Andr茅s Felipe Saab Valero Gabriela Torregrosa Comunicaci贸n 3
Sobre distintas mesas había una multitud de máquinas de fabricar píldoras, y algunas estaban funcionando, aunque al ralentí. Saliendo de tubos de vidrio azul, las píldoras eran recogidas por unas manos de cera que las ponían en cucuruchos de papel. Colin se levantó para ver más de cerca la máquina más próxima y levantó el cárter herrumbroso que la protegía. En el interior, había un animal mixto, mitad carne, mitad metal, que se mataba a tragar la materia básica y a expulsada en forma de bolitas, todas iguales. -¡Ven a ver, Chick! -dijo Colin. -¿Qué pasa? -preguntó Chick. -¡Es muy curioso!... -dijo Colin. Chick miró. El bicho tenía una mandíbula alargada que se desplazaba por medio de rápidos movimientos laterales. Bajo la transparente piel, se podían distinguir costillas tubulares de acero ligero, y un conducto digestivo que se movía perezosamente. -Es un conejo modificado -dijo Chick. -¿Tú crees? -Eso se hace normalmente -dijo Chick-. Se conserva la función quese desea. En este caso, se han conservado los movimientos del tubo digestivo, prescindiendo de la parte química de la digestión. Es mucho más sencillo que fabricar las píldoras con un aparato corriente. - ¿Qué es lo que come eso? -preguntó Colin. -Zanahorias cromadas. Las hacíamos en la fábrica en que yo trabajaba al salir del tajo. Después, se les dan los elementos constitutivos de las píldoras. -Está muy bien pensado -dijo Colin-, y además hace unas píldoras muy bonitas.
Orificio entrante
Transportadores de alimentos