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OSCAR ALFONSO FUENTES PEÑA
OSCAR ALFONSO FUENTES PEÑA
CIUDAD DE MÉXICO, MÉXICO
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E R M*
Mórbido en el mundo de las letras Comer tornasol de nervios No queda más que masticar esos besos y su piel, el corazón a pulso, las entrañas y esferas aeriformes parten el tintero que endulza el oscuro de la sustancia Apetito por las fojas al vuelo Pensamientos a mordico Adrenalina y ósculos se posan en el bombazo Fluctuante amor
Poeta sólo es el relámpago, descarga, convulsión, jaguar eterno El buen intelectual se rifa el físico entre flores y rock ¿Por qué llamar poemas a los plásticos estéticos y racistas? Si las reflexiones son de una sensibilidad apabullante ante los versos artificiales La vida poética es músculo al filo del abismo. Abismo por contenedor de lo inmensamente rico y agradable. Por dolor. Por perdón. Por la temeridad de esos labios a besar Entre ácaros los géneros literarios son los únicos que se atropellan
* Publicado en “¿Por qué me has abandonado?”, audiolibro disponible en: http://tolaxotl.com/iquestpor-queacute-me-has-abandonado.html, (2020).
En el barrio de Polanco salí a buscar la calle de Boudelaire, desolado me puse a pensar ¿Y la estatua de Armando Ramírez? ¿Y la réplica del oído de Hoffman? ¿Dónde quedaron los fragmentos de sus botellas? Vidrios en el suelo. La risita se divierte en la celda El prisma de la locura en el cerebro
El berrinche exuda por los ojos de las llenas, estrellas de rock que forman grupitos designando puestos jerárquicos. ¿En el fondo te gusta la política, eh? Te veo desde aquí con tu trajecito de mil rayas y eso que todavía deambulas por los clubs a la underground Machos lamiéndose el sisirisco pal rastro huesos a roer
–¿Y si me das la dirección de difusión cultural? Ya sabes que lo macho vende. Sabes que te quiero, guapo
Puto sólo es el ojete
–Atacáis por la espalda caballero erecto de la dinastía azul, pastillitas fluorescentes por el cogote
–La testosterona no cabalga calzones cagados
Mentira lo que te dijeron en los comerciales
–El exceso gangrena la lengua papitorreica
Y ahí vas a decir que bufas a los infrabeats y que por eso ya eres poeta Está bien. Déjenme sólo
Ya me voy a atragantarme de letras. Pandoritas de color luna, estímulos carmesís me urgen desde su fondo blanco El follaje y mis debilidades tiendo a la oxidación. La corola de la madures revienta sus botones Huele bien Las costuras son cicatrices En pliegos de cuatro fojas te he ido disfrutando con el inquieto latir de mis ojos por tantos años en el poliedro de las voces
Mijo, te confesaste con el hollywood poético. Y una fe en las drogas y el alcohol, ficciones de la literatura que se inventa realidades Tenemos cinco ojos para abrazar cada sol que probamos Tu historia nunca nos la hemos tragado Ese menso aristócrata en el que te has ido convirtiendo y al que quieres postergar idealizando la porquería es lo berrinche de tu lado universal
Mico
La risa del mico me mordía los tímpanos Intenté contener la caricia, disimular la sonrisa coqueta Y arrastrar el tono lascivo de mi voz
Camisa de once varas el numerito romántico que monté con velas Vino tinto y un plato al centro con variedad de carnes crudas
Me comporté a la medida
Risa boba, chiste estúpido y mi cara de pendejo
El parpadeo de la dopamina en sus ojos
Cuando ella elegía con el palillo la carne blanda que momentos antes sus ojos saboreaban yo mordía el veneno de mis palabras enfatizando el reflejo de la luz que derretía la vela sabor mango Mis colmillos tenían sed Y estábamos sentados a la distancia de un beso y por dentro mi fuego erguido se abría paso deseando lamer sus labios
Llegamos a su casa y condescendiente me permitió arrastrar las cadenas de Alicia
Nos reíamos en el interminable amor escarlata de otra botella de vino
Y de las risas y los besos pasamos a fajar y lubricar el apetito de la supervivencia
Fue entonces cuando confirmé que el chango sí estaba mojado. Y mi olfato se dejó llevar por la fragancia de ese cuerpo desnudo Una noche más en que dos espíritus intercambian el aliento de sus marejadas
A los infiernos Bajamos con gusto los que por una manzana damos sentido a las pulsaciones del peligro
Frutos maduros de tiempos sin principio en que el chango sonreía libre
En la ciudad yo salgo a estirar las alas en una noche que me hace considerar la pertinencia de sumergirme en ese mar para que crezcan las raíces en la tierra mojada que pisé hace algunas horas.