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La ética en el entorno contable y del derecho
from Octubre 2020
by AMCP_DF
Tulio Antonio Salanueva Brito Presidente de la Comisión Legal Abogado. C.P. E.F. Mtro A.J. Teléfono 5591991467 contacto@asebureau.com.mx
Aún y cuando la Ética es una disciplina cuyos orígenes se remontan a la antigua Grecia, esta vigente y debe ser estudiada como un instrumento para que la contaduría pública contribuya al equilibrio social.
Una definición sobre la Ética generalmente aceptada, la señala como una rama de la filosofía que estudia la conducta humana, la moral y el deber, a partir de lo que se puede considerar bueno y malo, correcto e incorrecto. Ha sido materia de innumerables discusiones filosóficas y politícas en todas las épocas, existiendo por lo tanto diversas corrientes, líneas de pensamiento, vertientes y teorías. Un libro infaltable para entender la profundidad de sus proposiciones, axiomas, corolarios y escolios es el del filósofo Baruch Spinoza, escrito entre 1661 y 1675 en latín, pero hay concepciones de todos los tiempos, hasta el día de hoy.
En la actualidad, es particularmente útil para regular las conductas generalmente aceptables para el correcto ejercicio de casi cualquier actividad o profesión, prueba de ello es que, casi la totalidad de las entidades gubernamentales y empresas de la iniciativa privada, cuentan con un código de ética que es específico para su actividad, lo cual obedece a la necesidad de inhibir actos que signifiquen un menoscabo social, pero desde un ámbito interno ya que la sanción por incumplimiento es de tipo moral, en oposición al derecho cuya inobservancia se sanciona en forma típica en las leyes.
Actualmente la Asociación Mexicana de Contadores Públicos, Colegio Profesional en el Distrito Federal, A.C., cuenta con un código de ética, que prevé las conductas profesionales y sociales que a consideración de sus autores deben observar los profesionistas afiliados, cuya aplicación corresponde a la Comisión de Honor y Justicia, el cual consta de 56 artículos más un transitorio y fue aprobado por el pleno de la Asamblea de Asociados el 31 de marzo de 2005, el cual es de observancia para toda su membresía, y su acatamiento premia a aquellos profesionistas que lo ameriten con cualquier tipo de reconocimiento, y castiga con amonestaciones o suspensión de derechos temporal y definitiva, es decir que se trata de sanciones de tipo moral que impone un órgano interno.
De conformidad con los estatutos de la Asociación uno de sus objetivos es difundir y aplicar el código de ética, para lo cual el Consejo Directivo, instituyó el curso correspondiente ya que este órgano tiene facultades para planear, dirigir, promocionar y coordinar la capacitación de los asociados, quien en sesión
ordinaria de 25 de marzo de 2019, determinó la obligatoriedad de un curso de ética, para el cumplimiento de la norma de actualización académica, el cual obedece, además de las necesidades sociales a compromisos adquiridos con la Dirección General de Profesiones, con la Cámara de diputados y con la ONU.
Dicho código actualmente se encuentra en proceso de abrogación, pues ya se trabaja en uno nuevo que se adapte a las exigencias de la colegiación, para que se encuentre acorde con las necesidades profesionales del gremio, por lo cual existe una comisión de trabajo ex profeso, que ha dado vista y participación a las demás comisiones y a la membresía en general, con el fin de que realicen sus observaciones y la enriquezcan, tal como lo mandatan los estatutos y las normas internas de la asociación.
Desde el punto de vista de quien escribe estas líneas, la difusión de la ética debe ser obligatoria en nuestro gremio, no solo para tener la calidad de asociados, sino como un deber social, habida cuenta que si se cultivan los valores del individuo, esa cultura abonará naturalmente al cumplimiento de las obligaciones fiscales, pues desafortunadamente en nuestro país aún no es uniforme la toma de conciencia de la importancia de contribuir en forma correcta y oportuna, lo cual implica finanzas públicas sanas y suficientes para los órganos del estado, cuyos individuos con los mismos valores éticos, deben ejercer correctamente el gasto público, sin dispendios, corruptelas y los tan arraigados cochupos de sobra conocidos.
Por lo tanto, difundir los valores éticos mediante el conocimiento de su codificación en nuestra institución, es una obligación moral de todos los que integramos la AMCP, pues nuestra responsabilidad va más allá del ejercicio de una profesión, ya que la contaduría pública ejercida en forma correcta, estimula el crecimiento económico, la justicia social y el desarrollo del país e inhibe prácticas que tanto afectan nuestro entorno, evitando así la aplicación de normas jurídicas sancionadoras en el ámbito penal y administrativo.