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JUAN JULIÁN GONZÁLEZ HERNÁNDEZ

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MAR GÓMEZ

MAR GÓMEZ

JUAN JULIÁN GONZÁLEZ HERNÁNDEZ

MÉRIDA, MÉXICO

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El verso triste

El verso triste de mi estrofa amarga quiere abandonar por fin este cuarteto quiere fingirse deslucido y quieto y así amortiguar el peso de su carga.

Ya no quiere sufrir al pronunciarse hoy pretende ser luz en las pasiones y aunque se torne en puras ilusiones de anhelarlo jamás ha de cansarse.

Pobre verso, aún no ha comprendido que su autor no podrá nunca borrarlo y aunque quiera mejorar su pluma el bardo no se puede reescribir lo concebido.

Así que no le busques y no intentes cambiar de forma y modo tu sentido es mejor que te pronuncien verso amargo a que vivas confinado en el olvido.

No hay olvido

Las olas del olvido las del mar de los recuerdos recalan en las playas de mis noches y una barca de quimeras navega por mis angustias mientras la soledad se acompaña del sentimiento y de la nada.

Aquí, en la oscuridad de mis tristezas busco impaciente tu figura ausente la ansiedad de verte es mucha tanto que en mi mente te dibujo y un llanto austero invade mis pupilas.

Tu recuerdo alimenta a la nostalgia las penas que se ocultan en mi alma confunden al dolor que amigo del suicidio me da la oportunidad de acabar con todo, Hoy transito por senderos diferentes y aunque tu amor dejó profunda herida hay momentos que el olvido te recuerda como ayer, como hoy, como siempre.

Preludio

Me angustia la vida ese espacio donde se despierta la conciencia. A veces siento amargo el sabor del tiempo de la añoranza, del recuerdo y de la nostalgia esa nostalgia amiga cruel de la tristeza que se habla de tú con el destino bajo un cielo encapotado de ilusiones con una lluvia cargada de sinsabores. Me angustia la vida los suspiros olvidados en el tiempo extinto y triste el vaivén de las olas saturadas de lo incierto las sombras de la noche mancilladas por algún lucero errante y solitario que en litigio con el mar y el cielo arde en llamas destellando los desasosiegos del tiempo. Me angustia la viva la soledad, el insomnio, el tic tac de los relojes el canto tenue y lastimero de los grillos que luchan incansables contra la negra noche el ladrido de los perros, la sutil voz de lo incierto y el llanto vespertino de la lluvia. Me angustia la vida ese espacio donde se despierta la conciencia sin darnos cuenta de que la vida misma es el preludio de la muerte, sin censura y sin clemencia la muerte sabe esperar, pues lo que le sobra es paciencia.

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