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EL RENACIMIENTO DE LA VENUS

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EL MAR EN CIFRAS

EL MAR EN CIFRAS

En la quinta edición, AMALAMAR se propuso que la Venus de Botticelli renazca en el Perú, el lugar con el mar más rico del mundo, la nación de la anchoveta y la única capital de América Latina con mar. Objetivo: que ella nos recuerde nuestra misión: mar limpio alimentos más sanos y exquisitos. Y para revivirla dos íconos de la cocina nacional, Javier Wong y Oscar Velarde, le dieron el soplo de vida ofrendándole a la diosa renacida productos marinos.

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Es obligación de todos subsanar la grave contaminación del mar que los humanos le hemos causado. Los océanos afrontan una polución descomunal, expresada en islas flotantes plagadas de residuos plásticos, metales pesados, hidrocarburos por constantes derrames y hasta vestigios nucleares. Conscientes de esta tragedia que las aguas del mundo soportan AMALAMAR propuso una reflexión que nos recuerde o enseñe lo que aparentemente es elemental pero que desconocemos o hemos olvidado: cuidar, amar y no ensuciar el mar.

Esta producción inspirada en “El Nacimiento de Venus” de Sandro Botticelli.

renació en el mar del Perú con el apoyo de dos maestros de ollas y fogones para afirmar que solo cuidando nuestro océano seguiremos gozando del disfrute culinario con insumos sanos que extraemos de nuestras aguas y que constituyen la base y el prestigio de la gastronomía peruana.

Por eso, a diferencia de la obra de Botticelli, esta Venus surge, no de una concha de abanico o de una vieira, surge de un spondylus peruano lleno de basura. Es preciso que la diosa renazca para señalar nuestra inconsciencia y que su severa llamada de atención, nos haga cambiar hábitos y costumbres, que lo único que producen es una insostenible contaminación.

Colaboró con AMALAMAR el artista plástico Bill Caro y la fotógrafa de Maricé Castañeda. La producción general fue del equipo de AMALAMAR, empeñado en la cruzada de la limpieza del mar peruano, cuya corriente de Humboldt es la más productiva y rica del mundo. Logramos una imagen excelsa metáfora del mandato “cuidemos el mar si pretendemos continuar siendo el espacio de la comida fuera de serie”

Más allá de la alegoría, lo que queda claro es que los peruanos aún no somos conscientes de que la contaminación del mar perjudica sustancialmente nuestros alimentos. El mismo énfasis con el que degustamos cebiches, tiraditos, parihuelas y leches de tigre debemos ponerlo (población y autoridades) en el estricto cuidado de la salud ambiental de nuestros mares: Mar limpio, comida sana y nutrición asegurada.

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