada en la vida carece de esta urgencia de transmitir lo aprendido de un modo ordenado y coherente. Pero esa pulsión de decir algo, en ese desgastante reto de la página en blanco o la pantalla parpadeante pero vacía nos conduce a ese perpetuo dilema: qué decir que no esté dicho o que aporte algo y ese algo que sea fruto de millones de sinapsis en el cerebro colectivo, ah ese maravilloso órgano que, sin embargo, también puede estar expuesto a tumores malignos e indeseables. Resignado a no decir nada nuevo ni muy inteligente quiero retomar un tema ya abordado en otras ocasiones, la desesperanza o mejor dicho: LA REVOLUCION DE LA DESESPERANZA Un fantasma recorre México, la desesperanza. Esta afirmación, en una semejanza del inicio del Manifiesto del Partido Comunista escrito por Marx hace casi doscientos años, no es casual. Implica una comparación referida a un fenómeno político social. La desesperanza como fenómeno social se opone a lo que genéricamente se ha llamado como «sentido de la vida». El constructo «sentido de la vida» fue desarrollado por el psiquiatra y neurólogo vienés Viktor Emil Frankl [1905-1997] -mundialmente conocido por su libro El hombre en busca de sentido- como núcleo de la teoría motivacional de la logoterapia, escuela de psicoterapia por él fundada y enmarcable en la denominada «psicoterapia existencial». El experimentar que la vida propia tiene sentido es, para este autor, la fuerza motivacional fundamental del ser humano y condición de la autorrealización personal (Frankl, 1994). El logro de sentido se asocia positivamente a percepción y vivencia de libertad; responsabilidad y autodeterminación; cumplimiento de metas vitales; visión positiva de la vida, del futuro y de sí mismo; y autorrealización. Cuando no se alcanza el logro existencial se origina una frustración que se asociaría a la desesperanza caracterizada por la duda sobre el sentido de la vida; por un vacío existencial que se manifestaría en un estado de tedio, percepción de falta de control sobre la propia vida y ausencia de metas vitales. La desesperanza por causa existencial puede comportar riesgo suicida. Ahondando en estas ideas, Lukas (2001) afirma que la falta de sentido de la vida 8 da lugar a una frustración existencial en la que se desespera. Entre el vacío existencial y la desesperanza, por tanto, existiría una relación estrecha; ambas remiten a un estado de ánimo y motivación, y de sentimientos y de expectativas sobre el futuro caracterizados por la apatía, el cansancio, la falta de ilusión, la sensación de inutilidad de la vida, el fatalismo y la desorientación existencial, pudiendo llevar a la comisión de suicidio. El riesgo de cometer suicidio se incrementa notablemente cuando se experimenta vacío existencial, tanto más cuanto más sinsentido resulta la propia existencia. En relación con ello, Yalom (1980) halló que el vacío existencial se asociaba con la psicopatología, mientras que el logro de sentido de la vida se relacionaba con la dedicación personal a una causa, a valores y a metas vitales personales claras y definidas. Muchas personas pudieron a través de la permeabilidad social y bajo la búsqueda y encuentro de sentido de la vida encontrar mejores condiciones de vida para ellos y sus familias. Ryff y Keyes (1995) sugirieron que un componente crítico de la salud mental incluye la convicción y el sentimiento personales de que la vida tiene sentido. Los resultados de otros estudios apuntan en la misma línea. Gallego-Pérez y García-Alandete (2004) hallaron una relación negativa significativa entre sentido de la vida y desesperanza, de modo que al vacío existencial se asociaba mayor nivel de desesperanza, al contrario que con el logro de sentido de la vida. De ese modo, el sentido de la vida y desesperanza están significativamente asociadas de manera negativa, de tal manera que al logro de sentido se asocian niveles inferiores de desesperanza y, por el contrario, al vacío existencial se asocian niveles superiores de desesperanza. ¿Y esto qué relevancia tiene en el ámbito de la política mexicana?


A partir de la implantación de políticas neoliberales en México se empezaron a cerrar los mecanismos de capilaridad social debido a mayor concentración de la riqueza y menores posibilidades de las capas medias y empobrecidas por las sucesivas y recurrentes crisis depauperadoras. En ese medio tan propicio se empezó a gestar una desesperanza entre la población, desesperanza que se veía atenuada ante cada cambio de gobierno sobre todo cuando existió un cambio de partido en el gobierno federal. La aparente bonanza macroeconómica no se veía reflejada en la gente con menores ingresos que observaba cómo se deterioraba el valor de su dinero a tal grado que en el período salinista redujo artificialmente la relación de peso dólar a través de la arbitraria eliminación de tres ceros al valor del peso en una abrupta devaluación. Esta situación se hacía más visible al analizar la pérdida del valor adquisitivo reflejada en un salario mínimo que cada vez servía para comprar menos. Se reflejaba en la gente que decía que no tenía sentido luchar, que la vida no tenía sentido y que la informalidad o estar al margen de la legalidad era un mejor camino para el mejoramiento económico.

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Muchos otros optaron por la vía delincuencial, y sus lamentables y terribles consecuencias las seguimos padeciendo. Paralelamente, los partidos políticos enfrentaron crisis de identidad estableciendo alianzas que comprometieron severamente su conciencia como partido e ideario político filosófico.Y no es un asunto de imaginar que la gente no lo entendía. Claro que le resultaba evidente que, en el caso específico del PRD, las alianzas con el PAN, ese partido que surgió para combatir las políticas cardenistas, lo desdibujaron y se empezó a perder la brújula. El fortalecimiento de las corrientes internas (las llamadas Tribus) limitó la conducción institucional de un partido de izquierda y lo convirtió en una mezcla en batalla permanente por intereses.Y contribuyó a la desesperanza de la militancia que se había mantenido fiel a los colores y a la concepción de partido. Y en el PRI y el PAN las cosas eran similares. Mucha gente piensa que la población estaba harta de un esquema partidario que ya no les decía nada. Igualmente, que estaba cansada de la corrupción rampante de un gobierno alejado de las necesidades de la gente. La desesperanza social expresada en ese voto masivo por AMLO y su movimiento habla de la fatiga social por soportar un sistema político que cada día le decía menos.


Yendo por partes, diríamos que esta es una sensación de ruptura alimentada por cerca de 20 años. El mecanismo disruptor es contrastar la teórica pureza personal contra la «corrupta clase política» y «la mafia del poder». El otro elemento es el victimismo expresado en que toda decisión electoral contraria paraAMLO es fruto de un fraude, en tanto que los triunfos reconocidos son unas victorias de la democracia. Es el equivalente del dictado absolutista) de Luis XIV «el estado (o la democracia) soy yo». La desesperanza no se agota en la elección del 1 de julio de 2018. Esta elección, solo es una pausa en tanto se verifica la validez de los compromisos de campaña. El hecho es que esa desesperanza puede convertirse en estallido si se frustran las esperanzas de mejoría. La desesperanza tiene facetas diferente según el grupo social porque se tienen expectativas diferentes y diversas formas de manifestarse. La estructura partidaria como la conocíamos se hizo pedazos en un proceso desvinculatorio de esas fachadas de organizaciones y la población. Se dio un fenómeno de transferencia de clientelas políticas y partidarias al partido y candidato ganadores. Candidato que le dio esencia, contenido y forma a su partido. De la manera en que se articulen las demandas de la población (ojo, no es uniforme) con las respuestas del poder se evitará la manifestación de la desesperanza como mecanismo de resolución violenta de conflictos.

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Isidro Aguilera Ortiz. Nacido en Uruapan, de raigambre purhépecha, vive en Morelia. Ejecutor de diversos oficios, el de lector es el más apreciado. John Heartfield «La Mímica», fotoomontaje. 1934.


Rito Diana Ferreyra Despierto. Soy el día /la noche / el silencio y la voz / Me han dicho que voy a nacer / pensé que era el viento / el fuego y el agua / pero no / la tierra me ha robado las raíces / quizá nunca fueron mías / la tierra me ha abrazado /

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dice / somos uno / el infinito. Duermo / me evaporo / dice adiós mi otra parte / que vuela / camina / sueña / y espera ser polvo. Despierto / mamá está enferma / tengo miedo / curarla es un deber / Lou Li Rong «Danzando en el Viento», Bronce.


bebo aquellos ojos /

Los niños que me dieron

dedos y pies de niños /

aquellos pies / dedos y ojos

nunca los había visto /

me regalan un libro vacío

expresan: bébenos

con letras inconclusas

enteramente bébenos /

«sabes quién eres» /

obedezco /

exclaman.

Duermo /

Duermo /

me convierto en venado /

Dejo que mi espíritu

desaparece mi piel /

pulverice nuestro cuerpo /

se vuelve pergamino /

somos uno

de pronto veo

y el infinito

que soy el silencio / la voz /

el rito nos hace ceniza

el día y la noche

para volver a nacer.

mi otra parte es

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el agua / el fuego y el viento /

Despierto.

de un rostro

Ahora soy esencia.

es una estrella dando a luz / vuelve conmigo y me dice «curar a tu madre es un deber». Despierto / mi madre es la tierra / la noche etérea / regresa a mi lado y su espíritu entra a mi pecho.

Lou Li Rong «Danzando en el Viento», Bronce.


ELOGIO DE LA CIUDAD (Morelia: 190 años en la poesía) Rafael Calderón Es de reconocer que a través del recorrido por la historia de los distintos nombres con los que se ha identificado a la ciudad de Morelia, capital del estado de Michoacán, en la geografía mexicana se le considera históricamente la cuna intelectual de la Independencia de México, y en el terreno de la literatura ocupa un lugar excepcional, donde cabe hacer notar que a lo largo de su existencia son varios los poetas que le han dedicado poemas como un homenaje perenne y para conmemorar una vez más que el 16 de septiembre de 2018 se cumplen 190 años que lleva el nombre de Morelia en memoria a su hijo predilecto José María Morelos y tras lo cual la ciudad de la antigua de Valladolid o el nombre de Guayangareo quedaron en la historia del pasado, aquí se intenta un mínimo homenaje a la ciudad por la voz lírica de seis poetas de diferentes épocas y generaciones. Para quienes conocen modestamente la historia de la ciudad no es un secreto que bajo esta etapa de su nuevo nombre su primer poeta es Manuel de la Torre Lloreda, quien participó, incluso, en el cambio de nombre, y es quien primero la relaciona con la Revolución de la Independencia mexicana. Por esto, cuando se habla de la ciudad y de su magnetismo con la literatura, la cultura y las artes, por la poesía se puede hacer deferencia: la prosapia, directriz o identidad con la historia de las avenidas, edificios majestuosos o portentosos como parte de la vida cotidiana, y desentrañar cualquier época y resaltar su tradición más liberal que conservadora. La Catedral metropolitana es una construcción imponente, más allá de su condición clerical, ya que su arquitectura resulta ser una verdadera joya de irrepetible belleza universal. Prueba de ello es que Manuel González Galván la estudia como ningún otro moreliano; Manuel Ponce, publicó desde ésta una de las revistas literarias más influyentes del medio cultural mexicano del siglo XX, aquella que se llamó Trento, que inicia en 1943 y termina el año de 1969. Cuando se rastrea con devoción el encuentro del verso, ese canto que es un elogio a la ciudad y todo esto perdura como ejemplo grandilocuente del tiempo transcurrido. Algunos versos son notables, otros dejan sentir un sabor de lenguaje, rompen barreras, trasciende el territorio físico. Ya decíamos que al día siguiente del cambio de nombre Manuel de la Torre Lloreda registra primeramente esa perdurabilidad. Para los siguientes años y décadas el tema de la poesía no se detiene, más bien la condición de ciudad constante, latente, permite reconocer esa situación permanentemente literaria. En sus días, el mismísimo Guillermo Prieto le rinde un merecidísimo homenaje con un romance de su autoría que sigue vibrando por su eco. Por si falta penetración con el tema del retorno, aquellos hijos que se han ido en la infancia de estas tierras, retornan a vivir, escrudiñan con el verso la Avenida Madero; están los que penetran la esencia de su 1 3 belleza por las plazas públicas como la de Capuchinas, la Morelos (que popularmente es más conocida como El Caballito), la Plaza de Armas –que tiene su propia historia de desafíos revolucionarios–, la Plaza Benito Juárez –junto a la entrada lateral Poniente de la Catedral– el lado Oriente que lleva el nombre de Melchor Ocampo, etc. Es decir, estas plazas y avenidas del pasado inmediato permiten anotar al cronista que por ellas han desfilado buena parte de la sociedad moreliana, universitarios, funcionarios, o que se encuentra presente el Palacio de Gobierno; pero los poetas son los que han inmortalizado una y otra vez la vida cotidiana e histórica de la ciudad. Como resumen podría quedar registrado en este orden el canto lírico de Manuel de la Torre Lloreda, con un soneto dedicado a la fuente de la Plaza de Armas, así lo testimonia; la voz que resulta única es Concha Urquiza con su Retorno a Morelia; José Mendoza Lara con su esplendoroso título Ciudad de argamasa y piedra determina un lugar para la sobrevivencia; un soneto de notable belleza es el de Manuel Ponce: La Catedral de Morelia; ya en estos días del siglo XXI, Sergio J. Monreal escribe, la describe o deletrea en su Serenata doliente. Así, pues, hay que recordar que los visitantes se han deslumbrado, como el poeta español Luis García Montero, quien celebra a Morelia con un poema, que por primera vez lo leyó rindiéndole homenaje en las justas poéticas del Encuentro de Poetas del Mundo Latino, encuentro que se celebró en esta ciudad entre los años 2002-2011. Para continuar, hay que recordar que Concha Urquiza es una poeta que nació en Morelia y siendo una niña su familia se fue a vivir a la Ciudad México, pero ella un día retorna, y cuantas veces le fue posible refleja en su poesía la presencia de Morelia, e hizo notar que se enamora de la ciudad; Manuel Ponce estudia en el Seminario de esta ciudad y una vez terminados sus estudios, decide queda a vivir aquí y buena parte de su obra la escribió en esta ciudad. Pero con razón se ha dicho que es una ciudad de universitarios, y por esto, la Universidad Michoacana es el punto de encuentro con la cultura. Como recordar que un buen día llega José Mendoza Lara para estudiar y en la ciudad construye una obra de larga tradición por su condición de poeta y editor; algo parecido, el caso de Sergio J. Monreal, quien hoy día es quién termina escribiéndole uno de los poemas más originales para estos tiempos.


El elogio a la ciudad sucede naturalmente por versos que engrandecen o permiten de alguna manera que brille su historia, su cultura, esa red invisible de cristal o espejos: ocasión excepcional para celebrar y conmemorar su presencia como tema permanente de la poesía. Para mí, Morelia en la poesía, bien puede ser el inicio de la lectura, e inaugurarla con Manuel de la Torre Lloreda, quien escribió sonetos y poemas, nació el 6 de junio de 1786 en Pátzcuaro y murió en la misma ciudad el 26 de julio de 1836. Fue sacerdote independentista, cura de Pátzcuaro y Santa Clara del Cobre. Participó con el Congreso local en el cambio del nombre de la ciudad de Valladolid por Morelia el 12 de septiembre de 1828. Pronunció un florido discurso días después, mismo que fue publicado de inmediato por la Imprenta del Estado con el nombre de Discurso en el solemne aniversario de los patriotas difuntos celebrado el 17 de septiembre de 1828. En él, tras hacer un repaso de la lucha por la Independencia, llamó a los mexicanos a mantenerse unidos frente a las acechanzas externas. Además, denunció los nexos entre una educación colonial estrecha y opresiva, la falta de un gobierno adecuado en la época del gobierno español: “Aquellos tiempos verdaderamente de obscuridad y de tinieblas, cuando la educación no tenía por objeto, sino la humillación y abatimiento; cuando se entretenía a los ingenios en cuestiones o inútiles o abstractas; reduciéndolas a un círculo pequeño de ideas; cuando se cuidaba imprimirles desde temprano como dogmas las máximas del servilismo; cuando se carecía de comunicación y de libros; y cuando el formidable tribunal (de la Inquisición) esclavizaba hasta las almas, queriendo aprisionar los pensamientos. ¡Ah!, en estos tiempos tenebrosos ¡qué grandeza de alma no se necesitaba para conocer la verdad en orden al gobierno! Entonces era necesario que el hombre dominara su siglo, que fuese superior a sus preocupaciones, que estudiara en sí mismo; en suma, que con igual trabajo al de los primeros autores, que han escrito de la ciencia política, meditara, combinara y dedujera consecuencias, subiendo de una en otra hasta descubrir los principios”. En resumen, Gerardo Sánchez Díaz, recuerda que de la Torre Lloreda tuvo una "destacada participación en el diseño de la estructura de instituciones y la administración pública republicana". En sus intervenciones estuvieron presentes sus preocupaciones y propuestas en aspectos relacionados con el destino de los bienes de los pueblos indígenas, el pago de diezmos, el patronato eclesiástico, la integración y funcionamiento de los ayuntamientos, entre otras. Como ejemplo de su condición de poeta, un soneto sobre la fuente de la Plaza de Armas que escribe en ocasión de la muerte del obispo Fray Antonio de San Miguel, destaca, cuando dice:

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¿Ves esa fuente que perenne brota impetuoso raudal de fluida plata, y en tan gruesos torrentes se desata que en cada uno parece que se agota? Pues con la profusión que así denota, aún la piedad de Antonio no retrata, ni aquella caridad que se dilata a la región del orbe más remota. A suspender el curso de esa fuente de Átropos la violencia no es bastante, aunque cegarla en su principio intente, pues derramó un caudal tan abundante, que todavía su partida vertiente, sin sentir variación, corre constante. Por su parte, Concha Urquiza, nació en Morelia el 24-25 de diciembre de 1910, es una poeta que, un poco de todo, se ha dicho en torno a su trayectoria: su precocidad se inició con la lectura de los clásicos españoles, griegos y latinos. Concha Urquiza a partir de los 11 años publicó sus primeros poemas en la Revista de Yucatán y en Revista de Revistas y el primero que la incluye en una antología es Jesús Romero Flores en La poesía de Michoacán (1923). Más tarde se fue a vivir a Nueva York y ese periodo de su vida es relativamente oscura ya que muy poco de lo que escribe se conoce. Durante la juventud pasó de la militancia en el partido comunista a la adopción de diversas teorías estéticas y políticas. En 1937 entró en una crisis que la llevó a romper con su pasado, ingresando en un convento de monjas docentes de donde se retiró pocos meses después para dedicarse a la enseñanza de lógica e historia de las doctrinas filosóficas en la Universidad de San Luis de Potosí. Pese a sus amistades con poetas y escritores de su tiempo, nunca


perteneció a grupos literarios, interesándose más bien por exteriorizar sus emociones íntimas y descuidando la recopilación de su obra a la que sólo en los últimos años se le ha concedido la importancia que merece. La recopilación de Gabriel Méndez Plancarte “Bajo el signo del ábside” en 1946 es la edición cumbre de su obra; en 2013 jitanjáfora Morelia Editorial se dio a conocer Nostalgia de lo presente –todos sus poemas: 1921-1945 que organiza y presenta Rafael Calderón. Falleció, ahogada, en Baja California, México, el 20 de junio de 1945. Podríamos decir que su voz es única como sucede acertadamente en su poema Retorno a Morelia: Cierto, tú has sido fiel; la misma calma, las mismas alboradas deleitosas; torres aladas y canteras rosas, un remanso de paz para mi alma. Guardas aún aquel rubor intenso que ponía en la plaza verdeante la bugambilia en flor, y aquel instante de tus campanas en el aire tenso. Tu Calle Real que va de monte a monte, la clásica portada de breviario de Las Monjas, el rojo campanario donde se cifra todo el horizonte. Tus suburbios, prendidos en jardines, y tus fuentes de musgo y luna llena; y el viejo Bosque, donde vive y pena un recóndito aroma de jazmines. La señorial Calzada cuyas piedras añoran largamente tantas cosas... como esa cordillera de Las Rosas que pide al cielo su balcón de yedras. Igual y fiel te miro, tierra mía; infiel he sido yo, que ya no tengo cuando a tu casa rumorosa vengo, abierta el alma a ti, como solía. Si tu armoniosa paz no dice nada a mi cansado amor, ego te absolvo: culpa es de ausente ardor trocado en polvo, y juventud en sombras olvidada. Por su parte, Manuel Ponce, quien nació en Tanhuato, Michoacán el 15 de febrero de 1913 y falleció en la Ciudad de México el 5 de febrero de 1994. Se le conoció como un sacerdote católico apasionado por la poesía y que, además de escribir numerosos textos líricos, daba clases. Posiblemente influyó muchísimo en su dedicación a este arte el haber conocido a Francisco Alday, quien se convirtió en su maestro. Sus obras fueron publicadas en diversas revistas como El Centavo, fundada por Salvador Molina, y la dirigida por Porfirio Martínez Peñaloza y Alfonso Rubio y Rubio, Viñetas de Literatura Michoacana, de gran importancia para promover la poesía michoacana del siglo XX. Estuvo relacionado con los medios periodísticos del momento, trabajando durante un tiempo como director del Diario Letras en Morelia, dedicado exclusivamente a la literatura; además fue fundador y director de la revista Trento. Algunos de sus títulos más conocidos son Quadragenario y segunda pasión, El jardín increíble y Elegías y teofanías. Por sus poemas ocupa un lugar excepcional en varias antologías que lo incluyen para dar muestra de su elevado nivel de poeta y cuya

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obra extraordinaria está llamada a ser de lo más original, trasciende a los autores de su generación, aquí, como ejemplo, el soneto La Catedral de Morelia: Música de la piedra más baldía espiga su creciente partitura, y música del cielo la más pura en la piedra sus módulos enfría. Sismo de tierra, sube a melodía; aura de cimas, cola la llanura; y se respira tal arquitectura como resuena tanta maestría. Todas las liras en el aire tenso repercuten al son apasionado; el clamor de los hombres en ascenso penitencial, redunda en su costado; y permaneces, contrapunto inmenso, ¡oh Jesucristo! bien ejecutado. Pero otra coordenada muy diferente, la sigue José Mendoza Lara, quien es originario de Ciudad Camargo, Chihuahua. Toda su obra la ha realizado en Morelia, como parte de su reconocida condición de poeta, editor y tipógrafo. El poeta, José Mendoza Lara, dirige la editorial Jitanjáfora, fundada en 1999, y en esa travesía editorial ha publicado más de un centenar de libros de creación literaria (prioritariamente de poesía), divulgación cultural, histórica y filosófica. Toda su poesía la ha publicada bajo un solo título: Poemas membrillo, primero por la imprenta universitaria de la Universidad Michoacana (1980), luego aumentada y reeditada a partir del año 2000 en Jitanjáfora con el mismo título pero dividida en cinco volúmenes: I: Mundanal grandeza, Riesgos del oficio, La fácil quiebra de la salud y Suave pétrea; II: De la forma, del fondo y de la falda, Poema Endocrinológico, El poder de los epígonos, La Intemperie, Al declinar la adolescencia; IV: Pájaromaquia; y, V: Ciudad de argamasa y piedra. Ya que en Jitanjáfora existe el cuidado del libro 1 6 tipográfico, labrado manual en la encuadernación, la técnica del stock zero y la propuesta del desafío de generar una nueva cultura del libro en la ciudad “mediante la dignificación de quienes crean, producen y se recrean en el ámbito de los libros”; hoy día, registra ejemplos dignos de destacar: la edición del Diccionario de Autores Michoacanos que corona toda su actividad editorial y, en el ámbito nacional e internacional, la colección “Fenomenología”, coordinada por Antonio Zirión Quijano que trasciende la cultura del pensamiento filosófica por ese ejemplo que ya deja sentir un lugar inconfundible: la edición del Seminarios de Zollikon, de Martin Heidegger, que se edita en exclusiva desde Morelia, para los lectores de la lengua castellana. Como parte de la poesía de Mendoza Lara, destaco del título Ciudad de argamasa y piedra: 1 Mi ciudad no ha dejado de ser un lugar común. Mi ciudad es torpe. Mi ciudad no sabe lo que hace, ni lo que corre por sus calles lo conoce. Mi ciudad tampoco está dispuesta a nada. Se acuesta, se levanta enciende y apaga sus luces según sea la época o la afluencia de turistas. También a mi ciudad


todo se le adivina: su máximo misterio es la miseria, por ejemplo los perros y la luna, los ciudadanos tirados en la acera o tu nombre, otro lugar común y el mío lo garabatean sus calles y resquicios. 2 No debemos olvidar que fuiste una ciudad que vivía en el campo. Una ciudad trazada en la intemperie. No podemos olvidar que tu sabor de alfalfa y de rocío fue anterior a la desaparición de los casatenientes por deducir las rentas. No podemos desapercibir que antes de la institución del cabildo, la delegación de los servicios públicos y el hacinamiento depredador, aromó está atmósfera la respiración ajetreada de otros seres, otros hálitos que amalgamaron piedras y pájaros, imágenes cinceladas figuradas hacia el vuelo: la época de un tiempo indefinible que fue, es y aún no llega. Para cerrar en parte la coordenada local, por lo mismo, hay que recordar que Sergio J. Monreal nació en la Ciudad de México en 1971. Desde 1984 radica en Morelia. Ingresó a estudiar al Colegio Nacional y Primitivo Colegio de San Nicolás de Hidalgo en 1986. Ha publicado simultáneamente poesía, ensayo, narrativa y teatro. Por el oficio practicado entre la diversidad de géneros y por la disciplina que arroja su escritura es un autor que en su poesía tiene la presencia de la métrica, pero antes deja sentir la fuerza y pasión por temas comunes como el amor, la soledad, etc. Es disciplinado, no publica poemas sueltos, pero ha dicho que con los títulos publicados salda la cuenta pendiente para darle forma al libro y la totalidad de los poemarios como ejemplo de la poesía revisada, depurada, redistribuida y de suerte tal que aunque el orden definitivo respeta ciertos elementos coherentes y cronológicos, en un poema unitario como Camlann determina su decir lírico y donde recrea la figura y huella de la ciudad y se aprecia ese homenaje perenne es en Serena doliente: I Nadie recuerda el nombre, la voz envenenada que empaña los espejos ocultos tras la piedra.

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Ya nadie identifica la sombra que en los charcos, en los postigos rotos, en las flores tronchadas y en el inmaculado corazón de la piedra perfila el aire frío al marcharse la lluvia. La memoria empañada va volviendo postales los propicios rincones de la piel imperfecta, desdiciendo el tropiezo, soslayando esas faltas que hacen del hombre huellas, de las huellas silencio, del silencio hojas blancas abiertas al delirio. Sobre la ávida palma de esta ciudad mendigo (mientras bajo las piedras se estremece la ruina de una sonrisa rota) el oro tintinea.

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II Cantera es una flor de polvo rosa, una doncella antigua tras su rueca, un jirón de paisajes deshojados por la voz del oriente en la ventana. Cantera es el más noble fundamento del sol vuelto reloj por la retina, cantera es lo que queda de las voces cuando hasta el eco se les ha extraviado. Cantera es la mentira y la promesa que comparten amantes, comadronas, vendedores, suicidas y asesinos, rancios profesionales de la fe, infantes embriagados de recuerdos que duelen, por ajenos, doblemente, jubilados del sueño de la vida, burócratas del aire envenenado, adictos a nostálgicas piedades, damas perversas de sermón y de atrio, mil francotiradores de fascículo (apóstoles confesos del turismo, hormigas pisoteadas por el sueño de un jardín nuevo en una España nueva). Cantera es a la vez coartada y crimen, tortura y confesión, sentencia y pena. No ha dejado más rastros el pasado. No ha dado más promesas el futuro. No ofrece más certezas la mañana. Toda la prisa loca de arrojarse en brazos de mujer o de poema, los motivos del lobo y de la zorra, la atroz misericordia de Caín, los besos a la sombra de la luna, la fe y el hambre, el deseo y el miedo, el aliento que activa los engranes de esta bestia dormida y devastada no tienen más razón que su conjuro. Sin su signo marcado en nuestra palma


deambularíamos ciegos por el sueño y la venas heridas del desierto (así al menos la duna es invisible). Sin su tenue perfume cada insomnio por saldo dejaría espejos rotos (mejor las soslayadas corrupciones de estos despojos que se ignoran muertos). Cantera es esa campanada antigua cuyo eco esconde que te has vuelto mudo. Cantera es la palabra que los dioses soplaron al reloj en el oído cuando silencio, quietud y tiniebla abrumaban la boca del abismo. III ¿Cuál nuestro mutuo rostro si la piedra no hubiese estado aquí? ¿Los balbuceos hubieran por sí solos derramado agua de imagen la canción del día sobre el silencio de la tolvanera? ¿Fecundaríamos la extensión baldía si se nos desterrase para siempre de este nicho de piedra o si de pronto se descubriera en él tan sólo un sueño, un engaño piadoso, una cruel broma? Horroriza y fascina descubrirnos al arbitrio del viento y de los astros. Es en el corazón de la tiniebla donde se tejen el luto y el júbilo de cuanto somos y de cuanto fuimos. La tierra emite una oración eterna y es de sus letras que vamos naciendo. Siempre piadosa, oración madre nuestra, seas. No haya en ti pasajes de tiniebla, ni tientes expiaciones o blasfemias. Oración madre nuestra, no te animen el fervor exaltado de los salmos, la ardiente entonación de los profetas ni una sed implacable de Justicia. Tengan tus líneas el frágil sosiego de las tontas plegarias infantiles. En la edad de la sombra fue un capricho del viento y tiempo insomnes, la corriente que talló sobre el valle nuestro rostro. Aparta de nosotros el reflejo que al fondo de la pila del bautismo se empeña en aguardarnos. Si algún día llegáramos a vernos a los ojos, esta joya fortuita que has tallado en ti y por ti con nuestra carne muda volverá a su silencio primigenio.

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Se desmoronará entre nuestras manos, aunque no es obra nuestra (nada es nuestro), como en las manos de todos los hombres ha de desmoronarse el día del juicio la inocencia perdida con sus frutos. Antes de ver cumplidos los augurios concédenos sosiego en la ceguera. Ya se avecina como un buitre el alba. Bajo las ruinas, la piel de la tierra tiene el tono de un astro moribundo, la sangre mansa que fluye del limo se evapora rubor bajo la niebla y algo cobra de humano el remolino cada vez que las hojas se levantan.

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IV Aquí aguardo, ni insomne ni dormido, así como entre azul y buenas noches. Quemado a llama y rezo, aunque no en vela sino más propiamente en veladora. De pie donde las horas se detienen vaciando en grito su dolor festivo (ayes que arañan llama en las farolas, puertas a cal y canto en la cantina y en el burdel paredones helados). Tambaleante de briago en la costura que cierra con su ojal la madrugada y saca en hebra tejido de aurora, de pie en el horizonte abierto, floto. ¿Por qué se habrá hecho tarde tan de pronto? La aguja detenida, ensimismada, mi corazón sin plumas alza en vilo, se lo ofrenda a la luz como promesa y a la sombra de adiós y de responso. Tiempo matinal con el vuelo en ascuas. Tiempo nocturno en el que nada se oye, en el que nada sé o lleva a mi boca la instantánea desnuda del instante. Donde el falsete inmóvil resucito memoria en el ladrido de los perros y no recuerdo si la muerte sueña. Aquí aguardo. No digan, renegando, que me oyeron gritar que no es conmigo, o que me vieron encogerme de hombros. Hasta que en el prodigio la catástrofe aparezca para pintar su raya y me pinte también de transparencia sobre el limpio paisaje enlegañado. A punta de paréntesis rendido, a medias los postigos de los párpados, ya sin guitarra la pulsada sangre


y una desafinada despedida que a la verdad ni yo llego a creerme deshilándole el labio a la canción. Aquí merito espero, cual se debe. Yo que sé del aliento de estas calles, del cochambre que ocultan sus espejos, de la artritis que guardan sus vestidos, del perfume pringoso en que se amparan sus desplantes de alondra envenenada, de la charca de hollín en la que abrevan sus bucles y sus modos de duquesa. Yo que sé de antemano lo que viene, soporto una embestida de ternura y le dedico a la ciudad durmiente mi silencio como una serenata. V Enjoyada de incienso, lata en hoja, polvo de zempoaxóchitl, y alas quietas de gorrión aterido y en su jaula, nuestra herida (jaguar difuminado) se abre en un repicar de hierro y piedra. Los motores tempranos y voraces. Los pasos en que la prisa nocturna recupera la brida, vuelve a atarse. Los lechos blandos donde ya evapora su penúltima estela la caricia. Colmado de latir parsimonioso, el rasguear disonante de la escoba en la cuerda sin trastes de la calle. Agoreros apremios escolares a manera de bálsamo en el ojo. Hay otro instante, donde no se sabe si entre el sueño y el mundo habrá frontera. Instante matinal, torpe, solemne, propicio al verso y afines delirios: nanas, rondas y cantos de abandono por cuanto mal pagando reivindica con el ansia extraviada, con la vida. Es la gota angular que al sol ampara, la llaga del relámpago en la prenda más humilde del día, la mirada del carbunclo naciente sobre el agua, la anónima y fugaz revelación de cuanto buscarán en forma inútil del alma ciega los diurnos afanes. Instantáneas que solamente cuajan amparadas por infantil acento. Cuando un niño despierta anula el hueco que en dos mitades abre y comunica lo que es innumerable, lo infinito,

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lo inseparable, lo uno, lo total. Y ya reconciliado el sol, espejo en una misma línea se derrama. En una misma línea, insisto, y cuento: la línea de los rieles que al viajero prometen y acumulan travesías; la línea del resorte o de la cuerda donde simula la muchacha próxima su eje lustral en forma de serpiente; la línea del poema abandonado que abatió sobre el papel la frente (un pípila de nube y no de piedra, el poeta; fruto y sibila a un tiempo, la niña; vendaval del alma quieta, el viaje; consagración de las aguas, el alba). Ya amanece. ¡Lotería! Para terminar este elogio a la ciudad de Morelia bajo la rúbrica de la poesía, quiero terminar con el poeta Luis García Montero, que nació en Granada, España, en 1958, y reside en Madrid, actualmente es Catedrático de Literatura Española de la Universidad de Granada y director del Instituto Cervantes. Una de las figuras más destacadas de la llamada poesía de la experiencia y los estudiosos de su obra han dicho que ésta: “Se caracteriza por presentar una composición cercana donde priman la cotidianidad y la inmediatez”. Quienes lo han tratado, aseguran que es una persona sumamente sencilla, pese a ser uno de los más destacados poetas de la actualidad en la poesía española, él parece no dar mucha importancia a su fama, se presenta de una forma cercana y cálida. En la ciudad de Morelia varias veces participó leyendo sus poemas en el Encuentro de Poetas del Mundo Latino que promueve Marco Antonio Campos. En su país, García Montero forma parte del Jurado del Premio Internacional de Poesía Generación del 27, uno de los más prestigiosos de habla hispana. Su obra, se integra por varios títulos; autor de novelas y diversos ensayos y en este género destaca con los que le ha dedicado a la poesía de Federico García Lorca y Rafael Alberti. El poema “Morelia” es determinante para conocer parte de su poética o recordar una vez más los exiliados españoles que llegaron a Morelia y revivir el suceso desde la poesía. Dice: “Es un poema que escribí en esa ciudad. Me emocionó mucho, porque ustedes saben 2 2 que cuando la Guerra Civil de mi país, España, sucedió el abandono de todas las potencias del mundo a la república española, pero éstas estaban haciendo más daño, y fue entonces que Lázaro Cárdenas y el pueblo mexicano se solidarizó con la república española. Había muchos niños heridos, abandonados y perseguidos, pero fueron traídos a México, donde encontraron albergue; son los llamados ´Niños de Morelia´. Yo fui a Morelia a participar en un homenaje a Juan Gelman que había organizado mi hermano Marco Antonio Campos; debido al cambio de horario me levanté muy de mañana, fui a pasear y al andar me encontré con el Colegio donde habían sido cuidados los niños republicanos españoles y fue entonces que escribí este poema que tiene para mí la nostalgia de Juan Gelman y la amistad de Marco Antonio Campos, a quien se lo dediqué”. El poema “Morelia” es el siguiente: Soy cobarde. Pero también mantengo la dignidad. Procuro no vender la sonrisa que los fuertes esperan. Por eso corro hasta mis versos como el niño que huye hacia su cuarto cuando empiezan los gritos de la casa. Me duermo y amanezco. Ya da el sol en las piedras de Morelia. Me levanté muy de mañana a caminar las calles de una ciudad que ha sido


ese recuerdo en el que nunca estuve. Tampoco estuve nunca en el Madrid bombardeado, Pero crecí mientras buscaba una verdad en la memoria. Más que la tierra limpia, me emociona el paisaje de cultivos, la piedra que las manos edifican, paredes que comprenden un relevo de vidas cotidianas, de cuerpos, murmullos, de tacones que bajan la escalera, de peldaños que corren hasta el sótano antes del bombardeo. 1939, tal vez, o en 2005, es la historia del agua, la lluvia perdida en el invierno como una condición de la miseria. El sol abre los ojos y puede ver la infancia de un país que huye de la guerra, que cruza el mar, que desciende del barco, como la historia, en fila, muy peinada la historia con su maleta de cartón, con sus recuerdos sin estatura y para siempre, mientras ordena el equipaje en la ciudad que la recibe. Valladolid. Morelia. Suave Patria. Miro la catedral, el internado, los edificios nobles, y en la imaginación, donde se viven los recuerdos para que las historias generales puedan gozar de intimidad, agradezco la luz al descubrir una nobleza humana más alta que las piedras y los bosques. Poco a poco la gente ha invadido las calles. Estoy acompañado y solo en una plaza de Morelia. pero siento que corro hasta mi habitación, siento que me refugio de los años, del agua, de la muerte,

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de todo aquello, frío y desarticulado como un juguete roto, que me fue separado de la infancia. Por estas voces literarias hemos asistido al encuentro fortuito y perenne de la ciudad a través de este género alegórico y exquisito, y decir en esencia una vez más que no es una historia de Morelia, sino que estos poetas, reconocen a la ciudad como criatura de salvación, plural y cambiante. Pero, igual que a otros autores, para mí Morelia es una ciudad que ha generado seducción y por ningún motivo puede ignorarla. Solo que un poco diferente, con respecto a aquellos que le han dedicado poemas, más bien le he rendido homenaje a través de su poeta más notable: Concha Urquiza. El año del centenario de esta poeta mexicana por partida doble escribí un atributo a la ciudad y su poeta y éste se sitúa en Morelia y sus calles. Es un reconocimiento para esa coordenada de lo que se vive hacia los meses finales del año de 2010, eran los días próximos al centenario de Concha Urquiza; escribí como homenaje en su memoria: Réquiem para una poeta de Morelia bajo el efecto que recuerdo a Gabriel Méndez Plancarte y los versos se consigan a su espíritu intelectual:

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La ciudad que te vio llegar conserva su calzada: está visible el nacimiento. El día sollozo de la cuna fue diciembre. El instante de la vida ha sido intenso: la foto evidente muestra ojos fugaces, recuerdos de tu palabra vivísima como sombra presente. La noche termina, el amanecer empieza con una estrella entre la madrugada que ilumina haciéndose eco de la escritura con mano poderosa. Sólo fue aquel instante interrumpido por la muerte, y de aquel sueño, el mar guardó imágenes para la memoria y de tu nombre. El recuerdo está ahogado por el cuerpo: líneas sucediendo a la llegada de la oscuridad, la melancolía transcurre entre el ánimo abatido. Aquellas voces registran tu pasado, consciente de lo que dicen las olas. Estar allá donde todo termina, prefiriendo que la melancolía salga por la tarde del río donde las aguas fluyen y recordar palabras que presentan a la muerte. Decir adiós al sueño de profundas fantasías del manantial figurativo. ¡Alguien sabrá que el día le permitió en su Olimpo decir

adiós desde un islote y para siempre desde el mar!, fue un triste duelo del verano cuando las flores son rostro y ya sabiendo porque sonríes y de aquel manzano se mueven las hojas al final del ciclo para decir la abundancia profunda del océano y lo indecible y con el sacudido deleite: el corazón entero y generoso espera. Tu palabra fue inventada, arde desde el fuego y el remanso de la tarde. ¡Que sea el sol un amanecer cuando fluye el pasado! El idioma inventa la melodía, perdura el sonido y la canción pulula vibraciones con el recuerdo de la lumbre de tus ojos. He dejado que la noche acompañe mi soledad callada, vista por el silencio y de pálida rosa. ¡Alguien muere de soledad sabiendo el cuerpo enlazado al tiempo que pena por placer! Porque “Los amores huían –cazadores furtivos– de hoja en hoja saltando, y con sus quejas enervaba los vientos”.


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J.H. León «Mirada» / Digital.

J.H. León «Memento» / Digital.


Mi tía Celeste Heriberto Guzmán Dejé a mi tía política dormida, achicada y semidesnuda roncaba con la cabeza gacha, sus senos lánguidos reposaban sobre la mesa y la peluca platinada hecha una maraña la robó el gato para revolotear por la sala. Salí despacio, era ya de madrugada e iniciaba el barullo de la gran ciudad que despertaba a lo cotidiano, preferí escabullirse, evitar el reencuentro más tarde, el intento de justificaciones dolorosas, opté por tratar de mantener la imagen de mi tía hermosa, de cuerpo escultural, de sonrisa fresca, una mujer de mucho mundo que conocí gracias a las redes sociales. Poco comentaba mi madre viuda de su prima Celeste, en el fondo me parecía que le tenía un poco de envidia. Muy joven Celeste salió de nuestro pueblo a estudiar Leyes en la capital, nunca regresó, las pocas cartas que mandó en un principio describían una vida emocionante, convivir con gente culta o del alta en lugares ostentosos era común. La contacté por internet, en las fotos era una mujer madura, frondosa, que mantenía un cuerpo bien delineado con fisonomía de artista de cine de la época cabaretera. Me sorprendió su amabilidad y el interés por su sobrino de 17 años, me invitó insistente a que la visitara en la capital. Yo creo que nunca pensó realmente yo fuera a visitarla, ni yo que mi madre después de mucho rogar me dejara ir. Escribí. - Tía, voy a verte el viernes. - ¿Este viernes? Cumplí con las recomendaciones de todos, después de ocho horas de autobús y media de taxi, a las siete de la tarde me planté frente a la puerta del departamento de mi tía en el quinto piso de ese edifico viejo, respire profundo y toque pausado… apareció mi tía… preciosa, perfumada, con el delineador de cejas en la mano, apresurada simuló un beso con sus labios rojos recién pintados, al mismo tiempo me pedía que me pasara, me sentara en el sofá de la sala y esperara un poquitín, porque iba retrasada para una reunión muy importante. Se deslizó hacia su cuarto y yo absorto no pude despegar mis ojos de sus redondas y bamboleantes nalgas. Desde el cuarto escuchaba el taconeo del ir venir y el - ¡qué bueno que viniste¡, ¿cómo está tu mamá?, ¡estás enorme! Yo te conocí chiquito, creo tenías un año, vas a ver cómo nos vamos divertir, pero mañana porque no pude cancelar esta reunión, me vas a disculpar, ¿en qué año vas en la escuela?, seguro ya tienes novia. Ya no escuchaba, me sentía en otro mundo, el prominente trasero bañado en oro que transportaba mi tía, la cabellera plateada, los labios carmesíes, me provocaron la inauguración de una erección, la cual suprimí, un poco avergonzado pensando en las recomendaciones de mamá y la falta de respeto a un familiar. -Me voy, estás en tu casa, mira te dejé la cena y puedes ver televisión, estas cobijas para que te acomodes aquí en el sofá, si te da lata 2 6 el gato lo encierras en mi cuarto, no me tardo, chao mi príncipe. -El príncipe se quedó sumergido en el halo perfumado de la reina-, la vi partir moviendo las grandes caderas al ritmo de salsa. Me recosté en el sofá con ganas de dormir, pero la emoción me mantenía solo aletargado, la televisión daba las noticias de siempre y el reloj de pared avanzaba tan lento que parecía descompuesto. Dormitaba soñando que bailaba un viejo danzón con mi tía hermosa arrejuntada a mi cuerpo, mi brazo derecho aprisionaba su cintura de avispa, mi pierna derecha batallaba por meterse entre las suyas y ella sensual y cariñosa me lamía la oreja derecha. Desperté con el ruido de la cerradura al abrir la puerta, de un manotazo espanté al gato que saboreaba la cerilla de mi oreja y mi tía entró trastabillando, eufórica me abrazó, creo más para mantenerse en pie que por afecto y en seguida aventó de dos patadas al aire sus zapatos dorados de tacón y plataforma, de un sopetón se achaparró diez centímetros, quedó más baja que yo. Me tomó de la mano. - ven siéntate, vamos a tomarnos un traguito para platicar. Después de todo un brandy no me caería mal para relajarme, quitarme ese temblorcillo de cuerpo sin frio. Me empezó preguntar de todo y nada. - ven, bájame el cierre del vestido que ya no aguanto. Le bajé el cierre con mucho trabajo por lo ajustado del vestido color oro, lo deslizó hasta sus pies y lo pateó al rincón. Ella quedó en algo parecido a un traje de buzo que la cinchaba ceñidamente. - Ahora desabróchame el traje de rana, - dijo esto entre carcajadas de borracho-. Casi se me derrumba en el forcejeo por liberarla de su prisión, solo se le cayó la peluca estelar, rápido la levante, la sacudí un poco y la coloqué sobre la mesa, ella reía sin control, me pareció ahora sí una bañista, con su gorra de natación escondiendo los pocos pelos naturales que le quedaban en su cabeza. Por fin logré desgajar el traje, soltó las carnes abundantes capturadas en esa minúscula prenda. Con risita de conspiración dijo. - Por fin libre.


La parte que perdió de altura ahora se le desbordaba por los costados y el frente de su mínima tanga. Escondía mi mirada, de reojo observé sus enormes nalgas craqueladas y sus senos flácidos mirando el piso. Buscaba esconder mi incomodidad; entretenerme en correr al gato, mirar las fotos en la pared de su juventud en la playa, buscar los cigarrillos que me pedía en la alacena de la cocina. - Ven siéntate junto a mí, no te de pena somos familia. Puso su mano enjoyada sobre mi pierna y bebió su brandy de un sorbo. Con el pretexto de prepararle otro trago me deshice de la tenaza caliente. - Ponte una musiquita. Haz de disculpar, ¿Cuántos años dices que tienes?, salud sobrino. No te de pena ya eres grandecito y seguro tienes muchas novias cariñosas, ¿o no?, yo tuve muchos novios, pero nunca un esposo. Puse la música, eran canciones antiguas de amor, me entretuve a propósito preparándome un trago. Al volver a la mesa, ella lloraba quedo con la mirada perdida en sus recuerdos… el rímel empezó a correr diluido por sus mejillas, agachó la cabeza y se quedó dormida. Manuelito se ve incomodo, de reojo observa el cuerpo de Celeste, va a la cocina sirve unos tragos, regresa y se entretiene en correr al gato, mirar las fotos de Celeste en su juventud que están colgadas en la pared.

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Celeste- Ven siéntate junto a mí, no te de pena somos familia. Celeste pone su mano sobre la pierna de Manuelito, bebe su brandy de un sorbo, Manuelito quita la mano de su pierna y se levanta para prepararle otro trago a Celeste. Celeste- Ponte una musiquita, haz de disculpar, ¿Cuántos años dices que tienes? Saluda, sobrino. No te de pena ya eres grandecito y seguro tienes muchas novias cariñosas, ¿o no? Yo tuve muchos novios, pero nunca un esposo. Manuelito pone música en un tocadiscos y al volver a la mesa, Celeste llora. Quedo con la mirada perdida, el rímel corre diluido por sus mejillas, agacha la cabeza y se queda dormida, ronca. Manuelito la mira compasivo, el gato pasa con la peluca jugueteando, agarra una cobija y cubre a Celeste, da un sorbo al brandy, apaga la luz y sale del departamento. FIN

*Basado en este cuento, en 2017 obtuvo el Premio en el concurso de guión de cortometraje en el FESTIVAL INTERNACIONAL DE CINE DE MORELIA. Er nest Descals: Triste za. Acuar ela. Ernest risteza. Acuarela.


LA LITERATURA

MI EXPERIENCIA EN EL MUNDO MAGICO DE LA LIBERTAD DE EXPRESION Alma Patricia Olmedo Nuñez

Era la década de los setentas cuando, sin saberlo, iba plasmando en mis cuadernos escolares emociones, sueños y pensamientos sobre temas diversos de mi cotidianeidad. Percepciones que venían a mi mente convertidas en palabras de todo lo que me rodeaba, imágenes de aquella época en que transcurría mi vida. Sin darme cuenta que la semilla de la de la literatura castellana, escuchada en mis épocas secundarianas en las voces silentes del Marqués de Santillana, con sus diez serranillas musicales y graciosas, o las coplas de Don Jorge Manrique por la muerte de su padre, 2 8 o las de Don Pedro Calderón de la Barca y sus Autos Sacramentales, o La vida es sueño; o leer Fuenteovejuna de Lope de Vega y las andanzas del Cid Campeador, había germinado en la tierra pródiga de mi joven intelecto. Bien a bien yo no sabía en aquél entonces lo que era todo ese contenido prolífico que tenían aquellos libros y lo que era su verdadero significado en la historia de la Literatura. Sin embargo, el dejarme llevar por su ritmo y sus imágenes me transportaron a ese mundo mágico de las palabras, haciéndome sentir esa emoción al leerlos. Fue así que aquella semilla se siguió formando y transformando dentro de mí en una etapa de la vida, donde las emociones y las sensaciones están al descubierto en el ser humano, dispuestas a absorber cualquier estímulo sin cuestionar las razones, sólo dejándose llevar por los sentidos, ahí donde es el inicio de la juventud. Fue así que sin saber de definiciones precisas, ni de grandes conocimientos sobre la literatura, dejé que siguiera formándose y creciendo dentro de mi aquél tallo fino de las letras, convertidas en palabras, hasta formar un tejido suave de emociones y de imágenes. Entonces aprendí, sin darme cuenta que todo aquello me servía para comunicar, para expresar mi propio sentimiento, mi verdad sin ser juzgada. Más tarde el tiempo y las circunstancias me llevaron a enfocar mi atención en una sola idea, en una frase: «yo quiero escribir». Mientras mi vida transcurría en otros ámbitos, me acerque a Sabines, a Octavio Paz, a Neruda y sus Veinte poemas de amor y una canción desesperada que releí tantas veces; leí a Gibran Jalil Gibran, a Simon de Beauvoir y La invitada, Herman Hesse, Albert Camus, etc. etc. Y me di cuenta que seguía sin saber nada, que el camino era muy largo y que debía conocer más; leer y aprender mucho más de lo que hasta entonces conocía. Supe que tenía frente a mí una gran distancia entre lo que hasta entonces había hecho y lo que era mi anhelo, ese deseo callado que iba creciendo dentro de mi como un sueño inalcanzable, como eso simplemente, mi sueño guajiro. Pero así también me daba cuenta que la literatura es un acto de amor a las letras, a las palabras, un enamoramiento del lenguaje y del buen decir, con claridad y detalle o con la sencillez de lo llano, de lo simple pero, al mismo tiempo, contundente en su expresión. Profundo y soberbio que paraliza el espíritu en un momento sublime de emociones para caer sin remedio en el éxtasis formando parte de aquel momento.


Comprendí que la literatura forma parte del entorno y las circunstancias, como un vaso comunicante que trasciende en el tiempo y la distancia, como un testimonio de acontecimientos vistos y vividos desde diferentes ópticas, pero que finalmente se quedaron en la memoria de ese colectivo social y los podemos traer a nosotros a nuestra realidad rescatándolos del olvido. La literatura se convierte en una entrega constante, en una especie de acto reflejo desde que la conoces y te das por entero a ella. Se vuelve poco a poco, una cita puntual con el conocimiento del pensamiento humano a través de los tiempos. Es un dar y recibir constante información de distintos aspectos de la vida, del mundo, del universo, en el tiempo y en el espacio en que habitamos. Buscar el arte en la escritura es un trabajo que se logra a partir del conocimiento de las distintas formas literarias, de conocer la dependencia que ha existido siempre entre los movimientos literarios y los sociales en las diferentes épocas, para enriquecer el propio pensamiento a partir de caudal inmenso del pensamiento humano. Pero también significa partir de todo ese conocimiento para poner en práctica la libertad de expresión y dejar volar a juicio propio las ideas para plasmarlas en palabras que enriquezcan esos pensamientos, expresados en forma clara y correcta hasta donde la capacidad literaria lo permita. La literatura como un arte contempla, al igual que las otras expresiones artísticas, transmitir la belleza a través de las palabras y causar una emoción con ellas, sea cual sea esta. La pintura, la escultura, la danza, cinematografía, todas contienen o el ritmo, la belleza en su conjunto, emociones. Coincidencia de objetivo: transmitir emociones.

la poesía, la fotografía y la buscan las formas, la proporción, con el único fin de hacer sentir expresiones distintas con el mismo

Definir de manera puntual y clara introspección de quienes se palabras, a fin de conocer sus saber sus alcances en lo que se porque la literatura es el tiempo a través de la historia.

a la literatura, es un trabajo de piensen seducidos por las propias formas de pensamiento y quiere transmitir o comunicar, de las palabras dichas y plasmadas

Son hechos, son emociones, son trascienden y se quedan para los conoce o los escucha. De pensamientos se convierten en formando parte de épocas por eso es el tiempo de las contenidos pueden ser diferentes, cambiará nunca, porque como se ha señalado antes, la de quien lo escribe.

pensamientos filosóficos que 2 9 siempre en la memoria de quien acuerdo a lo expresado, esos textos históricos, que se quedan distintas, en diferentes contextos; palabras, porque su sentido y sus pero el fondo de los mismos no transmiten y lo harán siempre emoción, el sentimiento vivencial

Finalmente, los escritores son comunicadores en sus propias palabras, en cualquier estilo literario en que lo hagan, de su entorno social, pero sobre todo, de su interior del bagaje de emociones que se llevan por dentro a través de la existencia. Y aquí me puedo referir a un escritor mexicano contemporáneo, Juan Rulfo, cuya obra ha marcado una pauta y una forma literaria de una gran intensidad en emociones, en una prosa cargada de dolor, de soledad y violencia, como lo describe su propio texto El llano en llamas, y surgen de los lectores de entonces y de ahora las preguntas: ¡Quien es Juan Rulfo? y ¿Porque escribió lo que escribió?


Basta leer un poco de su biografía, para saber que esa carga de emociones las llevaba el desde muy niño en su interior, y encontró en esa forma de escritura, sacudir aquél atado y dejarlo esparcido en esas expresiones tan claras, pero también tan dolientes, de una vida cotidiana de abandono y soledad. Es claro que la literatura es el resultado intrínseco del entorno y las propias vivencias de quien escribe como reflejo de sí mismo y de su existencia, haciendo uso de su propia óptica pero sobre todo de sus propias emociones con el único objeto de hacerlas llegar más allá de sí a través de las palabras. No como un trabajo sino como un placer reconfortante de sanar la propia alma. Por eso la literatura existe desde que el hombre logró cubrir sus necesidades más apremiantes, y dispuso a su libre albedrío de la energía para buscar actividades que le proporcionaban placer; así surgió el arte, en sus diferentes formas y en dentro de ellas, la literatura. Una de las características del arte como tal, en cualquiera de sus formas representa el resultado de una actividad humana independiente, encaminada a despertar en quienes la contemplan, un sentimiento, una emoción que puede perdurar en el tiempo y la distancia. Escribir es buscar de manera libre el estilo literario que permita sin limitantes expresar con autenticidad, originalidad e inocencia pura 3 0 el pensamiento humano en un texto que con claridad y calidad literaria transmita en forma bella imágenes, emociones que se queden en la memoria de quien lo lea. Lograrlo es el reto, alcanzar el virtuosismo de la escritura a través del talento, y la entrega con pasión a los que se hace, es el camino que se sigue para llegar al resultado. Aceptar el reto es mi determinación, seguir en la búsqueda el compromiso y dejar fluir de manera libre, autentica y sincera como en mis primeros textos a mi imaginación experimentando cada paso el mundo mágico de la libertad de expresión. «yo no escribo cosas nuevas, pero las escribo de distinta manera» «El individuo ha luchado siempre para no ser absorbido por la tribu. Si lo intentas, a menudo estarás solo, y a veces asustado. Pero ningún precio es demasiado alto por el privilegio de ser uno mismo». Friedrich Nietzsche Ilustr aciones digitales por J ulia Ríos Ilustraciones Julia Ríos..


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Daniella Saucedo: fotocolla ge digital. otocollag


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Danza desde el Amar SINOPSIS Ernesto Hernández Doblas Danza desde el amar es un trabajo teórico pero basado en la práctica que recorre y analiza aspectos históricos y políticos de la actividad de la danza escolarizada o académica, desde una postura crítica. En él, Adriana Delgado plantea un nuevo paradigma de trabajo para y desde el cuerpo basándose en el respeto de la conjunción cuerpo»persona. Las indagaciones que se comparten en las páginas de su texto tienen que ver con cierta violencia ejercida durante el proceso enseñanza-aprendizaje de la danza así como las posibles causas que originan y pretenden hacer legítima esa agresión. Danza desde el amor expone cómo tal proceso se ve impregnado de dispositivos coercitivos y modelos que se han pretendido casi incuestionables; aprender desde el dolor, la competencia, la desconfianza y la repetición irracional, son algunos de ellos. Es así que se revisan los conceptos de cuerpo y movimiento desde el Método Feldenkrais® de Educación Somática, la Fenomenología de Merleau-Ponty y el amor y amar en la promesa de Humberto Maturana. Desde ellos reflexiona y propone mediante un trabajo hermenéutico al considerar que sus pensamientos tienen una perspectiva no patriarcal, lo que permite re-significar la actividad dancística: una que propicie la autoconsciencia y autocuidado integral: una Danza desde lo amoroso. Adriana Delgado comparte sus resultados: una serie de principios para la enseñanza-aprendizaje de la danza que posibilitan una mayor capacidad de ser conscientes de nuestra relación con el mundo a través de mejorar el movimiento. En este sentido este libro tiene un perfil ético, pedagógico y estético como una trilogía hacia el bien estar y la creatividad. Además, la crítica y principios propuestos son aplicables al teatro, música, y cualquier actividad física donde el movimiento del cuerpo»persona es sujeto de aprendizaje y afecto.

PRESENTACIÓN Miguel Angel Calderón Solís El presente libro de Adriana Delgado analiza algunos aspectos históricos y políticos de la actividad de la Danza escolarizada o académica, en especial -desde una postura crítica- la manera en que se trata al cuerpo»persona y se enseña el movimiento. La expresión de la Danza, como una manifestación profundamente humana, no está libre de influencias y tendencias. El sistema político, intelectual y social influye en las maneras en que se enseña y practica la danza escolarizada como parte de 3 3 una ideología de la cultura patriarcal hegemónica. A través de sus experiencias agridulces del aprendizaje de la Danza académica, y ahora con una nueva visión apasionada de la relación integral del cuerpo y el movimiento, Adriana indaga sobre cierta violencia ejercida en la Danza durante el proceso de enseñanza-aprendizaje y las posibles causas que le dan legitimidad y origen, así como su relación al enseñar el movimiento corporal en la Danza al servicio de dicha cultura. Además, expone cómo tal proceso se ve impregnado de dispositivos coercitivos y modelos casi incuestionables: aprender desde el dolor, la competencia, la desconfianza y la repetición irracional, son algunos de ellos. Esta particular perspectiva le permite revisar con madurez y vehemencia los conceptos de cuerpo y movimiento desde la Educación Somática, en específico desde el Método Feldenkrais y la Fenomenología de Merleau-Ponty. Amor y amar en la promesa de Humberto Maturana. Haciendo con ellos un trabajo hermenéutico al considerar que sus pensamientos y propuestas tienen una perspectiva no patriarcal, lo que permite re-significar la actividad dancística; una que propicie la autoconsciencia y autocuidado integral: una Danza más amorosa. Como resultado de esa intromisión artística, filosófica y somática, sugiere entonces trabajar con la filosofía del quiasmo (entrelazo) cuerpo»persona. Un nuevo paradigma donde sea posible tratarnos como la unidad inseparable que somos: mente»cuerpo, movimiento»cuerpo, afecto»intelecto, amor»reflexión. Para ello, desde el Método Feldenkrais expone una serie de principios para la enseñanza-aprendizaje del movimiento en la Danza que posibilitan una mayor capacidad de ser conscientes de nuestra relación con el mundo a través de mejorar el movimiento, que pueda redundar en nuevos procesos creativos y una interrelación más amorosa en el desarrollo del aprendizaje dancístico. En este sentido este libro tiene un perfil ético y pedagógico, pero también es un acercamiento al mismo tiempo entrañable y reflexivo a esa manifestación etérea, sensible, física, espacial y universal que es la Danza.


VIDA sin MUNDO Alba Sigler Día y noche, se elevan densas columnas de humo, aparentes nubes que anuncian tormenta. Decía la vieja cigüeña a unos cuantos insectos que parando sus antenas, moviendo sus alas o arrastrándose por las hojas, trataban de acercarse más para escuchar la voz silbante del ave. Y, así, continuó su narración: Pocos son los animales que se reúnen para enterarse de las recientes noticias. Muchos tienen miedo, hambre y han perdido su cobijo. Los humanos los persiguen, los cazan por diversión, indiferencia o ambición. Otros más, dejan quemar sus cuerpos entre bosques y manglares, que al igual, desaparecen. En cambio, levantan gigantes de concreto, como jaulas grises y allí dentro se divierten comiendo y emborrachando sus gruesas panzas. No existe clima alguno que los amedrente. Ellos vienen montados en máquinas ruidosas. La huella de su paso es una montaña maloliente que flota devorando ríos y mares. Asfixian el parpadeo de las estrellas, reflejos que guiaban nuestra ruta de vuelo.

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¡ Pues que se vayan a otro lugar los animales! dijo la avispa. ¡Ah! Si tan sólo las patas, alas y aletas, nos sirvieran para emigrar, exclamó la tuza desde su guarida. Las hormigas de fuego interrumpieron: el cuervo que vino de África, cuenta que las cuelludas jirafas intentaron sobrevivir escondidas entre los ramajes de los baobabs, por un tiempo lograron no ser vistas, pero los milenarios árboles caen abatidos por la sed. El zumbido persistente de la nocturna polilla, quedó en el aire: ¿Qué hacer? ¿Qué hacer? No hay reclamo que se escuche ni maniobra que nos libre de tanto hedor. ¡Qué especie, que de humana nada tiene! y así lo canta la cigarra: Los antiguos moradores cuidaban de plantas y animales, de cuanto ser vivo habitaba el Universo. Realzaban con su arte y su ciencia la paz de los caminos. Hoy su don de gentes se convierte en sombra. Batalla cruel contra sí mismo.

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Alba Sigler, (Ciudad de México, 1961), actualmente se dedica a publicar libros en formato PDF, en Ediciones Cuyamaloya, Vida sin Mundo es ejemplo de ello. Y espera continuar con la labor de editar a otros autores en los Ilustr aciones: Alba Sig ler Mir anda. Ilustraciones: Sigler Miranda. géneros de teatro, ensayo, poesía y cuento.


EL AÑO NUEVO PURÉPECHA DORA MARÍA NINIZ ROMERO A pesar de las políticas de exterminio hacia los pueblos originarios estos continúan vigentes a partir de diversas formas de manifestación cultural, tal es el caso de los purépechas en el estado de Michoacan, donde se realiza un acontecimiento histórico que ha marcado la vida de sus integrantes, el año nuevo purépecha o encendido del fuego nuevo, que representa una oportunidad de revivir y reivindicar su presente con el pasado histórico ancestral de los pueblos originarios pertenecientes a las cuatro subregiones de la etnia purépecha, a través de ello sus habitantes retornan a sus raíces para revalorar su lenga, sus costumbres, su cosmovisión y cosmogonía, cuyos orígenes escritos se remontan al libro la relación de Michoacán. ¿Qué es el año nuevo purépecha? Es un acontecimiento que se realiza el día primero del mes de febrero desde el año de 1983, las actividades se desarrollan con base a las costumbres y ritos sagrados que los purépechas han practicado desde la época prehispánica, en esta celebración, los purépechas reafirman su identidad y todas las características que los identifican como miembros activos de la etnia purépecha. El año nuevo purépecha se relaciona con el solsticio de invierno, donde los pueblos del hemisferio norte realizaban la celebración al dios sol, los purépechas a tata juriata o el señor sol, sobre lo anterior se tiene referencias de que los del linaje de los Uacúsecha manejaron la 3 6 astronomía con relación a sus creencias religiosas bajo la utilización de cuatro calendarios: Calendario astronómico, llamado en la lengua purhépecha Thuputhupus Cuiruncheti Xangari, de ello se encuentran los registros en las pirámides del sol y la luna en la comunidad de Ihuatzio que se orientan al oriente y poniente, entre los dos edificios se da la posición exacta del sol en el equinoccio de primavera. Calendario solar o Riyata Miyukua, se rige por el paso del astro en las diferentes estaciones. Calendario Ritual Festivo o Cuinchucuaro, con festejos rituales como Tzinzcuarenscuaro (tiempo de resurrección), Curíndaro (tiempo de panes), Mascuto (Tiempo del maíz y frijol), Hanzivascuaro (Tiempo en que espiga el maíz), Caheraconscuaro (Tiempo de la fruta madura), Cuingo (Tiempo de gran fiesta), Purhecuracuaro (Tiempo de los guerreros), Ecuata Conscuaro (Fiesta de las flechas), Caheriupanscuaro (Tiempo del maíz), Uapanscuaro (Tiempo de danzas por huesos), Pehuascuaro (Tiempo de renacimiento), Charapu Sapi (Tiempo de la agalla pequeña), Zicuindiro (Tiempo del despellejamiento), Esteucuaro (Tiempo del nuevo calentamiento del sol), Purecoraqua (Tiempo

Trasladando a Kurhikua K’eri. Imagen tomada de la página oficial del Fuego Nuevo Cuanajo 2019.


de la guerra), Carindacuaro (Tiempo de sequía), Hiquandiro (Tiempo en que el agua vuelve a bañar). Calendario agrícola lunar, abarcaba las fiestas de Tareuacucuaro o tiempo de barbecho, Teparanztani o tiempo que vienen las aguas, Picumaranscuaro o tiempo de recoger las mieses, es decir, marca los tiempos para la buena siembra y cosecha. De los antecedentes que se tienen sobre la celebración del año nuevo purépecha se da por los movimientos y lucha por la tierra en los años setenta, de la unidad y solidaridad de las comunidades de la rivera del lago de Pátzcuaro en la lucha contra la instalación de una planta nuclear entre Santa Fe de la Laguna y Quiroga en los años ochenta y de la posición organizada frente a la celebración del 5º Centenario del Descubrimiento de América a inicios de los noventa. Por otro lado, son los elementos culturales propios de la etnia, como la lengua materna y su cosmovisión ancestral representada también con la bandera purépecha lo que da auge a esta celebración. Durante la celebración del año nuevo purépecha se realiza una caminata de la comunidad que fue cede anterior, portando los principales símbolos que la representan, en esta caminata participan personas de las diferentes comunidades purépechas, donde se resaltan las características propias, como el uso de la lengua purépecha y la indumentaria tradicional, con la quema de incienso por los lugares de tránsito, con paradas en algunas comunidades que hacen fortalecer lazos de amistad y fraternidad entre ellas. La caminata, a su paso por las comunidades para trasladar los símbolos les hacen un gran recibimiento, ofrecen alimentos tradicionales y agua a los caminantes, en algunos lugares se les pone una pandaricua como signo de respeto y distinción, que es un collar que se adorna con pan, flores y artesanías. Durante el encendido del fuego nuevo se pide a Kurhíkaveri abundancia en los cultivos y permiso para que el fuego cocine los alimentos que les dan energía y vida. Para que este acontecimiento cobrara relevancia los iniciadores del año nuevo purépecha fueron algunos estudiosos de la historia, las ciencias y humanidades, la lengua y cultura purépecha, todos pertenecientes a la etnia de las cuatro regiones en que se divide la cultura purépecha, como el Lago de Pátzcuaro, la Sierra o Meseta Purépecha, la Cañada de los Once Pueblos y la Ciénega de Zacapu, quienes se dieron a la tarea de rescatar este acontecimiento, entre ellos se encuentra el padre Agustín García y Valente Soto Bravo de la comunidad de Angahuan, con el objetivo de promover la reconstrucción de la memoria colectiva de los pueblos purépechas y la recuperación de la memora ancestral para mostrarla a las nuevas generaciones, su pasado histórico y la historia vigente en el presente.

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Encendido del fuego nuevo. Imagen tomada de la página oficial de Fuego Nuevo Cuanajo 2019.


«De acuerdo al calendario que conserva hasta nuestros días esta etnia, el año purépecha se compone de 365 días, la semana de cinco días y un mes consta de 20 días. En total el año comprende de 18 meses a los que se le suman 5 días aciagos, que los antiguos purépechas lo empleaban para reflexionar, meditar, hacer acción de gracias a los dioses y a realizar sacrificios. Los últimos 5 días se la pasaban a obscuras, es decir, no prendían para nada fuego en espera de un nuevo ciclo que se asumiría con el encendido del fuego nuevo.» (Velázquez, carguero del fuego nuevo en 2001) Este acontecimiento tiene relación astral, porque inicia cuando la estrella conocida como el arado se encuentra en el cenit y concluye e inicia un nuevo periodo en el que se distribuye el fuego nuevo a todas las comunidades que conforman el territorio purépecha, el encendido del fuego nuevo en el calendario purépecha coincide con el inicio del ciclo agrícola, de esta manera se dan las condiciones propicias para la preparación del cultivo de las tierras. Los símbolos con que se representa este acontecimiento es una piedra piramidal cuadrangular, en la que cada comunidad donde se ha realizado en año nuevo purépecha plasma un glifo que representa alguna de las características propias que los caracteriza. También se tiene una piedra en figura de pescado por ser parte de la alimentación de los purépechas y que da lugar al nombre del estado, Michoacán, lugar de pescado o de pescadores. Una piedra más representada en una figura de coyote, animal sagrado, místico, al que se atribuyen poderes, por último, una piedra de obsidiana que representa al dios del fuego de los purépechas, Curicaveri o Kurhikua Këri, que significa el gran fuego.

La bandera purépecha es otro de los símbolos, que se instauró desde el principio de su realización, surgió al interior del Comité de Lucha Indígena del CREFAL (Centro Regional de Educación Funcional para América Latina) por estudiantes de Etnolingüística y de la participación de concejos de ancianos que plasmaron la simbología de las cuatro regiones y su cosmogonía. La bandera se compone de lienzos de tela de cuatro colores, representa a cada subregión en que se divide la cultura purépecha, el color morado representa a la región Ciénega o Tziróndaru, el azul claro representa a la región lacustre o japúndaru, el verde a la sierra o p’ukumindu y el amarillo a la Cañada de los Once Pueblos o eraxamani. En el centro se encuentra un escudo con una piedra de obsidiana, una punta de flecha con resplandor blanco que representa a Curicaveri, cinco flechas que se orientan a los cuatro puntos cardinales, el puño de una mano que representa la unidad del pueblo purépecha, por último, en la parte baja de la bandera se lee «juchari uinapikua», que quiere decir nuestra fuerza. Por último los bastones, más que de mando representan la de sabiduría acumulada a través de las generaciones. 3 8 También se han elaborado diseños gráficos en los que se representa y rememora los aspectos más relevantes que identifican a las comunidades, a través de lienzos y códices que han perdurado hasta nuestros días se rescata la tradición antigua, su historia y filosofía. Las pinturas y grabados se hacen portadores del registro y transmisor de información de este acontecimiento, que rescata la sabiduría ancestral para ofrecerla a las nuevas generaciones. Las comunidades donde se ha realizado el año nuevo purépecha desde que dicho acontecimiento dio inicio son varias en las diferentes regiones, así como los glifos que se han grabado en la piedra piramidal sagrada, como a continuación se describe: AÑO 1983 1984 1985 1986 1987 1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995

COMUNIDAD Tzintzuntzan Ihuatzio Nurío San Andrés Tziróndaro Angahuan Pichataro Tacuro Santa Fe de la Laguna Cheranátzicurin Ichupio Cocucho Ucazanástacua Tarecuato

INSIGNIA GRAVADA EN LA PIEDRA Dos estrellas Corazón Tres círculos solares Un pescado Símbolo del juego del k’uilichi Una troje Tecolote Una jarra Mazorca Canoa Olla cocucha Árbol ucaz Un morral


1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017 2018

Puácuaro Sevina Janitzio San Lorenzo Tiríndaro Cherán Carapan Parangaricutiro Pátzcuaro Caltzontzin Patamban Santo Tomás Purenchécuaro Chilchota Uruapan Jaracuaro Conguripo Nahuatzen Tarejero Uricho Arantepacua Huancito Naranja de Tapia

2019

Cuanajo

Árbol del tumine Arado Una isla Un cerro Una parangüa Una luna llena con los cuatro elementos de la naturaleza: fuego, tierra, aire y agua Un águila Un volcán Tanganxoan I Una pluma de ave Una olla típica del lugar Una ollita y una jícara Árbol del colorín Molcajete Figura de Tata Jurhiata Un sombrero Un chile Un gabán Una mazorca Dos manos Un capote Un cántaro

La celebración del año nuevo purépecha o encendido del fuego nuevo se desarrolla con diversas actividades culturales, resaltan el uso de la lengua materna, la música autóctona como las pirekuas, la gastronomía, danzas y juegos ancestrales, como el juego de 3 9 pelota, en este acontecimiento participan principalmente los purépechas y los interesados en el rescate, preservación y revalorización de las características propias de la cultura purépecha. Aunque la enajenación a veces hace valorar más los patrones culturales ajenos a nuestras raíces la celebración del año nuevo purépecha, el encendido del fuego nuevo, o kurhikua këri hace reflexionar y replantear las preguntas acerca de quiénes somos, de dónde venimos y a donde vamos, es aquí donde se puede fortalecer el sentido de pertenencia, la identidad, donde se puede dar la unificación como pueblos hermanos, en comunión con otras comunidades hacia un mismo fin, que con sus usos y costumbres han demostrado su valentía, organización, sus conocimientos y sus ideales con dignidad y han mantenido su cosmogonía ante los embates provocados por las políticas neoliberales en su contra desde la invasión española. FUENTES CONSULTADAS Cronología del Año Nuevo Purhépecha a través de los lienzos de la colección: Arte y Simbología del Fuego Nuevo (1983-2008) FABIÁN Ruiz José, «Los cinco calendarios purhépechas», Director Casa Natal de Morelos. SOTO González José Luis, «Arte y simbología del año nuevo purhépecha», Taller de investigación plástica. VELAZQUEZ Pañeda José Merced, carguero de Cherán Kéri, 2001, «Origen y significado del año nuevo purhépecha (purépecheri jimbani uexurhini)», Centro de Documentación y Estudios Purhépecha.

DORA MARÍA NINIZ ROMERO Originaria de la comunidad de Cherán, Michoacán. Licenciada en Educación Preescolar para el Medio Indígena. Maestra por el Instituto Michoacan de Ciencias de la Educación. Doctora en Pedagogía Crítica por el Instituto McLaren de Pedagogía Crítica. Docente de la Escuela Normal Indígena de Michoacán.


Sección coordinada por José Reyes Rocha

La docencia universitaria: la formación, los saberes pedagógicos. María Isabel Farías Ponce Los Retos que enfrentan hoy en día las Instituciones de Educación Superior (IES) han crecido en los últimos tiempos, de ahí surge la necesidad de investigar las alternativas que puedan dar apoyo a la labor de construcción de la sociedad en pro del conocimiento a partir de la docencia. En México se ha tratado de diversas formas dar abordaje a la formación docente y adquisición de saberes pedagógicos, en donde se encuentra sin duda un nicho de innumerables posibilidades para encontrar las vías para una adecuada educación en los procesos de enseñanza aprendizaje en los alumnos universitarios. Palabras clave: Docencia universitaria. Formación, saberes pedagógicos. I.- La docencia universitaria Los requerimientos que las mayorías de las universidades tienen se han encaminado hacia una docencia meramente disciplinar (formación académica), donde se requiere especialistas en una disciplina para la impartición de una asignatura, mientras que los saberes pedagógicos son olvidados y no son considerados para los procesos de enseñanza-aprendizaje. Lo anterior, se da en lo cotidiano donde el aprendizaje docente universitario se adquiere a través de la experiencia que éste va

4 0 acumulando a lo largo de la formación como estudiante, profesor y experiencias de vida.

Es importante precisar que, de acuerdo con las políticas, modelos académicos y pedagógicos de las Instituciones de Educación Superior, (IES) se ha pretendido capacitar o formar al docente universitario, no tomándose en cuenta que un sólo profesor puede trabajar o transitar en distintas universidades como suele ocurrir en la práctica, siendo imposible que un docente circule de una institución a otra con modos distintos de abordaje de las asignaturas en el aula. Lo anterior no es de fácil solución, tomando en cuenta que el docente ya tiene un conocimiento construido producto de su vida cotidiana, pero que sin duda este puede ser reconstruido o modificado. II.- La formación y saberes pedagógicos en las IES Los constantes cambios en la sociedad y reformas en el campo educativo traen de la mano nuevos requerimientos y demandas a las Instituciones de Educación Superior (IES), provocando el nuevo diseño o rediseño de currículums para satisfacer las nuevas problemáticas sociales y educativas. El impacto de nuevas tecnologías, la sociedad del conocimiento, son nuevos desafíos en la enseñanza que impactan y transforman la labor docente en la actualidad, preguntándonos ¿Qué tanto estamos preparados para las nuevas necesidades profesionales desde la docencia? ¿Cómo percibimos la realidad y fenómenos? ¿Qué hacemos para enfrentar esos cambios?


Estas grandes transformaciones van a pasos agigantados en donde las Universidades tienen la tarea de dar agilidad y crecimiento para subsanar las deficiencias docentes en el aula y por lo tanto, también va de la mano el preguntarse ¿Qué están haciendo los docentes universitarios? Si bien se han lanzado varias interrogantes, podemos seguir en construcción de más de ellas, debido a las necesidades que surgen en nuestro contexto. Las tendencias de Educación Superior han permeado en México, teniendo una mirada hacía la universalización de la educación, en donde la oferta educativa ha sido muy amplia, de acuerdo a las necesidades del mercado global, donde los planes y programas de estudio pretenden dar oportunidades de mejor inserción en el campo laboral, para lo que es necesario detenerse a hacer una reflexión de que tanto se encuentran integradas la políticas institucionales y por ende una revisión o rediseño de las filosofías educativas, así como la organización institucional para lograr integrar los conocimientos y problemáticas actuales a las que se enfrentan los futuros profesionistas, por ende se tendría que hacer una cabal revisión en las estrategias pedagógicas que ayuden a fortalecer el conocimiento tanto en lo teórico y lo práctico. Con lo anterior podríamos realizar el siguiente cuestionamiento ¿Qué tanto se está capacitando o formando el docente universitario para los desafíos educativos del presente? Al respecto, el autor Lanz (2003) comenta que «La transformación institucional deberá propiciar un cambio en el paradigma educativo de tal forma que implique el cuestionamiento del modelo social en el que se fundamente y que conduzca a las universidades a otro modo de pensar, de organizar, de producir y transmitir saberes». (Vargas, 2008). Respecto a la «formación» podemos encontrar en los docentes universitarios la formación académica y la formación pedagógica de acuerdo al autor González, nos dice que la formación académica es el saber que se tiene en los contenidos académicos, mientras que la formación pedagógica es aquel saber que se tiene en el abordaje de los temas (González y Ospina, 2013). Es importante precisar que cuando estamos en el marco de contratación docente en las Universidades, el principal requisito es que el docente cuente con un saber académico, con el cual sabemos es fundamental para la impartición de una catedra, una forma en la que la mayoría de las universidades quiere sustentar el saber pedagógico es solicitar que el docente tenga experiencia en la docencia, teniendo claro que el que un docente cuente con muchos años de docencia no lo hace el mejor en técnicas y estrategias pedagogías en 41 los ambientes de enseñanza-aprendizaje. Respecto las contrataciones actuales que se llevan dentro de las IES, es prudente citar lo que comenta al respecto (González y Ospina, 2013) «la tendencia a darle mayor prioridad al conocimiento como tal, que a las mismas formas de enseñanza de dicho conocimiento en estudiantes». Por lo tanto, sabiendo que la formación del docente es de suma importancia y ésta debe ser completa, aún que nos enfrentamos a realidades complejas, en el sentido que no todos los profesores de educación superior son formados con cuestiones pedagógicas, metodológicas o simplemente educativas, nos enfrentamos en el campo educativo con docentes que simplemente asumen un conocimiento teórico-práctico en las disciplinas en las que fueron formados. Es propicio comentar que «el profesional de la educación tiende a reproducir en su práctica escolar el modelo bajo el cual fue formado» (Imbernón, 1994) El conocimiento requiere de un mucho mayor compromiso por parte de las IES en atender estas deficiencias en el docente y ayudar hacia una mejor comprensión de contenidos, siendo capaces de abordar diversas problemáticas pedagógicas en su contexto. Las herramientas metodológicas (saber pedagógico) sin duda ayudan al docente universitario a lograr que los contenidos impartidos tengan un impacto en el alumno, lo anterior apoya a que siempre que el docente cumpla con un perfil profesional podrá desarrollar competencias dentro del aula. En el perfil profesional del docente de acuerdo al Autor Pérez Escoda (2001), nos dice que este tiene que ser reconstruido, debido a la sociedad global en la que nos encontramos y para ello nos destaca los siguientes rasgos:


Resolución de Problemas orientando hacia alternativas,

La adaptabilidad y capacidad de convivir,

El carácter de complejo,

Capacidad de percibir la realidad y los fenómenos,

Diversidad comunicativa,

Sensibilidad para relacionarse con otros,

Comunicación interpersonal,

Cultura de negociación.

Es así que las universidades a través de sus docentes pueden dar solución a los requerimientos y demandas que se enfrentan en la realidad desde la complejidad, donde la participación del docente es fundamental para que a través de sus experiencias, pueda tejer relaciones y llevar al diálogo a los alumnos para construir su realidad. En este sentido, podemos decir que la reflexión y experiencia es la base del proceso de formación del docente para caminar a un aprendizaje autónomo en búsqueda de un perfil del egresado de las instituciones de nivel superior. Los docentes deben de vislumbrar su campo académico como un área de oportunidad en donde tienen un espacio de reflexión para buscar el impacto en la sociedad y sus mismos estudiantes, la adopción de una práctica reflexiva será siempre el principal ingrediente en el profesorado universitario, donde se debe mirar a la formación como continua y dirigida siempre por las IES, así como por la propia iniciativa del docente. «El docente universitario se reconoce como profesional de una disciplina desarrollando actividades de docencia y no como el docente de una disciplina» En ocasiones vemos reflejado en la docencia la preocupación por abarcar los contenidos de un programa y no en la forma de cómo se abordarán estos, haciéndose necesario una pausa para ver a qué nos enfrentamos y como los docentes construyen su saber pedagógico donde se ve implícito el enseñar, formar y aprender.

4 2 En algunas investigaciones los autores coinciden que la parte emocional, experiencial y la motivación llevan a investigar al educador universitario las formas de llegar a los saberes pedagógicos, lo anterior surge cuando se habla de docentes comprometidos con su labor, el cuestionamiento siguiente sería, ¿Qué pasa con los demás? O ¿Qué pasa con los que se acaban de integrar a las IES? ¿Tendremos que esperar a que tengan experiencia para que puedan contar con el saber pedagógico? Las Instituciones Universitarias han tratado de integrar cursos de capacitación para poder combatir el tema, pero en la actualidad también hemos visto como la educación se ha convertido más en un negocio haciendo que sus dinámicas respondan más hacia mercados y no a valores y formación en el alumno, las visiones institucionales se quedan en el discurso de modelos académicos y en una práctica totalmente disciplinar, la forma de construcción del conocimiento en los alumnos pasa a un segundo término, también hemos de mencionar que existen algunas IES comprometidas y preocupadas por revisar las nuevas tendencia de educación y dar el reconocimiento al trabajo pedagógico y diversidad del docente. El trabajo y responsabilidad docente va encaminado a una actividad orientadora del saber y del comportamiento del ser humano en sí, de acuerdo a (González y Ospina, 2013) «Desde la perspectiva, el hecho de indagar por el saber pedagógico de los docentes universitarios, evidencia la construcción de las nuevas formas como interpretan su quehacer, así como las «apuestas» originales y creativas como enfrentan los retos que implica formar y educar a las nuevas generaciones en la sociedad contemporánea». Las Universidades deberán facilitar el camino para una verdadera formación de docentes universitarios, en donde puedan encontrar que el docente cumpla o adquiera las competencias necesarias para el desarrollo de una adecuada educación universitaria. Enfrentando el docente como consecuencia una labor más activa, donde sea el promotor de una actitud flexible y una reflexión continua, la cual facilitara que esto permee en el alumno haciendo su entorno más interactivo.


Conclusión: Las tendencias y necesidades de hoy en día nos llevan a replantear la importancia del análisis y reflexión de la Universidad y la Docencia, donde no sólo sé otorgue todo el peso al conocimiento, sino también a las formas de enseñanza del conocimiento. Sin duda, la tarea de la docencia nos deja una labor de búsqueda y adecuación a los nuevos contextos, donde en un acto de responsabilidad social debemos de buscar la mejor solución a la forma de educar y formar. Los estudiosos del tema ven reflejado innumerables beneficios en el aula permitiendo ver resultados en camino a un aprendizaje significativo de los alumnos, comprobando que la parte integradora de análisis, reflexión, comunicación, motivación, trabajo en equipo es fundamentalmente fortalecedora la enseñanza-aprendizaje cuando se habla de un docente que cuenta saberes pedagógicos.

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Blanca Villalpando: Ayotzina pa. Técnica: acrílico sobr e pa pel cr aft. Medidas: 200x90 cm. otzinapa. sobre papel craft. Ganador del concur so de P endones Noc he de Muer tos concurso Pendones Noche Muertos tos.. Cactux 2014.


Rius. LA PEDAGOGIA DE LA IMAGEN José Reyes Rocha Luis Hernández Navarro.[1] Escribió en el periódico, la Jornada que: Eduardo del Río, Rius, trasladó la vocación educativa del muralismo mexicano a la historieta. Al igual que Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros, José Clemente Orozco o Juan O’Gorman, de su producción dijo: «… el monero michoacano forjó, en sus cartones, revistas, cómics y libros una verdadera pedagogía de la imagen. Juan O’Gorman sintetizó esta posición reivindicando su pintura como forma de servir al pueblo, a su enseñanza y formación (…) Rius la resumió: La función de la caricatura –dijo– es la de educar un poco al pueblo, haciéndolo reir si se puede…»

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A finales del año 2016, el gobierno de la Ciudad de México y el Museo Estanquillo Colecciones Carlos Monsiváis le entregaron a Eduardo del RIO «Rius» el Primer Reconocimiento de Caricatura «Gabriel Vargas». La escritora Elena Poniatowska, dijo de «Rius»: «… el más entrañable de los caricaturistas y agregó que su vasta obra no solo es la educación política de los mexicanos, sino su educación sentimental».


Diego Rivera y Rius a decir de Juan O’Gorman-1982- «… coincidieron en reivindicar la importancia de los maestros de banquillo. «… Rivera representó a la docente con la forma de una mensajera del espíritu que lleva al campo, con su resplandeciente libro, el nuevo Evangelio laico de la educación, el michoacano buscó convencer a sus lectores de que debemos recuperar a los maestros, el único factor de cohesión social y de cambio en el país…» Rius fue, en el sentido gramsciano del término, un filósofo.

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La labor del filósofo –decía el autor de los Cuadernos de la cárcel–es: «… difundir críticamente la verdad descubierta, socializarla... convertirla en fundamento de acción vital, en elemento de coordinación y de condición intelectual y moral». La identidad de la izquierda mexicana pasa por el espejo de Rius, «…fue un enorme educador popular, que alfabetizó políticamente a una generación convencida de la necesidad del cambio» Eduardo del Rio: nació en Zamora, Michoacán (1934) [2] y es reconocido por ser una referente para varias generaciones no sólo por las corrosivas publicaciones en medios impresos, sino por las historietas como «Los Agachados» y «Los Supermachos» que fueron incluso llevados al cine.


Eduardo del Rio, Rius «…uno de los maestros más importante de la caricatura contemporánea mexicana junto con Rogelio Naranjo y Helio Flores se les denominó los tres mosqueteros de la izquierda y quienes según su estilo fundaron una escuela de la caricatura política; sin embargo, Rius se lamentaba de que esas escuelas jamás hayan tenido seguidores actualmente. Rius, Naranjo y Flores abrieron un panorama diferente y riesgoso de hacer periodismo: la caricatura política.»

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Eduardo del Rio sabía que la forma de acercar a los mexicanos a la lectura podría ser a través de la historieta y los libros cómic ya que creía que la gente sentía pánico a los libros llenos de letras, pero que con algo de humor y materiales gráficos tal vez y sin darse cuenta podrían iniciarse en la lectura. Sobre las lecturas que le faltaban por hacer, Rius decía: «Si me pongo a contar los libros que me faltan por leer, sí: son demasiados y a lo mejor no acabo de leerlos antes de pasar al otro barrio». [1]Tomado de la Opinión. Para fines académicos y difusión de la Cultura (La Jornada, martes 15 de agosto de 2017/ 12: 27p.m) [2]http://www.vanguardia.com.mx/articulo/eduardo-del-rio-rius-adios-al-monero-de-la-izquierda/29/08/2017_ 05:12 p.m.


DESCUBRIMIENTO DEL INSOMNIO Miguel Ángel Calderón Solís Mis Padres se llevaron su presencia y nos han dejado extraviados.

I

El insomnio es una luz amarga Que bucea en el túnel de la noche, Un guiño que hipnotiza por debajo de las cortinas. El sermón nocturno se ahoga En ciertas sílabas sin sueño ni sueños. Cabalgando sin prisas sobre un cetáceo Helado y viscoso, Doy tumbos en las olas oscuras. II Una pesadilla sin escalofríos Se sienta a mitad de la cama, y no deja de mirarme. El sueño ha atravesado las paredes, el aire, Los rincones de las casas contiguas, Y se va por su lado A inventarse qué sueña. Los sueños son propios Los insomnios ajenos. III Lucho contra los segundos atorados Lucho sin fuerza Lucho contra la penumbra que no cesa. Yo soy yo cuando vivo Yo soy yo cuando sueño No soy yo cuando insomnio. IV El sueño desterrado no deja historias Ni cuentos desmembrados Ni memorias colgadas. Deja troncos pesados como naves En las aguas de un río sin cauce ni caudal.

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Hay una música que no suena ni sueña Pero que amontona sus notas bajo las sábanas, Y es como una cascada que no cae O un cielo que nunca se aclara. V Quién atraviesa este desierto sin espinas Quién camina sobre estas piedras sin sustento Quién grita sin boca en este cañón sin eco Quién se afana en estos duelos sin consuelo.

Atmósfera pastosa que devora el poco oxígeno Que queda en la recámara Y nos abandona como peces boqueando en el piso. VI En el insomnio no hay infiernos ni cielos Hay limbos congelados Espejos sin imágenes Colas cortadas de diablos Alas dislocadas de ángeles.

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VII Por la penumbra se asoman Los fósiles que ha descompuesto el día. Un desfile Sin uniformes Marchando en la punta de las horas Con los ojos enrojecidos. Adivino con los párpados entreabiertos el color del insomnio No es gris No está en el arcoíris, Tampoco es incoloro como el agua incolora; Es turbio y es como una gota de ácido Que cae como lluvia en un planeta extraño.

VII El insomnio te arrebata los sentidos Te deja ciego pero lo ves Te deja sordo pero lo oyes Te sabe a que no sabes Te toca sin dedos y sin piel Y huele como espacio líquido.


VIII Un mar innaufragable, de ola en ola, Reblandece mi carne poseída, Postrado en una plaza derruida Veo el horizonte de mi vida sola. El mar sin sueño que la noche inmola Parece un yermo sin amor ni vida, Y su espuma es ceniza carcomida Que hace al agua cemento, ola tras ola. No hay barca que transite ese desierto, Yazgo a la orilla de ninguna parte Sin brújula que señale a lo cierto, Ni sombra donde puedas refrescarte, Sin caminos, ni destinos ni puerto, Y ese sueño que no llega a salvarte.

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W indslo w Homer ver tencia de la Nie bla. 1885. Oleo s/lienz o. indslow Homer:: Ad Adv ertencia Nieb s/lienzo


RODRÍGUEZ OÑATE LA FORMA:

DIÁLOGOS ENTRE EL ARTISTA Y LA MATERIA Alejandro Delgado La pintura de Rodríguez Oñate es un laboratorio de iconografías que sobreviven a su ambiente histórico. Hay ahí el libre toque anecdótico de las referencias rituales y ceremoniales de la mitología indígena –aquellos espejos lacustres que reflejan los rostros fundidos en tez de bóvedas celestes y raíces acuáticas. Como si seres de piel pétrea de faz volcánica se asomaran al reflejo de lo profundo; como si los reflejos cayeran a los abismos profundos del tiempo y el recuerdo. La pintura -decían- es la poesía de las superficies cutáneas de los seres y sus habitaciones en el tiempo. Marcel Duchamp decía que el artista cambia el contexto de los objetos; Bretón nos propuso la imagen de un pez de agua dulce agitándose en la sal del mar, como el sueño que se agita, choca e influye en la vida conciente. Oñate ciertamente discierne aspectos de la historia y el recuerdo, apunta el color en los mitos, leyendas y fragmentos de la historia, pero no se detiene en la anécdota de la figura y la literatura, transfiere contenidos a formas, intercambia sus elementos plásticos, ejemplo: la textura ocre-sepia de la pirámide o el muro a la piel del personaje. El gesto, entonces, vive por siempre porque se petrifica y en el nacen los musgos y la flora del presente, como un canto a las eras geológicas y a los períodos históricos en una sola época. Ese fundir de frases míticas con frases plásticas devela en otra dimensión la cinestesia del plano ilusorio de la pintura: los doblamientos de la piedra son las arrugas de la piel del gesto humano y de su cuerpo en continuo juego de posiciones y expresión. 50 El diálogo de Oñate, de consistencia plástica-formal, se altera y define en el deambular cotidiano y su producto iconoplástico, estas acuarelas realizadas en diversidad de técnicas, son las formas para nuestro propio diálogo. Abril, 1979. Morelia, Michoacán.


Francisco Rodríguez Oñate, conocido por todos nosotros como Oñate, en días pasados nos envió su colaboración para este medio. Hoy, 22 de Marzo, 2019, falleció en esta ciudad dejándonos, en la memoria y el corazón, su bondadoso talento y amistad. Reproducimos aquí algunas de sus últimas obras en diversas técnicas.

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Turtle Dreams Summer Lewis

Nights I dream a turtle

The turtle’s truth is mine

I slip inside her shell house

I am both container and contained

And open door after door

I am the dreams

To endless rooms

I am the house and the rooms

Where the memories are kept

The memory keeper

The only ones that matter

The shrine mistress For memories of love without end

The love stories Some turtle nights My own room of memories I run from room to room Opens to a chorus of wailing phantoms Frantic I stumble over reliquaries Hopelessly searching Pieces of bone But it all comes down to this Scraps of fabric To what I seek Detached limbs To the answer we all seek Lovers lost to time At our peril And my own still beating heart And the question is always Love

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Sueños de Tortuga Por noches sueño una tortuga Me deslizo dentro de su casa de carcasa Y abre puerta tras puerta A interminables habitaciones Donde se guardan los recuerdos Los únicos que importan Algunas noches de tortuga Las historias de amor

Mi propia habitación de recuerdos Se abre a un coro de fantasmas que lloran Me tropiezo con relicarios Trozos de hueso Trozos de tela

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Extremidades separadas

Corro de cuarto en cuarto Frenética Buscando sin esperanza Pero todo se reduce a esto A lo que busco A la respuesta todos buscamos A nuestro riesgo

Amantes perdidos del tiempo

Y la pregunta es siempre

Y mi propio corazón aún latiendo.

Amor

La verdad de la tortuga es mía Soy contenedor y contenido Yo soy los sueños Soy la casa y las habitaciones El guardián de la memoria La amante del santuario De recuerdos de amor sin fin.

Summer Lewis is an artist, writer and internet marketing consultant in Oregon, USA. Her poem, Turtle Dreams, is from her in progress novel with the working title - Turtle Dreams: A History of Love and Magic. Summer Lewis es artista, escritora y consultora de marketing en Internet en Oregon, USA. Su poema, Turtle Dreams, es de su novela en progreso con el título de trabajo - Turtle Dreams: A History of Love and Magic.


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Summer Le wis: SueĂąos de Tor tug a. TĂŠcnica: Tinta de alcohol. Lewis: ortug tuga.


MAKING PEACE BY BUILDING BRIDGES Marla Estes «Let’s build bridges, not walls.» ~ Martin Luther King. Weary of endless partisan bickering, more and more people are seeking a way forward. We hear about it increasingly in our media: community-based groups «bridging the divide» are springing up across the country; bi-partisan organizations are proliferating. What these groups have in common is a dedication to promoting peace through building bridges between the two sides. A fascinating new study, «Hidden Tribes,» indicates that hyper-partisanship is fueled by about 15% of the population — on the far ends of each side. These extremes are made up of those louder, richer, and more influential than the rest of us. Roughly 85% of the population is an «exhausted majority» that is hungry for a path toward a calm, civil, and consilient kind of politics. How can we achieve that? By Building Bridgers. Who are Bridgers? Bridgers are those who recognize we cannot continue with the polarizing politics coming from both sides. Hyper-partisanship is driving hatred, outrage and vitriol to new extremes. Bridgers see there’s a better way forward. They are willing to «leave their ideological bunkers,» a phrase that inspirational speaker, Brene Brown, has coined. Above all, they promote viewpoint diversity — recognizing that reality can only be perceived through multiple sets of eyes. Diversity is a popular idea today. But viewpoint diversity? Not so much. Bridgers expose themselves to different ways of seeing the world — and they’re ready to take other viewpoints into serious consideration. They cultivate intellectual and emotional humility, willing to set aside their own positions, at least momentarily, to consider another’s point of view. («Maybe the other side just does have a point!») Bridgers come to understand all sides of issues, why there is disagreement, and how ideology tilts perspectives. Decades of research by cognitive psychologists has shown how humans are naturally predisposed to confirmation bias: the tendency to search for, interpret, and remember information in a way that confirms pre-existing beliefs. Evolutionary psychologists tell us we have «my side bias» — that human reasoning is more about being right than finding truth. Viewpoint diversity is the only way to 5 8 counter these innate tendencies: it helps us see what we can’t uncover by ourselves. Every viewpoint reflects a facet of reality from its particular perspective. And each carries a distortion of reality. By looking together from multiple vantage points we zoom out to get a more expansive and clear picture of what’s going. Each part is a necessary part of a solution. Hyper-partisans don’t support such bridging. They want to push through their particular ideological and political agenda in order to achieve what’s «right» in their own eyes, often expressing contempt for the other side. There are at least two problems with this. The first is that neither side is 100% correct. The second is that ignoring, invalidating, and overriding the concerns of the other «half» of the country will only create more divisiveness. More divisiveness will create more hatred — and likely violence — as well as gridlocking the system by fighting over ideas instead of forging creative bipartisan solutions. Bridgers learn how to stop being contemptuous and hateful. Instead of dehumanizing, they RE-humanize. Author Arlie Hochschild calls it «crossing the empathy wall.» They realize that viewing groups of people as good or bad and right or wrong strips the humanity from those on both sides of the equation. I recently heard a story of a pro-choice and a pro-life group getting together to problem-solve. They couldn’t get beyond head-butting over this seemingly insolvable issue until they got to a deeper level: they could both agree on taking meaningful action to improve access to birth control. That’s bridging in action. We desperately need peacemakers today. We can start in our own community by becoming bridgers.As Tony Blair recently said, «We must learn again the politics of building bridges, of reaching out to those with whom we disagree and to seek common ground.» Published in the Ashland Daily Tidings January 12th, 2019. (Enviado por la autora como su colaboración a SINAPSIS).


HACIENDO LA PAZ CONSTRUYENDO PUENTES Marla Estes «Construyamos puentes, no paredes». ~ Martin Luther King. Cansados de interminables disputas partidistas, cada vez más estadounidenses buscan un camino a seguir. Escuchamos sobre esto cada vez más en nuestros medios de comunicación: están surgiendo en todo el país grupos basados en la comunidad que «cierran la brecha»; Las organizaciones bipartidistas están proliferando. Lo que estos grupos tienen en común es la dedicación a promover la paz a través de la construcción de puentes entre las dos partes. Un nuevo estudio fascinante, «Tribus ocultas», indica que el hipopartidismo está alimentado por aproximadamente el 15% de la población, en los extremos de cada lado. Estos extremos están formados por aquellos más fuertes, más ricos y más influyentes que el resto de nosotros. Aproximadamente el 85% de la población es una «mayoría agotada» que está hambrienta de un camino hacia un tipo de política tranquila, civil y coherente. ¿Cómo podemos lograr eso? Construyendo Bridgers. ¿Quiénes son los Bridgers? Los Bridgers son aquellos que reconocen que no podemos continuar con la política polarizadora que viene de ambos lados. El hipopartidismo está llevando el odio, la indignación y el vitriolo a nuevos extremos. Bridgers ve que hay una mejor manera de avanzar. Están dispuestos a «dejar sus bunkers ideológicos», una frase que el orador inspirador, Brene Brown, ha acuñado. Sobre todo, promueven la diversidad de puntos de vista, reconociendo que la realidad solo puede percibirse a través de múltiples conjuntos de ojos. La diversidad es una idea popular hoy en día. ¿Pero la diversidad del punto de vista? No tanto. Los Bridgers se exponen a diferentes formas de ver el mundo y están listos para tomar en consideración otros puntos de vista. Cultivan humildad intelectual y emocional, dispuestos a dejar de lado sus propias posiciones, al menos momentáneamente, para considerar el punto de vista de otro. («¡Tal vez el otro lado simplemente tiene un punto!») Los Bridgers llegan a comprender todos los aspectos de los problemas, por qué hay desacuerdos y cómo la ideología inclina las perspectivas. Décadas de investigaciones realizadas por psicólogos cognitivos han demostrado cómo los humanos están naturalmente predispuestos al sesgo de confirmación: la tendencia a buscar, interpretar y recordar información de una manera que confirma creencias preexistentes. Los psicólogos evolutivos nos dicen que tenemos «mi sesgo lateral»: que el razonamiento humano tiene más que ver con ser correcto que encontrar la verdad. La diversidad de puntos de vista es la única forma de contrarrestar estas tendencias innatas: nos ayuda a ver lo que no podemos descubrir por 5 9 nosotros mismos. Cada punto de vista refleja una faceta de la realidad desde su perspectiva particular. Y cada uno lleva una distorsión de la realidad. Al mirar juntos desde múltiples puntos de vista, nos acercamos para obtener una imagen más amplia y clara de lo que está sucediendo. Cada parte es una parte necesaria de una solución. Los hiperpartidistas no apoyan este puente. Quieren empujar a través de su agenda ideológica y política particular para lograr lo que es «correcto» a sus propios ojos, a menudo expresando desprecio por el otro lado. Hay al menos dos problemas con esto. La primera es que ninguna de las partes es 100% correcta. El segundo es que ignorar, invalidar y anular las preocupaciones de la otra «mitad» del país solo creará más divisiones. Una mayor división creará más odio, y probablemente violencia, además de paralizar el sistema al pelear por ideas en lugar de forjar soluciones creativas de ambos partidos. Los Bridgers aprenden a dejar de ser despectivos y odiosos. En lugar de deshumanizar, RE-humanizan. La autora Arlie Hochschild lo llama «cruzar el muro de la empatía». Se dan cuenta de que ver a los grupos de personas como buenas o malas, correctas o incorrectas, despoja a la humanidad de quienes están a ambos lados de la ecuación. Recientemente escuché una historia de un grupo pro-elección y un grupo pro-vida que se unen para resolver problemas. No pudieron ir más allá de la cabeza por este problema aparentemente insoluble hasta que llegaron a un nivel más profundo: ambos podrían estar de acuerdo en tomar medidas significativas para mejorar el acceso al control de la natalidad. Eso es un puente en acción. Necesitamos desesperadamente a los pacificadores hoy. Podemos comenzar en nuestra propia comunidad al convertirnos en puentes. Como dijo recientemente Tony Blair: «Debemos aprender de nuevo la política de construir puentes, de llegar a aquellos con quienes no estamos de acuerdo y buscar un terreno común».

Marla Estes, fundadora, creó Bridging the Divide para abordar la polarización política actual al facilitar charlas, presentaciones, talleres, noches de cine, grupos de libros y más. Usando la psicología personal, la neurobiología y el pensamiento crítico, promovemos la educación y la diversidad de puntos de vista para construir puentes, exponiendo a las personas a las mejores ideas de ambos lados.


vocación de pájaro Del libro de próxima publicación

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No hay un revoloteo desbocado donde se desate un manantial exuberante de texto, pues eso es como abandonar el papalote a su suerte y soltar el hilo, dejar su dominio, y entregarlo seguramente a su abrupta caída o a un trayecto sin voluntad llevado por el capricho de los vientos, con una libertad sin sentido. Miguel Ángel Calderón Solís Introducción


«La Negra es una bruja, así en la palabra como en la vida. Una bruja empecinada en ser alquimista. Y la alquimia, a partes iguales, la convoca, la seduce, la rechaza, la repele, la proscribe. Lleva décadas escribiendo poesía, con la más indisciplinada de las disciplinas, con la más disciplinada de las indisciplinas. En su vetusto caldero de palabras, el venero de lo propiamente lírico se mixtura, enriquece, corrompe y renueva —incesante y sin licencia— con los de la filosofía, el esoterismo y la confesión existencial más visceral». Sergio J. Monrreal Presentación

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¡CREA TU CONEXIÓN! 1-Textos y material visual tamaño carta (dentro de un espacio de 21.5 cm. base x 28 cm. altura. 2- Los textos deben ser redactados en formato documento Word, utilizando la fuente Times New Roman a 10 o 12 puntos, sin notas de pié de página (estas deberán incluirse al final del texto). Si van incluidas ilustraciones, estas deberán ser enviadas de acuerdo al punto 3). La extensión de los textos no deberá exceder 6 cuartillas. 3- Material gráfico visual debe estar contenido dentro de las medidas especificadas en el punto 1 y enviado en los formatos TIFF, BMP o JPG de 100 a 300dpi. 4- La publicación será inicialmente trimestral difundida en toda plataforma y redes digitales posibles en Internet. Todo colaborador será transmisor compartidor de la revista. 5- Envíanos ya tu colaboración para el próximo número. Se sugiere enfáticamente a los autores que incluyan al final de sus aportaciones una ficha personal breve. Envíos a: alejandrox99@hotmail.com macaldesnuevo@gmail.com macaldesnuevo@gmail.com


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