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Reciclaje

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EL MAR EN CIFRAS

EL MAR EN CIFRAS

La actividad del reciclaje en el Perú se ha incrementado en los últimos años, como negocio y también como aporte a la conservación del medio ambiente. Reciclar es cuidar la salud ambiental del mar, pues éste es el depositario de todos los residuos que la humanidad desecha. Hay varios ejemplos de empoderamiento, tanto en Lima como en provincias para reciclar y reusar materiales que se desechan y así de alguna manera ayudar a minimizar en parte la amenaza para el mar y para el planeta.

Sin duda reciclar es una alternativa para reusar partes, envases, papeles, plásticos pero, hay que tener en cuenta que es la última opción en la escala de posibilidades. Reducir nuestra producción de basura es la primera alternativa porque hay un abuso en el uso de envases superfluos, por ejemplo, la caja dentro de la cual viene el tubo dental. Ésta solo sirve para darle una forma que, aparentemente, es la más fácil para exponer y transportar, pero ésta es basura después de la compra. Se desecha inmediatamente. Esta caja debería eliminarse y rediseñar el tubo que contiene el dentífrico para que tenga una oreja o gancho, es decir una forma que permita colgarlo en lugares de exhibición y venta de bodegas y supermercados.

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Lo que no es alternativa son los botaderos que es lo que las municipalidades privilegian como una opción, que es ilícita y adquiere ribetes de “legalidad” al ser incapaces de asumir responsable y creativamente su responsabilidad en el descarte de nuestros desechos.

Parte de los desechos que producimos cada uno de nosotros son los orgánicos que conforman el 50 % de la basura, basura que en realidad son el insumo perfecto para transformarse en comida para animales y en ello también tiene obligación el gobierno municipalidad. Ver nota “Comida para animales” en la página 68.

Sin embargo, el plástico es otra historia. Comenzando por que hay muchos plásticos y cada uno tiene un procedimiento para reusarlo o transformarlo y esto no se hace en el Perú, ni en la mayoría de los países del mundo. Por ello terminan en el mar, en islas flotantes con el agravante de que la mayor parte se ha convertido en micro plástico que se hunde afectando fondos marinos y la vida que allí se desarrolla.

El PET con el que se hace la botella, el único plástico que se recicla en el Perú, puede reusarse pocas veces, para reutilizarlo como envase de líquidos. Luego es basura. En realidad, sigue siendo un insumo que podría servir para la construcción de ladrillos, siempre y cuando la máquina con la que lo producen no contamine, o como aglomerante con un proceso adicional o agregado en construcción de carreteras, para producción de electricidad, etc., todo ello resulta una falacia muy lejana en países como el nuestro.

La ropa que se confecciona con el PET, el apetecible plástico de las botellas, tam- poco es saludable. Todo lo contrario. Ese material está eliminando constantemente micro plásticos que respiramos y no solo cuando se lava, micro plásticos que van al desagüe y por lo tanto a contaminar el mar y a ser alimento de peces y lo peor, es un material que no permite que el cuerpo respire y es muy caluroso en climas cálidos y frio para los menos templados. Es como la calamina, un pésimo material desde todo punto de vista, con la diferencia que con el polar nos vestimos y hasta nos abrigamos mientras dormimos. Se ha reciclado toda la vida en el Perú. Han cambiado los métodos. Hemos pasado de la utilización de chanchos, de granjas porcinas clandestinas ubicadas cerca a los botaderos, para comer lo orgánico y que luego los recicladores, sin residuos domésticos, pudiesen separar los materiales reutilizables: cartones, papeles, etc., a un negocio con muchas perspectivas. La ciudad se sigue modernizando y continúa creciendo, hay más desechos sólidos de todo tipo y sobre todo de plásticos con los cuales se puede trabajar reusándolos, reciclándolos, sin perder de vista que es muy importante reducir su uso y así contribuir a la salud ambiental”.

Un Poco De Historia

Nadie pensó en la polución de los mares ni en el plástico como una amenaza a la salud planetaria, porque en realidad su invención revolucionó el mundo. La historia del plástico no previó que iba a ser beneficioso para el ser humano pero muy perjudicial para su entorno.

Nadie imaginó que los beneficios con que nació el plástico y que brindaría a los humanos durante décadas se transformarían, en este siglo XXI, en una amenaza real y fatal contra la salud ecológica del planeta. Las cifras de ello son aterradoras. La polución por plástico afecta a todos los mares y cursos hídricos del mundo sin excepción y se agrava por los bajísimos costos de los plásticos y por su durabilidad. El mar es el principal afectado. Millones de partículas, redes y desechos de plástico, enferman diariamente la vida marina y sus miles de especies. Hay que tener en cuenta que lo que no se dice ni en voz baja es que son los pescadores, es decir sus redes las que conforman el porcentaje mayoritario de los residuos de plástico en el mar. Y eso tiene que cambiar,

En la primera mitad del siglo XX, nadie sospechó el futuro contaminante del plástico. En aquel entonces se siguieron inventando fibras de plástico como el nylon, cuyo primer uso fue la fabricación de paracaídas durante la Segunda Guerra Mundial, extendiéndose luego a la industria textil en la elaboración de medias y otros tejidos combinados con algodón o lana.

Paralelamente nació el polietileno, fueron investigadores ingleses los que descubrieron en 1930 que el gas etileno en combinación con el calor, formaba un termoplástico con el que hoy se elaboran las nocivas bolsas de plástico de un solo uso.

Existen tres tipos de polietileno, los de alta, mediana y baja densidad, que determinan su uso en distintas aplicaciones (tubos de PVC o en bolsas de uso cotidiano) Oficialmente, se considera que en 1953 el alemán Karl Ziegler inventó el polietileno como hoy se le conoce mientras que en

1954, el italiano Giulio Natta desarrolló el polipropeno (con el que se elaboran las jeringas). Ambos son dos tipos de plásticos muy utilizados en la industria actual.

Tras la invención del polietileno y el polipropeno, surgió el poliestireno expandido (EPS) popularmente conocido en el Perú como “tecnopor”, un material plástico espumado derivado del poliestireno que se universalizó por su uso en la industria del envasado. Como no se pudre ni se enmohece, fue convertido en el producto ideal para conservar productos frescos. Al no descomponerse fácilmente, sus desechos arriban por toneladas a los mares provocando un cataclismo ecológico en millones de especies marinas. Además, especialistas consideran que con el calor los componentes tóxicos del tecnopor se adhieren con mayor facilidad al organismo. Según la ONU, cada año se tiran 8 millones de toneladas de plástico a los océanos, lo que equivale a vaciar un camión de basura en el océano cada minuto. Aterrador.

Las portadas de AMALAMAR son producciones muy elaboradas que concentran el mensaje y misión de nuestra publicación: MAR LIMPIO. Realizamos en la cuarta edición un homenaje al mar utilizando la piel humana como lienzo para representar a la anchoveta, como símbolo de la riqueza de la corriente de Humboldt, corriente fría oceánica de la costa del Pacífico que es la de mayor diversidad, riqueza de nutrientes y que concentra la captura más importante de una sola especie en el mundo: la anchoveta. En esta edición, nuestra carátula es una fotografía extraordinaria de Ernesto Benavides que grafica la pesca artesanal.

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