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Cursi
CURSI
Muerdo mis uñas contando las horas para por fin volverte a ver. Y es que te amo hasta la desesperación; porque el amor es también desesperación.
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De noche, imagino tu boca en la almohada y la beso, trémulo y nervioso... ¡Ah, cuánto doy porque la fortuna nos dibuje con su mano espléndida; y que el al usar los colores rojo y violeta nos rocíe y salpique en cantidad! Por estar unido a ti en todo momento: en las buenas y las mejores. Ir tras de ti siempre en vibrante alucinación, sin atender nada más del mundo, como un niño embelesado sigue una mariposa.
Pienso en ti y escribo. Y esto es horroroso como un corazón que se triza o cae a un abismo de congoja.
Y como el fracaso de la elocuencia.