Fracking: ¿Inundación de Aguas Turbias?

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Elena Nolla Iglesias Ana Daniela Oliveira Pereira André Filipe dos Reis Rosado Núria Selga Basomba

FRACKING: ¿INUNDACIÓN DE AGUAS TURBIAS? La avalancha de permisos de investigación de fractura hidráulica en España ha causado alarma social por las posibles consecuencias medioambientales

Ante la crisis y las medidas de austeridad tomadas por el Gobierno, hay una partida que parece a salvo de los recortes: la destinada a importar petróleo y gas. Según el último balance del Ministerio de Economía, en los 11 primeros meses del año, el dinero que España dedica a comprar combustibles subió más de un 13%. A principios de este año el periódico El País informaba que el déficit energético rondaba los 45.000 millones de euros al año. España, cuya dependencia del exterior es del 75,6% (datos de 2011 del Ministerio de Industria), sin apenas petróleo ni gas, apostó en la legislatura pasada por el ahorro. El Instituto para la Diversificación y el Ahorro de la Energía (IDAE) invirtió cientos de millones en proyectos de ahorro y eficiencia, cambiando equipos por otros más eficientes, pero con la crisis el consumo comenzó a bajar y el presupuesto para ahorro en energía y eficiencia energética también.

España responde a esa crisis energética con la Fractura Hidráulica, más conocida como fracking. Esta técnica consiste en la extracción de gas natural mediante la fracturación de la roca y la inyección del agua con arena, y ha sido un tema de gran polémica por las posibles consecuencias medioambientales. Según Aurèlia Mañé, profesora de política económica y de relaciones energéticas internacionales en la Universidad de Barcelona (UB), “el fracking no es una respuesta viable a la crisis energética y que por tanto no sería ni mucho menos una solución”.

De hecho, según la experta en energía, “ni un país ni una economía es, a priori, mejor o peor por los recursos energéticos que posee, pero aunque no haya una relación entre riqueza en fuentes primarias de energía y bienestar energético de la población, se tiene que ser cauto a la hora de apostar por producciones supuestamente nacionales, como las que se especulan en la técnica del fracking”. Para terminar con su punto de vista, Mañé concluye que lo que se tiene que tener en cuenta es que si la pobreza energética 1


no viene determinada por la cantidad de energía que se tenga, sino por la capacidad de los usuarios finales de acceder a la misma, en esto España también va mal.

Fuente: Fracking ez Araba

El caso vasco Con el fin de apostar por el fracking, en España se han pedido cantidad de permisos de investigación, pero uno de los territorios más solicitados ha sido el País Vasco, rico desde siempre en recursos naturales, es una de las raíces de su tradicional prosperidad económica. En primer lugar destaca la minería, en especial la del hierro, ya conocida y explotada desde la antigüedad. Existen también yacimientos de cinc aunque no tienen tanta importancia. Se puede comprobar, pues, que la riqueza geológica de Euskadi viene de lejos y por tanto no es de extrañar que este territorio sea recurrido a la hora de investigar e intentar encontrar recursos energéticos.

El Gobierno vasco está seguro que apostar por la fractura hidráulica sería una buena forma de superar la crisis energética. De hecho, en 2011, el lehendakari Patxi López ya visitó Dallas, territorio petrolífero por excelencia, y se atrevió a decir que en el País 2


Vasco había gas, concretamente en el subsuelo de Álava y la cantidad permitiría abastecer España durante cinco años o Euskadi durante 60. Este anuncio creó diversidad de reacciones, por un lado el perjuicio ambiental y de salud que no se ha comprobado que supone. Y por el otro, la alianza del Gobierno Vasco con las empresas norteamericanas HEYCO y Cambria, que controlan el 57,1% del Ente Vasco de la Energía, creado por el Gobierno Vasco para explorar el gas de Álava. De hecho, el Consejero de Industria del momento, Bernabé Unda, defendió que “sería una irresponsabilidad saber que existe una riqueza natural en el subsuelo de Euskadi y no investigar la posibilidad de extraerlo con plenas garantías”. No es de extrañar que ante la escasez de recursos y su alto precio, España se plantee conseguir recursos energéticos del propio territorio y que disminuya la exportación, que le sale muy cara. Ante esto, el Gobierno Vasco ha dado por el momento 17 permisos y Vizcaya es la zona más afectada por este fenómeno. Todos los estudios han sido solicitados por SHESA (Sociedad de Hidrocarburos de Euskadi). Esta empresa es la encargada de la investigación y la explotación del gas en Euskadi, y curiosamente es pública, ha recibido en los dos últimos años 75 millones de euros del Gobierno para realizar exploraciones y forma parte del lobby ShaleGas España. Esta plataforma de presión política básicamente se interesa para conseguir más concesiones y ya tiene determinados derechos en los yacimientos ya autorizados. El lobby está formado por cinco empresas: BNK Petroleum, Heyco Energy Group, R2 Energy, San Leon Energy y Hidrocarburos de Euskadi (SHESA). La primera es una compañía cuya sede principal está en Vancouver (Canadá) y cuya filial española se llama Trofogás; Heyco es una empresa familiar de Nuevo México (USA), miembro de la Independent Petroleum Association of America . San Leon Energy declara tener voluntad de convertirse en la principal compañía de gas no convencional en Europa e informa que sus dos principales accionistas son el Soros Fund Management LLC y uno de los principales fondos de inversión indio Blackrock Investment Management Ltd Y, por último los Hidrocarburos de Euskadi, que forman parte del Ente Vasco de Energía.

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El caso catalán

El fracking en España está creciendo y aunque País Vasco es una de las zonas con más permisos solicitados, Cataluña no se queda atrás. Actualmente hay tres investigaciones en hidrocarburos con el permiso concedido por la Generalitat. Los permisos no tienen finalidad extractiva sino que sólo se trata de buscar si hay condiciones para empezar la explotación de hidrocarburos.

El proyecto más reciente es de Teredo Oils, una empresa británica que tiene licencia para investigar desde octubre de 2012, éste ha sido el caso más problemático. El permiso que puede abrir la puerta a la extracción de gas y petróleo mediante el fracking, incluía una fianza de protección y restauración del medio natural de más de 5.8 millones de euros, pero la empresa ha presentado un recurso y consiguió que se rebajara sustancialmente. El director general de la compañía, Philip Paris Eastern, dijo en una entrevista a Girona TV que había condiciones para la explotación de hidrocarburos y que su empresa lo empezaría a hacer antes del verano de 2013, hecho que provocó gran polémica. Además, Teredo Oils no presentó el plan anual de labores del año en curso en el plazo establecido, y por este motivo el 15 de marzo de 2013, la Generalitat emitió un comunicado de prensa en el cual notificaba la retirada del permiso de prospecciones del proyecto Ripoll a la empresa de Eastern por incumplimiento de las cláusulas del permiso.

Refutando la convicción de esta empresa sobre la existencia de hidrocarburos en Cataluña, Albert Permanyer, catedrático del departamento de Petrología, Geoquímica y Prospección Geológica en la UB, afirma que no hay gases en el subsuelo catalán. Permanyer, que hace más de 20 años que investiga sobre rocas ricas en materia orgánica, ha dicho que las empresas buscan pero que “no encontrarán nada”. Estos estudios aportaran nueva información a la geología española. Según Albert Permanyer son “buenos para el avance de la investigación”. Sin este aporte de las empresas privadas sería muy difícil realizar estos proyectos ya que el gobierno español no se puede permitir el gasto que suponen.

Las plataformas medioambientales contra el fracking se multiplican con este fenómeno y la presión social sobre las empresas y los gobiernos locales está aumentando. La 4


plataforma Fracking EZ Araba

incluso ha conseguido presentar una Iniciativa

Legislativa Popular (ILP) que, como explica en su web, es “una fórmula adecuada para reflejar el rechazo social que existe en la sociedad vasca”. La plataforma propone la prohibición de la técnica del fracking y la extracción de hidrocarburos no convencionales en el País Vasco. Su responsable, Mikel Otero, dice que “cada día aparecen numerosos casos que ponen en entredicho la viabilidad de esta técnica”.

Dicho rechazo que han manifestado miles de personas organizadas en plataformas contra el fracking, es una reacción ante las consecuencias medioambientales que esta técnica ha provocado en países donde ya se ha experimentado. El primer país en iniciar este procedimiento fueron los EE.UU y posteriormente Canadá, donde todavía hay algunas provincias con restricciones, como por ejemplo Quebec, una de las que canceló los permisos sin indemnizar a las empresas que se preparaban para empezar la extracción de gas.

Antecedentes de fracking Expertos en la materia de hidrocarburos como Albert Permanyer aseguran que la práctica del fracking no tiene peligros para el medio ambiente, porque “los tubos están bien aislados con muchas capas y la probabilidad de que algo salga mal es muy baja”. Al contrario de lo que el docente opina, se ha demostrado que existe un riesgo medioambiental ligado a la utilización de esta técnica. Provoca grandes riesgos pudiendo causar la contaminación de las aguas subterráneas, del aire y también tiene efectos en el paisaje, así como el aumento los efectos de invernadero y la probabilidad de terremotos.

Esta técnica utiliza elevadas cantidades de agua y numerosas substancias químicas para que las operaciones tengan éxito a la hora de explorar. Las propiedades químicas de estos gases no son conocidas ya que en los EE.UU los productos están exentos de la regulación federal para proteger los intereses comerciales.

Según el informe de

Greenpeace, el fracking utiliza más de 260 substancias químicas contenidas en 197 productos que, en algunos casos, son tóxicos y cancerígenos.

La contaminación atmosférica es otro de los puntos indicados por los ambientalistas como consecuencia directa del fracking. Los gases aumentan el efecto invernadero, tal 5


como fue presentado en un estudio de NOAA (National Oceanic and atmospheric Administration) en colaboración con la Universidad de Colorado y, aspecto desmentido por las entidades que se dedican a la exploración del gas a través de este sistema. Éstas indican que solo un 2% del metano pasa al aire, sin embargo el estudio de NOAA demuestra que la cifra es de un 4%. El metano tiene una capacidad como gas de efecto invernadero 25 veces superior al dióxido de carbono.

En 2010, cientos de personas fueron evacuadas en Los Ángeles después de una explosión en uno de los pozos de gas natural que condujo a la contaminación de un acuífero de agua potable. Este tipo de incidentes son los más recurrentes en las exploraciones de gas que aplican la técnica del fracking. En repuesta las personas salen a la calle para protestar contra la utilización de esta técnica que, para los empresarios del área es completamente segura y permite obtener lucros elevados.

Más allá de las explosiones en las instalaciones y de las muertes de trabajadores y bomberos que acuden a estos incendios, la explotación del gas natural a través del fracking puede desencadenar, según el informe de Greenpeace, casos de cáncer en las poblaciones más cercanas. En los EE.UU se ha registrado un aumento del cáncer en las poblaciones que están cerca de las estructuras de fracking, como informó en 2008 Dallas Morning News.

Al revés de lo que ocurre en los EE.UU, donde el dueño de una propiedad es también el dueño del subsuelo por completo, en España hay límites establecidos por el Código Civil español a partir de los cuales el subsuelo es propiedad del Estado y no de los dueños de los terrenos. Así, en EE.UU no hay límites y por eso puede hacer todo lo que deseen, facilitando así la venta para exploración del fracking de pequeños espacios donde es posible encontrar gas para explorar. En el caso español, según el artículo 350 del Código Civil, el dueño de un terreno solo será “dueño del subsuelo hasta donde exista interés razonablemente tutelable del propietario”.

¿Dónde está permitido el fracking? Pioneros en la exploración del gas a través de la técnica del fracking, los EE.UU tienen la mayor parte de las exploraciones mundiales de este tipo, aunque con algunas 6


reservas. En Nueva York fue aprobada por mayoría en el colegio electoral la suspensión de la instalación de las exploraciones. En los casos de Buffalo City (Nueva York) y Pittsburg (Pensilvania), tuvieron una actitud más radical y prohibieron completamente la instalación de infraestructuras que permiten el desarrollo de esta técnica.

Polonia, Reino Unido y Bulgaria son los percusores en la apuesta por el fracking, habiendo estudios que indican que Polonia será el mayor explorador de gas extraído mediante esta técnica en suelo europeo. Al contrario que estos países, Francia prohibió completamente este tipo de exploración.

La principal conclusión del estudio encomendado por la Comisión de Medioambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria del Parlamento Europeo sobre impactos de la extracción de petróleo y gas pizarra mediante la técnica de fracking, es que “las cargas medioambientales no son compensadas por su correspondiente beneficio potencial ya que la producción especifica de gas es muy baja”. Esto demuestra que el fenómeno no está siendo indiferente, ha suscitado dudas y ha llegado a la gran pantalla con documentales como Gasland y películas como Tierra Prometida que abordan los efectos y consecuencias del fracking.

Tal como en Polonia y Reino Unido, en España la extracción de hidrocarburos mediante la técnica de fractura hidráulica es legal. El gobierno español y los diferentes gobiernos autonómicos han dado los permisos iniciales de exploración a diversas empresas privadas. A la cabeza encontramos la comunidad autónoma de Euskadi, que ya ha concedido 17 permisos de exploración a la empresa Euskadi Hidrocarburos (SHESA). El control del total de las acciones de ésta pertenece al Ente Vasco de la Energía, es decir al Gobierno de Euskadi.

SHESA tiene como única actividad la exploración y explotación de hidrocarburos, una práctica legítima y legal. La consejera de Desarrollo Económico y Competitividad del Gobierno Vasco, Arantza Tapia, ha puesto de manifiesto en el Parlamento Vasco que defiende la exploración de gas, pero no la utilización del fracking. No obstante SHESA, la empresa propiedad del mismo gobierno, está patrocinando e invirtiendo dinero en Shale Gas España, un lobby que se muestra a favor de esta técnica. Entonces, ¿Por qué está incongruencia en el propio gobierno? ¿Por qué en su web SHESA no se 7


responsabiliza de su propia información publicada? ¿Será por qué quiere esconder o camuflar alguna irregularidad?

Informes: ¿beneficio propio o medioambiental? La legitimización de esta práctica por parte del Gobierno Vasco son los beneficios económicos que genera la misma al país, así como la información geológica que se obtiene con la exploración inicial y que ayuda a avanzar en materia. Aun así, parece que estas razones pierden peso frente a las consecuencias medioambientales que supone el fracking y que han puesto en alerta a la población.

Existen opiniones diversas respecto al impacto medioambiental de esta práctica. Por un lado, encontramos una gran cantidad de expertos y plataformas ciudadanas que informan del riesgo que supone el fracking. En Euskadi, el Departamento de Medio Ambiente de la Diputación de Álava, realizó dos informes que advertían del peligro que el fracking supone para el medioambiente. Por motivos que todavía no están muy claros, estos documentos no salieron a la luz hasta un año después de su creación el 14 y 15 de marzo de 2012.

Por otro lado, encontramos expertos que apoyan esta técnica y desmienten o relativizan las consecuencias medioambientales asociadas al fracking. El profesor Permanyer afirma que la aplicación de la fractura hidráulica es 100% segura. Según este docente de la UB hay muy pocas posibilidades de que exista un escape y que los productos tóxicos derivados de la extracción mediante fracking contaminen las aguas freáticas. Otros expertos en el sector coinciden con el experto, en el país se han redactado diversos informes profracking.

Gas no convencional en España, una oportunidad de futuro es un estudio favorable al fracking. Los redactores de este informe son en su gran mayoría expertos en geología o en ingeniería de minas. Algunos de ellos, como el ingeniero de minas Francisco José Cayola Cortés, pertenecen al Ministerio de Industria, Energía y Turismo. Otros forman parte de entes públicos como la empresa SHESA.

Las voces de estos expertos se ven en algunos casos desacreditadas debido a sus relaciones con empresas que tienen permisos de exploración. Es el caso de Fernando 8


Pendás Fernández, Catedrático de Hidrogeología, Geología del Petróleo y Estratigrafía de la Universidad de Oviedo y redactor del informe. Pendás es el dueño del 14,4% de las acciones de Vancast Exploración, una empresa con permisos de exploración en Asturias, Castilla y León y Andalucía. La opinión de Pendás sobre el tema fue en su momento desacreditada públicamente debido a los intereses económicos que él tenía. Hablar de fracking y sus consecuencias mientras invertía su dinero en una empresa con permisos de exploración para realizar fractura hidráulica puso en tela de juicio la imparcialidad tanto de Pendás como del estudio.

Segundas intenciones La península Ibérica no es conocida por ser un lugar abundante en petróleo. El sector de la geología fue el primer sorprendido cuando de repente un

gran número de

empresas extranjeras empezó a interesarse por España como potencial terreno de extracción de hidrocarburos. Los expertos son conscientes que detrás de tantas peticiones puede haber una doble intención. Permanyer duda de las empresas: “no se han mirado estudios geológicos anteriores antes de pedir los permisos”. El profesor de la UB expresa que él y sus colegas de departamento ya saben de antemano que en muchos lugares dónde se ha pedido o incluso se ha concedido un permiso no encontrarán ni petróleo ni gas. El blanqueo de capital parece ser una de las posibles explicaciones a las grandes inversiones que están realizando aquí estas empresas.

Como se ha podido comprobar a lo largo del reportaje, hay muchos aspectos inconclusos y muchos indicios de que detrás del fenómeno del fracking se esconde más de una irregularidad. Parece que las empresas tienen más intenciones de las que demuestran en público. Los gobiernos consideran el fracking una fuente de beneficios, e incluso algunos lo financian, no obstante, muchos de ellos no lo manifiestan por miedo a la repercusión social que supondría. El fracking parece un tema tabú, la administración, las empresas y algunos expertos no hablan abiertamente sobre el tema. ¿Es el fracking una verdad incómoda? ¿Sabremos algún día los verdaderos beneficios que se esconden detrás de esta técnica?

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