De “Muestrario de Palabras”- Marzo-Abril 2019- Año VI- Nº 09 La revista Literatura lij TANGO RECORDANDO: HAIKU PERSONAJES DÍA DE LA MUJER: POESÍAS Cuentos El invitado conozcamos a ESCENAS DE CIUDAD Arte VIAJES CUANDO ESCRIBIR PUEBLO CHICO INFIERNO GRANDE
NUESTRO IDEARIO Sin academicismos, con nuestra desnuda maravilla ante el universo humano (épocas, geografías, pueblos, dirigencias y dirigidos, miserias y excelencias), los invitamos a recorrer el mundo y sus manifestaciones literarias, con ojos de lector, narrador, poeta, amigo.
**Cuarto número de “Palabras al Sol”, artículos nuevos, notas nuevas. *Revista digital que desde (2006 a 2010) fue publicada online y por grupos cerrados (2007-2010). Habrá artículos cuyos autores no siguen con nosotros pero que quisimos recordar como parte del alma de la revista. 1
De “Muestrario de Palabras”- Marzo-Abril 2019- Año VI- Nº 09 *Comité de Redacción,
*COLABORAN EN ESTE NÚMERO:
compaginación y corrección:
•Teresa Vaccaro •Migdalia Mansilla Rojas •Elisabet Cincotta •Mary Acosta •Malcolm Peñaranda Yáñez •Ana Lucía Montoya Rendón •Emilio Medina Muñoz •Liliana Varela
Elisabet Cincotta Emilio Medina Muñoz Ana Lucía Montoya Rendón Liliana Varela --ºº--
EDITADOS EN ESTE NÚMERO
*Edición de este número:
Elisabet Cincotta *Corrección de este número:
Liliana Varela --ºº-*Dirigir comentarios, sugerencias, críticas a: grupomuestrario@gmail.com
Revista en pdf ISBN: en trámite Año VI- Nº 09 grupomuestrario@gmail.com MARZO-ABRIL 2019
-CECILIA ORTIZ -JOSÉ AGUSTÍN GOYTISOLO -EMILIO MEDINA MUÑOZ -LUPERCIO LEONARDO DE ARGENSOLA -MARÍA CRISTINA SORRENTINO -CLAUDIA BEATRIZ HUERTA -RAMÓN ROJAS MOREL -MANUEL CUBERO -RAMÓN GÓMEZ DE LA SERNA -IRENE MARKS -LILIANA VARELA -ANA DI RISIO -ELISABET CINCOTTA -MIRTA VENEZIA -GITO MINORE -FRANZ KAFKA -JAMES JOYCE -MARÍA MERCEDES CARRANZA -MEIRA DEL MAR -MARGUERITE YOURCENAR -JOSÉ HERFER -LORENA BRITO
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De “Muestrario de Palabras”- Marzo-Abril 2019- Año VI- Nº 09
LITERATURA LIJ
Teresa Vaccaro río se fue al bar de la costa a desayunar. Se
“LOS CUENTOS DE LA TERE” 2016
sentó a una mesa próxima a la ventana dado que necesitaba buena luz para leer el diario. Mientras comía su tercera medialuna y tomaba su cuarto sorbo de café con leche, apareció en la puerta un león que parecía venir de otro país quien se acomodó muy cerca de la mesa del pez y pidió un té con limón. Eliseo, tímido y curioso, luego de terminar su desayuno se le acercó, le dio los buenos
Textos de Teresa Vaccaro: Psicóloga Social, días y le dijo: Escritora y Coord. de Medios Expresivos y Creatividad. Publicó “Donde la vida va” 2012 (Poesía), “Los Cuentos de La Tere” 2016 (Infantil), y partici—Es extraño pero a usted no lo he visto pó en las antologías “Poetas sobre Poetas. II” 2014 (Ensayos) y Rapsodia- Nocturno 2015 (Poesía). nunca por este bar. ¿Viene de otro país? Buenos Aires. —Me llaIlustrado por: Stella M. Grünwaldt: Dibujante, mo Africón y llepintora, diseñadora, fotógrafa publicitaria y reporte- gué en barco hoy ra gráfica. Estudió arquitectura y se acercó al caballete inspirada en los pintores Char- a la madrugada – les Wysocki, Anikó Szabó y Aninés Macadam. contestó cortés–. En avión no pue-
UNA COSA EXTRAÑA
do viajar. No lo tolero. Las alturas me dan vértigo.
Una mañana el pez Eliseo nadando por el . 3
De “Muestrario de Palabras”- Marzo-Abril 2019- Año VI- Nº 09 —Perdóneme –continuó el pez–. ¿Cómo
—Son muchos años que trabajo en esto.
un Señor León toma té con limón?
—¡No sabe cuánto me gustaría ser como
—Ocurre que tomé mucho frío en el viaje y usted por un rato! Yo sé nadar muy bien. –dijo or-
me pica la garganta.
gulloso–. Pero en el río la vida se vuelve muy abu-
—¿Se va a quedar por mucho tiempo? – rrida. insistió el pez–.
—Veo. Se me está ocurriendo algo. Trabaja-
—No lo sé –dijo el león, hinchando su pe- rás una de estas noches por mí –y luego de un cho–. Vengo a trabajar en el circo.
gran estornudo dijo– aquí el clima no me está favo-
—¿De veras? ¡No sabe lo que a mí me reciendo. gustaría ser león por un rato! ¿Lo podré ir a ver ac- —¿No es mucho riesgo? –preguntó el pez–. Una cosa es mi sueño, pero de ahí a ¿hacerlo de ver-
tuar? —Bueno, espera a que me organice, y cuando nos veamos otra mañana te invitaré.
dad? —Te pondrás una melena igual a la mía –dijo Africón-. Te pintarás unas garras. Harás bastante gimnasia y actuarás por mí. Confía. Yo haré la voz y tú el movimiento. Me cubriré con un montón de hojas,
Días después el pez y el león ya se ha- estaré cerca de ti uno o dos pasos detrás. Te asebían hecho amigos.
guro que nadie se dará cuenta. Saltarás y pasarás los aros de fuego.
—¡Qué buena estuvo la función, Don Africón! –dijo el pez aplaudiendo con sus aletas–. ¡No sabe cuánto lo felicito! ¡Qué garra! ¡Qué valentía! ¡Dar semejantes saltos y atravesar esos aros de
—Me da un poquito de cuiqui, pero me gusta. ¡Ah! Perdóneme, ¿puedo invitar a todos los pe-
ces del barrio? —Bueno. Hay bastantes plateas.
fuego! ¡Qué audacia! Llegó el día de la función. El público estaEl león miró sus garras mientras se sacu- ba inquieto. Las luces comenzaron a encenderdía las pulgas y respondió:
se y a apagarse y el redoblar de tambores 4
De “Muestrario de Palabras”- Marzo-Abril 2019- Año VI- Nº 09 daba a entender que comenzaría el número especial.
Eliseo cumplió uno de sus sueños, fue aplaudido como león. Estaba feliz y Africón es-
Enseguida se escuchó la fuerte voz en taba muy contento de haber ganado un amigo.
off de Africón:
—¡Muy Buenas Noches, Querido público presente!
—Esta amistad no puede terminar aquí Africón –
¡Hoy es un gran día, lleno de alegría y audacia! dijo el pez-. Quiero invitarlo a hacer un viaje. Quie¡De alegría porque nos han venido a visitar todos ro conocer el mar, ir nadando desde el río. Lo inviustedes! ¡Y de audacia porque la función será rea- to a que venga conmigo. lizada…—mientras le guiñaba un ojo a Eliseo–, sin las habituales rejas, para darle más emoción! ¡A
—Eliseo, yo no sé nadar –contestó en voz
ver cuenten hasta tres para que yo salga a esce- baja el león–. Soy muy pesado, estoy resfriado. Me na! ¡Uuuuunooo, dooosss y, y treessssss!
da un poco de chucho.
—¡Ah, No! No me va a decir que el Rey de la Selva Las luces de colores se encendieron y tiene miedo –dijo el pez-. Se puede poner unas de un empujón el león mandó a Eliseo al centro bolsitas de aire alrededor del cuerpo, así se hará de la arena.
un poco más liviano. Una capa llena de escamas de colores, un salvavidas en cada pata, y nadie,
El público no se dio cuenta del engaño. El pero nadie se dará cuenta. pez disfrazado como león recorría la arena orgullosamente erguido, hasta que trajeron tres —¿Qué haré con mi melena? –se preocupó Afrigrandes aros de fuego y entonces fue puesto a cón-. prueba. Con la voz en off del león que lo guiaba atravesó el fuego.
—Le haremos la planchita –contestó decidido el pez–.
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De “Muestrario de Palabras”- Marzo-Abril 2019- Año VI- Nº 09 —Aparte de ser tímido y curioso, eres ingenioso –murmuró el león–.
Hicieron el viaje hasta el mar. Eliseo no cabía en sí de la alegría que tenía. Africón lo acompañó muy bien equipado.
Los peces
del barrio se preguntaban, ¿con quién viaja Eliseo? De regreso se reunieron en el bar de la costa para tomar la merienda.
—¿No le parece una cosa extraña la amistad de un pez con un león? –indagó el pez–. —Eliseo, Eliseo –contestó el león–. ¿No te diste cuenta todavía?: “Dentro de todo audaz hay un gran tímido y dentro de todo tímido hay un gran audaz”.
©Teresa Vaccaro
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TANGO-PATRIMONIO INMATERIAL DE LA HUMANIDAD
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Elisabet Cincotta
TERCERA ENTREGA LOS ESTRIBILLISTAS Y CANTANTES A partir de 1924 y por una idea de Francisco Canaro, siempre en la búsqueda de incorporar novedades a su orquesta, aparece “el cantor estribillista”, antecedente necesario del “cantor de la orquesta” de los años cuarenta. Roberto Díaz es el vocalista elegido por Canaro para interpretar primero, y grabar después, el tango Así es el mundo, cuyo autor era su hermano Mario Canaro, quedando así inaugurada la participación del canto en el tango orquestado.
sende y Agustín Irusta, fueron consolidando su posición, y en los años treinta no se concebía una orquesta que no tuviera por lo menos dos vocalistas. El estribillista fue ante todo un héroe expuesto a las peores condiciones, tenía que imponer la voz humana en un muy breve lapso de la composición contra la sonoridad de una orquesta que no detenía su ímpetu cuando este cantaba y, ante el ruido del público de las confiterías, de por sí ruidosas y carentes de micrófonos, por lo que debía utlizar pequeñas bocinas o megáfonos. Canaro también fue propulsor de los dúos vocales, al incorporar un segundo cantante a su orquesta. Osvaldo Fresedo adhiere a la novedad aportada por su colega incorporando a los estribillistas Juan Carlos Thorry, Ernesto Famá.
El estribillista tiene una colaboración muy acotada a un pedacito de la letra y muy humilde, hasta tal punto que en muchos discos ni siquiera aparecía su nombre en las etiquetas. Pero no sólo el estribillista estaba relegado a un segundo plano, también los letristas, que muchas veces no figuraban en las partituras o, cuando estaban, sus nombres aparecían con letras muy pequeñas en comparación a las del compositor. Así y todo, la incorporación como estribillistas de los cantantes importantes de la época, como los casos de Antonio Rodríguez Le7
De “Muestrario de Palabras”- Marzo-Abril 2019- Año VI- Nº 09 El éxito de los estribillistas obliga a las empresas discográficas a contratarlos como cantores del sello, o dicho con el lenguaje de la época “cantores de la casa”. Esta situación los obliga a cantar en todas las orquestas que trabajan en la grabadora. Poco a poco la figura del estribillista fue creciendo, no sólo en lo artístico sino en lo económico, y en esto también tuvo su influencia Francisco Canaro quien, aparte de ser director musical era un importante empresario teatral, cuya especialidad eran las comedias musicales.
El acordeón y la concertina, fueron antecesores inmediatos del bandoneón. Con el tiempo, los bandoneones ganaron la noche de Buenos Aires, llegando a ocupar el lugar principal en los conjuntos criollos, mientras la flauta era desplazada. Hacia 1890, el germánico instrumento ya se había consustanciado con el tango.
Papel mucho menos importante por su desempeño fue el piano durante las primeras épocas del tango, por ser pesado y costoso, su uso se limitó a los elegantes "clandestinos" donde el tango se tocaba para los "jailaifes" (de high life, alta sociedad). Fue precisamente en uno de estos lugares donde actuó el más importante pianista de la El cantor y la orquesta comenzaron a compartir los elencos y las marquesinas. El estri- Guardia Vieja: el negro Rosendo Mendizábal, creador de la música eterna de El Entrebillista crecía en sus intervenciones haciendo rriano. alguna parte más de la letra y, algunas veFue así que los tríos primitivos dieron lugar a ces, la letra entera. una nueva organización instrumental estructurada alrededor de la guitarra (más tarde Un ejemplo de esto fue la obra “La muchareemplazada por el piano), el violín y el banchada del centro”, estrenada en 1932, del doneón, que se desarrollaría hasta culminar propio Canaro e Ivo Pelay, donde el estribi- con la aparición de la orquesta típica. A parllista Ernesto Famá obtuvo un éxito inusita- tir de 1905 fueron conjuntos dirigidos por do. bandoneonistas los que acapararon la admiración de los adeptos y encabezaron la triunfante irrupción del tango en el Centro.
LOS INSTRUMENTOS
Elisabet Cincotta Si bien el tango se tocó en los primeros tiempos mediante cualquier instrumento, pronto se hizo tradicional el uso de la flauta, guitarra, violín y, más tarde, el de bandoneón y piano.
Investigación realizada en diversas páginas de internet
Luego la guitarra, pierde vigencia hasta no usarse más y recién años más tarde, con la llegada del cantor de tangos, reaparece, aunque reducida al modesto papel de acompañante.
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RECUERDOS DEL GRUPO MUESTRARIO DE PALABRAS El Grupo Muestrario de Palabras, edita este libro de bolsillo, hace 10 años, luego de un arduo trabajo, y con edición limitada. Hoy lo quisimos recordar.
Muestrario del haijín: Antología de haiku Selección: Juan Ricardo Sagardía -Colaboración: Liliana Varela Prólogo: Migdalia Mansilla—1a ed. - Buenos Aires: Ediciones Artesanales Santoamor, 2008. 60 p. 14x10 cm.
ISBN 978-987-24401-0-7 1. Poesía. Sagardía, J. Ricardo, selec. I, Liliana Varela, Col.II Migdalia Mansilla, pról .III CDD 861
PRÓLOGO Llega a mis manos, de manos del poeta, Juan Sagardía, de Argentina, un libro con
aromas a prados, a flores silvestres, cargado de emociones sin fin y de sentimientos que hablan de amor y festejan a la naturaleza. Un grupo de poetas, un día decidieron comenzar a escribir un haiku hoy, otro mañana, y así sucesivamente, siguiendo una cadena que bordaba jardines japoneses y alfombras de todos los países, desde el oriente al occidente del planeta tierra, porque a lo mejor, leyendo cada brevedad de poema, la intensidad de su luz hace cielos de armonías en otras constelaciones. No redundaré en lo que ya está expuesto en el libro, sobre los orígenes y lo que es un haikú y sus medidas y sus técnicas; me remito a lo que llega al lector, a lo que llegó a mí y sentí en cada verso de cada poeta que, de alguna manera en este Muestrario de Palabras, derramó para dejar palpable que no importa sexo, nacionalidad, raza o creencia, para unirse en el amor a la palabra. Un Libro que estoy segura, al llegar al lector ávido de poemas que se quedan grabados en el alma, por su impacto, guardará como el mayor de los tesoros. Felicito a la iniciativa, de quienes, -y aquí me perdonan, no me gustaría nombrar a nadie, no vaya a quedarse alguien fuera y sería imperdonable, - han sembrado en el Grupo Literario con casa en Argentina y sus habitaciones construidas por todo el mundo y que nos acoge con amor, Muestrario de Palabras, los prados de todos los caminos que nos llevan a la palabra de los poemas breves e inmensos, llamados...haiku. Un libro este, para llevar siempre consigo y alimentar el alma en momentos de desasosiegos y caminos inciertos, en cada verso que canta a la paz y al amor. Lic. Migdalia B. Mansilla R. Escritora de palabras, que pretenden ser versos. Venezuela http://versoscomplicados.blogspot.com Muestrariodelhaijin@ 9
De “Muestrario de Palabras”- Marzo-Abril 2019- Año VI- Nº 09
PERSONAJES JOSÉ AGUSTÍN GOYTISOLO ción de los 50. Junto a Carlos Barral y Jaime Gil de Biedma, conforman la llamada escuela poética de Barcelona. Autor de una de las más originales y ricas obras poéticas de la literatura española contemporánea, sus poemas conjugan la veta lírica y elegíaca con la ironía y el sarcasmo, y el sentimiento amoroso con una visión crítica y política del mundo contemporáneo. Maestro de la poesía libre, que, para él, era la “menos libre de todas si está bien hecha”. Y bien hecha significa “con música interna”. José Agustín Goytisolo, poeta español, nació
Fue además escritor, traductor y crítico literario.
en Barcelona en el año 1928, hijo de una familia burguesa donde se desarrollaba un ambiente
intelectual.
Su obra comprende: El retorno; Salmos al viento, 1958; Claridad, 1961; Algo sucede, 1968; Bajo tolerancia, 1974; Taller de arquitectura, 1977; Del tiempo y del olvido, 1977; Los pasos del cazador,
Su madre murió en un bombardeo franquista, José 1980; Sobre las circunstancias, 1983; Final de un le pone a su hija el nombre de su madre en deadiós, 1984; A veces gran amor, 1991; La noche le mostración del gran afecto que sentía por ella.
es propicia, y Las horas quemadas, 1996.
Cursó estudios de Derecho en la Universidad de
Fue el introductor de Lezama Lima en España, y
Barcelona, pero los termina en la de Madrid. Resi-
antólogo de la poesía cubana. Traductor de Pave-
dió en el Colegio Mayor Nuestra Señora de Guada- se, Quasimodo y Pasolini, y de varios poetas catalupe, allí conoció a otros poetas de su generación lanes (Salvador Espriu y Joan Vinyoli). que vivían en Madrid, entre ellos a José Ángel Valente o José Manuel Caballero Bonald.
El 13 de abril, en su último cumpleaños, le había dicho a sus amigos: "Si tuviera que volver a vivir
Fue uno de literatos más importantes de la genera- todo lo que he vivido, preferiría no volver a vivirlo". 10
De “Muestrario de Palabras”- Marzo-Abril 2019- Año VI- Nº 09 las pasiones del hombre. Tras meses de depresión, se arrojó desde una
La materia del canto
ventana de su casa en marzo de 1999. Su cuerpo
nos lo ha ofrecido el pueblo
cayó sobre el asfalto de la calle María Cubí. Un re- con su voz. Devolvamos partidor de pizzas que pasaba por allí fue el único las palabras reunidas testigo del suceso. Dijeron que un niño, su nieto,
a su auténtico dueño.
lloraba. Ese niño era una de las debilidades del escritor. Es su único, nieto, el hijo de Julia, la del poema, que Paco Ibáñez inmortalizó en numerosos recitales. Tenía 70 años.
POEMAS DE JOSÉ AGUSTÍN GOYTISOLO EL OFICIO DEL POETA Contemplar las palabras sobre el papel escritas,
medirlas, sopesar su cuerpo en el conjunto del poema, y después, igual que un artesano,
PALABRAS PARA JULIA
Tú no puedes volver atrás porque la vida ya te empuja como un aullido interminable. Hija mía es mejor vivir con la alegría de los hombres que llorar ante el muro ciego. Te sentirás acorralada te sentirás perdida o sola tal vez querrás no haber nacido. Yo sé muy bien que te dirán
separarse a mirar
que la vida no tiene objeto
cómo la luz emerge
que es un asunto desgraciado.
de la sutil textura. Así es el viejo oficio
Entonces siempre acuérdate
del poeta, que comienza
de lo que un día yo escribí
en la idea, en el soplo
pensando en ti como ahora pienso.
sobre el polvo infinito de la memoria, sobre
La vida es bella, ya verás
la experiencia vivida,
como a pesar de los pesares
la historia, los deseos,
tendrás amigos, tendrás amor. 11
De “Muestrario de Palabras”- Marzo-Abril 2019- Año VI- Nº 09 Un hombre solo, una mujer
nada más pero tú comprende
así tomados, de uno en uno
que yo aún estoy en el camino.
son como polvo, no son nada. Y siempre siempre acuérdate
Pero yo cuando te hablo a ti
de lo que un día yo escribí
cuando te escribo estas palabras
pensando en ti como ahora pienso.
pienso también en otra gente.
NADIE ESTÁ SOLO Tu destino está en los demás tu futuro es tu propia vida tu dignidad es la de todos. Otros esperan que resistas que les ayude tu alegría tu canción entre sus canciones. Entonces siempre acuérdate de lo que un día yo escribí pensando en ti como ahora pienso. Nunca te entregues ni te apartes junto al camino, nunca digas no puedo más y aquí me quedo. La vida es bella, tú verás como a pesar de los pesares
tendrás amor, tendrás amigos. Por lo demás no hay elección y este mundo tal como es será todo tu patrimonio. Perdóname no sé decirte
En este mismo instante hay un hombre que sufre, un hombre torturado tan sólo por amar la libertad. Ignoro dónde vive, qué lengua habla, de qué color tiene la piel, cómo se llama, pero en este mismo instante, cuando tus ojos leen mi pequeño poema, ese hombre existe, grita, se puede oír su llanto de animal acosado, mientras muerde sus labios para no denunciar a los amigos. ¿Oyes? Un hombre solo grita maniatado, existe en algún sitio. ¿He dicho solo? ¿No sientes, como yo, el dolor de su cuerpo repetido en el tuyo? ¿No te mana la sangre bajo los golpes ciegos? Nadie está solo. Ahora, en este mismo instante, también a ti y a mí nos tienen maniatados. Fuentes: www.wilkipedia.com; www.escritores.org; www.buscabiografias.com
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De “Muestrario de Palabras”- Marzo-Abril 2019- Año VI- Nº 09
PERSONAJES LUPERCIO LEONARDO DE ARGENSOLA
SONETO. Yo os quiero confesar, don Juan, primero, que ese blanco y carmín de doña Elvira no tiene de ella más, si bien se mira, que el haberle costado su dinero. Pero también que confeséis yo quiero que es tanta la beldad de su mentira, que en vano a competir con ella aspira belleza igual en rostro verdadero.
nardo. Lupercio fue Cronista de Aragón y sirvió a la emperatriz María y al Conde de Lemos. Quemó muchas de sus poesías y en su testamento ordena a su sobrino que los papeles que deja "nunca se esparzan ni vayan a manos ajenas". Sin embargo, se destaca más por su obra poética, de corte clasicista, y por ser uno de los iniciadores del teatro clásico español, siendo parte de la escuela renacentista de fines del siglo XVI con sus dos tragedias conservadas, Isabela y Alejandra, escritas en su juventud.
Su poesía fue reunida y publicada por su hijo Gabriel junto con las de su hermano, tío de éste, Bartolomé, también poeta, con el título de Rimas, ¿Qué, pues, que yo mucho perdido ande Siendo cronista del reino de Aragón, publicó Altepor un engaño tal, ya que sabemos raciones de Zaragoza, Anales de la Corona de que nos engaña igual Naturaleza? Aragón, editadas por Jerónimo Zurita. Cursó estudios de Filosofía y de Jurisprudencia de Porque ese cielo azul que todos vemos Retórica e Historia en Huesca, Zaragoza y Madrid ni es cielo ni es azul; ¿y es menos grande, hacia donde dirigió sus pasos al culminar sus estupor no ser realidad, tanta belleza? dios. Estando en Madrid concurría a academias de Bartolomé Leonardo de Argensola o quizás Lu- poesía donde conoció a quien sería su esposa, María Bárbara de Albión, de quien tomó su alias, al percio hacerse llamar “Bárbaro”. Y es aquí donde comienzan las dudas, los enredos y el identificar claramente al autor de este soneto entre dos hermanos dedicados a la escritura. A la poesía. Soneto, cuyo epígrafe, en su última estrofa, todos los que amamos el tango y lo escuchamos con el mayor deleite, lo encontramos de entrada en el tango Maquillaje.
Durante su estancia en Madrid, ocupó diversos cargos públicos. Luego se traslada a Nápoles donde muere de forma repentina.
Amante, como su hermano Bartolomé de los clásicos, admiraba sobre todo a Horacio y Marcial. Su lírica se caracteriza por su raigambre clasicista y un carácter moralizante. Sonetos, tercetos, cancio¿Porque ese cielo azul que todos vemos nes, epístolas y sátiras, componen parte de su ni es cielo ni es azul?¡Lástima grande obra como escritor. Sin embargo, los manuscritos que no sea verdad tanta belleza! de su obra poética, según cuenta su propio herSe le atribuye este soneto a Lupercio Leornardo de mano Bartolomé, los quemó el mismo Lupercio, Argensola secretario, poeta, historiador y drama- contraviniendo la creencia que fue su sobrino turgo español. (Barbastro, (Huesca 14/12/1559) + Nápoles, 1613), hermano del doctor Bernardo Leo13
De “Muestrario de Palabras”- Marzo-Abril 2019- Año VI- Nº 09 quien lo hizo, por orden de su padre. Sin embargo, su obra poética fue publicada después por su hijo, junto con las de Bartolomé con el título de Rimas de Lupercio y del doctor Bartolomé Leonardo de Argensola.
MAQUILLAJE (TANGO) Música: Virgilio Expósito Letra: Homero Expósito
Entre sus obras destacadas, compuso también las No... tragedias Filis (que no se han ni es cielo ni es azul, conservado), Alejandra e Isabela, elogiadas por ni es cierto tu candor, Cervantes. Era un moralista y consideraba inmora- ni al fin tu juventud. les las comedias de la época. Para él la poesía de- Tú compras el carmín bía ser una vía para la filosofía moral. Como cro- y el pote de rubor nista, en 1590 y1591 escribió una Información de que tiembla en tus mejillas, los sucesos de Aragón, documento histórico basa- y ojeras con verdín do en los sucesos ocurridos por el refugio de Anto- para llenar de amor tu máscara de arcilla. nio Pérez en Aragón. Tocó la sátira, la poesía religiosa, entre su queha- Tú, cer literario, además de escribir obras de teatro, que tímida y fatal tragedias cristianas todas de carácter moralizador. te arreglas el dolor Su obra de teatro Isabela, es de buena factura en después de sollozar, el lenguaje y los diálogos, “que usan una variada sabrás cómo te amé, polimetría, aunque carecen de la vigorosa acción un día al despertar dramática de las de Lope de Vega, anteponiendo sin fe ni maquillaje, el relato de los hechos y el debate de ideas, a las ya lista para el viaje acciones. Aunque Cervantes indica que fueron ad- que desciende hasta el color final... miradas por el pueblo de Madrid, sólo se sabe con seguridad que Isabela fue representada en Zara- Mentiras... son mentiras tu virtud, goza entre 1579 y 1581 con éxito de público. tu amor y tu bondad Las dudas surgen en muchos críticos y estudiosos y al fin tu juventud. de las obras de Lupercio, por la cercanía en el mis- Mentiras... mo oficio de su hermano Bartolomé dejando una ¡te maquillaste el corazón! estela confusa en muchas de las obras atribui- ¡Mentiras sin piedad! das a Lupercio y que más bien son de su hermano. ¡Qué lástima de amor! Con todas las sombras y ese ser misterioso que quema manuscritos de poesía, y los siglos que nos separan de la creación del tango “Maquillaje” de Virgilio y Homero Expósito, queda para siempre en nosotros y para la posteridad, ese epígrafe maravilloso del soneto, que uno de los dos hermanos, escribió:
¿Porque ese cielo azul que todos vemos ni es cielo ni es azul? ¡Lástima grande que no sea verdad tanta belleza! 14
De “Muestrario de Palabras”- Marzo-Abril 2019- Año VI- Nº 09
POEMAS EN CONMERACIÓN DEL DÍA DE LA MUJER Palabras iniciales de Elisabet Cincotta
GRITO POR MÍ
referidas al 9º FESTIVAL INTERNACIONAL DE POESÍA Y ARTES “GRITO DE Una condena MUJER” organizado por el Grupo Litera- tapizaba nuestro reino rio
“Almafuerte”
en
Berazategui- esgrimiendo vibraciones
Argentina
de asesinos que hechizaban
Otro año con el festival grito de mujer, grito que nace en la República Dominicana bajo el abrazo de la poeta Jael Uribe. Como todos los años un lema resalta a este festival, este año es: GRITO POR MÍ. Este grito personal tiene que ver con el empoderamiento de cada mujer, desde el lugar que ocupa en la sociedad a la que pertenece, este grito dice basta, dice cuanto se merece a sí misma, y al gritar por ella lo hace con respeto, con firmeza, con seguridad que su camino cambiará a partir de ese grito. Grito que es eco de otros gritos que la historia no subrayó o pasaron desapercibidos, nosotros mismos desde este Berazategui conocemos un grito, el de Julieta Lantieri, desde su grito a la actualidad hubo una evolución para poder llegar al día de hoy, muchas mujeres solas en distintos lugares y en otros momentos de la historia gritaron por ellas y por las otras, la diferencia es que, en nuestro hoy, somos muchas mujeres, juntas abrazadas por el mismo grito, hoy cada una grita por sí en un grito que incluye a todas las mujeres para que ninguna pierda la capacidad de auto merecerse, de reconocer sus propios valores. ¡Gracias mujeres por gritar por nosotras, gracias hombres que se unen a nuestro grito, ¡gracias!
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usurpando abrazos. Qué nos aguarda si aceptamos el desafío de estar vivas y alerta. Livianas de equipaje sin temor a perdernos. Me atrevo a soltar palomas y encender la tea -que mi voz no se empañeQue mi voz no llore que mi voz grite por el camino a mi nombre -a todos los nombres de mujerGrito por ellas que suelten amarras y grito por mí. Rechazo las muertes en alianza feroz con engaños de luz. Y vuelvo a gritar frente a la puerta que abrí. Ni una menos. Cecilia Ortiz- Buenos Aires- Argentina
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De “Muestrario de Palabras”- Marzo-Abril 2019- Año VI- Nº 09 A Julieta Lantieri (1873-1932) María Cristina Sorrentino Argentina no pudieron con su coraje inteligencia y voto
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no callaron su palabra ni lograron cercenar su fortaleza no aplacaron su defensa del derecho femenino y como no consiguieron oscurecer su cielo
ISABEL ALEJANDRA VELARDE
apagaron de un golpe su llama de igualdad amortajaron su vida mas el clamor quedó encendido y en otras mujeres se reprodujo
Me subleva su estampa en la calle,
siendo grito que ondea pañuelos
detuvo el tiempo
por las calles de mi ciudad
casi al mismo momento que se detuvo su vida ¡qué detalle! En un acto cruento
Elisabet Cincotta
el alcohol y luego la cerilla
Argentina
fue la solución que mitigaría tanto dolor, el flagelo por el que no le creyó,
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a su reclamo se negó... Tanta pobreza, desidia y desilusión causó terrible decisión.
PRIMERIZA
La actitud, en medio de la calle, fue un grito desesperado y urgente por el niño que llevaba en su vientre…
Llega el tiempo de mirar con ojos nuevos,
Por la vereda caminaba la gente,
huelo otra piel y llamo a la vida
nadie le hizo frente,
con nombre de niña.
con un pará, detenete…
Arropada entre mis brazos
todos hicieron caso omiso,
me despierta la demanda de su llanto
mientras ardía el occiso.
y mi cuerpo antiguo
La cruda realidad de cuántas Isabel
se disuelve en leche tibia.
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De “Muestrario de Palabras”- Marzo-Abril 2019- Año VI- Nº 09 que se encuentran desamparadas sin más hilo en su carretel, en una sociedad donde no importa nada, zombis de esta realidad.
En memoria de Isabel Alejandra Velarde y otras tantas que en mi recuerdo arden, éste es mi reclamo, como trueno ¡PONGAMOS FRENO, NI UNA MENOS! Claudia Beatriz Huerta ® Colonia Benítez, Chaco, Argentina
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LA MUJER ES EL RESUMEN PERFECTO DE LA NATURALEZA…
Digo Mujer y digo Amor Digo Amor y digo Madre Digo Madre y digo ¡Dios!
Aquí frente al mar soy la otra la que impertérritamente rasguña queriendo salir buscando ser protagonista de un presente negado la innombrable la secreta la odiosamente oculta sin embargo soy parte de ella y ella es parte de mí me cohabita y dirige las pupilas que ven lo que yo no quiero ver soy ella y soy yo la dicotomía crece cada día y frente al mar el sumun es lo único que importa. Liliana Varela Argentina *********
MARÍA REMEDIOS DEL VALLE, MADRE DE LA PATRIA
Ramón Rojas Morel Corrientes– Argentina ********* FRENTE AL MAR
Desobediente, luchadora, para muchos incorrecta, negra de piel, labios gruesos, mirada fuerte y tierna a la vez. Sanadora de heridas de la guerra, oculta por los hombres fuertes, develada por los débiles, ante la necesidad de espíritu guerrero. En su piel negra llevaba tatuado: “te valoro, te respeto y me impostas”. Música en su sangre, candombe. Música que asustaba a su amo. Sanadora de heridas, secaba lágrimas, con tierra del norte. Fuerte ante las perdidas, 17
De “Muestrario de Palabras”- Marzo-Abril 2019- Año VI- Nº 09 herida, caída y vuelta de pie. Miles de cicatrices inundaban su cara, cada surco de su rostro, marcaba historia. Caminante de libertad, de buena madre. Patria que aún, le debe su reconocimiento, sigue resonando, Madre de la Patria, “te valoro, te respeto y me impostas”.
hasta llegar al río de Navia a pesar a pesar a pesar con los
de la niebla tenebrosa del camino gastado del cansancio pies descalzos halla el prodigio
Mirta Venezia Argentina
Ana Di Risio Argentina *********
HIJA DE LA SANGRE
una mujer atraviesa un bosque sombra oquedad plácido como el jazmín o el sueño busca en las copas de árboles añosos el secreto que le devele este misterio de estar viva nunca sencilla la tarea de nacer/ morir/nacer nunca sencillo el sudor nunca sencillo bordar la escama del pez hasta llegar al río de Navia intenta llevar la hoguera encendida a través de las ciudades que la ven pasar a través de uno ojos que muerden la ceguera recuerda que es hija de la cruz gacela brava mujer gestándose un nombre a través de la ciénaga venas pariendo una y otra vez en busca de aquella luciérnaga que se llevó Prometeo hija de inmigrantes añorando una tierra que no fue nunca fue sencillo bordar la escama del pez
NAVIA diosa de la fertilidad y la abundancia en la Cultura Celta: Navia Se dice que ella atiende siempre a quien se acerca a su templo para pedir su ayuda. Has de llevarle solo cosas naturales. Flores, plantas y piedras que tengan el color azul que es el suyo. Ella es especialista en las cosechas y en conseguir que las cosas nazcan y prospere, sobre todo trabajo, economía, negocios…y maternidad. Muchas mujeres se acercan a su templo para potenciar a través de su mediación la maternidad. Se dice que ella atiende siempre a quien se acerca a su templo para pedir su ayuda. Has de llevarle solo cosas naturales. Flores, plantas y piedras que tengan el color azul que es el suyo. Ella es especialista en las cosechas y en conseguir que las cosas nazcan y prospere, sobre todo trabajo, economía, negocios…y maternidad. Muchas mujeres se acercan a su templo para potenciar a través de su mediación la maternidad.
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De “Muestrario de Palabras”- Marzo-Abril 2019- Año VI- Nº 09 POEMA DEL DESAMOR (María Mercedes Carranza) Ahora en la hora del desamor Y sin la rosada levedad que da el deseo Flotan sus pasos y sus gestos. Las sonrisas sonámbulas, casi sin boca, Aquellas palabras que no fueron posibles, Las preguntas que sólo zumbaron como moscas Y sus ojos, frío pedazo de carne azul. Días perdidos en oficios de la imaginación, Como las cartas mentales al amanecer O el recuerdo preciso y casi cierto De encuentros en duermevela que fueron con nadie. Los sueños, siempre los sueños. ¡Qué sucia es la luz de esta hora, Qué turbia la memoria de lo poco que queda ¡Y qué mezquino el inminente olvido!
********* DEJO ESTE AMOR AQUÍ... (Meira del Mar) Dejo este amor aquí para que el viento lo deshaga y lo lleve a caminar la tierra. No quiero su daga sobre mi pecho, ni su lenta ceñidura de espinas en la frente de mis sueños. Que lo mire mis ojos vuelto nube, aire de abril, sombra de golondrina en los espejos frágiles del mar... Trémula lluvia repetida sin fin sobre los árboles.
Tal vez un día, tú que no supiste retener en las manos su júbilo perfecto, conocerás su rostro en un perfume, o en la súbita muerte de una rosa.
********* LORENA BRITO MARIPOSAS “En el último trago de la nostalgia, es necesario vomitar las mariposas muertas del estómago. Y la mejor forma, es riendo” J. E. Meneghello
Había olvidado la risa franca. Abierta, espontánea y sonora. Porque las sombras cubrieron rostros y la escarcha congeló el aliento. Porque las mariposas, de improviso, callaron su vuelo. Porque se anegó el alma. Había olvidado esas pequeñas luces suspendidas alrededor de la mirada. Porque remar ciegos a barlovento fatiga todo navío. Había olvidado la magia, la poesía. Sueño tierras azules, siempre azules de regocijo y alborozados aleteos. Había olvidado el aroma de la libertad. Ondularé en la sonrisa sin tiempos. 19
De “Muestrario de Palabras”- Marzo-Abril 2019- Año VI- Nº 09
CUENTOS TRASPASO DE LOS SUEÑOS RAMÓN GÓMEZ DE LA SERNA
De pronto dejó de tener pesadillas y se sintió aliviado, pues habían llegado ya a ser una proyección obsesante que provoca una obsesión en las paredes de su alcoba. Descansado y tranquilo en su sillón de lectura, el criado le anunció que quería verlo el señor de arriba. Como para la visita de un vecino no debe haber dilaciones que valgan, lo hizo pasar y escuchó su incumbencia: –Vengo porque me ha traspasado usted sus sueños. –¿Y en qué lo ha podido notar? –Como vecinos antiguos que somos, sé sus costumbres, sus manías y sobre todo sé su nombre, el nombre titular de los sueños que me agobian a mí, que no solía soñar… Aparecen paisajes, señoras, niños con los que nunca tuve que ver… –¿Pero cómo ha podido pasar eso? –Indudablemente, como los sueños suben hacia arriba como el humo, han ascendido a mi alcoba, que está encima de la suya… –¿Y qué cree usted que podemos hacer? –Pues cambiar de piso durante unos días y ver si se vuelven a usted sus sueños. Le pareció justo, cambiaron, y a los pocos días los sueños habían vuelto a su legítimo dueño.
Ramón Gómez de la Serna (Madrid, 3 de julio de 1888-Buenos Aires, 12 de enero de 1963) fue un prolífico escritor y periodista vanguardista español, generalmente adscrito a la generación de 1914 o novecentismo, e impulsor del género literario conocido como greguería. Posee una obra literaria extensa que va desde el ensayo costumbrista o la biografía (escribió varias: sobre Valle Inclán, Azorín y sobre sí mismo: Automoribundia) hasta la novela y el teatro.
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De “Muestrario de Palabras”- Marzo-Abril 2019- Año VI- Nº 09 MANUEL CUBERO
jugos que viajarán hasta los confines de los mares. Alguna, perdida en las profundas arenas, guardará su esencia para que, llegada la ocasión, un hombre, de nombre y lengua desconocidos, sea testigo de que nunca, la riqueza fue producto de un momento.
******* LA BUENA ONDA// 4// GITO MINORE
VIEJOS TIEMPOS Viejos tiempos, diría ese anciano sentado frente a un mundo que se deshace y que, como arena vieja, apenas deja huella de lo que fue. Pero sus cimientos, aquellos que le dieron vida, aún sostienen raíces soñadoras en espera de un nuevo rayo de vida.
Y entonces sucedió. Después de esa charla nocturna mis padres se pusieron manos a la obra, y en ****** pocos días tenían alquilado un local en Lomas del Mirador. Un amplio espacio, donde un tiempo atrás ÁNFORAS había funcionado un pool, sobre la avenida Iparraguirre (que recientemente había cambiado su deRefugiadas en lo más hondo de la bodega, las vie- nominación por la actual Eva Perón) entre Colón y jas ánforas esperan. Ellas recogerán en sus entra- Almirante Brown. ñas el sudor del hombre transformado en dulces
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De “Muestrario de Palabras”- Marzo-Abril 2019- Año VI- Nº 09 Me resulta llamativo, es cierto. Quizás por eso recién ahora, después de tantos años, me pregunto qué habrá sido lo que los llevó a querer instalar su primer intento de independencia, su primer gran salto al vacío, justamente en la Loma. Tal vez el hecho de que alquilar resultara más barato que en Liniers haya influido, aunque eso es relativo. En una de esas porque los convenció el tamaño, no lo sé. “A mismo valor, dos o tres veces más grande, pensalo Pascualito” le habrá dicho el tránsfuga de la inmobiliaria. Lo que sí es cierto es que fue un despropósito. Un desacierto de primerizos. Los años enseñarían lo arduo que sería poder mantenerlo un poco lleno. Porque esa fue la proeza. Permanecer. Pero en ese primer momento, eso no se calculó. Los ánimos y los deseos eran los más grandes. Los más bellos. Quizás por eso, este hecho chiquito, esta elección que bien parecería a tontas y a locas, hoy me encuentra entretejiendo hipótesis. ¿Y si los sedujo el hecho de volver al barrio? ¿Si poner un kiosco en la Loma era una forma de demostrarse que podían retornar con cierta gloria al lugar de donde salieron? ¿Las calles donde se habían criado y donde años más tarde vivirían su noviazgo? Es cierto, no se tropezaron en el barrio, sino en un boliche llamado Zodíaco, en Floresta, Capital. Pero no duró mucho el idilio. Siete meses de novios, casarse como Dios manda y de ahí irse. La idea era progresar. Estar del otro lado de la avenida General Paz conllevaba esa promesa en su vientre. No ser de Provincia, lo cual a mediados de los 70 para un obrero y una estudiante de “Corte y confección” ya era mucho. Entonces, después ¿por qué volver? ¿Qué revancha se buscaba en ese gesto? Así y todo, a mí el lugar me encantó. Había estado vacío durante un buen tiempo. Sobre una pared del local descansaba un vidrio gigante pintado con unas letras tipo futuristas (azules, rojas y blancas) que decían POOL. También tenía dibujado unas bolas y un palo. Había telarañas por doquier y las paredes conservaban un verde rabioso, vestigios de la decoración del antiguo antro juvenil. Había que renovarlo urgentemente. La siguiente vez que lo vi, ya estaba encaminada la modernización. Un mes, veinte días, quince. No
sé, no tardó nada Pascual en lavarle la cara. Acá es cuando se me torna confuso el recuerdo y su concatenación. Mi padre no era el rey de la velocidad. Al menos toda mi vida consideré lo contrario, y no voy a retractarme ahora. Sin embargo, en ese momento hizo gala de una pro-actividad proverbial. En pocos días, alquiló un local, lo pintó y adelantó su fecha de apertura (del 1 de noviembre al 29 de septiembre), mientras que a la par trabajaba ocho horas en la línea de ensamblaje de una fábrica automotriz. A la noche, para completarla, en la sobremesa, se leían los avisos de los mayoristas, que figuraban al final de Clarín, en la parte de los deportes. Mientras mis padres se ponían de acuerdo a donde ir el domingo a comprar las golosinas o los artículos de limpieza, yo iba confeccionando un archivo de tres columnas en las últimas hojas nº 3 de mi carpeta de clases, con el nombre del producto en la fila primera, su precio de costo al lado, y el precio final, en la tercera. Los números estaban en lápiz, porque podían fluctuar de una semana a la otra, o de un proveedor a otro. A mí me motivaba esa tarea, porque con semejantes cálculos (que a tres sujetos con solo sexto grado como éramos nosotros, nos llevaban su tiempo) se hacían más de las diez de la noche. Entre botellas de lavandinas de litro y medio y de dos, bolsas de caramelos en oferta “solo este domingo” y australes que había que racionalizar, violábamos el horario de “Protección al menor”. Al día siguiente, les iría a mostrar a los pocos amigos que tenía, las tres filas con las que me había entretenido la noche anterior. Podía darme corte de mi “trabajo”. Esa carpeta era mi lujo. Repito, mi padre no fue el rey de la velocidad. No lo digo bajo el influjo de un complejo de Edipo mal resuelto, ni de puro forro, ni por ánimos de competir con un muerto. Con mi muerto. Lo digo desde la sorpresa. Desde la extrañeza, desde la desfamiliarización, desde la ostrenie que le dicen los rusos. ¿Cuánto amor tuvo que haber tenido ese hombre por ese pedacito de libertad que la vida le presentaba a sus cuarenta años? ¿Cuánta esperanza tuvo que haber acariciado por esa promesa que, de puro optimistas, bautizaron “La buena onda?
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De “Muestrario de Palabras”- Marzo-Abril 2019- Año VI- Nº 09 EL ESCUDO DE LA CIUDAD FRANZ KAFKA Al comienzo no faltó el orden en los preparativos para construir la Torre de Babel; orden en exceso quizá. Se preocuparon demasiado de los guías e intérpretes, de los alojamientos para obreros, y de vías de comunicación, como si para la tarea hubieran dispuesto de siglos. En aquella época todo el mundo pensaba que se podía construir con mucha calma; un poco más y habrían desistido de todo, hasta de echar los cimientos. La gente se decía: lo más importante de la obra es la intención de construir una torre que llegue al cielo. Lo otro, es deseo, grandeza, lo inolvidable; mientras existan hombres en la tierra, existirá también el ferviente deseo de terminar la torre. Por lo cual no tiene que inquietarnos el porvenir. Por lo contrario, pensemos en el mayor conocimiento de las próximas generaciones; la arquitectura ha progresado y continuará haciéndolo; de aquí a cien años el trabajo que ahora nos tarda un año se podrá hacer seguramente en unos meses, mas durable y mejor. Entonces ¿para qué agotarnos ahora? El empeño se justificaría si cupiera la posibilidad de que en el transcurso de una generación se pudiera terminar la torre. Cosa totalmente imposible; lo más probable será que la nueva generación, con sus conocimientos más perfeccionados, condene el trabajo de la generación anterior y destruya todo lo construido, para comenzar de nuevo. Esas lucubraciones restaron energías, y se pensó ya menos en construir la torre que en levantar una ciudad para obreros. Mas cada nacionalidad deseaba el mejor barrio, lo que originó disputas que terminaban en peleas sangrientas. Esas peleas no tenían ningún objeto; algunos dirigentes estimaban que demoraría muchísimo la construcción de la torre, y otros, que más convenía aguardar a que se restableciera la paz. Pero no solo ocupaban el tiempo en pelear; en las treguas embellecían la ciudad, lo que a su vez daba motivo a nuevas envidias y nuevas polémicas. Así transcurrió el tiempo de la primera generación, pero ninguna de las otras siguientes tampoco varió; solo desarrollaron más la habilidad técnica, y unido a eso, la belicosidad. A pesar de que la segunda o tercera generación comprendió
lo insensato de construir una torre que llegara al cielo, ya estaban todos demasiado comprometidos para dejar abandonados los trabajos y la ciudad. En todas sus leyendas y cantos, esa ciudad tiene la esperanza de que llegue un día, especialmente vaticinado, en el cual cinco golpes asestados en forma sucesiva por el puño de una mano gigantesca, destruirán la mencionada ciudad. Y es por eso que el puño aparece en su escudo de armas. ************
EVELYNE JAMES JOYCE Sentada ante la ventana, miraba cómo la noche invadía la avenida. Su cabeza se apoyaba contra las cortinas de la ventana, y tenía en la nariz el olor de la polvorienta cretona. Estaba sentada. Pasaba poca gente: el hombre de la última casa pasó rumbo a su hogar, oyó el repiqueteo de sus pasos en el pavimento de hormigón y luego los oyó crujir sobre el sendero de grava que se extendía frente a las nuevas casas rojas. Antes había allí un campo, en el que ellos acostumbraban jugar con otros niños. Después, un hombre de Belfast compró el campo y construyó casas en él: casas de ladrillos brillantes y techos relucientes, y no pequeñas y oscuras como las otras. Los niños de la avenida solían jugar juntos en aquel campo; los Devine, los Water, los Dunn, el pequeño lisiado Keogh, ella, sus hermanos y hermanas. Sin embargo, Ernest jamás jugaba: era demasiado grande. Su padre solía echarlos del campo con su bastón de ciruelo silvestre; pero por lo general el pequeño Keogh era quien montaba guardia y avisaba cuando el padre se acercaba. Pese a todo, parecían haber sido bastante felices en aquella época. Su padre no era tan malo entonces, y, además, su madre vivía. Hacía mucho tiempo de aquello. Ella, sus hermanos y hermanas se habían transformado en adultos; la madre había muerto. Tizzie Dunn había muerto también, y los Water regresaron a Inglaterra. Todo cambia. Ahora ella se aprestaba a irse también, a dejar su hogar.
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De “Muestrario de Palabras”- Marzo-Abril 2019- Año VI- Nº 09 ¡Su hogar! Miró a su alrededor, repasando todos los objetos familiares que durante tantos años había limpiado de polvo una vez por semana, mientras se preguntaba de dónde provendría tanto polvo. Tal vez no volvería a ver todos aquellos objetos familiares, de los cuales jamás hubiera supuesto verse separada. Y, sin embargo, en todos aquellos años, nunca había averiguado el nombre del sacerdote cuya foto amarillenta colgaba de la pared, sobre el viejo armonio roto, y junto al grabado en colores de las promesas hechas a la beata Margaret Mary Alacoque. El sacerdote había sido compañero de colegio de su padre. Cada vez que éste mostraba la fotografía a su visitante, agregaba de paso: -En la actualidad está en Melbourne. Ella había consentido en partir, en dejar su hogar. ¿Era prudente? Trató de sopesar todas las implicaciones de la pregunta. De una u otra forma, en su hogar tenía techo y comida, y la gente a quien había conocido durante toda su existencia. Por supuesto que tenía que trabajar mucho, tanto en la casa como en su empleo. ¿Qué dirían de ella en la tienda, cuando supieran que se había ido con un hombre? Pensarían tal vez que era una tonta, y su lugar sería cubierto por medio de un anuncio. La señorita Gavan se alegraría. Siempre le había tenido un poco de tirria y lo había demostrado en especial cuando alguien escuchaba. -Señorita Hill, ¿no ve que estas damas están esperando? -Muéstrese despierta, señorita Hill, por favor. No lloraría mucho por tener que dejar la tienda. Pero en su nuevo hogar, en un país lejano y desconocido, no sería así. Luego se casaría; ella, Eveline. Entonces la gente la miraría con respeto. No sería tratada como lo había sido su madre. Aún ahora, y aunque ya tenía más de 19 años, a veces se sentía en peligro ante la violencia de su padre. Ella sabía que eso era lo que le había producido palpitaciones. Mientras fueron niños, su padre nunca la maltrató, como acostumbraba a hacerlo con Harry y Ernest, porque era una niña; pero después había comenzado a amenazarla y a decir que se ocupaba de ella sólo por el recuerdo de su madre. Y en el presente ella no tenía quién la protegiera: Ernest había muerto, y Harry, que se dedicaba a decorar iglesias, estaba casi siempre en algún punto distante del país. Además, las invariables disputas por
dinero de los sábados por la noche comenzaban a fastidiarla sobre manera. Ella siempre aportaba todas sus entradas -siete chelines- y Harry enviaba sin falta lo que podía; el problema era obtener algo de su padre. Éste la acusaba de malgastar el dinero, decía que no tenía cabeza y que no le daría el dinero que había ganado con dificultad para que ella lo tirara por las calles; y muchas otras cosas, porque generalmente él se portaba muy mal los sábados por la noche. Terminaba por darle el dinero y preguntarle si no pensaba hacer las compras para el almuerzo del domingo. Entonces ella debía salir corriendo para hacer las compras, mientras sujetaba con fuerza su bolso negro abriéndose paso entre la multitud, para luego regresar a casa tarde y agobiada bajo su carga de provisiones. Le había dado mucho trabajo atender la casa y hacer que los dos niños que habían sido dejados a su cuidado fueran a la escuela regularmente y comieran con la misma regularidad. Era un trabajo pesado -una vida dura-, pero ahora que estaba a punto de partir no le parecía ésa una vida del todo indeseable. Iba a ensayar otra vida; Frank era muy bueno; viril y generoso. Ella se iría con él en el barco de la noche, para ser su mujer y para vivir juntos en Buenos Aires, donde él tenía un hogar que aguardaba. Recordaba muy bien la primera vez que lo había visto; había alquilado una habitación en una casa de la calle principal; y ella solía hacer frecuentes visitas a la familia que vivía allí. Parecía que hubieran transcurrido sólo pocas semanas. Él estaba en la puerta de la verja, con su gorra de visera echada sobre la nuca, y el pelo le caía sobre el rostro bronceado. Así se conocieron. Él acostumbraba encontrarla a la salida de la tienda todas las tardes, y la acompañaba hasta su casa. La llevó a ver La Niña Bohemia, y ella se sintió endiosada al sentarse junto a él en las butacas más caras del teatro. Él tenía gran afición por la música y cantaba bastante bien. La gente sabía que estaban en relaciones y, cuando él cantaba la canción de la muchacha que ama a un marino, ella se sentía siempre agradablemente confusa. Él, en broma, la llamaba "Poppens" (amapola). Al principio, para ella resultó emocionante tener un amigo, y luego él comenzó a 24
De “Muestrario de Palabras”- Marzo-Abril 2019- Año VI- Nº 09 gustarle. Conocía relatos de países distantes. había comenzado como grumete por una libra mensual en un barco de la Altan Lines que iba al Canadá. Le nombró los barcos en los que había trabajado y enumeró las diversas compañías. Había navegado a través del estrecho de Magallanes, y relató anécdotas de los terribles indios patagones; tuvo suerte en Buenos Aires, dijo, y sólo había vuelto a su patria para pasar las vacaciones. Naturalmente, el padre de ella se enteró, y le prohibió, terminantemente, continuar tales relaciones. -Conozco a esos marineros... -dijo. Un día, su padre discutió con Frank, y después de eso ella tuvo que encontrarse en secreto con su enamorado. La tarde se oscurecía en la avenida. La blancura de las dos cartas que tenía sobre el regazo se iba desvaneciendo. Una de las cartas era para Harry. Su padre había envejecido últimamente, según había notado; la extrañaría. A veces se portaba muy bien. No hacía mucho, una vez que ella debió permanecer en cama durante un día, él le había leído en voz alta una historia de fantasmas y le había preparado tostadas sobre el fuego. Otro día, cuando su madre aún vivía, fueron a merendar a la colina de Howth. Recordaba a su padre poniéndose el sombrero de la madre para hacer reír a los niños. El tiempo transcurría, pero ella continuaba sentada junto a la ventana con la cabeza apoyada en la cortina, aspirando el olor de la polvorienta cretona. Lejos, en la avenida, podía oír un organillo callejero. Conocía la melodía. Era extraño que justo esa noche volviera para recordarle la promesa hecha a su madre: la de atender la casa mientras pudiera. Recordó la última noche de enfermedad de su madre; estaba en el cerrado y oscuro cuarto situado del otro lado del vestíbulo, y había oído afuera una melancólica canción italiana. Dieron al organillo seis peniques para que se alejara. Recordó la exclamación de su padre, cuando volvió al cuarto de la enferma. - ¡Malditos italianos! ¡Ni siquiera aquí nos dejan en paz! Mientras meditaba, la lastimosa visión de la vida de su madre trazaba una huella en la esencia misma de su propio ser; aquella vida de sacrificios intrascendentes que desembocó en la
locura final. Se estremeció mientras oía otra vez la voz de su madre repitiendo una y otra vez, con estúpida insistencia, las voces irlandesas: - ¡Derevaun Seraun! ¡Derevaun Seraun! Se puso de pie con súbito impulso de terror. ¡Escapar, debía escapar! Frank la salvaría. Él le daría vida, tal vez amor también. Pero deseaba vivir. ¿Por qué había de ser desgraciada? Tenía derecho a ser feliz. Frank la tomaría en sus brazos, la estrecharía en sus brazos. La salvaría. Estaba en medio de la movediza multitud, en el muelle del North Wall. Él la tenía de la mano, y ella sabía que él le hablaba, que le decía con insistencia algo acerca del pasaje. El muelle estaba lleno de soldados con mochilas pardas. A través de las abiertas puertas de los galpones, entrevió la masa negra del barco, inmóvil junto al muelle y con los ojos de buey iluminados. No respondió. Sentía sus mejillas pálidas y frías y, desde un abismo de angustia, rogaba a Dios que la guiara, que le señalara su deber. El barco lanzó una larga pitada fúnebre en la niebla. Si se iba, mañana estaría en el mar, con Frank, rumbo a Buenos Aires. Sus pasajes habían sido reservados. ¿Podía volverse atrás, después de todo lo que Frank había hecho por ella? La angustia le produjo náuseas, y siguió moviendo los labios en silenciosa y ferviente plegaria. Sonó una campana, que le estremeció el corazón. Sintió que él la tomaba de la mano. - ¡Ven! Todos los mares del mundo se agitaron alrededor de su corazón. Él la conducía hacia ellos, la ahogaría. Se tomó con ambas manos de la verja de hierro. - ¡Ven! ¡No! ¡No! ¡No! Imposible. Sus manos se aferraron al hierro, frenéticamente. Desde el medio de los mares que agitaban su corazón, lanzó un grito de angustia. - ¡Eveline! ¡Evy! Él se precipitó detrás de la barrera y le gritó que lo siguiera. La gente le chilló para que él continuara caminando, pero Frank seguía llamándola. Ella volvió su pálida cara hacia él, pasiva, como animal desamparado. Sus ojos no le dieron ningún signo de amor, ni de adiós, ni de reconocimiento.
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De “Muestrario de Palabras”- Marzo-Abril 2019- Año VI- Nº 09 KALI DECAPITADA
Hace mucho tiempo, Kali, nenúfar de la perfección, se sentaba en el trono del cielo de Indra como en el inteMARGUERITE YOURCENAR rior de un zafiro; los diamantes de la mañana brillaban en su mirada y el universo se contraía o se dilataba según los latidos de su corazón. Kali, la terrible diosa, merodea por las llanuras de la Pero Kali, perfecta como una flor, ignoraba su perfecIndia. Puede vérsela simultáneamente en el Norte y en ción y, pura como el día, no conocía su pureza. el Sur, y al mismo tiempo en los lugares santos y en los mercados. Las mujeres se estremecen al verla pasar, Los dioses celosos acecharon a Kali una noche de los hombres jóvenes, dilatando las ventanas de la nariz, eclipse, en un cono de sombra, en el rincón de un plasalen a la puerta para verla, y los niños recién nacidos neta cómplice. Fue decapitada por el rayo. En vez de ya saben su nombre. Kali, la negra, es horrible y bella. sangre, brotó un chorro de luz de su nuca cortada. Su Tan delgada es su cintura que los poetas que la cantan cadáver, dividido en dos trozos y arrojado al Abismo por la comparan con la palmera. Tiene los hombros redon- los Genios, rodó hasta llegar al fondo de los Infiernos, dos como el salir de la luna de otoño; unos senos tur- por donde se arrastran y sollozan aquellos que no han gentes como capullos a punto de abrirse; sus muslos visto o han rechazado la luz divina. Sopló un viento frío, ondean como la trompa del elefante recién nacido, y condensó la claridad que se puso a caer del cielo; una sus pies danzarines son como tiernos brotes. capa blanca se acumuló en la cumbre de las montañas, bajo unos espacios estrellados donde empezaba a haSu boca es cálida, como la vida; sus ojos profundos, cerse de noche. Los dioses-monstruos, el dios-ganado, como la muerte. Tan pronto se mira en el bronce de la los dioses de múltiples brazos y múltiples piernas, senoche como en la plata de la aurora o en el cobre del mejantes a unas ruedas que dan vueltas, huían a través crepúsculo, y se contempla en el oro del mediodía. Pede las tinieblas, cegados por sus aureolas, y los Inmorro sus labios no han sonreído jamás; un collar de hue- tales, despavoridos, se arrepintieron de su crimen. secillos rodea su alto cuello y en su rostro, más claro que el resto del cuerpo, sus grandes ojos son puros y Los dioses contritos bajaron del Techo del Mundo hasta tristes. El rostro de Kali, eternamente mojado por las el abismo lleno de humo por donde se arrastran los que lágrimas, está pálido y cubierto de rocío como la faz existieron. Franquearon los nueve purgatorios; pasaron inquieta de la mañana. por delante de los calabozos de barro y de hielo en Kali es abyecta. Ha perdido su casta divina a fuerza de entregarse a los parias y a los condenados, y su rostro, al que besan los leprosos, se halla cubierto de una costra de astros. Se aprieta contra el pecho sarnoso de los camelleros procedentes del Norte, que nunca se lavan a causa de los grandes fríos; se acuesta en los lechos infectados de piojos con los mendigos ciegos; pasa de los brazos de los Brahmanes al abrazo de los Miserables —raza fétida, deshonra de la luz— encargados de bañar los cadáveres; y Kali, tendida en la sombra piramidal de las hogueras, se abandona sobre las tibias cenizas. Ama asimismo a los barqueros, que son fuertes y ásperos; acepta hasta a los negros que sirven en los bazares, a quienes se azota más que a las bestias de carga; frota su cabeza contra sus hombros, cuajados de rozaduras por el ir y venir de los fardos. Triste como una enferma con fiebre que no consiguiera encontrar agua fresca, va de pueblo en pueblo, de encrucijada en encrucijada, a la búsqueda de los mismos monótonos deleites. Sus piececitos bailan frenéticamente, moviendo las ajorcas, que tintinean, pero sus ojos no cesan de llorar, su boca amarga nunca besa, sus pestañas no acarician las mejillas de los que la abrazan, y su rostro permanece eternamente pálido como una luna inmaculada.
donde los fantasmas, roídos por el remordimiento, se arrepienten de las faltas que cometieron, y por delante de las prisiones en llamas donde otros muertos, atormentados por una codicia vana, lloran las faltas que no cometieron.
y por delante de las prisiones en llamas donde otros muertos, atormentados por una codicia vana, lloran las faltas que no cometieron. Los dioses se sorprendían al hallar en los hombres aquella imaginación infinita del Mal, aquellos recursos y aquellas innumerables angustias del placer y del pecado. Al fondo del osario, en un pantano, la cabeza de Kali sobrenadaba como un loto, y sus largos y negros cabellos se extendían a su alrededor como raíces flotantes. Recogieron piadosamente aquella hermosa cabeza exangüe y se pusieron a buscar el cuerpo que la había llevado. Un cadáver decapitado yacía en la orilla. Lo cogieron, colocaron la cabeza de Kali encima de aquellos hombros y reanimaron a la diosa. Aquel cuerpo pertenecía a una prostituta, ajusticiada por haber tratado de entorpecer las meditaciones de un brahmán. Sin sangre, aquel cadáver parecía puro. La diosa y la cortesana tenían ambas, en el muslo izquierdo, el mismo lunar. 26
De “Muestrario de Palabras”- Marzo-Abril 2019- Año VI- Nº 09 Kali no volvió, nenúfar de perfección, a sentarse en el trono del cielo de Indra. El cuerpo, al que habían unido la cabeza divina, sentía nostalgia de los barrios de mala fama, de las caricias prohibidas, de los cuartos en donde las prostitutas meditan secretas orgías, acechan la llegada de los clientes a través de las persianas verdes. Se convirtió en seductora de niños, incitadora de ancianos, amante despótica de jóvenes, y las mujeres de la ciudad, abandonadas por sus esposos y considerándose ya viudas, comparaban el cuerpo de Kali con las llamas de la hoguera. Fue inmunda como una rata de alcantarillas y odiada como la comadreja de los campos. Robó los corazones como si fueran un pedazo de entraña expuesto en los escaparates de los casqueros. Las fortunas licuadas se pegaban a sus manos como panales de miel. Sin descanso, de Benarés a Kapilavistu, de
El Maestro de la gran compasión levantó la mano para bendecir a la que pasaba.
Una mañana, en Benarés, Kali, borracha, haciendo muecas de cansancio, salió de la calle de las cortesanas. En el campo, un idiota que babeaba tranquilamente sentado en un montón de estiércol se levantó al verla pasar y se echó a correr tras ella. Ya sólo le separaba de la diosa la longitud de su sombra. Kali aminoró el paso y dejó que el hombre se acercara.
Entonces tocando las trenzas negras y manchadas de ceniza con la punta de los dedos, dijo el Sabio:
—Mi cabeza muy pura fue soldada a la infamia —dijo ella—. Quiero y no quiero; sufro y, no obstante, gozo; me da horror vivir y miedo morir.
—Todos estamos incompletos —dijo el Sabio—. Todos nos hallamos divididos y somos fragmentos, sombras, fantasmas sin consistencia. Todos creemos llorar y gozar desde hace siglos. —Yo fui diosa en el cielo de Indra —dijo la cortesana.
—Y tampoco estabas libre del encadenamiento de las cosas, y tu cuerpo de diamante no estaba más resguardado de la desgracia que tu cuerpo de barro y carne. Tal vez, mujer sin ventura, al errar deshonrada por los caminos te hallas más Bangalor a Srinagar, el cuerpo de Kali arrastraba consigo la cerca de acceder a lo que no tiene forma. cabeza deshonrada de la diosa, y sus ojos límpidos continuaban llorando. —Estoy cansada —gimió la diosa.
Cuando él la dejó, emprendió de nuevo el camino hacia una ciudad desconocida. Un niño le pidió limosna; ella no le avisó de que una serpiente dispuesta a morder se erguía entre dos piedras. Sentía un gran furor contra todo ser viviente y al mismo tiempo un deseo atroz de aumentar con ello su sustancia, de aniquilar a las criaturas saciándose con ellas. Se la pudo ver en cuclillas junto a los cementerios; su boca masticaba los huesos como los dientes de las leonas. Mató como el insecto hembra que devora a sus machos; aplastó a los hijos que paría como una cerda que se revuelve contra su camada. Y a los que exterminaba, los remataba después bailando encima de ellos. Sus labios, maculados de sangre, exhalaban el mismo olor insípido de las carnicerías, pero sus abrazos consolaban a sus víctimas y el calor de su pecho hacía olvidar todos los males. En la linde de un bosque, Kali tropezó con el Sabio. Se hallaba sentado, con las piernas cruzadas, con las palmas unidas, y su cuerpo descarnado estaba tan seco como la leña preparada para encender la hoguera. Nadie hubiera podido adivinar si era muy joven o muy viejo; sus ojos, que todo lo percibían, apenas eran visibles por debajo de sus párpados medio cerrados. La luz se disponía en torno a él en forma de aureola, y Kali sintió subir de las profundidades de sí misma el presentimiento del gran descanso definitivo, parada de los mundos, liberación de los seres, día de bienaventuranza en que la vida y la muerte serían igualmente inútiles, edad en que Todo se resorbe en Nada, como si esa pura nada que acababa de concebir se estremeciera en ella a la manera de un futuro hijo.
—El deseo te enseñó la inanidad del deseo; el arrepentimiento te enseña la inutilidad de arrepentirte. Ten paciencia, ¡oh, Error!, del que todos formamos parte... ¡Oh, Imperfecta!, en quien la perfección toma conciencia de sí misma, ¡oh Furor!, que no eres necesariamente inmortal…
Escritora, traductora y autora teatral francesa, nacida en Bruselas, Bélgica, el 8 de junio de 1903, y fallecida en Mount Desert Island, Estados Unidos, el 17 de diciembre de 1987. Su verdadero nombre fue Marguerite Antoinette Jeanne Marie Ghislaine Cleenewerck de Crayencour. Yourcenar es, precisamente, un anagrama de Crayencour. De familia noble, fue una niña prodigio que, aleccionada por su padre, demostró grandes dotes. Publicó su primera novela a los veintiséis años, trasladándose a Estados Unidos para dar clases de Literatura Comparada en Nueva York. Fue traductora de autores como Henry James, Yukio Mishima y Virgina Woolf, y en 1951 publicó su gran éxito Mémoires d¨Hadrien (Memorias de Adriano), novela en la que estuvo trabajando una década y que le reportó gran popularidad y una excepcional acogida de la crítica. Perteneció a la Academia Belga desde 1970, y se convirtió en 1980 en la primera mujer en pertenecer a la Academia Francesa. Su hogar en Maine, el Petite Plaisance de Mount Desert Island, es hoy día una casa-museo dedicada a su vida y obra.
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EL INVITADO MARY ACOSTA ARTEMANÍA Encuentro Socio - Artístico Cultural y Solidario Por la Paz
toria por una sonrisa” y de otros libros para el alumnado. Coronaron la ceremonia, algunos escritores leyendo obras de su producción, entre ellos, Mauro Rastelli Polanco, Rolando Ramondetta y Silvia Vázquez. A cada uno de los participantes y a quienes colaboTres breves reseñas de raron en la lectura se les entregó el certificado de MARY ACOSTA, acompa- asistencia correspondiente. ñadas por sus correspondientes cuadros fotográficos.
En mayo de 2018, se realizó en la Sociedad de Fomento de Caseros (Partido de 3 de Febrero), y en el marco del XII Festival Internacional “Palabra en el mundo”, el ciclo “Artemanía”, conducido por las Sras. Mary Acosta y Mabel Masio. En la citada entrega creativa y solidaria, se hizo entrega a la Escuela Nro. 48 “J.M. Estrada” de Barrio Derqui, Caseros, (Pdo. de 3 de Febrero) varias cajas de cepillos de dientes para los niños, donados por Laboratorios Grimberg y uno de los hijos de la Sra. Mary Acosta; como así también, libros y bufandas dentro del programa “Sonrisas para un cepillado” y “Corazones con abrigo”. Ambas cruzadas ideadas y gestionadas por la Sra. Mary Acosta. Asimismo, el Sr Guillermo Longo, a cargo del “Programa Diamante”, hizo entrega a la directora del establecimiento educativo, del ejemplar personalizado del libro “Una his-
"La magia que pueden regalar los niños, hizo crear bosques de frescura con sonrisas e instantes maravillosos honrando el corazón patrio." palabras de Mary Acosta, presidenta de la Academia Argentina Bonaerense de Literatura Moderna. Celebrando el acto patrio del 9 de julio de 2018, en la ESCUELA PÚBLICA N° 48 de Caseros, Pdo. de 3 de Febrero junto a la fundación "Mimos para tus ojos", (quienes a corazón abierto y generoso, donaron para el establecimiento a través del "Proyecto huerta," tres hermosos árboles, plantines y para el departamento de Arte: 25 mandalas preciosas), acompañando en esta oportunidad, a la Sra. Mary 28
De “Muestrario de Palabras”- Marzo-Abril 2019- Año VI- Nº 09 Acosta, (Presidenta de la Academia Argentina Bonaerense de Literatura Moderna) y a las autoridades de la comisión directiva, en comunión educativa, la Sra. directora, Mabel Ramos a la emotiva entrega de certificaciones de agradecimiento y obsequios para las distinguidas Sras. Profesoras: Lia Dollinger y Beatriz Moraca, como así también a la Sra. Angélica Buceta, gran colaboradora de la escuela por su abundante ofrenda en libros. Impactaron las miradas infantiles recreando los instantes del asombro, y la destreza creativa emocionándome el alma con la lectura de sus mensajes alusivos y la imagen gigante de la paloma de la paz, dibujada por la niña Zaira Jara (Nieta de la Sra. Angélica Buceta) obsequiada a la Sra. Mary Acosta. Una vez más, querubines blancos en la tierra, bendicen con inocente amor, el gigante abrazo masivo que humanamente la patria necesita ante la tan necesitada cuota de afecto.
También, mencionaremos (dentro de las múltiples actividades solidarias que encabeza la citada hacedora socio-cultural artística solidaria: Mary Acosta) el evento realizado en la localidad de Haedo, (zona oeste de la Pcia de Bs. As). La celebración socio-cultural religiosa y solidaria: ¡Yo quiero ayudar! organizado por el escritor, técnico en periodismo y locución Mauro.S. Rastelli Polanco y la escri-
tora Mary Acosta, (Presidente de la Academia Bonaerense de Literatura Moderna y representante de varias Instituciones / Organizaciones culturales, tanto provinciales, nacionales como internacionales). La entrada solidaria al evento fue la donación de un alimento no perecedero o un útil escolar, los que fueron enviados al hogar de niños en tránsito
“Esperanza” de la localidad de Moreno, Pcia. de Bs. As. Hubo lecturas de poemas a cargo de escritores, amigos e invitados. Ofrendaron su estelar participación, el artista plástico Walter Ariel Polito, quien pintó una obra en vivo y la música a cargo de la escritora - cantante de tangos Alba Aida Oliva.
Mary Acosta
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CONOZCAMOS A… Elisabet Cincotta IRENE MARKS
Su obra en prosa ha sido publicada en La Capital de Mar del Plata y en diversas antologías, aún Nació en Buenos Aires en no en libro. 1953. Reside en Hurlingham, provincia de Buenos Aires. Es profesora de Castellano, POESÍA DE IRENE MARKS Literatura y Latín y de Inglés. Cursó dichos estudios en la Escuela Normal de ENTONCES Profesores” Presidente Ro-
que Sáenz Peña”, y el Traductorado de Inglés en el Instituto de Enseñanza Superior en Lenguas Vivas “Juan Ramón Fernández”. Se desempeña como docente y traductora literaria. Su obra poética comprende cuatro libros publicados. -PRESENCIAS, ediciones Kargieman, 1982 LA HERMANDAD GALÁCTICA, ediciones La Lámpara Errante, 1984 ORIGEN, ediciones Patagonia, 2009); EL SÉPTIMO MAR, ediciones Patagonia, 2018 Asimismo, cuenta con obra narrativa publicada en varias antologías. Su cuento HOTEL UNIÓN fue publicado en el suplemento cultural del diario La Capital de Mar del Plata;
El viento tiene frío. Y es de noche en la mitad de mí Sombras de grandes bestias y las llamas del fuego descubren las paredes de la cueva por ratos. Brillan tus ojos y estás, naturalmente, rodeado por la niebla, mirando desde el hueco de los tiempos las primeras estrellas. En un rincón cercano llora un niño que tal vez yo conozca. Y se cierra la puerta (Origen, ediciones Patagonia 2009)
Ha participado como poeta en varios grupos (El Cañón Oxidado, grupo Castalia) y talleres, y también ha leído en cafés literarios de la ciudad de Buenos Aires. Colabora actualmente con el grupo Voces del Viento. Ha participado del Encuentro Nacional La Luna con Gatillo en 2018. 30
De “Muestrario de Palabras”- Marzo-Abril 2019- Año VI- Nº 09 EL LATIDO RITUAL
AKU-SOM-BEI AKU-SOM-BEI Suena la nota alta cuando el viento destapa las raíces tribales AKU-SOM-BEI Aquí la luna brilla y está el frío sonando, ojos de luz y amor, el tigre y la pantera, la flecha y el relámpago AKU-SOM-BEI Pero danza, no calles, hay una loca senda entrecerrada resplandece cuando vigas se apartan La jungla está creciendo detrás de las últimas espigas Será la vida un resplandor azul quemante contra el cielo. Horizonte voraz de guacamayos. Y la muerte en la nevada cumbre, aún en la lejanía AKU-SOM-BEI AKU-SOM-BEI Has llegado de allí. Hacia dónde te proyecta la sombra de tu sombra, mujer-hombre tribal. Has recogido con tus manos la carne del buey negro Cuando tu danza cruel, tu purísima danza, se abría entre las antorchas en la noche toda de luz Y los cuerpos abrazaban la tierra en el rítmico salto AKU-SOM-BEI A veces el llamado renace: Hay un tambor con ecos infinitos como muertes como vidas que ascienden luchando
por salir, una impaciencia cósmica donde bocas y pies y corazones rojos laten en la penumbra. (Origen, ediciones Patagonia, 2009)
ALAS “Entonces hablo de un grito de virginidad sobre los ojos al gusto de los pájaros y de un rostro para no retroceder que no se parece a ningún reflejo” Elida Manselli
Desde el primer destello he visto nacer alas. ¿Qué es el destino? Aún recuerdo que lloraron los pájaros en la aurora naciente. Y el despertar del barco estaba escrito en la mirada del crepúsculo. En la muerte comienza mi retorno. Como en el principio del océano mi corazón llama a los pájaros, pero el viento me separó de las bandadas del Sol. Una y otra vez han marcado la zozobra infinita de los barcos. Y si esto ha sucedido fue porque estaban amarrados a remos y no sabían andar con las estrellas del océano. Mareado coro de soles submarinos (la voz del argonauta siempre será la misma: sólo su rostro cambia,
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De “Muestrario de Palabras”- Marzo-Abril 2019- Año VI- Nº 09 pero escucho sus sílabas que colmaron la noche desde el primer silencio) Sin embargo, he visto ahora el centro de sus ojos. Y bello me fue como el primer instante de la vida, claro como la gran vertiente del espejo de Luna. Trazo con el corazón la burbuja suave del silencio sin límites. He conocido el rostro más hermoso que cualquier mediodía. Se me ha permitido ver la luz del Inconfundible.
en la danza del fuego... Pero se mueve el firmamento de alas La luz te corta el hilo y subes hasta la pagoda del alba Es tu grito el que resuena como un eco sin límites en el espacio Pero ese cuerpo lanzado a girar cayendo de galaxia en galaxia como un trompo ya no es tuyo
(El Séptimo Mar, ediciones Patagonia, 2018)
¿desde dónde lo ves? −Sos la mitad del silencio, la zona
LA UNIÓN
“¡Todas las aguas del silencio rompimos en la danza!” Jacobo Fijman
que se cierra que se abre que admite la entrada de los ríos.
Fuego del sol que amas en los labios del visitante: sus pestañas se abren de pronto
−Y ahora giro que giro. Porque vas a morir te continúan los últimos sueños
hasta el renacimiento
sobre pupilas cegadoras Él ha transformado toda la tierra con una mirada Su sol ha destrozado todos los límites. (El Séptimo Mar, ediciones Patagonia, 2018)
Ha de caer la sangre en la vasija, las constelaciones serán tus nuevos ojos −No te despidas de la luz, mírala crecer en un cuchillo que reluce 32
De “Muestrario de Palabras”- Marzo-Abril 2019- Año VI- Nº 09 NACER ENTRE BASURA
chorro será tu nombre cuando los biempensantes
Nacer entre basura junto a las vías de La Paternal Casillas: rejunte de cartón, bolsas de plástico, alguna que otra chapa, y también sillas viejas sobre el techo precario
registren tu presencia y tu muerte temprana
en sus televisores encendidos. Tu cuerpo se sacude en el calendario de la desesperanza. Nacer entre basura junto a las vías de La Paternal.
para que no se vuele. Mamar la leche triste de la que fue violada.
(publicado en diversas antologías y blogs)
Jugar entre basura, entre perros hambrientos y un caballo raquítico que tira de los carros. Aprender de otros pibes que la ley es del fuerte. Después llegará el paco, dormir en la estación o en la boca del subte cuando abra. Después
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ESCENAS DE CIUDAD Malcolm Peñaranda. ESA MUJER EN EL ESPEJO Serie: ESCENAS DE CIUDAD Ciudad Escenario: Medellín, Colombia
Cuando vivís tanto, tantas veces y en tantos lugares, conocés mujeres singulares. Algunas pasan sin saber que pasaron, otras pasan y te repasan. Algunas te aman, otras te odian, otras te destrozan, otras simplemente te remiendan. Verónica no era nada ni nadie que pudieras encasillar en nada de eso. Era más bien una rosa al viento, tan a punto de desbaratarse, pero tan fuerte que mantenía sus pétalos en la más inclemente de las tormentas. No podías amarla ni odiarla, simplemente admirarla. La conocí frente a un espejo, en la más insólita de las situaciones. Días atrás había ido al médico porque me preocupaba una masa que me sentía debajo de la tetilla izquierda. Me palpaba y sentía dureza y dolor, pero asumía que se trataba de alguna infección. Mi mundo se empezó a derrumbar cuando el médico me dijo que podía ser cáncer de mama. ¿Cáncer de mama?, le pregunté asustado y casi gritando. ¡Pero si eso solamente les da a las mujeres!, me dije como respondiéndome. “¡Te equivocás! También nos puede dar a los hombres. También tenemos mamas, aunque no tengamos senos.”, me respondió alterado, casi en tono de papá regañón.
“Disculpame. No tenía ni idea.”, atiné a decirle tratando de disimular mi ignorancia atrevida. “No te preocupés. Les pasa a todos los hombres mal informados. Te voy a mandar una biopsia para descartar esa sospecha. Es mejor diagnosticar a tiempo si es el caso.”, me dijo ya en un tono más conciliador, tratando de perfumar mi cagada. Salí de su consultorio con una palabra lapidaria rondando mi cabeza como lobos hambrientos: biopsia. Tan fría y tan aterradora como la palabra con c. Al llegar a casa, solicité la cita y me la dieron para la semana siguiente. Encima de lo angustiante del procedimiento, tendría que esperar varios días. Cada noche me acostaba con mil demonios repitiendo la tenebrosa palabra y sugiriéndome escenarios catastróficos. Vos te mentalizás que debés pensar positivo, pero el diablo existe, y es porfiado, muy porfiado. Te taladra la mente casi hasta enloquecerte. Finalmente cuando el día llegó, un miércoles gris y agorero, me dirigí a la IPS¹ con piernas de gelatina. El cerebro les decía que marcharan hacia adelante. Las muy desgraciadas querían marchar hacia atrás. La luz tenue del lugar se me asemejaba a la de una morgue. Y aunque el procedimiento no fue tan doloroso como cada hombre imagina, sentí como si me arrancaran un pedazo de mi esencia. El lugar estaba lleno de mujeres que me miraban como si esperaran que lanzara un grito parturiento. Me contuve. No lo hice. Mi orgullo era más fuerte que mi angustia. No podía darme el lujo de confirmarles que el umbral de dolor de los hombres es mucho más bajo que el de las mujeres. Aterrado pero no mermado. Salí de allí más desbaratado que gallo de pelea en barrio ajeno. Pero caminé derechito, con el rabo entre las patas, pero derechito. Pasaron cinco días angustiosos en los que fui al infierno, hice guardia en el purgatorio y volví a sacar la cabeza para respirar solo por momentos. 34
De “Muestrario de Palabras”- Marzo-Abril 2019- Año VI- Nº 09 Cuando finalmente me dieron el resultado, me demoré en abrir el sobre porque mis manos temblaban más que las de un alcohólico en abstinencia. Para colmo de males, la enfermera me había dicho que debía hablar con el doctor de turno. Algún titán del Olimpo me armó de dolor y pude leer con ojos aguados que el resultado era negativo. No me lo creí y tuve que pedirle a un aborrescente que acompañaba a su abuela, que me lo leyera. “Sí, es negativo!”, me dijo mandibulando en su permanente desgano. Quise saltar de la alegría, pero no podía hacer semejante papelón en público. Entré al consultorio del médico sintiéndome renacido. Había una mujer allí hablando con el médico y pensé que me había equivocado de consultorio. “Sentate, hombre. Necesito hablar con los dos seriamente.” Haciendo el cuento corto, nos informó que el riesgo no acababa allí y que a partir de ahora debíamos hacernos el autoexamen al menos una vez por semana. Se quitó su bata médica y su camisa y nos enseñó a hacerlo y se enfocó en las diferencias anatómicas. Luego nos mandó a un cuarto grande pero privado. Había dos espejos grandes que iban del piso al techo y de pared a pared. Nos miramos sin saber qué hacer, como si en los minutos anteriores no nos hubiesen explicado detalladamente qué hacer y cómo hacerlo. No razonábamos, sólo sentíamos. Pánico, alegría, miedo infundado, valentía efímera, andá vos a saber qué. “Mucho gusto. Verónica”, me dijo mientras extendía su mano y estallaba en llanto. No agarré su mano. Agarré su brazo para abrazarla y me eché a llorar con ella. Le dije mi nombre entre llanto y ella trataba de pronunciarlo entre sollozos. Se reía torpemente al no ser capaz de hacerlo. Estábamos allí, abrazados y destrozados, tratando de pronunciar un puto nombre que nos evadía de palabras dolorosas como biopsia y cáncer. Tratamos de calmarnos y dejar de llorar acudiendo a ridiculizar la extraña situación de estar allí llorando por algo que no teníamos. Ella minimizó el ridículo diciendo: “Parce, no te imaginás la angustia que he sentido estos días imaginando lo peor, imaginando que podía tener…”
No era capaz de terminar la frase. Yo tampoco. Esa palabra tenía que dejar de existir. “Y vos creés que yo dormí tranquilo? ¡Si ni siquiera sabía que a los hombres nos podía dar también!”, le dije tratando de calmarla o solidarizarme o ambas. “Hagamos pues lo que nos dijo el médico, que yo no quiero volver a pasar por esto.”, me respondió tratando de poner voz de mujer adulta. Se quitó su blusa y su brasier y los tiró sobre la banca larga de cuero sintético donde nunca nos sentamos. Yo también me quité mi camisa y quedamos los dos allí con el torso desnudo. Nos miramos cariñosamente desnudando el alma y dejando que nuestra corporalidad pasara a un segundo plano. Nunca supe cómo eran sus senos ni la forma de sus pezones. No la miré con curiosidad ni con lujuria. En ese momento no era para mí una mujer, era un ser humano con el que compartía la misma angustia. No nos mirábamos entre nosotros. Nos mirábamos nuestros cuerpos, tan frágiles y tan expuestos, tan mortales y tan carnales. Ese día aprendimos que no éramos nada, que en un océano profundo, nos asemejábamos a dos caballitos de mar que se movían por inercia o por la fuerza del agua. Aprendimos a navegar dentro de nosotros mismos, dentro de ese estuche de carne que guarda nuestras almas que se nos antojan débiles y fuertes, evolucionadas y al mismo tiempo tan imperfectas. Ella se vistió lentamente, con desgano, como si no quisiera volver a su vida y prefiriera seguir observándola en el espejo. Ese espejo que le devolvía la imagen de una mujer bella y exquisitamente asustada, vulnerable pero guerrera de una realidad que todos ignoramos por miedo o por desdeño. Se despidió de mí con un beso en la mejilla, como si fuésemos amigos de toda la vida. Y se perdió entre la multitud de pacientes quejumbrosos e inmarcesiblemente insoportables. Nunca más volví a verla. Pero siempre la recordaré como esa mujer en el espejo, esa mujer que me ayudó a ensamblar los pedazos de mi alma desarmada. © 2019, Malcolm Peñaranda. 35
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ARTE Ana Lucía Montoya Rendón LILIANA MONTES
las cuales logra el fluir infinito de la energía de su alma Cantante, actriz, diseña- creativa. dora y docente; una de las mejores voces de la Frases de Liliana Montes actualidad en Colombia. “En el momento que entré, Nacida en la ciudad de Cú- uno siente que la energía se cuta, pero caleña de cuer- vuelve una sola cosa, es po, alma y corazón. Licen- como las primeras experienciada en Música de la Uni- cias de Unidad que tuve mientras tocaba con las versidad del Valle. Ha realizado conciertos en dife- mujeres de las comunidades indígenas del Río rentes ciudades de Colombia y Europa. Entre sus San Juan”. numerosos logros, participar como cantante invitada en París, Francia, en el Proyecto Suramericana “Cuando uno canta las canciones de alguien y se de Sueños entre el 2003 y 2005; en 2010 participó monta en esa frecuencia de onda, puede experien el CD “Toda bala es perdida” con la canción mentar el sentir como si fuera esa persona y sentir “Apartadó” de César López, entre otros. Ha sido como piensa ella”. docente y compositora de las canciones de los musicales de la Universidad ICESI. Actualmente do- Algunos temas musicales cente de canto en la Fundación Musical Bambazú: https://youtu.be/D0D9R2KrfFc El Colectivo (https://elcolectivocali.wixsite.com/ La espera: https://youtu.be/67xxolBkUYg elcolectivo/profesores?lightbox=image1ex). Tonada para un viejo amor: https://youtu.be/ La magistral entrevista de Daniel Mariscal, perio- IO5dUn4e0mM dista y docente argentino, a Liliana Montes en la La autómata: https://youtu.be/OpPvWGzonFk Emisora de la Universidad Javeriana (Partes 1 y Gracias a la vida: https://youtu.be/gOtq2pS6udM 2), es un mágico coloquio en el que se conjugaron Corazón Coraza: https://youtu.be/zf5VItTkGUM relatos de sus experiencias personales y artísticas Como la cigarra: https://youtu.be/sTBuOQNSSio con muchas de sus interpretaciones musicales. He aquí los enlaces: Parte 1: https://soundcloud.com/ bajofondoradioclub/liliana-montes-en-bajo-fondo Parte 2: https://soundcloud.com/ bajofondoradioclub/liliana-montes-en-bajo-fondoradio-club-interview-parte-2 Liliana Montes, es una artista interesada en todo lo que concierne al Universo, que cree en la esencia de lo cíclico, lo que le permite dedicarse a las varias facetas del Arte (música, composición, diseño, pintura, actuación, artesanía), a través de 36
VIAJES
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Emilio Medina Muñoz plazamiento llano y abierto para disfrutar de aires ARTÍCULO DE JOSÉ HERFER, RECOPILADO DESDE FACEBOOK POR saludables, y lo suficientemente alejado del río para no verse afectado por las clásicas nieblas toleEMILIO MEDINA MUÑOZ danas…
Buenos días desde Toledo. Hospital de Tavera. Un lugar emblemático y en el que mucha gente ha ido a ese colegio, incluso bodas se han celebrado, ya que por ejemplo mis padres se casaron allí, y ya ha llovido… Concretamente hoy hace 59 años que se casaron. A Tavera, o mejor dicho al Hospital de Tavera también se le conoce como Hospital de Afuera por su situación (los toledanos no nos quebramos la cabeza a la hora de poner nombres, jajaja). Hace ya bastante tiempo os conté misterios de Tavera, pero hoy mejor una parrafada de historia…
Se comenzó a construir en 1541 a las ordenes de Alonso de Covarrubias, para a mediados del siglo XVI le cediera el mando a su aparejador Hernán González de Lara, quien llevó las obras hasta su muerte. Le sucedió entonces Nicolás de Vergara el Mozo, dejando su particular trabajo en la iglesia del hospital. La iglesia del hospital se inauguró en 1624, presidida por el impresionante sepulcro del fundador, esculpido por Alonso de Berruguete entre 1554 y 1561, bajo la cúpula. Representa el cuerpo yacente del cardenal Tavera en su lecho
En la actualidad el edificio alberga un colegio de educación primaria, así como el Archivo de la Nobleza, siendo el edificio de propiedad particular de la familia de Medinacelli. Es una magnifica visita ya que entre otras cosas es el edificio renacentista más importante de Toledo. Su fundador, el cardenal Juan Pardo de Tavera (de donde tomó el nombre), con la construcción de este hospital intentaba dos objetivos: El primero solucionar la situación sanitaria de la ciudad creando un centro para acoger enfermos, ya que el resto de construcciones que había por entonces se dedicaban casi en su totalidad a labores de asilo. Y su segundo objetivo era construirse un lugar donde poder ser enterrado a su muerte. Se instaló allí, en las afuera del Toledo de la época, motivado por las ordenanzas de la época que prohibían construir hospitales y conventos dentro del recinto amurallado. También se buscó un em-
mortuorio y ataviado con sus vestimentas pontificales. Bajo este sepulcro se encuentra la famosa cripta circular, obra de Hernán González de Lara, con una curiosa reverberación de sonido que produce un extraño efecto para un lugar concebido para el eterno descanso. Al estar el hospital bajo la advocación de “San Juan Bautista”, es normal que las obras artísticas en torno a la vida del santo sean las que predominen en la iglesia. El retablo fue proyectado por El 37
De “Muestrario de Palabras”- Marzo-Abril 2019- Año VI- Nº 09 Greco, aunque fue su hijo Jorge Manuel quien lo realizó. No es aquí el único lugar donde está presente el Greco, ya que en el museo que hoy en día funciona se pueden admirar varias e importantes obras del pintor. Especial mención para el cuadro del fundador, hecho por el Greco a título póstumo. Para este retrato el Greco utilizó como modelo la máscara mortuoria realizada por Alonso de Berruguete.
néfica en recuerdo de su esposo Fernando Fernández de Córdoba, XIV Duque de Lerma, y exponer el legado de obras de arte que este había heredado, en 1886, de sus padres, los duques de Medinaceli.
Fue también bastante importante y renombrada la farmacia del hospital, con envases de cerámica de la zona, en la que se guardaban fórmulas magistrales, ungüentos y los más extraños brebajes y que actualmente se puede visitar, y llama la atención, os lo aseguro.
En este edificio también se han rodado muchas películas y series, desde Viridiana o Tristana de Buñuel hasta Águila Roja. Creo que me he enrollado demasiado hoy… mil disculpas. Feliz día.
Como he dicho antes muchos toledanos han ido aquí al colegio, y todo comenzó porque en 1887 llegaron al hospital las Hijas de la Caridad para hacerse cargo del cuidado de los enfermos, la asisEn el interior del hospital destacan dos patios getencia a la sacristía de la iglesia de San Juan Baumelos, con no demasiada ornamentación, pero sí tista y la enseñanza de los niños pobres. Así naciede gran belleza, con dos alturas, y cuya separación ron las escuelas de San Juan Bautista, institución genera un espacio que abre camino entre la porta- docente que sigue existiendo en el mismo edificio da principal y la entrada al templo. donde se fundó, en el siglo XIX.
Se comenta que hasta 1599 se habían gastado en la realización de tal Hospital medio millón de ducados, cuando todavía quedaba gran parte de la Iglesia por construir…
José Herfer.
Como ya he puesto se inauguró en 1624, y tras varias reformas, sobre 1760 se trazó la portada así como el alzado final de la fachada. La desamortización de Mendizábal supuso un gran deterioro para la economía del hospital pero apoyado económicamente por los Duques de Medinaceli siguió con su labor. Durante la guerra civil (y que nadie se moleste por favor) Tavera fue tomado por tropas republicanas causando graves destrozos en obras de arte, luego las tropas franquistas tomaron Tavera y también cometieron desmanes como la rotura de la nariz de la estatua del Cardenal Tavera… Al terminar la guerra civil fue utilizado provisionalmente para alojamiento de tropas, Tavera fue restaurado por su propietaria, María Luisa de Bahía y Chacón, Duquesa de Lerma, con la aprobación y el concurso de su sobrino el Duque de Medinaceli. Era deseo de la duquesa crear una Fundación Be38
De “Muestrario de Palabras”- Marzo-Abril 2019- Año VI- Nº 09
CUANDO ESCRIBIR NO ES UNA CUESTIÓN DE EDAD Por Liliana Varela CUANDO ESCRIBIR NO ES UNA CUESTIÓN DE EDAD
Si alguien nos preguntase a qué edad se debe comenzar a escribir, seguramente responderíamos que la mejor edad es la adolescente o en su defecto la etapa de adultez temprana. Nadie se pone a pensar en la edad adecuada para incursionar en las letras pero tengan por seguro que si alguien de más de 50 años nos dijese que empezó a escribir lo miraríamos de forma ambigua como preguntándonos por qué a esta edad y qué se pretende en este momento de la vida con esa actividad. Vivimos en una sociedad que prejuzga las actividades artísticas en general y que las observa siempre con el parámetro de la edad que se tiene. Si bien es cierto que los escritores comienzan a escribir a temprana edad y editan jóvenes, también es verdad que no existe una regla que determine la edad justa para arrojarse a escribir. Y sino, analicemos estos ejemplos:
Laura Ingalls Wilder La autora de ‘La casa de la pradera’ comenzó a escribir ya bien pasados los 50 años, cuando su hija (también escritora) la animó a dejar por escrito sus vivencias de infancia y juventud como pionera, que incluían difteria, la muerte de un hijo, la ruina económica o el incendio de su casa. Comenzó publicando esos textos en un periódico, ya bien entrada en la cincuentena, y con 64 años publicó su primer libro: ‘La casa de la pradera’.
Marqués de Sade Aristócrata, ateo, libertino y revolucionario, pasó 27 años de su vida en cárceles y manicomios varios. De hecho, comenzó a escribir con 40 años, mientras estaba encarcelado en La Bastilla. La primera obra que publicó fue ‘Justine’, ya con 51 años. Por supuesto, se prohibió, pero eso no impidió que circulase de mano en mano durante todo el siglo XIX (al igual que muchas otras de las perversas novelas del autor).
Daniel Defoe Hasta los 59 años, Defoe estuvo muy ocupado para ponerse a escribir ficción. Fue comerciante (aunque casi siempre endeudado), tuvo 8 hijos, estuvo en la cárcel tanto por motivos económicos como políticos, viajó por toda Europa, fue recaudador de impuestos y tuvo una agitada y activa vida política. A los 59, escribiría y publicaría su primera novela ‘Robinson Crusoe’. Hoy es considerado como uno de los padres de la novela inglesa.
Charles Perrault-Perrault Nació en una familia burguesa acomodada, lo que le permitió estudiar derecho y llevar una vida dedicada al estudio y a ser secretario y bibliotecario de la Academia Francesa. No sería hasta los 55 años cuando escribió ‘Cuentos de mamá ganso’ lo que supondría el inicio de un nuevo género literario: los cuentos de hadas, y también de su fama como escritor. 39
De “Muestrario de Palabras”- Marzo-Abril 2019- Año VI- Nº 09 periodista y dramaturgo portugués. En 1998 se le otorgó el Premio Nobel de Literatura. La Academia Alberto Méndez Sueca destacó su capacidad para «volver comprensible una realidad huidiza, con parábolas sostenidas por la imaginación, la compasión y la iroEl autor de ‘Los girasoles ciegos’ estuvo relaciona- nía». do con la literatura durante toda su carrera profe- Pero no olvidemos que comenzó a publicar a los sional, ya que trabajó en diversas editoriales, pero 63 años. no sería hasta sus últimos años de vida cuando escribió los cuatro relatos ambientados en la Guerra Civil que componen su única obra. Tenía 63 años cuando se publicó. Como vemos muchísimos escritores famosos se sumergieron a edad adulta en las hondas aguas de la literatura. Isak Dinesen Hoy día, si bien todos no podemos ser famosos, sí podemos “exorcizar” nuestro deseo de comunicarnos (o no) mediante la escritura. HaLa autora de ‘Memorias de África’ (cuyo verdadero brá quiénes lo consideren como una terapia, nombre era Karen Blixen) pasó la mayor parte de otros como un trabajo, algunos como diversión su vida en ese continente, regentando una planta- y otros tantos como lo que los hace pertenecer ción de café. La caída de los precios le obligó a a una élite de talentos únicos. venderla y volver a su país Dinamarca, cuando Como sea, la escritura nos llama y nos convocontaba con 46 años. Es entonces cuando comien- ca. za su carrera literaria bajo diversos seudónimos, y ¿Edad? No hay requisito… publica una colección de cuentos con 50 años, po- Avancemos entonces. co antes de sacar su obra más famosa. José Saramago- fue un escritor, novelista, poeta,
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PUEBLO CHICO, INFIERNO GRANDE Malcolm Peñaranda Yáñez Mujer en puntos suspensivos Serie: PUEBLO CHICO, INFIERNO GRANDE Infierno inspirador: Poconchile Provincia, Estado, Región o Departamento: Arica (Chile) Bajaba yo ese día del altiplano chileno y luego de un terrible soroche y el brusco ascenso al que lo someten a uno las agencias turísticas de Arica, me encontré con un pueblito salido de la nada que me negaba a creer que existía: Poconchile. Me dijeron que el nombre significaba un Chile pequeñito y en realidad, lo era. Tuve que frotarme los ojos para comprobar que no estaba soñando. Era real. En mitad de la nada, enclavado en la sierra, a mitad de camino entre el mar y el punto más alto del norte de Chile, yacía un pueblito de calles polvorientas y casas como de pesebre navideño. Las banderas chilenas pululaban por todas partes y cada lugareño que nos saludaba recalcaba que el pueblo quedaba en Chile, no en Bolivia. Se lo traducía a unos franceses que iban conmigo en el bus y ellos, atónitos, me preguntaban por qué consideraban necesaria la aclaración. “¡Tendrán algún conflicto con los bolivianos!”, atiné a responder sin saber la razón exacta. Horas más tarde descubrí que había respondido correctamente. Todavía se peleaban porque Bolivia había perdido la salida al mar y aunque por allí cruzaban una carretera y una carrilera que comunicaba los dos países, los lugareños poco se comunicaban con los del otro lado de la frontera, pese a hablar los mismos idiomas. Encontré un indígena muy alto que más parecía de la tribu cherokee que de una tribu chilena. Hablaba español machacado, pero se hacía entender. Me ofreció un montón de planes turísticos y recorridos y pese a que le decía que sólo estaba allí de paso, insistía cual testigo de Jehová. Opté por invitarle una cerveza para callarlo. Pero me salió el tiro por la culata. Hablaba más cuando estaba hidratado. Busqué visualmente entre el bar alguno de los turistas que viajaban conmigo. No
había ninguno. En mi recorrido visual de pronto me percaté de la presencia de una mujer que bebía algo que no logré identificar. Me le acerqué y le pregunté si hablaba español. Me respondió ofendida: “¡Claro que hablo español! ¡Soy chilena, pó!” Le pedí disculpas argumentando que era mi primera vez en la región y que me habían dicho que allí hablaban lenguas indígenas. Se me quedó mirando como dudando si me seguía hablando, me tiraba en la cara lo que estaba bebiendo o salía corriendo del lugar. El nombre que había entrado conmigo se marchó buscando otro turista que sí le comprara algo. Luego apareció otra mujer que la acompañaba y que volvía del baño. Era le gritó algo al mesero que yo no pude entender porque era mi segunda visita a Chile y mi conocimiento de chileñol era mínimo. Le trajeron a la otra mujer una bebida similar a la de ella y ambas tomaron unos cuantos sorbos, ignorándome por completo. “Mi nombre es Malcolm”, les dije a ambas mientras les extendía la mano. Ambas se miraban y me miraban y yo no sabía si iban a agarrar mi mano para saludarme o para morderme. No lo hicieron para saludarme. Tan solo hicieron un gesto afable con sus cabezas. “Mucho gusto. María. Y esta es mi prima Inara.”, respondió finalmente y yo no pude evitar el elogiar el nombre de su prima. Nunca lo había escuchado y me sonaba fascinante. La muchacha se sonrojó un poco y yo trataba de mostrarme lo más amistoso posible. Les invité a ordenar otra ronda de lo que estaban tomando y me respondieron con un rotundo no, casi en coro. “No aceptamos nada de extraños. ¿Nos riegan fama de facilonas si lo hacemos, cacháis?”, me dijo Inara medio indignada. Luego empezó a hablarme de la belleza de la región, como para suavizar la cosa. Ninguna de las dos mujeres era bella, pero tenían esa belleza interior que dan las palabras frescas, las opiniones sin filtros, la sonrisa socarrona de las lugareñas cuando entablan conversaciones con los turistas despistados. 41
De “Muestrario de Palabras”- Marzo-Abril 2019- Año VI- Nº 09 María habló muy poco, no sé si por timidez o porque Inara hablaba tanto que la opacó por completo. Y la teoría del bar se aplicaba por completo a esta mujer que se me antojaba en una vida que quizás no era la suya, en un rol que ella ya no quería seguir atrapada, en un patriarcado cruel que la arrinconaba en medio de una realidad que no era su realidad. Se desahogó conmigo aprovechando que en el bar ya éramos los únicos clientes. Quizás porque a esa hora de la tarde los hombres trabajaban y no iban al bar. Poconchile parecía un pueblo congelado en el tiempo. Como si más de 400 años no hubieran pasado, como si el paso de los siglos no lo hubiera afectado. Los roles estaban ancestralmente determinados y eran inmodificables. Los hombres jornaleaban y las mujeres los esperaban pacientemente en la casa haciendo oficios domésticos y listas para cumplir con sus deberes de “buenas” mujeres, hacendosas y prediseñadas en las mentes machistas de sus maridos, de sus padres y de sus hermanos. Inara me contó que no las dejaban salir solas a la calle. Siempre tenían que estar acompañadas de un familiar. Tampoco podían escoger sus ropas. Siempre debían llevar vestidos largos de tonos oscuros y aburridos. Mucho menos podían consumir licor o asistir a fiestas si no las acompañaba un hombre. Sus historias me recordaron a las mujeres musulmanas que conocí en los países árabes. La diferencia era que estas dos mujeres no eran musulmanas y tampoco pertenecían a las tribus de aymaras o mapuches que poblaban lugares cercanos. Eran mujeres mestizas que vivían en un país democrático, pero atrapadas en un pueblo olvidado donde los hombres monopolizaban sus vidas. También me contó que solamente se entretenían escuchando radio, viendo la televisión chilena o hablando con los pocos turistas hispanohablantes que llegaban al pueblo a tomarles fotos para luego mostrarlas como criaturas insólitas. No sabía qué era internet ni televisión por cable. Tampoco había salido nunca de la región y menos cruzado la frontera. Hacerlo les significaba ser juzgadas como traidoras porque a los bolivianos los veían como enemigos, no como vecinos. Escasamente conocía Arica porque allí la había llevado su hermano mayor una vez por encargo de su padre. Sentí rabia e indignación por semejante esclavitud solapada. Tanta que se me pasó el soroche y el tiempo que nos habían dado para conocer el pue-
blo. Cuando instintivamente miré mi reloj, me percaté que solamente me quedaban quince minutos y no había conocido nada ni me había tomado más de dos fotos. Yo que le tomo fotos a todo lo que se mueve y a lo que no se mueve. Insistí en invitarles a tomar algo, pero ellas volvieron a rehusarse. Y tampoco entró nadie más en el bar donde dormían los sueños y las ilusiones se esfumaban como los turistas. Y es que los demás turistas eran europeos que no hablaban español y que trataban de retratar el tercer mundo con sus lentes de largo alcance y sus mentes de corto entendimiento. Parecían querer contarle al mundo que habían estado en un lugar inhóspito en el que habían logrado sobrevivir como héroes que no lucharon ninguna batalla pero ganaron su medalla. Inara cambiaba su tono de voz y su ritmo narrativo sonaba angustioso, como queriendo decirme ¡Sacame de aquí!, como queriendo arañar corazones pasajeros que por allí rotaban entre sístole y diástole, entre traeme y llevame. No había nada que yo pudiera hacer más que escucharla. No podía yo llevármela a ninguna parte. Tampoco podía luchar contra esos hombres que la oprimían y la reprimían. Se despidieron de mí de mano voleada, agitándola como quien despide a alguien que se va en un tren que nunca va a volver. Quizás porque no se les permitía el contacto físico con ningún hombre forastero o porque era la forma que encontraban de decirle adiós al salmón que se les escapa en el río. A medida que marchaba de vuelta al bus que me llevaría sierra abajo a Arica, volteé un par de veces para grabarlas en mi mente con un simple parpadeo. María se concentraba en un punto perdido en aquel bar medio fantasmal. Inara me miraba marcharme con sus cabellos al viento y su sonrisa auténtica. Mujer atrapada en su género, en sus sueños irrealizables quizá. Mujer en puntos suspensivos, esperando un continuará que no continuaba.
Malcolm Peñaranda Yáñez
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Llegamos al primer número de 2019. GRACIAS por permitirnos contar con ustedes, por dejarnos entrar en vuestros hogares y difundir sus trabajos; por sobre todo, leernos. Palabras al Sol nació en el imaginario de un grupo de amigos de una lista de yahoo de literatura; hoy día la tecnología y el progresó superó ampliamente el alcance que poseían estos formatos digitales. Después de varios años pensamos en retomar el trabajo, porque más que trabajo, es un placer. Quedaron artífices en el camino de la vida: Carlos Adalberto Fernández, Jorge Luis Estrella, Raquel Teppich. Pero seguimos y pensamos hacerlo durante mucho tiempo o hasta que ustedes dejen de leernos. Agradezco a la comisión de la revista 2017: Ana Lucía Montoya Rendón (Colombia), Blanca Barojiana (España), Emilio Medina Muñoz (España), Elisabet Cincotta (Argentina) y Liliana Varela (Argentina) Y sigamos editando!
Nos vemos en mayo de 2019! Liliana Varela
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