Pekinés 38
Historia, carácter, alimentación y cuidados... Origen: El perro pekinés o pequinés es una antigua raza canina de compañía, originaria de Pekín, China. Historia: Esta pequeña raza es una derivación de los míticos perros lanudos del Tíbet. Derivación tras derivación, se conocen las primeras documentaciones oficiales en grabados coreanos de hace 4000 años, y otros del siglo VIII d. C. inmersos ya en la corte imperial china, en plena dinastía Tang. Para los habitantes del Celeste imperio, este animal surgía en una época mitológica, y aquí hay un pequeño párrafo sobre este origen: “Perdidamente enamorado de una pequeña mona, el rey león pidió permiso al dios Mago Hai Ho para desposarla. -Si estás dispuesto a sacrificar tu fuerza y tu tamaño, te doy mi consentimiento, fue la respuesta del dios”. Así, según la leyenda china, nació el pequinés. Valiente y orgulloso como su padre y pequeño, amoroso e inteligente como su madre. El pekinés era un perro venerado por los monjes budistas en China, ya que sus características físicas tienen cierta similitud con el león de Fu, un animal mítico de la tradición budista.
Por esa razón, los perros eran cuidados por la realeza y únicamente los nobles podían tener un pekinés en su poder, tal era la devoción hacia esta raza, que en ocasiones hasta contaban con sirvientes humanos para sus cuidados. Apreciado por el budismo, el perro-león fue convertido en la Antigua China en un símbolo mismo de esta religión. Capricho y pasión de la familia imperial, vivió durante siglos en la Ciudad Prohibida en Pekín (de ahí el patronímico de la raza), sin ningún contacto con el mundo exterior. En esa época, el valor de joya de la familia imperial de esta raza de perritos, invocaba leyes especiales en las cuales una falta de protocolo frente a ellos se castigaba con cárcel; el robo, el secuestro o el asesinato de un pekinés se pagaba directamente con la vida del infractor. Durante mucho tiempo fueron un privilegio solo para la familia imperial y la alta nobleza china, estando prohibida su exportación.
Los primeros ejemplares llegaron a Europa en el año 1860, llevados ante la reina Victoria de Inglaterra, tras las incursiones del Ejército Británico en Pekín durante la Segunda Guerra del Opio, donde el aspecto exótico de estos animales durante el saqueo del Antiguo Palacio de verano los llevó a incluirlos en el botín, estos perros fueron llevados a Inglaterra, donde fueron regalados a nobles y aristócratas siendo ellos los progenitores de la población actual del pekinés, ya que los demás pekineses de China fallecieron o fueron ocultados por la población, sin evidencias sobre su descendencia.