Isaac Asimov. Fundación e imperio.

Page 99

El capitán Pritcher se tambaleó, pero en seguida se repuso. El hombre solemne que se hallaba en el centro de la habitación, bajo una pecera suspendida del techo, le miró con expresión amable. Su uniforme era totalmente negro; tocó con un ausente ademán la redonda pecera, y ésta osciló violentamente, obligando a los peces de escamas anaranjadas y rojas a nadar con frenesí de un lado para otro. El hombre dijo: -¡Entre, capitán! La lengua temblorosa del capitán tuvo la impresión de que el pequeño globo de metal se hinchaba peligrosamente... una imposibilidad física, como sabía el capitán. Pero estaba en el último minuto de su vida. El hombre uniformado observó -Sería mejor que escupiera esa necia píldora para que pudiera hablar no estallará. El minuto pasó, y con un movimiento lento y cansado el capitán inclinó la cabeza y dejó caer el globo plateado en la palma de su mano. Con enérgica fuerza lo lanzó contra la pared. Rebotó con un pequeño y agudo sonido, resplandeciendo inofensivamente en su trayectoria. El hombre uniformado se encogió de hombros. -Bueno, olvidémosla. En cualquier caso, no le hubiera servido de nada, capitán. Yo no soy el Mulo. Tendrá que contentarse con su virrey. -¿Cómo lo sabía usted? -murmuró torpemente el capitán. -La culpa es de un eficiente sistema de contraespionaje. Conozco todos los nombres de su pequeña pandilla y cada uno de sus planes... -¿Y nos ha dejado llegar tan lejos? -¿Por qué no? Uno de mis principales objetivos aquí era encontrarle a usted y a algunos más. En particular a usted. Podría haberle atrapado hace algunos meses, cuando aún era un obrero de la fábrica de Bearings, pero esto es mucho mejor. De no haber sugerido usted las principales directrices del complot, uno de mis propios hombres lo hubiera hecho por ustedes. El resultado es muy espectacular y bastante cómico. El capitán mostraba dureza en su mirada. -Yo también lo creo así. ¿Ha terminado todo ahora? -Acaba de empezar. Venga, capitán, tome asiento. Dejemos las heroicidades a los insensatos que se impresionan por ellas. Capitán, usted es un hombre capaz. De acuerdo con mi información, usted fue el primer hombre de la Fundación que reconoció el poder del Mulo. Desde entonces se ha interesado con bastante osadía por la juventud del Mulo. Usted fue uno de los que raptaron al bufón del Mulo, a quien, por cierto, aún no se ha encontrado, y por el que se pagará una espléndida recompensa. Naturalmente, reconocemos su capacidad, y el Mulo no es hombre que tema la capacidad de sus enemigos, siempre que pueda convertirlos en sus nuevos amigos. . -¿Es eso lo que pretende? ¡Oh, no! -¡Oh, sí! Es el objetivo de la comedia de esta noche. Usted es un hombre inteligente, y, sin embargo, sus pequeñas conspiraciones contra el Mulo fallan desastrosamente. Apenas puede calificarlas de conspiración. ¿Forma parte de su adiestramiento militar perder naves en acciones imposibles? -Primero habría que admitir que son imposibles. -Se hará -le aseguró suavemente el virrey-. El Mulo ha conquistado la Fundación, y la está convirtiendo rápidamente en un arsenal para el cumplimiento de sus objetivos más importantes, -¿Cuáles son esos objetivos? -La conquista de toda la Galaxia. La reunión de todos los mundos dispersos en un nuevo Imperio. El cumplimiento, obtuso patriota, del sueño de vuestro propio Seldon, setecientos años antes de lo que estaba previsto. Y en este cumplimiento, usted puede ayudarnos. -Puedo, indudablemente. Pero también, indudablemente, no lo haré. -Tengo entendido -replicó el virrey- que solamente tres de los Mundos Comerciantes Independientes continúan resistiendo. No lo harán durante mucho más tiempo; será el último reducto de la Fundación. Usted resiste todavía. -Sí.

99


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.