6 minute read
Crl Francisco Bolognesi Cervantes
from Militares del Bicentenario
by Alexander
Coronel Francisco Bolognesi Cervantes
Advertisement
Mucho se ha escrito y se escribirá sobre Francisco Bolognesi Cervantes, el protagonista de la gesta de Arica tuvo que decidir entre rendirse o combatir. El 4 de noviembre de 1816, nació el Patrono del Ejército del Perú, quien fue inscrito cuatro días después como “español” – el Perú aún no era independiente- y con el apellido “Boloñesi”, según su partida de bautizo.
Su madre fue la arequipeña Juana Cervantes y su padre el genovés Andrés Bolognesi, un reconocido director de orquesta, quien presentó en Lima la ópera El matrimonio secreto, de Doménico Cimarosa, en el antiguo Teatro Principal de Lima, hoy el Teatro Segura. A inicios del siglo XIX, muchos extranjeros llegaban a Lima, porque la ciudad, a pesar de haber perdido su viejo esplendor, aún despertaba curiosidad y expectativa. Uno de esos viajeros fue el músico genovés, futuro padre de nuestro héroe, quien arribó a Perú para ofrecer conciertos de violonchelo y terminó radicando en Lima. Pronto ganó fama musical y en 1807 se le nombró maestro de Capilla de la Catedral. Además, era maestro de música y director de coros y orquesta. En esta ciudad, conocería a Juana Cervantes Pacheco, dama arequipeña con la que contrajo matrimonio y formó una familia.
Los esposos Bolognesi – Cervantes radicaban en la calle de los Afligidos, hoy jr. Caylloma, N°125 y fue allí donde nació, un 4 de noviembre de 1816, Francisco Bolognesi Cervantes, quien en el transcurrir de los años se convertiría en el hombre de bien, militar honesto e inmortal héroe.
Sus primeros años
Eran tiempos muy convulsos los primeros años de nuestra independencia; por eso en 1823, la familia Bolognesi – Cervantes se trasladó a Arequipa y en esa ciudad creció el héroe. Su infancia estuvo sellada por los agitados acontecimientos de la naciente república, al mismo tiempo, le impregnaron el ideal del patriotismo, el honor y el deber. Francisco tenía ocho años cuando se firmó la Capitulación de Ayacucho y había iniciado hace poco sus estudios primarios. Aprendió las primeras letras con las palabras “patria” e “independencia” porque eran épocas donde esos ideales nutrían las mentes y los corazones de los peruanos.
En Arequipa, su padre prefirió dejar sus partituras para dedicarse al comercio. Don Andrés destacó en los negocios y pudo solventar una sólida economía y se asoció con otros comerciantes de la ciudad. Pero esta nueva actividad, si bien lucrativa, lo obligaba a viajar constantemente por la región selvática del Cusco, manteniéndose alejado de la familia, por lo que la madre asumió la educación de los hijos. Al ver estos sacrificios, Francisco, desde temprana edad, comprendió el significado de la responsabilidad frente al deber familiar y personal.
El Padre
Bolognesi fue padre amoroso y dedicado. Preocupado por la educación tanto moral como formal de sus ocho hijos, a quienes inculcó valores que heredó de su padre.
Sus estudios
Tenía trece años cuando ingresó al Seminario Conciliar de San Jerónimo para cursar instrucción media. En virtud a gestiones de su madre y a sus buenas calificaciones, estudió semibecado en dicha institución. Destacó en Humanidades, pero sobresalió en Matemáticas, asignatura que beneficiaría su carrera contable y, posteriormente, como artillero. En 1834 murió su padre, por lo que Francisco asumió la responsabilidad de ayudar al ingreso familiar. Entró a trabajar en la casa comercial de Lebris y Violer, dedicada al comercio nacional e internacional. En esa empresa se especializó en la teneduría de libros y aprendió rápidamente la lengua francesa.
Bicentenario del Ejército
Destacó por su eficiencia y honradez, además por su inteligencia y espíritu emprendedor. Con la experiencia ganada y su buena reputación pronto inició su propio negocio.
14Enrique, siguiendo las huellas de su padre, egresó en 1878 con el despacho de alférez y fue enviado al regimiento de artillería. Al año siguiente, al inicio de la guerra de 1879, Augusto también se graduó de alférez. Enrique luchó en la Campaña de Tacna y, después de la derrota, se retiró a Arequipa llevando consigo un pequeño cañón que, como buen artillero, salvó del desastre. Luego prosiguió rumbo a Lima, a donde llegó después de una larga travesía a pie que duró dos meses.
En la capital, el presidente Piérola citó a los tres hermanos Bolognesi y les asignó nuevos cargos. Federico, el mayor, a la secretaria de Relaciones
Exteriores, para preservar la descendencia de los Bolognesi, según el dictador. En la batalla de
Miraflores, él sirvió en el cerro El Pino.
Enrique y Augusto batallaron en San
Juan, el 15 de enero de 1881. Enrique fue herido en la cabeza y Augusto recibió tres heridas mortales. Enrique continúo luchando en la batalla de
Miraflores, acción en la que recibió dos balazos. Ambos agonizaron en
Lima. El capitán Enrique Bolognesi falleció el 24 de enero y el teniente
Augusto Bolognesi murió el 27 del mismo mes. Los tres Bolognesi, padre e hijos, se reunirían en el
Panteón de los Héroes.
La batalla de Arica refleja el heroísmo y sacrificio del Crl Bolognesi
El gran legado que nos dejó
De joven, Francisco Bolognesi ejerció la actividad comercial, luego inició su carrera militar y llegó a ser edecán del presidente Ramón Castilla. En 1872, se retiró de la vida militar. Posteriormente, Chile declara la guerra al Perú el 5 de abril de 1879 y Bolognesi es llamado a defender a la patria.
El devenir adverso del conflicto arrinconó en Arica a un grupo de peruanos que estaban al mando del anciano militar. El ejército enemigo, apostado en los alrededores, quiso evitar el choque con los defensores del morro. Entonces envió a un mensajero. En junio de 1880, el coronel Bolognesi y su cuerpo de oficiales que le acompañaba en la plaza de Arica, asumieron gallardamente un juramento de lealtad, honor y patriotismo: combatir hasta quemar el último cartucho por la defensa de la patria, frente a un ejército invasor que los superaba en efectivos y armas. La respuesta de Bolognesi fue quizás la frase célebre más recordada de la historia del Perú: “Tengo deberes sagrados que cumplir y los cumpliré hasta quemar el último cartucho”. Por otro lado, en una de las cartas escritas de Francisco Bolognesi a su esposa le dice: “Nunca reclames nada, para que no crean que mi deber tuvo precio”.
Trascendencia de sus obras a lo largo de nuestra vida republicana
La Batalla de Arica rebasa la cúspide de la historia nacional al apoyarse universalmente como uno de los más singulares sucesos bélicos, donde los hombres deliberadamente deciden, sin otro mandato que el de sus propias conciencias, sacrificarlo todo, incluso sus propias vidas, en aras de uno de los más supremos deberes del hombre: la defensa del suelo patrio.
La enseñanza principal de Bolognesi reside en el compromiso absoluto por la patria, por entregar su vida sin esperar más que el honor y “jamás rendirse, sin importar las circunstancias”.
La plana mayor de oficiales que acompañaban al Crl Bolognesi