La otra butaca 14

14

LA OTRA

BUTACA

AÑO 5 - N° 14 | AGOSTO DE 2015 - ENTRE RÍOS

FTR 2015, apretado y feliz balance

REVISTA DE ARTES ESCÉNICAS CUATRIMESTRAL Y DE DISTRIBUCIÓN GRATUITA

Perfiles.biografías del teatro latinoamericano

Pensar con Humor en Córdoba

s

ne acio

lic

Pub

as

Not

ad

A

lid ctua

14 Equipo Dirección Guillermo Meresman Edición Mónica Borgogno Redactores Romina Arapeiz Raúl Dayub Tochy Eymann Nora Llados Colaboradores Raúl Sansica (FPH) Víctor Arrojo Marcelo Allasino (FTR) Fernando Kosiak Eduner Gustavo Conti (FTR) Diseño Alfredo Alarcón Contacto guillermomeresman@hotmail.com borgogno_monica@ hotmail.com En la web labutacaotra.blogspot.com

LA OTRA BUTACA y La Otra Butaca

LA OTRA

BUTACA

Editorial En ésta, la edición casi primaveral del año, acercamos la cobertura de dos grandes eventos del campo teatral nacional: el IX Festival Pensar con Humor cordobés, llevado a cabo entre el 3 y el 7 de junio pasado en la provincia mediterránea, y el XI Festival de Teatro de Rafaela, desarrollado en la ciudad santafesina durante seis bonitos días de julio.

En Córdoba capital pudimos disfrutar de un gran festival que tiene la particularidad de convocar a los que saben hacer reír y pensar sobre la vida cotidiana, la política, la diversidad, el amor.

En la Ciudad Cultura del oeste santafesino, en tanto, asistimos a un nuevo encuentro de buen teatro, que siempre nos depara sorpresas y jerarquía de propuestas escénicas.

Después de los homenajes de Perfiles. biografías del Teatro Latinoamericano, dedicados a Atahualpa del Cioppo, Pablo Podestá, Enrique Buenaventura, Augusto Boal, Andrés Pérez, Víctor García, Elías Alippi, Osvaldo Dragún, Juan Carlos Gené, María Escudero, Fanny Mikey, Armando Discépolo y Sebastián Salazar Bondy, llegamos a la biografía artística de José Ignacio Cabrujas, el gran intelectual y teatrista caraqueño, de importante obra dramatúrgica y ensayística -diseminada en muchos países del continente-, en la que parte de Venezuela aparece inmejorablemente retratada. De este modo, la República Bolivariana queda simbólicamente integrada, por lo pronto, a las representadas por maestros de Argentina, Brasil, Uruguay, Chile, Colombia, Ecuador y el Perú. Y por supuesto a la comunidad teatral mundial.

De esa comunidad, en parte nucleada en el ITI (UNESCO), ofrecemos nuevamente dos de los discursos brindados por referentes de los cinco continentes. Un material de muy escasa circulación, que recuerda principios humanistas de nuestras artes escénicas.

En este número, sumamos a nuevos colaboradores locales: Fernando Kosiak acerca una lectura sobre el dramaturgo norteamericano Tennessee Williams, cuya famosa obra El zoo de cristal fuera doblemente representada en Entre Ríos (en Victoria, 1972 y en Concepción del Uruguay, 1978), y los amigos de Eduner nos hablan de una de sus colecciones, esa que pone en juego conceptos ligados a la “región” y la “cultura” que nos tocan de cerca y también, adelantan algunas de las actividades previstas para este próximo septiembre.

En nuestra sección Los qué, buscamos respuestas del mendocino Víctor Arrojo, prácticamente inaugurando las colaboraciones de la región Cuyo e invitándolo a que nos cuente de sus propios consumos culturales en Las Heras.

Y como siempre, noticias de actualidad y reseñas de publicaciones recién aparecidas en sus circulaciones nacionales.

LA OTRA BUTACA no se responsabiliza de la opinión de las firmas.

Registro de la Propiedad Intelectual en trámite.

El contenido de La Otra Butaca puede ser reproducido en tanto se mencione su fuente.

La revista LA OTRA BUTACA cuenta con el apoyo del Instituto Nacional del Teatro y el acompañamiento de la Universidad Autónoma de Entre Ríos.

Ilustrando la Tapa

V

Una obra casi secreta

ale decir una vez más, que rescatar del olvido, piezas históricas o no suficientemente valoradas, es la meta de esta sección. Ya habíamos mencionado el texto Las margaritas de Claudio Martínez Payva, en ocasión de nuestro cuarto número, en cuya tapa se lucía el elenco de La isla de Don Quijote, del mismo autor gualeguaychense. Allí valoramos su producción posiblemente subestimada en la historia de nuestro teatro, y su particular importancia para el sistema teatral provincial, merced a aquellos estrenos de José Pais en el Tala y de José Gómez por la capital de la Provincia y otras ciudades, en 1924.

Es preciso agregar que la revista semanal Bambalinas del 13 de noviembre de 1920, publicó piezas en un acto, de dos entrerrianos que también escribirían juntos algunos otros títulos: Las margaritas y Un cable a Londres, de Francisco Defilippis Novoa. Ilustró entonces dicha edición, la joven actriz uruguaya Gloria Ferrandiz, esposa del último, al que sobreviviría treinta años.

La pieza nativista Las margaritas de Martínez Payva, que había sido estrenada en 1919 en Montevideo por la compañía profesional Antonio Daglio-Petray, sitúa su acción en una estancia a orillas del río Paraná. Por eso, el protagonismo de las barrancas en nuestra tapa…

Como señala Laura Mogliani en su tesis doctoral recientemente publicada, esta obra integra el corpus de textos nativistas de una fase avanzada de la poética iniciada por Martiniano Leguizamón con Calandria, en la que las convenciones ya son

utilizadas concientemente por sus cultores.

En este drama social, de raíz melodramática, son interesantes las definiciones identitarias de los personajes, así como los deseos del autor por tornar verosímiles su habla y retrato de costumbres, valores y hábitos. En la escena 9 se genera una situación bisagra para la evolución de la acción. Manuel le reclama a Estrella, que lo llama miedoso al no querer descender diez pasos por la barranca para cortar las margaritas que ella desea: “¡Qué diferente manera de amar!

Yo no te pediría el menor esfuerzo, y tú me quieres lanzar a un peligro de muerte.

(Sigilosamente aparece Poca Suerte y se

queda arrimado a la verja, tras un rosal). Estrella: El amor hidalgo fue así. Las entrerrianas conservamos aún ese heroico desprecio por lo que amamos”-, le dice ella.

Como curiosidad y a poco más de un año del fallecimiento de Juan José Manauta, en el texto dramático aparecen mencionados como “tierras blancas” por Martínez Payva, los campos en torno a la estancia entrerriana que es centro de la escena... Unos treinta años antes que el gualeyo publicara su famosa novela Las tierras blancas, el autor de Las margaritas había tenido algo así como una misma visión del suelo acaso arcilloso, territorio real abrazado por los dos grandes ríos, como dice el poema de Mastronardi.

Las barrancas propias de nuestra topografía litoral occidental, vuelven a ser aquí, presumiblemente como en Juan, el pescador, (1902) texto perdido de Rafael Fernández de la Puente y estrenado por Alejandro Almada en Paraná, lo iconográficamente distintivo que ayudan a definir el argumento romántico. En La isla de Don Quijote, el espacio vital de

la acción es una Isla del Paraná, y en el Acto Primero, a foro, aparecen en primer término el río, y en segundo “los grandes sauces comunes a esos lugares” –en el Acto Tercero, la isla está transformada, según la didascalia. Han talado el sauzal y se insinúa “un cuadro de tierra preparada para la siembra”. Son estos espacios reconocibles por nosotros, los que bajo el imperativo del “pinta tu aldea y pintarás el mundo”, los que ubican a Claudio Martínez Payva como uno de los dramaturgos más importantes para el sistema teatral provincial, y como uno de los autores mayores del nativismo argentino.

Bien mirada, Las margaritas propone una historia de traición, de sueños y violencias, de lucha de clases y de estudio sociológico, en la que ningún signo es más elocuente que el rebenque con su lonja de cuero maneado.

En tapa: Barrancas del Paraná, de José Agujari (Italia, Venecia, 1840 – Argentina, Buenos Aires, 1885) Foto de Edwin Harvey.

03

Maestros

Teatro que presiente e invoca Con el mandato de promover el intercambio internacional de conocimientos y prácticas escénicas y alentar nada más y nada menos que la paz social entre los pueblos, el Instituto Internacional de Teatro (ITI) invita cada año a algún reconocido artista para que se pronuncie al respecto. Con el mismo objetivo, nos plegamos y simplemente recuperamos algunas de esas palabras maestras.

Dimitri Shostakovich

0 Discurso pronunciado en 197

Compositor ruso, nació en 1906 y murió en 1975. Obtuvo dos veces seguidas el Premio Stalin, primero por su sin igual Quinta Sinfonía en 1937 y después por su no menor revolucionario –en el terreno estrictamente estéticomusical, por supuesto- Quinteto para Piano en 1940.

E

s bien conocido: la dignidad humana obtuvo a través del teatro uno de sus primeros testimonios, un testimonio que en su lucha contra la violencia y la opresión no puede ser dictado por nadie.

Es bien conocido: en todas las artes, es sobre el escenario donde se pueden ver, entender y comprender los asuntos de la conciencia. Lo que la construye y lo que la impulsa. A la protesta, al sufrimiento, a la necesidad de afirmar un sentido, un equilibrio en el mundo.

Es bien conocido: es en el teatro donde el hombre ha aprendido a verse así mismo. Con sinceridad, cara a cara. Ha aprendido a escrutarse, a sentirse culpable, a asumirse y a superar sus límites. Y a comunicarse con sus semejantes en la emoción, a demostrar que un hombre, un solo hombre, es un universo entero, a probar que el hecho más insignificante frecuentemente lleva en sí una inmensa carga dramática.

Pienso en el rumor, en la vibración, en la tensión terrible de la espera por la subida del telón, esa espera que literalmente induce en el espectador el zarpar a nuevos rumbos, hoy igual que hace miles de años.

Pienso en los incidentes que nos parecen insignificantes en la vida cotidiana pero que una vez puestos en escena adquieren una dimensión que se nos pasa. En un solo tema se reúnen la inteligencia, la sensibilidad y el espíritu creativo. En

04

E

n ocasión del Noveno Día Mundial del Teatro, me dirijo a todos aquellos que, amantes del arte, se sienten responsables de su futuro. Los gustos y las exigencias artísticas de los pueblos son, en nuestros días, considerablemente refinados y diversificados; igualmente, nosotros, los creadores, debemos hacer todo lo posible para satisfacer la sed de conocimientos y las aspiraciones del hombre hacia la belleza.

La vocación del artista y el sentido de su vida consisten en la búsqueda de la alegría para los hombres, para su enriquecimiento espiritual, para despertar en ellos los sentimientos elevados. Los principios humanistas, las altas virtudes, las ideas de paz y la amistad entre los pueblos, deben encontrar su encarnación sobre los escenarios teatrales de nuestro planeta, y para ello es preciso que estas ideas y estos principios lleguen a ser una necesidad interior y al pensamiento profundo de los mismos artistas.

El siglo XX nos aproxima a un porvenir radiante de los hombres y depende en mucho de nosotros, las criaturas de toda la tierra, el acelerar la marcha del tiempo hacia este porvenir.

ese instante, las barreras que separan a los espectadores entre sí se derrumban. Público y actores se convierten en un mundo solidario. Un planeta que reúne a las naciones con sus hijos innombrables.

En ese instante sabemos sin duda posible que existen puntos y aspiraciones comunes. Nos oponemos totalmente a aquello que nos aparta; la gran familia humana confronta su deber de cooperar, confronta la necesidad de dar respuesta a los problemas que asaltan al globo entero. En ese instante, no nos dejamos ya manipular, ni poseer, ni oprimir. En ese instante comprendemos, participamos, actuamos. En ese instante somos nosotros mismos, plenamente nosotros mismos.

Y es un privilegio. Un privilegio que el teatro comparte con las otras formas culturales.

Gracias a ese privilegio, el teatro puede presentir, invocar y acelerar ciertas visiones portadoras de avance. Gracias a él, el teatro ha podido estar presente en la vanguardia de la historia. Y siempre gracias a él, los pueblos se han abierto unos a otros, edificando puentes y compartiendo

Radu Beligan

Discurso de 1977.

Actor relevante de teatro, cine y tv., y también director, nacido en Rumania en 1918. Premio de la Academia Rumana en 1997; Premio de la Academia de Florencia en 1980; ganador del Trofeo “Eugene Ionesco” en 1999. sueños de un mundo justo y mejor. Es esta la vocación del teatro. Y es esta nuestra vocación de seres humanos. Es la razón de que estemos aquí. Y es la razón por la que el público y actores esperan juntos la subida del telón.

Eduner

Una colección que redefine región y cultura L

a Editorial de la Universidad Nacional de Entre Ríos (EDUNER) edita publicaciones institucionales, trabajos de docentes, investigadores y autores de reconocida trayectoria regional y nacional, conformando un variado catálogo de ediciones científicas y culturales.

Dentro de esta producción editorial se encuentra la colección denominada “El país del sauce”, que tiene como motivo la región que trazan los valles de los ríos Paraná y Uruguay, pero tienta en realidad un espacio más bien impreciso, menos geográfico que imaginario, delimitado por aquellas voces y miradas que participan de su formación. El título se inspira en un verso de Juan L. Ortiz que, refiriéndose al río y su territorio, atesora la siguiente pregunta: «¿es mi país, únicamente, el sauce?».

Esta pregunta, en realidad, es la primera de una extensa serie. La fisonomía de un «país» depende, es la enseñanza del poeta, de las preguntas que ha sabido convocar y atesorar.

La noción de “país” convoca, al mismo tiempo, a la colección de libros y a una propuesta de definición de una región. El sauce, que crece en la proximidad de los ríos, con sus ramas que parecen cauces y sus hojas como peces, para Juan L. Ortiz, es metáfora y emblema de un territorio.

El Dr. Sergio Delgado es quien dirige esta colección, la cual implica dos aspectos. En primer lugar abarca el concepto mismo de “región”, que requiere un esfuerzo de redefinición y también, lo que no es posible, de reinvención. Un segundo aspecto conlleva, por supuesto, una definición de la cultura como realidad en crecimiento y evolución; una cultura que sea creación antes que costumbre, dinamismo antes que museo.

Cada libro de “El país del sauce” cuenta con una introducción realizada por el responsable del volumen, el texto central, notas, anexos y referencias bio-bibliográficas.

Hasta el momento los libros pertenecientes a

Horizonte pluvial

L

a noción de horizonte, en apariencia banal, es fundamental en la construcción de una «mirada» o, si se quiere, de un «pensamiento imaginario» respecto al paisaje. En su etimología griega, el horizonte está ligado siempre a la noción de límite pero, ese límite de las cosas y los paisajes que el horizonte presenta a la visión es también un elemento clave para entrever lo que esas cosas y esos paisajes ocultan.

A partir de 2012, desde el comienzo del proyecto de la colección, EDUNER viene organizando en Paraná jornadas de estudio y encuentros destinados a la reflexión sobre la problemática y a la preparación de los distintos volúmenes.

A partir de 2015, se propone, sobre la misma base de trabajo, abrir la reflexión al formato coloquio, para así incluir a distintos pensadores o creadores que trabajan el tema de la región cultural.

“El Horizonte Fluvial, coloquios en el país del sauce” se realizará los días 3, 4 y 5 de septiembre en Paraná, bajo la coorganización de la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER) y la Universidad de Paris XII (UPEC). Habrá conferencias, ponencias, mesas redondas, talleres, presentaciones artísticas en música y artes plásticas.

la colección son: Viaje a Misiones de Holmberg, El junco y la corriente de Juan L. Ortiz; El río Paraná. Cinco años en la República Argentina de Lina Beck-Bernard, la Obra poética de Daniel Elías, Nuevamente el camino y otros textos de Luis Gudiño Kramer y Cine y región. Ensayos, proyectos y películas de Raúl Beceyro.

Próximamente saldrán publicados: Entre Ríos, mi país de Alberto Gerchunoff, El país del río. Aguafuertes y crónicas de Roberto Arlt y Rodolfo Walsh, y El mate. Arte de cebar de Amaro Villanueva.

05

1

2

El teatro envolvió como un viento Del 14 al 19 de julio pasado se desarrolló una nueva edición, la onceava, del Festival de Teatro de Rafaela. Un encuentro recargado de propuestas, que conservó su derrame sobre otras localidades de la región, y que como cada año es una fiesta de las artes escénicas en la que participan miles de espectadores y cientos de artistas y colaboradores de un gran equipo anfitrión.

M.B y G.M.

D

urante seis días, esta localidad del oeste santafesino, luce distinta, movilizada, ávida. Durante seis días, la Municipalidad de Rafaela, regala una maratónica sucesión de obras, emociones y talentos, en distintos escenarios y para todos los gustos.

Desde la apertura de cada Festival, se altera la norma del microcentro y con ella, la vida cotidiana.

Esta vez, cientos de ciudadanos acompañaron el desfile de la Fanfarria Da Vinci de Córdoba y siguieron a un gigante dragón de globos rosados, negros y blancos, creación de Víctor Tomate Ávalos, hasta su ingreso al Cine Teatro Belgrano. Allí fue la inauguración oficial, donde se lo escuchó al secretario de Cultura, Marcelo Allasino, explicar este fenómeno que ocurre en la ciudad: “Hay quienes se resisten al cambio y hay quienes lo abrazan. Este festival es una muestra contundente de ese cambio que estamos viviendo como comunidad. Es un ejemplo de transformación”, expresó.

Luego habló el intendente, Luis Castellano, quien sorprendido por la cantidad de personas que había en la sala, -más las 80 que no pudieron entrar porque estaba más que repleto-, señaló: “La cultura es un derecho, y todos tenemos derecho a la cultura, de la misma manera que tenemos derecho a la educación o a la salud. Y el Festival de Teatro va camino a igualar ese derecho. Ahí está el éxito que tiene”.

Tras los discursos, comenzó La Pipetuá a desandar sus 13 años (la edad del pavo), con el clown, el circo, la música, curiosos efectos lumínicos y mucho humor. La antología del reconocido grupo de Buenos Aires, atrapó a una platea colmada que rió con cada ocurrencia o peripecias de Sebastián Amor, Fefo Selles, Diego Lejtman o Maxi Miranda, la generación de burbujas enormes o la permanente interacción que entablaron con el público en distintos momentos del espectáculo. Se los despidió

06

de pie y lo mismo pasó con las otras dos obras programadas en el primer día, en el Teatro Lasserre y en La Máscara, con Muñeca…, de Armando Discépolo en versión libre de Pompeyo Audivert y Doberman, de Azul Lombardía, ambas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

En el caso del trabajo de Audivert-Andrés Mangone, la puesta en escena pareció verse enriquecida en un espacio tradicional en la primera salida de la sala del Centro Cultural de la Cooperación, y potenció la interpretación de un sólido elenco conformado por Ivana Zacharski, Diego Vegezzi, Fernando Khabié, Pablo Díaz, Gustavo Durán, Carlos Correa, Mosquito Sancineto y el propio director y protagonista, con la composición de un Anselmo para la memoria.

En Doberman, -que conoció el año pasado una versión gualeguaychense- Mónica Raiola y Maruja Bustamante encarnan a dos mujeres casadas, reconocibles en su singularidad. Las dos talentosas, en los contrapuntos rítmicos que proponen sus personajes, causan mucha gracia y a la vez, permiten atisbar el devenir de una historia acaso tragicómica.

Osados El festival tuvo varios escenarios. Este año, volvió a lucirse una carpa de circo en la que 75 watts de La Metereológica del Circo Da Vinci, por caso, entretuvo a las familias con un show de buenos músicos y comediantes.

En la Sociedad Italiana, en tanto, Jorge Villegas de la compañía Zeppelín Teatro presentó Argentina Hurra!, una propuesta de teatro político que continúa haciendo foco en la violencia de la década del ’70, una mirada crítica y mordaz al peronismo y los coletazos de su impronta y personajes que rodeaban a Perón. Un espectáculo pleno de ideas y gracia que entendemos consolida su particular poética, y que lleva al grupo cordobés a un lugar de atención nacional por su original proyecto creador.

En las primeras jornadas se vieron también obras de Mendoza y Rosario y esta vez, la invitada internacional fue De-vir (Brasil) que se destacó junto con La Wagner, de Pablo Rottenberg, entre las altas ofertas de la danza contemporánea incluidas en una intensa programación. La danza proveniente de Brasil exhibió cuerpos elásticos que parecían idear figuras animales o monstruos, mostró imágenes que sumergían al espectador en un raro mundo silencioso y fantástico. En cambio las mujeres de La Wagner, desnudaron una técnica impecable, crearon con sus trabajados cuerpos, una atmósfera de osadía mayúscula, de violencia impronunciable, impensada, a partir de escenas difíciles de digerir, imágenes que sólo compartiéndolas con otros, abren más y más significados y ayudan a procesarlas porque sin dudas, punzan y muestran descarnadamente lo que no siempre queremos ver.

Nuevos temas La calidad de los trabajos presentados en esta edición, sorprendió nuevamente. Sólo por citar unos casos, destacamos a BoyScout, de Dennis Smith. La voz de este artista, la singular música en escena, la historia y cómo se la cuenta, constituyen un entramado visual y sonoro que mueve todas las estanterías: denuncia los rótulos -“agujeros en la cabeza”, dirá el actor en su relato- que imponen las familias y tantos nefastos actores del sistema educativo.

Historias como éstas y las que dejaron picando Argentina Hurra! o Un trabajo, de Lisandro Rodríguez y Elisa Carricajo, recién estrenada en Buenos Aires, propician movimientos internos, estelas de ideas y pensamientos que no se pueden medir ni transferir, pero nos acompañan y enseñan. Un trabajo pone en escena, de original modo, nuevas rutinas laborales y nuevas relaciones de poder y mediaciones, nuevos deseos, preguntas y respuestas, un contemporáneo estado de “confusión generalizado” en el que no se sabe qué está bien o mal,

4

3

5

como dijo Rodríguez en la mesa de devoluciones, junto a críticos y periodistas.

También se vio Representación nocturna del marqués de Segrebondi (Rosario), una obra que se anima a meterse con el oscuro universo de Osvaldo Lamborghini y su cuento “El niño proletario”.

Matías Martínez, Martín Fumiato y Matías Tamburri, encaran la pieza con una mirada crítica y una estética cuidada que se torna poética: se dice lo más crudo pero el espectador no lo ve. Las palabras en boca de estos buenos actores, bastan para denunciar e incomodar a tantos burgueses sueltos por ahí y en estos tiempos, se agradece.

Ingue, con la versátil actuación de Yanina Frankel, bajo dirección de Darío Levin, llegó a todos los espectadores. La clown subió y bajó del escenario para jugar con los presentes, improvisó un falso alemán ante la presencia de un perro que había ingresado a la vecinal Guillermo Lehmann y, -aunque la pieza cuenta la frustrada y triste búsqueda de su familia, en plena guerra- la actriz logra conquistar al público con un sinnúmero de recursos y gestos, hace reír como pocos y consigue restituir lazos vitales y emprender una vida nueva, con ayuda de los espectadores.

En Un gesto común de Santiago Loza, se lucieron Iride Mockert, Diego Benedetto y José Escobar. En particular, este último, conmovió con la creación de un personaje que con poco parlamento, transmitió su soledad y su amor.

En el último día, se asistió a Piedra sentada, pata corrida, escrita y dirigida por el joven Ignacio Bartolone. Este espectáculo, a través de las vivencias de un grupo de indios de la tribu Lechiguanga, recrea un singular vínculo con el conquistador blanco, da vuelta las crónicas e imaginarios de la época y agrega nuevos sentidos. Aquí actores, también jóvenes y muy buenos, revisan la Conquista –tema poco representado según marcan los especialistas-, con un humor que cuestiona y actualiza la figura del hombre blanco –y también de los aborígenes y del ser superior…- que de pronto será una cautiva, prenda para

Fotos Tapa: Una imagen de Muñeca, protagonizada y dirigida por Pompeyo Audivert.

1. Un momento de La fonda

De cerca

E

negociar cambios que se avecinan. El poder en manos de la mujer, la relación con lo divino y los sueños, los diversos modos de vivir la sexualidad en medio de la nada, son otras de las líneas que se leen no sin gracia, en esta obra.

La programación intensa de cada día, nos impidió llegar a tiempo y ver Un lazo rojo de elenco rafaelino pero sí pudimos disfrutar de Las arcanas con las reconocidas actrices Silvit Yori, María Cecilia Tonon, Mayra Armando y Marilú de la Riva.

La patria patrioootera, llegada de Córdoba, fue un derroche de ingenio, sea por la puesta que incluye la preparación de un guiso en vivo que luego se degusta a rabiar; la sarta de piropos que uno de los personajes inventa y le larga a una despampanante y fresca Ayelén que atina a frenarlo con un “ay Chiiiiche!”; el relato acerca de la argentinidad y lo propiamente cordobés que hilvanan mediante personajes bien caracterizados.

El elenco de La sala roja soportó durante la función, un prolongado corte en el suministro eléctrico que se dio en la ciudad y estoicamente, siguió adelante. La tensa atmósfera in crescendo que acerca esta historia escrita y dirigida por Victoria Hladilo, pedía reanudar la trama y así lo hicieron los potentes actores Manuel Vignau, Verónica Mc Loughlin, Carolina Marcovsky, Victoria Marroquín, Axel Joswig y la misma Hladilo que luego tuvieron su

l lema de este año fue “El festival te envuelve” y así resultó. Más de 18.000 espectadores se dejaron abrazar. Una mujer sentada en la primera fila, a la espera de que empiece la función de Soñar no cuesta nada (Buenos Aires), en una vecinal, contó que su hijo había tenido que hacer una larga cola, el primer día de boletería, para sacar entradas y que en esa primera jornada ya se habían agotado varias. Después el dato lo confirmaron los organizadores y lo reprodujo la prensa, pero la mujer no lo podía creer.

Los más pequeños, boquiabiertos ante las destrezas, acrobacias y juegos que propusieron los distintos artistas en la Carpa de Circo o en lugares como el anfiteatro del Parque de los Eucaliptos, rebasado como nunca, en donde se vio la obra RosaRrosita (Buenos Aires), fueron grandes privilegiados. Fueron invitados a jugar por los Dislocados Minimi y Rockecycle (Buenos Aires); en la obra 75 watts (Córdoba) o en Aloloco que se hizo en la plaza 25 de Mayo, entre otras propuestas.

merecido reconocimiento.

Fauna gótica, con 18 actores en escena, dirigidos por Matías Feldman y un público siempre de pie, conducido por los actores, fue otra de las piezas que abonó a la metáfora, puso a jugar otra estética y modo de hacer teatro que aquí se entremezcló o abrazó a los espectadores.

Esta edición quedará sin dudas en el recuerdo de muchos. Hubo riesgo e intensidad a montones. Hubo ganas de dejarse llevar y cautivar. Hubo público de sobra aquí pero también en Suardi, Pilar, Ataliva o un poblado como Clucellas, de no más de 915 almas.

Si bien algunas mezquindades políticas hicieron caer algunas subsedes, quitándole la posibilidad de disfrute a muchos, desde la Municipalidad anfitriona, seguirán dando batalla. Intuyen que este Festival ya no puede parar y tiene un solo dueño, la gente.

patrioootera, con dirección de Paco Gimenéz.

3. La danza contemporánea en De –vir (Brasil).

2. BoyScout abordó una temática áspera, llena de verdad escénica.

4. Pata corrida, piedra sentada, sólido elenco y una muy buena y

necesaria historia.

5. En Argentina Hurra, sobresale un parejo trabajo actoral y una crítica mirada sobre el peronismo.

07

Perfiles

.

Biografías del teatro latinoamericano

José Ignacio Cabruj (Caracas, 17 de julio de 1937 - Porlamar, Isla de Margarita, 21

H

ijo de una familia humilde, José Ignacio vivió su infancia en el barrio caraqueño de Catia, junto a sus padres José Ramón Cabruja Esteso, sastre, y Matilde Lofiego. Su apellido original es “Cabruja” pero por error involuntario, un periodista le agregó una “s” y el dramaturgo, decidió adoptar la modificación.

Su infancia y adolescencia transcurrió en la parroquia Catia de Caracas, la cual evocó de manera recurrente en sus escritos y disertaciones públicas. Estudió en el liceo Fermín Toro, y posteriormente ingresó a la Universidad Central de Venezuela para cursar derecho, carrera que abandonó pronto para dedicarse al teatro.

Debutó como actor en el Teatro Universitario (TU) haciendo el personaje Esref en Leyenda de amor de Nazim Hikmet en 1959, con dirección de Nicolás Curiel. Ese mismo año representó el papel de Cesáreo en Noche de Reyes de William Shakespeare. En el seno del TU, tuvo el joven Cabrujas la oportunidad de emprender el camino de la dramaturgia, al escribir Juan Francisco León, obra en la que realiza las primeras indagaciones sobre la historia y la idiosincrasia venezolana. Estrenada en el Aula Magna en julio de 1959 la obra fue llevada a Viena, al VII Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes. Este viaje, el primero suyo a Europa, representó en los inicios de su carrera de dramaturgo un conjunto de vivencias, de esas que marcan la vida de una persona sensible. Toma contacto entonces con las propuestas escénicas de Francia e Inglaterra y regresa a su patria.

En 1960, actuó en las obras Pozo Negro, El sombrero de paja de Italia y en La ópera de tres centavos. En 1961, se trasladó a Italia donde se incorporó al Grupo Piccolo Teatro di Milano. A su regreso al país, creó el Teatro de Artes de Caracas y estrenó su segunda obra, El extraño viaje de Simón el malo.

Otras obras que escribió fueron Los insurgentes (1961) –texto basado en un tema histórico que está desaparecido y aún no se lo pudo editar para su lectura-; Triángulo (1962), en coautoría con Isaac Chocrón y Román Chalbaud; En nombre del rey (1966), Días de Poder (1966), escri-

08

ta junto con Chalbaud y Testimonio (1967). Actuó en la película Los ángeles terribles (1966), ganando el Premio al Mejor Actor. En 1971, se estrena la obra teatral Profundo, - llevada al cine por Antonio Llerandi- que a juicio del crítico Rubén Monasterios “tiene lo mejor del Cabrujas dramaturgo: el misterio, la ambigüedad y el sarcasmo”.

Ese mismo año actuó también junto a Rafael Briceño en La revolución, de Chocrón, siendo nominado al Premio de la Asociación de Críticos de Nueva York; y luego en Ricardo III de Shakespeare, otorgándosele el Premio Juana Sujo. Por esta época adhiere al Movimiento al Socialismo, partido creado por disidentes del Partido

Comunista de Venezuela, dirigido por Pompeyo Márquez y Teodoro Petkoff.

En 1972, dirigió la Escuela de Teatro adscrita al Instituto Nacional de Cultura y Bellas Artes (hoy CONAC), y con posterioridad se desempeñó como docente de numerosas cátedras de la institución.

Entre 1972 y 1973 produjo, dirigió y narró en la Radio Nacional de Venezuela, el programa Ópera dominical en el cual plasmó dos de sus principales cualidades: su profunda cultura y su humor irreverente. En 1974 escribió crónicas en el semanario Punto en Domingo, publicación dirigida por Manuel Caballero y Luis Bayardo Sardi, utilizando el seudónimo de Sebastián Montes, con el cual también firmaría en los primeros números de El Sádico Ilustrado que empezó a circular en 1978.

Tras dirigir la obra de teatro La máxima felicidad, de Chocrón, en la cual también actuó, escribió los guiones cinematográficos de La quema de Judas (1975) y Sagrado y obsceno (1976), ambas de Román Chalbaud. Este mismo año fue montada su obra de teatro Acto Cultural.

La primera de las telenovelas que escribió Cabrujas fue La señora de Cárdenas que conmo-

jas, sin fingimientos de octubre de 1995, Venezuela)

cionó el medio televisivo caraqueño, seguida de Silvia Rivas, divorciada (1977). En 1978 dirigió El acompañante de Chocrón y al año siguiente estrenó una de sus piezas más famosas, El día que me quieras, con él como director e intérprete del personaje Pío Miranda. Estrenada exitosamente en Entre Ríos con dirección de Rubén Vera a comienzos de los ‘90, la historia fue también llevada al cine en Colombia.

En 1981 actuó junto a Omar Gonzalo en la obra teatral Prueba de fuego, de Ugo Ulive, y entre 1982 y 1986, además, escribió numerosas telenovelas como La dama de rosa (la cual tuvo notable repercusión internacional) y luego, en 1989, Señora.

Por esta época presidió el Taller de Ópera de Caracas, con el que dirigió cuatro producciones.

En 1983, también fue escenificada su obra Una noche oriental, y dos años más tarde reestrenó la pieza Lo que dejó la tempestad, de César Rengifo, considerado por muchos críticos como “el padre del teatro moderno venezola-

no”, dirigiéndola con la Compañía Nacional del Teatro.

Cabrujas fue colaborador de El Nacional, donde abordó temas que le preocupaban profundamente tales como la corrupción, la soberanía, la identidad nacional, y la libertad de expresión, entre otras.

En 1988, obtuvo el Premio Nacional de Teatro y dos años más tarde fue presentada su obra Autorretrato de artista con barba y pumpá, inspirada en la vida del pintor Armando Reverón.

Hacia 1992 comenzó a escribir para El Diario de Caracas, una columna semanal, muy leída, titulada El país según Cabrujas en la que interpretaba con humor incisivo y una mirada visceral y detallada, el proceso político venezolano y sus principales protagonistas.

En septiembre de 1995, el Teatro Profesional de Venezuela estrenó Sonny, una versión de la tragedia Otelo de Shakespeare, escrita por Cabrujas a partir de la vida del boxeador venezolano Víctor “Sonny” León.

En el Teatro Paraíso, reabierto en 1992, dirigió El pez que fuma, La casa de Bernarda Alba de Federico García Lorca y Sonny, su último montaje.

En cuanto a su trabajo para la televisión, en 1990 salió al aire Emperatriz, en 1992 Las dos Dianas y en 1994 El paseo de la Gracia de Dios.

Siendo profesor de la Escuela de Artes de la Universidad Central de Venezuela, fue invitado por el Instituto de Creatividad y Comunicación, para dictar cursos sobre guión de telenovelas.

Su último trabajo operístico fue Orfeo y Eurídice de Cristóbal Gluck. Trabajó en el guión del largometraje de Carlos Azpúrua Amaneció de golpe, siendo éste su ultimo proyecto en este género.

Junto con Isaac Chocrón y Román Chalbaud fundó El Nuevo Grupo y conformaron una verdadera generación de dramaturgos de alta madurez creativa, devenida en una referencia clave de la historia teatral del país.

Muchos críticos coinciden en afirmar que Cabrujas fue el renovador del género de las telenovelas venezolanas, al escribir guiones que les confirieron dignidad. Según el reconocido investigador Leonardo Azparren, que publicó en

2012 José Ignacio Cabrujas y su teatro, las obras que conforman el llamado Quadrivium: Profundo, Acto Cultural, El día que me quieras y El Americano Ilustrado, (1986) “son en Cabrujas el camino en el que decantó su sentimiento dramático de país y llegó hasta la gente para expresar lo que sentía y le pasaba. Así se presenta un universo nunca antes visto en la dramaturgia nacional”, que lo posicionaron como el más grande dramaturgo venezolano y uno de los teatristas latinoamericanos más relevantes de las últimas décadas.

“No nos enviaba mensajes de texto ni correos electrónicos apuntando a los experimentos paranormales de la burguesía. Vivía acorralado con su dos por ciento de certidumbre; profundo, revelador y revolucionario, pero contenido en su dos por ciento de nicotina y verdad.”, escribió Gustavo Ott a propósito del Taller de Dramaturgia que dictara en 1980 su maestro.

En suma, vaya en este espacio, un simple homenaje a este intelectual inconformista, que supo dialogar con su época desde la Universidad, la prensa o arriba de un escenario.

09

Del amor al humor en la Córdoba actual Del 3 al 7 de junio se desarrolló la IX edición del Festival Pensar con Humor, celebración que desde hace casi una década erige a la risa en protagonista de un importante encuentro cultural organizado por Agencia Córdoba Cultura. Motivo de orgullo de los cordobeses, este año el slogan escogido fue el de Cambio de humor, con una programación muy variada que se derramó en más de diez localidades de la provincia anfitriona y más de cincuenta espacios bien diversos.

Guillermo Meresman Mónica Borgogno

1

A

lo largo de la década, el Pensar con Humor fue asumiendo diversos riesgos y desafíos, y así agrandándose “como galleta en el agua”. Hoy es reconocido –al igual que el bienal Festival de Teatro del Mercosur a realizarse del 2 al 11 de octubre-, por la variedad y jerarquía de su oferta escénica, la calidez del público y un entrañable equipo de organizadores o la deslumbrante belleza de históricos teatros o espacios bien recuperados.

“El humor me subyuga”, confesó ante una pregunta de la revista, Raúl Sansica, responsable principal de este Festival de características únicas en el país. Su pasión, sus elecciones y definiciones, logró transmitirla a los casi 30.000 espectadores que acompañaron y disfrutaron de cada una de las propuestas.

Con creces, el Festival de este año, también pareció volver a dejar satisfechos a los organizadores, la prensa y los artistas que subieron a algunos de los 50 diferentes escenarios.

Fueron cinco días intensos, de shows, espectáculos, presentaciones de libros, muestras, chistes, parodias e ironías varias, que más de 200 artistas -en su mayoría cordobeses aunque la grilla incluyó además humoristas de Mendoza y Buenos Aires-, prodigaron desde todos los ángulos.

Allí estuvimos y palpamos cómo el humor está instalado, naturalizado y circula en todo momento, formas y variantes, fluye por calles, bares y comercios, museos y plazas del “corazón del país”. El humor está en la boca de todos, y si se perdona la frase, se erige dueño y señor de las almas.

Consagrados y emergentes Esta gran reunión en la “cuna del humor argentino”, fue no casualmente promociona-

10

da en grandes afiches, con unas figuras que mostraban la evolución del Hombre -hecho a la manera de Jericles-, y que remataba en un hombrecito que se destornillaba de la risa.

En el primer día, desde balcones y terrazas aledañas al Mercado Norte, donde actuó un picante Negro Álvarez, la gente se pareció a ese hombrecito dibujado que reía. El Negro congregó a cientos de paseantes y hasta trabajadores del lugar que se permitieron una pausa. “¿Qué haces vos?”, le preguntó a un ocasional espectador devenido participante de su show y cuando éste le contestó que estaba trabajando, ahí nomás vino el retruque: “Ah, ¡yo también quiero trabajar como vos!”. Sus cuentos y humoradas hicieron las delicias de sus fans sentadas en primera fila que, postal aparte, lo demoraron varios minutos con la solicitud de fotos y autógrafos.

En esa primera jornada otros conocidos del humor cordobés oficiaron de presentadores del Festival y en paralelo, humoristas gráficos como Chumbi regalaron caricaturas y persona-

jes propios a niños y adultos, que dibujaron en un santiamén.

Por la noche de la primera jornada, en la sala Carlos Giménez del Teatro Real, se realizó el homenaje al destacado autor y director cordobés Miguel Iriarte, que con sus 79 años, subió conmovido al escenario a recibir una plaqueta y fue ovacionado por una platea colmada de comprovincianos. Pero acaso el mayor tributo al popular teatrista, llegó de la mano de una inspirada Comedia Cordobesa, que con la dirección de David Picotto, reestrenó su comedia Eran cinco hermanos y ella no era muy santa.

Un excelente reparto integrado por Silvia Pastorino, Cecilia Roman Ros, Pablo Tolosa, Gabriela Grosso, Gabriel Coba, Giovanni Quiroga, Patricia Rojo, Carolina Godoy, Gonzalo Tolosa y Oscar Mercado, transformó el planteo original de Iriarte, perteneciente a los modos costumbristas del teatro argentino, en una rejuvenecida versión libre cuartetera, que a ritmo de opereta o vodevil, deleitó con su

3

2

atrevimiento hasta al mismo creador del texto original. Coloratura de personajes humildes y situaciones ágilmente esbozadas o resueltas, combinados con una singular exploración expresiva y musical, esta última cargo de Elvio Arcando, dieron lugar a una puesta genuina y con claro y acertado acento mediterráneo, que periodistas nacionales y público general agradecieron de pie.

Natural “Cambios de humor, fue el slogan de este año. Estamos viviendo momentos de tensiones, siempre cuando vienen las elecciones se genera mucha tensión y si este festival nace a partir de esta cosa identitaria que es el humor, nos propusimos ver qué pasa con estos cambios de humor. Bajo ese concepto armamos la programación. Humor al paso, es un espacio en el que la gente pasa y cuenta un chiste y uno puede ver que ahí salta la violencia de género, la política, el costumbrismo, lo popular, el humor fino”, puntualizó Sansica. En efecto, la idea de esta fiesta, allá por 2007, nace “para incluir a los humoristas consagrados de Córdoba y este patrimonio intangible que tenemos. No había un festival de humor, por eso se definió como Pensar con Humor y explotó la propuesta que se hace en esta fecha en que merma la actividad de los humoristas. Este Festival surgió para mostrarnos tal cual somos”, añadió.

La puesta en tensión de los públicos así como la búsqueda de nuevos espectadores, es la gran apuesta, siempre, según señaló el director del Teatro Real. En ese sentido, uno de los 4 mayores aciertos estuvo en programar el conmovedor unipersonal francés Oú on va papá?, interpretado por Xavier Carrar de la Compañía Théàtre des Hommes. Basada en la obra de Jean Louis Fournier, adaptada por el joven actor, el espectáculo se mete con un tema nada sencillo de tratar, como lo es el de la discapacidad, los miedos de la paternidad, los propios hi-

jos y los de los otros, las expectativas sobre los niños. Se trata aquí pues de otro tipo de humor, que divirtió y emocionó tanto como hizo pensar, como el mismo nombre del Festival enuncia. Pues es una pieza que primero habla de la discapacidad como desgracia, en tono de burla, pero luego, cuestiona descarnadamente tal premisa y así conmueve. Esta bella obra también fue disfrutada en Laguna Larga y Bahía Blanca, en esta primera gira por Sudamérica.

A sala llena No faltó el característico calor del público festivalero de la Docta. Se apreciaron largos aplausos tras el espectáculo de Marcelo Mazzarello y su Mazzarello no chilla así como en la función de la querida Doña Jovita y sus nietos músicos en el preservado edificio en el que funciona el Studio Theatre, una de las salas más antiguas de la ciudad en actividad.

Ante la original entrada de este típico personaje serrano por el pasillo central de la platea, la gente no dejó de sacarse fotos o contestarle las ocurrencias.

Algo similar ocurrió en el Parque de las Tejas donde se vio Mundo amado, acuérdate de Agustín Lara, bajo idea y dirección general de Alejandro Viola, de esta compañía porteña con 25 años de trayectoria. En este trabajo, dedicado al creador romántico latinoamericano, las mujeres bailaron y cantaron con un exótico presentador y los varones presentes confesaron sus actos más románticos. “¿Ves todos

estos árboles que están acá? Los planté yo en homenaje a ella, mi chica”, improvisó no sin gracia, uno del público ante la indagatoria del curioso animador.

Ariel Tarico en tanto, aportó la necesaria cuota de humor político con su nuevo show Y ahora? que colmó el Teatro Real. “¿Qué pasó, Cristina? Te llenamos la sala otra vez”, desafió de arranque. Con gran despliegue escenográfico y valiéndose de su capacidad para imitar y caricaturizar, el actor santafesino con la apoyatura de David Rottemberg, le puso mucho humor a tantas contradicciones, alianzas, pseudo programas políticos, discusiones o falta de ellas, en un año signado por las elecciones, ya sea parodiando a la Presidenta, al Papa, a Guillermo Coppola, a Santiago del Moro o a Nelson K, o bien a un taxista porteño facho, entre otros personajes. Tarico aprovechó y advirtió con complicidad de los presentes: “Ojo, que De la Rúa… Cavallo… salieron de acá, eh (risas)… No sé de qué se ríen”.

Locales El stand up y el humor regional, con su impronta mediterránea, llegaron a esta cita con originales propuestas. Entre ellas estuvo la “Caminata Negra”, un recorrido junto a la investigadora y docente Stella Navarro Cima, que repasó historias de fantasmas en teatros de la ciudad, arquitectos esotéricos y anécdotas de, por ejemplo, don Remigio de los Santos que en el siglo XVII gustaba apostar fuerte como la vez que entró desnudo al convento de las Carmelitas Descalzas que se encuentra en la denominada Manzana Jesuítica, o bien, cuando inventó su muerte y despertó en medio del velorio. El paseo incluyó la visita al archivo de la biblioteca de la Universidad Nacional de Córdoba, donde se vieron ejemplares del pionero diario local La carcajada (18711905), El Eco de Córdoba (1860) y otras publicaciones

1

11

5 6

7

1

Otras actividades

del estilo que llegaban desde Buenos Aires. n paralelo, hubo presentaciones de libros, charlas abiertas y muesEn la capilla del Paseo del Buen tras gráficas. En la Legislatura se presentó El absurdo, cuna del Pastor, se lució Patricia de los Ríos, humor, libro que corona la trayectoria de Edgardo “Gordo” Oviedo, auuna joven maestra que el año pasator de típico humor cordobés, costumbrista y absurdo. Por allí también do ganó uno de los concursos que se pudo verse “Mujeres Entintadas”, de Jericles. organizan para estimular la creación Para reflexionar con humor sobre las relaciones entre varones y mulocal. Fue un monólogo muy divertijeres, el orgasmo o la política, estuvo el jugoso diálogo entre Cristina do, con ritmo y aplausos espontáneos.

Wargon y Santiago Varela, presentado por la investigadora Ana Flores.

“A los maestros no nos queda otra que En el Museo Palacio Dionisi, se montó la exposición de Plantu (huel humor”, disparó y más adelante se morista de Le Monde, Francia). Los visitantes pudieron revisar temas despachó con la “bipolaridad” de los de la actualidad internacional a través de sus profundas y críticas viñetas docentes, su relación con las nuevas que fueron tapas del periódico francés entre 1976 y 2015. tecnologías y las redes sociales. También habló de la conformidad que tiene con su propio cuerpo o cabello “poroso” “educar al macho” en una escena cotidiana aunque…“Nunca falta la que te dice “Patri te o en el entretiempo de un partido de fútbol. queda lindo pero por qué no te hacés un alisado En tanto, la segunda, cerró el Festival. Esta pieza, protagonizada por Alejandro Orlandefinitivo”.

En Humor a dúo y vuelo sincronizado, las do, recreó la supuesta biografía de un actor Pérez Correa, las conocidas payasas Julie- cordobés que había “triunfado” y cosechado ta Daga y Laura Ortiz, se presentaron ahora grandes amigos en Broadway. Amigos facomo candidatas a Presidentas “pero juntas”, mosos, que en fotos muy bien seleccionadas “porque -como aclararon una y otra vez- dos y proyectadas en pantalla grande, iban contes- Filloy (Río Cuarto). El autor de tantos textos cabezas piensan más que una, y cuatro ojos tando o completando su falso modesto relato. en los que campean la ironía y la humorada; ven más que dos”. Así, exhibieron sus deli- La propuesta, rindió tributo a buenos actores una suerte de aristócrata erudito mezcla con rantes propuestas electorales, decididas a con- y fue más que propicia puesto que hacia el fi- gaucho deslenguado que llevó la experimennal la intervención de personajes, humoristas tación hasta las zonas más sublimes de una liquistar distintos votos.

Buena machos! y Mi vida con Robert, tam- y autoridades de la ciudad, partícipes de la teratura nacional excepcional; el autor de tres bién tuvieron un lugar destacado en la progra- fiesta, refuerzan la veracidad de una graciosa siglos que, como se dijo, “inmortalizó la siesta cordobesa en el 2000” y que es post mortem, el mación de este año. La primera, desandó con mentira.

En fin, una suerte de síntesis de este pen- recordman de la palindromía universal –como muy buenas actuaciones –Gonzalo Dreizik, Hernán Sevilla, Alejandro Orlando y Marcelo samiento humorístico-creativo que tanto ca- los célebres “Isaac no ronca así” o “Allí va RaMassa-, exagerados modos de ser varón que racteriza y define a los cordobeses, tal vez se món y no maravilla”-, debería acaso algún día generaban una risa de identidad y también dis- encuentre en la obra de uno de los más grandes también tener su merecido homenaje en este tanciamiento hacia las violencias que genera el escritores argentinos del siglo XX: don Juan querido Festival Pensar con Humor.

E

Fotos Tapa: Los Amados presentaron Mundo Amado… que en septiembre subirá al Teatro 3 de Febrero de Paraná.

1. La Comedia Cordobesa, dirigida por David Picotto, se lució en dos funciones ante unos mil

12

espectadores, con la obra de Miguel Iriarte.

2. Con el Negro Álvarez arrancó uno de los Festivales escénicos del país que nos dio gusto visitar.

3. Humor al paso en la Plaza

San Martín de la capital cordobesa.

4. La programación incluyó el emotivo espectáculo francés Oú on va papá? y la muestra Le Monde según Plantu (Francia).

5. El actor José Luis Serrano que da vida a Doña Jovita, y sus dos

nietos varones, arrancaron risas y aplausos de una platea colmada.

6. Tarico y su humor político, no dejó títere con cabeza.

7. Las Pérez Correa lanzaron su curiosa plataforma electoral en el Paseo del Buen Pastor.

Los qué de

LA OTRA BUTACA

V

íctor Arrojo es actor, director y docente teatral en la Licenciatura en Arte Dramático de la Universidad Nacional de Cuyo (Mendoza). Hace poco se editó el libro de su autoría El director teatral: ¿es o se hace?. Su proyecto grupal Cajamarca -con más de 20 trabajos de autores nacionales e internacionales, entre ellos la recordada Frida, un vuelo inmóvil (1996) y que pudo verse en el Teatro 3 de Febrero de Paraná-, se llevó el Premio nacional a la trayectoria en la Fiesta Nacional que se hizo este año en Salta.

Qué escucho

Actualmente disfruto de Mundo anfibio de Lisandro Aristimuño, un verdadero universo sonoro y poético donde la técnica y la investigación son evidentes pero no dejan que el producto artístico pierda potencia comunicacional y emotiva, y Erase de La Vela Puerca, una banda que sigo desde hace años gracias a mis hijos. Me conecta con un rock latino de gran potencia desde la idea de celebración del encuentro que la banda logra en sus recitales.

Qué leo

El lector de Julio Verne, de Almudena Grandes, una novelista española, que narra episodios de una guerra interminable.

En lo específicamente teatral recomiendo a los cumpas teatreros que lean Quemar la casa de Eugenio Barba, a mi entender uno de sus mejores registros y reflexiones tanto sobre la teatralidad como sobre la vida.

Qué veo

Plástica: Vehículos Infernales, una muestra de esculturas del maestro Chalo Tulian, fantástico artista mendocino que genera espacios y relatos desde los objetos; un gran estímulo para la mirada plástica de la teatralidad en mi caso.

De cine comercial vi Relatos salvajes, un gusto como siempre, de la mano de Szifron, y de cine independiente en el BAFICI Mendoza, vi la película Lulú con dirección de Luis Ortega, con una brillante actuación de Nahuel Pérez Biscayart. Lulú tiene un relato complejo y fuerte, pero sin que la violencia urbana que

retrata no supere la línea y así permite poder compartir la historia sin un exceso de identificación sensorial; hay márgenes para estar con la película. Técnicamente tiene algunos problemas de audio y mala dicción de algunos actores, por momentos logra superar la media de la fotografía dura del cine nacional independiente y eso se agradece.

Una película con la cual entré en polémica y me separé de la opinión general fue Birdman de Alejandro González Iñarritu. Es innegable que su cine es contemporáneo y vital, pero su violencia me supera. Si bien sus procedimientos de montaje y relato y su dirección de actores es magistral, en lo personal su mirada se apoya en una violencia del signo sobre la violencia de las conductas contemporáneas, y allí se me produce una saturación que me distancia.

En cuanto al tema de Birdman, tampoco me identifiqué; creo que está muy ceñido a esa máquina mediática que son Hollywood y Broadway. Está bien lejos de mi realidad como artista. Discutíamos con colegas en relación a la película que habla de muchos de los vicios de los actores, y yo no comparto esa visión.

Para mí, nuestra mirada del arte, del teatro en particular, está más vinculado a cierta inclusión social, a un sentido de pertenecer, de ser y estar en comunidad, más que a formar parte de

una industria y mucho menos de una industria mundial. Nuestras miserias son otras.

En televisión consumo programas de actualidad, pocas ficciones logran atrapar mi interés. Creo que el realismo social de muchas producciones me alejan. Hay como un exceso de discurso político social que deja de ser entretenido, no solo por los temas sino por su tratamiento. Salvo En terapia de la Televisión Digital Abierta, no he logrado sentir interés genuino.

En esta potencia comunicacional que han instalado los norteamericanos con sus series, debo confesar que he caído tarde a sus tentáculos, pero caí al fin. El desarrollo de su técnica de relato es casi infalible. He visto todas las temporadas de House of Cards, con las maravillosas actuaciones de Kevin Spacey y la dirección implacable de David Fincher.

De las obras que he visto en el último tiempo, recuerdo Irma, un unipersonal de Mariela Roa de Villa la Angostura; la vi dos veces, en la Fiesta Nacional y en la fiesta regional de la Patagonia y podría verla varias veces más. Es un conmovedor trabajo de creación donde lo simple y despojado nos introduce en complejos temas de nuestra humanidad, Irma construye relato escénico fuera de toda pretensión sígnica, y desde el más potente de los signos: el tiempo y el espacio.

13

Tennessee Williams amplía la teoría literaria Fernando Kosiak

S

on muchos los logros de Tennessee Williams en la dramaturgia estadounidense. Para conocerlos es más fácil googlear que intentar sintetizarlos en una nota. Por eso vamos a detenernos en un caso, tomando el precepto filosófico de que “para muestra, vale un botón”.

Con una diferencia de diecisiete años Williams reescribe una historia: Orpheus descending, de 1957 y Battle of Angels, en su versión definitiva de 1974. Las obras poseen la misma estructura dramática así como la misma historia con tan sólo algunas variaciones en los nombres de los personajes, elipsis, cambios y agregados de detalles en escenas que no afectan la comparación del sentido y la estructura. Esta reescritura, a través de una diferencia mínima, logra ampliar uno de los conceptos de la teoría literaria.

Gérard Genette en su texto Palimpsestos desarrolla extensivamente las diferencias transtextuales, es decir cómo y a través de qué mecanismos ciertos textos se vinculan, establecen relaciones de dependencia entre sí. Dentro de la categoría de la hipertextualidad (donde un hipotexto, anterior en el tiempo, influye en otro texto al que denomina hipertexto) habla de la transposición: las transformaciones textuales serias, no paródicas. Avanzamos un poco más: dentro de la categoría de la transposición el autor presenta la transmodalización intramodal, que es cuando se cambia el funcionamiento interno del modo, en el caso de Williams, cambios internos dentro del género dramático, es decir una transmodalización dramática: el cambio en la distribución de acciones o palabras entre los personajes de una obra.

Dejemos por un momento el libro de Genette y tomemos otro: Teoría de la narrativa de Mieke Bal. Aquí se plantea que la focalización es “la relación entre la ´visión´, el agente que ve, y lo que se ve. Esta relación es un componente de la historia, parte del contenido del contenido narrativo”. Ahora, uno puede preguntarse: ¿Y qué tiene que ver la narrativa con la dramaturgia? Sígame por este pasillo: Mieke Bal habla de la focalización interna, esto

14

es, cuando a esta actividad de “visión” la lleva a cabo un personaje que participa en la fábula. En el drama la focalización interna podría ser llevada a cabo por el discurso de los personajes. Pero la focalización que nos interesa es la que Bal llamará ´focalización externa´: “Podríamos indicar, entonces, por medio del término de focalización externa que un agente anónimo, situado fuera de la fábula opera como focalizador”.

Una vez que tenemos estas dos teorías literarias las mezclamos, atendiendo a lo siguiente: 1) La focalización se limita sólo a la narrativa; 2) Las únicas marcas narrativas dentro de una obra dramática son las didascalias; 3) Para lograr la transfocalización dramática externa solo me puedo valer de las didascalias. Genette sólo habla de transfocalización, modificar el punto de vista de una obra a otra, en la narrativa. Para el género dramático no la piensa, no la considera. Allí es donde volvemos a las obras de Tennessee Williams y vemos cómo, a través de brevísimos renglones logra superar estas teorías literarias.

En una escena en común, luego de la entrada de Carol/Sandra, la focalización difiere. En Battle of Angels la acción se centra en Myra y sus clientas, entre las cuales está Sandra. Val,

asistente de Myra, está en un segundo plano de interés, como lo muestran estas didascalias: “VAL (trayendo una caja de zapatos)”. “VAL toma los zapatos y se dirige a la caja registradora”.

Mientras que en Orpheus descending Val es un personaje con mayor presencia y las clientas quedan en un segundo plano: “Dolly se acerca a Beulah y murmura algo inaudible”. La transfocalización externa se evidencia más en la escena en la que Val es abordado por primera vez por Carol/Sandra. Mientras que en Battle of Angels el foco está puesto en la conversación entre Carol y Val, dejando en un segundo plano inaudible a las damas (“Las mujeres murmuran ruidosamente en la parte posterior del escenario”); mientras que en Orpheus descending el foco de atención se centra en la conversación de las mujeres sin llegar a oír lo que Val y Sandra hablan, aquí la didascalia indica: “SANDRA (que ha entablado una conversación en voz baja con Val desde la entrada de Myra)”.

Si bien el lector puede inferir que tal o cual personaje queda más relegado en la escena, no lo puede saber a ciencia cierta si no hay una didascalia que se lo indique con claridad. Son estas marcas las que colaborarán, narrativamente, con la focalización en un primer término y luego con la transfocalización dramática externa: es el autor el que señala este cambio en la perspectiva.

El mayor aporte de Tennessee Williams es que a través de esta reescritura realiza en el drama una de las características propias de la narrativa, la transfocalización externa. Con pocas líneas que aclaran detalles de la historia, la altera completamente, crea dos miradas para un momento.

Al construir la transfocalización externa de esa escena lleva al lector más allá: al complementar las escenas, el autor brinda una mayor perspectiva de sus personajes, nos hace conocer más detalles de lo sucedido, de rumores que quedaban en el fondo. Williams no solo logra trascender ambas obras por separado, no solo pareciera configurar una gran obra que permite englobar a Battle of Angels y Orpheus descending, sino que trasciende las barreras de los géneros, agregando el adjetivo “dramático” a un proceso que es de otra rama del frondoso árbol de la Literatura.

Actualidad Premian por su trayectoria a teatristas de provincias Los títeres van al frente

Integrantes de la regional Rosario de la Asociación Argentina de Actores, Titiriteros Rosarinos, Asociación de Arte Arteón, Centro Cultural La Nave, Biblioteca Vigil, tuvieron la iniciativa de reconocer al fundador de la Escuela de Teatro y Títeres, Alcides Moreno. Luego, el presidente del Concejo Deliberante de Rosario, Miguel Zamarini, adoptó la idea e impulsó su reconocimiento como Ciudadano Ilustre.

Quienes allí estuvieron, contaron que en medio del Concejo se vivió una mezcla de función de títeres y acto protocolar, emotivo y festivo a la vez.

Un teatro de títeres ocupó el centro del recinto de sesiones; apoyado sobre la barra, un gran títere del Canayaman y en las bancas, titiriteros y sus muñecos. En tanto en el palco de honor, se vio una gran foto del maestro Alcides Moreno, mientras que el títere el León Pascual, una de las creaciones del reconocido, ofició de maestro de ceremonias. En la barra fueron muchos los que disfrutaron del acto-homenaje, hubo mate de mano en mano y no faltaron chicos con globos. El León Pascual indicó que era un acto de “reconocimiento a nuestro querido Alcides Moreno” y pidió un emocionado aplauso para el docente que hubo de exiliarse en España y allí fallecería.

Ahora, un grupo de artistas de la ciudad, elevó un petitorio a la ministra de Innovación y Cultura de la provincia de Santa Fe, María de los Ángeles González, para que la escuela provincial de Teatro y Títeres de Rosario lleve el nombre de su fundador Alcides Gregorio Moreno, por entender que tiene sobrados méritos para tal fin.

Cabe recordar que en Sevilla, a donde tuvo que emigrar en los años 70, fundó la Unión Internacional de Marionetistas (Unima), fue creador de la Exposición Permanente Internacional de Títeres, montó 18 espectáculos de Roberto Espina, Federico García Lorca, Javier Villafañe y propias y dejó para el recuerdo, unos 70 muñecos de su manufactura.

A principios de agosto, como es tradicional, el Grupo de Estudios de Teatro Argentino e Iberoamericano (Getea, UBA) otorgó los premios a la actividad teatral del año, en el marco de su congreso anual, y el Premio especial a destacados autores, actores, directores, investigadores, docentes o titiriteros del país en su extensión. Este Premio suscita intercambios entre unos 20 estudiosos del teatro en Argentina, que analizan y votan atendiendo a los antecedentes artísticos por propuestos de las distintas regiones. Este año, en un nuevo acto de justicia, se entregaron las plaquetas a otros dos veteranos y reconocidos hombres del teatro nacional: el cordobés- neuquino Alejandro Finzi y Marcelo Marán, de Mar del Plata.

Alejandro Finzi

Marcelo Marán

Mr Piola fue a Crespo

El maestro del clown, Gabriel Chamé Buendía, pasó en junio último por Crespo y su presencia no fue precisamente desapercibida. Los crespenses lo recordarán bien porque en la presentación de su trabajo Last call/ Último llamado, en la sala municipal de esta ciudad entrerriana, el actor y director jugó en más de una oportunidad con el gentilicio: les dijo crespeños, crespenchis, crespuchis, crespos, y todos rieron.

La obra cuenta la historia de un hombre que espera, que quiere viajar, que lidia con la burocracia y policía aeroportuaria que siempre lo malentiende, que busca cómplices o adherentes a su causa: “Queremos viajar”, gritó el público, llevado por su juego o batalla…

Todos los elementos escenográficos, responsabilidad de Jorge Pastorino, develan a lo largo de la obra, diversas sorpresas. Se observa un buen uso de las tecnologías, se las aprovecha para potenciar un gag o bien abrir una nueva secuencia.

Es una puesta llena de pequeños detalles, justos, pensados, incluso en la corbata flúor, a tono con las zapatillas; o en el calzoncillo y la mochila en el mismo tono rosa que a Mr. Piola le gusta revolear antes de calzársela (desopilante atuendo diseñado por Cecilia Allassia).

Con unos gestos primero y luego con una comunicación en inglés básico para llegar a su cometido, nos mete en su odisea que empieza con un “check in” y no se sabe cómo, termina con un “I love you”. La propuesta hace reír con ganas pero también plantea todo lo que se cifra en un viaje.

Vale agregar que Last call es una producción del Teatro Nacional Cervantes –condición que el propio actor y director se da el gusto de ironizar a la hora de exhibir lo ínfimo o lo magnánimo de un truco o proyección audiovisual.

15

Publicaciones recibidas Volver a Fessler En el 2006, un año después de haberse estrenado en Buenos Aires, se pudo asistir en el auditorio de la Escuela de Música, Danza y Teatro Profesor Constancio Carminio de Paraná, la proyección de Schiku (Oscar Fessler, biografía de un sembrador), película realizada por Ernesto Torchia. Un conmovedor film que por primera vez rescataba el trabajo y la vida del director y docente nacido bajo el Imperio austro-húngaro, de importante ascendencia en el teatro regional y nacional, aunque demasiado ausente en la bibliografía académica específica.

Iniciado como actor en distintos países de Europa, Fessler se formó en su juventud especialmente con Max Reinhardt y con el discípulo de Stanislavsky, Alexis Granowsky, fundador de una escuela de arte escénico en ídish que, en Berlín y antes del ascenso al poder del régimen nazi, gozaba de resonante prestigio.

Entre guerras, Fessler se vio obligado a huir a Dinamarca y luego a París y, medio azarosamente, fue invitado a trabajar en el IFT de Buenos Aires, radicándose con posterioridad en Argentina. Su magisterio, alcanzó a numerosos teatristas del país, y también de Costa Rica, que pudieron así, sistematizar saberes y transferirlos a nuevas generaciones de artistas locales.

Ahora merced a uno de sus discípulos, el destacado investigador y teatrista Juan Tríbulo, se conocen dos tomos titulados El pensamiento vivo de Oscar Fessler. En uno de los volúmenes se recogen sus estudios sobre el juego teatral en la educación y en el otro, las clases que dictara para actores y directores, también en Santa Fe, antes de la inauguración del túnel subfluvial y desde los años ‘50.

El pensamiento y la voz del gran creador y director del Ituba desde 1959, que fallecería en Buenos Aires en 1996 y que dejaría un importante legado teórico diseminado en charlas, conferencias y clases magistrales de distintos momentos de su extensa trayectoria.

Los libros, prologados por Carlos Catalano y Víctor Bruno, están organizados en elocuentes capítulos, que amplían los conocimientos que se tenía hasta ahora de una etapa de gran modernización en el teatro local y nacional, y que sin duda serán aun hoy de gran interés para profesores de teatro.

A la tucumana Relatando la trayectoria de su grupo de teatro tucumano, la directora y actriz Verónica Pérez Luna ofrece un libro que es testimonio de muchas de sus producciones e intervenciones, a la par que recorre el contexto norteño en postdictadura. La edición Experimento Manojo constituye un valioso archivo documental y fotográfico –en el que intervienen casi veinte artistas-, de gran interés para actores, directores o investigadores. Cada lector podrá de la mano de Manojo de calles “indagar en la elaboración de una metodología para el trabajo del actor y una estética propia que problematicen las pautas ideológicas, culturales y artísticas del discurso hegemónico regional en relación a la teatralidad”.

Apoyándose en el andamiaje teórico ofrecido por Gustavo Geirola, la autora reflexiona sobre la ritualidad, el riesgo, la seducción y el erotismo, entre otros temas abordados por su trabajo. El libro, concretado con la colaboración de un subsidio otorgado por el Ente Cultural de Tucumán, de casi 300 páginas y un formato muy original, trae además los textos Solo de a tres -resultado de un largo proceso de diferentes versiones estrenadas desde el 2008-, y Episodio inicial, otra de las creaciones colectivas estrenadas en San Miguel.

Publicaciones del NOA El cuarto título de la colección Escenas del Noroeste argentino, publicado por la representación provincial de Jujuy del INT, fue presentado en Salta este año por José Luis Valenzuela, el autor de este Ingenuos, inconformistas e integrados, acompañado por textos de Carlos Petrucci y Carlos Abdo.

Se trata del registro de las producciones regionales del último año que dan a la edición un carácter documental, enriquecido por numerosas fotografías y fichas técnicas de diversas obras de Salta, Jujuy, Tucumán, Santiago del Estero y Catamarca –cuya producción La noche del cordero, dirigida Alberto Moreno, que se ofreciera en marzo en Salta, fue la escogida para ilustrar la tapa del libro de pequeño y original formato. Resulta de singular interés el ensayo de Valenzuela titulado “Las ciudades y los campos” escrito como inicio reflexivo a estas “devoluciones de espectáculos” a las que está acostumbrado el investigador residente en Resistencia, en una práctica crítica poco frecuente en muchas provincias del país.