Butaca 12 para blog

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LA OTRA

BUTACA

AÑO 4 - N° 12 | DICIEMBRE DE 2014 - ENTRE RÍOS REVISTA DE ARTES ESCÉNICAS CUATRIMESTRAL Y DE DISTRIBUCIÓN GRATUITA Destacada en el rubro Revistas Premios Teatro del Mundo 2014

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Circuito en Paraná

Perfiles.biografías del teatro latinoamericano

Escenarios locales

12 Equipo Dirección Guillermo Meresman Edición Mónica Borgogno Redactores Raúl Dayub Nora Llados Romina Arapeiz Colaboradores Sandra Franzen Laura Sosa Gabriela Trevisani Jorge Dubatti Gustavo Germano Julián Villarraza El Tomi (caricatura de Discépolo) INT Paraná Biblioteca del INET (Buenos Aires) Diseño Alfredo Alarcón Contacto guillermomeresman@hotmail.com borgogno_monica@ hotmail.com En la web labutacaotra.blogspot.com LA OTRA BUTACA y La Otra Butaca

LA OTRA

BUTACA

Editorial Cumplimos con esta edición una docena de ejemplares que conllevan un trabajo sostenido y no menos arduo, en el campo teatral. Siempre estamos pensando cómo podemos mejorar la comunicación con nuestros lectores, sumar colaboradores, integrar buenas ideas que tengan que ver con la historia y el presente de la escena entrerriana y argentina.

En sintonía con intereses y preocupaciones que imaginamos compartir entre varios, tratamos de acercar y recorrer las noticias de las artes escénicas del país. También, procuramos dar a conocer federalmente protagonistas de nuestro pasado, por eso en este número dedicamos nuestra tapa a posiblemente tres de los dramaturgos entrerrianos más audaces y notables para el teatro del país.

Asimismo, las páginas centrales de la sección Perfiles, constituyen otro tributo. Esta vez, dedicado a una de las figuras del teatro latinoamericano del pasado siglo: don Armando Discépolo, quien como mínimo transformó el teatro de dos países sudamericanos.

En las páginas que siguen, se pueden leer crónicas de lo que pasó, se vio o dijo en las ferias de libros, festivales y demás eventos que alcanzamos a cubrir.

Con la intención de abrir el diálogo hacia diversas disciplinas escénicas, indagamos en el mundo de la iluminación de la mano de dos conocidos profesionales de Paraná que han trabajado con gran cantidad de directores y espacios.

Una página especial mereció la presencia de un elenco Qom proveniente del Chaco más desconocido, que subió al escenario del Teatro 3 de Febrero y conmovió.

Para Los qué, consultamos a la actriz y premiada escritora santafesina Sandra Franzen y en la sección Publicaciones recibidas, reseñamos unas cuantas, todas de gran interés, recién aparecidas en Argentina.

En este mes del fin de año, nos llegó por segunda vez, y acaso como un regalo, un diploma como Trabajo Destacado en el rubro revistas soporte papel-digital, de parte del prestigioso jurado del XVII Premio Teatro del Mundo. Un regalo que rápidamente reconvertimos en fértil estímulo. El 9no. Circuito Internacional que pasó por Paraná con la organización del INT y el centenario Teatro Gualeguaychú también recibieron una distinción de estos especialistas, en la ceremonia que se hizo en el Centro Cultural Rojas, a fines de noviembre. Mencionamos aquí, el nombre de Juan Tríbulo, hombre de Rosario del Tala desde hace varios años residente en Tucumán, a quien se le dio el Premio a la Trayectoria.

Debemos agregar que en estos casi cinco años de vida, haber sido tenidos en cuenta en este Premio, nos enorgullece y alienta a seguir saliendo casi religiosamente cada cuatro meses. Este año una especie de responsabilidad mayor asumida, nos colocó en la posición de ser el único medio gráfico de las artes escénicas, producido en las provincias del país, que compartió el halago con otras nueve publicaciones de Buenos Aires.

Entendemos pues que para el jurado (y nuestros históricos lectores), ocupamos un pequeño espacio necesario para colaborar en la configuración cartográfica teatral de Argentina y estas latitudes. Lo que nos vuelve agradecidos y esperanzados de que estos diálogos aún no concluyan.

LA OTRA BUTACA no se responsabiliza de la opinión de las firmas.

Registro de la Propiedad Intelectual en trámite.

El contenido de La Otra Butaca puede ser reproducido en tanto se mencione su fuente.

La revista LA OTRA BUTACA cuenta con el apoyo del Instituto Nacional del Teatro y el acompañamiento de la Universidad Autónoma de Entre Ríos.

Ilustrando la tapa

Entrerrianos en la historia grande del teatro del país

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rancisco Defilippis Novoa, Claudio Martínez Payva y Samuel Eichelbaum, probablemente sean los tres dramaturgos de nuestra provincia más valiosos para la historia teatral de la Nación y el continente. Hay varios más que ya sea por un texto o un conjunto de ellos, merecen pronunciarse aquí, por su productividad y su importancia en la diacronía del sistema teatral provincial.

El pionero Francisco Felipe Fernández, Martiniano Leguizamón, Rafael Fernández de la Puente, Antonio Medina, Emilio Berisso, César Iglesias Paz, Isidoro Rossi, Juan Carlos Ghiano, Ernesto Frers, Osvaldo Dragún, Arnaldo Calveyra… son o fueron poetas dramáticos que nunca renunciaron a su pertenencia a estas tierras insulares y mostraron una identidad ligada al destino de sus gentes. Pero aquellos tres primeros, posiblemente, en cualquier lugar del mundo, ocuparían la dimensión de figuras legendarias.

Una serie de aspectos hacen que La Otra Butaca se ocupe nuevamente de ellos. Defilippis y Eichelbaum, hay que recordar, ilustraron las ediciones 6 y 5 respectivamente, de esta revista.

Junto con retratos bastante desconocidos de sus juventudes desafiantes, reprodujimos información pertinente de la historia del teatro

en la provincia y en la Argentina.

En tanto Claudio Martínez Payva (Gualeguaychú), estuvo en Ilustrando la tapa del número 4, merced a un estreno suyo en Rosario del Tala, y a los actores del

importante elenco que estrenó la misma pieza, La isla de Don Quijote, en Buenos Aires.

En este número que completa la docena, difundimos un retrato

suyo a los 38 años, poco conocido, extraído de la revista Bambalinas, número 391, del 3 de octubre de 1925, donde también se publicó su pieza campera A la rastra.

Dicha obra, estrenada pocos meses antes en el Teatro Sarmiento por la compañía de César y Pepe Ratti, no es de descartar que la hayan llevado en su repertorio por distintas provincias del país, incluyendo la nuestra.

Fiel a su proyecto creador, y aunque el registro lingüístico aluda a otra región del país, la comedia dramática es un aporte sustancial del autor de Gualeguaychú, superado ya cierto nativismo y gauchesca en la escena de las provincias. La cantidad de textos, y de ellos sus temas, caracterizaciones y circulación, justifican su espacio en esta sección.

Amén de la calidad de algunos de sus textos; de su enorme inspiración popular, que queda manifiesta desde los primeros parlamentos de la pieza, cuando dos personajes con “desgano profundo, abúlicos, cansados: gentes sin voluntad”, Graciliana y Ramón,

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Parravicini

gano

José León Pa

1 se disponen a tomar unos mates “de visio no más”, Martínez Payva tiene sobrados méritos para integrar la galería de personalidades de la tradición teatral local, que iniciamos en nuestra primera edición con Camila Quiroga.

Defilippis, que tuvo una existencia tan breve como intensa, descolló también como su amigo coterráneo, desde muy joven. El paranaense abrazó el oficio y además de El diputado por mi pueblo, He visto a Dios y María la tonta, escribió cerca de 30 obras, y publicó y estrenó la comedia El conquistador de lo imprevisto que fue portada de la revista La escena en el invierno de 1919, y que el capocómico Florencio Parravicini, el conocido “Parra”, famoso por sus “morcilleos” y procedimientos del actor nacional, ofrecería en el Argentino.

El tercero de los ilustres entrerrianos es Samuel Eichelbaum, quien a su muerte será considerado uno de los dramaturgos iberoamericanos más trascendentes de su época, con más de treinta piezas escritas y estrenadas.

Eichelbaum fue otro ejemplo de precocidad y constancia.

Cuando La escena, número 126, del 25 de noviembre de 1920 ilustra su tapa con una caricatura suya como autor del drama La

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mala sed, con un significativo prólogo de José León Pagano, ya podemos imaginar lo que se esperaba de ese muchacho judío, adusto y miope, nacido en Villa Domínguez. La compañía argentina de Pagano-Ducasse estrenó la obra en el teatro Apolo a fines de octubre, con la Paganito y Pablo Aichardi como protagonistas. Según describe Pagano, en este drama se percibía “las ricas fuentes donde el autor bebe para satisfacer sus ansias ideales. No ha calcado la consabida comedia francesa. Como aconsejaba Amado Nervo: bebe leche de Leonas. Le atraen las grandes personalidades.

Un lector asiduo de Ibsen, un artista que ha pensado y reflexionado a solas más de una vez, hasta ir a descubrir el más remoto pozo de las pasiones, es lo que se ve en Eichelbaum”.

Los tres autores terminaron sus días en la ciudad de Buenos Aires. Martínez Payva (1887- 1970), Defilippis Novoa (1890- 1930) y Eichelbaum (1894- 1967) abrieron desde muy tempranas edades nuevos horizontes para el teatro argentino de la primera y segunda mitad del siglo XX y aunque vivieran buena parte de su vida en la Capital Federal, sus obras dramáticas incidieron en las generaciones de dramaturgos entrerrianos y argentinos siguientes.

Fotos

En Tapa: Retratos de Martínez Payva y Defilippis y caricatura de Eichelbaum.

La iluminación

Bajo la luz de un farol Es la luz precisa la que trasunta el ánimo de los personajes, potencia un gesto o situación, ubica la escena en un determinado momento del día, delimita el espacio, imprime ritmo y emoción a la obra o simplemente abre la comunicación entre actores y público. Y no sólo eso. Dicen los que saben que hay que aprender a leer la luz que se desprende de cada texto dramático. Consultamos la voz y experiencia de dos iluminadores locales, Sergio Fabri y Leandro Osorio, para saber un poco más de esta disciplina.

P

or distintos caminos, Fabri y Osorio, llegaron al mundo del teatro y se quedaron en él para diseñar las luces más pertinentes de cada escena o personaje. Pero qué los atrajo de este lenguaje tan singular y del que poco se ha escrito y teorizado. “Arribé a esta especialidad como elección posterior a otras actividades conexas que he realizado. Luego de una formación puramente empírica y cuando ya decidí estudiar con cierto rigor y dedicación, es cuando descubrí los inalcanzables límites de esta disciplina. Fundamentalmente, y más allá del hacer, lo que más me atrae es la necesidad de hallar explicaciones de lo inexplicable, de lo novedoso que surge de la producción estética”, dispara Fabri. En tanto su colega, fue en el tránsito por la escuela secundaria donde se encontró con esta posibilidad, junto al elenco de la comercio N° 1, dirigido por Sergio Obaid, cuando ingresó al cuerpo técnico y de a poco se fue metiendo más y más y “encontrando el placer de “hacer teatro” desde atrás de escena, como técnico”. Después, contó, tuvo la posibilidad de “comenzar a trabajar junto a Diego Vera, como operador de luces en Caricias, bajo la dirección de Gerardo Dayub en 1998. Desde entonces, trabajé con distintos directores del ámbito local, ya sea con diseños o en la operación de luces”.

La siguiente pregunta apuntó a los significados de la luz. Vinieron diferentes conceptos y modos de trabajar y comprender este código escénico. Fabri por caso, respondió que “la luz en función estética es una variable más del mensaje estético que constituye el texto dramático puesto en escena. Todas y cada una de las discreciones particulares que realizamos conforman ese mensaje, que es ambiguo y autorreflexivo. Por eso no podemos decir que la luz comunique algo; en realidad, la comunicación se organiza con diferentes manifestaciones o por diversos medios, y lo que el espectador recibe -y en definitiva ese es el meollo de la cuestión para nosotros- es una vivencia en proceso, un acontecimiento, del cual es partícipe activo”.

Para Osorio, la luz “puede comunicar un espacio, un tiempo (pasado-presente-futuro), un código. La luz en el teatro es un elemento

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más que ayuda a la puesta en escena a contar, a mostrar, a descubrir u ocultar lo necesario. Cada escena puede tener o no su propia luz, según lo que el texto, el director o la puesta pida. La iluminación es la posibilidad infinita de cambiar la carga de una escena a partir de un determinado color, posición, intensidad y combinación de

las luces; y ayuda al actor a contar, desde el punto de vista que se quiera o requiera. Y no digo que el rojo es muerte, el azul es noche y el amarrillo o ámbar, día, ni mucho menos.

No concuerdo con esa convención de la carga semántica del color, aunque muchas veces la terminemos usando. Por ejemplo, una escena de noche iluminada por la luna bien puede ser blanca, celeste, gris, verde, lila, roja, amarilla, sepia o… una noche azul. En teatro todo está permitido y eso es lo que nos permite crear desde las luces”.

En equipo. El reconocimiento de los propios aprendizajes y maestros, acercó algunos nombres. “Trabajé con distintos directores del ámbito local que me fueron aportando sus conocimientos en puestas y me dejaron crear desde las luces pero uno de los que más me influenció fue Pablo Rolandelli, con quien trabajé por primera vez en el año 2000 en El sátiro de la carcajada, dirigida por Augusto Carballal. Él, que viene de la plástica y la fotografía, me hizo entender mejor la importancia de trabajar en equipo, mantener el mismo código de puesta.

Y con Gonzalo Córdova, iluminador

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de Buenos Aires, tuve la posibilidad de hacer un curso de diseño lumínico durante más de un año.

Este profesional me enseñó a leer la luz en el texto, a ver lo que el texto pide desde lo lumínico y también, que a veces una escena o una acción, están mejor iluminados si no hay luz que si la hu-

Memorias de luz ¿Qué puestas recuerdan en las que la luz haya tenido un especial lugar o funcionalidad? ¿por qué?

S. F.: Creo que me surgen dos cuestiones: una, que hay varias obras en las cuales recuerdo especialmente el trabajo lumínico, aunque no tengo claro recuerdo de su pertinencia. Imagino que si me llamó la atención la iluminación de una obra tal vez sea porque los demás medios no me atraparon. Y esto tiene que ver con la segunda cuestión, ya que en mi opinión una iluminación pertinente no llama la atención justamente porque se halla en el tejido textual, ese tejido que no puede separarse, y ese es el acierto en una obra de arte cualquiera. En cuanto a la funcionalidad, en las artes escénicas la función estética es la única útil para la creación de sentido; las demás funciones pueden corresponder a otras disciplinas.

L. O.: De las puestas que he podido ver y que me hayan sorprendido desde lo lumínico, recuerdo una que vi en 1998 o 99, en un Encuentro Nacional de Teatro. En ese marco vi la obra El manjar de los dioses que se hizo en unos de los galpones del puerto de Rosario y donde la luz era manipulada por los mismos actores, pero no de manera forzada, sino integrada a sus actuaciones. Esa forma de trabajar las luces desde el escenario es algo que me atrae mucho.

Asimismo, también me gustan las puestas en donde se nota la búsqueda de un código lumínico, donde se ilumina no solo para que se vean los rostros de los actores sino que se piensa la luz como parte de la puesta y no, como un recurso para alumbrar.

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biera”, recordó Osorio.

“Apenas uno se pone a indagar teóricamente en la especialidad, se renuevan los puntos de vista, por lo que en la medida en que se van renovando las concepciones, las anteriores se ven desafiadas. Igualmente sucede con los maestros.

Yo no tuve la posibilidad de estudiar con nadie en particular ni en ninguna institución, aunque algunos encuentros con ciertas personas como Carlos Bechara, Carlos Alfredo Ara Monti o Ricard Horta, me han motivado en distintos momentos para continuar y confiar en un modo de hacer las cosas. Y luego están los diversos autores, que todo el tiempo nos desafían desde sus escritos”, comentó Fabri.

Repaso. Ambos entrevistados, vale agregar, han sido distinguidos por sus trabajos como iluminadores, trabajan para puestas de artistas locales y colaboran en el área técnica y montaje de obras que de otras provincias o países vienen a festivales y certámenes que se hacen en la capital entrerriana.

Osorio hoy se desempeña como jefe técnico del Centro Cultural y de Convenciones La Vieja Usina. Fabri, reconoce una formación autodidacta aunque destaca lo aprendido en cursos específicos tomados en la Universidad del País Vasco. En los últimos años viene trabajando como coordinador técnico del Circuito Nacional de Teatro (Sede Paraná) y de la Selección Provincial de Teatro y es asistente técnico del Instituto Nacional de Teatro.

“La experiencia es la primer fuente de la que uno abreva en esta zona; y yo en eso soy un eterno agradecido de las oportunidades que me han

Fotos

1. Leandro Osorio, en plena

dado los distintos directores y directoras, músicos, bailarines/as y demás artistas, de aprender en sus producciones y creaciones. Luego están las búsquedas personales y las inquietudes y limitaciones que uno mismo se va poniendo. A mí me interesó estudiar formalmente esta actividad y por eso elegí continuar por un camino más académico, pero siempre paralelo a la praxis, claro.

Porque esa es la constatación o banco de pruebas de los estudios teóricos.

De lo que no me cabe ninguna duda es que, tanto el estudio como la actividad misma de producción o construcción visual, requiere de un profundo proceso de reflexión a fin de abordar con cierta responsabilidad y solvencia la construcción escénica”, remató Fabri.

No todo es tecnología. La consulta acerca de la incidencia de la tecnología en la tarea de iluminar, hizo recordar distintos momentos. “En mis comienzos sólo teníamos tachos, esto es latas de aceites pintadas de negro con un foco de 200w, 300w o 500w y consolas caseras a tecla. Hoy contamos con más posibilidades como computadoras, Fresnell, Elipsoidales, Par 64, Par 56, Par 36, Leds, Móviles, todo en dimmers y consolas programables, pero eso no es una garantía de una buena iluminación teatral.

Me gustan mucho las puestas que cuentan con pocas luces y están bien resueltas, ya se sabe que cantidad no significa calidad. Para mí, el diseño es un porcentaje grande de la puesta lumínica, pero si la operación o libreto de luces no está bien resuelto, cualquier buen diseño puede resultar malo”, aclaró Osorio.

Senkman, con luces de Fabri.

tarea.

2. Marcelo Estebecorena en Efectos personales, dirigida por Lito

3. Fabri, iluminado y fotografiado por Maximino Del Mestre.

4. Osorio hizo iluminación de 5438, protagonizada por Gabriela Trevisani y Walter Arostegui.

Cultura Qom

Un zorro sagaz pasó por Entre Ríos Mónica Borgogno

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n el paraje El Colchón, en el impenetrable chaqueño, existe un Centro Educativo Rural (CEREC) al que asiste un grupo de jóvenes Qom y maestras como Margarita o Andrea que manejan su lengua, ofician de traductoras y trabajan junto a otro grupo de maestras como Amaray Collet (Chaco), Francisca Caballero (País Vasco) y Laura Sosa (Entre Ríos).

Estas últimas, desde hace tres años y con herramientas provenientes de las artes plásticas, el teatro o la danza, ayudan a poner en valor esta cultura de pueblos originarios y así, difundir sus tradiciones, conocimientos, identidad.

De esa formación intercultural, surgió la idea de ponerle el cuerpo y la voz a una de las historias orales, pasadas de generación en generación, ahora recopilada en un libro de cuentos Qom. Fue entonces como se pusieron a desandar el desafío en forma conjunta, desde las tres disciplinas artísticas involucradas.

Los estudiantes por su parte, eligieron una historia en particular, la de El zorro sagaz que quiso volar, para subir a escena y representar en la capital de su provincia o en su jurisdicción de Río Bermejito e incluso para salir de gira por Entre Ríos, como lo hicieron días antes del Contra Festejo de cada 12 de octubre. Es una historia antigua – explicaron los visitantes-. Se trata de un relato Qom de los tantos, recuperados por Orlando Sánchez, ahora publicado en forma bilingüe,

para que llegue a ron integrantes todos. de la comuA partir de los nidad kanac. su regreso, uno de los Pero enseguida contactos de la arintegrantes de la comi- llegaron invitatista plástica Laura Sosa y Juan Kohner, tiva, Cornelio, el docente de ciones para pardel equipo de Edu- Música de la comunidad agra- ticipar de otras cación por el Arte, deció “por lo vivido, por cómo instancias e de Paraná, más un nos trataron y el recibimiento hicieron funciomontón de esfuerzo que hemos tenido… nos tra- nes en el marco puesto para la oca- taron como personas, fue muy de un festival sión, el contingente lindo todo”. de teatro de esEn efecto, silencio, respeto, cuelas secundade jóvenes llegó a la capital entrerria- emoción, fue lo que quedó tras rias en Castelli; na y montó su obra cada una de las funciones. Y también en una en el Teatro 3 de tal vez en esta experiencia, el institución eduteatro acercó mundos.

Febrero. cativa bilingüe “La experiencon orientación cia fue increíble, artística de Fonpara nosotras como para ellos”, tana y en el Teatro Guido Miranda, resaltó Sosa al ser consultada sobre de Resistencia. Más tarde vino la el proceso de aprendizaje, la cons- oportunidad de mostrar en la capititución de un elenco y luego, la tal entrerriana y en la localidad de actuación delante del público. “To- Crespo. dos pintan, danzan, cantan, actúan, En todas las funciones, hubo realizan la escenografía y vestuario. confraternidad y debate entre pares.

Aunque no estén en el elenco, todos A través del arte, los jóvenes afiancolaboran con la obra. Compartir, zan su autoestima, ganan confianza esa es su esencia”, añadió. y fortalecen vínculos, confiaron las docentes.

Visibles. Si bien hubo algunas “Y nosotras nos animamos tamresistencias de parte de los ancia- bién con ellos porque la idea de hanos de la comunidad Qom, y cierto cer giras salió del grupo. Ellos nos temor a que los jóvenes pierdan su pedían poder expresar su cultura por identidad, con el tiempo entendie- otras provincias o ciudades. Hoy ya ron que a través de esta propuesta, hay dos elencos formados, con dos esa identidad podía hacerse nuevo puestas diferentes. Queremos seguir lugar y salir a recorrer el país, este trabajando desde el arte y constituir país que en general mira para otro un equipo comprometido con estas acciones de difusión de su cultura”, lado.

La primera presentación fue en anticipó la artista plástica. un encuentro de pueblos originarios de la región, al que también acudie- Ser artista. Amaray Collet,

Repercusiones

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bailarina y actriz, estudió en Paraná pero se crió en Chaco. “Para mí era muy importante detenernos a pensar qué de nuestras técnicas y herramientas de estos lenguajes, les podía ayudar para expresarse y difundir su propia cultura, sin imponer”, comentó.

Alexis, uno de los integrantes de la comitiva, remarcó precisamente que “el arte ayuda a recuperar la cultura”.

La entrevista tuvo una pregunta pronunciada desde una idiosincrasia occidental, acerca del ser artista y subirse a un escenario. Pero el desatino trajo nuevas respuestas que sirven para adentrarse en la filosofía y modo de vida de los Qom. “La concepción de artista es muy occidental. Para ellos el arte no está tan separado como en nuestra cultura, en ellos está más ligado a la vida cotidiana. Ellos son artistas, tienen sus artesanías, sus cantos, su lengua, sus tradiciones y leyendas”, apuntó Collet.

Por su parte, la docente Andrea, aprovechó para señalar que “hoy, en las escuelas, es el momento de escribir y traducir esas historias que se transmiten de forma oral”. En tanto su colega Margarita explicó: “Es muy difícil que un Qom hable dentro de otro pueblo porque quedó ese dolor por la mucha matanza y persecución que hubo y hay todavía, aunque gracias a Dios eso mermó y hay más integración. Con este lenguaje del teatro, ellos ganan libertad e integración. Cuando actúan se liberan y comparten con otros para decir lo que sienten”.

Las funciones generaron emoción e intercambios varios entre jóvenes de distintas realidades.

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Perfiles

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Biografías del teatro latinoamericano

Trascender, el deseo

(Buenos Aires, 18 de agosto de 1887 - Buenos Aires, 8 de enero d

S

egundo de los hijos de la argentina Luisa Deluchi y Santos Discépolo –inmigrante napolitano llegado a los 21 años a Buenos Aires, ejecutante eximio de contrabajo y de varios instrumentos de viento-, Armando fue un creador único. Tanto como dramaturgo y director teatral descollaría en la escena rioplatense, alcanzando estatura continental.

A los hijos Amalia, Armando, Rodolfo y Otilia, les seguiría en el otoño de 1901, el último de la descendencia, Enrique Santos, otro gran artista porteño conocido como Discepolín.

Antes de cumplir Armando los 20 años, fallece su padre y poco después su madre. Por esa época, en junio de 1908, el joven debuta como actor en el escenario de la Casa Suiza de la calle Rodríguez Peña, con la Compañía Nacional de Aficionados, cuyas presentaciones son auspiciadas por la Sociedad Argentina de Actores. Es ahí donde conoce a la actriz entrerriana Camila Quiroga, a quien dirigirá en diversas oportunidades.

No transcurre mucho tiempo hasta que emprende su primera tentativa escénica como escritor. “Un día –evocó- escribí una pieza en tres actos y se la llevé a Pablo Podestá. No había alcanzado a leer el tercer acto cuando decidió que, al día siguiente, empezarían los ensayos y que la dirigiría yo”.

Se trataba de Entre el hierro, pieza que le abre el camino de la consagración. Esta obra se estrena en diciembre de 1910, en cuyo reparto intervienen, además de Pablo, Orfilia Rico, Arturo Podestá, María Esther Buschiazzo, Juan Mangiante y Ángel Quartucci.

Muy poco tiempo más tarde, Armando contrae matrimonio y alquila una casa en la calle Pasteur, por entonces Ombú, entre Tucumán y Lavalle, llevando a vivir consigo a su hermano Enrique.

En un período corto, estrena sus primeros dramas La torcaza (1911), el acto de comedia El rincón de los besos, y al año siguiente, colaborando con Rafael de Rosa, la opereta Espuma de mar.

Este año mismo la compañía de Guillermo Battaglia da en el teatro Apolo el drama La fragua, de trama proletaria y marcada vibración social, que tiene gran impacto en el querido hermano menor.

Ambos frecuentan por estos años juveniles los café ubicados en las proximidades del teatro Marconi, como el Oberdam y el Centenario, a los que concurren actores, autores, bohemios, jugadores, anarquistas, periodistas y, desde luego, tranquilos padres de familia, al decir de los biógrafos. Armando mucho antes de cumplir los 30 años, es ya un autor consagrado por la crítica y por los propios colegas. Luego comienza a colaborar con Rafael José de Rosa y de dicho binomio surgen en 1914 las comedias Mi mujer se aburre y El novio de mamá y los sainetes El guarda 323 y,

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con Federico Mertens, El patio de las flores (1915).

Pero es al año siguiente que el dramaturgo goza su “primer triunfo” con El movimiento continuo, comedia asainetada en tres actos escrita junto a Mario Folco y De Rosa que recibiría el Premio Nacional a la mejor obra del año y estrenaría con gran éxito la compañía de Roberto Casaux. En 1993 sería reestrenada por el estudioso y editor de su obra Osvaldo Pellettieri.

Prolífico. Armando Discépolo, lector empedernido, continúa su producción con El reverso y La cience de la casualitat (1916), Conservatorio La Armonía y La espada de Damocles (1918), entre muchas otras piezas más.

Siguen El chueco Pintos, escrita junto a De Rosa, y en la nueva línea del llamado grotesco criollo, las revolucionarias Mustafá (1921), Mateo (1923, llevada al cine en 1937 por Daniel Tinayre), Babilonia. Una hora entre criados –estrenada en 1925 por la compañía de Pascual Carcavallo, a quien la dedica- y El organito (1925), cuya autoría compartirá con su hermano Enrique. Mustafa, escrita en colaboración con De Rosa, -considerada como un “pregrotesco” según Pellettieri, pero aun un sainete tragicómico-, se ofreció en julio de 1924 en el Teatro 3 de Febrero de Parana, por la compañía Sarmiento de Buenos Aires. Este mismo año, la compañía de José Gómez en gira, presenta en la capital entrerriana su drama Hombres de honor, estrenado unos meses antes en la Capital Federal.

No era Discépolo un hombre simpático, según testimonian muchos de sus contemporáneos; tenía “un rostro afilado, ojos pequeños y penetrantes que observaban desde arriba”, y una gran sabiduría.

El 26 de abril de 1928 en el teatro Cómico de Corrientes casi Talcahuano, el flamante grotesco Stéfano alcanza

notable repercusión en la versión de la compañía encabezada por Luis Arata, y secundada por Lalo Bohuier, Froilán Varela, Teresa Serrador, Leonor Rinaldi, Berta y Jorge Gangloff en los restantes papeles.

Un año después de lo que muchos críticos e investigadores consideran su texto dramático más logrado, los hermanos Discépolo suben a escena en el Teatro Nuevo, hoy San Martín, Levántate y anda. Aquí Enrique, ya destacado poeta de tangos, interpreta y se luce en el complejo personaje del padre Virgilio. Hacia 1924 Enrique compone Soy un arlequín, que en la interpretación de Azucena Maizani, se convertirá en la atracción de Muñeca, pieza de Armando que desde 1924 se representa en varias ciudades del país hasta la actualidad.

Discépolo estrena Cremona en 1932 (publicada tres años más tarde, y reescrita en 1950), al año siguiente dirige la comedia musical Wunder Bar, con el protagonismo de Enrique Santos, considerada la producción más atrayente de la temporada, y en 1934, da a conocer su último grotesco, Relojero.

Desde entonces continuó estrenando obras como director en Argentina y Uruguay, donde entre 1948 y 1952 dirigiría a la Comedia Nacional del país Oriental.

Como director del elenco complementario del Teatro

o de don Armando Discépolo

de 1971) Nacional Cervantes, Armando Discépolo conquista una importancia mayúscula para las provincias, ya que esas giras por numerosas ciudades, como las del año 1941, permitieron entrar en contacto con un repertorio propio de nuestra tradición teatral, con textos suyos y de Payró, García Velloso, Pedro Pico e Ivo Pelay, entre otros. Luego dirige la Comedia Nacional Argentina hasta 1947 en que fue intervenida por el gobierno peronista, y al año siguiente se va a Montevideo. Traduce entonces, y dirige Enrique IV de Luigi Pirandello. En la capital uruguaya vive con su esposa Aída Sportelli en la calle Rondeau y Paysandú, y recibe gran consideración del campo cultural local, como maestro de actores y realizador escénico. Su retorno a Buenos Aires será en 1953.

Color de actor. Los actores y directores uruguayos Dumas Lerena y Alberto Candeau lo recuerdan como un genio: “Yo iba a ver los ensayos, en realidad iba a verlo a él, era un show, de pronto se oía su voz: muy bien, China, esos ojos... y no había nadie en la platea, estaba en la galería alta! Él era un histrión!” expresó el primero, mientras que Candeau da cuenta de su singular personalidad: “Tenía una modalidad fuerte, meridional, era riguroso para marcar los papeles, era una con-

secuencia y un resabio de su condición nata de actor. Como director vivía e interpretaba a todos los personajes. Fue actor en su juventud aunque su verdadera vocación fue escribir, de ahí que creó los grotescos más formidables del Río de la Plata.

Era severo, exigente, indicaba con mucha claridad lo que quería, disgustándose si el actor no daba lo que pretendía. Estos lo admiraban y le temían...

Tenía expresiones muy particulares, que marcaban una sensibilidad muy especial. Así es que pedía al actor un tono azul, un tono negro, un tono gris. Él nos explicaba que en el escenario la palabra dada por un actor o un estado de ánimo, tienen color, como la música y la paleta de un pintor. Que cuando pedía azul era un tono suave, un negro era un tono dramático, áspero. Era un perseguidor implacable del actor, lo seguía en el camarín, entre cajas, en los cafés. Más de una vez estando en el Tupi, con nuestro grupo de amigos, después de la función nos llamaba.

Vení, vení...cená conmigo, yo te invito.

-No, no...don Armando, estoy con los muchachos.

-Vení, sentate aquí un segundo.

El sentarse implicaba repasar la letra o recibir una amonestación.

Era un perfeccionista que le daba a todo lo que hacía el rasgo de su personalidad; hasta un error en él era coherente, tenía el sello inconfundible de su estilo”.

En tierra uruguaya estrena Julio César, de Shakespeare, que mereciera elogiosas críticas y en 1951, cuando ya se habían integrado otros directores a la Comedia Nacional, como Orestes Caviglia y Margarita Xirgu, Discépolo lleva a escena en el Teatro Solís La Rondalla en homenaje a Víc-

tor Pérez Petit.

“Yo tengo un profundo respeto por el hombre que tiene un mundo propio. Así sea un loco”, le dijo en 1962 Armando Discépolo a un jovencísimo Tito Cossa, que aún no había estrenado su primera pieza. Don Discépolo tenía 75 años, y la entrevista se realizó, según recordó el autor de La nona, en su despacho de director del Teatro Nacional Cervantes. “Sus primeras palabras fueron destinadas a quejarse por la rigidez de los sillones que ocupábamos, escritorio de por medio. ‘¿Y qué quiere?

Son españoles’, me explicó”, confió el más joven de la memorable y extensa charla, reproducida en la revista de corta vida Teatro Popular, y luego por La Maga.

En 1962, siendo integrante de la Comisión Directiva del Cervantes, don Armando monta El mal de los rastrojos, de Roberto Payró, y con Gente de Teatro Asociada, su obra Mustafá.

Hacia 1965, al presentar la publicación de Eudeba que recuperaba tres de los textos más emblemáticos del dramaturgo, Kive Staiff resaltaría con números, el volumen de la producción dramática de Discépolo. Entonces, señaló, ya contabilizaba 30 obras y cerca de 100 piezas dirigidas.

Tributo. En 1967 se le rindió un homenaje en el Teatro Solís que se vio colmado de espectadores y en 1969 fue invitado a dirigir la Comedia Nacional por última vez. En ese marco y función, puso en escena el sainete tragicómico Los disfrazados de Carlos Mauricio Pacheco, su obra Babilonia y otro Pirandello, Seis personajes en busca de un autor.

Dos años antes de su muerte, Jorge Álvarez publica en Argentina tres volúmenes de sus Obras Escogidas, en las que don Armando excluye gran parte de sus comedias asainetadas, pero incluye todos sus dramas realistas, decisión influida según Pellettieri (1996) por “el punto de vista de la crítica y el campo intelectual de la primera mitad del siglo que canonizó al realismo”.

Cuando Candeau lo visita en 1971 en Buenos Aires, Armando Discépolo le pide que no lo olviden: “¡hablen de mí!”, le dijo al actor uruguayo.

Esta frase es la que pareciera disparar el conmovedor texto El último verso de Patricia Zangaro, en la que Daniel Fanego se luciera bajo dirección de Pompeyo Audivert (Teatro x la Identidad, 2010).

Esta pieza, que repasa ese silencio de décadas de un autor emblemático para el teatro argentino y universal, trae no sin mordacidad el silencio de la crítica y la prensa, la falta de reconocimientos oportunos, las nuevas generaciones de autores, la originalidad o el plagio, la negación de las herencias o tradiciones. El último verso es un gran homenaje que también se celebra como justo y necesario.

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Festival Internacional.

Una primavera bien recibida

Del 3 al 7 de septiembre pasado tuvo lugar en Paraná una nueva edición, la novena, del Circuito teatral organizado por el INT. El festival, como en otras ediciones, ofreció una nutrida programación de propuestas nacionales e internacionales de jerarquía.

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E

n los últimos años, la capital provincial se ha visto enriquecida y movilizada con actividades y espectáculos de calidad, para todos los gustos, y que la comunidad local sabe agradecer.

Esta vez, al 9no. Circuito Internacional de Teatro se sumó la Feria del Libro Teatral realizada en la Casa de la Cultura, de Paraná, lo que permitió a muchos teatristas y público general, cruzarse en funciones, charlas y presentaciones.

Ambas propuestas generaron un clima inhabitual de intercambios y diálogo, y entusiastas espectadores.

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La apertura de la programación del Circuito, no podía ser más promisoria, con la probada puesta de Othelo, versión de Chamé Buendía sobre el texto shakesperiano, que hizo reír y emocionarse a un colmado Teatro 3 de Febrero. Como hemos referido en anteriores números, la efectividad de esta puesta parece radicar en un sólido elenco que, acaso sin saberlo, renovó el vínculo de la tragedia con la sala municipal, en un pacto de más de un siglo –ya que el texto fue representado allí por la compañía del gran actor criollo Alejandro Almada en 1902, luego de abandonar éste la importante compañía española que integrara.

En las dos salas del Centro Cultural y de Convenciones La Vieja Usina, se vio una conmovedora puesta de Instrucciones para abrazar el aire de Arístides Vargas, con la interpretación del teatrista argentino radicado en Ecuador y Charo Francés, San Martín vuelve de los Hermanos Arana (Rosario), Otro día de fiesta (México), Rodando a Saco (Buenos Aires), Gelajauziak + sorbatza (España) con su propuesta de danza teatro, y El señor Galíndez de Tato Pavlovsky, por el grupo Teatro Amplio (Chile).

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Singular interés suscitó el grupo rosarino, dirigido por Pablo Felitti e interpretado por Juan Manuel y Maximiliano Arana, que en clave de comedia dramática, se prestó especialmente para el disfrute de espectadores escolarizados que encontraron en el juego escénico de los gemelos, la posibilidad de reunirse con los idearios del Padre de la Patria, en el contexto pauperizado de la sociedad argentina de

las últimas décadas.

También pudo verse a cientos de chicos y profesores de diversas instituciones locales, reír y aplaudir las destrezas de Dolores Ruiz y Roque Nikilson de la compañía Circo Eguap, que seguro salieron de la función reconvertidos en nuevos espectadores.

No faltó la presencia de un clásico como el texto de Pavlosky estrenado en la Dictadura, y mon-

De vanguardias y reservas

D

urante tres días, la Feria Entrerriana del Libro Teatral acercó presentaciones de revistas, libros, conferencias y un homenaje al cumplirse los 20 años del estreno de Disculpe la molestia, la creación colectiva de Desesperados albaneses, el grupo dirigido por Gabriel Cosoy.

Acompañado por el elenco (Emma Irigoytía, Graciela Strappa, Silvina Fontelles, Roberto Fadil y Raúl Dayub) y parte del equipo técnico, la charla hizo participar a viejos espectadores y a otros interesados, que escucharon detalles de la producción y circulación de la propuesta que colaboró con la modernización del sistema teatral provincial, manteniéndose tres años en cartel, y que recibiera en el Festival de Teatro en Pelotas (Brasil), varios premios que servirían a la legitimación de sus creadores.

Entre las exposiciones que se destacaron estuvieron las dadas por Carlos Fos y Ricardo Dubatti, que impulsaron el contacto con los

tado en esta oportunidad por el grupo trasandino con dirección de Antonio Altamirano.

La Otra Butaca también asistió a la función de Alquimia –con los ocurrentes Gerardo Casali y Rafa Espada- (España), que brindaron una hora de risas y activa participación de la platea, y de la murga La trasnochada (Uruguay), que en la rotonda del Puerto se lució con La esencia, un show musical que conquistó cientos de

teatristas locales más jóvenes y una red de vínculos para el sostenimiento de espacios de los emergentes artistas de la escena rioplatense.

En ese espacio, la profesora Claudia Rosa invitó a conocer pormenores de la edición que la tuvo como directora de Teatro reunido de Arnaldo Calveyra (Eduner, 2013)), el gran autor nacido en Mansilla y radicado desde hace más de 50 años en París.

Rosa resaltó el arduo trabajo de un equipo de colaboradores y aportó una serie de anécdotas y ejemplos que fueron ampliados por María Elena Lothringer, directora de la editorial universitaria que se alzó el anteaño pasado con el Premio Mayor en el rubro Edición de los Teatro del Mundo precisamente por este libro (ver crítica en La Otra Butaca 6).

Cristina Quiroga, presidenta de Aincrit y docente del Profesorado de Teatro en Guale-

corazones que desafiaron el fresco nocturno a la vera del río.

Consolidado el Circuito como un mega emprendimiento que recorre más de 20.000 kilómetros nacionales, llegando a 45 ciudades del país, miles de espectadores a lo largo y ancho de la República Argentina acompañaron la nueva oportunidad de disfrutar del rico muestrario de las artes escénicas contemporáneas.

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guaychú (Fhaycs, Uader), se mostró muy satisfecha de las Ferias realizadas en Gualeguaychú y Paraná este año, en las que intervinieron investigadores de Buenos Aires como Laura Mogliani y Ezequiel Lozano, y las directoras de publicaciones locales Valeria Folini (Auca), Vanesa Presel (Oliverio) y Renata Dallaglio (Revista T), entre otros, que aproximaron extensa bibliografía específica y actualizada a los teatristas de la región.

Fotos 1. Rodando a Saco (Bs Aires).

2. Alquimia –con Gerardo Casali y Rafa Espada (España).

3. Instrucciones para abrazar el aire, de Arístides Vargas.

4. San Martín vuelve, de los

Hermanos Arana (Rosario).

grupo dirigido por Gabriel Cosoy.

5. Disculpe la molestia, la creación de Desesperados albaneses,

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Para aprender, palabras de Desde el Instituto Internacional de Teatro (ITI-Unesco) vienen desde hace más de 60 años luchando para recuperar la esencia de esta disciplina artística tan vieja como el hombre y tutelando los valores que trae consigo la práctica teatral. En estas páginas, recuperamos y reproducimos discursos de referentes como Heléne Weigel, Pablo Neruda o Januzs Warminski, quienes invitados por este organismo, en distintas oportunidades, supieron hacer su singular llamamiento al arte como vital instrumento de cambio y paz.

Aprovechen porque estos documentos no gozan de mucha difusión…

“El teatro y sus artes hermanas, no mundo. Requiere de una decisión a favor pueden tener finalidad más alta que su de un arte para el que Brecht visualizaba responsabilidad hacia la sociedad. Nues- las siguientes alternativas: “…también el tra eficacia es grande, y trasciende las arte debe tomar una decisión en esta era fronteras nacionales. Invitamos a la gen- de decisiones. Puede convertirse en un te a nuestro teatro para presentarles una instrumento de algunos pocos que jueimagen de la realidad en forma divertida, gan el papel de los hados y que exigen un sabia y agradable, credo absolutamente permitiéndoles así ciego; o puede po“La gente de teatro, reconocerla.

Nonerse del lado de las tratamos de hacer que sotros, la gente de masas y ayudar a coteatro, tratamos de nuestro planeta sea por lo locar sus destinos en hacer que nuestro menos digno de vivir en él a sus propias manos. planeta sea por lo través de nuestro trabajo” El arte puede elevar menos digno de a la humanidad a la vivir en él a través exaltación, liberar de nuestro trabajo; y eso significa sobre ilusiones y milagros. El arte puede autodo que debemos crear un teatro en pro mentar la ignorancia o incrementar el de un presente de paz y un futuro amis- conocimiento. El arte puede apelar a las toso, en el cual el hombre sea compañero fuerzas que muestran su potencia en la del hombre. Este es el mensaje que en- destrucción; o a las fuerzas que muesviamos en 1967 a todos los teatros del tran su poder en la ayuda”.

Heléne Weigel, discurso pronunciado en 1967. *Nacida en Austria, Weigel fue una reconocida actriz del teatro alemán. Contrajo matrimonio con Bertolt Brecht en 1929, con quien tuvo dos hijos. Participó en numerosas obras del dramaturgo, destacándose en el papel estelar de Madre Coraje. Junto a Brecht, fundó el Berliner Ensamble en 1949.

“Sófocles decía que “entre todas las maravillas nazas de catástrofe. La humanidad parece embargada de su espíritu que puede edificarse la paz, una paz dudel mundo ninguna le merecía más admiración que el por la fiebre de la autodestrucción. Buscando prevenir radera, fundada en la solidaridad intelectual y moral hombre”. Dos mil quinientos años después, tanto los estas catástrofes, se recurre a una terapia trágica y pa- del hombre. ¿Dónde se encuentra la realidad? Después de 35 artistas como los filósofos, los soberanos, los hombres radójica; luchando por el mantenimiento de la vida, políticos, se han solidarizado con la idea del gran poe- se le excava a la raíz; declarando la paz, se despliega años del final de la Segunda Guerra Mundial, los créta griego. Podemos decir que la historia de la humani- la demente espiral de los armamentos; protegiendo la ditos para la cultura y el arte disminuyen de año en año, a medida y en la medida en que dad es una historia de la evolución de los “Después de 35 años del final de la Segunda Guerra aumentan los fondos destinados a los derechos del hombre y la realización de armamentos. Por lo tanto, es la cultura la visión humanista del mundo.

Mundial, los créditos para la cultura y el arte Sin embargo, hoy, en este siglo XX disminuyen de año en año, a medida y en la medida en y el arte, son los artistas, los llamados a prevenir la degeneración del hombre. que está terminando, es el porvenir del que aumentan los fondos destinados a los armamentos. Solo la cultura permite mantener un hombre el que nos inquieta y nos angustia. En efecto, no pasa un día que no Por lo tanto, es la cultura y el arte, son los artistas, los equilibrio entre el progreso técnico y el desarrollo intelectual y moral de la traiga a nuestro conocimiento los actos llamados a prevenir la degeneración del hombre.” humanidad. El arte es la conciencia del más y más crueles de violencia y de terror, las tensiones peligrosas y de conflictos armados. libertad de los pueblos, se viola su soberanía; procla- individuo y de la sociedad. Después de sus orígenes, Cada día somos testigos del odio creciente entre los mando solemnemente la Carta de los Derechos del el teatro siempre ha estado comprometido en el debahombres, de la intolerancia recíproca, de la violencia Hombre, se oprime cada día más la dignidad humana. te del alma humana repartida entre el bien y el mal; el La Constitución de la UNESCO constata que las teatro estigmatiza la mentira y la hipocresía, la violenbrutal de los derechos del hombre, esos que, dentro de las relaciones internacionales, se traducen en ame- guerras nacen del espíritu del hombre y que es dentro cia y la sed de poder, el orgullo y el egoísmo.

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grandes maestros Pablo Neruda. *Poeta y diplomático chileno, nació en Parral, en 1904. Premio Nobel de Literatura, Premio Lenin de la Paz y Doctor Honoris Causa por la Universidad de Oxford. Ha sido considerado uno de los grandes poetas del siglo XX. Falleció en 1973.

“Vi en alguna parte, en Montevideo o en Caracas, The Price de Arthur Miller. Me gustó dolorosamente. Era un Chéjov duro, implacable, sin sonrisa.

Salí del teatro y lo dejé atrás de mí: quise olvidar aquella exactitud amarga.

En el mismo año vi en París una pieza peluda, cínica y desenfrenada. Me gustó su desbordamiento, su electricidad erótica, sus posibilidades de ruptura.

Salí del teatro y vi con ternura las calles de invierno, los árboles inmóviles, los quehaceres humanos.

Dejé atrás aquella violencia del teatro; olvidé pronto el paroxismo premeditado.

Pienso que entre estas fluctuaciones gira nuestra época, entre la verdad que no nos satisface y una esperanza que aún no se concreta.

El teatro ha roto la cáscara de un huevo de avestruz inmenso; esperamos, sentados, los hombres, desde la primera hasta la última fila, que el ave nueva se eche a correr, a volar.

Nos aburre el “absurdo” como los antiguos folletines y el realismo se murió de viejo: ¡Atención! ¡Que no salga de su tumba!

Se ve que las murallas se derrumbaron y que las siete islas de los siete mares que componen el mundo, todos quieren construir, todos quieren conocer y reconocer, todos queremos vernos en el teatro como fuimos y seremos.

La poesía es mi pan de cada día: soy sólo un poeta de Chile, cercano y distante de cada uno de ustedes, hombres y mujeres del teatro mundial.

Me atrevo, sin embargo, a pensar en lo que compartiremos todos: un teatro simple, pero no simplista, crítico pero no inhumano, un teatro sin limitaciones que avance como un río de los Andes, imponiendo sus propios límites”. Isla Negra, enero 1971.

“Me atrevo, sin embargo, a pensar en lo que compartiremos todos: un teatro simple, pero no simplista, crítico pero no inhumano, un teatro sin limitaciones que avance como un río de los Andes, imponiendo sus propios límites” Desde Esquilo hasta la gente del teatro de hoy, pasando por Shakespeare, Molière, Ibsen, Chéjov, Brecht y Beckett, el arte dramático intenta descubrir el misterio de la existencia humana, de encontrar la llave de la conciencia y del alma para proteger la vida y la dignidad del hombre.

“El teatro no es teatro más que en la medida en que refleje la vida y su época. No es teatro a menos que se precie de conocer el alma compleja de su público, si coloca a la luz sus problemas morales, si sabe juzgar su conciencia y lucha por sus derechos”, dijo uno de los más grandes hombres de teatro polaco, León Schiller. Crear tal teatro es el deber del artista contemporáneo. Dentro de un teatro de esa naturaleza, la sensibilidad moral de los hombres, sofocada por el mundo que nos rodea, es capaz de resucitar. Tal teatro engendra la solidaridad intelectual y espiritual del público.

El 28º Día Mundial del Teatro, en este año de 1980, nos obliga a celebrarlo bajo la divisa: “El Teatro defensor de la paz y de la dignidad del hombre”. Este

día nos ofrece ocasión de invitar a los gobiernos del mundo entero a conferir al teatro su lugar inminente dentro de las naciones, en todos aquellos lugares donde no lo sea todavía, y de lanzar un llamamiento por un mundo dentro del cual ni Antígona, ni Hamlet, ni Romeo, ni Julieta, sean ya encomendados a la muerte; por un mundo donde nada merezca tanta admiración como el Hombre”.

JanuzsWarminski, 1980. *Actor, escritor y director teatral de origen noruego (1922-1996). Debutó en el teatro Polskim en 1945. En 1952 fue director del teatro Ateneum.

Ampliamente reconocido por su dirección de obras de Tennessee Williams, Arthur Miller, Albert Camus y Dostoievski. En 1985 recibió el reconocimiento honorífico del Instituto Internacional de Teatro (ITI).

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Los qué S

andra Franzen es actriz, directora y dramaturga, también abogada. Es integrante el Equipo Teatro Llanura de Santa Fe. Entre sus textos representados y publicados, figuran entre otros: En el Baldío, Una guerra de segunda, El Museo de las legítimas, Las flores contadas, Una cruz en el Mapa, El corazón del incauto (las dos últimas en co-autoría con Patricia Suárez). En 2011 gana la Bienal Internacional “La Escritura de la Diferencia” con su obra Las flores contadas y es estrenada en Santiago de Cuba y La Habana, traducida al italiano y publicada en Editorial Metec Allegre de Nápoles. Con Miss Bird conquistó el Premio Extraordinario de Monólogo Teatral Hiperbreve “Garzón Céspedes” 2011, España y con El vals del plomero obtuvo el Premio Argentores.

Dirigió La chatita empantanada de su autoría y La mirada en el agua de Jorge Ricci, y como actriz, trabajó entre otras obras en La cantante calva (Comedia UNL), y espectáculos con los que participó en numerosos festivales nacionales e internacionales de América Latina, España y Francia.

Qué leo

Leo desde niña, historietas primero: Patoruzú, Isidorito, Mafalda, El Toni, Dartagnan y luego literatura fantástica, de aventuras y ciencia ficción: Alicia en el país de las maravillas, mi preferida, Sandokán, El libro de la Selva, y mucho Julio Verne: La vuelta al mundo en 80 días, Viaje al centro de la Tierra, las clásicas Mujercitas y Corazón, entre los que recuerdo.

Todas novelas que retiraba de la biblioteca de mi escuela que fue mi gran proveedora de lectura en la infancia. Luego los géneros variaron de acuerdo con la edad: mucha ciencia ficción: Dick, Sturgeon, Lem, Bester, Aldiss, Le Guin, etc. Sueñan los androides con ovejas eléctricas de Dick, Los cristales soñadores de Sturgeon y El hombre demolido de Alfred Bester, entre lo más selecto y destacado del género. Etapa de autores latinoamericanos (García Márquez, Rulfo, Carpentier, Vargas Llosa) y los divinos de Borges, Cortázar, Arlt y Bioy Casares, entre lo argentino ineludible. Policiales de todos los colores: Chandler, Mc Donald, Chester Himes, Hammett, Patricia Highsmith (mi preferida), Sciascia, Camillieri, Agatha Cristie, Conan Doyle, etc. También, claro, literatura clásica y universal (desde Homero, pasando por Shakespeare, hasta Stevenson, Greene, Dickens, Chesterton, Poe, Wilde, Beckett, Pinter, y todos sus parientes literarios. Por la poesía empecé con Pessoa y terminé en el Libro del desasosiego, obra metafísica si las hay, muy recomendable.

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de

LA OTRA BUTACA

También los rusos: las novelas de Dostoievski (otro preferido) y Tolstoi; y los bellos cuentos de Gogol.

Todo Saer, algo de Piglia, Kohan, Brizuela y Aira, los cuentos de Ana María Shua y las atractivas novelas de Selva Almada. Bastante sobre teatro, proceso creativo, pintura y plástica, que siempre me aportan para mi actividad teatral.

Qué veo

Confieso que no voy mucho al cine, prefiero ver luego los videos tranquila en mi casa. Como amante de la ciencia ficción en la literatura también lo soy en el cine. Desde el hoy bizarro La noche de los muertos vivientes de George Romero hasta los Aliens y compañía. Me gustaba bastante Woddy Allen, antes. Me entretiene todo lo de Tarantino. Me fascina el mundo “fellinesco” y el cine europeo, especialmente el nórdico, el alemán, el italiano y el inglés. Veo muchas series de televisión, en particular me gustan las inglesas y las históricas como Life on Mars, Ashes to Ashes, Doctor Who, Jekyll; todas las policiales tradicionales desde Holmes y las basadas en Agatha Christie, hasta Lewis, Inspector Morse, Endevoer, Rebus, Gently. Entre las series americanas: The Big Bang Theory que veo actualmente y los eternos Los Simpson, serie de la que he aprendido mucho sobre estructura dramática y cómo conceptualizar ideas y estéticas y visualizar al humor como principal fuente de creación. Además me gusta ver arte y arquitectura. Tuve la posibilidad de visitar varias ciudades europeas y sus museos más tradicionales como el Prado, Reina Sofía, Museo Picasso, Louvre, Galerias de los Oficios, Galerías Borghese, Museo Vaticano, Abadía de Wetminster, Museo Nacional Británico, Tate Gallery, entre otros. Y siempre que tengo la posibilidad de volver a algunas de las grandes capitales europeas gracias a mi actividad teatral, recorro nuevamente esos emblemáticos museos viendo una y otra vez las más fantásticas pinturas y esculturas de hoy y de siempre. Reconforta una y otra vez el alma ver Las Meninas de Velásquez, o El Jardín de las Delicias del Bosco, unos Picassos, Rembrandt, Van Gogh o El Beso de Rodin. Gaudí me deslumbró en su momento con su obra arquitectónica, y las calles y edificios de Venecia, Lucer-

na, Paris, Londres o Madrid, son siempre un festival. Finalmente por supuesto veo el teatro que puedo, desde el que se hace en Santa Fe y ciudades vecinas como Paraná, Rafaela o Rosario, todo lo que pueda ver en Buenos Aires y también lo visto en otros países precisamente por haber participado en numerosos festivales internacionales de teatro.

Qué escucho

He perdido un poco el hábito de escuchar música. Era fanática del “viejo” rock nacional: Alma y Vida, Vivencia, Lito Nebbia, recuerdo un grupo llamado Pintura Fresca, desde ya que Sui Géneris y luego Serú Girán y siempre, Charly García. En un viaje a Venezuela hace más de 20 años, descubrí la salsa y me enamoré de ese ritmo. Me compré una colección completa de “casettes” de La Fania All Stars que reunía a lo más selecto como Héctor Lavoe, Ismael Miranda, Celia Cruz, Willie Collon entre otros, Cheo Feliciano (no el que canta boleros) que es mi favorito y su tema “El Ratón” que recomiendo especialmente. También Rubén Blades me gusta mucho, sus temas cuentan historias y su música es fantástica. A veces escucho a Emy Winehouse, algo de Jazz, Caetano, Lila Downs, y algunas bandas inglesas que son las mejores: Pink Floyd, Queen, Génesis, Yes, Scorpions. También aprecio los cantantes populares como Sandro, y los internacionales irrompibles como Charles Aznavour, Tom Waits o Tom Jones.

Actualidad Tres nuevos premios

Resultados Del jueves 20 al lunes 24 de noviembre se desarrolló en Paraná la Selección Provincial de Teatro. Durante esos días se presentaron elencos oriundos de la capital entrerriana, Gualeguaychú, Colón, Gualeguay y Concepción del Uruguay.

El jurado eligió a la obra Un eco más, del Grupo Metamorfosis (Paraná) para representar a la provincia en la XXX Fiesta Nacional del Teatro que se realizará en 2015 en Salta.

Además de la premiada puesta inspirada en Antígona –que acaba de regresar de una importante gira por México-, se resolvió invitar al XV Encuentro Regional del Teatro Centro Litoral a los espectáculos Doberman, Las caricias perdidas y Terpsícore.

También se otorgaron menciones en los siguientes rubros: Mejor actriz: Manacha Yañez, Charo Montiel y Gala Jáuregui por Por el amor de amar.

Las caricias perdidas Revelación femenina: Tamara Honigman por Doberman Revelación masculina: Cristian Maldonado por Poner el cuerpo Diseño sonoro: Alfonso Bekes por Cerca, melodía inconclusa de una pareja Mejor dirección: Oscar Lesa y Nadia Grandón Mejor dramaturgia: Iván Cáceres Diseño coreográfico: Terpsícore Dinámica corporal: El corazón, la niña y la botella Mejor vestuario: Laly Mainardi por Irene, la marca del amor y Andrea Fontelles por Un eco más En esta edición se implementó nuevamente el Premio del Público. Luego de cada función se habilitaron urnas para que los espectadores expresen su valoración en torno a las obras. En este caso, la propuesta elegida fue también Un eco más.

Un elenco experimentado compuesto por Amelia Uzín, Raquel Freijó, Cristina Witschi, Carolina Rodríguez, Alicia Herman y Nadia Grandón (en tapa) se va al Nacional.

Paula Sciutto y Tamara Onigman

de Doberman.

Recién llegados a nuestra redacción, y a la consideración de los lectores, tres textos dramáticos propiciados por las Municipalidades de Rafaela, Paraná y el Gobierno de Entre Ríos, podrán ser leídos también en la Biblioteca Teatral que funciona en el Centro Cultural Juan L. Ortíz de la capital entrerriana.

El primero de ellos es Fuera de juego, un texto dramático de Diego Ferrero, publicado por el Fondo Municipal de la ciudad santafecina. En este caso, un jurado integrado por Patricia Suárez, Sandra Franzen y José Serralunga otorgó el premio a este teatrista -fundador del grupo independiente Caldo de cultivo-, valorando el ritmo de esta pieza de un acto y por considerarla una lograda comedia negra.

Asimismo el Premio Literario Municipal de Paraná, que este año estuvo dedicado a monólogos, fue para Santiago Marcos y su obra Simona Morales. En este certamen también fueron distinguidas Ester Brafa con su texto De pies a cabeza y Bibiana Artazcoz con Todo rotito.

En el caso de Las caricias perdidas, de Iván Cáceres, corresponde a la edición del Premio Literario Anual Fray Mocho, teatro inédito 2011, que la Editorial de Entre Ríos pone ahora al alcance de los lectores.

Manacha Yañez, en uno de los personajes de la obra escrita y dirigida por Iván Cáceres.

Terpsícore, dirigida por Gustavo Bendersky .

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Publicaciones recibidas

Con autoridad académica

Acaba de aparecer por Colihue teatro, colección dirigida por Jorge Dubatti, Hacia las raíces del teatro. Repensando el ritual y otras teorías del origen, de Eli Rozik, “uno de los teatrólogos más influyentes del mundo contemporáneo”, según destaca el investigador y conductor del programa Postales argentinas –que se emite los sábados a las 18 por Radio Nacional.

Rozik nació en Argentina pero es en Israel donde ha desarrollado su carrera como investigador. Actualmente se desempeña como decano de la Facultad de Artes de la Universidad de Tel-Aviv, y es profesor emérito de Estudios de Teatro.

En este volumen, publicado originariamente en inglés hace más de una década y recién traducido al español, propone lo que el editor llama con justicia “una tesis revolucionaria”, discutiendo con la idea aceptada de que el teatro nació del rito.

Desde un enfoque interdisciplinario, Rozik indaga hipótesis teatrales y antropológicas sobre la tragedia y la comedia antiguas, las prácticas chamánicas, las mascaradas y la recreación del teatro por el cristianismo y el judaísmo, se adelanta en la contratapa. Para el estudioso “el teatro es un medio imaginístico específico (es decir, un método de representación o más bien, un instrumento de pensamiento y comunicación), y como tal, sus raíces yacen en la espontánea facultad del cerebro humano de crear imágenes y utilizarlas en procesos de pensamiento”.

En la presentación de este pormenorizado estudio, Dubatti señala que en busca del origen y de las “fuentes existenciales” del teatro, tema que ocupa la tercera sección del libro, el autor señala que “más que investigar sobre las formas previas que pueden haber engendrado al teatro, debemos buscar sus raíces en la constitución psicológica de los seres humanos y en las estructuras socioculturales de las sociedades humanas”.

Cuando algunos podían haber creído que ya había una palabra última sobre los orígenes del teatro, el libro de 350 páginas viene a abrir un nuevo panorama. Un hito para la línea de Análisis teatral en la que se inscribe este volumen, y para la teatrología hispanoamericana actual, que interesará a los cultores de

las artes de Tespis, a sus docentes y estudiosos, y a la comunidad de investigadores teatrales que deseen profundizar en problemáticas (liminales y otras) que ocuparon a Aristóteles, Nietzsche y cientos de científicos y académicos más.

El disenso a escena

Poéticas del disenso, el habitual volumen de Galerna que recoge algunos de los trabajos presentados anualmente al Congreso Internacional de Teatro Argentino e Iberoamericano, organizado por el Grupo de Estudios de Teatro dependiente del Instituto de Historia del Arte Argentino y Latinoamericano, Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, (Getea) tuvo su presentación el pasado agosto en el Centro Cultural Paco Urondo, con varios de sus autores en la platea. El director del remozado espacio no escatimó elogios a la publicación editada por Marina Sikora y Martín Rodríguez, con la coordinación de Delfina Fernández Frade, y brindó un entusiasta balance de algunos de los textos expuestos en el 2012, dedicado formalmente a Osvaldo Pellettieri, a quien se lo define en la introducción como “un constructor”.

El título del libro, según se lee en el prólogo, responde a cierta constatación que se desprende de la mayoría de los artículos compilados y que es la capacidad que tiene el teatro de generar disenso: no sólo “opiniones” sino lenguajes diversos que entran en conflicto con otros lenguajes y aún con ellos mismos; lenguajes que ponen en crisis lo real y que están impulsados por energías y pasiones que exceden y aún niegan la posibilidad de un intercambio puramente consensual y “racional”. Sobresalen los textos de Florencia Calvo (sobre El teatro español del Siglo de Oro), Grisby Ogás Puga (sobre Dramaturgias en abismo: Pirandello, Arlt y la metateatralidad), Patricia Fischer (sobre La asfixia en Las paredes de Griselda Gambaro), Lucía Rud y Mariano Saba (sobre el teatro unamuniano), entre muchos otros expositores de todo el mundo, encargados “de diseñar una topografía de lo posible, de producir un acontecimiento”.

Intenso Pavlovsky

Eduardo Pavlovsky, el multifacético creador, actor y autor de El señor Galíndez y Cerca que se dieron este

año en Paraná, continúa a sus 80 años produciendo una obra única, lúcida y provocadora que ahora, según se sabe por la nuevísima edición de la Editorial de la Universidad Nacional del Sur, le ha valido ser propuesto por Jorge Dubatti –compilación y edición crítica- para el otorgamiento del prestigioso Doctorado Honoris Causa de la Universidad de Buenos Aires, aún no entregado. Sin dudas, ese será un “asunto pendiente” menos para los ámbitos académicos del país.

La cuidada edición incluye el texto Asuntos pendientes estrenado el año pasado en Buenos Aires, y el inédito breve Encuentro, “página liminal entre el apunte autobiográfico, el aguafuerte y el cuento”, según su presentador, además de unas palabras de Elvira Onetto y Eduardo Misch.

Ya hemos elogiado el trabajo de esta pequeña editorial que dirige la doctora Nidia Burgos en Bahía Blanca y es que en cada uno de los volúmenes se aprecia el esmero y el amor por dar a los lectores, libros de excelente factura técnica y teórica, lo que sin duda torna su producción de gran estima en el campo teatral latinoamericano. Este nuevo Pavlovsky, intenso como siempre, es un ejemplo de ello.

Un clásico que regresa

Todo un acierto el de Argentores y editorial Biblos, de volver a publicar este año, esta pieza de Carlos Somigliana (19321987), precedida por una presentación entrañable de su amigo Roberto Cossa y un iluminador prólogo de la dramaturga e investigadora Araceli Arreche. Cabe recordar que con Amarillo, el autor debuta formando parte de la llamada generación del 60 y realiza un significativo aporte al teatro histórico argentino. Posteriormente en Entre Ríos, obras suyas como La bolsa de agua caliente o El avión negro, escrita en colaboración con Germán Rozenmacher, Ricardo Talesnik y

el mencionado Tito Cossa, se ofrecerían al público en distintas ciudades por elencos locales, propiciando modernizaciones para el repertorio de nuestro sistema teatral provincial. Amarillo es un ineludible texto dramático que para el propio dramaturgo constituyó “una obra sobre mi gente y mis problemas (…) a pesar de que la acción transcurre en Roma en el año 123 a.C., en ella he querido tratar problemas actuales”.

Investigadora incansable

La autora de este volumen recién publicado, es una destacada investigadora que ha cosechado numerosos reconocimientos que la ubican en alta estima para los colegas del continente.

“Lola Proaño Gómez, una vez más, transita los ricos baldíos de los estudios teatrales para entregarnos un libro sobre el teatro comunitario, sus particularidades, su pertinencia política. Con su agudo estilo, con su compromiso y entrega académica concreta, se trata de un nuevo aporte al campo de la investigación.

Fruto de un trabajo rico en matices, la autora se adentra en un mundo en el que los protagonistas de cada acontecimiento artístico se empeñan en recuperar sus cuerpos en estado festivo en un contexto que suele obrar como oponente a tal intención, cuando los sectores dominantes, cegados en sus ansias por disciplinar a las masas y enajenarlas para que no cuestionen su autoridad, avanzan sobre los pueblos, agreden su capacidad de pensar críticamente, haciendo gala de recursos cada vez más numerosos y sofisticados”, señala en el prólogo Carlos Fos, profundo conocedor de la relación entre teatro y política, al que agradece en su introducción la estudiosa.

El movimiento de teatro comunitario, es un fenómeno cultural que se origina en Buenos Aires en 1983, y cuya circulación propició adherentes activos especialmente en la Provincia de Buenos Aires, y luego en varios otros puntos del país. Desde ese punto de vista, éste resulta un trabajo fundamental para la teatrología argentina, que además incluye un importante volumen de imágenes y un DVD con canciones de algunos de los espectáculos y grupos analizados.