Palabras al Sol, Revista Literaria No. 21, Julio - Agosto, 2021

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PALABRAS AL SOL LA REVISTA De “Muestrario de Palabras” Julio-Agosto-2021-Nº21-Año VIII -LA REVISTA -POESÍA -A LA SABIA SAVIA DE LA VIDA -LITERATURA INFANTO JUVENIL -POETAS DE LA PATAGONIA -CONOZCAMOS A NORMA GIANICO -GUARDAR COSAS VIEJAS

-DE EMILIO -CUENTOS BREVES -LA IMPRONTA DE LO GÓTICO EN LA OBRA DE DELMIRA AGUSTINI -EL BRILLO DE UN DESTELLO -PODER, SEDUCCIÓN Y EROTISMO EN LA ESCRITURA -TRES CUENTOS -ESCENAS DE CIUDAD

-LA MUJER MÁS FEA DEL MUNDO O TAL VEZ LA MÁS BELLA -DESDE MI ÓPTICA: EL ARTE COMO LENGUAJE -EL MANUAL DEL PERFECTO CUENTISTA HORACIO QUIROGA Obra del artista plástico Fidel Cáceres

-POESÍA EN LA COCINA O, DE LOS ALIMENTOS NUESTRO IDEARIO

Sin academicismos, con nuestra desnuda maravilla ante el universo humano (épocas, geografías, pueblos, dirigencias y dirigidos, miserias y excelencias), los invitamos a recorrer el mundo y sus manifestaciones literarias, con ojos de lector, narrador, poeta, amigo.

*Vigésimo primer número de “Palabras al Sol”, artículos nuevos, notas nuevas. *Revista digital que desde (2006 a 2010) fue publicada online y por grupos cerrados (2007-2010). Habrá artículos cuyos autores no siguen con nosotros pero que quisimos recordar como parte del alma de la revista. 1


PALABRAS AL SOL LA REVISTA De “Muestrario de Palabras” Julio-Agosto-2021-Nº20-Año VIII

Compaginación, diseño y corrección: Elisabet Cincotta Emilio Medina Muñoz Ana Lucía Montoya Rendón Liliana Varela --ºº-*Edición de este número: Elisabet Cincotta

*COLABORAN EN ESTE NÚMERO: -Rogelio Ramos Signes -Teresa Vaccaro -Maggie Quintero -Elisabet Cincotta -Yossi May -Emilio Medina Muñoz -Mirta Venezia -Ana Guillot -Julia del Prado Morales -Liliana Varela -Malcolm Peñaranda -Ana Lucía Montoya Rendón -

*Corrección de este número:

EDITADOS EN

Liliana Varela

ESTE NÚMERO --ºº-*Dirigir comentarios, sugerencias, críticas a: grupomuestrario@gmail.com

El material editado goza de todos los Derechos Reservados. La administración confía en la autoría del material que aquí exponen los autores, no responsabilizándose de la veracidad de los mismos. Las imágenes, en su mayoría, son tomadas de la web, por los autores de los artículos, si alguna de ellas infringiera derechos de autor, el autor puede comunicarse con nosotros y la quitaremos.

-Viviana Abnur

-Pedro Ugarte

-Carlos N. Carbone

-Miguel Ángel Hurtado

-Cynthia Rascovsky

-Camilo José Cela

-Gabriel Impaglione

-Soledad Fleury

-Raquel G. Fernández

-Érica Echilley

-Maria Del Mar Estrella

-Débora Mayol Parodi

-Alfredo Omar Busch

-Nicolás Guillén

-Mario Verandi -Leonor Rodríguez Rodríguez

Revista en pdf

-Ezequiel Murphy

ISBN: en trámite

-Norma Gianico

Año VII-I Nº21 grupomuestrario@gmail.com

-Enrique Anderson Imbert

JULIO-AGOSTO- 2021

-Mario Benedetti

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-Gloria Fuertes

-Miguel Hernández


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POESÍA Viviana Abnur Solo quien nunca trepó a la cuerda quien nunca fue de veras trapecio mismo confunde la oscilación de un cuerpo semidesnudo sostenido por el aire con poesía un trapecista de cepa lo sabe por eso no se encomienda a los dioses ni se persigna antes de saltar ocupa el breve tiempo que le queda en secar bien su mano con resina entregará su humanidad por un instante al cruce meditado de los cuerpos en la altura el impulso es lo vital lo sabe respira hondo y salta

Carlos Norberto Carbone LA NOCHE DEL DIA DESPUES

No sé si de esta noche nacerá algún camino sin faro vamos sin miradas luminosas con el horizonte herido

con el dedo masacrado indicando como flecha. No sé si esto tiene algún destino hoy parece que no ni un hilo de luz pesa demasiado tanta ceguera El cielo oscurece rápido mi corazón sin plegarias deambula buscando un puerto.

Cynthia Rascovsky Chardonnay (vino dulce) Ven a mis antojos a mis calas de galanteos al meollo, curvas y cepas. Entrelaza cada jadeo aspira a los halagos declarados y embriaga el manojo de mis pulpas. Emerge desde los viñedos amanece mío vino de uvas blancas de mis labios, voluntad y roce. Aventura el impulso al tempranillo mes de octubre y a las ternuras de mis manos. Apresúrate con el afán de ser cosecha y Sujétame a tu presencia en el sorbo de mi lengua. Devuélveme el sabor derrámate sustancia comisura de mi ardor. 3


PALABRAS AL SOL LA REVISTA De “Muestrario de Palabras” Julio-Agosto-2021-Nº20-Año VIII y era la prima de las vecinas rusas. Yo tendría 5 o 6 años y estaba fascinada con su pelo largo y rubio, Y yo que te amo en este pequeño país de mi som- sus ojos azules, su olor a jardín de invierno, bra a moneda de nieve. y en todos los vientos digo tu risa para sentir la voz de la lluvia sobre los Parecía estar hecha para el silencio pero cantaba cerezos y su voz era redonda y profunda digo tus labios como las notas de un pájaro, para doblegar la sed o el gobierno como el llamado de una campana nupcial. de la melancolía a veces callo con un silencio de ceniza de poema Cantaba y le daba cuerda a una caja de música que concallo tu nombre que juega con la vastedad servo intacta para que me hables con un ritual de oleaje en mi memoria de infancia: a veces no puedo con mi boca un molino que giraba sus aspas iluminadas y se llena de revoluciones la tarde sorprendida al compás del “Vals de las flores”, bajan de las estanterías historias imposibles Tchaikovsky para soñar los sueños de los 5 años, que parecen germinar en las granadas del creel privilegio de ser amiga púsculo de la prima de las rusas. Y a veces ni siquiera duermo Andaba por los 17 exhausto de la quietud afuera y era tan hermosa para mirarte entre mis brazos como si fueras la que yo me mordía las lágrimas cuando era ella luna la que me desenredaba los rulos y hundía mi nariz mora en su pelo rubio cada vez que podía: jardín de invierno, sí, moneda de nieve, Raquel Graciela Fernández Snegúrochka. Sonia, la rusita. La perdí en alguna mudanza. SONIA Años después supe que se suicidó a los 20, con el vestido roto y el aliento borracho del padre Andaba por los 17 empotrado en la nuca.

Gabriel Impaglione

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María Del Mar Estrella Mario Verandi

MUSICA ROTA

ARAÑA EN ÁMBAR Tendremos que cavar bajo las ruinas de esa permutación llamada tiempo, desenterrar el ábaco de una música rota, el introito de un homérico salmo. Hacernos mantra de merecido privilegio que purifique la inmanencia para recuperar el son entero. La espiritualidad de lo pagano.

Alfredo Omar Busch NACIMIENTO DE LOS PÁJAROS

El dios de los pájaros era bueno como el maíz y arrojó su sortija, sus piedras y presagios en medio de la tarde, en medio de las grandes fogatas del verano y dejó sus colores tirados por el aire. Unió la piedra y el relámpago y brotaron las chispas, y en la oscura mansión de los colores se pintaron las plumas copiando los crepúsculos turquesas y ardientes cardenales trajeron sus violentos destellos a la tarde. El dios de los pájaros otorgó sus plumas, sus estirpes –amuletos sedientos- y una voz hermosa como el agua y el viento. Y ya fueron banderas desplegadas entre las grandes hojas de los días.

Hace 150 millones de años, el pequeño ser cazaba sobre un tronco, en viaje hacia las nubes inclementes, cuando fue incluido en goterones de resina. Es sabido que ni antes ni después hubo piedad para los mares y continentes, y la araña pequeño buzo perpetuo con escafandra cristalina minúsculo Ulises extraviado atrapado en el instante mismo de su caminata estelar, asistió a la erección de la vida contra su alcázar transparente, incorruptible animalito llevado en andas sobre pirámides, imperios, llamaradas, hasta la palma de nuestra mano, al sol y a las nubes de este día de marzo de 1963, en la silla gestatoria donde indemne refulge, colgado de las últimas burbujas de su grito de socorro.

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PALABRAS AL SOL LA REVISTA De “Muestrario de Palabras” Julio-Agosto-2021-Nº20-Año VIII como la Luna se goza bañándose en el lago de color azulado.

Leonor Rodríguez Rodríguez PINTANDO EL CIELO

Se arremolinan las nubes, damas de la reina, unas blancas otras grises, pero todas muy atentas: Las grises la protegen mientras las blancas la secan, la visten de plata para la noche cercana.

Miré al cielo con ternura por ver lo que me regalaba: La Luna avergonzada su media cara asomaba tras una nube hermosa doncella que la acompañaba.

Pálida Luna en la claridad de la tarde que caía alumbrada todavía por el Sol remolón.

Luna reina de la noche no resistió la tentación de salir al escenario de matices en color que le ofrecía el cielo, vanidoso en su esplendor.

Esto lo vieron mis ojos en veintitrés de Febrero, cuando mirando al cielo

A tal presente la Luna perdió la cordura, en traje de baño paseaba entre nubes de algodón, escogiendo en los remansos el lago más coquetón.

a las seis de la tarde del año dos mil diez, en mi tierra, Avilés, el cielo me ofreció todo el paisaje descripto, solazándome en su conjunto, dando gusto a mi mente de plasmar su locura enajenada ella de tanta hermosura

Sonriendo está el Sol semicerrados los ojos, observando entre sus rayos

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A LA SABIA SAVIA DE LA VIDA Por Rogelio Ramos Signes A LA SABIA SAVIA DE LA VIDA

epilepsia. Pero, ¿qué cosa une a la Pasionaria con la Saeta,

La Mburucuyá (o Pasionaria) es una planta peren-

ne de hojas grandes y alternas, partidas en cinco o siete lóbulos. Enredadera de mucho desarrollo, trepa ayudada por numerosos zarcillos que le nacen como flores en las axilas de las hojas. Es conocida también como Flor de Pasión, porque sus capullos tienen cinco estambres que representan

aparte de las palabras que componen este texto caprichoso? En apariencia, nada. Ni siquiera la tierra, que tradicionalmente es el sustento del mundo vegetal, representa su punto de unión. La Pasionaria crece espontáneamente en las zonas cálidas de todo el país, mientras que la Saeta vive

en el agua.

las cinco llagas de Cristo crucificado, tres estig- Es la Naturaleza lo que las une, como a los hommas que recuerdan los tres clavos de la Pasión y bres con los animales, como a las nubes con el una corona de espinas. Todo esto, dispuesto so- viento, como a algunos minerales con las aguas

bre una rueda de pétalos blanquecinamente ver- del río. Es algo similar a la atracción de los sexos: dosos, hace un conjunto colorido y muy sugestivo. cada cosa con su equivalente. Es (por lo general, Su fruto es una baya en forma de huevo, ligera- aunque no siempre) el encanto de las diferencias. mente anaranjada; es comestible y se lo emplea Suena una F.M. sobre el lomo de un burro que en la fabricación de dulces. Su raíz tiene propie- camina hacia Alto de Anfama. Un equipo de fútbol dades narcóticas. Muy diferente es el caso de la Saeta (o Sagitaria montevidensis o Ñeu-Caá), que es una planta acuática de más de un metro de altura. Tanto sus

hojas (que semejan puntas de flechas) como su tallo (recorrido por un jugo lechoso) nacen de un rizoma sumergido. Las flores superiores son masculinas, las inferiores femeninas, y todas ellas están dispuestas en ruedas alrededor del tallo, en distintos planos. La Saeta, también conocida como Flecha del Agua, es una planta dotada de propiedades refrigerantes, recomendada contra la

practica recuperación de pelota a casi cuatro mil metros de altura en las márgenes del Titicaca. El último cacique mataco (sin mitra ni penacho) silba una canción de Elton John. Un grupo de publicis-

tas newyorkinos trata de descifrar una fábula escrita en quichua. Todo, absolutamente todo, es parte del mundo; la cordillera de Los Andes y el campeón europeo de yo-yó, un perfume de Chanel y el santuario de la Difunta Correa, una foto

del Sputnik y la receta de la empanada gallega, esta página y un prototipo 2000 de industrias Nissan, el jabón de tocador y el hilo negro. 7


PALABRAS AL SOL LA REVISTA De “Muestrario de Palabras” Julio-Agosto-2021-Nº20-Año VIII “Cuando el árbol cansino oyó la guitarra, abrió la Prueba del Árbol) donde el tronco es el cuerpo, la mansedumbre de sus ramas y se metió para copa es el espíritu, las ramas son los brazos, y siempre en el canto de los payadores” dice poéti- las raíces son los pies. Así de simple.

camente Juan Carlos Ghiano, refiriéndose al Om-

Ahora bien; yo no sé si los 4 metros de altura del

bú. Hay quienes ante esta misma frase sólo po- árbol Llagas de San Francisco tienen algo que drían decir que el ombú no es un árbol, sino un ver con los 4 metros de altura del Sacha Membriarbusto. Y allí terminaría la cosa. Pero el ombú, llo santiagueño; y éstos, con los 4 metros de altuobjetivamente mirado, es coposo y corpulento, su ra de la Coca del Monte. Sé, eso sí, que por el tronco adquiere dimensiones colosales y, con sus cuerpo de los tres corre verde savia de este plaramas varias veces curvadas en todas las direc- neta, que el sol los iluminará aunque la lluvia se ciones, da una sombra compacta y extendida. oponga, que hubo un nacimiento y que tal vez Sus raíces, muy gruesas y frecuentemente fuera haya una muerte. Sé también que mañana, hoy de la tierra, hacen su aporte a la medicina para la será ayer; y que el futuro, en verdad, nunca se fabricación de antirreumáticos, y sus hojas y fru- sabe. tos tienen propiedades purgantes. No tiene sentido entonces hablar de su madera, que en verdad no se aplica en las industrias del mueble o de la construcción. Muchos pueblos del mundo, y a lo largo de toda la historia, han tenido su árbol sagrado: la Higuera en la India, el Tilo entre los antiguos germanos,

la Encina para los celtas, el Fresno para los escandinavos. Una significación religiosa, y a veces guerrera, fue introduciendo al árbol tanto en la fábula de origen sagrado como en los cuartos coloridos de la heráldica. En los países nórdicos se creía que el espíritu protector de la familia habitaba en el árbol más próximo a la vivienda. Desde

ROGELIO RAMOS SIGNES

comienzos del siglo XI el Hom Oriental (o Árbol de la Vida) fue el motivo de ornamentación más

frecuente en todo el arte medieval, representando simbólicamente al ser humano. Ese, y no otro, es el análisis del contemporáneo Baum Test (o 8


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LITERATURA INFANTO-JUVENIL Por Teresa Vaccaro —Bueno, en ese momento que dije que el sapo había mentido porque dijo que los sapos habían creado el arco iris, me puse celosa de envidia. ¿A quién no le gusta crear, ver o al menos pintar un arco iris?

INTEGRACIÓN AL VUELO * (En base a “El Vuelo del Sapo” de Gustavo Roldán)

—No es para tanto -suavizó el sapo-. Fue una madrugada donde el rocío se hizo sentir mientras se escuchaban bajito las voces y sonidos de algunos animales. Parecía que en el monte chaqueño todos tenían insomnio porque alguno de ellos estuvo llorando durante un largo rato.

—El piojo recordó que el sapo había dicho que había inventado un lazo atando un montón de víboras.

— ¿Quién te va a creer piojo que eso fue lo que estuviste viendo desde la cabeza del ñandú y también los eché de este monte? –Agregó la leEl sapo croaba, los pájaros piaban, las ma- chuza suspirando-. riposas, acomodando sus colores, movían suavemente sus alas, si hasta al coatí se le escuchaba —Claro Doña Lechuza, cómo nos vamos a olvidar su característica voz. El pájaro carpintero, el mejor desaire tan grande- Repitió el tordo-. volador, taladraba su árbol tan suavemente que parecía estuviera tocando un tamboril. El elefante —Luego, prosiguió la pulga, organizamos una vobarritaba. La jirafa, que estaba nerviosa, se la veía tación para solucionar tan graves acusaciones, somover su cuello a diestra y siniestra. ¿Pero quién bre un buen contador de cuentos y sobre nosotros. era que lloraba con tanto lamento que hasta el La lechuza rompió en llanto nuevamente y ñandú se sobresaltó mirando de un lado al otro? agregó: — ¡Lo recuerdo muy bien! Si el resultado Cuando amaneció, luego de esa tensa cal- de la votación era mayoría de SI, el sapo tendría ma, todos los animales pudieron reunirse y se die- que haberse ido del monte por ser tan mentiroso. ron cuenta que la lechuza estaba tirada en el piso, Alcé la voz para organizar los votos y todos opinarendida de tanta tristeza. ron que NO. El sapo no era un mentiroso. Así todos mis argumentos perdieron valor y yo desespe_¿Qué le pasa Doña Lechuza que está tan acon- rada no sabía qué hacer ni qué decir, mientras togojada hoy? -le preguntó el yacaré despacito para dos festejaban con Don Sapo. no asustarla-. — ¿Y ahora que propone Doña Lechuza? —Nada. Nada. Cosas mías -respondió y continuó Preguntó con su boca grande el yacaré. con ganas de hablar. — ¿Se acuerdan cuando el —Quiero pedirles perdón a todos y en espeotro día traté de mentirosos al sapo y al tatú? cial a Don Sapo. A mí me gustaría volar de día —Cómo nos vamos a olvidar desaire semejante. cuando lo programen pero saben que soy noctámSi a todos nos trató de mentirosos -dijo el tordo-. bula. Y quiero aclararles que no soy un mal bicho 9


PALABRAS AL SOL LA REVISTA De “Muestrario de Palabras” Julio-Agosto-2021-Nº20-Año VIII como algunos piensan. También tengo sen- • timientos. –Finalizó la lechuza con un nuevo suspiro-.

—Siempre es bueno arrepentirse ante alguna fea actitud y así procurar otra oportunidad de pertenecer al grupo de animales del monte. Agregó el elefante-. Poco a poco todos y cada uno de los animales presentes comenzaron a aplaudir admitiendo la disculpa del ave nocturna. —Doña Lechuza, -prosiguió el sapo- por mi parte la disculpa está también aceptada y siempre que pueda intégrese con nosotros o si le interesa escuchar alguna de mis historias, que son sólo eso, historias. Lo importante es estar todos contentos. – Y finalizó preguntando- ¿Podremos decir de ahora en adelante que aquí en este monte chaqueño los animales seremos todos para uno y uno para todos?

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Propuesta presentada como Trabajo Práctico para el nivel de comprensión creador teniendo en cuenta el texto leído de Gustavo Roldán. En la Diplom. de Lit. Inf. y Juvenil.

TERESA VACCARO Psi. Social, Escritora, Coord. de Creatividad y Dipl. en Lit. Inf. y Juv. .


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POETAS DE LA PATAGONIA ARGENTINA Por Maggie Quintero Hoy iniciamos esta columna que nos permitirá conocer a poetas de la Patagonia argentina. El equipo editor de Palabras al Sol, agradece a Maggie Quinteros, quien durante sucesivos números de nuestra revista, nos hará conocer poetas de la región. EZEQUIEL MURPHY vive en Comodoro Rivadavia. Pcia. del Chubut. Es profesor de Letras por la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco, docente en esa institución y en nivel secundario. Publicó cuentos y poesía. Obtuvo el Premio del Fondo Editorial Provincial Chubut en 2015. Publica cuentos y poesías en revistas digitales. Obtuvo una beca del Fondo Nacional de las Artes para dictar un taller de escritura creativa en 2019. EL FRAGUADO DEL POEMA El poema surge a través de la reacción cementicia con el agua y la arena. El poema hormigón, con piedra el poema como mezcla atravesado por los hierros (del 8 y del 12) ese poema necesita fraguar. Ese problema fraguar como la mezcla. Como el concreto y el hormigón. Concreto es la metáfora. Porque la resistencia del puema ese, resulta como el tiempo. Sí, primero la reacción de la mezcla luego el tiempo. no mezquine cemento, ni subestime el poder del líquido aunque insípido, incoloro e inodoro el poder cohesivo por el que el poema puede fraguar. Luego de colocar las proporciones adecuadas

de los componentes y aditivos luego de mezclar y de vaciar deje espere a que el poema fragüe. ERROR DE CÁLCULO Calculo que más por descuido que por antropofagia (autofagocitarse más bien) en un momento dado es un giro inesperado la poesía giró su incierta cabeza abrió caóticamente sus fauces de animal escrito y lo mordió. En un pie o en un brazo creo y creo que lo hirió de gravedad. pienso que lo encandilaron sus versos que por ello le dio la espalda pienso que este primer intento de la poesía tenía por intención devorárselo Creo que no lo logró creo que debe cuidarse… de la luz en extremo de la falsedad de los versos de ahogarse en el espejo. EZEQUIEL MURPHY

Maggie Quinterp

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CONOZCAMOS A NORMA GIANICO Por Elisabet Cincotta NORMA GIANICO POETA DEL JUBILEO

me considero una mujer grande feliz con lo que tengo y soy sin rencores el odio es un sentimiento que enferma.

SU PALABRA

Mi abuelo no pudo regresar a Génova allí su pueblito desmanchado de pelotas y rayuelas juventud que nadie volvió a ver Su lengua bailaba en los brazos como el barco que lo trajo desde su sabiduría un avispero pleno de anécdotas Aquí una nena de apenas 6 años mordía la leche de otra niñez esa nena de mirada aislada era yo dentro de su corazón que repetía cada amanecer la hazaña de respirar la Argentina. Norma se llama POETA DEL JUBILEO. Su razón tiene un gran significado, nos dice ella que ***** esa denominación se le ocurrió como se le ocurren los poemas, comenzó a escribir de adulta, una jubilada que escribe. Siempre hay Se deshacen tiempo para empezar con una actividad y dar en una mueca pérfida rienda suelta a la creatividad.

Nací en Merlo Buenos Aires el 7 de octubre de 1954, tuve una infancia feliz con padres amorosos cursé la primaria en la Escuela N 9 cerca de casa la secundaria en el Colegio Manuel Belgrano de Moreno. En la UBA llegué hasta 4 año de Licenciatura en letras abandoné por razones de salud

un beso de gelatina cubriendo sus sombras fundidas de queso un pequeño juego de poder que cae de la cima el agua del membrlllo cubriendiendo sus caras alquitranadas y un frío púdico desde la. Tierra haciendo el amor hasta morir en el desierto.

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PALABRAS AL SOL LA REVISTA De “Muestrario de Palabras” Julio-Agosto-2021-Nº20-Año VIII toda intemperie girando alrededor del amanecer que deja un intruso Todo el viento en una taza de café Las ventanas al mirar chorreando su frescura un aroma ardiente sobre los vidrios El escenario uno con las cortinas del tiempo moviéndose agonizante El viento empuja el cuerpo frágil del día hasta que el rocío abandona libre su cueva de exiliado con un último suspiro mientras un pájaro rebelde entona la canción que muere con el sol de una flor.

*****

Siento lo que dije y también lo que no dije siento la culpa de la palabra obrada y si fuera un artificio del olvido de otros que importa o si tal vez el mundo nos diagrama o la lengua es tan sólo una herramienta que el azar teje en la memoria cuando aprenderemos a aceptar que el silencio de la rutina nos achica las horas que no vivimos

*****

Elisabet Cincotta ante el mar de una mosca pulula la barca de este sol indiscreto siempre diosa atesorando coraje cuando se trata de doblar la mirada del insecto siempre diosa resistiendo hasta caer durante el oleaje con esa picazón egoísta 13

Norma Gianico Poeta del Jubileo


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GUARDAR COSAS VIEJAS Por Yossi May Me pregunto ¿para qué guardamos cosas viejas?

GUARDAR COSAS VIEJAS

o ¿porque las guardamos? Supongo por la misma razón que nos cuidamos a nosotros mismos,

aquellos que nos cuidamos o creemos que nos cuidamos. Después de mucho tiempo que no escribo notas libres y no afectadas del quehacer diario, de la política, de la economía, de la religión, e incluso del fútbol, habiendo terminado ahora dos torneos muy importantes cómo son la Copa de América y la Eurocopa, me alegro poder escribir algo para enviar a Liliana Varela y como encuentro que es un nombre muy común agrego la foto de Acabo de volver de un viaje al exterior y paso a guardar los documentos. Al llegar a mi vieja cajita, que contenía una billetera que me han regalado en el pasado y que ya no está en mi poder, advier-

to que la cajita está llena y que, por supuesto, está

ella, tal como encuentro en la red. Ella es una de las personas que en el pasado me han impulsado a escribir y realmente es un vínculo viejo que deseo conservar y escribir es una hermosa forma de hacerlo.

llena de cosas viejas que muchas de ellas, la ma- Creo que esa cajita representa físicamente las cayoría absoluta, no tienen ninguna utilidad por jitas que componen mi propia alma y ahora que ejemplo, tarjetas de crédito que su validez ha ca- pienso, aprecio que no suelo esculcar mi alma y ducado y fueron reemplazadas por nuevas. Algu- tampoco me atrevo a esculcar la cajita para no renas no han caducado, sólo que me enojé con el mover cosas o sentimientos o pensamientos o banco emisor, cerré la cuenta y con esa decisión ideas o fantasías que en realidad son el motor de la tarjeta ya no tiene validez. Enojarse con los nuestras vidas, que nos impulsan cada mañana a bancos es muy fácil y seguramente le pasará a levantarnos. Posiblemente sean la razón por la

más de uno de mis lectores. Es también verdad que nosotros mismos nos esforzamos en cuidarque no siempre es fácil desconectarse de un ban- nos y ni siquiera tenemos conciencia de eso. co, en especial si le debemos dinero. 14


PALABRAS AL SOL LA REVISTA De “Muestrario de Palabras” Julio-Agosto-2021-Nº20-Año VIII No quiero hablar de los muertos, de la pandemia y mano en ese lugar privado y mostrar la bolsita de los profundos cambios que se han producido que precisamente por razones de seguridad, no en la sociedad en estos muchos meses de cuidar conviene andar mostrando. Hoy en día es más

la distancia, usar tapabocas, lavarse las manos y fácil porque se utilizan tarjetas de crédito, las no esperar que no nos toque a nosotros. A mí me to- vencidas. También está en la cajita un documento có y estuve internado y aparentemente muy gra- firmado el 18-9-1979 relacionado con la ley argenve, aunque yo no lo sentía así. No lo sentía por- tina número 21795. Una época oscura de la Arque hace poco, ya pasados unos meses, me dice gentina que a veces me parece muchos la extrami hija que una de las características del covid19 ñan. es que uno no llega a sentir que se está murien- A los que les gusta apostar recomiendo el número do. Es una ventaja creo, por lo menos relativa. 363956 de la tarjeta amarilla que está en la foto. Como sea, ya estoy vacunado, sigo cuidando dis- Es un número fijo de la lotería de Israel que está

tancia, sigo lavándome las manos y el tapabocas en mi poder desde el 4-8-1983 y jamás, en todos ya es parte integral de mi vida, como lo era la cor- los sorteos semanales e incluso extraordinarios, bata en la escuela secundaria que sin ella no me ha salido. No soy jugador, pero en aquellos años dejaban entrar al colegio y eso…. hace mucho uno buscaba todos los medios para organizar la más de 50 años.

vida económica. Hoy ya no lo haría, incluso estu-

Y de las cosas que tiene la cajita, de las que se ve en Las Vegas y no jugué ni un solo peso o dóven. Una tarjeta de crédito que vence en julio del lar. Y seguramente alguno preguntará: ¿porque año 2028. Ojalá que en ese año pueda escribir no anulas ese débito fijo en el banco? Ah…. poruna nota o la continuación de la presente y decir: que seguramente en cuanto anule saldrá en el Señores, Señoras, Amigos y Amigas, ¡¡¡¡me han

sorteo. Eso le pasó a uno en Colonia Avigdor y

renovado la tarjeta!!!! Lo rojo es una bolsita que como dije, la colonia es la que me dio todo. ya no está en uso. Es una bolsita relativamente nueva, 15 años aproximadamente, que cosió mi

esposa y con ella reemplacé la vieja bolsita que heredé de mi padre y que él usaba en sus viajes para llevar ahí el dinero efectivo. Esa bolsita, él y también yo posteriormente, fijábamos en la parte interior del calzoncillo. Él decía que ahí nadie lo

toca. El incremento de la seguridad de los aeropuertos y los escáneres que suelen usar ponen en descubierto la nodriza y eso obliga a meter la 15

YOSSI MAY


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DE EMILIO Por Emilio Medina Muñoz RECUERDO.

y ahora mi respeto ha conseguido. Emilio. 9 Julio 2021

Recuerdo cuando era lo que fui, y ahora en el olvido no me hallo. Tu calle nuevamente he transitado, errado y sin saber en dónde estoy. Mi mente infeliz esta nublada, carente de un buen norte ilusionado. Me siento cual naufrago olvidado, sin brújula que diga a donde voy. Tú sabes que mi sino es tu presente. Tú sabes que te busco emocionado... Si marcas un destino a mi pasado, Sabre que bebes agua de mi fuente.

Emilio. 18 Julio 2021

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Arrugado camino en la postrera... Mi piel se muestra descarada, en surcos profundos conseguidos; el tiempo ha marcado sin dar ruidos, una imagen muy nueva y bien labrada. No ha sido un mal proceso, camarada. Tan solo es aguantar años seguidos, de soles y vientos consentidos, llegando a la vejez que no es llamada. No sufro por los años que he vivido. Carezco de dolores inclementes, y gozo por el tiempo compartido. Mi bella compañera me ha ofrecido, la vida más feliz siendo paciente,

************* LAS COSAS DE PALACIO.

Un emérito señor, antes Rey de las Españas, se ha ido muy disgustado escondiendo lo mermado con arte y con muchas mañas. Se buscó el buen consuelo de una dama muy hermosa. Además, era viciosa y no le ha importado el duelo. Siendo buena cazadora de piezas muy importantes…en África va de elefantes con ese rey que la adora. Por dar un traspiés gozoso, (el patoso es reincidente), ha dado pista a la gente para saber qué hacía el oso. Lo suben con mucha urgencia en un “vion” volador… Hay que calmar el dolor Como lo hace la ciencia. Su esposa está indiferente, en su casa cabreada. Esta muy seria, enfadada, rechinándole los dientes. Pasado un tiempo prudente, sale del taller despacio; 16


PALABRAS AL SOL LA REVISTA De “Muestrario de Palabras” Julio-Agosto-2021-Nº20-Año VIII no va vivir en palacio por ser un Rey imprudente. Hay tanto por esconder, pues la querida era poco, nos enteramos del moco de querer sacar parné. No solo es del PP, lo de cobrar por servicios. Este Rey es puro vicio en la “pela”, y el querer. Continuará.

DESDE MI VENTANA. -

Mano ahuecada en la calle, en actitud pordiosera, espera la misionera limosna que el hambre acalle. Mujer de cántaro en talle, regresa de aquella fuente. Niño que grita imprudente, y nadie pide que calle. Vendedor del panadero. Pescado fresco ofertado. Coles traen de aquel mercado, y pregón de algún tendero. Una chica del servicio, paseando a ese soldado, se ríe del buen estado, de un amor, que es puro vicio. El pueblo tiene una torre, que sostiene a un gran reloj. Las doce dan. Gran calor, que derrite al que no corre. Asomado a mi ventana, esto veo en este día. Es real, no hay fantasía. Guárdese para mañana.

Emilio 21 octubre 2020

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A VUELAPLUMA.

Como no tengo dedos, que el contar pudieran, las silabas soltadas en blancos paramentos, el metro lo uso por placer de gozar inventos que los ojos del ajeno, amable las midieran. Placer es disfrutar, si con artes bien supieran, lo que dice un poema sacado en los momentos, de pasión, alegrías, o tan solo en los lamentos que, al sufrir de amores, las vidas nos cedieran. Lecciones necesito, de métricas gloriosas, Emilio. 11 Julio 2020 que den gran sentimiento, lo bello del versado, haciendo religioso, el canto delicado. Hoy dejo ya olvidado, mi arte en estas cosas, pues veo que mis rosas, con versos aromados, marchitas y horrorosas, sus tiempos son pasados.

Emilio. 13Mayo2011

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PALABRAS AL SOL LA REVISTA De “Muestrario de Palabras” Julio-Agosto-2021-Nº20-Año VIII

CUENTOS Enrique Anderson Imbert

en las carnes blandas y luego salía limpia como

EL SUICIDA

del agua. Las carnes recobraban su lisitud como el agua después que le pescan el pez.

Al pie de la Biblia abierta –donde estaba señalado Se derramó nafta en la ropa y los fósforos se apaen rojo el versículo que lo explicaría todo– alineó gaban chirriando. las cartas: a su mujer, al juez, a los amigos. Después bebió el veneno y se acostó.

Corrió hacia el balcón y antes de tirarse pudo ver en la calle el tendal de hombres y mujeres desan-

Nada. A la hora se levantó y miró el frasco. Sí, era grándose por los vientres acuchillados, entre las el veneno.

llamas de la ciudad incendiada.

¡Estaba tan seguro! Recargó la dosis y bebió otro

******

vaso. Se acostó de nuevo. Otra hora. No moría. Entonces disparó su revólver contra la sien. ¿Qué broma

era

ésa?

Alguien

-

¿pero

Mario Benedetti

¿quién,

EL OTRO YO

¿cuándo? - alguien le había cambiado el veneno por agua, las balas por cartuchos de fogueo. Disparó contra la sien las otras cuatro balas. Inútil. Se trataba de un muchacho corriente: en los panCerró la Biblia, recogió las cartas y salió del cuar- talones se le formaban rodilleras, leía historietas, to en momentos en que el dueño del hotel, muca- hacía ruido cuando comía, se metía los dedos a la mos y curiosos acudían alarmados por el estruen- nariz, roncaba en la siesta, se llamaba Armando

do de los cinco estampidos.

Corriente en todo menos en una cosa: tenía Otro Yo.

Al llegar a su casa se encontró con su mujer en-

El Otro Yo usaba cierta poesía en la mirada, se

venenada y con sus cinco hijos en el suelo, cada enamoraba de las actrices, mentía cautelosamenuno con un balazo en la sien.

te, se emocionaba en los atardeceres. Al muchacho le preocupaba mucho su Otro Yo y le hacía

Tomó el cuchillo de la cocina, se desnudó el vientre y se fue dando cuchilladas. La hoja se hundía 18

sentirse incómodo frente a sus amigos.


PALABRAS AL SOL LA REVISTA De “Muestrario de Palabras” Julio-Agosto-2021-Nº20-Año VIII Por otra parte, el Otro Yo era melancólico, y debi-

Pedro Ugarte

do a ello, Armando no podía ser tan vulgar como

LOS BÁRBAROS

era su deseo.

Una tarde Armando llegó cansado del trabajo, se quitó los zapatos, movió lentamente los dedos de Nosotros, los bárbaros, vivíamos en las montalos pies y encendió la radio. En la radio estaba ñas, en cuevas húmedas y oscuras, comiendo baMozart, pero el muchacho se durmió. Cuando yas, robando huevos de los nidos y apretándonos despertó el Otro Yo lloraba con desconsuelo. En los unos contra los otros cuando la noche se hael primer momento, el muchacho no supo que ha- cía insufrible. cer, pero después se rehízo e insultó concienzudamente al Otro Yo. Este no dijo nada, pero a la Era cierto que, a veces, un trémolo sordo nos llamañana siguiente se había suicidado.

maba. Temerosos, descendíamos por el bosque

hasta ver el camino que habían construido los Al principio la muerte del Otro Yo fue un rudo gol- hombres del poblado, y veíamos las caravanas, pe para el pobre Armando, pero enseguida pensó los ricos carruajes, los soldados de brillantes coque ahora sí podría ser enteramente vulgar. Ese razas. Y era tanto el odio y la envidia y la rabia, pensamiento lo reconfortó.

que precipitábamos sobre ellos gruesas piedras (eran nuestra única arma) y escapábamos antes

Sólo llevaba cinco días de luto, cuando salió la de que nos alcanzaran sus dardos. calle con el propósito de lucir su nueva y completa vulgaridad. Desde lejos vio que se acercaban sus A veces, en lo más sombrío e intrincado del bosamigos. Eso le llenó de felicidad e inmediatamen- que, aparecían hombres del poblado que gritaban y agitaban los brazos. Se acercaban y nos ofrete estalló en risotadas. Sin embargo, cuando pacían inútiles objetos. Acariciaban a los niños y, saron junto a él, ellos no notaron su presencia. con gestos, trataban de enseñarnos alguna cosa, Para peor de males, el muchacho alcanzó a escu- pero eso nos ofendía, y bastaba que uno de los char que comentaban: “Pobre Armando. Y pensar nuestros gruñera para que todos nos abalanzáramos sobre ellos y destrozáramos sus artilugios y que parecía tan fuerte y saludable”. los despedazáramos. Los hombres que venían a El muchacho no tuvo más remedio que dejar de nuestro encuentro no eran, además, como los solreír y, al mismo tiempo, sintió a la altura del ester- dados; eran infelices que se dejaban atropellar, nón un ahogo que se parecía bastante a la nostal- que lloraban si rompíamos sus cajas de finas hojas llenas de signos apretados. De los soldados gia. Pero no pudo sentir auténtica melancolía, salíamos huyendo, pero a aquellos viejos que veporque toda la melancolía se la había llevado el nían en son de paz podíamos atarlos a los árboles y torturarlos sin peligro. Otro Yo. 19


PALABRAS AL SOL LA REVISTA De “Muestrario de Palabras” Julio-Agosto-2021-Nº20-Año VIII

Babeando, danzábamos delante de ellos, les apli- Ellos creen que no pensamos, pero se equivocan. cábamos brasas candentes, los ofrecíamos al Bastaría que vieran nuestras uñas rotas de escarhambre de nuestras mujeres y de los niños que bar la tierra, nuestra mirada agria e intolerante,

colgaban de sus pechos.

nuestra rabia; bastaría eso para que al fin se dieran cuenta de que también sabemos preguntarnos

Sin embargo, a veces, disciplinados ejércitos de por qué la victoria ha de ser suya. soldados avanzaban geométricamente sobre el

bosque. Nosotros chillábamos, les lanzábamos

*****

piedras, les mostrábamos las bocas desdentadas con el gesto de amenaza que veíamos poner a los

Miguel Ángel Hurtado

perros, pero ellos se desplegaban, y capturaban a

FIN DE BAILE

algunos de los nuestros, y los lanceaban, y los de-

más sólo podíamos retroceder, adentrarnos más en el bosque, ocultarnos en lo más espeso, en lo Acaban de bajar las luces del salón de baile. La más inhóspito de sus profundidades.

banda comienza a tocar la última canción: una balada. Siempre odié la música lenta, pero ésta sig-

Ahora ya casi todo el bosque es suyo. Rebeldes, nifica “te quiero”, y hay poco más que decir. rabiosos, ascendemos por las montañas mientras ellos extienden sus poblados, sus caminos empe- Nunca unos ojos me habían mirado así. Nunca drados, sus obedientes animales. Debemos reti- había sentido mi cuerpo vibrar a cada nota, ni mis rarnos cada vez más, hasta aterirnos de frío en ojos mirar más fijos a algo.

estas cumbres de nieve donde nada vive, donde nada hay que les pueda ser útil. Aquí nos apreta- Estas notas que envenenan el aire me han henchimos, diezmados, cada vez más hambrientos, inca- do el pecho, hiriendo mi alma de muerte. Me noto paces de comprender cómo son tan hábiles para temblar cuando nuestras manos se unen, y sus aplicarse sobre el cuerpo finas pieles, de dónde enormes ojos azules se clavan como preciosas sacan sus afiladas armas.

aristas de poliedros de amor en mi mente, en mi corazón, en mi recuerdo.

En las montañas, luchamos por sobrevivir frente a Mientras, suavemente, el cantante me demuestra los osos y la lluvia. Vagamos en busca de comida, que todo lo que ocurre es real, y por ello, estrecho

aunque cada vez es más difícil evitar a los hom- mi lazo, atenazando mis brazos a su espalda, bres del poblado, los hombres sabios, los que tan- acercando su pecho al mío. Noto su respirar entreto odiamos.

cortado en mi entrecortado respirar, y entre 20


PALABRAS AL SOL LA REVISTA De “Muestrario de Palabras” Julio-Agosto-2021-Nº20-Año VIII medias nuestros pechos, golpeados por nuestro -No puedo, huele a cebolla. revolucionado corazón. Sólo quiero que el pianista -Anda, procura dormir un poco. -No podría, todo me huele a cebolla. lea mi mente, y toque para siempre esta melodía, -Oye, ¿quieres un vaso de leche? mientras hago de mis labios una extensión de sus -No quiero un vaso de leche. Quisiera morirme, nada más que morirme muy de prisa, cada vez labios. Cierro los ojos para soñar que este mohuele más a cebolla. mento es una poesía en nuestros oídos o el sabor -No digas tonterías. - ¡Digo lo que me da la gana! ¡Huele a cebolla! del azúcar glasé del dulce más lindo del mundo. El hombre se echó a llorar. - ¡Huele a cebolla! Cuando abro los ojos veo los suyos mirándome, -Bueno, hombre, bueno, huele a cebolla. pero tienen veinte años más. No existe el salón de - ¡Claro que huele a cebolla! ¡Una peste! La mujer abrió la ventana. El hombre, con los ojos baile, sólo queda en nuestro recuerdo. Y la can- llenos de lágrimas, empezó a gritar. ción suena en nuestras cabezas, recordándonos - ¡Cierra la ventana! ¡No quiero que se vaya el cada día cuánto nos queremos, y que lo que una olor a cebolla! -Como quieras. vez fue sueño permanece siendo realidad. La mujer cerró la ventana. -Oye, quiero agua en una taza; en un vaso, no. La mujer fue a la cocina, a prepararle una taza de agua a su marido. ***** La mujer estaba lavando la taza cuando se oyó un berrido infernal, como si a un hombre se le hubieran roto los dos pulmones de repente. El golpe del cuerpo contra las losetas del patio, la Camilo José Cela mujer no lo oyó. En vez sintió un dolor en las sieOLOR A CEBOLLA nes, un dolor frío y agudo como el de un pinchazo con una aguja muy larga. - ¡Ay! El grito de la mujer salió por la ventana abierta; Estaba enfermo y sin un real, pero se suicidó pornadie le contestó, la cama estaba vacía. que olía a cebolla. Algunos vecinos se asomaron a las ventanas del -Huele a cebolla que apesta, huele un horror a cepatio. - ¿Qué pasa? bolla. La mujer no podía hablar. De haber podido hacer-Cállate, hombre, yo no huelo nada, ¿quieres que lo, hubiera dicho: abra ventana? -Nada, que olía un poco a cebolla. -No, me es igual. El olor no se iría, son las paredes las que huelen a cebolla, las manos me huelen a cebolla. ***** La mujer era la imagen de la paciencia. - ¿Quieres lavarte las manos? -No, no quiero, el corazón también me huele a cebolla. -Tranquilízate.

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LA IMPRONTA DE LO GÓTICO EN LA OBRA DE DELMIRA AGUSTINI Por Mirta Venezia ruinas, paisajes de ultratumba, castillos prohibidos, villanos satánicos, mujeres fatales, vampiros entre otros. Todas ellas imágenes que brotan de un subconsciente convulso y desasosegado. Este estado de espíritu «convulso y desasosegado» se puede intuir en la obra poética de Delmira Agustini, por la tensión permanente entre melancolía y desazón que emana de sus versos.

LA IMPRONTA DE LO GÓTICO EN LA OBRA DE DELMIRA AGUSTINI

El adjetivo gótico hace referencia a un estilo de literatura popular que floreció en Inglaterra en el ocaso del siglo xviii. Si bien el pensamiento imperante de la época se cimentaba en las ideas de orden y sobriedad, muy pronto la afición por el exceso gótico captó el interés de los intelectuales británicos.

Las escritoras decimonónicas empezaron a cultivar el estilo gótico, «no solo porque deseaban satisfacer una fascinación sentimental hacia la muerte y la decadencia, sino también porque el gótico ofrecía una vía de dramatización de los peligros de la condición de la mujer en un mundo de hombres». Se entiende por «iconografía gótica» la profusión de imágenes escatológicas, tales como húmedas criptas, castillos fantasmagóricos,

Cristina Fangmann reconoce que el gótico forma parte del imaginario poético de Delmira Agustini. La presencia de elementos góticos no es más que un «modo del exceso», que se alía a otros estilos asimismo rastreables en sus obras, como el Barroco y el melodrama. Delmira es consciente de su desmesura verbal. Por este «decir de más», tuvo que pagar un alto precio: el de la distorsión u olvido por parte de la crítica, el aislamiento y la soledad; en definitiva, el castigo que toda escritora de la época debía cumplir por no someterse a los cánones literarios pre-establecidos. Por su parte, el gótico emerge en la obra de Delmira no solo de la mano de personajes grotescos que protagonizan algunos de sus poemas (vampiresas, serpientes. Esfinges, cuervos, buitres) sino que también brota del ambiente sombrío, misterioso y taciturno que envuelve a esos personajes. No en vano el sustantivo «sombra» y el adjetivo «sombrío», son dos de los términos más utilizados por la poeta en sus composiciones. Esta predilección delmiriana por lo negativo y lo enfermizo hunde sus raíces en el decadentismo que en su caso se manifiesta a través de la melancolía y de lo siniestro en toda su plenitud.

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PALABRAS AL SOL LA REVISTA De “Muestrario de Palabras” Julio-Agosto-2021-Nº20-Año VIII Se reconoce la impronta de la melancolía en Los cantos de la mañana y de lo siniestro en Los cálices vacíos, si bien en esta obra la melancolía tampoco está ausente: la vacuidad de los cálices, en este sentido, sugiere un estado de deseo, una necesidad imperiosa de recibir que va acompañada inevitablemente de la melancolía provocada por esa frustración perpetua del no cumplimiento inmediato de ese anhelo.

El yo lírico es en Delmira un sujeto deseoso del deseo, enamorado del amor más que de un amante en particular. Lo gótico se hace patente no solo en las imágenes, personajes y mitos a los que la poeta recurre, sino que también impregna el entorno en el que todo este imaginario se inserta: salas medrosas, torres inclinadas y húmedas, selvas hurañas, alcobas agrandadas de soledad y de miedo se convierten en escenarios por donde campean a sus anchas arañas del tedio, grandes búhos siniestros, cisnes sangrantes o hiedras devoradoras.

Bibliografía Hangmann, Cristina (2000), «Delmira Agustini y Silvina Ocampo: escritoras del exceso», en Mujeres fuera de quicio. Literatura, arte y pensamiento de mujeres excepcionales, Buenos Aires: Adriana Hidalgo Editora. Silva, Clara (1968), Genio y figura de Delmira Agustini, Buenos Aires: Editorial Universitaria.

3. Solaz, Lucía (2003), «Literatura gótica», en Espéculo. Revista de estudios literarios, 23, Universidad Complutense de Madrid. 4.

Me atrevo a ir un poco más allá de esta afirmación, la poeta en la estética gótica de «lo feo» obedece a una voluntad consciente de chocar a sus contemporáneos, quizás con el objeto de ser notada y sorprender.

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Agustini, Delmira (1913), Los cálices vacíos, Montevideo: O. M. Bertani.

Mirta Venezia


PALABRAS AL SOL LA REVISTA De “Muestrario de Palabras” Julio-Agosto-2021-Nº20-Año VIII

EL BRILLO DE UN DESTELLO* Por Ana Guillot EL BRILLO DE UN DESTELLO*

Luis Estrella a la lengua metálica y la lluvia que pu-

*Nota sobre el libro

dre la boca del “Último tango en Malos Aires” (a

La punta del ovillo

Liliana Díaz Mindurry) existe un abismo, pero el ojo

de David Antonio Sorbille, Enigma Editores, 2021

inteligente e inquieto del poeta los reúne con la misma naturalidad con la que nos participa, además, de sus sueños “en el viejo escritorio de madera oscura”. Cara y seca del cosmos y, en el me-

“Algo irrumpe desde las ti-

dio, este soñador observando, creciendo, amando,

nieblas”. Hay entonces un

¿desilusionándose? Creo que la clave para reunir

destello, una iluminación y

opuestos y disidencias nos la proporciona él misaparece la palabra. Génesis mo, generoso y directo, cuando menciona la necede la escritura, descubrisidad de buscar el significado de uno mismo. Estamiento. Del laberinto (varias mos, pues, ante un ser inquieto que cuestiona el veces mencionado) a los mundo, lo acorrala, lo suaviza, lo llena de ternura; lazos entrañables: tirar del

pero, por sobre todo, que hiende la mirada en su

hilo a fin de tejer familia, amigos, películas, cole-

propio núcleo: no vivir en vano propone, “decir las

gas, grandes escritores, artistas en general. Ovillo

cosas por su nombre” (a Sebastián Jorgi). Ni más

compacto, útero que se abre, se va soltando en

ni menos: su palabra destella sinceridad. Es autén-

perspectiva de imágenes, evocaciones, homena-

ticamente bella. Es auténtica y punto. Como él

jes. La poesía de David parece amable, y lo es.

mismo lo es.

Especialmente en los poemas dedicados a su familia, verdaderamente entrañables. Pero también

Ana Guillot

habla de desasosiegos, rispideces, cinismo, absurdos; “pulsión de muerte” dice. Se avanza en sus versos y el mundo se despliega con todos sus ma-

tices: luces y sombras de lo humano y él, enlazando una trama compacta, sensible, absolutamente personal. Del angelado poema dedicado a Jorge 24


PALABRAS AL SOL LA REVISTA De “Muestrario de Palabras” Julio-Agosto-2021-Nº20-Año VIII

PODER, SEDUCCIÓN Y EROTISMO EN LA ESCRITURA Por Julia del Prado Morales Rodolfo Hinostroza Claussen (Lima, 1941-2016). Poeta, narrador, astrólogo, cocinero, traductor y hombre de teatro. Su primer texto fue un cuento que escribió a los 17 años. Su infancia hasta los nueve transcurre en Huaraz, tierra de su padre Octavio, también poeta indigenista y artista quien lo formó en hábitos de lectura con poemas de Rubén Dario, Walt Whitman. Narrativa de Julio Verne, entre otros. Su madre Gloria también escribía poesía. Así que él prácticamente nació poeta, superando a sus padres.

Las figuras de sus padres lo siguen y persiguen. Se vuelve a referir más tarde en poemas más breves. Poeta de la generación del 60 y amigo de la del 50. Estudia Literatura en vez de Medicina en la Universidad Nacional Mayor de Marcos.Comprendido e incentivado por César Calvo, otra voz impactante dentro de nuestra literatura. Amigo de Juan Gonzalo Rose, Antonio Cisneros, Arturo Corcuera, Blanca Varela, Jorge Eduardo Eielson, voces ilustres. Poemarios que le dieron universalidad: Concierto del lobo(1965) y Contranatura (1970), las primeras ediciones, con una voz plenamente construida, de clara influencia anglosajona: Ezra Pound, Saint Perse y Thomas S. Elliot. Trabajando a conciencia y con oficio su tono poético. Tono que es " una parábola, una mirada oblicua" delante de su lente. Hinostroza en cada poema deja la huella del día y de lo que sucede en el mundo, a través de lo netamente sensorial.

Dos poemas narrativos de loable y desenfrenada factura les deja a sus progenitores, el primero es: " Los huesos de mi padre" editado por primera vez en la revista Qué hacer. Con " Los hijos de Claussen", ambos forman parte de su libro Memorias de la Casa Grande (2002). Dejándonos a sus lectores estupefactos, en su arte poético netamente innovador. Historias de días trágicos que marViajó, conoció diversos países y de todos ellos can su vida de hombre y escritor. captó lo imperecedero. Cuba y Francia, por ejemSerán éstos los 206 aristocráticos huesos de mi plo, en diferentes etapas. padre? Gana una serie de premios que consolidan su ofiTodos completos, con su maxilar inferior, su cio poético. Contranatura es el poemario de "una frontal, aventura en pos del conocimiento" por un poeta dueño ya de su versar poético. "Pericia verbal pasus falangetas, su astrágalo, ra crear artefactos perdurables". su Gómez, sus clavículas? Su poesía se basa en el ajedrez, las matemáticas, ..... la poesía clásica,la renacentista y la moderna. Confiesa Hinostroza en este poema por él y su Complementada con el cine, los cómics, el rock, hermana Gloria aficiones de nuestro escritor. " ... y todavía sufrimos por su amor desgraciado, / que sin embargo dio maravillosos frutos." 25


PALABRAS AL SOL LA REVISTA De “Muestrario de Palabras” Julio-Agosto-2021-Nº20-Año VIII La poesía "es lo que nos emparenta más con lo sobrehumano". "Hay una profunda soledad en esta chamba de escritor porque cada vez que uno escribe está como reinventando la escritura".

POEMA PARA UNA VISIÓN II

Tiempo recuperado Con "Imitación de Propercio" dentro de Contranatucorredores de fuego ra apreciamos al poeta, dejándonos a cabalidad lo & la lente dolorosa amiboide separación del arque es el poder, el erotismo y la seducción. quetipo Padre/ Madre

con amor IV " LA HISTORIA ES LA INCESANTE BÚSQUEDA DE UN DOMO CRISTALINO

se hizo lo que se pudo con amor allá quedan cabañas asoladas tierra roja vuelve la cabeza

que hay que mirar como jamás nadie ha mirado y tus ojos son de esta tierra, Oh César el poder corrompió a la Idea

ALL IS TRUTH

pero la Idea queda arbotante y tensión sobre un espacio de aire. Tienes quien te haga las canciones heroicas un puñado de máximas para defenderte de la muerte y puedes cerrarlo todo hombre que duerme.

contempla tiernamente sin temor quien atraviesa esta puerta enciende la esperanza & los lechos aéreos serán la arquitectura del cuerpo lecho cubierto de rosas melocotones mirra. Otro mundo es el nuestro

No mandes a tus terroristas a convencerme que cante tu célebre continuum represivo yo reposaré entre los muslos de Azucena y veremos unicornios en las paredes y nuestros cuerpos se moverán hacia Hércules & Lira

Julia del Prado Morales

y la energía que encima de un cabello será bastante magia

para esta noche".

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PALABRAS AL SOL LA REVISTA De “Muestrario de Palabras” Julio-Agosto-2021-Nº20-Año VIII

TRES CUENTOS Compilación: Liliana Varela LA SOLEDAD DE LOS CUERPOS Débora Mayol Parodi

todo: a los tejidos, los chocolates, a las personas en especial. Suele traerle flores y una caja de dulces. Llega y se marcha siempre a la misma hora. Ella me comentó que Fermín tiene una especie de trastorno y por ese motivo tolera sus particularidades. Manifiesta que es un ser incomprendido por la sociedad, que es diferente y un poco inexpresivo pese al elevado coeficiente intelectual que posee. Se refugia en el trabajo y, como un entretenimiento, alimenta palomas en la terraza; son sus mejores amigas porque no cuestionan su forma de ser. Hoy, sábado, anunciaron el estado de alarma; nadie puede circular, solo se pueden desarrollar las actividades esenciales. En el asilo, todos permanecemos en nuestros cuartos escuchando las noticias. La pandemia nos mantiene encerrados y solo la muerte sale al encuentro de algún desobediente. El nuevo virus es el centro de todas las conversaciones y la tristeza nos agobia; se habla de no salir de las casas y también de la falta de suministros. Nada de visitas, tampoco paseos. Pasamos nuestros días confinados. Encarna se niega a saber del tema, se sienta frente a la ventana y observa la calle en soledad. Sus ojos permanecen fijos en la esquina por donde suele aparecer Fermín. Saca del bolsillo un caramelo de menta, lo saborea y suspira. La llamo para comer y me ignora, continúa petrificada, junto a la ventana, balanceándose en su mecedora. Me preocupa que no me emita una palabra, parece una estatua. La desconozco y por momentos su mirada asusta. . Hoy, como todos los domingos escuchamos la misa por radio, rezamos y es el día más silencioso, donde la soledad puede calar muy hondo. Solo se escuchan sirenas y aplausos.

Me despierto más temprano de lo habitual. Corro las cortinas de la ventana y me asomo al balcón: los geranios lucen sus colores encendidos y percibo el delicado perfume del jazmín mezclado con el aroma del café y el pan caliente de nuestro desayuno. Una pareja de pavos reales vestidos de gala para la ocasión, con sus plumas tornasoladas, pasean pacíficos, sin miedo, por la calle. Da envidia verlos disfrutar de la libertad. Le pido a Encarna que se apresure a ser testigo del espectáculo, pero no me responde... Hace meses, como si hubiera sido una premonición, ella había tenido una extensa charla con un notario. Desde entonces guarda celosamente una carta en el cajón de su mesa de luz. Y todas las noches, antes de dormir, la acaricia rozando con las yemas de los dedos el sello lacrado del sobre, sonríe y luego la vuelve a guardar bajo llave. Es como un ritual secreto. Por mi parte, he comenzado con una loca manía de escribir en un diario todo lo que acontece… por miedo de no acordarme y también a modo de entretenimiento. Encarnación es una mujer muy sensible y un tanto metódica. Goza de una lucidez envidiable, los achaques de la edad solo le provocan temblor Es el día que más extrañamos a los seres queen las manos. Los viernes recibe la única visita de ridos que ya no están, los recuerdos de la familia la semana. Elige la mejor ropa, se perfureunida nos roban algunas lágrimas, quizás por ma y espera a Fermín, su hijo, para cenar juntos. Él es un hombre un tanto especial, alérgico a casi eso queremos borrarlo del almanaque. 27


PALABRAS AL SOL LA REVISTA De “Muestrario de Palabras” Julio-Agosto-2021-Nº20-Año VIII El miércoles tuvimos control médico. No tengo fiebre ni síntomas, Encarna tampoco. El almuerzo estuvo de primera y nos acompañó la música de los balcones vecinos. Es el momento en el que todos salen a cantar y nosotras nos sentimos vivas. … que la canta María / al querer de un andaluz, / María es la alegría / y es la agonía/ que tiene el sur…

Bailo un rato, haciéndome la payasa, para matar el tiempo, mientras tarareamos la canción. —¿De dónde sacas tanta alegría, mujer? —me pregunta Encarna todos los días. No puedo distinguir si lo dice en tono burlón o en realidad tiene curiosidad. Ella me observa, y lee las novelas que Fermín le trae. Actualmente se pasa el tiempo leyendo un libro: Los tiempos del odio. Dice que es una trilogía de ciencia ficción de Rosa Montero, su escritora favorita, y no se cansa de repetirlo. Me comenta el resumen de cada capítulo que lee donde la protagonista es una tal Bruna Husky, una replicante que tiene recuerdos implantados, pero es sensible, sufre y ama como cualquier humano. Ha sido creada para la lucha y el combate en un tiempo de robots, humanoides y marcianos. Tiene las horas contadas: tres años, siete meses y veinticinco días. Quizás tenemos en común con Bruna mucho más de lo que cree; mientras ella lee la novela, yo escribo en este cuaderno de hojas amarillentas que no sé si alguien leerá alguna vez. Todas las noches, a la misma hora, se escuchan los aplausos al personal de sanidad por la tarea que desempeñan, y juntas miramos el panorama, que no deja de ser aterrador. Encarna recibió un llamado por la mañana y está contenta. Se sentó frente al espejo, se pintó los labios saliéndose de los límites permitidos, por el temblor de las manos, se puso unos pendientes coloridos y se arregló el pelo con los dedos. La observé y temí preguntar el motivo. —Estás guapa hoy, Encarna —dije, y me sonrió. En el almuerzo compartimos una charla extensa, acerca de Fermín y del notario. Me pidió un favor: que le entregase a su hijo la carta que atesora en la mesita de luz, si le llegara a pasar algo.

Fue entonces cuando me contó la historia acerca del desafío de ser madre. En 1961 nació Fermín; ella debió dejar el trabajo para dedicarse tiempo completo a él. Promediando los cinco años, el pequeño aún no hablaba, y fue cuando los médicos advirtieron que tenía problemas de sociabilidad. Recomendaron seguir el tratamiento con especialistas de Madrid pero Paco, su esposo, tuvo que quedarse trabajando en el pueblo para asegurar la cobertura médica y pagar los gastos; aunque venía periódicamente a visitarlos.En uno de esos traslados a la ciudad, Paco sufrió un accidente y murió. El seguro de vida le permitió a Encarna continuar con la terapia del pequeño. Y fue entonces cuando Encarna empezó a pensar quién cuidaría de él en el futuro. Es importante, por eso, que reciba esa carta, con las instrucciones, y que visite al notario cuando ella no esté. Juré cumplir su voluntad y anoté todo lo que debía realizar. Así como las luciérnagas se pierden en la oscuridad de la noche, mi amiga partió en silencio, sin despedida. Y llegó el día de cumplir con lo pactado: tuve que separar el sobre, la agenda y la tarjeta de la Aseguradora; también la caja musical para dárselo a Fermín conforme el pedido de su madre. La imagen de los pavos caminando libres por las calles de la ciudad y Encarnación siguiéndolos descalza, para no espantarlos, se repite una y otra vez en mi mente.

********** ALGO DE VOS

Érica Echilley Me bajo del colectivo. Saco los auriculares, agarro mi celular y pongo a Camilo Sesto en Spotify. Nuestro pequeño ritual de todos los domingos. Cuando voy a verte, siempre me acompaña él. Es un viaje a mi infancia, a tu tocadiscos sonando por toda la casa, al sol bailando con las cortinas de cuadritos y a tu voz cambiándole la letra a las canciones. Juro que tengo esos veranos en la punta de la nariz, los siento cada vez que respiro.

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PALABRAS AL SOL LA REVISTA De “Muestrario de Palabras” Julio-Agosto-2021-Nº20-Año VIII Tu sonrisa. Tu alegría humilde. Ya son las doce del mediodía, Camilo me dice que algo de él se va muriendo, yo siento lo mismo, porque, desde que todo esto pasó, todos morimos un poco también. Hace cuatro años atrás, este camino se me hacía más largo, más agónico, más insoportable. Ahora me abduce la música y disfruto la sombra de los árboles. Los sauces me hacen reverencias al pasar, se ahorran las lágrimas, pues las heridas van por dentro y el mar está amainando, como amaina el dolor cuando tratamos de consolarnos creyendo que el peso del recuerdo es más grande que el agujero de gusano de la ausencia. Me detengo en la florería. Te compro dos ramos, imposible no imaginar tu carita cada vez que te regalaba alguna flor. Me asalta tu expresión de sorpresa y tu frase de siempre: “¿para qué gastaste?”. “Mamá, te tendría que comprar un ramo del tamaño de la luna para agradecerte todo lo que hiciste por mí”, te decía. ¿El ramo es del tamaño de la culpa? Me pregunto, mientras veo como pasa la gente con las manos llenas de flores. Lo mejor de mi vida has sido tú, dice Camilo y se me escapa el dolor por el ojo derecho y el izquierdo lo acompaña. El día está hermoso. Los verdes prados me ofrecen una paz que no tengo. El arco de entrada me abre los brazos, camino lentamente. Las galerías me palmean la espalda, como quien comprende que soy solo una mitad que camina por inercia. Las cerámicas rojas me invitan a mirar el suelo, por respeto al dolor silente que alberga cada nombre. El mismo recorrido de cada semana. Ojalá cuando llegue me veas y sonrías, se te ilumine la mirada y me digas tímidamente que están hermosas. Ojalá me abraces como la última vez. Ojalá

pudieras salir de ahí y decirme qué es lo que hice mal para merecer el desgarro de una vida a medias. Te veo y apuro el paso. Te miro y sonrío, un poco por si me estás mirando y otro poco porque recuerdo el brillo de tus ojos. El día que te quedaste a dormir acá, Luciano dijo que por fin ibas a tener una casa de cemento como siempre quisiste, que ya no te preocuparía el frío de la casilla ni sumergir tus manos en el agua helada para lavar la ropa. Por fin ibas a estar calentita, teniendo lo que siempre anhelaste: tu hogar de material. Llego con los ramos y un recipiente circular simula tus manos. Lo saco y deprendo los pétalos marchitos, camino unos metros y una canilla amable deja caer un chorro de agua que acaricia los tallos. Lleno el florero. Los sollozos inundan un silencio sepulcral. Me grita algo dentro. Cuatro años haciendo el mismo camino. Nunca pasaste tanto tiempo lejos de casa, pienso. Ni si quiera un día. Vuelvo a tu encuentro y te doy las flores. Recuerdo esa sonrisa de dientes grandes. Sonrío mientras las rosas adornan la herida abierta. El lugar vacío en mi mesa. Un dolor que nunca se va. Vivir sin vos es como no vivir, me recuerda Camilo mientras se desgarra las cuerdas vocales. Me siento en un banquito y te veo sonreír. Desprendo los auriculares y dejo que la música te llegue. El aroma a verano se me cuela por las fosas nasales. Las charlas de los pájaros inundan esta soledad acostumbrada. Porque eso sucede, nos tratamos de acostumbrar. El mate y la pava preguntan cuándo vas a volver. Tus golpes en mi puerta para decirme que ya está la comida; el “llevate abrigo que hace frío”; tus llamadas para saber cómo estoy; tu inmensidad esperándome cada vez que llego tarde; tus vigilias cada vez que me enfermaba; tus postres; tus recetas copiadas de la tele; tus tortas de cumpleaños; tu carcajada; tu sonrisa tímida; tu pelo finito; tus charlas al mediodía con una cervecita de por medio, tus consejos, tu amor desinteresado y tu amistad. ¿Cómo puedo pagarte todo eso con dos ramitos de mierda? ¿Cómo se llenan los huecos que deja tu ausencia si están por todos lados? Los sauces se mudan a mis ojos, me levanto del banquito y mis piernas sujetan este saco de huesos que quiere un abrazo tuyo. Me acerco y 29


PALABRAS AL SOL LA REVISTA De “Muestrario de Palabras” Julio-Agosto-2021-Nº20-Año VIII acarició tu inmensidad que yace en una placa. Te recuerdo sonreír y se me dibuja una mueca. Mientras el dolor me sale por los ojos y la nariz, trato de buscar una anécdota graciosa para sopesar el camino a casa. ¿Te acordás cuándo te caíste de la bicicleta? Me río un poco. Te tiro un beso al viento y camino hasta la salida. Las cerámicas rojas me besan las suelas de las zapatillas, las galerías me acarician los hombros. Una vez afuera, las veredas me observan un poco derrotada. Los pájaros siguen cantando, pero Camilo se ha callado. De pronto, miro mi reflejo en la vitrina de un almacén y te veo, me veo. Tus manos, tu mentón, tus dientes, tu sonrisa, tu boca. Y en ese instante recuerdo: te llevo conmigo. Sonrío de costado y sigo hasta la parada del colectivo.

****************** FLORES DE AZUCENA Soledad Fleury Corrés y corrés por los pasillos lustrados; deja de llorar, que esas lágrimas son huellas de tu camino, de un nuevo destino. Debés entender el obligado propósito que tus padres declararon hoy, en un día de sol y con la primera briza de primavera. Eres muy joven Catalina, anoche dormías en la saya de tu madre, a la Mañana eres la unión real entre dos nuevas alianzas, prometida a un futuro Rey; te sentís esclava incondicional, aunque es lo único que aprendiste. Tropiezas con los guardias, siguen en su postura de estatuas. Entras a una parte del jardín, escuchaste hablar a las rebeldes doncellas mientras te peinan en las noches antes de dormir; cada anécdota lujuriosa y encuentros clandestinos. Ca-

minás entre hierba blanda y flores exóticas, las recordás en los aposentos de tu madre. Te apoyás sobre una fuente de agua, figuras de dos cabezas de leones, en su boca salen frenéticos chorros de agua dulce; bebes y mirás el reflejo de tu rostro, desarmas el trenzado del pelo, dejás caer la tiara con incrustaciones de diamantes, respirás profundo y te invaden los incomparables aromas. Tu padre se levanta del trono para venir a buscarte ¡estás en problemas! Encima te encuentra en el jardín prohibido. Se Acerca a ti sin custodia, sin caballeros, sin corona, solo tu Padre. Te entrega un ramillete de Azucenas en diferentes colores. El rojo es tu color favorito, siempre pedís faldetas de este tono, el azul es similar a tus grandes ojos ¿y el blanco? – Cada color te identifica, solo tú sabrás como utilizarlo y a quienes entregar el correspondiente. – ¿Es tan sencillo como el ramillete?– Decís con voz baja. –Sí hija mía, acepta tu mandato sin dejar de ser tu misma y emplea un cambio. Arrancás la primera flor de color rojo, cae en la fuente de agua. –La pasión y lujuria, no me acompañaran en mi vida. Lagrimean los ojos de tu padre y te abraza, orgullo siente por ti, te has convertido en toda una dama. Te acercás a un guardia y lo obligás a que te mire, se rehúsa, tu voz es más gruesa y repetitiva, el guardia obedece, arrancás la flor azul. –la lealtad será beneficiada, más los impíos no estarán para desafiarme. Te has ganado la reverencia de tu padre. Por último la flor blanca, te acercás a tu futuro marido y todos atentos observan; entregás el ramillete sin flores, con algunas hojas marchitas. –Es lo único que tengo para entregarle, la flor blanca es fidelidad plena, pero no para usted, sino para mi pueblo– Decís con voz fuerte y decidida. Tu Padre pierde el conocimiento y cae sobre los guardias, tú Madre muy avergonzada se cubre los ojos, y tú, corrés, corrés por los pasillos lustrados, sonreís, estás preparada para una premeditada batalla.

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ESCENAS DE CIUDAD POR MALCOLM PEÑARANDA En uno de esos intentos, los extraños que sobrevivían los excesos de la noche se convertían en La Niña Pija superamigos con poderes variopintos que molaban más que volar o ser invisible. Intercambiábamos recetas caseras para revivir, que iban desde el caldo levantamuertos hasta la mezcla de gaseosa con cerveza. Revivíamos por un par de días hasta la siguiente muerte, que era más doloSerie: ESCENAS DE CIUDAD rosa o más olorosa. Éramos zombies que leíamos libros interesantes y hablábamos de chorraCiudad Escenario: Madrid, España das. La anécdota más vergonzosa terminaba con un brindis que casi la volvía honrosa.

Por aquellos días, Madrid vivía los rezagos de la Movida Madrileña y vivir allí era como inyectarte litros de adrenalina a diario. No había términos medios. Solamente había dos maneras de vivir siendo estudiante extranjero: o en el carril rápido o en el anonimato lento y chungo. Yo escogí el carril rápido. El YOLO (You Only Live Once) se convertía en la eterna pregunta en búsqueda de aprobación: ¿Molo? Al salir de la universidad, la calle te llamaba y la ciudad te devoraba, literalmente. Ya no sabías si volvías y ni siquiera si querías volver. Pero volvías. Sobrio, ebrio, medio entonado o entonado y medio. La foto de polaroid en un callejón cutre o las huellas del vómito en el baño compartido, te recordaban que la juerga había sido real. La resaca te daba unas cuantas cachetadas de recordatorio. Despertabas, o por lo menos simulabas. Había que rendir en las clases y evaluaciones. El café muy cargado y los calditos de pollo se convertían en tus mejores amigos. Tardabas en hidratarte, pero tardabas más en rearmarte.

Todos girábamos en una lavadora de varios ciclos que rara vez paraba para enjuagar. Hasta que llegó Ximena y nos centrifugó a todos. Era la típica niña pija, caprichosa y voluntariosa. Hija única y cargada de pasta. Tenía tanta que podría haberse dado el lujo de invitar a toda la facultad de rumba. Su belleza era exquisita. Facciones muy finas, casi perfectas. Piel fresca y acariciable. Pelo castaño claro ondulado, que los fines de semana teñía de rubio o cubría con una peluca de colores llamativos. Siempre vestía ropa de marca y accesorios que nadie más tenía. Su perfume era su marca personal. Siempre olía bien y estaba muy bien puesta, aunque para ello hubiera tenido que pasar toda la mañana poniéndose bolsitas de té para cubrir las ojeras y echándose cremas caras para recuperar su piel. De personalidad fuerte y gustos caros, o te caía bien o te caía mal, pero nunca pasaba desapercibida. A mí me caía bien y desde el primer día, siempre me resultó muy maja. Nos hicimos amigos y nos devorábamos la noche madrileña con el desenfado típico de los 90. Nos unía la noche y el gusto por la rumba, así como el disgusto por las drogas, pues éramos quizás los únicos que no las consumíamos en aquellos tiempos de pasión y locura.

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Bailábamos cualquier ritmo que pusieran en los sitios nocturnos y si no nos sabíamos los pasos, improvisábamos y acertábamos. En aquel entonces, MTV todavía ponía videos musicales y uno aprendía con ellos a bailar la avalancha de ritmos que llegaban de Latinoamérica y África, principalmente. Nunca antes había conocido una española a la que le salieran tan bien los ritmos nuestros. Ella bailaba y encantaba. El sitio entero la imitaba y así cazaba a sus amantes efímeros, a los despachaba por no saber bailar, besar o amar su vida rápida, sin semáforos ni retenes. A veces la sorprendía en sus morreos a la entrada de los baños o en los callejones semioscuros en los que nunca nos robaron ni abusaron. Los amigos cercanos nos decían que todo borracho tiene su ángel guardián alcahueta. Yo les respondía que no éramos borrachos sino simples amantes de la noche.

hubiésemos dejado de ver el día anterior y no uno o dos años atrás. Creíamos que nuestra rumba sería eterna. Todo cambió cuando ella se casó y sus prioridades cambiaron. Ella que juraba que ningún hombre la encerraría, terminó en una jaula de oro, rodeada de lujos y una rutina a la que quizás finalmente se adaptó. Hoy me pregunto si quedará algo de esa niña pija que a todos nos deslumbró. Y casi que pagaría por haber visto las caras de mis amigos y colegas argentinos cuando leyeron el título de esta historia.

GLOSARIO DE ESPAÑOLISMOS: Pijo (a): persona que, en su vestuario, modales, lenguaje manifiesta afectadamente gustos propios de una clase social adinerada. Molar: gustar, encantar, enganchar. Chungo: poco atractivo. Cutre: de mal gusto o de mala apariencia, barato, ordinario. Movida Madrileña: movimiento contracultural surgido en Madrid.

Hoy todavía no alcanzo a explicarme de dónde sacábamos tanta resistencia para estudiar y ser buenos estudiantes. Quizás por nuestra juventud o por no romper nunca nuestra regla de oro: beber solo un par de copas si al día siguiente teníamos clase. Y no todo era rumba. Hacíamos todo tipo de planes, desde cenas con comida sana hasta asistir a museos y galerías donde exponían sus obras sus amigos pijos. Nunca se nos agotaban © 2021, Malcolm los temas de conversación. Pasábamos de resolPeñaranda. ver los problemas del mundo a sorprendernos con el éxito del cantante chungo. Compartíamos alegrías y tristezas, nostalgias y subidones. Fue un semestre inolvidable. Las semanas pasaban sin darnos cuenta. A veces salíamos ilesos, a veces nos dejábamos la piel en los vórtices de la noche, en esos lugares donde todos se tropiezan y pocos se enderezan. Cuando volví de España, el contacto con Ximena duró varios años y nos visitamos en diferentes países. Conectábamos tanto que parecía que nos 32


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MARY ANN BEVAN Por Liliana Varela de se unió al “Coney Island Dreamland Sideshow” para seguir empleada y poder darle hogar a sus hijos.

MARY ANN BEVAN: LA MUJER MÁS FEA DEL MUNDO

O TAL VEZ LA MÁS BELLA.

Se la catalogó como Mantuvo a su familia “la mujer más fea del por más de 10 años mundo” cuando ganó hasta morir en 1933. un concurso sobre esComo vemos fue una mujer ta temática; impulsavaliente que “se tragó” la digda por el dinero que nidad y pensó sólo en el bietraía el primer premio, y ante la posibilidad de nestar de sus hijos. Sacrificó mantener económicamente a sus hijos como su “amor propio” en pos de único sostén familiar un futuro mejor para los suMary Ann Bevan había nacido en 1847 en yos. Gran Bretaña y a los 29 años se casó con Fue una hermosa persona, Thomas Bevan con quién tuvo cuatro hijos y una hermosa mujer que soportó las burlas de del cual enviudó años más tarde. la sociedad que pagaba para verla como una Enfermera de profesión, su juventud se po“monstruosidad” de los tiempos que corrían. dría decir, fue normal pero con el paso de los tiempos su enfermedad (Hoy conocida como Fue bella y de eso no hay duda alguna. acromegalia y gigantismo) fue causando estraTal vez muchos debieran aprender un nuevo gos en su físico y por supuesto, nadie quiso concepto de belleza recordando la vida de contratar sus servicios como profesional. Mary Ann Bevan. Sufriendo de fuertes dolores en su cuerpo y disminuida su capacidad de trabajo, Mary se encontró sola para apuntalar económicamente a su familia cuando enviudó en 1914. Liliana Varela En su trabajo de Circos de Fenómenos o “Freakshows” obtuvo un trabajo permanente mostrándose como una curiosidad nacional. Por su trabajo emigró a Estados Unidos don33


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DESDE MI ÓPTICA: EL ARTE COMO LENGUAJE Por Ana Lucía Montoya Rendón

DESDE MI ÓPTICA: EL ARTE COMO LENGUAJE

Ana Lucía Montoya Rendón

Escogemos un tema, en este caso, El Arte como lenguaje, y en ese camino, en esa búsqueda, nos encontramos con los artistas y sus identidades, con sus almas y afectos, sus caprichos, sus cielos e infiernos, sus limbos, expresando con ellos sus delirios a través de voces, formas, colores, acentos, luces, sombras, elementales, ángeles, demonios y, posiblemente, sean sus mismos dioses quienes dirijan nuestra aventura, permitiendo y aupándonos a descorrer el velo (o eso creemos), dejándonos asombrar con la magia de ese delicioso laberinto que son las acciones de los artistas de cualquier época, incluidos aquellos que vivieron allá, en los albores de la historia de la humanidad.

Artistas cuyas obras reportan la existencia de sus espíritus locuaces, plasmado esto en cada trazo del dibujo o de las aristas o redondeces esculpidas, en cada tinte, tizne o sonido creados en estados de concentración o éxtasis profundo. Sí, el ser íntimo del artista dialoga a través de su obra con el que observa, con el que se anima, ése que también medita, recrea y siente que, al admirar la obra, ella le habla, lo invita, lo acoge. El observador aplicado y la obra de arte, entablan enervados coloquios como si de tremebundo encuentro amoroso se tratara. El observador puede zambullirse en la obra, sin embargo, la mayoría de las veces, ignora o ha olvidado que es el alma del artista lo manifestado en el objeto creado. El observador de arte hace una y mil lecturas de una pintura o escultura, pieza musical, etc. Se mete en ellas, descubre y lee mensajes encriptados, creados y presentidos por el artista. Cada observador contemplativo siempre encontrará miles de diálogos afines a él en los objetos de arte, pues es justo esa característica del lenguaje artístico, que le permite la comprensión de los símbolos expresados en cada obra. Cada obra es única, es un foro, un libro abierto, en los que, en simultáneo, hará, si lo

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PALABRAS AL SOL LA REVISTA De “Muestrario de Palabras” Julio-Agosto-2021-Nº20-Año VIII desea, lecturas reflexivas; además, es posible que cada vez que se dedique a la contemplación de las mismas, encuentre nuevos elementos fascinantes, nuevas voces. Cada obra es inagotable a los ojos del buscador.

Hagamos un ejercicio. Tomemos para ello una obra, la que más nos guste, sea por su colorido, características del dibujo, técnica, el o los mensajes que nos envía, o tan solo por su silencio, porque, es cierto, son muchas las obras que nos arroban y llevan al mutismo total, permitiéndonos casi morir frente a ellas durante el tiempo que dure la contemplación. Repito, tomemos una, acerquémosla a nosotros, dialoguemos con sus trazos, sus luces y sombras hasta que la mujer del cántaro, o las espigadoras e hilanderas, el río y las bañistas, o las manos dibujadas en la gruta junto a los animales y hombres con sus flechas nos hieran de muerte antes que les arrebatemos la presa. Involucrémonos al punto de ver que, definitivamente, ese conjunto de entes ha salido del cuadro o nosotros nos hayamos ido a permanecer por siempre dentro de él. ¿Será posible desandar ese camino, parpadear y quedarnos como si nada hubiese ocurrido? Creo que no. Es muy fuerte el impacto logrado como para borrarlo de la mente y el corazón. Un diálogo como ése garantiza que hemos traspasado el umbral e indica que la sensibilidad del artista y la nuestra se han amancebado, y ambas partes han comprendido lo profundo y certero del lenguaje del Arte: que obra artística vive y está conversando con nosotros.

Nota: Las tres fotos que acompañan esta nota, son de Internet.

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Ana Lucía Montoya Rendón


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EL MANUAL DEL PERFECTO CUENTISTA HORACIO QUIROGA

Ana Lucía Montoya Rendón

punto de vista.

Una larga frecuentación de las personas dedicadas entre nosotros a escribir cuentos, y alguna experiencia personal al respecto, me han sugerido más de una vez la sospecha de si no hay, en el arte de escribir cuentos, algunos trucs de oficio, algunas recetas de cómodo uso y efecto seguro, y si no podrían ellos ser formulados para pasatiempo de las muchas personas cuyas ocupaciones serias no les permiten perfeccionarse en una profesión mal retribuida por lo general, y no siempre bien vista.

Esta frecuentación de los cuentistas, los comentarios oídos, el haber sido confidente de sus luchas, inquietudes y desesperanzas, han traído a mi ánimo la convicción de que, salvo contadas excepciones en que un cuento sale bien sin recurso alguno, todos los restantes se realizan por medio de recetas o trucs de procedimiento al alcance de todos, siempre, claro está, que se conozcan su ubicación y su fin.

Hoy apuntaré algunos de los trucs que me han parecido hallarse más a flor de ojo. Hubiera sido mi deseo citar los cuentos nacionales cuyos párrafos extracto más adelante. Otra vez será. Contentémonos por ahora con exponer tres o cuatro recetas de las más usuales y seguras, convencidos de que ellas facilitarán la práctica cómoda y casera de lo que se ha venido a llamar el más difícil de los géneros literarios. Comenzaremos por el final. Me he convencido de que, del mismo modo que en el soneto, el cuento empieza por el fin. Nada en el mundo parecería más fácil que hallar la frase final para una historia que, precisamente, acaba de concluir. Nada, sin embargo, es más difícil.

Encontré una vez a un amigo mío, excelente cuentista, llorando, de codos sobre un cuento que no podía terminar. Faltábale tan sólo la frase final. Pero no la veía, sollozaba, sin lograr verla así tampoco. He observado que el llanto sirve por lo general en literatura para vivir el cuento, al modo ruso; pero no para escribirlo. Podría asegurarse a ojos cerrados que toda historia que hace sollozar a su autor al escribirla, admite matemáticamente esta frase final:

«¡Estaba muerta!». Por no recordarla a tiempo su autor, hemos visto fracasado más de un cuento de gran fuerza. El artista muy sensible debe tener siempre listos, coVarios amigos me han alentado a emprender es- mo lágrimas en la punta de su lápiz, los admiratite trabajo, que podríamos llamar de divulgación vos. Las frases breves son indispensables para literaria, si lo de literario no fuera un término muy finalizar los cuentos de emoción recóndita o conavanzado para una anagnosia elemental. tenida. Una de ellas es: «Nunca más volvieron a verse». Un día, pues, emprenderé esta obra altruista, por cualquiera de sus lados, y piadosa, desde otro Puede ser más contenida aún: 36


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«Sólo ella volvió el rostro».

su sombrero. Ella, por todo comentario, se encogió de hombros». Y cuando la amargura y un cierto desdén supe- Yo tuve siempre la impresión de que un cuento rior priman en el autor, cabe esta sencilla frase: comenzado así tiene grandes probabilidades de triunfar. ¿Quién era Elena? Y él, ¿cómo se llama«Y así continuaron viviendo». ba? ¿Qué cosa no le concedió Elena? ¿Qué motiOtra frase de espíritu semejante a la anterior, vos tenía él para pedírselo? ¿Y por qué observó aunque más cortante de estilo: fríamente a Elena, en vez de hacerlo furiosamente, como era lógico esperar? «Fue lo que hicieron». Véase todo lo que del cuento se ignora. Nadie lo Y ésta, por fin, que por demostrar gran dominio sabe. Pero la atención del lector ha sido cogida de de sí e irónica suficiencia en el género, no reco- sorpresa, y esto constituye un desiderátum en el mendaría a los principiantes: arte de contar. «El cuento concluye aquí. Lo demás apenas si tiene importancia para los personajes».Esto no obs- He anotado algunas variantes a este truc de las tante, existe un truc para finalizar un cuento, que frases secundarias. De óptimo efecto suele ser el no es precisamente final, de gran efecto siempre y comienzo condicional: muy grato a los prosistas que escriben también en verso. Es éste el truc del leitmotiv. «De haberla conocido a tiempo, el diputado hubiera ganado un saludo, y la reelección. Pero perComienzo del cuento: «Silbando entre las pajas, dió ambas cosas». el fuego invadía el campo, levantando grandes llamaradas. La criatura dormía…». A semejanza del ejemplo anterior, nada sabemos de estos personajes presentados como ya Final: «Allá a lo lejos, tras el negro páramo calci- conocidos nuestros, ni de quién fuera tan influyennado, el fuego apagaba sus últimas llamas…». te dama a quien el diputado no reconoció. El truc del interés está, precisamente, en ello. De mis muchas y prolijas observaciones, he deducido que el comienzo del cuento no es, como «Como acababa de llover, el agua goteaba aún muchos desean creerlo, una tarea elemental. por los cristales. Y el seguir las líneas con el dedo «Todo es comenzar». Nada más cierto; pero hay fue la diversión mayor que desde su matrimonio que hacerlo. Para comenzar se necesita, en el no- hubiera tenido la recién casada». venta y nueve por ciento de los casos, saber adónde se va. «La primera palabra de un cuento Nadie supone que la luna de miel pueda mostrar—se ha dicho— debe ya estar escrita con miras al se tan parca de dulzura al punto de hallarla por fin final». a lo largo de un vidrio en una tarde de lluvia.

De acuerdo con este canon, he notado que el comienzo exabrupto, como si ya el lector conociera parte de la historia que le vamos a narrar, proporciona al cuento insólito vigor. Y he notado asimismo que la iniciación con oraciones complementarias favorece grandemente estos comienzos. Un ejemplo:

De estas pequeñas diabluras está constituido el arte de contar. En un tiempo se acudió a menudo, como a un procedimiento eficacísimo, al comienzo del cuento en diálogo. Hoy el misterio del diálogo se ha desvanecido del todo. Tal vez dos o tres frases agudas arrastren todavía; pero si pasan de cuatro, el lector salta enseguida. «No cansar». Tal es, a mi modo de ver, el apotegma inicial del per«Como Elena no estaba dispuesta a concederlo, fecto cuentista. El tiempo es demasiado breve en él, después de observarla fríamente, fue a coger esta miserable vida para perderlo de un modo más miserable aún. 37


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De acuerdo con mis impresiones tomadas aquí y allá, deduzco que el truc más eficaz (o eficiente, como se dice en la Escuela Normal), se lo halla en el uso de dos viejas fórmulas abandonadas, y a las que en un tiempo, sin embargo, se entregaron con toda su buena fe los viejos cuentistas. Ellas son:

falta de correlación entre la frase hecha y el sentimiento o circunstancia que la inspiran.

Ponerse pálido como la muerte ante el cadáver de la novia es un lugar común. Deja de serlo cuando, al ver perfectamente viva a la novia de nuestro amigo, palidecemos hasta la muerte.

«Era una hermosa noche de primavera» y «Yo insistía en quitarle el lodo de los zapatos. «Había una vez…». Ella, riendo, se negaba. Y, con un breve saludo, saltó al tren, enfangada hasta el tobillo. Era la pri¿Qué intriga nos anuncian estos comienzos? mera vez que yo la veía; no me había seducido, ni ¿Qué evocaciones más insípidas, a fuerza de in- interesado, ni he vuelto más a verla. Pero lo que genuas, que las que despiertan estas dos sencillas ella ignora es que, en aquel momento, yo hubiera y calmas frases? Nada en nuestro interior se vio- dado con gusto la mano derecha por quitarle el lenta con ellas. Nada prometen ni nada sugieren a barro de los zapatos». nuestro instinto adivinatorio. Puédese, sin embargo, confiar seguro en su éxito… si el resto vale. Es natural y propio de un varón perder su mano Después de meditarlo mucho, no he hallado a am- por un amor, una vida o un beso. No lo es ya tanto bas recetas más que un inconveniente: el de des- darla por ver de cerca los zapatos de una descopertar terriblemente la malicia de los cultores del nocida. Sorprende la frase fuera de su ubicación cuento. Esta malicia profesional es la misma con psicológica habitual; y aquí está la mala fe. que se acogería el anuncio de un hombre que se dispusiera a revelar la belleza de una dama vul- El tiempo es breve. No son pocos los trucs que garmente encubierta: «¡Cuidado! ¡Es hermosísi- quedan por examinar. Creo firmemente que si ma!». añadimos a los ya estudiados el truc de la contraExiste un truc singular, poco practicado, y, sin posición de adjetivos, el del color local, el truc de embargo, lleno de frescura cuando se lo usa con las ciencias técnicas, el del estilista sobrio, el del mala fe. folklore, y algunos más que no escapan a la malicia de los colegas, facilitarán todos ellos en gran Este truc es el del lugar común. Nadie ignora lo medida la confección casera, rápida y sin fallas, de que es en literatura un lugar común. «Pálido como nuestros mejores cuentos nacionales… la muerte» y «Dar la mano derecha por obtener algo» son dos bien característicos. Llamamos lugar común de buena fe al que se comete arrastrado inconscientemente por el más puro sentimiento artístico; esta pureza de arte que nos lleva a loar en verso el encanto de las grietas de los ladrillos del andén de la estación del pueblecito de Cucullú, y la impresión sufrida por estos mismos ladrillos el día que la novia de nuestro amigo, a la que sólo conocíamos de vista, por casualidad los pisó. Ésta es la buena fe. La mala fe se reconoce en la

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Ana Lucía Montoya Rendón


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POESÍA EN LA COCINA O, DE LOS ALIMENTOS Por Ana Lucía Montoya Rendón

o negros, o verdales: mínimas botas de morados vinos, cerrados: genitales lo mismo que horas fúnebres e iguales

1-De Rafael Alberti a Nicolás Guillén, agradeciéndole un jamón Hay vino, Nicolás, y por si fuera poco para esta nalga de porcino, con una champaña que del cielo vino hay los huevos que el chancho no tuviera. Y con los huevos, lo que más quisiera tan buen jamón de tan carnal cochino: las papas fritas, un manjar divino que a los huevos les viene de primera. Hay mucho más, el diente agudo y fino que hincarlo ansiosamente en él espera con huevo y papa, con champaña y vino. Mas si tal cosa al fin no sucediera, no tendría, cual dijo un vate chino, la más mínima gracia puñetera

2-Receta de cocina para los días de hambre Gloria Fuertes Se lavan bien los pies, las mondas de patatas, se añade media cebolla, se pone a cocer en la olla y se sirve con una rodaja de limón. Se cena con miedo a que caiga un obús y así tres años.

Oda a la Higuera Por Miguel Hernández

Rumores de almidón y de camisa: ¡frenesí! de rumores en hoja verderol, falda precisa, justa de alrededores para cubrir adánicos rubores. Tinta imborrable, savia y sangre amarga; malicia antecedente, que la carne morena torna torna y larga con su blancor caliente, bajo la protección de la serpiente. ¡Oh meca! de lujurias y avisperos, quid de las hinchazones. ¡Oh desembocadura! de los eros; higuera de pasiones, crótalos pares y pecados nones. Al higo, por él mismo vulnerado con renglón de blancura, y orines de jarabe sobre el lado de su mirada oscura, voy, pero sin pasar de mi cintura. Blande y blandea el sol, ennegrecido, el tumor inflamable. El pájaro que siente aquí su nido, su seno laborable, se ahogará de deseo antes que hable.

Bajo la umbría bíblica me altero, más tentado que el santo. Soy tronco de mí mismo, mas no quiero, ejemplar de amaranto, lleno de humor, pero de amor no tanto. Aquí, sur fragoso tiene el viento la corriente encendida; la cigarra su justo monumento, la avispa su manida. ¡Aquí vuelve a empezar!, eva, la vida.

Abiertos, dulces sexos femeninos, 39


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Y llegamos agosto de 2021 con la edición de la revista Palabras al Sol, a pesar de la pandemia que azota al mundo desde hace más de un año y de la tristeza de despedida de amigos que partieron hacia ese otro cielo. Por suerte hoy contamos con vacunas que ayudan a vencerla. Palabras al Sol nació en el imaginario de un grupo de amigos de una lista de yahoo de literatura; hoy día la tecnología y el progreso superó ampliamente el alcance que poseían esos formatos digitales. Después de varios años pensamos en retomar el trabajo, porque más que trabajo, es un placer. Quedaron artífices en el camino de la vida: Carlos Adalberto Fernández, Jorge Luis Estrella, Raquel Teppich. Pero seguimos y pensamos hacerlo durante mucho tiempo o hasta que ustedes dejen de leernos. Agradecemos a la comisión de la revista 2017: Ana Lucía Montoya Rendón (Colombia), Blanca Barojiana (España), Emilio Medina Muñoz (España), Elisabet Cincotta (Argentina) y Liliana Varela (Argentina) Hoy día contamos con la colaboración de diversos escritores de nacionalidades y estilos varios; y deseamos seguir creciendo entre todos.

Intentemos seguir en el camino que nos aúna: la lectura y colaboración de “Palabras al sol” Recordemos: Cuidarnos es cuidarse. Entre todos podemos. Palabras al Sol 40


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