1 minute read

Oración del segundo Adán

Next Article
Renuncia

Renuncia

ORACIÓN DEL SEGUNDO ADÁN

Que tu ojo, Hacedor del Paraíso, no quiera mirar cuando mordamos la serpiente.

Advertisement

Que el sexo sea la medida de nuestra debilidad por el conocimiento de nosotros y la natural desobediencia del hijo.

Que los pintores no impongan hojas de parra a nuestras erecciones hermosas.

Que el cielo no se aparte del desierto si decidimos errar por beber sudores.

Que la cruz de la historia nunca forje cinturones de castidad a nuestro albedrío; y pueda caber siempre otro hombre en el lecho.

Que la semilla sea sacrificada si no puede prosperar entre condenas.

Que el mal nos libre cuando el bien no sea apetecido.

Pero que pueda siempre acercarme a él sin espantar sus palomas fugaces; y besar con devoción, en su costilla, lo que es divino.

This article is from: