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Humanizando a mi mascota
Artículo
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MVZ Miguel Ángel López
Cada vez es más común la tendencia de adoptar a una mascota y tener “perrhijos” o “gathijos” , causando en algunas ocasiones que los dueños tiendan a humanizarlos. Humanizar a una mascota significa otorgarle en su trato, características de un ser humano; es decir, tratarla y hablarle como a un bebé, vistiéndola o disfrazándola, o bien, celebrar rituales o costumbres típicas de los humanos, como su cumpleaños con una fiesta que incluye pastel, velitas y hasta otras mascotas como invitadas; sin embargo, todas estas situaciones son incomprensibles para ellas.
Es normal sentir ternura y amor por nuestros perros y gatos, pero es importante entender que son diferentes a nosotros, y reconocer las diferencias propias de su especie nos ayudará a brindarles una mejor calidad de vida.
Para que tengan un estado de bienestar y salud, es necesario cubrir ciertas necesidades básicas, como no tener hambre ni sed, contar con un lugar para resguardarse del ambiente, estar libres de dolor, enfermedades y miedo, y realizar actividades propias de su especie.
Debemos permitir que nuestra mascota se exprese libremente dejando que se comporte con conductas caninas o felinas, pues al no hacerlo, podríamos generarles confusión y como resultado, ansiedad, que a su vez causaría otro tipo de reacciones que podrían afectar su salud.
Al depositar en ellos expectativas de conductas de la especie humana, como esperar que comprendan nuestro lenguaje o aplicar soluciones humanas a problemas propios de su especie, coartamos su desarrollo animal natural. Encontrar un equilibrio entre el amor y el cuidado es importante. Permitirles hacer cualquier cosa dentro de casa sin poner límites pensando que esto podría traumarlos o que podrían sentir falta de cariño, es una idea errónea. Tampoco debemos atribuirles sentimientos propiamente humanos que ellos no conocen, como culpa y odio, pues podrían presentar conductas agresivas, miedo o nerviosismo ante estos estímulos desconocidos para ellos, causando como resultado problemas de socialización, inseguridad y hasta problemas de sobrepeso. No debemos alimentarlos con lo que nosotros comemos; ellos tienen necesidades nutricionales muy diferentes a las de los seres humanos. Existen dietas Premium y Super Premium diseñadas por veterinarios y nutriólogos, especiales para cada edad o etapa de las mascotas.
Cuando tu mascota está todo el tiempo contigo, se crea un apego, y cuando no estás, sufre ansiedad y podría llegar a sufrir ataques de pánico que podrían resultar en la destrucción de muebles u objetos, a orinar o defecar dentro de casa en lugares no asignados para ello. Al llegar y ver el desorden, podrías pensar que lo hizo en represalia por dejarlo solo, lo regañas y lo tratas como si entendiera, cuando en realidad está expresando solamente ansiedad porque la figura que le aporta seguridad no está disponible.
Para evitar que esto suceda, puedes sacarlo a caminar, jugar, socializar y educarlo con límites.
Existe un debate serio en cuanto a si la humanización de las mascotas es maltrato animal, ya que se les quita su identidad al no permitirles realizar las actividades propias de su especie y al forzarlas a comportarse como si fueran humanos. Esta tendencia ha aumentado en los últimos años; por ejemplo, antes los perros habitaban solamente en el jardín, mientras que ahora algunos hasta llegan a ocupar un lugar en la mesa con sus dueños. Por otro lado, se ha observado que la conducta de los gatos se apega con más fidelidad a su especie, por lo cual resulta más difícil humanizarlos que a los perros.
El equilibrio está en no dejar que crea que es libre para hacer lo que guste a su antojo, sino en identificar a su dueño como autoridad, sintiéndose a la vez amado y protegido. Puedes consultar con un etólogo, que es un especialista en conducta animal, para aclarar tus dudas con respecto al comportamiento de tu mascota.