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Mcal Andrés Avelino Cáceres Dorregaray

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Mariscal Andrés Avelino Cáceres Dorregaray

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Fue un líder militar y político. Sus acciones destacaron en la guerra contra Chile (1879-1883), sobre todo, durante la Campaña de la Breña (1881- 1883). Tres años más tarde, llegó a ser presidente del Perú en dos períodos (1886-1890 y 1894- 1895).

Andrés A. Cáceres fue hijo de una familia distinguida de Ayacucho; su padre fue un hacendado y su madre una mujer mestiza con ascendencia de nobleza indígena que podía rastrearse hasta Huayna Cápac (Velásquez Silva, 2013). En 1854, cuando Cáceres era estudiante en Ayacucho se produjo la revolución de Castilla que buscaba derrocar a Echenique. Ese año abandonó sus estudios y se alistó como cadete; para combatir en la batalla de La Palma y desde ahí no se va a detener hasta la guerra con Chile.

Cáceres ascendió a la Jefatura Suprema de la nación en 1886, en medio de una crisis nunca antes vista en el país. No solo por la guerra del Pacífico que terminó apenas 3 años antes, sino por la posterior guerra civil que implicó a las facciones caceristas y de Iglesias.

Entonces, el héroe de la Breña va a pasar de ser el militar eficiente al político. Una dura transición para una personalidad pragmática.

Ocupó el mandato el 3 de junio de 1886 y concluyó su mandato en 1890. Consiguió la liquidación de la situación caótica originada por la guerra y a la vez el restablecimiento de la paz interna. Fue entonces cuando se sentaron las bases de la Reconstrucción Nacional (MINEDU, 2018).

Resulta necesario entender el gobierno de Cáceres, no como una continuidad de su bagaje militar, sino como un tránsito necesario para la resolución de los problemas del país.

Bicentenario del Ejérito

Podemos decir que la obra de Cáceres no es colosal en el sentido de infraestructura. Entre las más reconocidas tenemos las siguientes: la reorganización del Ejército, instauración de educación primaria obligatoria, adquisición de la “Cañonera Lima”, juntas departamentales, inauguración del Banco italiano (hoy BCP) y Sociedad Geográfica.

Se inició el alumbrado eléctrico, el servicio telefónico y la firma el contrato Grace.

En el plano de la Defensa Nacional, Cáceres dotó al Ejército de una nueva organización planteando la conformación de doctrina moderna que intentaba reemplazar la anticuada legislación, cuyos efectos se dejaron ver en los campos de batalla.

La modernización era necesaria. Para los políticos e intelectuales de la época, la guerra había dejado claro que para el respeto del país en el exterior era necesario contar con un Ejército permanente y sólido; lo cual fue tomado en consideración por el gobierno cacerista.

Era necesario que los objetivos de la llamada Reconstrucción Nacional, solo alcanzarían su éxito en un clima de paz social y respeto a la figura de la autoridad. Lamentablemente, para fines prácticos, los montoneros que llevaron a Cáceres al poder, no podían ser ese Ejército. Asimismo, existía el temor de una nueva agresión externa en el estado de debilidad en el que se encontraba el país. Nuestros vecinos intentaban posesionarse de grandes terrenos en la selva, con límites indefinidos.

Por tal motivo, el 23 de julio de 1886, su gobierno aprobó un decreto que organizó un nuevo ejército permanente de 3 500 plazas, aunque un año después redujo el número de efectivos a 2 951 por motivos presupuestarios (Velásquez Silva, 2013). Se dictó la Ley de regularización del servicio militar. Entre 1888 y 1889, se reabrió la Escuela de Clases y la Escuela Militar, las cuales fueron cerradas en la caída de su segundo gobierno en 1895 y reemplazadas por la Misión Militar Francesa. Sin embargo, de sus aulas salieron militares de mucha influencia en el siglo XX, como el mariscal Oscar R. Benavides.

El Contrato Grace:

Se firmó el 25 de octubre de 1888, entre el gobierno del Perú y el Comité Inglés de Tenedores de Bonos de la Deuda Externa del Perú (MINEDU, Carta Pedagógica, 2018). A través de este contrato se liberaba al Estado peruano del pago de su deuda externa producto de varios empréstitos, a cambio de la entrega de la administración de sus ferrocarriles por un periodo sesenta y seis años. Andrés Avelino Cáceres gobernó el país entre 1886 y 1890 después de una guerra civil; además, tuvo un segundo periodo trunco por el levantamiento de Nicolás de Piérola. Al no ser derrotado en las múltiples campañas y batallas incluyendo la de Huamachuco, se le considera el único líder político con popularidad, prestigio y carácter.

Cáceres estuvo dispuesto a sacrificar su futuro político en aras de los intereses de la nación, pues asumió el gobierno en el mayor caos de la historia republicana.

Por lo tanto, aunque su mandanto no resalta en el desarrollo de varias obras públicas, se logró establecer mejoras en la economía y fundamentó el progreso en el desarrollo, con la firma del Contrato Grace, que fue muy polémico; pero necesario. En el plano de la Defensa, con la reorganización del Ejército, estableciendo presupuestos acordes que buscaron una modernización básica.

Trató de modernizar el Estado mediante la aplicación de impuestos a ciertas actividades, controlar la devaluación de la moneda y la creación de empresas para el bienestar público.

“Paradigma del honor y la reconstrucción nacional”

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