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Acto seguido humedeció las barras de pigmento y las utilizó para aplicarse coloretes en las mejillas. Cuando terminó de ponerse el colorete, seguía sin cejas ni labios. Pero, por el momento, dejó su cara como una extraña máscara blanca y le pidió a la Tía que le pintara la nuca. Aquí es necesario decir algo con respecto al cuello en Japón, por si no se sabe. Por regla general, los hombres japoneses sienten por el cuello y la nuca de las mujeres lo mismo que sienten los occidentales por las piernas femeninas. Por eso las geishas llevan el Kimono muy caído por detrás, de modo incluso que se les pueden ver las primeras vértebras. […]. La ceremonia del té es una parte importante del aprendizaje de las geishas. No es raro que las fiestas privadas empiecen con una breve ceremonia del té. Y los visitantes que vienen a Gion a ver las danzas rituales suelen ser invitados primero a un té preparado por las geishas. Mi profesora de la ceremonia del té era una mujer joven, de unos veinticinco años, que, como sabría más tarde, no era una buena geisha, pero estaba obsesionada con la ceremonia del té y la enseñaba como si fuera algo sagrado. Gracias a su entusiasmo aprendí a respetar sus enseñanzas, y he de decir que era la clase perfecta para el final de una larga mañana. Era un ambiente muy relajante. Incluso hoy me sigue pareciendo que la ceremonia del té puede ser tan placentera como una noche de buen sueño. Lo que hace más difícil el aprendizaje de las geishas no son sólo las artes que deben aprender, sino lo ajetreadas que se vuelven sus vidas. Tras pasar toda la mañana en clase, se espera que siga trabajando por la tarde lo mismo que antes de empezar el aprendizaje. Y no duerme ninguna noche más de tres o cinco horas. Durante mis años de aprendizaje me habría gustado desdoblarme en dos, a fin de no estar siempre tan ocupada. Memorias de una geisha. Arthur Golden.
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Imagen de la producci贸n de Madama Butterfly.
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Guía para la audición
Madama Butterfly Gloria Araceli Rodríguez Lorenzo / María Encina Cortizo
PRELUDIO A pesar de que Puccini había renunciado en otras óperas a una introducción orquestal, retoma aquí esta posibilidad ofreciéndonos no una referencia musical a Japón como cabría esperar sino la exposición inicial de una fuga escolástica a cuatro voces, con las cuatro entradas del sujetoA pesar de que Puccini había renunciarespuesta correspondientes, do en otras óperas a una introducción todas de carácter enérgico y orquestal, retoma aquí esa posibilidad vigoroso; desde la primera entrada expuesta por los violines hasta la última se irán sumando el resto de las cuerdas junto con algunos instrumentos de viento. Como se trata de un procedimiento compositivo ligado a la tradición musical occidental puede considerarse que este preludio simboliza la eficiencia americana; de hecho, el sujeto de la fuga está asociado a Pinkerton y aparecerá durante toda la obra, pudiendo considerarse por ello como un leitmotiv. Tras una breve transición, se levanta el telón, dejando a la vista la futura residencia del oficial americano, mientras el tema es presentado una última vez en la sección de viento madera.