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AZUL MUJER

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EL MAR EN CIFRAS

EL MAR EN CIFRAS

La causa de la defensa del mar es universal y admite la brega desde distintos frentes. Por ello produjimos inspiradas en el cuadro de “Las Tres Gracias”, de Sandro Botticelli una imagen que muestra su desaprobación por la contaminación con un trío de feministas que se adhirieron a la cruzada: Mar Limpio. Ellas convencidas de que la mar tiene mucho de mujer en cuanto a su condición de procreadora de vida apoyaron a que una alegoría pictórica y fotográficallamadaAzulMujerpropongaque la contaminación es agresión.

Recibimos del mar todas sus bondades: alimento, agua, vida, oxígeno, paisaje, inspiración. Sin embargo, le devolvemos todos nuestros desechos. Nuestra insolente contaminación ha terminado por convertir al océano en el receptor de todas las impurezas, materiales y morales de todos los seres humanos.

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Siguiendo ese postulado, recreamos para una carátula de AMALAMAR a las “Tres Gracias” peruanas que encarnaron a las legendarias Eufrosina, Thalía y Aglaia. Había que buscar a tres mujeres reales que interpretaran el papel de las “gracias” que se juntan en las orillas del océano, para exigirnos que entendemos que a la mar hay que cuidarla pues le estamos devolviendo cotidianamente nuestra inmundicia y sedimentos.

El mensaje es vital y todos tenemos que cuidar al mar porque dependemos de él. Si continuamos con nuestra dejadez peligra no sólo nuestra playa sino el planeta entero. Las “Tres Gracias” de la producción para la portada retoma la protesta que merecemos como país que aún, en pleno siglo XXI, no toma conciencia del privilegio de poseer un mar tan rico y megadiverso como el que tenemos y que no cuidamos.

El feminismo oceánico lo encarnaron tres activistas peruanas, Lorena Peña, Micaela Távara y Anaí Padilla que trabajan contra la violencia contra la mujer, alzando su voz por una igualdad de oportunidades para todos. Ellas sensibles con el mensaje de los más desvalidos entendieron que la defensa del mar es obligación de todos porque es el órgano más desamparado de nuestro planeta: no tiene voz, ni ley universal (más del 50% del mar no tiene ley) ni quien lo represente. E incorporaron esta demanda para tratar de que todos, pero sobre todo los colectivos organizados, incorporen a su lucha la cruzada contra la contaminación de mar, porque “Contaminación es agresión”.

Estas mujeres se transformaron en Azul para representar que son mar y que luchan por un océano limpio con su cuerpo, su referente más cercano, como el soporte para expresar mensajes como los que se presentan en una pancarta, en un libro, en un poema, en un manifiesto o en una pintura. Y así como los ropajes cubren los pudores, estamos convencidos de que la sociedad encubre también miserias terribles, como la contaminación marina y el machismo, que siguen vivos y que, cada quien, desde su tribuna, debe luchar para desterrar. Ellas nos demostraron que juntos podemos y debemos luchar por un mundo mejor, más justo, más sensible, más armónico y respetuoso con el paisaje, con el mar y con el otro.

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