La Otra Butaca 13

13

LA OTRA

BUTACA

AÑO 5 - N° 13 | ABRIL DE 2015 - ENTRE RÍOS REVISTA DE ARTES ESCÉNICAS CUATRIMESTRAL Y DE DISTRIBUCIÓN GRATUITA Destacada en el rubro Revistas Premios Teatro del Mundo 2014

La boda del siglo

Publi

cacio

nes

Festiv

ales

Actua

lidad

Dirigir acá

Perfiles.biografías del teatro latinoamericano

Fiesta Nacional en Salta

13 Equipo Dirección Guillermo Meresman Edición Mónica Borgogno Redactores Romina Arapeiz Raúl Dayub Tochy Eymann Nora Llados Colaboradores Mariano Tenconi Blanco Ricardo Dubatti Larisa Rivarola Cristina Iriarte (INT) Enrico Mendez Ore (Chancay) Charly Hawk (Fotos Fiesta de Salta) Cristina Quiroga Lucas Ortiz Raquel Behar Villarraza Diseño Alfredo Alarcón Contacto guillermomeresman@hotmail.com borgogno_monica@ hotmail.com En la web labutacaotra.blogspot.com LA OTRA BUTACA y La Otra Butaca

LA OTRA

BUTACA

Editorial Llega abril y con este mes, esta nueva edición que transita su quinto año de vida, recorriendo festivales, olfateando y alentando debates en torno al campo teatral, incluyendo voces y testimonios de hacedores.

En este número les acercamos detalles de las coberturas de dos eventos de distintas magnitudes, siempre relacionados con las artes escénicas, que hicimos en los últimos meses: uno es el Campamento llevado a cabo en febrero en Basavilbaso, y otro, la Fiesta Nacional del Teatro que esta vez tuvo su epicentro en la ciudad de Salta, durante la última semana de marzo.

Debemos decir que fue un buen comienzo de nuestro año editorial, el haber sido invitados por el Instituto Nacional de Teatro (INT) a hacernos presentes en la maratón nacional que, desde hace tres décadas, constituye el gran acontecimiento en el que la crítica y la investigación acceden a un panorama heterogéneo que de algún modo revela la misma configuración del país, y sirve de “corte” para calar sus orientaciones, estéticas y novedades.

En este número 13, recibimos las colaboraciones de dos amigos de estas páginas, conocidos ya por nuestros lectores: Ricardo Dubatti nos vuelve a presentar una semblanza del Festival Novísima Dramaturgia Argentina que acaba de finalizar en Buenos Aires, y Larisa Rivarola nos confirma sus inquietudes sobre Terrenal, la premiada obra de Mauricio Kartún que continúa en cartel en el Teatro del Pueblo y ya pudo verse en Santa Fe. Además le pedimos a Mariano Tenconi Blanco que nos confíe sus gustos culturales, reproducimos nuevos discursos del ITI en la sección Palabras Maestras, reseñamos algunas de las publicaciones recién aparecidas y compartimos nuestra acostumbrada sección de Actualidad.

Para rendir homenaje a los grandes maestros latinoamericanos, le hacemos lugar al perfil del peruano Sebastián Salazar Bondy, a quien recientemente se le hizo en Lima, una muestra recordatoria de su trayectoria.

En dos apretadas páginas, recogimos las voces de Lito Senkman, Valeria Folini y Oscar Lesa para descubrir con ellos los gajes de la dirección.

A la tapa de esta revista, la ilustramos con una “boda del siglo” muy significativa para el campo teatral regional. La festejaron en Holstebro nuestro coterráneo Chacho Dragún, -al que se le acaba de dedicar un libro que recoge valiosos testimonios sobre su tarea y aportes- y Eugenio Barba, fundador del Odin Theatre y creador de nuevas corrientes escénicas.

Todo ello completa esta edición otoñal que se prolonga y amplifica en otras lecturas, comentarios, fotografías que subimos al blog y al facebook.

LA OTRA BUTACA no se responsabiliza de la opinión de las firmas.

Registro de la Propiedad Intelectual en trámite.

El contenido de La Otra Butaca puede ser reproducido en tanto se mencione su fuente.

La revista LA OTRA BUTACA cuenta con el apoyo del Instituto Nacional del Teatro y el acompañamiento de la Universidad Autónoma de Entre Ríos.

Ilustrando la tapa

E

La boda del siglo XX

n agosto de 1995, en Holstebro (Dinamarca), Osvaldo Dragún y Eugenio Barba celebraron la boda entre el Odin Teatre y la Eitalc, la escuela de teatro itinerante e internacional que el dramaturgo entrerriano había creado en Cuba a fines de los 80, y que fuera una de sus grandes inspiraciones hasta su muerte en 1999.

“Conocí a Osvaldo Dragún porque en toda América Latina era nombrado por muchos de los teatreros, desde que llegué en el 76, y sobre todo, leyendo acerca del teatro latinoamericano. (…) Él era una de esas personalidades del teatro como Atahualpa del Cioppo, sólo que más joven y del lado de la escritura”, testimonia Barba en el libro Osvaldo Dragún, la huella inquieta, que Adys González de la Rosa y Juan José Santillán presentaron a fines del año pasado en el escenario del Teatro 3 de Febrero de Paraná. La profunda investigación, que restaura una polifonía de acentos y sentidos, se transforma en una historia colectiva detrás del Chacho, con voces y presencias que aún laten.

Esta jocosa pero simbólica “boda del siglo” que consumaron los maestros argentino e italiano, se realizó en paralelo con una serie de talleres ofrecidos para teatristas de todo el mundo, en Europa. Esos privilegiados presenciaron la celebración que devino en feliz matrimonio, pues en los años siguientes los dos amigos colaboraron mutuamente para fortalecer distintas iniciativas.

“El Odín trabaja sobre la base de un pragmatismo: ‘tú apoyas a las víctimas, nosotros estamos de ese lado’. Así que el primer encuentro con Osvaldo en 1989 tuvo ese carácter, pero al mismo tiempo hubo algo que inmediatamente, a nivel de

‘animalidad’ o de vitalidad animal, nos juntó, porque él era muy exuberante, muy amante de la vida. (…)

Era un ser frágil, extremadamente amigable y abierto. Esa fue la primera sensación que tuve”, señala el director fundador de uno de los grupos teatrales más reconocidos de los últimos cincuenta años.

La Otra Butaca, destinó su homenaje al autor y gestor nacido en Colonia Berro, en su sección Perfiles. Biografías del teatro latinoamericano, de la octava edición de esta publicación. El libro aparecido recientemente por Inteatro, resulta también un gran y merecido tributo al autor de las Historias para ser contadas.

“Con Osvaldo esos días eran un exceso férvido, de actividades e ideas que se acabó justamente con un matrimonio donde el Odin se casó con la Eitalc, una parte de Europa se casó con una parte de Latinoamérica. Hicimos también un espectáculo sobre poemas latinoamericanos con música. Esa fue una de las iniciativas que recuerdo con más emoción”, relata un conmovido Barba. “Cuando murió fue como si un pedazo de esa patria, espiritual o ideal que tú tienes, con la que la profesión te favoreció o privilegió para construírtela, partiera definitivamente”, agrega el maestro.

“Al final de ese taller en Holstebro”, testimonia la puertoriqueña Rosa Luisa Márquez, “Barba hizo

una celebración. (…), y decidió hacer la fiesta de bodas entre la Escuela Internacional de Teatro para América Latina y el Caribe y el Odin. Nosotros, al principio estábamos un poco molestos porque vistió a Dragún de mujer y él era el hombre. Me pareció muy tierno que Dragún, que era lo que nosotros llamábamos un macharrán –porque tenía amores por todas partes-, se prestase con tanta inge-

nuidad y cariño a jugar el rol de la señora Eitalc. Fue muy dulce”.

Cabe resaltar que la “señora Eitalc” brindó hasta el presente 34 talleres por numerosos países del orbe, destacando entre sus docentes buena parte de lo mejor del teatro latinoamericano de las últimas décadas y permitiendo a cientos de teatreros, nutrirse de valiosos referentes de todo el mundo.

En tanto el “señor Odín”, uno de los más emblemáticos hacedores del Teatro de Grupo, con medio siglo de existencia, mantiene aún hoy esa presencia y encuentro con los teatros latinoamericanos.

03

Informe

Dirigir o la tarea de escribir en el escenario Mónica Borgogno

I

nspirados en la lectura de El director teatral ¿es o se hace? libro escrito por Víctor Arrojo, recién editado por Inteatro, emergió la necesidad de reflexionar sobre el tema.

En dicho texto, el mentor del grupo Cajamarca de Mendoza plantea a través de un recorrido de lo más didáctico y un sinnúmero de citas que invitan a más lecturas, una serie de interrogantes acerca de cuáles son las tareas esenciales de un director de teatro porque por lo general, dirá, se le asignan demasiadas.

Retomamos algunas de sus preguntas e invitamos a tres directores del Litoral, Lito Senkman, Valeria Folini y Oscar Lesa, para encontrar otras respuestas más acerca de qué significa dirigir una obra de teatro, qué pieza elegir, cómo mantener la atención y belleza de una puesta, cómo interesar al espectador contemporáneo.

“Yo no soy director, dirijo pero me falta mucho para ser director”, arrancó Lito Senkman, quien desde hace más de 25 años está al frente del Elenco rotativo de la Universidad Nacional de Entre Ríos y sobrado reconocimiento. “No es la lectura lo que te hace director, se pone en juego una cuestión personal y entre quienes

1

04

uno dirige. Por ejemplo, a mí siempre me gustó Tennessee Williams -con lo que más me identifico es con El zoo de cristal-; Aire de foxtrot de Mauricio Kartun hace mucho que la quiero hacer y por una cosa u otra no puedo, ese es uno de los problemas de la dirección; Discépolo, Defilippis Novoa, Gambaro, Chejov, El jardín de los cerezos, Harold Pinter, un maestro de los silencios, me gusta.

Todas estas obras tan disímiles están más cerca de mis imaginarios, mis necesidades, me invitan permanentemente a formularme preguntas, me atraen su discurso, la elección de las palabras, la adjetivación, cómo articulan una escena con otra”.

En la entrevista que ocurrió en un café de Paraná, Senkman insistió con el “entre”, lo dialógico del teatro. Lo dijo así: “Lo más importante es el encuentro entre dos, tres o cuatro personas para poder hacer lo que escribió fulano… y compartir, charlar criterios estéticos e ideológicos, aspectos fundamentales que producen sentido y estimulan la creatividad y las ganas.

Qué hacer es la pregunta fundamental, porque no se trata de hacer cualquier cosa”.

Para no morir. También habló

del teatro como acto político. En ese “entre” otros es donde se construye y dice políticamente. “Hacer teatro es comunicarse con el otro. Cuando uno escribe o dirige –uno escribe en el escenario-, lo hace de acuerdo a lo que le está pasando. Yo dirijo algunas cosas que puedo dirigir con personas que comparten lo mismo y ahí surge algo.

Me interesa dirigir cosas de otro, y eso es político también. Los norteamericanos, Miller, O Neil, siempre estaban permanentemente en la periferia, en el borde. A mí siempre me parece que me voy a caer al río y si no me caigo es porque la gente con la que estoy me hace desarrollar ese equilibrio para no caerme”, dijo y enseguida disparó una frase que quedó en el aire y lo sintetizó todo: “Uno hace teatro para no morirse, para que ese agujero negro no lo veas todo el tiempo. Históricamente eso siempre fue así para el artista, el poeta, el escritor”.

Formación. Formado en el Instituto de Teatro que dependía de la UBA junto a Oscar Fessler y posteriormente con Alberto Ure, entre otros, Senkman admitió que con el tiempo aprendió a ejercitar la autogestión “porque los papeles sirven para la vanidad de uno pero artísticamente tenes que crecer, cuestionar. Cuando en los 60 estudiábamos teatro, todo era realismo.

2

Veíamos Brecht, Dürrenmat, Cocteau, García lorca, Strindberg, Ibsen, Chejov. Nadie discute esto pero un día, con Hugo Midón le dijimos a Fessler, “¿algún argentino?”. “Y bueno, podemos hacer unas escenas de Roberto Cossa”, contó no sin imitar al maestro rumano. “¿Y Discépolo?, nos preguntábamos nosotros”.

Ante la consulta acerca del teatro de la región, Senkman apuntó la necesidad de “estudiar más, más formación, menos confrontación y más diálogo. Aprender a escuchar es lo más difícil en teatro.

Hace falta la sensibilidad de trabajar más con los actores. Cómo le pedís a un actor si no te abrís como director, por eso hace falta el encuentro entre el que se dice director y el que se dice actor”.

Construcción. Para Valeria Folini, directora de Amarillos Hijos, 5438, Jacinto Rojo o Nelly & Mike, entre otras obras, “la tarea de los actores, los dramaturgos, los actores, los técnicos consiste en construir universos y no, imitar a los que ya conocemos. Dentro de esa premisa de trabajo, la dirección consiste en dotar a ese universo de estructura, de reglas y muchas veces, crear las condiciones para que el nuevo universo aparezca”.

4

3

Su trabajo al frente de un grupo se rige por un par de postulados estéticos e ideológicos. En su proceso de dirigir “el espectador está en la sala desde el primer día de ensayo, e incluso antes: trabajo con la idea de espectador modelo, (aquellos para quienes hacemos el espectáculo). Cada espectáculo construye su público, así como los espectadores construyen en nosotros distintas formas escénicas. Asimismo el actor es la materia prima del teatro.

Mi trabajo como directora consiste en establecer una confrontación creativa entre las propuestas actorales y las de dirección. Son los actores los que deben golpear primero en este ring que llamamos proceso creativo”.

“El teatro es conflicto: el espectáculo no es más que la puesta en visión de las relaciones de producción de los creadores. La conflictividad excede todos los niveles de organización del espectáculo y lo atraviesa transversalmente. Por otra parte, la cuarta pared es un residuo arqueológico: el público no va al teatro a espiar sino a vivir una experiencia; sabemos que la obra no sucede en el escenario sino en la mente de los espectadores. Y finalmente, no somos los primeros que hacemos teatro, todo ya fue hecho. Es indispensable conocer a los padres para poder matarlos”, agregó Folini.

Deseo colectivo. No faltó la consulta sobre los proyectos u obras que le gustaría poner en escena: “Me gusta dirigir los proyectos que me

proponen mis colegas de Teatro del Bardo, son actores muy inteligentes y creativos, con una clara concepción del teatro que quieren hacer y esos proyectos son siempre los más estimulantes. Nosotros nos definimos como un grupo de actores que a veces dirigen, escriben, iluminan, etc. Es decir, el eje central de nuestro deseo como grupo es la actuación. Rara vez soy yo como directora quien propone una obra o un tema para comenzar a trabajar. Las obras nacen del deseo de los actores.

Desde 1998 estoy embarcada en poner en escenas tragedias y mitos griegos, ese proyecto no descansa nunca en mi cabeza. Ese universo estético me permite entrar en conflicto con mis preconceptos acerca del teatro y de la vida, y siempre me es fértil. En este momento estoy pergeñando una adaptación de Edipo en la que quiero actuar y dirigir. Hace muchos años que deseo dirigir Ivonne, princesa de Borgoña de Witold Gombrowicz pero aún no he encontrado la forma de proveerme los medios de producción para hacerlo.

Es una obra muy potente a todo nivel, imposible de definirla. Esa obra me está esperando”.

Ceremonia y misterio.

Oscar Lesa confesó cierta dificultad para describir la tarea del director puesto que “cada proceso demanda distintos desafíos que tienen que ver con los materiales, los procedimientos y las condiciones de producción.

El trabajo sobre éstos son los que van determinando el proceso mismo, y en

este sentido, generalmente se van abriendo nuevas vías a transitar. Cada obra implica no sólo nuevas tareas para el director sino también para los actores. Las obras en las que nos hemos tomado cierto tiempo para transitar e investigar algunas cuestiones, que en no pocas ocasiones aparecen por azar, hemos obtenido los mejores resultados. A riesgo de equivocarme, creo que son las obras las que definen la tarea del director, más allá de lo que yo mismo pueda decir. Intentando ver qué vasos comunicantes se pueden trazar en la producción de mis últimos años, quizá encuentro un ánimo por evitar que el espectador se sienta cómodo en la platea. Es decir, me gusta pensar que la obra más que representar algo, está manifestando un punto de vista, con el cual se puede estar de acuerdo o no, pero del cual no se puede salir indemne. Si se quiere, tal vez tenga que ver con recobrar algo de lo ceremonial, de la afectación, del misterio”.

Obsesiones. El director de Un eco más, obra que representó a la provincia en la Fiesta Nacional que se hizo en Salta, también compartió sus deseos. “Los proyectos que me gustarían dirigir siempre son los que dirijo en tiempo presente, los actuales. Ya de por sí, involucrarse en un proceso de puesta en escena es una aventura a futuro, y en este sentido no todos los proyectos siempre finalizan, a veces quedan truncos. En lo particular y en el horizonte cercano no veo futuros proyectos concretos, los mismos surgen

generalmente de lugares inesperados.

Tienen que ver con una vivencia, una anécdota con las que se genera al principio empatía o interés y terminan en obsesiones. No obstante, sí me atraen determinadas texturas: la dramaturgia de Samuel Beckett, de Heiner Müller, de Sarah Kane, entre muchos otros, que seguramente funcionan como referentes en mi imaginario. Además, el universo desmesurado y arbitrario de los dioses en los trágicos griegos, la tragedia isabelina, los elementos del grotesco discepoliano, los lugares híbridos, liminales. Indagar en posibles cruces con otros lenguajes como el sonoro o el visual que con las nuevas tecnologías se vuelven más accesibles”, confió.

Cuestión de fe. Por último se les preguntó qué aportes creían haber hecho al teatro de la región. “Se podría pensar, tal vez, como un aporte la labor que he desarrollado dentro de un grupo, en el sentido de creer en la actividad como una creación grupal, poder encontrar un cauce en donde los deseos individuales puedan ocupar un lugar y a su vez, no sólo resuenen en el otro sino que se amplifiquen”, aportó Lesa. En tanto Folini, respondió: “Sé cuál ha sido el aporte que he hecho al interno de mi grupo de pertenencia y es el siguiente: La convicción de que el teatro es una profesión que nos debemos construir cada día. Que es una decisión íntima y personal hacer de tu profesión tu medio de vida, y que es posible”.

Fotos 1. Gala Jáuregui, Pedro Peralta, Raúl Eusebi, Juan Carlos Gallego y el músico en escena, Ernesto Padilla en El guapo y la gorda, del santafesino J. Serralunga, bajo

dirección de Senkman.

2. Muñeca de A. Discépolo, dirigida por Lesa, con Raquel Freijó, Guillermo Vesco, Guillermo Mramor,

Pablo Dominguez, Adolfo Recchia y Martín Castagno.

3. Gabriela Trevisani y Juan Kohner en Amarillos Hijos, de Folini.

4. Mariela Princic, Gala Jáuregui, Claudia Varela, Judith Diment y Verónica Nardin en Quienáy, de R. Kreig, por el elenco de la UNER.

05

América terrenal y profunda foto gentileza de

“El mundo del ser, o sea el occidental, aparentemente ha resuelto el problema de la hostilidad del mundo, mediante la teoría y la técnica.

Pero si consideramos que esa solución consiste solamente en la creación de una segunda realidad, advertimos la precariedad de ésta”.

(América Profunda, Rodolfo Kusch)

Federico Sosa

Larisa Rivarola

D

esde que el dramaturgo Mauricio Kartun comenzó a desempeñarse como director de sus propias obras (1998 a la actualidad), éstas han evidenciado una actitud crítica frente a las formas de representación tradicional del teatro occidental, y a la vez, un profundo interés por abordar temáticamente la conformación de una identidad nacional. Terrenal (2014), su última obra, actualmente en cartel en el Teatro del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires, es la muestra más acabada de esta doble afirmación.

En dicho espectáculo, el autor, reelabora el mito de los hermanos Caín y Abel1 quienes conviven como obligados vecinos en un mismo lote en medio de tierra baldía. Abel (Claudio Da Passano) trabaja una vez a la semana vendiendo, como carnada, las larvas de los escarabajos que en la tierra se encuentran. Caín (Claudio Martínez Bel) cultiva morrones y los comercializa casi sin descanso. Tatita (Claudio Rissi), el padre, partió hace veinte años apenas comprado el lote y finalmente llegará, luego de una larga espera.

La cita de Rodolfo Kusch que inicia esta reseña es la que consideramos soporte ideológico, no sólo de Terrenal sino de la poética directorial de Mauricio Kartun. Kusch plantea una diferencia ontológica entre el mundo indígena y el mundo europeo y occidental, más específicamente entre la relación que tienen el americano y el europeo con el mundo. Distintas y opuestas. El primero mantiene una relación signada por la invocación, sin intentar superar la realidad que lo convoca, siendo parte de ella desde la complementariedad.

Por el contrario, el segundo, ha desarrollado la teoría y la técnica para dominar al mundo mediante la agresión. Capitalismo puro y sencillo.

Kusch plantea esta oposición denominándolas el hacer del europeo occidental y el mero estar o ser americano. Mauricio Kartun opone a Caín (productor morronero alienado en la tarea de lograr el ejemplar ideal) frente a Abel (criador de escarabajos que toma de la naturaleza lo necesario para vivir). El estado original americano es representado por Abel, y la nueva América colonizada, arrasada por el imperialismo, fagocitada por el capitalismo aparece en cuerpo y réplicas de Caín.

Y en esa oposición entre América y Europa apa-

1 Según relata el Génesis, Caín y Abel eran hijos de Adán y Eva. El primero era agricultor y el se-

06

recerá la génesis de nuestra identidad nacional. Esta reflexión del autor sobre nuestros orígenes como nación, tiene su correlato práctico en la elección del elenco y las decisiones tomadas desde la puesta en escena, recuperando nuestras formas teatrales originales.

Kartun se ubica en el estar al romper la estructura dramática clásica con un inicio in media res, en el que los personajes se presentan a sí mismos y a sus vínculos sin acción alguna concreta, hasta la llegada de Tatita. Luego del regreso habrá progresión.

Ahora bien, iniciar la obra de este modo requiere de actores que puedan sostener la pura digresión inicial. Entre los protagonistas, dos dominan la técnica del clown, característica del circo y el varieté, y el tercero posee un histrionismo y dominio corporal que le permiten desempeñar un trabajo de notable profundidad.

Cuerpos que pueden estar en escena y que en su aparente quietud, su mirada sostenida al compañero o al público y el tiempo de réplica dilatado, constituyen el verdadero conflicto, dándole a este último una forma nueva, lejos de todo planteo aristotélico (determinado por el hacer). Los tres actores brindan trabajos de una belleza y originalidad singular. Es en la elección de una estructura dramática fragmentada, en la utilización de técnicas interpretativas que pertenecen al origen de nuestro teatro nacional (la arena circense) como la técnica del clown y en la elección del elenco que encontramos el modo en que Mauricio Kartun recupera nuestra identidad teatral. Y esta recuperación la entendemos como aquella que le da contenido político a su poética, entendiendo a la política como el modo de empoderarse en pos de un objetivo trascendente. Terrenal cuestiona modelos de escritura y representación importa-

gundo pastor. Ambos ofrecieron sus sacrificios a Dios. Caín lo ofreció a desgano y Abel con fe. Por

dos e impuestos (resultantes en un realismo y un naturalismo provenientes de Europa que colonizaron nuestro teatro desde hace más de un siglo), desarrollando una forma teatral que dialoga con un presente social que le es afín y que aprehende la realidad como el devenir de un proceso histórico. Kartun elige, para este trabajo, actores que dominan herramientas interpretativas que identifican una técnica actoral históricamente despreciada por gran parte del campo intelectual porteño, la técnica del actor popular. Esto posibilita que los intérpretes, puedan sostener esta otra forma de relato que simula ser un espectáculo de variedades, compuesto por una sucesión constante de números. La escenografía da forma exacta a ese teatrito derruido y abandonado donde todo sucede; y allí, los hermanitos repiten sus números vistiendo ropas de niños atemporales. Mauricio Kartun recupera una parte fundante de nuestra identidad teatral, y expone la estructura perversa de un sistema (cuyo eje es el mercado) que aún nos rige y que se cuela en todas las disciplinas que el hombre desarrolla. El arte no es la excepción, el teatro menos. Pero Terrenal nos descubre lo propio de estas latitudes, conforma el modo en que su autor y director entrega una multiplicidad de cuestionamientos no sólo al espectador, en términos ideológicos, sino al teatro mismo en un acto de profunda autorreferencialidad.

El diálogo que el espectador, que se pretende activo, establece con la obra es el mismo que a cualquier sujeto le exige la coyuntura actual, y que Tatita magistralmente plantea sobre el final: ¿luchar por una causa o quejarse por los efectos?

Aquí Mauricio Kartun visibiliza una causa, tomemos esta posta entonces si de lucha se trata.

este motivo, se supone, Dios vio con buenos ojos la ofrenda de Abel. Caín, motivado por celos y despe-

cho mata a su hermano y así despierta la ira de dios, quien lo castiga obligándolo a una vida errante.

foto gentileza de

Nicolás Oviedo

Mecánicas

Nuevos teatristas, nuevas búsquedas Ricardo Dubatti

E

n el campo teatral actual encontramos cada vez una mayor cantidad de autores nuevos que están proponiendo novedosas formas de producir y pensar el teatro. Esta generación, nacida bajo los traumas de la Dictadura y el Neoliberalismo, produce en la actualidad un teatro de gran variedad que enriquece los mapas teatrales del país. El Festival Novísima Dramaturgia Argentina, cuya segunda edición recientemente ha terminado, tiene como objetivo fundamental la producción de espacios de visibilización para los autores menores de 35 años.

Surgido a partir del trabajo de becarios del Área de Investigaciones en Ciencias del Arte (AICA) del Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini (CCC), la segunda edición convocó a 11 dramaturgos, con seis espectáculos divididos en cuatro distintos espacios teatrales, más tres mesas de discusión y la presentación de una nueva antología dedicada a autores que están comenzando a producir sus búsquedas personales.

Los espectáculos fueron Paraíso, de Mariano Rapetti, Chinitos, de Juan Pablo Galimberti, Actriz, de Bárbara Molinari -estreno del festival-, Rats, casi un musical, de Sebastián Kirszner, Vos me decís que esto no es morir, de Diego Faturos, y Mecánicas, de Celina Rozenwurcel.

Los seis textos fueron reunidos en el volumen Jóvenes, Novísima Dramaturgia Argentina, publicado por Ediciones del CCC (2015), con cada texto acompañado por un breve trabajo introductorio de un crítico novísimo. Los autores de los textos seleccionados para las funciones Chinitos realizaron una mesa de presentación en la que se discutieron diversos desafíos y motivaciones que surgen a la hora de trabaa de foto gentilez

Carina Romagnoli

jar en el teatro independiente. En otra de las mesas teóricas participaron Patricio Abadi, Laura Eva Avelluto, Camila Fabbri, Andrea Marrazzi y Alfredo Staffolani, teatristas también, donde se sopesaron diversas problemáticas alrededor de cómo pensar el acto creativo. Además se realizó una mesa redonda de encuentro entre críticos e investigadores también menores de 35 años que trabajan para el AICA y el CONICET: Facundo Beret, María Fukelman, Federico Picasso, Laura Rauch, Jimena Trombetta -todos ellos colaboradores en Jóvenes-, María Eugenia Berenc y Ezequiel Obregón. Las temáticas de la mesa giraron alrededor de las diversas responsabilidades y posibilidades de formular pensamiento crítico en la actualidad.

El público, de igual manera que durante la primera edición del festival, acompañó con interés no solo las funciones sino también las propuestas teóricas. Las valiosas intervenciones teóricas serán desgrabadas y publicadas en próximos números de la revista Palos y Piedras (La Revista del CCC en Línea, www.centrocultural.coop).

El Festival Novísima Dramaturgia Argentina busca contribuir en dar visibilidad a la labor de los nuevos teatristas que están desarrollando sus propias voces, sus poéticas particulares.

Esto incluye poéticas de iniciación (autores que realizan su primera obra), de afirmación (autores que ya llevan más de un texto pero se encuentran expandiendo su trabajo) o de consolidación (autores que ya poseen un trabajo sostenido en el tiempo). Uno de los objetivos centrales del festival es trabajar desde la variedad, rasgo fundamental

Paraíso

de esta nueva generación. Proponemos que se puedan ver obras muy diversas que contienen en su núcleo formas de pensamiento que son propias de cada autor. Cada poética está producida en un contexto y según un modo de entender el teatro y el arte. Entendemos que no se puede hacer una separación entre el pensamiento sobre el teatro y el hacer teatral, sino que son parte de una misma acción creativa, más o menos consciente.

Mientras que las mesas teóricas tienen por fin, complementar la labor de las puestas y permitir a los espectadores una aproximación más rica a esa propuesta. Novísima Dramaturgia Argentina procura ser un acompañamiento, un ámbito de apoyo y de estimulación al trabajo de los autores más jóvenes y por tal motivo se produjo en esta segunda edición un corrimiento de eje: El festival ya no está centrado exclusivamente en dramaturgos nacidos entre 1981 y 1990, sino que ahora apunta a un concepto más dinámico que permita seguir de cerca los fenómenos más recientes, centrándose en autores menores de 35 años. Al mismo tiempo, como novedad de esta edición, surgió la necesidad de conectar los espacios. Así fue que algunas funciones de las obras seleccionadas se realizaron en espacios teatrales externos al CCC como el Beckett Teatro, Timbre 4 y un taller mecánico que colaboraron y generaron diálogos con otros espacios.

La intención es ofrecer al público muestras de lo que se está produciendo en la actualidad del campo teatral pero con el fin de que éste haga también sus propios recorridos.

Nos encontramos ante una serie de desafíos muy valiosos y por eso ya estamos trabajando en la próxima edición 2016, así como en una antología abocada a autores novísimos de las provincias del país. foto gentileza de Alexa

Bonetto

07

Perfiles

.

Biografías del teatro latinoamericano

Sebastián Salazar B Lima, 4 de febrero de 1924 - 4 de julio de 1965

N

“

ací en la calle Corazón de Jesús, en el barrio de la Chacarilla, en Lima, al lado de la iglesia de los Huérfanos -también llamada del Corazón de Jesús-, en el corazón de la ciudad. Mi hogar fue un hogar de clase media, formado por familias que venían de la provincia, viejas familias propietarias, pauperizadas por la invasión imperialista y, también, por la vida de lujos, de pompa, de señorío aristocrático que habían llevado en sus propias tierras natales. Y también desciendo de emigrantes franceses, posiblemente, si los pruritos genealógicos de un primo mío no han fracasado, de una familia judía del ghetto de Praga. Mi padre, Augusto Salazar, natural de Ferreñafe, emigrado del norte, de Chiclayo, se hizo de una relativa posición social y económica en el comercio, que hizo crisis alrededor de 1933 con una quiebra y con su muerte”.

Con estas palabras describió alguna vez, parte de su biografía, el peruano Sebastián Salazar Bondy.

Este influyente escritor -muy reconocido y estudiado por su ensayo Lima la horrible, también poeta y dramaturgo-, comenzó su formación escolar en el Colegio Alemán de la capital de Perú; pero a la muerte de su padre hubo de trasladarse al colegio de San Agustín, de los sacerdotes agustinos, también en Lima. “Yo creo que esa crisis económica que hizo pasar a mi familia de la posesión de un automóvil, de la posesión de ciertas comodidades, de la promesa de la educación en Europa, a la reducción a una o dos piezas --el resto de la casa se dedicaba a pensión para caballeros honorables, de preferencia extranjeros, con lo cual se solventaba un poco mi hogar--, ese paso de una cierta comodidad, no de la opulencia, Con su padre Augusto y su hermano Augusto César (izquierda), 1927.

08

Abelardo Oquendo, Mario Vargas Llosa y Sebastián Salazar y sus respectivas esposas.

a la estrechez económica, seguramente influyó muy poderosamente en mi infancia y vi el mundo desde ese momento como dividido en dos planos irreconciliables. Coincidentemente con esta crisis económica sobrevino la muerte de mi padre, que había intervenido en la política como partidario del general Sánchez Cerro, y que se había rodeado de ciertas amistades poderosas, importantes.

Desaparecido él, esas amistades se alejaron y los grandes paquetes de regalo de los amigos poderosos en los días de navidad desaparecieron también… la crisis significó igualmente un cambio de colegio. Pasamos al colegio San Agustín de Lima, un típico colegio de clase media, en cuyas aulas y con cuyos maestros conocí el mundo mágico de la vida religiosa, con el trance místico (ayudaba yo muy bien en la misa, todavía recuerdo las primeras palabras en latín), pero también conocí el mundo de las represiones, de las inhibiciones, de las prohibiciones, de los prejuicios y conocí un mundo de humillaciones que consistía en aquello de ‘Salazar, avísale a tu hermano que debe dos meses, que si no paga esos dos meses no dan examen’”.

A los 17 años ingresó a la Facultad de Letras de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, y a los 19 (1943) publicó su primer poemario: Rótulo de la esfinge, en colaboración con Antenor Samaniego; y meses después otro, titulado Bahía del dolor. En un fragmento del poema Confidencia en alta

voz, se puede deducir la esencia de sus textos, sus preocupaciones. ...“Escribo, como ven, y corro por las calles/ protesto y arrastro los grillos del descontento/ que a veces son alas en los pies,/ plumas al viento que surcan un azul oscuro,/ pero puedo quedarme quieto, puedo renunciar,/ puedo tener como cualquiera un miedo terrible,/ porque cometo errores y el aire me falta/ como me faltan el pecado, el pan, la risa, tantas cosas. /El tiempo es implacable como un número creciente/y comprendo que se suma en mi frente, en mis manos,/ en mis hombros, como un fardo,/y pertenezco al tiempo, a los documentos, a mi raza y mi país,/y cuando lo digo en el papel, cuando lo confieso,/ tengo ganas de que todos lo sepan y lloren conmigo”.

Sus obras teatrales probablemente fueron las más logradas de su momento. En ellas generalmente realiza crítica social, en más de una mediante comedias fáciles de entender, pero con mensajes más profundos que incitan a la reflexión sobre la realidad de su país. Su obra, coinciden los especialistas, denota un cierto influjo de Brecht y hoy, Salazar Bondy es, muy probablemente, el dramaturgo peruano más conocido.

Mostró gran interés en la pintura y llegó a dirigir el Instituto de Arte Contemporáneo de Lima e incentivar la creación de los jóvenes valores plásticos del país. También fue miembro fundador

Bondy del Movimiento Social Progresista (MSP) en 1956, junto con su hermano Augusto, Santiago Agurto Calver y Alberto Ruiz Eldredge.

Entre las obras de Sebastián Salazar Bondy encontramos: Amor, gran laberinto, farsa en dos actos, estrenada por la Compañía Nacional de Comedias, en 1947, en el Teatro Segura de Lima; Los novios, farsa en un acto, que se estrenó en nuestra revolución.

En 1963 dio a conocer Conducta sentimental, el Negro-Negro, de Lima; El fabricante de deudas, estrenada en 1962 por el grupo Histrión con en Caracas y El beso del caimán, juguete en un la dirección de José Velásquez; Algo que quiere acto, y pese a su prematuro fallecimiento al año morir, drama en tres actos, (1956) estrenado en siguiente, continúan apareciendo numerosos texel Club de Teatro, de Lima y editado en Buenos tos de una producción verdaderamente excepcioAires por Talía; Un cierto tic-tac, juguete en un nal: Dios en el cafetín, (1964, Lima); Cerámica acto, estrenado por el Club de Teatro, de Lima y peruana precolombina (La cerámica prehispániEl trapecio de la vida, monólogo estrenado en el ca), (1964, México D.F.), El fabricante de deudas, (1964) representado en Santiago de Chile por Teatro Municipal de Lima, entre otras.

Sebastián Salazar Bondy continuó escribien- Histrión Teatro de Arte, del Perú; Lima la horrido, publicando y estrenando comedias y dramas, ble, ensayo.

En 1965 La escuela de los chismes, comedia en su país y en el extranjero. De 1959 es la segunda edición de No hay isla feliz, en la selección de en tres actos, es estrenada en el teatro La Cabaña, Teatro Peruano Contemporáneo, de la editorial por Histrión, y se da a conocer El rabdomante, Aguilar, de Madrid. Al otro año recibió el premio pieza en un acto estrenada en 1966 que mereciera León de Greiff, instituido en Venezuela para poe- el Premio Nacional de Teatro póstumamente. En tas latinoamericanos, otorgado en mérito a Con- abril de ese año se conoció Ifigenia en el mercado, comedia musical de su autoría, con música de ducta sentimental.

En 1961 se publicó en Buenos Aires Teatro, Enrique Iturriaga.

En 1967 aparecieron los primeros tomos de sus que incluye Rodil, drama en tres actos estrenado en 1952, No hay isla feliz, (1954) Algo que quiere mo- Obras Completas: Comedias y juguetes (Obras rir, (drama en tres actos estrenado en 1956) y Flo- de Sebastián Salazar Bondy, Tomo I), sus Piezas ra Tristán, estampa en tres actos dedicada a Pablo Neruda (Losada) y se conoce Sólo una rosa, en Salazar Bondy junto a su colega y un acto, estrenada en el Club de Teatro, de Lima. amigo José María Arguedas, en 1950. (foto de Ximena Salazar Bondy).

Asimismo escribió El señor gallinazo vuelve a Lima, cuento infantil con el que se dio título a una exposición que repasa vida y obra del escritor e impulsor cultural, inaugurada a fines de 2014. Dicha muestra es un homenaje a este escritor e intelectual que desde el periodismo y otras tribunas contribuyó a dinamizar la vida cultural peruana de mediados del siglo XX. Un aspecto importante dentro de esta exposición fue el relacionado con su dramaturgia, pues es con Salazar Bondy que se profesionaliza el teatro en Lima, se aseguró en la capital peruana.

Hacia la década del 60, estrenó El fabricante de deudas, comedia en tres actos con canciones compuestas por él mismo, en el teatro La Cabaña, de Lima y publicó Cuba,

dramáticas (Tomo II, incluye un ensayo titulado “Sebastián Salazar Bondy en su teatro”, por José Miguel Oviedo), y Poesías (Tomo III).

Ya en 1990 se editó Una voz libre en el caos, ensayo y crítica de arte, selección de textos de Lucrecia Lostaunau de Garreaud, y en 2003 Escritos políticos y morales (Perú, 1954-1965), con estudio introductorio de Mario Vargas Llosa.

En el 2008 se publicó la quinta edición de Lima la horrible, con prólogo de Gilberto Triviños, María Nieves Alonso y Mario Rodríguez y epílogo de Carlos Germán Belli.

A los cuarenta y un años, Sebastián Salazar Bondy, el gran maestro peruano, falleció de un paro fulminante, justo cuando escribía una crónica en su escritorio de la revista Oiga. El director, reveló que cayó justo cuando había terminado esta frase: ‘Qué linda sería la vida si tuviera música de fondo’. Que “falleció”, es apenas una manera de cerrar esta biografía, ya que el limeño aparece hoy en la realidad de su país y del continente, más vivo que muchos otros autores.

09

¿Está vivo el teatro argentino?

2

Guillermo Meresman

D

el 20 al 29 de marzo se desarrolló en Salta la 30ª Fiesta Nacional del Teatro bajo el lema “La celebración de la memoria”. El encuentro reunió la producción escénica de casi cuarenta elencos de todo el país, seleccionados como cada año, por jurados definidos por el Instituto Nacional del Teatro (INT). A la vez, elencos salteños llegaron hasta localidades como Las Lajitas, Cafayate, Cachi o Cerrillos, entre otras, derramando historias y actuación en poblaciones a las que no siempre llega el teatro.

Fue una programación recargada de obras, más actividades de formación, charlas y presentaciones de libros.

Un primer balance de lo visto arriba de los distintos escenarios comenzaría por hacer notar una gran disparidad en cuanto a intensidad y calidad de las piezas. Desparejo, sería otro calificativo posible o simplemente, podría decirse que afloraron las desigualdades propias de la geografía nacional que dejaron planteadas algunas preguntas y debates en torno a la actualidad del arte dramático y también sobre los criterios de la mirada evaluadora.

“Estamos contentos porque mostramos Operativo Pindapoy (Córdoba) en condiciones óptimas pero está rara la fiesta –apuntó el director Juan Villegas-. Los problemas internos del Instituto Nacional del Teatro salieron a flor de piel en la apertura, donde nadie del organismo presentó la Fiesta y los teatristas, lo vivimos”.

En efecto, la ausencia de autoridades del INT en la inauguración, fue un signo de la actual crisis y cuestionamientos varios que atraviesan al organismo y que se filtró entre la gente de teatro.

Al respecto, Eugenia Hadan-

10

1

4 3

doniou, directora de Ser o no ser Hamlet (Córdoba) dijo no saber bien qué pasaba con el INT “pero tal vez es una buena obra de teatro porque nos mantiene a todos en tensión, y esa tensión es la que le falta a la escena teatral que vemos acá”. “Me pregunto qué queremos hacer cuando hacemos teatro, qué relación tenemos con lo que nos pasa a nivel personal o social. Veo que falta implicarnos más personal y artísticamente en lo social y adoptar un interés más profundo sobre lo que nos pasa”, deslizó.

No obstante las críticas, el gobierno salteño y doce municipios, se comprometieron con el desafío

de tamaña fiesta y con el correr de los días, la alegría fue ganando a la Casa de la Cultura y una decena de espacios más. Una gran infraestructura y la cordialidad y respuesta del público, distinguieron esta edición que no sólo será recordada por el número redondo de su aniversario.

En la apertura oficial, debemos agregar, se ofrecieron emotivos homenajes a teatristas argentinos fallecidos durante el último año, y por Entre Ríos fueron recordados y aplaudidos los retratos de los queridos artistas Lulo Aguilar y Verónica Kuttel.

En esos primeros días, miles de

espectadores asistieron al nuevo espectáculo Canciones de la murga uruguaya La trasnochada en la Plaza 9 de Julio, y a obras como Difuntas todas (San Juan), Teoría de la comedia romántica (Salta), La inapetencia (Corrientes) de Rafael Spregelburg y dirección de Raúl Barboza y Se me murió entre los brazos de Alberto Drago (Jujuy), dirigida por Silvina Montesinos.

También pudieron ver Niebla, de Rosario, interpretada por Antonela Pereyra, Eugenia San Pedro y Elisa María Pereyra, dirigidas por Andrea Ramos, que fue uno de los puntos altos de las primeras jornadas. Es una propuesta que deja ver

5

novedosas relaciones entre los personajes en juego y exhibe un gran despliegue físico de las bailarinas que portan un pesado y colorido vestuario.

Todo pasa. Ahora, como en toda fiesta, todo puede pasar. Que a César Brie se le suba al escenario un borracho en la mitad de la función de Fui, su última creación, y que tenga que entablar un diálogo imprevisto; que una llovizna constante afecte una función prevista al aire libre; o que los saturados golpes de una puerta hagan saltar de la butaca a cualquier espectador. Apenas anécdotas, infaltables. Pero también sobrevienen emociones, reflexión, encuentro entre público, artistas, maestros.

En efecto, más de 26.000 espectadores supieron aprovechar la presencia de unos 300 artistas que participaron de esta Fiesta.

Hubo clásicos, contemporáneos y nuevas experiencias conviviales como la acercada en Prueba I: el

espectador (Ciudad Autónoma de Buenos Aires), investigación de Matías Feldman, que ofreció varias funciones solamente para 20 personas por vez, con un elenco integrado por buenos actores, que suscitó algunas polémicas por lo atrevido e hiperrealista de la propuesta.

De CABA además llegó Crol.

Pequeño homenaje a nadadores pioneros, de Verónica Schreck, una novedosa propuesta en la que primaron buenas actuaciones y el protagonismo de la música, como en La Margarita (Tucumán), que acompañó al famoso poemario de Mauricio Rosenkof (escrito en cautiverio), con dirección de María José Stefani.

Otras piezas que tuvieron similar aceptación fueron Desde la lona, de Kartún, dirigida por Luis Molina (Chubut); Tiempos de paz, versión libre de la película homónima, dirigida por Daniel Posada (Mendoza); El fruto, de Patricia Suárez, dirigida por Ra1

Lucidos

E

ntre varios talleres, charlas y presentaciones de libros que se sucedieron, un lugar aparte merecieron las tres propuestas de Laboratorios que impartieron Víctor Arrojo (Mendoza), Verónica y Sandra Pérez Luna y César Romero de Manojo de calles (Tucumán) y Claudia Peña y Fernando Arancibia de La Faranda (Salta), integrantes de grupos muy reconocidos en la cartografía teatral nacional. Todos ellos transfirieron conocimientos y procedimientos de sus estéticas, a actores y directores de variadas regiones y en pocos días de trabajo, se atrevieron a muestras inspiradas en El acompañamiento de Carlos Gorostiza, que fueron muy festejadas por los colegas.

Asimismo, Marcelo Lacerna presentó el libro El director ¿es o se hace? de Arrojo; el investigador José Luis Valenzuela recogió y valoró la experiencia de 20 años de trabajo de Manojo de calles que presentó la segunda edición de su libro con una performance y, entre otros, Juan Tríbulo dio cuenta de El pensamiento vivo de Oscar Fessler, dos tomos que acaban de aparecer por Inteatro.

Para honrar la memoria y la trayectoria, se recordó no sin emoción, al Negro Carlos Armatta, quien falleció un día antes de recibir su premio trayectoria regional. Carlos Gorostiza, que a sus 94 saludó cálidamente a los presentes a través de un video, Toto López, Norberto Barruti y Cecilia Arcucci, fueron algunos de los que merecieron premiaciones del INT por su trabajo a lo largo de décadas.

La Faranda recibió todos los aplausos con Terrone, un personaje de grandes dimensiones, que despidió la Fiesta Nacional desde el escenario de la sala Dávalos.

de presentaciones de En una de las mesas Luis dolfo Pacheco, José Ro , nuevas ediciones ín. del Pa el Ari y ría ntama Valenzuela, Mauro Sa Cristina Idiarte, secret aria general del INT, junto a Terrone de La Farand a, en el cierre de la Fie sta.

án) de calles (Tucum El grupo Manojo s. ratorio uno de los Labo

ofreció

11

6

1 fael Garzaniti; una nueva versión de ¿Quienáy?, de Raúl Kreig, con la esmerada dirección de Javier Rivelli (Santa Cruz) y Lágrimas de pez, de Nicolás Blandi, con las actuaciones de Sol Busnelli, Federico Negri, Débora Palladito y Emiliano Dátola de la Provincia de Buenos Aires. Un eco más (Entre Ríos) puso en escena las historias mínimas y crudas de mujeres y sus recuerdos más íntimos de las ausencias y violencias de la última dictadura, y se llevó los aplausos de una sala colmada.

Las obras seleccionadas por Córdoba, Operativo Pindapoy y una versión libérrima de Hamlet, dirigida por Eugenia Hadandoniou, hicieron lucir a sus actores en gran despliegue: Rubén Gattino, Matías Unsain, Santiago San Paulo (que compartió ambos elencos), Martín Gaetán y Rodrigo Gagliardino, con los acompañamientos de Agustín Llinás y Nadir Medina

7

8

Una mariposa sobre la piedra

S

an Lorenzo es el municipio salteño donde empieza la quebrada y las yungas: un lugar único distante treinta minutos del centro de la capital provincial, donde suena las 24 horas del día el sonido de arroyos de montaña. De naturaleza exuberante, es uno de los bonitos sitios que visitantes a la Fiesta Nacional pudimos conocer.

Además, decenas de museos, bares y centros culturales hicieron que nuestra estadía fuera enamoradiza, como reza el slogan turístico.

Por esos días, el ministro de Cultura y Turismo, César Ovejero recibió una tarde en la Casa de la Cultura, donde se centralizó buena parte del trabajo logístico de tamaña movida, a parte de la prensa nacional y a La Otra Butaca.

Un joven funcionario que además de obsequiarnos valioso material cultural de La Linda, aportó cifras sorprendentes de la actividad que le compete y respondió con amabilidad a cuanta pregunta tuvimos ganas de hacerle, con colegas de Tucumán, Santa Fe, Paraná y Buenos Aires.

Y nos fuimos de esta provincia en la que pudimos apreciar que turismo y cultura se funden de verdad.

en la escena del Bardo. Fueron dos búsquedas innovadoras, seleccionadas entre 60 espectáculos de aquella provincia, y en ambos casos se agradecieron, pues continúan colocando a la Docta como valioso polo de producción escénica e investigativa, como faro de las últimas décadas.

Por varias razones Irma (cierro los ojos y veo), de Neuquén, dirigida por Gustavo Romero, estuvo entre las obras más apreciadas.

Una sensible Mariela Roa, autora del texto, interpretó a una pequeña mujer de un desolado paraje del Chaco que espera y mientras espera a su marido para el inicio de una particular muestra fotográfica, nos acerca su existencia y nos conmueve. Esas fotos de paisajes enormes y deshabitados “le permiten a Irma hablar de su existencia en un paraje donde viven 152 personas, de su incomodidad, de su profunda soledad, de sus sueños comunes”, comentó al respecto Fabio Ladetto, periodista de La Gaceta (Tucumán).

Para tener en cuenta

T

anto Fui, de Brie, como El rastro, con dirección de Alejandro Tantanian y una interpretación extraordinaria de Analía Couceyro, responsable de la versión libre de la novela de Margo Glantz, estuvieron entre los espectáculos más ovacionados, aunque sus presencias no estuvieron escogidas por jurado alguno, fueron los invitados a este convite.

En ambos casos, historias emotivas y actuaciones sobresalientes, levantaron el promedio de eficacia y captaron la atención de los asistentes.

En tanto apretado balance, nos quedan por mencionar muchas obras y nombres que fueron relevantes en el transcurrir de los días. Pero la síntesis es, por supuesto, relativa y algo antojadiza.

Aceptar estar en la Fiesta del Teatro, tiene sus riesgos, algo con lo que los teatristas y grupos están acostumbrados a lidiar, como por ejemplo la actuación en espacios muy distintos a los originales -y mucho más amplios-, o a veces, el boicot del propio público, como señaló César Brie en su diálogo público. Asumir riesgos y continuar la marcha, es lo que incluso el teatro no debe dejar de hacer. Más allá o más acá del INT y su Consejo Directivo, más acá o más allá de sus disputas y enmiendas.

Fotos Tapa: Ser o no ser Hamlet, de la joven cordobesa Eugenia Hadandoniou, fue un derroche de recursos sonoros y visuales, donde lo espacial y las actuaciones trasladaron tópicos de la modernidad a escena.

2. En La razón blindada, de Arístides Vargas, los trabajos de Fernando Repetto y Gustavo Wilson (Provincia de Buenos Aires), dieron cuerpo y emoción a un poético texto dramático.

1. Irma, que emprenderá giras en los próximos meses, estuvo entre las obras que más gustaron.

3. Lágrimas de pez, escrita y dirigida por Nicolás Blandi, entre las más aclamadas.

12

4. El elenco de Hamlet de Córdoba, llegó a Salta y agotó entradas tres días antes de su función.

5. Analía Couceyro fue una de las importantes figuras del teatro argentino que estuvo en la capital de Salta.

6. ¿Quienay?, con Alejandra Álvarez, Valeria Cano, Carmen

Coronel, Beatriz Altamirano e Iris Concepción.

7. Prueba 1: el espectador, con actuaciones de Javier Drogas, Braian Kobla, Andrés Caminos y Juliana Muras.

8. Las bailarinas de Niebla (Rosario) cautivaron al público con su despliegue escénico.

Los qué de

M

LA OTRA BUTACA

ariano Tenconi Blanco, autor y director de La Fiera -protagonizada por Iride Mockert, con música en vivo de Sonia Alvarez e Ian Shifres, es el invitado de esta sección. Esta reconocida obra estuvo en los festivales de Rafaela, Santiago de Chile y en marzo último, San Sebastián y siguen con funciones en el Teatro El Extranjero.

Según nos anticipó este joven artista, en julio estrenará Futuro, también de su autoría y dirección, con María Canale, Martina Juncadella, Violeta Castillo y Manuela Vecino, música de Ian Shifres, producida por Carolina Castro. Eso será en el Centro Cultural San Martin de Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

“Me parece buenísimo que la entrevista esté cifrada en estas tres preguntas ya que básicamente no hago (ni me interesa) hacer mucho más. Leo, escucho, veo; y después escribo, doy clases y ensayo. Y no es un acto pretencioso o militante; es simplemente lo único que disfruto. Me siento ridículo en una pileta, o de vacaciones. Todo lo que no implique la mayoría de esas seis cosas va, seguramente, a aburrirme”, nos aclaró Tenconi Blanco antes de responder.

¿Qué leo?

Leo mucho, todo el tiempo, siempre. Pero, paradójicamente, como escribo mucho siempre estoy leyendo algo relacionado a lo que escribo, o ensayo. Así, en los últimos proyectos aprendí que podía hacer algo interesante, y que era elegir proyectos de escritura que me llevaran a leer lo que yo quería leer. Entonces, básicamente, los últimos proyectos de escritura han surgido como proyectos de lectura. Y esto es, por un lado, un capricho o un antojo, y por el otro una forma de concebir la creación.

Toda escritura es relectura, toda creación es recreación.

En julio de este año estreno una obra que se llama Futuro y que va, básicamente, de una banda de rock de cuatro chicas grabando su segundo disco. Como dije antes, buena parte de la idea de origen estuvo basada en mis ganas de leer poesía y también sobre rock. La génesis conceptual de esta obra son Postpunk y Retromanía de Simon Reynolds, y Postproducción y Estética Relacional de Bourriaud. También leí mucha poesía argentina de autores muy jóvenes. Entre la enorme cantidad de poesía se encuentran Francisco Bitar, Ezequiel Alemian,

Miguel Ángel Petrecca, Julia Enríquez, Rosina Lozeco, Daiana Henderson. Con todas esas voces hice un enorme rémix para construir las voces de las cuatro protagonistas de la obra.

Ahora, mientras ensayamos, sigo leyendo mucho. Ayer terminé Primavera Ninja de Luis Orani. Estoy empezando A visit from the goon squad de Jeniffer Egan, y Generación Hip Hop de Jeff Chang. Al margen de ese proyecto, entre mis lecturas “por fuera”, me acabo de comprar la obra completa de Giannuzzi, poeta amado del que había leído tres libros. Y también empecé con el primero de Knausgard, La muerte del padre.

¿Qué escucho?

Muchísimo. Mis bandas del último tiempo son Ariel Pink, Arcade Fire, The Strokes, Easter, CRIM3S, Crystal Castles, Vampire Weekend. Pero también, hace tiempo, estoy incursionando en la música electrónica, sobre todo el house. E igualmente con el hip hop. Y últimamente estuve escuchando mucho Synth Pop y New Pop: Human League, ABC, Simple Minds, Heaven 17 y sobre todo Soft Cell.

De acá me gusta mucho Él Mató a un Policía Motorizado, pero también otras cosas como Diosque, Violeta Castillo o Mueran Humanos, a quienes fui a ver a fines del año pasado, y fue alucinante.

¿Qué veo?

Suelo ver mucho en diciembre y enero, porque después cuando empiezan los ensayos y las clases empiezo a tener menos tiempo, y sigo viendo pero más espaciadamente. Así que aproveché bastante lo poco y nada que pasa en

estos dos meses para ver bastante.

En cine, me plegué a la corriente de películas candidateadas al Oscar y las vi casi todas. Ninguna me voló la cabeza, o sí, Boyhood, que la había visto el año pasado. De Birdman me gustó mucho que Iñarritu se corra tanto de su propia estética, lo considero valiente, y me gustó mucho Edward Norton.

Foxcatcher me gustó, sobre todo Carrell.

Whiplash me gustó la primera hora; luego no aboné demasiado los giros de trama, para mí caprichosos o facilistas. Me encantó el pelado Simmons. Nightcrawler no me gustó, Gone Girl tampoco. Ya fuera de Hollywood me alucinó la última de los Dardenne, Dos días, una noche, y Marion Cotillard está verdaderamente increíble. Otra que me gustó es una suerte de Chejov turco llamado Sueño de Invierno, de Nuri Ceylan.

Series: Nunca fui de ver muchas, pero sí veo las cortas o las que todavía no llevan mil temporadas. El año pasado me gustó True Detective. Este año, lo que va de este año, aluciné con Olive Kiterridge. De las clásicas soy eterno fanático de Mad Men. Teatro: lo que más me gustó, el año pasado, fue Maruja Enamorada y Jarry.

Maruja es una obra super sensible, y Maruja Bustamante e Iti –los protagonistas- están divinos, armando un procedimiento de ficción muy lúdico para contar una vida, para reescribirla. Jarry es de una libertad asombrosa, con un grupo de actores muy bueno, y esa especie de libertad exacerbada extrañamente, hermosamente, en algún momento empieza a producir sentido. Ojalá reestrenen estas dos obras.

Volvería a verlas.

13

Maestros

La palabra de los que saben Desde 1948, con el fin de promover el intercambio internacional de conocimientos y prácticas en el ámbito de las artes escénicas, el Instituto Internacional de Teatro (ITI) desarrolla diversas acciones.

Una de ellas, consiste en convocar a grandes maestros e invitarlos a compartir sus reflexiones. Aquí simplemente, les acercamos los poco difundidos discursos de Jean Cocteau y Ellen Stewart.

P

or gracia del privilegio teatral, se da esa paradoja de que la historia –que se deforma a la larga- y el mito –que a la larga se fortalece-, encuentran su verdadera realidad sobre las tablas.

Sin duda, sería ventajoso que un faquir viniera a hipnotizar a toda una sala de teatro para convencerla de que ha estado ante un espectáculo sublime; pero desgraciadamente ese faquir no existe y no corresponde al dramaturgo provocar, con sus modestos medios, esa hipnosis colectiva y hacer que los hombres compartan su ensoñación, porque el sueño y los sueños ponen una especie de genio al alcance de todos los bolsillos. El teatro, imitando ese fenómeno, reclama del público una disponibilidad casi infantil, porque el mejor público es, aún hoy, el público de las marionetas y el nuestro sería de esa categoría si llega a perder su orgullosa resistencia y se pusiera en la situación de gritar, por ejemplo, a Edipo: “¡No te cases con Yocasta! ¡Es tu madre!”

Sin ir tan lejos, el fenómeno se produce de algún modo, y así ocurre que un conjunto de espectadores se desindividualiza en beneficio de un pensamiento extraño que es adoptado y con el que se colabora. Tal conjunto se convierte en una sola persona de alma casi niña; es una persona que deja sus creencias en el guardarropa y renuncia a recogerlas a la salida.

La verdadera admiración nos surge por el encuentro de ideas comunes. La verdadera admiración reside en compartir ideas que no son nues-

tras, hasta el punto de hacernos a la idea de que podemos ser sus autores.

Es pues, en suma, una forma de amor; ya que, en el amor, los antagonismos celebran su casamiento. El papel del teatro viene a ser, precisamente, un ejemplo de esa ósmosis y el gran intérprete es ese artista que da la impresión de estar improvisando, inventando el texto: improvisando e inventando algo distinto para cada uno. (…) La Jornada Mundial del Teatro señalará el acontecimiento de estas bodas profundas, en las que lo singular y lo plural, lo objetivo y lo subjetivo, lo consciente y lo inconsciente, presentan los prestigiosos monstruos que de tales bodas resultan. (…)

Los pueblos, gracias a las Jornadas Mundiales de Teatro, tomarán conciencia, al fin, de sus riquezas y colaborarán en una alta empresa de paz.

Decía Nietzsche: “Las ideas que cambian la faz del mundo vienen como en patas de paloma”. Y puede que sea este medio, tan frecuentemente ilimitado al simple pretexto de gustar, el que dote a la juventud de una Sorbona brillante y viva, de diálogos en carne y hueso. Mientras que las fatigas del estudio hacen perder a las obras maestras su violencia original y las debilitan.

Yo añado: dicen que la máquina ha asentado el golpe de gracia al teatro. No me lo creo, y, puesto que el Instituto Internacional de Teatro me encarga

Ellen Stewart Discurso de 1975.

Directora y productora de teatro estadounidense, nacida en Alexandria, Luisiana en 1919, y fallecida en enero de 2011. Creó en 1961 Café MaMa, espacio experimental que se especializó en teatro integrado con la danza, la música y el drama, por el que pasaron grandes actores. Stewart recorrió casi todo el mundo y ganó diversos premios a la creación teatral.

14

P

ermítanme agradecerles esta oportunidad de hablar con ustedes en este día, el Día Mundial del Teatro.

Creo de todo corazón que debemos continuar

que tome la palabra en su nombre, declaro, como antes se hacía para los reyes, y variando un poco la fórmula: “¡Si el teatro ha muerto, viva el teatro!

Jean Cocteau

Discurso pronunciado en 196 2 (Traducción de Alfonso Sastre)

Poeta, novelista, dramaturgo, diseñador, guionista y director de cine francés nacido en 1889 y muerto en 1963. Su obra ejerció gran influencia en la de otros muchos escritores. Introductor del surrealismo en el cine francés, sus películas son consideradas clásicos del cine moderno.

hablándonos con tolerancia y comprensión en todos los rincones de este mundo, o pereceremos. Nosotros, los hombres y mujeres de teatro, hemos trabajado en muchos lugares y en muchas lenguas. Nos hemos dado la bienvenida unos a otros en nuestros teatros y en estos contactos hemos sido enriquecidos sin medida tanto en mente como en espíritu.

El teatro puede generar amor, y el amor es la energía de la supervivencia. En medio de mis temores por todas nuestras vidas y por nuestro futuro, me alegro, porque sé que los artistas de teatro ya han comenzado a unir sus manos alrededor de este mundo. Y espero que un día el círculo se complete en un enorme abrazo.

Actualidad Campamento de verano Del 13 al 15 de febrero, Basavilbaso recibió por segundo año, a gente de teatro de numerosos lugares del país, con el agregado de un puñado de colegas internacionales. Una nutrida delegación compartió propuestas, talleres, conversaciones, en un esfuerzo destacable por parte de los anfitriones, coordinados por Eugenio Rodríguez.

El intendente así como otras autoridades del Gobierno, brindaron su respaldo en la mañana del sábado a la actividad cultural, en momentos en que en la Biblioteca Luz Obrera –que posee parte de la biblioteca personal de Lucho Schwartzman-, se presentó el libro de César Escudero Ponele humor al teatro, y la edición última de La Otra Butaca.

La presencia de gran cantidad de estudiantes que colaboran y acceden con avidez a obras de diversas jerarquías artísticas, con entradas a la

gorra, fue el denominador común de ambas ediciones de este campamento teatral.

Este verano la programación incluyó a Oscar Pérez (Pehuajó, Pcia. de Buenos Aires) que brindó Potestad, de Tato Pavlovsky; la Cía. Teastral (Paraná) llevó 1…2…3 probando y congregó mucho público, y Anne Bartoli (La Paz) quien compuso al personaje femenino del monólogo La mujer sola, de Dario Fo, y que pudo verse en la pequeña sala con la que actualmente cuenta la ciudad. También hubieron visitas de Crespo, San Jaime de la Frontera, Victoria, Cañada de Gómez (Santa Fe), Maciá, Gualeguaychú y Hernández, que disfrutaron la tranquilidad de la localidad y la amabilidad de sus vecinos.

Profesorado en Teatro

La Facultad de Humanidades, Artes y Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma de Entre Ríos, decidió finalmente elevar el rango de sus estudios teatrales en la capital provincial, y abrió el nivel superior en sus estudios de arte escénico.

La carrera, que se dicta también en Gualeguaychú desde hace unos años, generó mucho interés: Alrededor de 50 estudiantes aprobaron el curso de ingreso y se predisponen a cursar el profesorado. A la espera de la habilitación inminente de su remodelada sede en calle Italia, el Profesorado en Teatro funciona en el marco de la Escuela de Música, Danza y Teatro Prof. Constancio Carminio, y ofrece en Paraná, una sólida formación teórica y práctica, que se espera sirva para mejorar la producción y la enseñanza del teatro en el sistema educativo formal y no formal.

Un rayo poético

Comenzó a distribuirse el año pasado El rayo verde, una prolija edición de Viajero insomne, resultante del taller que coordina, hace algunos años y en Buenos Aires, el poeta Osvaldo Bossi. El volumen concentra parte

de la importante producción de escritores éditos, que asombra a la literatura argentina con sus voces bien personales.

Ellos son: Natalia Romero, Juan Cristóbal Miranda, Martín Sánchez, Verónica Yattah,

En tanto apretada nota, se puede augurar un crecimiento del encuentro y su impacto en la zona. A propósito de este deseo, Rodríguez señaló: “Queremos iniciar obras en el antiguo Cine Teatro Astral, y volverlo a la vida”, en alusión a los avatares de la que, en su momento, fue una de las salas más bonitas de la provincia. En desuso desde hace muchos años, y recuperada hace poco por el Municipio del Departamento Concepción del Uruguay, los pasos a seguir se orientan a crear una ONG, y solicitar ayuda para su recuperación. Dicho espacio tuvo su último uso, como boliche, y a través de las rejas se vio el deterioro casi absoluto de la planta baja y de los palcos. “Es un patrimonio de los que ya no se ven más, es un tesoro de la región”, apuntó Eugenio señalando la fachada del ex Astral, con su original frente de ladrillos crudos a la vista.

En San Telmo

Atelier Espinosa es una vidriería y marquería familiar ubicada desde hace 50 años, en la esquina de Cochabamba y Chacabuco. Proyecto Espinosa, interviene las vidrieras de ese espacio “tomando la calle” como una reivindicación con implicancias sociales, culturales y política. Espacios donde las obras interpelen directamente al observador, sin la mediación de galeristas, curadores o críticos. Genera una energía que se contagia, se asegura ahora desde una publicación que difunde a este colectivo de trabajo que se muestra y comparte (como la misma comida que a veces se cuece en la vereda). Nora Lezano, Andrea Castaño, Alejandro Pihué y Mauro López, son algunos de los destacados fotógrafos y artistas gráficos que conmueven con sus imágenes, expuestas durante los últimos tres años en Buenos Aires, y ahora disponibles en este nuevo catálogo recién aparecido.

Sudamérica renace (2009) de Nora Lezano Javier Roldán, Hugo Zonáglez, Emilio Hernán Herrera, Martín Vázquez Grillé, Jotape Rodríguez, Gustavo Gottfried, Silvana Proto, Joaquín Oreña, Mariana Suozzo, Guido Delía y Rocío Macarena. “Si la soledad está unida al hecho de escribir, el taller de escritura hace de esta condición, una secreta cualidad amable. Ninguna galería de espejos.

Todo lo contrario. Cada texto, al caer sobre la mesa de trabajo, se convierte

inmediatamente en materia de aventura, entrando a formar parte de ese otro viaje, más o menos inagotable, hacia nosotros mismos. (…) Le pusimos El rayo verde. Entre otras razones, porque ese nombre, sacado de una novela de Julio Verne, señala ese camino de belleza y de incertidumbre que –si no me equivoco- ilumina toda palabra verdadera”, señala Bossi. La belleza de tapa preanuncia el encuentro con ese tipo de palabras.

15

Publicaciones recibidas Diversos rosarinos Eclécticos teatrales, de la web al papel, es una publicación de la Asociación Civil Teatro en Rosario, que recoge parte de su importante producción difundida entre 2012 y 2013 en www.teatroenrosario.com Ahora, como se dice en la presentación, esta diversidad construida por actores, bailarines, coreógrafos, directores, titiriteros, dramaturgos, docentes y críticos, confluye en un volumen cuyo principal rasgo es su pluralismo discursivo y la convivencia de distintos posicionamientos y puntos de vista respecto a las artes escénicas locales y regionales. Dividido en cinco capítulos –Teatro en su tinta, Tintas rosarinas, Sobre la crítica, Actuaciones en foco y Qué veo- el libro reúne artículos de un significativo número de colaboradores creadores. Así, aunque algunos textos puedan sernos conocidos, otros resultan de gran valor y originalidad, abren nuevos diálogos, remiten a viejos enunciados a veces, o a espectáculos recientes.

Son los casos del “Epílogo tardío” de Jorge Ricci y de “Un éxito” de Alejandro Catalán –a propósito del reestreno de Amar. Un “texto que no fue” de Rafael Spregelburd (“El ocaso del significado”), con testimonios de Rody Bertol, Mónica Discépola, Pablo Fossa, Gustavo Postiglione, Clide Tello (sobre Eugenio Filipelli) y Marcelo Díaz (sobre Norberto Campos), entre muchos otros autores o artistas destacados, que abordan ángulos del “hacer” y del “pensar ese hacer”, como exige la más actual teatrología.

También hay interesantes notas de Nadia Grisetti y Adrián Giampani y Mariana Frane sobre otras disciplinas escénicas. Se trata de un gran trabajo del equipo integrado por Paula García Jurado, Romina Mazzadi Arro y Yanina Mennelli, que esperan sostener la periodicidad del emprendimiento.

Comparaciones El V Congreso Argentino Internacional de Teatro Comparado, reunió a fines de 2011 en Gualeguaychú a un numeroso grupo de investigadores y realizadores nucleados en esta disciplina de la teatrología iniciada en Argentina. Estos congresos bianuales organizados por ATEACOMP, con el impulso fundador de Jorge Dubatti, van realizándose en distintas sedes universitarias del país, y al realizado en Tandil, continuó éste del que ahora se publicaron sus Actas, de gran variedad temática.

El volumen recién editado, de más de 450 páginas, viene a subsanar las dificultades de circulación del abundante y diverso material teórico que se produce en los ámbitos académicos. ATEACOMP -como AINCRIT y en menor medida el GETEA-, posibilita así que nuevas voces que han acompañado el crecimiento cuantitativo al menos, del teatro argentino, sean oídas por gestores y programadores de nuestro sistema teatral, como de otros sistemas vecinos.

El trabajo constituye un muestrario que incluye agudas exposiciones del propio Dubatti, Aldo Pricco (actual Presidente de Ateacomp), Lucas Margarit (sobre Shakespeare, Calderón y la propaganda), Araceli Lawrence (sobre tres versiones de Edipo), Silvia Hansman y Susana Skura (sobre debates en torno a la conformación de un canon de teatro ídish argentino), Pamela Brownell y Ariel Pichersky, además de artículos firmados por Valeria Folini, Adriana González y Guillermo Meresman, sobre la llegada de lo disciplinario a Entre Ríos.

Premio Roberto Arlt El jurado del 1er. Concurso Universitario de Dramaturgia Roberto Arlt, integrado por Patricia Zangaro, Lautaro Vilo y Bernardo Carey- eligió por unanimidad El vuelo de la mosca de Mariano Saba como Primer Premio, a Abel, beautiful boy de Luis Quinteros como Segundo Premio y El fondo patriótico de Nelson Mallach como primera mención. Este certamen organizado por el IUNA y Argentores (2013) también otorgó menciones a los textos de Mariela Finkelstein y Gonzalo Bueno.

Los tres primeros trabajos ya fueron publicados y llegaron hasta nuestras manos.

Uno de nuestros redactores, Raúl Dayub, leyó la pieza de Saba y comentó: “Ya desde el inicio uno se da cuenta que la palabra está trabajada, horneada con fineza. Los diálogos salpicados con sutilezas de fina estampa de campo hasta en lo grosero, son como de otro tiempo pero se acercan a nosotros por su fuerza literaria.

Los conflictos están presentes desde el inicio. Es la historia de la infelicidad presente entre los billetes, la falsedad vivoreando entre las familias de noble apellido; la riqueza que encarcela a la voluntad de vivir. La historia se juega detrás de los personajes refinados pero descosidos en su interior, venidos a menos en lo material y en lo humano. Hay sorpresa y hay ingenio, hay un final trágico pero que se asienta sobre los pastizales de las propias palabras, como esos campos que se queman para mejorar la tierra. Así se mata al peón para que viva el poema. La obra es un manchón de cenizas desde donde se espera que aparezca el filón salvador. Pero es inevitable que la tragedia abrace todas las cosas, eso es inherente a lo humano”.