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Síntomas de comer fragarias
from ALKYMIA 06: SILENCIO
by Alkymia Zine
El silencio a veces me habla, y me dice que sí
De Tamara Fromm
Quizás el silencio entre nosotros prefiguraba este silencio, en el que todo lo que se queda sin decir se comparte de algún modo.
Extracto del poema “La espada en la piedra” de Louise Glück
En enero alguien me preguntó cómo se escuchaba el silencio en mi cuarto. Contesté que ocupado. No mencioné las ambulancias, las alarmas de coche, el eco en el estacionamiento cercano, ni el pasar de los coches. Estaba enojada y el zumbido en mis oídos de tal enojo, fue el único silencio que escuché hasta marzo. Yo no tuve que preguntar cómo se escuchaba el silencio en su cuarto. La noche llega y también mi muerte rutinaria. El sonido del polvo, los gritos ahogados, ecos sordos, y el crujir de la madera. El silencio a veces me habla, y me dice que sí. Que esta soledad que habito es una soledad tan profunda, que solo logro sentir viendo a través de ventanas ajenas. Cosa que podría significar absolutamente nada. Duermo en llamada, pongo la tele y escucho la radio. Sonidos muertos que acompañan la soledad que me habita. Escucho cómo la gente mastica y pasa saliva, escucho el pestañear de ojos secos, escucho conversaciones que no tuve y escucho un zumbido. A veces solo el silencio se escucha en la noche, y te das cuenta que tal vez no eran voces en tu cabeza, tal vez eran los ruidos de los vecinos por tu ventana.
Siempre hay ruido en mis sienes, es la imposibilidad de mis hechos. Estoy agradecida por las frutas de temporada, mi insomnio, los claxons frenéticos, mis siete alarmas que suenan antes de que logre despertarme, y estar perdida en la vasta noche, como Alaíde Foppa.
Nocturno de Alaíde Foppa
Mi manoencontró en su mano un nido; más rápida y cálida pasó por mis venas la vida.
Sólo el silencio se oía; y yo, perdida en esa vasta noche, miraba el cielo claro.
Pero cuando él se inclinó sobre mi rostro, se apagó, la pálida corola de la luna.