2.1.- RELATOS HISTÓRICOS PREVIOS AL NACIMIENTO
Después que nació San Juan Bautista, María quién también estaba embarazada, salió de la casa de Isabel a Jerusalén para tener su hijo, se encontró con esta situación: Que el Emperador César Augusto, había ordenado un censo de la población y los grupos familiares debían de ir al lugar de origen de su estirpe, ella era de la estirpe de David y por ello se fue a Belén y allí se encontró que no había posada alguna para pernoctar, ni siquiera había la que prestaban a los peregrino, pero una familia del lugar le dio alojamiento en su casa, allí, había un grande establo, en esa época y actualmente muchas familias duermen con los animales, en este sitió María preparó un pesebre y el 25 de Diciembre nace el Niño Dios, al lugar se presentaron los vecinos, los pastores y después de dos año, llegaron los Reyes Magos: Melchor, alto y pelirrojo, le regaló oro, que representaba la realeza del Señor; a su vez, él representaba el Continente Europeo. Gaspar, hombre de estatura baja de piel trigueña, le regaló incienso, son unas cenizas, que con la combustión produce un humo perfumado, que se utiliza para darle carácter sagrado a los altares y a las personas, dicho personaje representaba al Continente Asiático; y Baltazar le trajo, en una pequeña caja de madera, mirra, que es un aceite que se utiliza para preparar los cadáveres para su sepultura. Representaba al Continente Africano. Nota adicional: Desde su nacimiento le anunciaban la muerte.
LA NATIVIDAD
En la época del Imperio Romano era común el censo de la población para establecer un control directo sobre ellos en lo que respectaba a su vida y sus bienes. Así se promulgó el Edicto de César Augusto, mandando a empadronar a todo el mundo, cada cual a la ciudad de su estirpe. José se fue a la ciudad de David que se llama Belén para empadronarse con María, su esposa, quien estaba embarazada. Y sucedió que hallándose allí le llegó la hora del parto y parió su hijo
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primogénito y envolviéndolo en pañales lo acostó en un pesebre, porque no hubo lugar para ellos en el mesón.
Pero había en la región unos pastores que pernoctaban en el lugar, a quienes se les presentó un ángel del Señor anunciándoles el nacimiento del Niño Jesús, y les dijo: “No temáis, os traigo una buena nueva, una gran alegría que es para todo el pueblo, pues hoy ha nacido en la ciudad de David el Salvador, que es el Christo o Mesías, el Señor nuestro; hallaréis al niño envuelto en pañales y reclinado en un pesebre”. Al instante se juntó con el ángel una multitud del ejército celestial alabando a Dios diciendo: “Gloria a Dios a las alturas y Paz en la tierra a los hombres de buena voluntad”.
A los ocho días cumplidos del nacimiento del Niño, debía presentarse al Templo para la circuncisión y le pusieron el nombre de Jesús, impuesto por el ángel antes de ser concebido en el seno. Según está escrito en la Ley del Señor, que todo primogénito sea consagrado al Señor y para ofrecer en sacrificio, según lo previsto en la referida Ley, un par de tórtolos o dos pichones. Pero había en Jerusalén un hombre llamado Simeón, justo y piadoso; le había sido revelado por el espíritu Santo que no vería la muerte antes de ver al Cristo del Señor. Movido del Espíritu Santo se fue al Templo y encontró a los padres con el niño y lo tomó en sus brazos y bendiciendo a Dios dijo a María, su madre: “Mira este niño que ves, está destinado para ruina y para resurrección de muchos en Israel y para ser el blanco de la contradicción de los hombres; lo que será para ti misma una espada que traspasará tu alma a fin de que sean descubiertos los pensamientos ocultos en los corazones de muchos”.
DemaneraquedeMaríanacióJesúselMesías(Mt.1,16).LaprofecíadeSimeónsecumplióexactamentedeuna maneraasombrosaenelsufrimientomásgrandequepuedarecibirunaMadrealverysentirlamuertedesu propiohijoconlapenamáscrueldelahumanidad:laCrucifixión;aquílaespadaatravesósualmallenadedolor. Peroyaconocemosqueestesufrimientofuenuestrasalvaciónylacrucifixiónsetradujoenunanuevavida mediantelaresurrección.ElmundoexigeunanuevavidacentradaenJesúsdeNazareth,dondeestemos reconciliadosconnosotrosmismos,conelprójimoyconDios;eselparadigmadelaPaz.
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Los venezolanos anhelamos, en hora buena, el nacimiento de una Venezuela reconciliada con todos, sin odios sociales, viviendo en plena Democracia, sin intervención de doctrinas extranjerizantes y falsos ídolos que sólo buscan imponer directrices que nacen del pecado, queriendo soslayar e incitar al pueblo a la traición de su propia fe católica. Por ello Jesús dijo del que lo iba a traicionar, que
más le valiera no haber nacido (Mt. 26, 24). Pecado gravísimo, castigo peor que el no existir. Jesús afirmó ante Pilatos que había nacido para ser testigo de la verdad (Jn. 18, 37), de la suprema verdad que es Dios, a quien Él ha revelado al mundo. Pilatos no entendió esta verdad; para él la verdad era la Gloria y el Mundo Social en que vivía, tal como los que hoy ostentan el poder omnímodo dilapidando los dineros del Tesoro Nacional.
Se puede nacer de lo alto (Jn. 3, 7); es decir de Dios, cuando uno se decide por una nueva existencia espiritual que sólo en Dios puede tener su origen. Esta nueva existencia se adquiere por la fe, que es un don de Dios; es así como el hombre nace de Dios. La Navidad nos invita a rectificar, a nacer de nuevo. Jesús no ve los pecados sino el arrepentimiento del pecador, porque su amor es ilimitado y magna su misericordia y, sino, recuerden su agonía durante la crucifixión donde el asesino y ladrón le pide que se acuerde de él cuando llegara a su reino, Jesús le respondió: “Hoy estarás conmigo en el paraíso”.
CAPÍTULO II
EL PESEBRE. EL NIÑO JESÚS.
3.- EL PESEBRE:
El Pesebre y el Papa Benedicto XVI
Se inicia una polémica mundial por la apreciación que expresó en su obra “LA INFANCIA DE JESÚS”, señalando que en el Evangelio no se habla del buey y el asno. En el pesebre no se habla de animales en el lugar donde nació Jesús, pero tratándose de un Pesebre el lugar en el cual comen los animales, la iconografía
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cristiana captó muy pronto ese motivo y colmó esa laguna y ninguna representación del Portal de Belén renuncia a buey y al asno. En el referido libro también desmiente a San Agustín, que afirmó que la virgen María habría hecho un voto de virginidad y se habría comprometido con José para que la protegiera, indicando que esa reconstrucción está fuera del mundo judío del tiempo de Jesús. Pero este punto lo obviamos en nuestro brevísimo análisis del Pesebre.
Efectivamente, nacen las críticas de los fieles por una interpretación equivocada, aunque el Papa en su obra no prohíbe la utilización del buey y el asno. Esto es una tradición cristiana, de aquí surgieron las menciones de llamarlo el “Papa Agua Fiesta”. Es de saber, que la Virgen y San José se trasladaron a Belén en un asno, por lo cual es posible que ese animal u otros fueran verdaderos testigos del nacimiento del Niño Dios, aunque no lo digan los Evangelios. Pero la tradición se impone aunque se diga lo contrario. Vale decir que Cristo nació en el año XV del Imperio de Tiberio César, año 14 al 37d.C. El primer nacimiento fue creado por San Francisco de Asís; en su viaje a Belén en el año 1220, quedó asombrado por la manera como se celebraba allí la Navidad. Entonces, cuando regresó de Italia, le pidió autorización al Papa Honorio III, para representar el nacimiento de Jesús con un PESEBRE VIVIENTE. Representa la sencillez del lugar en que Dios llegó al mundo “y dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no tenía sitio en el alojamiento” (Luc 2, 1). El buey conoce a su dueño, y el burro en el pesebre de su Señor (Isaías 1, 3). Definitivamente, estos dos animales participaron en el Nacimiento. Haciendo una descripción del pesebre, el Ángel son los mensajes de Dios, por el Ángel Gabriel llegó la Anunciación, fue un ángel quien se le apareció a José para aceptar a María como esposa, huir y regresar de Egipto.
Los Pastores, personas sencillísimas y humildes fueron los primeros en recibir la Buena Noticia, evidenciándonos que son los pobres los preferidos del Señor. Los Tres Reyes Magos no fueron reyes de algún pueblo o nación, ese nombre se lo dio la tradición. El eminente médico venezolano e infectólogo, el Dr. Oswaldo Carmona Guilliod, nos dice que en las diversas versiones de la Biblia en inglés se les llama “THE THREE WISE MEN”, que tiene el significado de “sabio”; representan a los pueblos y razas del mundo. Ofrecieron INCIENSO para un Dios, ORO para un Rey y MIRRA para un hombre. La Estrella guió a los Magos en su andar, fue la luz
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que los llevó al encuentro con Jesús a través de la oscuridad. De forma similar, Cristo nos lleva al Padre.
San José, Padre fiel y creyente, el protector de Jesús en sus primeros años de vida. María, la madre del Señor la que lo cuidó y lo acompañó hasta el final. Es nuestra intercesora ante Jesús de Nazareth. Hijo Jesús, es el DIOS CON NOSOTROS, es la figura tierna y central del Nacimiento, nos muestra cómo Dios, en medio de su potencia y magnitud, se nos presenta con la imagen de un frágil Niño. Es una auténtica identidad con el humilde nacimiento del Mesías. En Portugal en el año de 1749, la primera fábrica de figuras belenistas que se encontraba en Lisboa, fue quemada por los martinistas en 1835; de igual manera en Inglaterra se quemaban sus figuras cuando se adoptó el Anglicanismo y se formuló un Decreto “BETHLEM BAM“, y quien no lo cumpliera sería condenado a muerte.
El Pesebre nos llama a la reflexión para un auténtico cambio en el hombre donde los valores están centrados en la humildad y el amor al prójimo, dualidad que nos lleva a la felicidad, exterminando definitivamente, todas las doctrinas extrañas al sentimiento cristiano.
4.- EL NIÑO JESÚS:
Es la genuina representación del Señor, que es Dios mismo per se (por sí mismo), que vino al mundo para salvarnos de todas las denigraciones, es el punto de partida de una Gran Esperanza, que nos concede una conciliación con nosotros mismos, con el prójimo y con Dios, es la auténtica convergencia con la Paz; de aquí su saludo magistral: “La Paz sea con vosotros”. En el Antiguo Testamento cuando se usa la expresión Paz (SHALOM) en los saludos, se refiere a un bienestar personal y de espíritu: la Paz esté contigo (Gn 29, 6). Martin Luther King, Jr. escribió una carta en la prisión donde decía que la verdadera Paz no es simplemente la ausencia de tensión, es la presencia de Justicia; de manera que la Paz tiene una doble connotación: Bienestar Social y Justicia. Aquí se evidencia que en Venezuela donde rige una Delincuencia desatada y sin control y una Justicia Cojitranca; no hay Paz y portando el triste galardón del país más corrupto de Latinoamérica.
Vale decir que en la unión con Cristo y la reconciliación que Él ha obtenido, es donde se puede hablar de una verdadera Paz. La manifestación de que el Niño
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Jesús es Dios mismo, la observamos en sus innumerables milagros, en su excepcional genialidad en su época de niño, cuando discutía con los rabinos en el Templo; tenía 12 años de edad, (Luc 2, 43), y cuantos le oían quedaban estupefactos de su inteligencia y de sus respuestas. Otro acto de la presencia de Dios se encuentra en el pasaje bíblico del Niño Perdido y Hallado en el Templo (Luc 2, 48, 49), cuando sus padres lo encontraron, y le dijo su madre: “Hijo, ¿por qué has obrado así con nosotros? Mira que tu padre y yo, apenados, andábamos buscándote?”; y él les dijo: “¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que es preciso que me ocupe en las cosas de mi Padre?”. Ellos no entendieron lo que les decía, su madre conservaba todo esto en su corazón. Jesús crecía en sabiduría y edad y gracia ante Dios y ante los hombres. Sus propias palabras y sus obras lo identifican con Dios. Jesús dice: “Yo y el Padre somos uno” (JN 10, 30), “Yo no soy de este mundo” (Jn 8, 23, cfJn 17, 14), “Yo soy la Resurrección, el que cree en mí, aunque muera vivirá” (Jn 11, 25).
Dios se hizo hombre (Flp 2, 6, 7). De manera que Jesús es Eterno, Inmutable, Omnisciente y Todopoderoso. Así que orar al Niño Jesús es una fiel Alabanza a Dios. En estos momentos de crisis mundial y cuestionamiento de los valores familiares a través de las relaciones contranatura, donde los hedonistas buscan equiparar las relaciones de las personas del mismo sexo con los heterosexuales, ello es una flagrante violación de los Mandamientos de Dios. “Y creó al hombre a imagen suya, y lo creó macho y hembra y los bendijo Dios” (Génesis 1, 27, 28). He aquí que el pesebre del Niño Dios, en su conmemoración en estas Navidades, nos invita a renacer en un hombre nuevo, centrado en nuestro creador; No es un falso profeta, no es un líder maligno que pone a su pueblo a espaldas de Dios, transformándolo en un ser extraviado y sin fe.
Precisamente, esta maledicencia de algunos sectores, concibió una inapropiada y perversa interpretación de la obra recién editada de nuestro Papa Benedicto XVI “La Infancia de Jesús”, llegando hasta señalar, que el Papa prohibió celebrar el nacimiento del Niño Jesús en el pesebre, al juzgar indebidamente sus reflexiones sobre la ausencia de la MULA y el BUEY en el pesebre. Simplemente, porque la alusión a estos animales no aparece registrados en los Evangelios, pero en nuestro corazón y conocimiento sabemos que María y José se trasladaron a Belén en un Buey o en una Mula, por ello es dable pensar que en el pesebre estaba la presencia
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de tales animales, testigos fieles del nacimiento del Niño Jesús, según lo indica la tradición. Lo relevante es lo que dice el Papa de Jesús: “Nació en Belén en una época determinada con precisión y su nacimiento virginal NO ES UN MITO, sino una verdad”. Jesús no nació y apareció en público en una fecha imprecisa, sino que se sabe muy bien quién es y de donde viene, que pertenece a una época perfectamente datable y en un ambiente geográfico perfectamente indicado, Jesús nació en el año 15 del Imperio de Tiberio César.
Y siguiendo el punto sobre el nacimiento del Niño Jesús en Belén, se sabe que María envolvió al Niño Jesús en pañales y que sin sensiblería podemos imaginar el amor con el que María se preparó para ese momento del nacimiento de su hijo. A la vez analiza cómo la tradición ha interpretado el pesebre y las gasas teológicamente: nos dice que el niño envuelto en gasas se presenta como una anticipación de la hora de su muerte y que el pesebre, Portal de Belén, se considera una especie de ALTAR. Es una brevísima reseña del polémico libro del Papa, cuyo contexto allana cualquier interpretación malintencionada que trate de alejarnos de la verdad, que es Jesús de Nazareth. Definitivamente el Pesebre es el Anuncio de nuestro Salvador, que nos pide construir una nueva vida, un nuevo camino y un nuevo mundo, que exige la renovación del hombre hedonista en un hombre de Fe, despojado de sectas y doctrinas extrañas al sentimiento cristiano.
CAPÍTULO III
LUGARES DONDE VIVIÓ JESÚS DE NAZARET. HISTORIA DE LA INFANCIA DE JESÚS.
4.- LUGARES DONDE VIVIÓ JESÚS DE NAZARET:
Ab initio:
Existe una grande controversia, SOBRE EL LUGAR EXACTO, donde nació Jesús de Nazaret, por ello es inminente recurrir a la fuente de la Sagrada Biblia, donde observamos de igual forma, aspectos que constituyen confusión y dudas en sus escritos y ello, creado por los mismos apóstoles, que carecen de una uniformidad en sus lenguajes estampados en el texto sagrado, pero recurramos a los hechos y obtendremos la certidumbre más exacta de donde nació Jesús de Nazaret.
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¿Belén o Nazaret? ¿Dónde nació Jesús?
La teología popularizó una versión, pero la historia indica otra. Las razones por las que se impuso una idea que no se corresponde con la verdad.
Ante la pregunta: ¿Dónde nació Jesús?, la respuesta parece sencilla: en Belén. Lo aprendemos desde niños al celebrar la Navidad y lo cantamos todos los años en los villancicos alrededor del pesebre. Sin embargo, al analizar con detenimiento el Nuevo Testamento descubrimos que no es tan fácil fijar el lugar del nacimiento de Jesús.
Es cierto que dos evangelistas, Mateo y Lucas, afirman expresamente que Jesús nació en Belén. Mateo dice: ―Cuando nació Jesús en Belén de Judea, en tiempos del rey Herodes...‖. Y Lucas: ―Cuando ellos (José y María) estaban allí (en Belén), ella dio a luz a su hijo primogénito‖. Pero los otros dos evangelistas, Marcos y Juan, presentan a Jesús como si hubiera nacido en Nazaret. En efecto, siempre lo llaman ―Jesús de Nazaret‖; y sabemos que en la Biblia, cuando después del nombre de una persona se menciona una ciudad, es porque se trata de su lugar de nacimiento. ¿Cuál sería, entonces, la cuna de Jesús: Belén o Nazaret?
Marcos. El primer Evangelio que se escribió, el de Marcos, da a entender que Jesús nació en Nazaret. Ya al principio, cuando relata su bautismo, dice que Jesús ―vino de Nazaret de Galilea‖. Es decir, no menciona ninguna otra ciudad de origen fuera de esta. Después, cuando Jesús se va a Nazaret, dice que ―se fue a su patria‖, y patria (en griego: ―patris‖) significa literalmente ―la tierra natal‖, ―el lugar de nacimiento‖. Esto lo confirma el mismo Jesús cuando, ante el escándalo que producen sus enseñanzas en Nazaret, él exclama: ―Un profeta sólo en su patria, entre sus parientes y en su casa, es despreciado‖.
Además, todo el mundo lo conoce como Jesús de Nazaret: el endemoniado de Cafarnaúm, la criada del Sumo Sacerdote, el ángel del sepulcro y hasta el mismo evangelista Marcos.
Por lo tanto, cuando Marcos escribió su Evangelio, dio a entender a sus lectores que Jesús había nacido en Nazaret.
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Un pueblo de mala muerte. El cuarto evangelista, San Juan, también afirma que Jesús nació en Nazaret. Comienza presentándolo como ―un profeta de Nazaret‖ y dice que todos saben que era de Nazaret. Por ejemplo, Natanael, no quiere creer en él porque dice: ―¿Acaso de Nazaret puede salir algo bueno?‖.
En efecto, Nazaret era una ciudad ignota, minúscula y de mala fama. Tan insignificante, que en el Antiguo Testamento no se la menciona nunca. Incluso cuando el libro de Josué describe la región de Galilea, saltea a Nazaret. Tampoco la nombra Flavio Josefo, el gran historiador judío del siglo I; al describir las guerras judías contra los romanos, menciona 54 ciudades galileas, pero ignora a Nazaret. Y el ―Talmud‖, una antiquísima colección de escritos judíos, enumera una lista de 63 ciudades galileas entre las que está ausente Nazaret. Debió de haber sido, pues, una pequeña aldea sin ninguna importancia. Por eso, que alguien tan importante como Jesús hubiera nacido allí, producía escándalo entre la gente. A pesar de eso, el ―Evangelio de Juan‖ en ningún momento aclara que Jesús no era de Nazaret. Al contrario, lo afirma varias veces.
Por ejemplo, al contar una discusión entre los judíos sobre el origen de Jesús, dice que algunos lo rechazan como Mesías porque sabían que había nacido en Nazaret y comentaban: ―¿Acaso el Mesías va a venir de Galilea?
¿No dice la Escritura que vendrá... de Belén?‖. Y nadie se encarga de explicar que Jesús había nacido en Belén. Más adelante, San Juan afirma que los judíos no querían creer en Jesús porque era de Galilea, y ―de Galilea no sale ningún profeta‖. En el ―Cuarto Evangelio‖ tampoco se afirma que Jesús haya nacido en Belén. Al contrario, siempre está presente la idea de que había nacido en Nazaret.
Sólo para la infancia. Vemos, pues, que las dos únicas veces en todo el Nuevo Testamento que se dice que Jesús nació en Belén son en los relatos de la infancia de Mateo y Lucas. En ninguna otra parte se menciona ni una sola palabra sobre el origen belenita de Jesús. Ni siquiera San Pablo, que tuvo que discutir acaloradamente varias veces con los lectores de sus cartas para tratar de convencerlos de que Jesús era el Mesías, y a quien le hubiera venido muy bien el argumento de que Jesús había nacido en Belén, parece conocer tal información. Entonces, ¿son o no históricas las
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afirmaciones de Mateo y de Lucas sobre el nacimiento de Jesús en Belén?
Posiblemente, no.
En primer lugar, porque incluso estos dos evangelistas, a pesar de decir que Jesús nació en Belén, cuando lo presentan en su vida adulta cambian su discurso y lo llaman ―Jesús de Nazaret‖. En segundo lugar, porque los relatos de Mateo y de Lucas se contradicen. Según San Mateo, Jesús habría nacido en Belén porque sus padres vivían en Belén. En cambio, según Lucas, Jesús habría nacido en Belén porque su familia estaba de paso en dicha ciudad con motivo de un censo. También se contradicen en cuanto al tiempo que Jesús vivió en Belén. Según Mateo, estuvo allí casi dos años (Mateo 2,16), hasta que su familia huyó a Egipto. En cambio, según Lucas, Jesús se fue a vivir a Nazaret cuando tenía un mes y medio de vida (Lucas 2,39).
Las pruebas evangélicas sobre el nacimiento de Jesús en Belén son más bien débiles. Pero resultan ser abrumadores los datos en contra. Por eso, la mayoría de los biblistas hoy sostiene que la ciudad natal de Jesús no habría sido Belén, sino Nazaret. Entonces, ¿por qué Mateo y Lucas colocan su nacimiento en Belén?
Cada sucesor, una desilusión. En la actualidad, los estudiosos sostienen que el nacimiento de Jesús en Belén, más que una indicación histórica, resulta una indicación teológica. Es decir, los evangelistas Mateo y Lucas pretendieron transmitir una idea religiosa enunciada en forma de relato histórico— con el fin de dejar una enseñanza. Se trata de una manera de expresarse muy propia de los pueblos semitas. ¿Y cuál es la enseñanza del nacimiento de Jesús en Belén? Quisieron decir que Jesús era el Mesías esperado por el pueblo de Israel.
Con objeto de entender esto, tengamos en cuenta que para la mentalidad judía el futuro Mesías debía ser un descendiente de la familia del rey David, porque según una antigua promesa que el profeta Natán había hecho al rey David cuando este vivía, Dios había asegurado que nunca iba a faltar un descendiente suyo en el trono de Jerusalén. Frente a la inseguridad en la que vivían los monarcas antiguos de la falta de un hijo varón para que les sucediera y de que otra familia reinara en su lugar—, Dios le garantizó a David un descendiente suyo (un mesías, es decir, un ungido) en Jerusalén, y que lo haría con sabiduría y con justicia.
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Pero cada nuevo rey que subía al trono de Jerusalén era una nueva desilusión para la gente, que veía cómo se sucedían gobernantes corruptos y malvados, desentendidos del pueblo y preocupados sólo por sus intereses personales. Por eso, cada vez que moría un rey y subía su hijo, el pueblo se preguntaba si este sería el Mesías que estaban esperando, que traería la prosperidad y la paz al pueblo.
Abandonar el ambiente de la Capital. Hacia el año 500 a. C., un profeta anónimo anunció que iba a modificar estas expectativas. Esa profecía hoy se encuentra en el libro de ―Miqueas‖, y dice así: ―Pero tú, Belén de Efratá, aunque eres pequeña entre las aldeas de Judá, de ti saldrá el que ha de dominar Israel... Él gobernará con el poder y la majestad de Yahvé, su Dios‖.El profeta anunciaba que sí iba a llegar el tan ansiado Mesías, pero vendría de Belén, de donde procedía el rey David. El profeta no se refería directamente al nacimiento de Jesús. Los profetas no adivinaban el futuro ni buscaban predecir hechos desvinculados de la realidad en la que vivían. Su misión era anunciar una palabra de Dios que tuviera que ver con el presente de sus oyentes.
Lo que el profeta quiso decir era que Dios no miraba con buenos ojos a la corte de Jerusalén. Esta ciudad, en la que se habían prostituido tantos reyes con el lujo y el poder, no resultaba ser el mejor ambiente para que surgiera el Mesías. David, el rey más grande que tuvo Israel, había nacido en la humilde Belén. Si ahora ellos querían tener al nuevo Mesías, había que volver a preparar el mismo ambiente de Belén.La profecía no pretendía fijar un lugar geográfico para el nacimiento del sucesor del Rey. Simplemente, proponía a los gobernantes de Jerusalén volver a la humildad y a la sencillez de sus orígenes. Es decir, sugería cortar con el actual modo de hacer política.
Con las formas literarias que tenían. Con el paso del tiempo, la profecía de Miqueas se volvió famosa, y en la época de Jesús un gran sector del judaísmo esperaba literalmente que el futuro Mesías naciera en el pueblo de Belén.
Por eso, durante los primeros años del cristianismo, cuando los apóstoles salieron a proclamar el Evangelio después de la resurrección de Jesús, tuvieron dificultades en ciertos ambientes judíos, porque Jesús era de Nazaret.
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Frente a este problema, algunas comunidades cristianas, que gustaban de preparar sus predicaciones en formas de relato, decidieron presentar el nacimiento de Jesús como sucedido en Belén. Por supuesto que no pretendían falsear la realidad. A los primeros cristianos no les preocupaba el hecho puramente histórico de que Jesús hubiera nacido en Nazaret. La certeza de que Él era el Mesías esperado constituía lo único importante. Por lo tanto, cuando Mateo y Lucas afirman que Jesús nació en Belén, lo que dicen es que Jesús resulta ser realmente el Mesías que todos esperaban; el que cumplió las expectativas que ningún otro rey de Israel había cumplido. El acento de los evangelistas se pone en esta idea. Y así lo entendieron y lo tomaron también los lectores de los primeros siglos.
Dos maneras de nacer. Cuando Marcos —el primer evangelista que escribió— compuso su relato, no incluyó el dato del nacimiento de Jesús en Belén. Como la mayoría de sus lectores eran de origen pagano, no tuvo problemas en conservar el recuerdo de que había nacido en Nazaret.En cambio, cuando escribieron Mateo y Lucas, muchos de sus lectores eran cristianos procedentes de los judíos, a quienes sí les preocupaba que Jesús fuera el verdadero Mesías esperado por Israel, el descendiente de David. Por eso ambos evangelistas recurrieron a la narración teológica de su nacimiento en Belén, cada uno de manera diferente, según lo que ellos conocían. Mateo presentó a Jesús naciendo en Belén porque su familia era de allí; y Lucas presentó a Jesús naciendo en Belén por un accidente histórico.
Por último, Juan, que en el momento de componer su Evangelio había llegado a la convicción de que Jesús era Dios y existía desde siempre, tampoco tuvo interés de incluir el nacimiento de Jesús en Belén. Para él, su origen terreno no tenía ninguna importancia porque su verdadero origen era el cielo; Él procedía de Dios y eso bastaba para declararlo Mesías. Por eso, Juan, al igual que Marcos, conservó el dato histórico del origen nazareno de Jesús.
Recordarlo en Navidad. ¿Dónde nació, pues, Jesús? Probablemente, en Nazaret. Su origen nazareno aparece afirmado en veinte lugares del Nuevo Testamento. Aunque las dos únicas veces que aparece Belén como su patria son Mateo 2 y Lucas 2.
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Su nacimiento en Belén es una afirmación teológica; no expresa una evidencia histórica, sino una idea religiosa. Entonces, ¿debemos abandonar las tradiciones de Belén o dejar a un lado los villancicos, renunciar a los pesebres y excluir las peregrinaciones a la ciudad de Belén, donde actualmente se venera la gruta de su nacimiento? Por supuesto que no, así como no desechamos la celebración de la Navidad el 25 de diciembre, aun cuando sabemos que ese día no nació Jesús.Decir que Jesús nació en Belén continúa siendo, para los creyentes, una afirmación fundamental. Equivale a afirmar que Dios, a pesar de ser omnipotente y poderoso, optó por una ciudad minúscula. Prefirió apostar por la debilidad, por la humildad, por los oprimidos, por la mansedumbre. Significa que un Mesías frágil y endeble basta para quebrar el poder de los poderosos de este mundo. Y que quienes afirman seguir a este Mesías deben emplear sus mismas armas.
También se contradicen en cuanto al tiempo que Jesús vivió en Belén. Según Mateo, estuvo allí casi dos años (Mateo 2,16), hasta que su familia huyó a Egipto. En cambio, según Lucas, Jesús se fue a vivir a Nazaret cuando tenía un mes y medio de vida.
BELÉN:
Sobre la controversia originada por estos dos APÓSTOLES, queda definitivamente resuelta con los elementos de juicios que nos aporta la historia referida al recorrido que hicieron los padres de Jesús desde Jerusalén hasta llegar a Belén, el cual una familia le dio alojo en su casa en Belén y allí, la virgen María preparó un pesebre, donde puso al bebé, dentro de un establo, recuerden que en esa época y actualmente también, las familias dormían con los animales.
Después de dos años, aparecieron los Reyes Magos para adorar al Niño Dios. Aquí, se evidencia que los padres de Jesús estuvieron más de dos años viviendo en Belén. Vale decir, que esto está comprobado científicamente y así lo prueba los documentos históricos al efecto.A día de hoy, todavía hay quien no conoce que la Sagrada Familia -cuando el Niño Jesús acababa de nacer-, vivió en Egipto durante casi cuatro años, después de refugiarse allí huyendo de la persecución del Rey Herodes.
NAZARÉT:
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Los evangelios sinópticos coinciden en que Jesús creció en Nazaret, fue al río Jordán para conocer y ser bautizado por el profeta Juan (Yohanan) el Bautista, y poco después comenzó a curar y predicar a los pobladores y pescadores de todo el mar de Galilea (que es en realidad un lago de agua dulce). ¿Cómo era la vida en Nazaret en los tiempos de Jesús?En tiempos de Jesús, Nazaret – (o Nazará [Lc 4,16]) – era un modesto pueblo rural de la baja Galilea, sin ninguna importancia ni política ni religiosa, al punto de que Nazaret no se menciona ni en el Antiguo Testamento, ni en los primeros escritos rabínicos.
¿Donde estuvo Jesús en su juventud?Hay una referencia general a que María y el joven Jesús vivieron en Nazaret (2:23 Mateo; Lucas. 2:39-40). También hay un relato aislado de la visita de José, María, y Jesús a la ciudad de Jerusalén para celebrar la Pascua, cuando Jesús tenía doce años de edad (Lucas 2:41-50).
¿Dónde vivió Jesús de Nazaret?Jesús de Nazaret nació y vivió en el espacio del Oriente Medio llamado aún hoy Palestina. Desde el año 64 a.C., esta región formaba parte del imperio romano.¿Cómo era el lugar donde nació Jesús?
En el Evangelio según San Mateo —2:1— se dice que «Jesús nació en Belén de Judea en los días del rey Herodes», pues en la antigüedad se daba fe de los acontecimientos a partir de los reinados.
¿Cuántos habitantes tenía Nazaret en los tiempos de Jesús?
Se trata de una ciudad de especial relevancia para los cristianos debido a que, según los evangelios canónicos, los años de la vida privada de Jesús transcurrieron allí.
Otros lugares donde se evidencia que vivió y enseñó Jesús de Nazaret a las comunidades:
Definitivamente, sobre este aspecto se reúnen innumerables textos cristianos y apócrifos, que relatan que Jesús durante su ausencia estuvo en la India e Inglaterra, formándose en el marco de la espiritualidad. Por ello sería prolijo, afirmar con certidumbre si Jesús vivió y recorrió esos lugares, lo rigurosamente cierto que cuando Jesús tenía 30 años de edad inició su vida pública con su
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asistencia conjuntamente con su madre a la Boda de Judas Tadeo, quien se casaba con una muchacha de su comunidad, en ese lugar hizo su primer Milagro y decretó el Matrimonio como un Sacramento, diciendo: lo que Dios une no lo separa nadie. En este punto uno de los apóstoles le dijo: ¿Por qué Moisés dio CARTA DE REPUDIO ( DIVORCIO ) y contestó Jesús: Porque vosotros tenéis el corazón duro.
CAPÍTULO IV
EDAD CRUCIAL DE JESÚS DE NAZARET. MOMENTO EN QUE SALVÓ A LA HUMANIDAD.
5.- EDAD CRUCIAL DE JESÚS DE NAZARET:
Cuando Jesús de Nazazaret se fue a rezar al monte de Getsemaní tenía 33 años de edad, allí rezó con tanto fervor y vehemencia que se rompió las glándulas sudoríparas y empezó a sudar sangre, esto es un fenómeno químico que sucede en el organismo y que le ha sucedido algunas personas, por ejemplo a San Pío de Pietrelcina le sucedió a través de los estigmas de Jesús en su pasión y muerte, a Santa Catalina de Dios, de igual manera. He aquí la base bíblica de este acontecimiento: Jesús y los apóstoles fueron al jardín de Getsemaní. Judas no los acompañó, ya que fue a decirles a los líderes judíos dónde estaba Jesús. El Salvador les pidió a Pedro, Santiago (Jacobo) y Juan que entraran con Él al jardín y que esperaran mientras Él iba a orar
"Vinieron, pues, a un lugar que se llama Getsemaní"
Como muchas otras noches, Jesús salió de la ciudad y fue a un olivar cercano que era conocido como "Getsemaní", que significaba "prensa de olivas", seguramente porque en él había habido o todavía había una prensa de olivas.
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Allí el Señor solía juntarse con sus discípulos durante sus visitas a la capital, buscando apartarse de las multitudes que constantemente le presionaban y tener así un tiempo de enseñanza privada con ellos (Lc 22:39) (Jn 18:1-2). Por lo tanto, el lugar era bien conocido también por Judas, que como más tarde veremos, no tardó en acudir con una escuadrilla para arrestar a Jesús. Aunque no debemos olvidar que si encontraron allí a Jesús en aquella noche, fue porque en él no había ningún pensamiento de huida, a pesar de que conocía perfectamente todas las maquinaciones de Judas, como antes había expresado con toda claridad.Pero en esta ocasión, aquel lugar donde Jesús había tenido tantas hermosas pláticas con sus discípulos, ahora se iba a convertir en el escenario de su terrible agonía antes de ir a la cruz.
"Sentaos aquí, entre tanto que yo oro"¿Cómo iba a enfrentar Jesús este duro trance? En esto también apreciamos que Jesús era muy diferente a nosotros. Con frecuencia, cuando pasamos por problemas que nos agobian, o estamos rodeados de dificultades, pensamos que necesitamos un "respiro" y buscamos algún tipo de diversión que nos relaje. Algunos llegan incluso a cosas como el alcohol, las drogas, fiestas, pornografía y vicios similares, que lejos de traerles paz al corazón, no hacen sino aumentar sus problemas. Pero el Señor nos indicó que la solución pasaba por buscar a Dios en oración.
(Stg 5:13) "¿Está alguno entre vosotros afligido? Haga oración.""Y tomó consigo a Pedro, a Jacobo y a Juan"
Parece que aunque Jesús oraba solo, sin embargo quería sentir la cercanía de algunos de sus discípulos, así que escogió a varios de ellos para que le acompañaran a cierta distancia. Estos tres discípulos, Pedro, Jacobo y Juan, se convirtieron así en testigos de la terrible lucha que Jesús mantuvo en esa noche.Algunos se han preguntado por qué escogió a estos tres. Lo cierto es que ésta era la tercera vez que lo hacía. Estos mismos discípulos habían sido los únicos testigos de la transfiguración del Señor (Mr 9:2) y también de la resurrección de la hija de Jairo (Mr 5:37-43). Resumiendo podríamos decir que estas tres experiencias espirituales tenían relación con tres momentos claves de la vida del Señor: su agonía, resurrección y gloria.
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Por otro lado, también debemos recordar que Jacobo y Juan habían pedido anteriormente al Señor el sentarse a su derecha y a su izquierda en su gloria, a lo que Jesús les había contestado que no sabían lo que pedían. De hecho, cuando les preguntó si podían beber del vaso que él bebía, ellos no dudaron en contestar que sí podían (Mr 10:35-39). Seguramente, cuando en el huerto de Getsemaní vieron la agonía de Jesús mientras oraba pidiendo que pasara de él aquella copa, ellos tuvieron que darse cuenta de que realmente no sabían lo que habían dicho.
"Y comenzó a entristecerse y a angustiarse"
Cuando Jesús se apartó para orar, el evangelista utiliza en el original dos palabras muy fuertes para indicarnos su intensa perturbación emocional ante la perspectiva que se le presentaba, y también su estado de extremo dolor y angustia. Lucas completa este cuadro diciéndonos que "estando en agonía, oraba más intensamente; y era su sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra" (Lc 22:44).
Podríamos preguntarnos qué era lo que producía este estado en Jesús. Algunos han pensado que esta angustia era la reacción natural que todos los seres humanos sienten ante la proximidad de la muerte. Pero en el caso de Jesús, necesariamente tenemos que pensar que había mucho más que eso. Se trataba del estremecimiento de aquel que era la Vida misma al enfrentarse con todo el poder destructivo del mal, de todo aquello que se opone a la santidad de Dios, y que en ese momento se abatía directamente sobre él por cuanto había decidido presentarse como el Cordero de Dios que muere por el pecado de la humanidad.
Y por cuanto era el Hijo de Dios, podía ver con extrema claridad toda la suciedad del mal que venía sobre él. Y por supuesto, para su naturaleza completamente santa y pura, el tener que enfrentarse con el pecado de toda la humanidad, producía un dolor que es imposible expresar con palabras. En realidad, lo que estamos presenciando aquí es el choque frontal entre la Luz y las tinieblas, entre la Vida y la muerte.Más adelante consideraremos los sufrimientos físicos que Jesús pasó durante su arresto y crucifixión, pero sin lugar a dudas, los más dolorosos tuvieron que ser los de su alma santa e inocente cuando con un conocimiento pleno de las consecuencias que este acto iba a tener, asumió cargar sobre sí el pecado de los hombres.
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(2 Co 5:21) "Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él".
"Y les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte".
Sólo podremos entender la causa de esta "tristeza mortal" de Jesús si nos damos cuenta de que no se trataba únicamente de la angustia ante la muerte que los seres humanos atravesamos al final de nuestros días. En su caso era una muertediferente. El no moriría como consecuencia de sus propios pecados, ya que no los tenía, sino que él moriría en sustitución de los pecadores, cargando en ese momento la maldad de toda la humanidad.Muchas veces nosotros sufrimos como consecuencia de alguno de nuestros pecados, y sabemos por experiencia lo doloroso que esto es, pero ¿qué sería para el Señor sufrir de forma "condensada" por todos los pecados de los hombres? No cabe duda que nunca nadie ha experimentado un dolor y amargura semejante. Y en esos momentos, su santa humanidad fue oprimida y agobiada hasta lo sumo. Algunos han criticado a Jesús porque en esos momentos no asumió la actitud heroica que debería esperarse de él. Argumentan que otros hombres han afrontado la muerte con mucha más serenidad que él. Pero quienes así hablan, es evidente que no han entendido lo que implicaba la muerte para Jesús. Ya hemos hablado del terrible sufrimiento que tuvo que suponer para un Ser santo e inocente como Jesús el tener que cargar sobre sí la culpabilidad acumulada de toda la humanidad, pero había otro aspecto unido a éste, que todavía tenía que producirle mayor agonía, y era el hecho de que cuando fuera colgado en la cruz quedaría bajo la maldición de Dios, mientras toda la santa ira del Juez justo recaía sobre él.
(Ga 3:13) "Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero)."
De alguna manera inexplicable para nosotros, cuando llegó el momento de la cruz, la relación de Jesús con Dios sería interrumpida.
(Mr 15:34) "Y a la hora novena Jesús clamó a gran voz, diciendo: Eloi, Eloi, ¿lama sabactani? que traducido es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?"
No podemos imaginarnos lo que este hecho tuvo que haber significado para Jesús, cuando el mayor deleite de su vida era la comunión con su Padre celestial. Cuando intentamos sondear en estos misterios, tenemos que reconocer que nunca podremos comprenderlos en toda su intensidad, y en la medida en que
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pobremente podemos entender algo, quedamos sobrecogidos ante la magnitud de los hechos. Pero en cualquier caso, hay ciertas lecciones prácticas que sí que deberían quedar grabadas en nuestros corazones: Primeramente, viendo la impresión que nuestros pecados produjeron en Jesús, esto nos debería llevar a ser mucho más sensibles y a tener siempre un temor reverente para no pecar más. Y consideramos también que para que Jesús pudiera decir a sus discípulos que "no se turbe vuestro corazón" (Jn 14:1), él mismo tuvo que sufrir la angustia y la aflicción.
"Quedaos aquí y velad"
Cuando Jesús se apartó para orar, hizo un llamamiento a sus discípulos para que velaran. Esta no era la primera vez que les exhortaba a esto, puesto que cuando les había anunciado su segunda venida, ya les había dicho que permanecieran en esa actitud (Mr 13:33-37). Ahora vuelve a hacerlo, aunque con mayor urgencia debido a los acontecimientos que inmediatamente iban a ocurrir.Nosotros también debemos recibir esta exhortación apremiante a velar. La somnolencia de los discípulos parece que ha alcanzado al cristianismo de nuestro tiempo. Y no lo olvidemos; dejar de velar abre la puerta al poder del mal en nuestras vidas.Los efectos de esta somnolencia los podemos ver en el embotamiento del alma que pierde la sensibilidad frente al pecado en nuestras vidas y el poder del mal en el mundo. Nos deja anestesiados, ignorantes, indiferentes y tranquilos frente al mal que nos rodea, pensando que en el fondo, no es tan grave. Pero esta falta de sensibilidad, esta falta de vigilancia, tanto por lo que se refiere a la cercanía de la segunda venida de Cristo, como al poder amenazador del mal, otorga un poder en el mundo al maligno. "Yéndose un poco adelante, se postró en tierra"Los discípulos quedaron a cierta distancia de Jesús, desde donde todavía podrían verle y oírle. El evangelista nos dice que el Señor cayó rostro en tierra. La postura que adoptó para orar expresaba su total sumisión a la voluntad de Dios.En cualquier caso, la escena no deja de sorprendernos. Recordamos que unos días antes había descendido cabalgando desde ese mismo monte de los Olivos en procesión real, aclamado justamente como Rey (Mr 11:1-11). Sin embargo, ahora el contraste es total; el Rey está de rodillas, rostro en tierra, sufriendo una angustia indescriptible. ¿Por qué este cambio tan drástico de actitud? Para entenderlo, tenemos que recordar que cuando Jesús entró en Jerusalén se encontró con la capital en manos de rebeldes, y el mismo templo estaba infectado de ladrones.
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La pregunta entonces era ¿cómo podrían esas personas rebeldes ser salvados y restaurados a la obediencia y a la adoración a Dios? Evidentemente, no lo conseguiría montando sobre una cabalgadura real por las calles de Jerusalén. Nunca la pompa y la ceremonia han conseguido convertir a un rebelde en un santo. Si alguna vez él podría llevar a Jerusalén, Israel y el mundo a la obediencia a Dios, tendría que ser necesariamente porque él mismo comenzara por obedecer a Dios aquí mismo en la tierra. Así que el Rey se arrodilló, dispuesto a obedecer por amor a su Dios y también a toda la raza humana. No había otro camino.
(Ro 5:19) "Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos."
"Y oró que si fuese posible, pasase de él aquella hora"
Una vez más, las Escrituras nos muestran a Jesús con total honestidad, y no se avergüenza de hacernos saber que cuando se enfrentó al precio de la obediencia, sus oraciones fueron acompañadas de clamor y lágrimas.Por supuesto, sus lágrimas no eran como en muchas ocasiones lo son las nuestras; una expresión infantil de frustración porque no logramos hacer lo que nos da la gana. Por el contrario, en su caso había un corazón absolutamente rendido y sumiso a Dios, y por esa razón, cuando pedía al Padre que pasase de él esa copa, siempre lo hacía bajo la condición de que fuese compatible con la voluntad divina.
Por supuesto, no se trataba de dos voluntades diferentes; por un lado la del Padre y por otro la del Hijo. El evangelista Juan recoge las palabras de Jesús que nos muestran que no había contraposición entre las dos voluntades:
(Jn 12:27-28) "Ahora está turbada mi alma; ¿y qué diré? ¿Padre, sálvame de esta hora? Mas para esto he llegado a esta hora. Padre, glorifica tu nombre. Entonces vino una voz del cielo: Lo he glorificado, y lo glorificaré otra vez."En cuanto a su oración, Jesús preguntaba si había otra base justa sobre la cual Dios podría salvar a los pecadores sin que él tuviera que ir a la cruz. Aquí vemos todo el drama de nuestra redención. Y el silencio del cielo indicó que no había otro modo; el Santo Hijo de Dios debía morir por los pecadores.
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Por supuesto, "aquella hora" a la que Jesús se refería, tenía que ver con el momento determinado desde la eternidad en el que se habría de resumir y concentrar toda la angustia, toda la pena, toda la muerte y cada una de las consecuencias que han surgido del pecado. Era la "hora" cuando Jesús, el Hombre representativo había de presentarse ante la justicia divina para satisfacer sus exigencias por medio del sacrificio de sí mismo en ofrenda por el pecado.
"Y decía: Abba, Padre"
Notemos que en su oración se dirige a Dios con la palabra "Abba", que inmediatamente es traducida por Marcos para sus lectores gentiles como "Padre".
La palabra "Abba" era usada por los niños para dirigirse a sus padres, e implicaba confianza, intimidad y reconocimiento de autoridad. Equivale a nuestro "papá".
Sin lugar a dudas, tuvo que sorprender a sus discípulos que se dirigiera a Dios de esta manera. Ellos nunca habían escuchado a ningún santo del Antiguo Testamento tratar así a Dios. En la forma de pensar de un judío habría sido irreverente y, por tanto, habría sido impensable que alguien pudiera llamar a Dios con una palabra tan familiar.Pero al hacerlo, Jesús estaba revelando la naturaleza de su comunión con Dios. De hecho, siempre que vemos a Jesús orando en los evangelios, lo hizo de esta forma, salvo en una única ocasión. Esto tuvo lugar en la cruz, cuando allí clamó: "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?" (Mr 15:34).
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"Aparta de mí esta copa"El acto de obediencia que el Hijo del Hombre se disponía a llevar a cabo, tendría un sabor inconmensurablemente amargo. Tenía el sabor de la muerte. El autor de Hebreos dice que él "gustó la muerte por todos" (He 2:9). Además, el Antiguo Testamento se había referido con frecuencia a esta "copa", que estaba reservada para los malos (Sal 11:6), y que contenía la indignación divina contra los impíos (Sal 75:8), su ira (Is 51:17) y su furor (Jer 25:15). La muerte que él gustó no sólo tuvo que ver con experimentar la separación del alma del cuerpo, sino el abandono del Dios de justicia por haberse identificado con el pecado del mundo.Es inimaginable, por lo tanto, que la Santidad encarnada pudiera recibir con agrado el pecado representado en esa copa, de ahí su petición: "aparta de mí esta copa". Pero por otro lado, dejaba también constancia de su absoluta devoción y amor a su Padre: "mas no lo que yo quiero, sino lo que tú".No había ningún conflicto entre la voluntad del Padre y la del Hijo. El Hombre perfecto era también el Siervo obediente en todo, y aunque todo su santo Ser se alzase en contra de la perspectiva de la cruz, y su cuerpo sudase sangre en su agonía, él nunca dejaría de decir: "mas no lo que yo quiero, sino lo que tú". No podemos imaginar un grado de perfección más alto que el que aquí se nos presenta. La interpretación que hace Hebreos de este pasaje(He 5:7-10) "Y Cristo, en los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído a causa de su temor reverente. Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia; y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen; y fue declarado por Dios sumo sacerdote según el orden de Melquisedec." En el contexto de esta cita, el autor de Hebreos está razonando acerca de lo imprescindible que es para los hombres pecadores tener un sumo sacerdote que interceda por ellos ante Dios. Por supuesto, aquellos que ocuparon esta posición en el Antiguo Testamento eran hombres débiles, y por eso, el autor nos va a decir que en el cumplimiento de los tiempos Dios constituyó a su propio Hijo como Sumo Sacerdote. Pero el camino para que Cristo pudiera llegar a ser Sumo Sacerdote no fue sencillo. Primeramente tenía que ser hombre, pero él no lo era, así que fue necesario que se encarnase. Los más de treinta años que vivió entre los hombres le proporcionaron el conocimiento directo de nuestra situación, aprendiendo en su propia experiencia la fuerza de la tentación, la prueba y la aflicción. Y también tuvo que aprender a obedecer a Dios en un mundo caído y pecador
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como el nuestro. Por supuesto, él no tuvo que aprender a obedecer, él siempre lo había hecho en el cielo. Pero allí, obedecer la voluntad de Dios es fuente de gozo y felicidad. Lo que realmente tuvo que aprender es lo que cuesta obedecer a Dios en un mundo caído. Por eso, cuando el autor de Hebreos nos habla del perfeccionamiento de Cristo no se está refiriendo a su perfección moral, como si tuviera necesidad de ser corregido en cuanto a alguna imperfección en su carácter. Jesús siempre vivió sin pecado. Pero era necesario que padeciese a fin de ser perfeccionado para el sacerdocio. Los sufrimientos de Cristo después de su encarnación fueron reales. El conoció auténticamente el hambre y el cansancio, sufrió el dolor de la deslealtad y la intolerancia, la incomprensión y la injusticia, la decepción de ver intereses creados en sus seguidores más cercanos y la traición o cobardía en otros. Sufrió la agonía indescriptible de la cruz, que de alguna manera nos queda reflejada en sus momentos de oración previos en Getsemaní. Y además le esperaba la separación de su Padre porque, al ser hecho pecado por nosotros, iba a ser abandonado y desamparado por él. Sin duda, esto no podemos llegar a entenderlo plenamente. A todo esto se sumaron las torturas de los soldados, la burla sarcástica de los judíos, la hiriente arrogancia de los sacerdotes y el abandono de los discípulos.
Cristo aprendió que la obediencia a Dios trae sufrimiento en un mundo caído. Nosotros ya lo hemos experimentado muchas veces. Cuando determinamos ser fieles al Señor y obedecerle, ¿cuál es la consecuencia? La oposición de los familiares y amigos ante lo que ellos perciben como "fanatismo religioso", el desprecio de los compañeros y amigos porque nos ven diferentes, y en el peor de los casos, la persecución política. Muchas veces la consecuencia de la fidelidad al Señor es la burla, la crítica, la oposición o el insulto.
Pero en medio de todas estas circunstancias, el Señor Jesucristo es nuestro Sumo Sacerdote, que nos entiende porque él mismo también ofreció ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas, por lo cual es poderoso para ministrarnos como fiel Sumo Sacerdote. El ahora puede socorrernos en nuestro peregrinaje por la vida, en el cual muchas veces nuestra determinación de abrazar el camino de Dios nos involucrará en el sufrimiento y la persecución.
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Y finalmente, el autor de Hebreos nos dice que "fue oído a causa de su temor reverente". A primera vista, la afirmación nos puede sorprender, porque los Evangelios parece que dicen lo contrario. El pedía al Padre: "Si es posible pase de mí esta copa". Y el Padre no intervino para impedir que la bebiese. Pero sus oraciones fueron respondidas. La noche de sufrimiento fue seguida por la mañana de la resurrección y de la vindicación que Dios hizo de su fe. No fue librado de padecer la muerte, sino que habiendo llegado a ella, fue sacado de sus garras por el glorioso triunfo de la resurrección. Y no olvidemos que de la misma manera, Dios no siempre contesta nuestras oraciones tal como pensamos que debería hacerlo.
Después de un tiempo en oración, Jesús volvió a donde había dejado a sus discípulos y los encontró durmiendo. No fueron capaces de compartir con él nada de su infinito dolor.
Cada vez estaba más claro que en el camino a la cruz, Jesús iba a encontrarse absolutamente solo. Si sus más íntimos discípulos no podían acompañarle en oración ni siquiera una hora, ¿qué se podría esperar de ellos una vez que Jesús fuera arrestado y estuviera en manos de sus enemigos? El mismo Pedro, que tan vehementemente había protestado cuando Jesús les anunció que todos ellos le abandonarían en esa noche, no fue capaz de mantenerse despierto junto a Jesús orando con él por un poco de tiempo.
Todo esto era muy importante, porque no debemos olvidar que para encontrar victoria en la hora de la tentación o de la prueba, previamente necesitamos recibir poder mediante la oración. En este sentido estaba claro que los discípulos no entendían la gravedad de la situación que se avecinaba, y por lo tanto, tampoco se estaban preparando adecuadamente para enfrentarla. ¿Y qué diremos de nosotros mismos? ¿Cuántas veces no somos capaces de velar en oración ni siquiera una hora? ¿Qué puede esperar el Señor de nosotros?
La debilidad de la que el Señor les había hablado durante la cena, se empezaba a hacer evidente. Aquí vemos que el pecado ha dañado incluso a nuestros propios cuerpos, que en muchas ocasiones actúan como pesados lastres para nuestras almas.
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"Vino luego y los halló durmiendo"
"Velad y orad, para que no entréis en tentación"
La "tentación" a la que Jesús se refería, y para la que tendrían que estar preparados, consistía en negar y escandalizarse de Jesús una vez que fuera arrestado y crucificado. No es difícil imaginar el impacto que debió tener para ellos ver a su Maestro siendo objeto de las burlas de todos los hombres que se acercaban a él cuando estaba clavado en la vergonzosa cruz. Por eso, aunque los mismos discípulos no percibían la gravedad de la hora de prueba que iba a venir sobre ellos, el mismo Señor ya había orado por ellos, y en especial por Pedro, para que su fe no faltase (Lc 22:31-32).
Esta exhortación de Jesús a "velar y orar" debería estar presente constantemente en nuestros corazones como la única forma real de vencer las tentaciones. No nos engañemos; no hay ningún poder en nosotros mismos que nos haga inmunes a los ataques de Satanás. Por esta razón, cada cristiano debe estar permanentemente en un estado de vigilancia y oración desde el momento de su conversión hasta la hora de su muerte.
Pedro entendió finalmente la lección y él mismo exhortaba a esto en su carta:(1 P 4:7) "Mas el fin de todas las cosas se acerca; sed, pues, sobrios, y velad en oración.""El espíritu está dispuesto, pero la carne es débil"El Señor señaló que la razón por la que era imprescindible que mantuvieran esta actitud de vigilancia y oración, era porque dentro del cristiano hay dos naturalezas que son contrarias entre sí; el espíritu y la carne.
CAPÍTULO V
EDAD ADULTA DE JESÚS DE NAZARET
6.- ANUNCIO DE SU SEPARACIÓN DE LA FAMILIA. 7.- SU PRIMER ACTO PÚBLICO. 8.- SU GRANDE PREOCUPACIÓN-SUFRIMIENTO INTERIOR. 9.- LA ÚLTIMA CENA.
Ab initio:
Jesús de Nazaret, tenía un grande amor por sus padres y no podía anunciarle súbitamente, que dejaría la casa, para dedicarse al prójimo necesitado, en un mundo que convivía con una crisis dimensional, de todo orden: religiosa, política y social. En el campo religioso, la gente vivía extraviada y sin fe, los judíos constituidos por un grupo denominado el SANEDRÍN, establecían leyes rígida para someter a sus fieles, eran delincuentes de cuello blanco, mercantilistas y agoreros para intimidar a sus afiliados y permanecer así a ultranza en un régimen autoritario de carácter teológico, su máxima autoridad, se hacía llamar Pontífice: era un hombre con una
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grande capacidad criminal, frío, calculador y autor intelectual del asesinato de Jesús de Nazaret y su yerno Caifhas el autor material; todos ellos, su conducta estaba regida por el ITER CRIMINIS ( CAMINO DEL DELITO ).
Sobre la trágica muerte de Jesús de Nazaret dijo CAIFHÁS: Es preferible que muera un hombre y no todo un pueblo en manos de este sujeto: base bíblica: Juan 18, 14. En el campo político, predominaba un régimen autoritario: el Imperio Romano, donde predominaban los delitos sexuales, sus fiestas eran orgías escandalosas, los pobre o menesterosos no tenían ninguna clase de derechos y menos privilegios, generalmente eran esclavos de los miembros del régimen, veneraban a los animales y politeístas, es decir adoraban innumerables dioses. Invasores de pueblos, allanando la soberanía con matanzas indiscriminadas, para lograr la ocupación de inmensos territorios.
El emperador era considerado como un Dios terrenal y cualquier intento de oposición al respecto se consideraba una muerte segura, a todos los efectos. En el campo social, definitivamente ante este régimen hostil, que utilizaba el CENSO para controlar sus actividades, la familia tenía grandes limitaciones, el cual se clasificaban en diversas clase sociales: los sui iuris ( clase privilegiada, los Patricios ), los alienis iuris (menos privilegiadas) y los plebeyos, la baja clase social ( el vulgo ) y lo clientes ( los comerciantes ). Sobre este punto, Jesús los expulso del templo porque tenían ese lugar de oración como un nido de ratas, vendiendo de todo objeto material y hasta animales.
6.- EDAD ADULTA – ANUNCIO DE SU SEPARACIÓN DE LA FAMILIA.
JESÚS se había separado total y definitivamente de la administración de los asuntos domésticos de la familia nazarena y de la participación inmediata en guiar a cada uno de sus miembros. Hasta el día de su bautismo siguió contribuyendo a las finanzas de la familia y manteniendo un vívido interés personal en el bienestar espiritual de cada uno de sus hermanos y hermanas. Estaba siempre dispuesto a hacer todo lo que fuera humanamente posible para asegurar la comodidad y la felicidad de su madre viuda.
129:0.2 (1419.2) El Hijo del Hombre ya había emprendido todo preparativo necesario para separarse permanentemente de su hogar en Nazaret; por cierto no había sido fácil para él. Jesús amaba naturalmente a su gente; amaba a su familia, y este afecto natural se había aumentado enormemente por su extraordinaria devoción hacia ellos. Cuanto más nos entregamos a nuestros semejantes, tanto más llegamos a amarlos; puesto que Jesús se había entregado tan plenamente a su familia, la amaba con un afecto grande y ferviente.
129:0.3 (1419.3) Paulatinamente la familia estaba despertando al comprender que Jesús se preparaba para dejarles. La tristeza de la separación anticipada apenas si se mitigaba por la forma gradual que Jesús les preparaba para el anuncio de su futura partida. Hacía más de
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cuatro años que se habían dado cuenta de que Jesús estaba preparándose para esta eventual separación.
1. El Veintisiete Año (Año 21 d. de J.C.)
129:1.1 (1419.4) En enero de este año, el 21 d. de J.C., durante una lluviosa mañana de un domingo, Jesús partió sin ceremonia del seno de su familia, explicándoles tan sólo que iba a Tiberias y luego a visitar otras ciudades en torno al Mar de Galilea. Así les dejó, y nunca más volvería a ser un miembro regular de esta familia.
129:1.2 (1419.5) Pasó una semana en Tiberias, la nueva ciudad que pronto sucedería a Séforis como capital de Galilea; poco encontró allí que le interesara, procediendo pues sucesivamente a Magdala y Betsaida hasta llegar a Capernaum, donde se detuvo para visitar al amigo de su padre, Zebedeo. Los hijos de Zebedeo eran pescadores, él mismo era fabricante de barcas. Jesús de Nazaret era experto tanto en las tareas de diseño como de construcción y un verdadero especialista en el trabajo de madera; y Zebedeo conocía ya desde antes la habilidad de este artesano nazareno. Hacía mucho tiempo que Zebedeo quería construir mejores botes; expuso pues sus planes a Jesús, y le invitó al carpintero visitante a asociarse con él para esta empresa. Jesús prestamente aceptó la invitación.
129:1.3 (1419.6) Jesús tan sólo trabajó con Zebedeo poco más de un año, pero durante ese tiempo creó un nuevo estilo de barca y estableció métodos completamente nuevos para su fabricación. Mediante una técnica superior y métodos altamente perfeccionados de vaporizar las tablas, Jesús y Zebedeo comenzaron a construir barcas de superior calidad y clase, embarcaciones mucho más seguras para navegar en el lago que las de tipo más antiguo. Durante varios años Zebedeo tuvo más trabajo, fabricando barcas de esta nueva clase, de lo que su pequeño establecimiento podía ocuparse; en menos de cinco años prácticamente todas las embarcaciones que navegaban en el lago habían sido construidas en el taller de Zebedeo en Capernaum. Jesús llegó a ser muy conocido entre los pescadores galileos como el diseñador de las nuevas barcas.
129:1.4 (1420.1) Zebedeo era un hombre de posición relativamente acomodada; sus astilleros estaban sobre el lago al sur de Capernaum, y su casa estaba situada junto a la orilla del lago cerca de los centros de pesca de Betsaida. Jesús vivió en la casa de Zebedeo durante el año largo de su estadía en Capernaum. Durante mucho tiempo había trabajado solas en el mundo, es decir, sin padre, y mucho disfrutaba de este período de trabajar con un socio-padre.
129:1.5 (1420.2) La mujer de Zebedeo, Salomé, era parienta de Anás, quien había sido sumo sacerdote en Jerusalén y seguía siendo el hombre más influyente de los saduceos, pues tan sólo había sido depuesto ocho años antes. Salomé llegó a admirar grandemente a Jesús. Lo amaba como a sus propios hijos, Santiago, Juan y David; sus cuatro hijas llegaron a considerar
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a Jesús como a su hermano mayor. Jesús salía a menudo a pescar con Santiago, Juan y David quienes descubrieron que era tan buen pescador como experto constructor de barcas.
129:1.6 (1420.3) Durante el curso de este año, Jesús envió dinero a Santiago todos los meses. Regresó a Nazaret en octubre para asistir a la boda de Marta. Desde entonces no volvió a ir a Nazaret por más de dos años, cuando regresó poco antes de la doble boda de Simón y Judá.
129:1.7 (1420.4) Jesús continuó durante este año construyendo barcas mientras seguía observando cómo vivían los hombres en la tierra. Frecuentemente salía a visitar la parada de las caravanas, ya que Capernaum estaba en la ruta directa de Damasco hacia el sur. Capernaum era un importante puesto militar romano, y el comandante de la guarnición era un gentil creyente de Yahvé, «un hombre piadoso» como los judíos gustaban de designar a estos prosélitos. Este oficial pertenecía a una rica familia romana, y tomó por sí mismo el trabajo de construir una hermosa sinagoga en Capernaum, donándola a los judíos poco tiempo antes de que Jesús viniera a vivir con Zebedeo. Durante este año, Jesús ofició en esta nueva sinagoga más de la mitad de las veces, y algunos de los viajeros de las caravanas que tuvieron la oportunidad de asistir, le recordaban como el carpintero de Nazaret.
129:1.8 (1420.5) En el patrón de impuestos Jesús se inscribió como un «artesano especializado de Capernaum». A partir de ese día y hasta el fin de su vida terrenal, se le conoció como residente de Capernaum. El nunca declaró residencia legal en ningún otro lugar, aunque, por diversas razones, permitió que otros le asignaran residencia en Damasco, Betania, Nazaret e incluso Alejandría.
129:1.9 (1420.6) En la sinagoga de Capernaum encontró muchos libros nuevos en las arcas de la biblioteca, y pasaba por lo menos cinco noches por semana estudiando intensamente. Dedicaba una noche a hacer vida social con los ancianos, otra, con los jóvenes. En la personalidad de Jesús había algo graciable e inspirador que atraía invariablemente a los jóvenes. A ellos siempre hacía sentir cómodos en su presencia. Acaso el gran secreto de su popularidad con ellos consistía en el doble hecho de que siempre mostraba interés en lo que ellos estaban haciendo, aunque rara vez les ofrecía consejo a menos que se lo pidieran.
129:1.10 (1420.7) La familia de Zebedeo casi adoraba a Jesús, y todos asistían fielmente a las sesiones de preguntas y respuestas que presidía cada noche después de la cena, antes de irse a estudiar a la sinagoga. Frecuentemente los jóvenes del vecindario también acudían a estas reuniones de sobremesa. Jesús les impartía enseñanzas variadas y avanzadas, dentro de lo que ellos podían comprender. Hablaba de manera abierta, expresando sus ideas e ideales sobre política, sociología, ciencia y filosofía, pero nunca presumía de hablar con finalidad autoritaria excepto cuando discutía de religión la relación del hombre con Dios.
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129:1.11 (1421.1) Una vez por semana celebraba Jesús una reunión con todos los jornaleros que trabajaban en la casa, en el taller y en el puerto, pues Zebedeo tenía muchos empleados. Y fue entre estos obreros entre los que Jesús fue llamado por primera vez «el Maestro». Todos ellos lo amaban. Disfrutaba de sus labores con Zebedeo en Capernaum, pero extrañaba a los niños que jugaban junto al taller de carpintería en Nazaret.
129:1.12 (1421.2) Entre los hijos de Zebedeo, Santiago era el más interesado en Jesús como maestro, como filósofo. A Juan le interesaban su enseñanza y opiniones religiosas. David lo respetaba como mecánico pero no le interesaban mucho sus puntos de vista religiosos ni sus enseñanzas filosóficas.
129:1.13 (1421.3) Judá comparecía frecuentemente los sábados para escuchar a Jesús en la sinagoga y se quedaba para conversar con él. Cuanto más veía Judá a su hermano mayor, tanto más se convencía de que Jesús era realmente un gran hombre.
129:1.14 (1421.4) Este año hizo Jesús grandes progresos en la dominación ascendente de su mente humana y alcanzó nuevos y elevados niveles de contacto consciente con su Ajustador del Pensamiento.
129:1.15 (1421.5) Fue éste el último año de vida estable que tuvo. Nunca más pudo Jesús vivir un año entero en un solo lugar, ni ocuparse de una sola empresa. Rápidamente se acercaban los días de sus peregrinaciones terrestres. No estaban lejos en el futuro los períodos de intensa actividad, pero el período que se avecinaba, entre su simple pero intensa vida activa del pasado y su aun más intenso y arduo ministerio público, sería de unos pocos años de extensos viajes y de actividad personal muy diversificada. Su formación como hombre del reino, tenía que ser completada antes de que pudiera entrar a su carrera de enseñanza y predicación como el Dios-hombre perfeccionado de las fases divina y posthumana de su autootorgamiento en Urantia.
2. El Veintiocho
Año (Año 22 d. de J.C.)
129:2.1 (1421.6) En marzo del año 22 d. de J.C., Jesús se despidió de Zebedeo y de Capernaum. Pidió una pequeña suma de dinero para costear sus gastos de viaje a Jerusalén. Mientras trabajaba con Zebedeo tan sólo había cobrado pequeñas sumas de dinero, que mensualmente enviaba a su familia en Nazaret. Algunos meses iba José a Capernaum por el dinero, otros meses iba Judá para recibir el dinero y llevarlo a Nazaret. El centro pesquero donde trabajaba Judá estaba unos pocos kilómetros al sur de Capernaum.
129:2.2 (1421.7) Cuando Jesús se despidió de la familia de Zebedeo, convino en permanecer en Jerusalén hasta la Pascua, y ellos prometieron viajar a Jerusalén para esa ocasión. Incluso dispusieron celebrar juntos la cena pascual. Todos ellos lamentaban la partida de Jesús, especialmente las hijas de Zebedeo.
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129:2.3 (1421.8) Antes de irse de Capernaum, Jesús tuvo una larga conversación con su nuevo amigo e íntimo compañero Juan Zebedeo. Le dijo que pensaba viajar extensamente hasta «que llegue mi hora» y le pidió que se ocupara en su lugar de enviar dinero a su familia en Nazaret todos los meses, hasta que se agotaran los fondos acumulados por él durante ese año. Y Juan así le expresó su promesa: «Maestro mío, ocúpate de tus asuntos, haz tu obra en el mundo; yo actuaré por ti en éste y en cualquier otro asunto, y velaré por tu familia como cuidaría de mi propia madre y de mis propios hermanos y hermanas. Emplearé tus fondos, guardados por mi padre tal como tú le pediste, según ellos los necesiten; cuando ya tu dinero se haya acabado, si no recibo nada más de ti, y si tu madre está necesitada, compartiré pues mis propias ganancias con ella. Vete en paz. Actuaré en tu lugar en todos estos asuntos».
129:2.4 (1422.1) Por tanto, cuando Jesús partió para Jerusalén, Juan consultó con su padre, Zebedeo, respecto del dinero que le debían a Jesús, sorprendiéndose de que fuera una suma tan considerable. Como Jesús había dejado el asunto enteramente en sus manos, convinieron que sería mejor invertir estos fondos en propiedades y usar los ingresos para asistir a la familia de Nazaret; y puesto que Zebedeo conocía de una casita en Capernaum que tenía una hipoteca y estaba en venta, mandó a Juan a comprar esta casa con el dinero de Jesús y mantener el título en fideicomiso para su amigo, y así lo hizo Juan.
Por dos años la renta de la casa se aplicaría a la hipoteca, y ésta, aumentada por cierto dinero que Jesús poco después envió a Juan para ser usado como la familia lo necesitara, casi igualaba la suma de esta obligación; y Zebedeo suplió la diferencia, de manera que Juan pagó el resto de la hipoteca a su debido tiempo, asegurando así un título limpio para esta casita de dos piezas. De este modo Jesús sin saberlo, se convirtió en propietario de una casa en Capernaum.
129:2.5 (1422.2) Cuando se enteró la familia en Nazaret de que Jesús había partido de Capernaum, puesto que nada sabían de su pacto financiero con Juan, creyeron que había llegado la hora de que se arreglaran sin más ayuda de Jesús. Santiago recordó su contrato con Jesús y, con la ayuda de sus hermanos, de ahí en adelante asumió plena responsabilidad por el cuidado de la familia.
129:2.6 (1422.3) Pero, regresemos ahora a observar a Jesús en Jerusalén. Durante casi dos meses pasó la mayor parte de su tiempo escuchando las discusiones en el templo y visitando ocasionalmente las diversas escuelas rabínicas. Pasaba la mayoría de los sábados en Betania.
129:2.7 (1422.4) Jesús había llevado consigo a Jerusalén una carta de presentación de Salomé, la esposa de Zebedeo, dirigida al ex sumo sacerdote Anás, expresando que «es como si fuera mi propio hijo». Anás pasó mucho tiempo con él, llevándole personalmente a visitar las muchas academias de los maestros religiosos de Jerusalén. Aunque Jesús inspeccionaba estas escuelas concienzudamente y observaba con atención sus métodos de enseñanza, nunca hizo
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ni una sola pregunta en público. Aunque Anás consideró a Jesús un gran hombre, no sabía cómo asesorarlo. Le parecía tonto sugerirle que ingresara como estudiante en una de aquellas escuelas de Jerusalén, pero por otra parte sabía bien que no podría Jesús alcanzar la categoría de maestro regular porque no había recibido instrucción en ninguna de estas escuelas.
129:2.8 (1422.5) Ya se acercaba la época de la Pascua, y junto con las multitudes que venían de todos los rincones de la tierra, de Capernaum llegaron Zebedeo y su entera familia. Todos ellos se hospedaron en la espaciosa casa de Anás, donde celebraron la Pascua como una familia feliz.
129:2.9 (1422.6) Antes del fin de esta semana pascual, por una aparente casualidad, Jesús conoció a un rico viajero y a su hijo, un joven de unos diecisiete años. Estos viajeros procedían de la India camino a Roma y a otros lugares del Mediterráneo, y habían planeado visitar Jerusalén durante la Pascua, con la esperanza de encontrar a alguien a quien pudieran contratar como intérprete para ambos y tutor para el hijo. Al conocer a Jesús, el padre insistió que los acompañara en su viaje. Jesús le habló de su familia, agregando que no le parecía justo abandonarla por un período de casi dos años, período durante el cual podría correr el riesgo de pasar necesidades. Este viajero del Oriente le propuso pues a Jesús adelantarle los jornales correspondientes a un año de trabajo, para que él se los entregase a una persona de su confianza, asegurando así la protección de su familia contra cualquier necesidad. Y Jesús convino entonces en viajar con ellos.
129:2.10 (1423.1) Jesús entregó esta importante suma de dinero a Juan el hijo de Zebedeo. Ya sabéis cómo utilizó Juan este dinero para la liquidación de la hipoteca de la propiedad en Capernaum. Jesús le contó a Zebedeo todo el arreglo de este viaje por el Mediterráneo, pero le hizo prometer que no se lo diría a nadie, ni aun a su propia familia; y Zebedeo jamás reveló su conocimiento sobre el paradero de Jesús durante este largo período de casi dos años. Antes del retorno de Jesús, la familia en Nazaret ya casi lo había dado por muerto. Sólo las aseveraciones de Zebedeo, quien en varias ocasiones los visitaba con su hijo Juan en Nazaret, mantenían viva la esperanza en el corazón de María.
129:2.11 (1423.2) Durante este período le iba bastante bien a la familia nazarena; Judá había aumentado considerablemente su cuota y mantuvo esta contribución adicional hasta que se casó. Pese a que no parecían necesitar ayuda, Juan Zebedeo se hizo a la costumbre de llevar obsequios a María y Ruth todos los meses tal como Jesús le había instruido.
3. El Veintinueve Año (Año 23 d. de J.C.)
129:3.1 (1423.3) Todo el vigésimo noveno año de su vida lo pasó Jesús completando su gira por el mundo mediterráneo. Los principales acontecimientos, dentro de lo que se nos ha permitido divulgar de estas experiencias, constituyen el objeto de las narraciones que siguen inmediatamente a este documento.
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129:3.2 (1423.4) A través de esta gira por el mundo romano, por muchas razones a Jesús se le conoció como el escriba de Damasco. En Corinto y en otras escalas del viaje de regreso se le conoció, sin embargo, como el tutor judío.
129:3.3 (1423.5) Fue éste un período extraordinario en la vida de Jesús. Durante este viaje se puso en contacto con muchos de sus semejantes, sin embargo esta experiencia es la una fase de su vida que él nunca reveló ni a su familia ni a ninguno de los apóstoles. Jesús vivió su vida en la carne y partió de este mundo sin que nadie (salvo Zebedeo de Betsaida) supiera que él había hecho este extenso viaje. Algunos de sus amigos pensaron que había regresado a Damasco; otros pensaron que se había ido a la India. Su propia familia se inclinaba a creer que estaba en Alejandría, ya que sabían que una vez había sido invitado a ir allí con el objeto de convertirse en asistente de un chazán.
129:3.4 (1423.6) Cuando Jesús regresó a Palestina, nada hizo para cambiar la opinión de su familia de que había ido de Jerusalén a Alejandría; les dejó creer que todo el tiempo que había estado ausente de Palestina lo había pasado en esa ciudad de erudición y de cultura. Sólo Zebedeo, el fabricante de botes de Betsaida, conocía lo que era el hecho acerca de estos asuntos, y Zebedeo nunca dijo nada a nadie.
129:3.5 (1423.7) En todos vuestros esfuerzos para descifrar el propósito de la vida de Jesús en Urantia, debéis recordar la motivación del autootorgamiento de Micael. Si queréis comprender el significado de muchas de sus acciones aparentemente extrañas, debéis discernir el propósito de su estadía en vuestro mundo. En todo momento cuidó de que su carrera personal no resultara desproporcionadamente atrayente, de que no monopolizara la atención de los seres humanos. No quería atraer a sus semejantes en una forma excepcional o sobrecogedora. Estaba dedicado a la obra de revelar el Padre celestial a sus semejantes mortales y al mismo tiempo consagrado a la sublime tarea de vivir su vida terrena mortal, siempre sujeta a la voluntad del mismo Padre del Paraíso.
129:3.6 (1424.1) También será siempre provechoso comprender la vida de Jesús en la tierra, si los estudiantes mortales de este divino autootorgamiento recuerdan que, aunque vivió esta vida de encarnación en Urantia, la vivió para todo su universo. En la vida que vivió en la carne de naturaleza mortal había algo especial e inspirador para cada una de las esferas habitadas de todo el universo de Nebadon. Lo mismo también se aplica a todos aquellos mundos que han llegado a ser habitables después de la era memorable de su estadía en Urantia. Y esto es igualmente cierto de todos los mundos que puedan llegar a ser habitados por criaturas volitivas en toda la historia futura de este universo local.
129:3.7 (1424.2) El Hijo del Hombre, durante la época y mediante las experiencias adquiridas en su viaje por el mundo romano, completó prácticamente su preparación por educación y contacto con los pueblos diversificados del mundo de su día y de su generación. Al tiempo de
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su regreso a Nazaret, gracias a lo que había aprendido viajando, prácticamente ya sabía cómo vive el hombre y cómo forja su existencia en Urantia.
129:3.8 (1424.3) El verdadero propósito de este viaje alrededor de la cuenca del Mediterráneo fue conocer a los hombres. El llegó a estar muy cerca de centenares de seres humanos en este viaje. Conoció y amó a toda clase de hombres, ricos y pobres, de todas las clases sociales, negros y blancos, eruditos y menos eruditos, cultos e incultos, animalísticos y espirituales, religiosos e irreligiosos, rectos e inmorales.
129:3.9 (1424.4) En este viaje por el Mediterráneo hizo Jesús grandes progresos en su tarea humana de dominar la mente material y mortal, y su Ajustador residente hizo grandes progresos en la ascensión y conquista espiritual de este mismo intelecto humano. Al finalizar este viaje Jesús virtualmente conocía —con toda humana certeza— que él era un Hijo de Dios, un Hijo Creador del Padre Universal. El Ajustador pudo cada vez más evocar en la mente del Hijo del Hombre nebulosas memorias de su experiencia en el Paraíso en asociación con su Padre divino, antes de que él viniera a organizar y administrar este universo local de Nebadon. Así pues el Ajustador, poco a poco, trajo a la conciencia humana de Jesús esos recuerdos necesarios de su existencia anterior y divina en las diferentes épocas de su pasado casi eterno. El último episodio de su experiencia prehumana que el Ajustador le evocó fue su diálogo de despedida con Emanuel de Salvington poco antes de hacer entrega de su personalidad consciente para embarcarse en la encarnación urantiana. Y esta última imagen de recuerdo de su existencia prehumana se hizo claro en la conciencia de Jesús el mismo día de su bautismo por Juan en el río Jordán.
4. El Jesús Humano
129:4.1 (1424.5) Para las inteligencias celestiales del universo local que lo presenciaban, este viaje por el Mediterráneo fue el más cautivante de todas las experiencias terrenas de Jesús, por lo menos de toda su carrera hasta a su crucifixión y muerte. Fue éste el período fascinante de su ministerio personal, en contraste con la época de ministerio público que pronto le seguiría. Este episodio singular fue tanto más estupefaciente porque por entonces era aún el carpintero de Nazaret, el constructor de barcas de Capernaum, el escriba de Damasco; aún era el Hijo del Hombre. Todavía no había logrado el completo dominio de su mente humana; el Ajustador aún no había dominado y equiparado plenamente la identidad mortal. Aún él era un hombre entre los hombres.
129:4.2 (1425.1) La experiencia religiosa puramente humana el crecimiento espiritual personal del Hijo del Hombre alcanzó prácticamente su ápice durante este su vigésimo noveno año de edad. Esta experiencia de desarrollo espiritual fue un crecimiento uniformemente gradual desde el momento de la llegada de su Ajustador del Pensamiento hasta el día en que se completó y se confirmó esa relación humana normal y natural entre la mente material del hombre y la dote mental del espíritu —el fenómeno de hacer de estas dos
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mentes una sola, la experiencia que el Hijo del Hombre alcanzó en forma completa y final, como mortal encarnado del reino, el día de su bautismo en el Jordán.
129:4.3 (1425.2) A través de todos estos años, si bien no parecía estar en comunión frecuente con su Padre celestial, perfeccionó métodos cada vez más eficaces de comunicación personal con la presencia espiritual residente de su Padre del Paraíso. Vivió una vida verdadera, una vida plena y una vida verdaderamente normal, natural y común en la carne. Conoce por experiencia personal el equivalente verdadero de la suma y substancia completas del vivir la vida de los seres humanos en los mundos materiales del tiempo y del espacio.
129:4.4 (1425.3) El Hijo del Hombre experimentó la entera gama de las emociones humanas que van desde la alegría más espléndida hasta la pena más profunda. Fue un niño alegre y un ser de raro buen humor; asímismo fue un «varón de dolores, experimentado en quebranto». En un sentido espiritual, vivió su vida mortal de abajo hacia arriba, del principio al fin. Desde un punto de vista material, podría parecer que escapó de vivir en los dos extremos sociales de la existencia humana, pero intelectualmente llegó a estar completamente familiarizado con toda la experiencia completa de la humanidad.
129:4.5 (1425.4) Jesús conoce los pensamientos y los sentimientos, los deseos y los impulsos, de los mortales evolucionarios y ascendentes de los reinos, desde su nacimiento hasta su muerte. Ha vivido la vida humana desde los comienzos del yo físico, intelectual y espiritual, pasando por la infancia, la adolescencia, la juventud y la edad adulta, llegando hasta la experiencia humana de la muerte. No sólo pasó a través de estos períodos humanos comunes y conocidos de avance intelectual y espiritual, sino que también experimentó plenamente esas fases más elevadas y avanzadas que consisten en la reconciliación del humano con el Ajustador, que tan pocos mortales de Urantia consiguen alcanzar. Así pues experimentó la plena vida del hombre mortal, no sólo como la se vive en vuestro mundo, sino también como se la vive en todos los otros mundos evolucionarios del tiempo y del espacio, incluso en los más elevados y avanzados de todos los mundos ya establecidos en luz y vida.
129:4.6 (1425.5) Aunque esta vida perfecta que vivió en semejanza de la carne mortal puede no haber recibido la aprobación no cualificada y universal de sus semejantes mortales que tuvieron la oportunidad de ser sus contemporáneos en la tierra, sin embargo, la vida que Jesús de Nazaret vivió en la carne y en Urantia recibió la plena y no cualificada aprobación del Padre Universal: constituía al mismo tiempo, y en la misma vida de la personalidad, la plenitud de la revelación del Dios eterno, al hombre mortal y la presentación de una personalidad humana perfeccionada a la satisfacción del Creador Infinito.
129:4.7 (1425.6) Y era éste su verdadero y supremo propósito. No descendió a Urantia para vivir un ejemplo perfecto y detallado para cualquier niño o adulto, cualquier hombre o mujer, de esa época o de cualquier otra. De hecho todos podemos encontrar en su vida plena, rica,
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hermosa y noble mucho que es exquisitamente ejemplar, de inspiradora divinidad. Pero esto se debe a que vivió una vida verdadera y genuinamente humana. Jesús no vivió su vida en la tierra como un ejemplo para que la copiaran todos los demás seres humanos. Vivió su vida en la carne mediante el mismo ministerio de misericordia que todos vosotros podéis vivir vuestras vidas en la tierra; y así como vivió su vida mortal en su día y como él era, así pues dejó un ejemplo para que todos nosotros vivamos nuestras vidas en nuestros días y como somos. No podéis aspirar a vivir su vida, pero podéis resolver que viviréis vuestra vida, así como, y por los mismos medios que él vivió la suya. Puede que Jesús no sea el ejemplo técnico y detallado para todos los mortales de todas las edades en todos los reinos de este universo local, pero es perdurablemente la inspiración y el guía de todos los peregrinos al Paraíso que proceden de los mundos de ascensión inicial a través de un universo de universos y a través de Havona al Paraíso. Jesús es la senda nueva y viviente que va del hombre a Dios, desde lo parcial hasta lo perfecto, de lo terrenal a lo celestial, del tiempo a la eternidad.
129:4.8 (1426.1) A fines de su vigésimo noveno año, Jesús de Nazaret había terminado virtualmente la experiencia de vivir la vida como se les exige a los mortales moradores en la carne. Vino a la tierra para que se le manifestase la plenitud de Dios al hombre; ya se ha convertido casi en la perfección del hombre que aguarda la ocasión de manifestarse a Dios. Y todo esto lo hizo antes de cumplir los treinta años de edad.
7.- SU PRIMER ACTO PÚBLICO:
Efectivamente, su primer acto público se realizó en la Boda de Canaa, se casaba San Judas Tadeo con una muchacha de su comunidad, asistieron todos los apóstoles y fue allí donde se presentaron la virgen María y su Hijo Jesús de Nazaret, quien tenía 18 años de ausencia, sólo se sabía de Él, cuando tenía 12 años, estando en Jerusalén se desapareció de las manos de su Madre y luego encontrado por ella, en un Templo, hablando con los doctores y escribanos de la Iglesia, María captó pre-se que su Hijo crecía en Sabiduría y en estatura, ella le comentó esto a Lucas y éste lo puso en su evangelio. De todas formas María le llamó la atención y le dijo: Hijo porque nos hiciste esto tú Padre y yo estábamos muy preocupados y Jesús contestó: ah a caso no sabéis que estaba en las cosas de mi Padre.
En esa fiesta al final de la madrugada se terminó el vino, aquello era una tragedia, porque las fiestas duraban hasta tres y cuatro día, por ello María en lugar de ir hablar con el dueño de la casa, se dirigió directamente a su Hijo Jesús y le dice se acabó el vino, Jesús le contesto, que es esto, todavía no ha llegado mi hora y fue en ese momento que María le dice a la servidumbre que hagan lo que ÉL LES DIGA, PERO COMO JESÚS NO LE NIEGA NADA A SU MADRE, dice que agarren esas seis tinajas y llénenlas de agua y se la llevan al cantinero, una vez realizado esto, cuando destaparon las tinajas, observaron que había vino tinto dentro de las tinajas. Este fue el primer Milagro de Jesús y así mismo consideró como un Sagrado Sacramento el acto del Matrimonio diciendo lo que Dios une no lo separa nadie. Nota: este fue su primer Acto
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Público, tenía 30 años de edad. Aquí comenzó su peregrinaje, predicando la Palabra del SEÑOR y enseñando en todas las comunidades, que vivían extraviadas y sin fe.
8.- SU GRANDE PEROCUPACIÓN – SUFRIMIENTO INTERIOR:
JESÚS presentía su muerte, después que convocó a una reunión con sus seres más cercano, para manifestar lo que debían hacer luego de su muerte, era una especie de Testamento, continuó con ese sufrimiento y se fue a rezar al Monte de Getsemaní y oró con tanto fervor y vehemencia que se dañó las glándulas sudoríparas y comenzó a sudar sangre por todo el cuerpo es lo que se denomina hematidrosis. Aquí se demuestra el grande padecimiento de Jesús que tenía en su interior.
9.- LA ÚLTIMA CENA:
Un día jueves de noche después de la puesta del sol, región de Jerusalén, en tiempos del Procurador Poncio Pilatos y en una sala prestada (costumbre judía de ceder locales a los peregrinos en la ciudad Santa), se celebra la Última Cena. Se confirma que fue de noche porque la costumbre de la época era comer dos veces al día: desayuno y almuerzo. Jesús y los discípulos comieron recostados y no sentados, recostarse en la mesa era propio de hombres libres y no de esclavos. Se asegura que comieron cordero asado, que utilizaron una copa única con vino tinto, se deduce de su comparación con la sangre y se la pasaron entre los discípulos y bebieron todos de ella (Mc 14, 23 ).
La cena terminó con el canto de alabanza: Hallel Pascual, Salmo 114 y 118. Es allí donde el propio Jesús de Nazareth instaura la Eucaristía, porque es Acción de Gracias a Dios; las palabras EUCHARISTEIN (Lc 22, 19; I Co 11, 24) y EULOGEIN (Mt 26, Mc 22), recuerdan las bendiciones judías que proclaman durante la comida las obras de Dios: la creación, la redención y la santificación. Según la tradición el mandato que Jesús impuso en la ULTIMA CENA de comer pan y beber vino en MEMORIA MÍA es la Institución de la Eucaristía. Estudios de los textos evangélicos, han mostrados que esta conclusión no es tan verosímil. El mandato
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haced esto en MEMORIA MIA no aparece en los relatos que Mateo y Marcos hicieron de la ÚLTIMA CENA. Pero en el evangelio de Lucas (Luc 22, 19) reza: “Tomando el pan, dio gracias, lo partió y se los dio, diciendo: Éste es mi cuerpo, que es entregado por vosotros, haced esto en MEMORIA MIA. Así mismo el cáliz, después de haber cenado, diciendo: Este cáliz es la nueva alianza en mi sangre, que es derramada por vosotros. Mirad, la mano del que me entrega está conmigo a la mesa. Porque el Hijo del hombre se va, según está decretado, pero ¡ay de aquél por quien será entregado! Ellos comenzaron a preguntarse unos a otros sobre quién de ellos sería el que había de hacer esto.
De manera que en esta cita bíblica por una parte le otorga veracidad al mandato haced esto en MEMORIA MÍA, el cual pudo transmitirse por tradición oral, traducido y estampado por San Lucas en su evangelio; la otra, Jesús anuncia su pasión y muerte, además señala que el traidor está presente en la mesa, hay una donación personal de Jesús (acción profética). Algunos teólogos modernos han intentado recuperar el sentido judaico antiguo de rememorar los actos de Dios (anámnesis), los fieles participan en la ÚLTIMA CENA, el sufrimiento en la Cruz y la resurrección de Cristo, del mismo modo de la Cena Pascual judía que es memorial actualizador del acontecimiento de Éxodo. Definitivamente la Última Cena constituye una DESPEDIDA y a la vez TESTAMENTO. Antiguamente el Patriarca antes de morir celebraba una cena donde resumía toda su vida, formulando bendiciones a los presentes y a las generaciones venideras.
CAPÍTULO VI LA MAYORÍA DE EDAD DE JESÚS DE NAZARET
AB INITIO:
Cuando Jesús de Nazaret llegó a los 33 años de edad, se constituyó en un período realmente traumático, estando rezando en el Monte de Getsemaní fue aprehendido por los esbirros del Sanedrín a causa de la traición de judas Iscariote, quien se presentó en el lugar donde estaba Jesús, lo abrazó y le dio un beso en la mejilla, para indicarle a los esbirros quien era el hombre a detener. Jesús le dijo a Judas Iscariote estas palabras: “AMIGO CON UN BESO TRAICIONAS AL HIJO DEL HOMBRE. TE HUBIESE SIDO MEJOR NO HABER NACIDO “. Siguiendo los acontecimientos, Jesús fue llevado ante la presencia del autor material del asesinato de Jesús de Nazaret, llamado Caifhás, yerno de Anás, y autor intelectual de dicha muerte, hombre frío y calculador, quien se hacía llamar Póntífice. Es de señalar, que ellos en principio querían asesinar a Jesús a escondidas, así mismo el maléfico Caifhás dijo: Es preferible que muera este Hombre, que todo un pueblo a causa de su terrorismo.
Caifhás lo interroga en plena reunión de Sanedrín y le pregunta a todo grito, con su lenguaje procaz: Júrame por el Dios de lo alto, que eres el Mesías o el Hijo de Dios ? Jesús con su grande Carisma y presencia imponente, quien tenía el don de la impasibilidad y si se quiere de la displicencia, le contesto: SÍ, PARA ESO HE VENIDO AL MUNDO PARA DAR TESTIMONIO DE LA
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VERDAD, QUE ES LA JUSTICIA Y EL RECTO PROCEDER Y EL AMOR AL PÚBLICO. PREGÚNTALE A
QUIENES YO LE HE HABLADO, HE PREDICADO LIBREMENTE EN LAS SINAGOGAS Y EL IMPERIO ROMANO JAMÁS ME HA PERTURBADO. Ante esta magistral respuesta Caifhas entra en crisis y en un arrebato de ira, se rompe toda su vestidura y el servil que estaba al lado le dio un golpe tan fuerte a la cara de Jesús, que le fracturó el tabique de la nariz, lesión que se observa en la Sábana Santa. Así, comenzó su martirio. He aquí los escenarios de la CRICIFIXIÓN.
Esta espantosa condena nos conduce a la extraordinaria lógica de interpretar el exacto significado del dolor, los pesares y angustias que ocurren en el ser humano. La Crucifixión, se traduce en una dualidad emblemática del Dolor y del Éxito.
Nuestro Señor Jesucristo, vivió y sintió per-se, las torturas impuestas a causa de la horrorosa e infame condena, que representaba la Crucifixión, sufrió desde niño, persecuciones, amenazas de muerte, vale decir, que la aplicabilidad de la señalada condena, perpetuaba el dolor durante el vía crucis, hasta morir, pero al final logró la Gloria de la Resurrección, es decir, el éxito.
Por ello, Mahatma Gandhi, el Libertador de la India, dijo estas palabras lapidarias: “ DE TODO GRANDE ÉXITOS, PRECEDE MUCHAS ANGUSTIAS Y PESARES “
Esto es rigurosamente cierto, el mismo Mahatma Gandhi, durante su lucha por liberar a su pueblo del implacable yugo inglés, sufrió cárcel e innumerables torturas, aplicaba en sus protestas contra el opresor una especial y extraordinaria política de la NO VIOLENCIA, logrando así la libertad de su pueblo: LA INDIA.
Franklin Delano Roosevelt, 32 Presidente de Estados Unidos, en 1921 enfermó de Poliomelitis, no pudo utilizar sus piernas, aun con esa discapacidad, fue elegido Presidente de Estados Unidos, (primer demócrata ).
Así mismo, Martin Luther King, Estadounidense, Pastor de la Iglesia Bautista luchaba con vehemencia por los derechos civiles y en contra de la guerra de Vietnam, tuvo grandes angustias y pesares, luchaba afanosamente por erradicar la pobreza, fue vilmente asesinado, es el autor del famoso discurso “ I HAVE A DREAM “ ( YO TENGO UN SUEÑO ). Su obra social fue absolutamente exitosa, reconocida a nivel mundial.
Luego Nelson Mandela. Desde su infancia nació su amor al prójimo, con él se cumplía el mansaje cristiano de que “Si no ayudas a tu hermano que ves, no puedes creer en Dios que no ves”. Planificó y dirigió los movimientos de protesta contra el Apartheid, por lo cual fue condenado por el régimen dictatorial de su país a cadena perpetua, confinado en una celda en precarias condiciones en Robben Island; luego de 27 años de cárcel sale en libertad en 1990 y gana abrumadoramente las elecciones presidenciales en 1994, constituyéndose en el primer presidente negro de su país ( Sudáfrica ).
Todos sufrieron magnos pesares y angustias, pero en definitiva triunfaron, lograron el éxito.
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CAPÍTULO VII
RECORRIDO FINAL DE JESÚS DE NAZARET
8.- LA RESURRECCIÓN
AB INITIO:
Después de la trágica y espantosa muerte de Jesús de Nazaret, aquel viernes 7 de Abril a las tres de la tarde ( la hora nona ) en la era del Imperio Romano, cuyo Emperador Tiberio César y en el lugar denominado Monte de el Calvario ubicado en Judea, bajo el mando del Procurador Romano Poncio Pilato. Vale decir, que estando Poncio en el estrado preparándose para juzgar a Jesús de Nazaret, se le presentó su esposa Claudia Prócula, prima del Emperador Tiberio César y le dijo al oído: “Poncio no te metas con ese Justo, porque anoche en sueño sufrí mucho por ÉL”. Así se constituyó en la única abogado defensora de Jesús, lo demás es historia conocida. Una iglesia Copta la venera como una santa y de Poncio se especula que murió en las Galias, expulsado de su cargo por haber rechazado una protesta, con una crueldad inimaginable matando más de trescientos hombres opositores al régimen dictatorial.
NOTA AL MARGEN:
Está comprobado científica e históricamente que Poncio se hizo amigo de Jesús de Nazaret y el mismo con sus propias palabras en pleno proceso judicial le dijo: “MI PERSONAL Y YO ESTAMOS PROFUNDAMENTE IMPRESIONADOS CON USTED. A LO CUAL LE CONTESTÓ JESÚS : TÚ PUEDES TENER ACCESO A LA VERDAD” . Poncio no entendió aquellas palabras, porque la verdad para él era el Poder y la Gloria. Otro aspecto científicamente demostrado de manera documental y probado en los escenarios expuesto en nuestra Biblia Sagrada, fue la convocatoria que hizo Jesús al pueblo de Judea, una especie de Plesbicito exponiendo a Jesús de Nazaret ante el Público aglomerado ante el Palacio de Antonia y un reconocido criminal y conspirador y les hizo la siguiente pregunta: ¿A QUIEN QUIEREN QUE SUELTE? ¿A SU REY JESÚS DE NAZARET O A ESTE BANDIDO BARRABÁS? Un grupo de personas que hacía mayoría contestaron a gritos: Suelten a BARRABÁS, suelten a BARRABÁS. Inmediatamente Poncio se vio obligado a darle la libertad, seguidamente pidió que le trajeran una ponchera llena de agua, se lavó las manos diciendo: SOY INOCENTE DEL DERRAMAMIENTO DE SANGRE DE ESTE HOMBRE, ALLÁ USTEDES, USTEDES VERÁIS y se retiró del sitio.
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NOTA: Lo que no sabía Poncio Pilato es que los asesinos del Sanedrín habían contratado a un grupo de hombres para que gritaran que soltaran a Barrabás y así distorsionar la voluntad popular.
Distinguido lector, si usted, tiene duda al respecto, he aquí la evidencia al respecto: Base Bíblica; Mateo 27, 15-26. En cada fiesta, el gobernador acostumbraba soltar un preso al pueblo, el que ellos quisieran. Tenían entonces un preso famoso, llamado Barrabás. Por lo cual, cuando ellos se reunieron, Pilato les dijo: «¿A quién quieren que les suelte: a Barrabás o a Jesús, llamado el Cristo?». Porque él sabía que lo habían entregado por envidia. Y estando Pilato sentado en el tribunal, su mujer le mandó aviso, diciendo: «No tengas nada que ver con ese Justo, porque hoy he sufrido mucho en sueños por causa de Él».
Pero los principales sacerdotes y los ancianos persuadieron a las multitudes que pidieran a Barrabás y que dieran muerte a Jesús. El gobernador les preguntó de nuevo: «¿A cuál de los dos quieren que les suelte?». Ellos respondieron: «A Barrabás». Pilato les dijo*: «¿Qué haré entonces con Jesús, llamado el Cristo?». «¡Sea crucificado!», dijeron todos. Pilato preguntó: «¿Por qué? ¿Qué mal ha hecho?». Pero ellos gritaban aún más: «¡Sea crucificado!».
Viendo Pilato que no conseguía nada, sino que más bien se estaba formando un tumulto, tomó agua y se lavó las manos delante de la multitud, diciendo: «Soy inocente de la sangre de este Justo. ¡Allá ustedes!». Todo el pueblo contestó: «¡Caiga Su sangre sobre nosotros y sobre nuestros hijos!». Entonces les soltó a Barrabás, y después de hacer azotar a Jesús, lo entregó para que fuera crucificado.
8.- LA RESURRECCIÓN:
No podemos separar la Pasión de Jesús de Nazaret de su Resurrección. La Pasión es un puente que nos une a la Resurrección. La Semana Santa es la más sagrada del año, está íntimamente unida a la Cruz y a la Resurrección. La Resurrección es el renacer del cuerpo después de la muerte, es el triunfo que nos lleva a la vida eterna. Al ilustrar la Pasión y Muerte de Jesús, observamos que él fue conducido al Consejo Supremo de los Judíos: EL SANEDRÍN, donde Caifás pidió a Jesús que declarase si era el Mesías, el Hijo de Dios ( Mt 26, 63 ). Por esta afirmación ( Mc 14, 62 ), el Consejo le condenó a muerte por blasfemia, pero como sólo el Procurador Romano tenía poder para imponer la Pena Capital, el viernes por la mañana condujeron a Jesús ante Pilatos para sentenciarle. Antes del juicio Pilatos le preguntó en Latín si era el Rey de los Judíos, Jesús contestó: TU LO HAS DICHO ( Mc 15, 2 ). Pilatos, intentó varios recursos para salvarle antes de dejar la decisión final en manos de la muchedumbre. Cuando el populacho insistió en su muerte, Pilatos ( Mt 27, 24 ) ordenó su ejecución. Jesús fue llevado al Gólgota ( calavera ) y crucificado, que era la pena máxima romana aplicada a los criminales y los delincuentes políticos. Dos ladrones fueron también crucificados con ÉL, uno a cada lado. Como el sábado era el día festivo de los judíos: el SHABAT, tiempo durante el cual no estaba
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permitido el enterramiento, le otorgaron rápidamente el permiso a José de Arimatea para depositarlo en una tumba cercana.
El domingo siguiente al amanecer, María Magdalena y María la madre de SANTIAGO ( Mc 16, 1 ) fueron al sepulcro para ungir el Cuerpo de Jesús antes de enterrarlo y lo encontraron vacío. Según Juan 21, 11, 18 María magdalena vio dos Ángeles y después a Cristo Resucitado. De manera que Jesús al resucitar de la muerte dio esperanza a la humanidad de una vida después de la muerte en el Reino de los Cielos. En lo inherente a Pilatos, su papel real en el proceso a Jesús, ha sido muy debatido por los historiadores. La Iglesia antigua tendió a culpar más a los judíos y a juzgar con menos severidad al Gobernador Romano. Si se hace una exégesis de los hechos, se evidencia que los autores intelectuales de este crimen recae sobre los judíos de la época ( Sanedrín ). La Resurrección nos permitió conocer de manera indubitable la verdadera identidad de Jesús: Hijo de Dios, que mantenida inicialmente en secreto ( Mc 1, 34, 44 ) queda claramente revelada ( Mc 9, 9 ). Aún cuando los hechos señalados están lejos en el tiempo, tienen una asombrosa actualidad ya que la obra de Jesús no termina con su muerte sino que se prolonga con la Resurrección. Distinto es el caso de la Resurrección de Lázaro en Betania ( Jn 11, 1, 44 ) quien murió tiempo después.
En este sentido Juan Pablo II escribe: El Evangelio es Jesús y es a ÉL a quien debemos acudir, “conoce nuestras necesidades y nos ayudará a vencer las dificultades más dolorosas y triunfar en las situaciones más difíciles” .
NOTA AL MARGEN:
Definitivamente, la edad de Jesús de Nazaret está dividida en tres partes; LA NIÑÉZ, LA JUVENTUD Y LA MAYORÍA DE EDAD. En su etapa de la Niñez, estuvo en Belén y en la Juventud hasta la mayoría de edad, vivió en Nazaret, hasta que se separó de su casa materna, que constituye su predicación por varias ciudades, tenía 30 años de edad, tres ( 3 ) años Duró su vida pública y cuando fue detenido en el Monte de Getsemaní su edad oscilaba los 33 años de edad, exactamente a esta misma edad, murió crucificado un día viernes 7 de Abril en la era del Imperio Romano, presidido en ese momento por el Emperador Tiberio César en el lugar denominado Monte del Calvario a las 3 de la tarde, la hora nona en el pueblo de Judea, bajo el mando férreo de Poncio Pilato, quien durante el proceso judicial incoado en su contra, quien se hizo amigo y admirador de Jesús de Nazaret, hasta el último momento de su vida y todo falló a causa del complot que preparó el Sanedrín, que envió varios hombres pagados, por ellos, para distorsionar la voluntad popular, en aquel plebiscito propuesto por el Procurador Romano Poncio Pilato, presentando ante la muchedumbre reunidos frente al Palacio de Antonia a Jesús de Nazaret y al lado un reconocido asesino y conspirador llamado Barrabás.
En ese momento dijo estas palabras: ¿ A quién quieren que suelte, a éste su Rey, señalando a Jesús de Nazaret, o a este criminal Barrabás? El grande grupo de hombres reunidos allí,
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gritaron a viva voz: “SUELTEN A BARRABÁS, SUELTEN A BARRABÁS”. Poncio se quedó asombrado e inmediatamente pidió una ponchera de agua y se lavó las manos diciendo: Soy inocente del derramamiento de sangre de este hombre, allá ustedes y repitió vosotros veráis, los demás es historia conocida.
Nota al Margen:
El mismo Barrabás quedó sorprendido por esta decisión creada y amañada por los miembros del Sanedrín. Sobre la vida de Barrabás, existe un desconocimiento total, sólo famoso por sus delitos de asesino y conspirador, he aquí una aproximación histórica al respecto. Sobre Barrabás se han escrito muchas obras ficticias que pululan entre los relatos de Semana Santa, tal vez por la forma en que llama la atención el personaje, de modo que se han generado una variedad de mitos y leyendas sin fundamento. A fin de separar la realidad de la fantasía y conocer la verdadera historia de Barrabás y entender el papel que jugó en el juicio de Jesús tenemos que basarnos en fuentes auténticas.
La verdad es que, debido a que no existe ninguna documentación externa sobre este personaje, todo lo que podemos conocer sobre su vida es lo que se encuentra en los evangelios. De manera que la manera correcta para conocer a Barrabás es abordar un estudio biblico sencillo, comparando los diferentes versículos para entender al personaje. En este artículo nos limitaremos a estudiar la historia de Barrabas en la Biblia.
Antes que nada es bueno eliminar cualquier falsa expectativa. La información que nos proveen los evangelios es muy escueta, limitándose a señalar los aspectos que tienen que ver más directamente con el juicio de Jesús. No sabemos de dónde era Barrabás (como para decir cómo comienza su historia), ni cómo murió Barrabás, ni sabemos con quién se relacionaba. No tenemos, en fin, datos suficientes para construir una historia completa de Barrabas. Una completa biografía de Barrabas es, con los datos actuales, sencillamente imposible.
¿Quién fue Barrabás?
Los cuatro evangelios destacan el trágico episodio en que se libera a Barrabás y se condena a muerte a Jesucristo. Cada evangelista nos proporciona en su relato un aspecto diferente de este personaje. El Barrabás de la Biblia se construye a partir de estos diferentes aspectos. Las “pistas” que nos brinda cada evangelista se complementan entre sí.
El apóstol Juan es sumamente breve en su tratamiento de este personaje, indicando solamente que se trataba de un ladrón (Juan 18:40). Nota que el epíteto “ladrón”, o el de “bandido”, no se empleaba sólo para designar a quien robaba, sino al que asaltaba en general.
El apóstol Mateo indica, además, que era un preso famoso (Mateo 27:16). La multitud tendría que haberlo reconocido cuando les fue presentado su nombre por Poncio Pilato.
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Marcos, el evangelista, señala que era un rebelde. Había tomado parte con otros, que también se encontraban presos, en un motín, y habían cometido homicidio (Marcos 15:7).
Finalmente, Lucas confirma lo dicho por Marcos, indicando que el motivo del motín había sido la sedición. También ratifica que había cometido homicidio (Lucas 23:19; Lucas 23:25).
De modo que tenemos el cuadro completo de nuestro personaje. Se trataba de un revolucionario, un insurrecto, que se había rebelado contra el gobierno y cuyos actos violentos habían culminado en al menos un homicidio, por el cual él y su grupo ahora se encontraban apresados.
Lo que sí es rigurosamente cierto es el legado de Jesús de Nazaret a la humanidad, cuyo testimonio lo encontramos en la Última Cena, convocatoria que hizo Jesús de Nazaret ante sus preocupaciones y grandes pesares, costumbre judía de los Pater Familias, cuando presentían que se acercaba el fin de sus días, citaban a sus familiares y amigos íntimos, para manifestarle que debían hacer después de su muerte, era una especie de Testamento. Por ello, Jesús citó a los Apóstoles a una cena y allí tuvo la visión de lo que le iba a suceder y dando Gracias a Dios, tomó el Pen y se los dio a los discípulos, diciendo: TOMAD Y COMER TODOS DE ÉL, PORQUE ÉSTE ES MI CUERPO QUE SERÁ ENTRGADO PARA EL PERDÓN DE LOS PECADOS Y LUEGO TOMÓ EL CALIZ, DICIENDO: ESTE ES EL CALIZ DE MI SANGRE QUE SERÁ DERRAMADO POR USTEDES PARA EL PERDÓN DE LOS PECADOS, HACED ESTO EN CONMEMORACIÓN MÍA Y HE AQUÍ SU LEGADO; Y YO ESTARÉ CON USTEDES HASTA EL ÚLTIMO DÍA DE SUS VIDAS, SUSCITANDO VUESTRA SALVACIÓN.
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Dr. Alfredo Jesús Veloz Correa
Issuu.com/alfredovelozcorrea
Abogado. Universidad Central de Venezuela. 1973
Teólogo Dogmático–Pastoral. San Justino .Universidad Católica Santa Rosa de Lima. 2004
Miembro del Colegio de Abogados del Distrito Federal y del Estado Aragua
Profesor Universitario Titular de la Cátedra de Introducción al Derecho en el Seminario Mayor “María Madre de la Iglesia”, Maracay, Estado Aragua. 2001 – 2004.
Profesor de la Cátedra de Derecho Internacional Público y Romano IV de la Universidad Bicentenaria de Aragua. 2005 – 2007.
Auxiliar de Investigación adscrito al Consejo de Desarrollo Científico y Humanístico de la Universidad Central de Venezuela. 1971 – 1972 – 1973
Asesor Jurídico de Fundacomún y de la Escuela de Desarrollo Local y Administración Municipal. 1974 – 1976
Consultor Jurídico de Corpoindustria. 1979 – 1980
Síndico Procurador Municipal del Municipio Carlos Arvelo, Estado Carabobo. 1981 – 1982
Otras Publicaciones:
Reseñas de revistas de la Facultad de Derecho de la UCV. N° 42
Revista Venezolana de Derecho Penal y Criminología N° 2.
Revista del Colegio de Abogados del Distrito Federal. Enero, Junio 1970.
Introducción al Derecho. Primera Edición. 2007.
Introducción al Derecho. Segunda Edición. 2012.
La Teología en el Derecho. 2O18.
El acceso a la Verdad Espiritual. 2O18.
Conversando con Dios.2O19
La Virgen María. 2O21
Notificaciones Judiciales y Anunciaciones Teológicas. 2O22.
San Juan Bautista. 2O22
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