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RÍOS VOLADORES

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MOSCA AREQUIPA

MOSCA AREQUIPA

Los ríos voladores se forman cuando los árboles en la cuenca amazónica, a través de la evaporación, liberan a la atmósfera alrededor de 20 millones de toneladas de agua al día en estado gaseoso, es decir, como vapor de agua. Al llegar a una cierta altitud, el vapor se enfría y se condensa formando nubes que son arrastradas por los vientos hacia el interior del continente. Estas nubes, al chocar con la cordillera de Los Andes, liberan el agua en forma de lluvia regando buena parte de América del Sur. La salud de la Amazonía, por lo tanto, es esencial para el ciclo hidrológico de la región. Por ello cuando deforestan la Amazonía, cuando reducen a cenizas áreas de este ecosistema, cuando reconvierten sus suelos para actividades agrícola-ganaderas, no solo desaparece una diversidad biológica, sino también las lluvias. El fenómeno de los ríos voladores necesita de toda la flora y de toda la fauna para existir. Por eso, lo que sucede en la Amazonía afecta a todos, viva uno cerca o no tan cerca de ella.

lujos masivos de agua en forma de vapor cruzan la atmósfera sobre la Amazonía. Estos son ríos llevan humedad a vastas regiones de Sudamérica. Pero no son ríos comunes, son “ríos voladores”. Así se conoce popularmente a los flujos aéreos masivos de agua en forma de vapor que vienen del Océano Atlántico Tropical.

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Estos ríos de humedad atmosférica, se desplazan velozmente sobre la Amazonía hasta encontrarse con los Andes. Estos se desplazan a una altura de hasta dos kilómetros aproximadamente y transportan tanta agua como el Amazonas, agua que es vital para la producción agrícola y la vida de millones de personas en América Latina.

En la franja ecuatorial del Océano Atlántico se produce una intensa evaporación, que carga a las nubes de humedad y éstas impulsadas por los vientos alisios caen como lluvia en la selva contribuyendo a la formación de los ríos amazónicos.

Además de la evaporación en el Océano Atlántico, la humedad liberada por los árboles de la selva amazónica es el otro componente esencial de los ríos voladores. El científico brasileño Antonio Nobre ha divulgado la increíble función que cumplen los árboles. Uno frondoso, con una copa de 20 metros de diámetro, transpira más de 1.000 litros en un solo día, y en la Amazonía aún tenemos 5,5 millones de kilómetros cuadrados ocupados por bosque nativo, con aproximadamente unos 400 mil millones de árboles que transpiran

20.000 millones de toneladas (o 20 billones de litros) de agua cada día.

La deforestación en la Amazonía está cambiando los ríos voladores. Uno de los grandes interrogantes es qué impacto está teniendo la desforestación en la Amazonía en los ríos voladores.

Nobre, científico, activista e investigador del Instituto Nacional de Pesquisas da Amazonía (INPA) y autor del informe El Futuro Climático de la Amazonia, acerca de la importancia del bosque y su rol en el contexto del cambio climático propone atraer más adeptos a la causa a través de la difusión de los descubrimientos científicos y la forma más sencilla de explicarlo es haciendo un paralelo con el cuerpo humano y con su funcionamiento. La teoría de Gaia* postula que la Tierra es similar a un organismo vivo y que contiene sistemas de regulación y mantenimiento de las condiciones óptimas para la vida. Los roles desempeñados por el gran bosque en el acondicionamiento de un clima favorable tienen analogía con los pulmones, el sistema endocrino, el corazón, las venas y arterias, los riñones y el hígado. Los bosques y otros ecosistemas son los órganos vitales de Gaia. Llevó miles de millones de años formar y transformar el medio ambiente terrestre para generar las condiciones confortables para que el ser humano pudiera surgir y desarrollarse. No hay ningún trasplante o reparación posible para estos órganos climáticos si los perdemos. Por deforestación y degradación ha desaparecido casi la mitad de la selva original. Lo más grave es que la degradación de los bosques no proviene sólo de la explotación maderera, la ganadería y similares, ahora, el clima alterado por las acciones humanas está secando los bosques, los que se queman y destruyen y modifica todavía más el clima.

Existe condena social a la deforestación, pero increíblemente inmensas extensiones de bosque se siguen perdiendo por la acción de los humanos y extensiones más grandes todavía se están degradando por sequías y por el fuego. Es vital detener la deforestación, pero no es suficiente paralizar la pérdida del bosque, se requiere un esfuerzo masivo de restauración del bosque que ha sido destruido. Es necesario que la sociedad se involucre en un cambio radical y que los representantes políticos apliquen y practiquen realmente las leyes de protección medioambiental. Y es crucial que cada persona sea concientice acerca de la procedencia de lo que consume, no podemos seguir comprando soja, maíz o carne de áreas deforestadas y maderas explotadas de forma no sostenible.

*GAIA.- Diosa que personifica a la Tierra en la mitología griega y que explica al planeta Tierra como un superorganismo vivo, una entidad compleja que comprende el suelo (tierra, minerales), los ríos y océanos (agua), la atmósfera (aire) y la biota terrestre (las plantas y animales vivos)

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