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ARTURO SALVADOR RODRÍGUEZ ROSALES

ARTURO SALVADOR RODRÍGUEZ ROSALES

PUEBLA, MÉXICO

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Chuecalandia

Corro, corro, me recorro a palacios sin doncellas donde hombres a la Proust ríen, gimen y sonríen, corro hasta palpar el máximo aire no posible, yo adoro toda esta tierra libre de gluten, todo su rocío, ganado, fauna y monedas bañadas en rosa número nueve, me recorro siempre al mismo hoyo, “yo” habito siempre su mismo cielo donde él anda donde él canta; aquí no hay rojos, ni judíos, ni inquisidores, nadie sabe aquí la verdad absoluta, nadie sufre de amor, nadie sabe qué es el amor,

corro hasta estos ladrillos españoles a besar al marido poeta, él ha escrito todas las cosas y yo, su dulce querido, vivo en sus odas, los masculinos de aquí usan sus versos para pagar el alquiler, nadie en Chueca respira desnutrición ni tiene hongos en el hongo, sus fábricas construyen arcoíris, gurús, y dodos, no hay huelgas, soldados ni disparos, nadie mata poetas, gitanos o americanos y mi poeta escribe sobre el amor que no conoce, junta la vida de sus doncellos, las hace granos y come el tamal, levitando va de puerta en puerta, es tan liviano que parece viento de acuario, se auto-declara mágico, aquí nadie es mágico; piensa que es diferente, que Zeus es algo suyo,

no come carnes pero ha visto a varios comer de la suya, yo soy igual al poeta y sonrío, estos ladrillos rosas celebran la verdad de uno, aquí ríen también reinas y princesas a la Sor Juana, la vida corre y no es río, nadie es invisible, no hay vidas dobles, hay poco drama, mama, todo el mundo se habla, todo el mundo ama.

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