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FABIÁN CANALE

FABIÁN CANALE

MAR DE PLATA, ARGENTINA

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Todo reconstruye su esencia

La evanescencia del humo el frugal sonido de una cuerda expandido en el espacio la presencia insondable del aire entre objetos que algún día morirán el invisible cielo la mutación desesperada de cada organismo en su vital [resignación

el aliento de diminutos animales hormigas, caracoles, insectos voladores el gato tempranero que estira su modorra las bacterias trashumantes que renuevan el ciclo de las [enfermedades las células en porfiada sinapsis buceando pensamientos las semillas crujientes que aún en este otoño asoman su mirada entre las escamas del [tiempo y los cuerpos que prefieren morirse, también ofreciéndose en la cena de pórfidos gusanos

todo reconstruye su esencia para poner en marcha la rueda para que gire otra vez el mundo con su melódica bulla para que el viento, la gravedad, el témpano mutante ejerciten la tarea de mostrarnos una forma posible de seguir de estirar los huesos, de girar la mandíbula, de acomodar [el pelo

saludando a los hijos que todavía no saben o que duermen ajenos a la obstinada inequidad ráfagas de vida luminosa, arrullos de la pena el cántaro brotado en la frescura que de a ratos huye, [temeroso, nos provoca al salto elemental del nómade binario errante individuo que busca la sortija con el hambre de un [ciego.

Delante o detrás, nada conciertos estelares de pura anatomía en su impalpable esencia o el rastro de una huella invisible que fija su abandono barco del destino que va desde ninguna parte hasta ninguna parte.

Porque las monedas que perdimos en negocios brillantes y el aullido de amor que por única vez salió de nuestra boca no podemos palparlos son frutos muertos de una traición que perdura en su cadencia [marchita que hunden la vacía cáscara, esqueleto de una momia extraviada en la sólida mortaja que arteramente nos contiene.

Mientras tanto los árboles, las piedras cada instrumento musical que espera a su fiel ejecutante los insólitos humanos en sus carros de chapa las hamacas, los peces, el fuego que amenaza

cada gota de río, de mar, de olvidada canilla entre las ruinas los muérdagos flotantes, las nubes entre aviones los cuerpos entubados que viven en los hospitales respiran nuevamente para sanar el ciclo y correr desesperados en dirección contraria de la muerte.

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