Crítica inmanente de la sociedad

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CRÍTICA INMANENTE DE LA SOCIEDAD


PENSAMIENTO CRÍTICO / PENSAMIENTO UTÓPICO

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José Manuel Romero José A. Zamora (Eds.)

CRÍTICA INMANENTE DE LA SOCIEDAD Gabriel Cabello Germán Cano Benno Herzog Jordi Magnet Colomer José Luis Moreno Pestaña Clara Navarro Ruiz José Manuel Romero Michele Salonia Julio Seoane Pinilla Titus Stahl José A. Zamora


CRÍTICA inmanente de la sociedad / José Manuel Romero y José A. Zamora, editores. — Barcelona : Anthropos Editorial, 2020 285 p. ; 21 cm. (Pensamiento Crítico / Pensamiento Utópico ; 236) Bibliografías ISBN 978-84-17556-30-3 1. Filosofía social y política 2. Ética y filosofía moral 3. Teoría social 4. Teoría del arte I. Romero, José Manuel, ed. II. Zamora, José A., ed. III. Colección

Primera edición: 2020 © José Manuel Romero Cuevas, José Antonio Zamora Zaragoza y otros, 2020 © Anthropos Editorial. Nariño, S.L., 2020 Edita: Anthropos Editorial. Barcelona www.anthropos-editorial.com ISBN: 978-84-17556-30-3 Depósito legal: B. 658-2020 Diseño, realización y coordinación: Anthropos Editorial (Nariño, S.L.), Barcelona. Tel.: (+34) 936 972 296 Impresión: Lavel Industria Gráfica, S.A., Madrid Impreso en España - Printed in Spain Todos los derechos reservados. Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra (www.conlicencia.com; 917021970/932720447).


PRESENTACIÓN

El presente volumen es fruto del interés renovado sobre las virtualidades teóricas y políticas de la crítica inmanente que se está experimentando en la filosofía social en nuestros días. Incluye las conferencias presentadas en el Encuentro Internacional sobre Crítica inmanente de la sociedad organizado por la Sociedad de Estudios de Teoría Crítica (SETC) y el proyecto de investigación FFI201347230-P sobre crítica inmanente y celebrado en mayo de 2018 en el Centro de Ciencias Humanas y Sociales del CSIC en Madrid. El conjunto de contribuciones recoge diferentes formas de plantear el significado, el alcance y las dificultades de la crítica en general y especialmente de la crítica inmanente. También son diversos los referentes que motivan la discusión en cada una de ellas. En el primero de los capítulos de este volumen Titus Stahl se confronta con una importante cuestión: ¿la crítica inmanente tiene que remitirse y apoyarse necesariamente en principios morales universales o puede encontrar sustento en experiencias morales particulares? En el marco de su afrontamiento de esta cuestión, Stahl propone una original idea de crítica inmanente negativista que seguro generará una fructífera discusión. Michele Salonia desarrolla el concepto central de la reciente investigación social de A. Honneth, planteada explícitamente en términos de análisis inmanente de la sociedad moderna: el concepto de libertad social. Salonia afronta este concepto considerando sus implicaciones emancipadoras en el plano socio-político. Este trabajo pone las bases para los dos capítulos a continuación, redactados por José Luis Moreno y José Manuel Romero, que efectúan sendas aportaciones al debate sobre el significado y alcance de la concepción del socialismo formulada en la reciente obra de Honneth La idea del socialismo. A continuación, Jordi Magnet realiza un contraste entre los modos en que en H. Marcuse y A. Honneth se produce un tránsi5


to de una forma de crítica antropológica (como la que se encuentra en el primer Marx) a un modo de crítica inmanente. Benno Herzog, desde una perspectiva vinculada a las ciencias sociales, trata el problema de cómo la invisibilización social del sufrimiento puede socavar las fuentes de la crítica social en general y de la crítica inmanente en particular. Clara Navarro, por su parte, realiza un esbozo, teóricamente bien fundado, de crítica inmanente del capitalismo poscolonial que se pretende radical. En su aportación, José Antonio Zamora aborda dos conceptos clave para la crítica inmanente desde K. Marx a la Teoría Crítica: fetichismo de la mercancía y materialidad espectral. Ambos marcan de modo singular las dificultades a las que se enfrenta la crítica inmanente en las formaciones sociales capitalistas. Si para llevarla a cabo G. Lukács se centró en explorar las posibilidades de una conciencia crítica a partir de una cosificación universal, W. Benjamin abordó el fenómeno de la empatización con la mercancía a partir de la materialidad espectral que ésta produce y estableció un nuevo marco en el que debe situarse la crítica inmanente. Los tres últimos capítulos afrontan cuestiones relevantes para comprender los retos a los que se enfrenta la labor crítica en nuestro contexto actual: Gabriel Cabello realiza una sugerente aportación, en diálogo con A. Warburg y W. Benjamin, sobre la tarea de la crítica de arte hoy, Germán Cano aborda la cuestión del lugar de la crítica social en el marco de las luchas actuales por la hegemonía cultural y política y Julio Seoane recupera la idea de J. Dewey de una forma de vida democrática como modelo de democracia crítica para nuestros días. De este modo, el presente volumen ofrece una panorámica de debates que se están realizando actualmente en ámbitos que abarcan desde la filosofía social a la filosofía política, pasando por las ciencias sociales y la crítica de arte. En este sentido, puede servir de mapa al lector de cara a orientarse respecto a los intentos actuales de articular un cuestionamiento teóricamente sustentado de la negatividad, de las contradicciones, de nuestra formación social, para lo cual puede constituir una productiva herramienta, tal es la convicción que anima al presente volumen, el procedimiento de la crítica inmanente. JOSÉ ANTONIO ZAMORA - Instituto de Filosofía (CSIC) JOSÉ MANUEL ROMERO - Universidad de Alcalá

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INTRODUCCIÓN MODOS DE CRÍTICA SOCIAL: EXTERNA, INTERNA E INMANENTE José Manuel Romero Universidad de Alcalá

En los últimos lustros asistimos a un retorno del interés teórico y político en las virtualidades del concepto de crítica inmanente en el ámbito de la filosofía social y política. Pues el rechazo del procedimiento de la crítica inmanente por parte de J. Habermas, atribuyéndole una inextricable vinculación con una obsoleta filosofía de la historia de reminiscencias hegelianas (Habermas, 1989: 414-415), había relegado tal noción a un lugar más bien secundario en las investigaciones filosóficas sobre las bases y modo de proceder de la crítica social en los años ochenta y noventa.1 Es mérito de A. Honneth haber recuperado explícitamente el enfoque de la crítica inmanente para sus recientes investigaciones2 y haber incentivado entre sus investigadores en formación en la Universidad de Fráncfort trabajos sobre esta forma de crítica.3 Estas investigaciones han realizado importantes aportaciones a la discusión de una cuestión, la de la posibilidad y viabilidad de una forma de crítica que aspira a ser más efectiva en cuanto que pretende ser capaz de cuestionar la realidad social desde dentro, que la problemática deriva social y política de nuestra época vuelve más acuciante. Para clarificar el significado del concepto de crítica inmanente resulta útil distinguirlo del modo de proceder de otras for1. De hecho, las reivindicaciones más señaladas del procedimiento de crítica inmanente durante los años ochenta fueron realizadas desde parámetros teóricos completamente distanciados de Habermas, a saber, en el marco del pragmatismo y del comunitarismo. Ver, sobre todo, Walzer, 1993. La mejor exposición en estos años del proceder de la crítica inmanente desde Hegel a Adorno forma parte, en realidad, de una defensa del planteamiento de Habermas. Ver Benhabib, 1986. 2. Ver, paradigmáticamente, Honneth, 2014. 3. Ver, sobre todo, Stahl, 2013 y Jaeggi, 2014.

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mas de crítica como son la externa e interna.4 Una crítica externa sería aquella que cuestiona una práctica o institución social en virtud de parámetros normativos diferentes, contrapuestos, a los que coordinan y regulan de hecho dicha práctica o institución. Por ejemplo, un modo de crítica externa consistiría en cuestionar la coordinación de las acciones económicas dentro del mercado capitalista únicamente mediante la competencia y la orientación por el interés en el beneficio económico privado (al que se someten todas las demás variables) en virtud de los principios, considerados normativos, de la solidaridad, la fraternidad o del bien común (principios que pueden ser sustentados en términos morales o religiosos, ello no es relevante para la presente cuestión). O sea, la crítica externa contrapone a una práctica o institución social principios normativos desvinculados de la misma, ajenos y extraños a sus dinámicas propias y a las fuentes motivacionales de la acción dentro de su marco. En nuestro ejemplo, la crítica consideraría que las relaciones económicas dentro del mercado capitalista son, por definición, no solidarias, no fraternales, contrarias al bien común y sostendría que el ámbito económico debería estar regulado precisamente por dichos principios. Esta forma de crítica, a todas luces legítima, en tanto sepa argumentar por qué los principios en virtud de los cuales critica determinadas prácticas o instituciones sociales tienen más validez o son más justos o racionales que los que estructuran de hecho tales prácticas o instituciones, se enfrenta a un serio problema. Puede caer en una confrontación con lo existente que, en términos hegelianos, podríamos calificar de abstracta, si se muestra incapaz de referir las mediaciones prácticas, políticas, entre el marco de acción social cuestionado y la instauración de un marco transformado que lograría realizar los parámetros normativos asumidos como válidos. El riesgo de la crítica externa es caer en un posicionamiento impotente o utópico, puesto que postula como válido un ordenamiento normativo de las relaciones sociales respecto al cual es incapaz de determinar en la realidad existente las condiciones materiales, sociales y políticas de su realización.5 4. Para realizar esta distinción me baso en lo sostenido por toda una serie de autores: Walzer, 1993; Honneth, 2009: 53-63; Stahl, 2013: 19-51 y Jaeggi, 2014: 261-309. Ver sobre esto también Romero, 2016: 221-236 y Nicolás, 2013. 5. Creo que la crítica de Engels al socialismo utópico puede ser entendida en estos términos. Ver Engels, 1977.

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La crítica interna sería aquella que se apoya en los valores, ideales y principios normativos asumidos generalmente en una sociedad como válidos e institucionalizados en la misma. Es una crítica de aquellas situaciones, prácticas o instituciones que incumplen valores e ideales consagrados socialmente como normativos. Lo que reclama es la adecuada realización de dichos valores e ideales, para lo cual la crítica interna plantea que son necesarias determinadas reformas sociales y políticas. Es decir, tal crítica presupone que los valores e ideales legitimadores de una sociedad pueden ser realizados adecuadamente a través de una serie de reformas dentro del marco institucional de la sociedad. Un caso ejemplar de crítica interna sería la denuncia, a partir del principio de igualdad jurídica, de la negación del derecho de matrimonio a parejas del mismo sexo. La reforma legal necesaria para la eliminación de tal situación considerada injusta no supone ningún cambio del marco institucional ni de las relaciones sociales que definen a las sociedades democráticas modernas. El límite de una crítica interna de este tipo, crítica que, de hecho, resulta fácilmente legitimable y, con frecuencia, alcanza sus objetivos, es que no puede poner en cuestión elementos del marco social, económico y político, sino sólo situaciones que resultan incoherentes con los parámetros normativos que definen dicho marco. O sea, se trata de una crítica explícitamente reformista, lo cual indica sus virtualidades y elevada efectividad, pero también sus posibles limitaciones.6 Un caso más complejo de este tipo de crítica lo representaría la crítica que, por ejemplo, remitiéndose al artículo 47 de la Constitución española que proclama «el derecho a disfrutar una vivienda digna y adecuada» (Linde [ed.], 2015: 51), cuestiona la situación actual de indefensión de grandes grupos de población de cara a acceder a una vivienda adecuada a sus necesidades y exige la aplicación de medidas gubernamentales que hagan accesibles viviendas en régimen de alquiler o en propiedad para todos los sujetos (facilitando la concesión de préstamos, mediante medidas fiscales favorables...), pero sin modificar el hecho de que la coordinación de la compraventa y el alquiler de viviendas se efectúe únicamente según la oferta y la demanda. El riesgo al que puede sucumbir la crítica interna en un caso como éste es 6. Tal como se puede comprobar a partir de los planteamientos de Walzer, 1993 y Honneth, 2014.

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que se proponga algo constatable como imposible, a saber, la realización de un principio institucionalmente consagrado como válido por las normas fundamentales de la sociedad, en este caso, la Constitución, dentro de las relaciones sociales definidoras de la formación social. Es decir, la crítica interna puede llegar a exigir la realización de valores institucionalizados cuyo cumplimiento resulta imposibilitado por las relaciones sociales que definen al propio marco social. De esta forma, el problema al que se confronta la crítica interna es que los parámetros normativos a los que se remite, como socialmente vinculantes, formen parte más bien de la ideología que legitima el estado de cosas de dicha sociedad, ostentando una promesa normativa que las relaciones sociales legitimadas a través de tales parámetros impiden realizar. Estaríamos ante una ideología, en tanto que las relaciones socio-económicas quedan legitimadas a partir de una promesa institucionalizada que dichas relaciones impiden cumplir. La crítica interna se ve así abocada a confrontarse con una cuestión, la de la ideología, que no es capaz de tratar adecuadamente al haber asumido ya siempre el carácter normativo, válido, de los valores e ideales socialmente aceptados en la sociedad. Con este enfoque, efectivamente, se imposibilita afrontar tales valores e ideales como parte de la ideología que legitima el marco sociopolítico vigente. La crítica inmanente, con el significado que vamos a exponer a continuación,7 es explicitable en la obra de G.W.F. Hegel,8 K. Marx,9 M. Horkheimer,10 H. Marcuse,11 Th.W. Adorno,12 y en la reciente producción teórica de A. Honneth (2015 y 2017), 7. También podría reconstruirse a partir de F. Schlegel, tal como hizo Benjamin, una línea de teorización de la crítica inmanente como procedimiento propio de la crítica de arte (ver Benjamin, 2006: 77-80. Puede verse al respecto Caner-Liese, 2018: 124-128 y Voirol, 2014). 8. Cf. Hegel, 2010: 150 ss. Ver además Alegría, 2014. 9. Cf. Marx, 1970. Sobre esto ver Martínez Marzoa, 2018: 247-259 y Renault, 1995: 31-40. 10. Ver Horkheimer, 1999: 139-141. Durante los años treinta del siglo XX Horkheimer habría realizado una crítica inmanente de la sociedad que explicitaría «la dialéctica de la sociedad burguesa». Ver Abromeit, 2011: 4-10 y 330. 11. Ver Marcuse, 1984: 19-26. Ver sobre esto Kellner, 1984: 118-119. 12. Ver Adorno, 1977, II: 236-237. Según Tiedemann, el concepto de crítica inmanente es «un concepto central de la filosofía de Adorno, en cierto sentido» es «su centro metodológico» (Adorno, 2008: 348). Ver además Zamora, 2014, 2011 y 2004: 211-215.

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R. Jaeggi (2009 y 2014) y T. Stahl (2013).13 La crítica inmanente puede modularse de varios modos, que resultan complementarios:14 en primer lugar, como crítica que confronta la realidad social con los principios normativos con los que se legitima a sí misma la sociedad. Toma tales principios no como aproblemáticamente válidos, sino como principios que cumplen una función de legitimación de un marco social que consagra como justificadas toda una serie de relaciones sociales y de situaciones injustas pero que incluyen, al mismo tiempo, una promesa normativa genuina. Conceptos políticos fundamentales legitimadores de la sociedad moderna como libertad, democracia, igualdad... son asumidos como conteniendo una promesa normativa que la estructura social por ellos legitimada impide realizar. Este contenido de verdad de los conceptos políticos fundamentales estaría constituido por un sedimento semántico depositado en ellos en el marco de las luchas sociales y políticas pasadas que, en el proceso de constitución de la sociedad moderna, aspiraron a la instauración de un orden de cosas justo e igualitario. Tal sedimento semántico resuena todavía y cabe ser rememorado en tales conceptos para aquellas tradiciones políticas que perviven en la actualidad (republicana, socialista, feminista, libertaria...) interesadas en la instauración de un orden tal de cosas. En este sentido, la crítica inmanente adopta la forma de una crítica de la ideología que, en los principios legitimadores de la sociedad (es decir, en la ideología vigente), encuentra un contenido de verdad al que cabe remitirse de manera justificada para denunciar las relaciones sociales que sabotean su realización.15 En segundo lugar, la crítica inmanente puede proceder como crítica que confronta a la realidad social las posibilidades alumbrables en ella de un ordenamiento de la sociedad mejor, más justo y que constata que la dinámica de reproducción de la formación social impide realizar. La crítica se apoyaría, así, en las posibilidades reales, alumbrables en la formación social a partir de sus condiciones materiales, económicas, técnicas, sociales... Es decir, tales posibilidades no serían fruto de la invención o de la 13. Ver también los materiales compilados en Romero (ed.), 2014. 14. Desarrollo este planteamiento en Romero, 2016: 226-241 y en Romero, 2019. 15. El método de historización de los conceptos políticos propuesto por I. Ellacuría sigue al pie de la letra este procedimiento de crítica inmanente de la ideología. Ver Tamayo y Romero, 2019.

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fantasía social. Son reales, en cuanto fundadas en las condiciones reales de la sociedad vigente. Ahora bien, son alumbrables con un significado político preciso, a saber, como posibilidades de construir una sociedad más justa, por aquellas perspectivas sociopolíticas interesadas en su realización. Desde otras perspectivas, tales posibilidades aparecerán con un significado distinto: como amenazas al buen funcionamiento del sistema, como riesgo o tendencia a la crisis, que hay que solventar a cualquier precio. En definitiva, este tipo de crítica confronta la realidad con las posibilidades que ella genera de un mundo mejor y que necesariamente debe cercenar y frustrar para poder perpetuarse reproduciendo las relaciones sociales que la constituyen. En este sentido, la crítica inmanente procede como una crítica dialéctica, que expone la contradicción existente en el seno de la formación social entre la facticidad social, definida por una determinada dinámica de reproducción de las relaciones sociales, y las posibilidades reales de dicha formación que trascienden tal dinámica. En ambos casos, la crítica inmanente constata que la promesa normativa contenida en los valores e ideales institucionalizados y las posibilidades de un ordenamiento social más justo alumbrables en la formación social no son realizables dentro del marco socio-político vigente, sino sólo a través de una profunda transformación política y social de dicho marco. La crítica inmanente es por ello una crítica de una determinada realidad en virtud de parámetros de dicha realidad considerados válidos, para cuya realización resulta necesaria una transformación de la figura histórica o de la estructura de tal realidad. Tal crítica expone la contradicción existente entre elementos normativos o válidos de una realidad y la estructura de la misma, contradicción que sólo puede resolverse a partir de una transformación de dicha estructura. La crítica inmanente es así transformadora y puede llegar a tener incluso una pretensión revolucionaria. Una crítica de este tipo puede asumir como válida la promesa institucionalizada de que «la convivencia democrática» se garantice «dentro de la Constitución y de las leyes conforme a un orden económico y social justo» o de que «toda la riqueza del país en sus distintas formas y sea cual fuere su titularidad» esté «subordinada al interés general» (Linde [ed.], 2015: 15 y 84), confrontándola a las relaciones socio-económicas que definen el régimen social vigente e impiden su cumplimiento, pero apelando a la existencia ya dentro del marco de la formación social de las 12


condiciones materiales y socio-económicas que posibilitan su realización. Incluso cabría, con este formato de crítica, una contraposición a los principios que regulan la acción económica dentro del mercado capitalista (principios como rendimiento, competencia, libertad económica) a partir de principios contrapuestos (como solidaridad, fraternidad, bien común) bajo la constatación de que la posibilidad de un ordenamiento del ámbito económico según tales principios resulta alumbrable a partir de las condiciones generadas por la actual formación social. De este modo, la crítica inmanente sortearía tanto el riesgo de caer en un utopismo impotente que acecha a la crítica externa como la tendencia meramente reformista y el peligro de asumir aproblemáticamente como válidos determinados elementos ideológicos de la formación social que amenazan a la crítica interna. Para comprobar cómo esta propuesta de clasificación no pretende agotar los modos posibles de crítica inmanente de la sociedad, puede resultar ilustrativo detenernos en el sofisticado planteamiento de la cuestión por parte de Adorno en su Vorlesung de 1960 Filosofía y sociología. Aquí se sostiene que la teoría de la sociedad procede en dos pasos: en primer lugar, explicita el concepto de racionalidad implícita, inmanente, a la sociedad vigente. En un segundo paso, confronta críticamente la sociedad tal como realmente existe con su concepto de racionalidad propia. Pero, ¿de dónde puede extraer la teoría el concepto de racionalidad inmanente de la sociedad? Precisamente de su ideología. Pues en la sociedad burguesa moderna (y sólo en ella) la «ideología es justificación» (Adorno, 2004: 434), es el esfuerzo de justificar la sociedad en virtud de su «pretensión de racionalidad» (Adorno, 2015: 242). Dado que la sociedad moderna pretende ser racional, cabe explicitar el concepto de racionalidad que sostiene tal pretensión y contrastar esa pretensión con lo que la sociedad efectivamente es. Éste fue precisamente el procedimiento de Marx. Según Adorno, Marx elaboró una teoría crítica del capitalismo del siguiente modo: extrajo de la sociedad burguesa «su propio concepto de racionalidad» tal como está presente en la Economía Política clásica (257). A continuación, «se preguntó hasta qué punto entonces esta sociedad se corresponde a la racionalidad que ella, según su propia teoría o ideología, pretendía como propia» (ibid.). Marx contrapuso, en consecuencia, la sociedad burguesa, en su modo efectivo de existir, a su concepto, en concreto, a su concepto de racionalidad inmanente, tal como ella misma lo 13


había elaborado en su teoría justificadora. El proceder de la teoría crítica de la sociedad es, por tanto, el de la crítica inmanente. De este modo, «el sustrato de la teoría» de la sociedad es «la relación entre la pretensión del todo, racional y teórica, y su realidad» (ibid.). Pero, ¿de qué racionalidad se trata? Se trata, según Adorno, de la racionalidad del intercambio de equivalentes. El intercambio de equivalentes es defendido por la Economía Política como el modo de interacción racional y situado en la base de la formación social burguesa como fuente de su justificación y legitimación. La crítica inmanente toma en serio (226) la pretensión de la sociedad moderna de ser conforme a su concepto de racionalidad para confrontar su existencia efectiva con tal pretensión y, de esta manera, mostrar que la sociedad, de hecho, es el incumplimiento, la frustración, de lo que promete ser. Ahora bien, para Adorno, con el tránsito de la sociedad liberal a la postliberal a finales del siglo XIX, la sociedad burguesa se ha ido desvinculando del concepto de racionalidad del intercambio. El capitalismo tardío, sostiene Adorno en pleno proceso de consolidación del Estado del bienestar, décadas antes de la implementación de políticas orientadas a su desmantelamiento bajo el régimen neoliberal, está inmerso en el tránsito de una sociedad centrada en las relaciones de intercambio mediadas por el mercado hacia una sociedad en la que resulta determinante la intervención estatal sobre la producción y el consumo. Pero si el mercado en el que se hacía efectiva la racionalidad del intercambio ha sido sustituido por un «pseudo-mercado» definido por la intervención del Estado, entonces la racionalidad burguesa (la racionalidad del intercambio) ya no es el concepto de racionalidad rector de la sociedad actual. Y si la dinámica social actual ya no se rige por tal racionalidad, entonces la sociedad vigente no puede ser medida, cuestionada, confrontada, con tal concepto de racionalidad, no puede planteársele a la sociedad actual si cumple o realiza adecuadamente en todas sus esferas su propio concepto de racionalidad, pues tal concepto ha sido abandonado por la sociedad actual como un lastre. Y al no ser posible confrontar a la sociedad vigente con su concepto propio, rector, de racionalidad se imposibilita consecuentemente una teoría de la sociedad como crítica inmanente de la misma.16 16. Este mismo problema es formulado de manera dramática en Marcuse, 1984: 281-286.

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La cuestión que se nos plantea a nosotros, los lectores de Adorno, en la situación actual es la siguiente: ¿Puede sostenerse que la instauración del régimen neoliberal ha vuelto a colocar en el centro de la dinámica social al principio del intercambio mercantil como principio racional, legitimador y justificador del orden económico-social vigente? Sería tal concepción del intercambio como algo racional la que legitimaría la pretensión de imponerlo como principio rector en todas las dimensiones de la vida social. Se podría hablar pues de una racionalidad neoliberal que remite a la validez universal del intercambio mercantil. La pregunta aquí es si este estado de cosas posibilita de nuevo una teoría crítica de la sociedad en términos inmanentes. En virtud de ello: ¿resulta factible en la actualidad una revitalización del enfoque teórico de Marx? ¿Cabe articular nuevamente una teoría crítica del capitalismo en los términos esbozados por Adorno? La teorización de Adorno de la crítica social como crítica inmanente de la sociedad en virtud de su racionalidad propia, explicitable a partir de su ideología, incluye de manera reflexiva un diagnóstico sobre la sociedad de su tiempo y la constatación de que, en las nuevas condiciones socio-políticas de entonces, la crítica inmanente había perdido su lugar. Las transformaciones socio-económicas acaecidas desde el momento en que escribió Adorno hasta nuestros días exigen por ello una reflexión análoga acerca de si las condiciones actuales posibilitan o no un ejercicio crítico inmanente con fuerza de convicción y efectividad social. De manera que una investigación rigurosa sobre las virtualidades de tal procedimiento de crítica social tiene que confrontarse necesariamente con la cuestión de si en el actual estado de cosas, definido por la clara hegemonía del régimen neoliberal, resulta factible una crítica inmanente de la sociedad capaz de efectuar un cuestionamiento de lo existente motivador, incentivador, de formas de práctica política con vocación expresamente transformadora. Referencias bibliográficas ABROMEIT, John (2011), Max Horkheimer and the foundations of the Frankfurt School, Cambridge: Cambridge University Press. ADORNO, Theodor W. (1977), Terminología filosófica, Madrid: Taurus, 2 vols.

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SOBRE LOS AUTORES

GABRIEL CABELLO es profesor de Historia del Arte en la Universidad de Granada. Es autor de las monografías La vida sin nombre. La lógica del espectáculo según David Lynch (2005), Entre Ruinas (con Antonio Dafos, 2008), o Litoral (con Paco Pomet, 2019). Ha coordinado, junto a Daniel Lesmes y Jordi Massó, el volumen colectivo Georges DidiHuberman. Imágenes, historia, pensamiento (Anthropos, 2017), y es autor de diversos artículos dedicados a la teoría y la crítica cultural, como, recientemente, «Del icono a las voces. La perspectiva de la grieta de “Hiroshima mon amour”, de Alain Resnais, a “Fractura”, de Andrés Neuman» (2018), o «Las tres cesuras de Balthus» (2019). GERMÁN CANO es profesor titular de Filosofía en la Universidad de Alcalá. Entre sus publicaciones destacan Del desencanto al populismo. Encrucijadas de una época (2017) (junto a Jorge Alemán), Fuerzas de flaqueza. Nuevas gramáticas políticas: del 15M a Podemos (2015); Freud (2015). Adoquines bajo la playa. Escenografías biopolíticas del 68 (2011); Hacer morir, dejar vivir. Biopolítica y capitalismo (ed.) (2010); Nietzsche y la crítica de la modernidad (2001); Como un ángel frío (2000). Especializado en filosofía contemporánea, los temas y autores sobre los que ha trabajado —A. Gramsci, E. Laclau, W. Benjamin, P. Sloterdijk, de quien ha traducido parte de su obra al castellano, S. ™iÆek o T. Eagleton— le ayudan a centrar su reflexión en la conexión crítica entre filosofía política y nuevas subjetividades. Su trabajo también se ocupa de la problemática biopolítica derivada de las investigaciones genealógicas desarrolladas por autores como F. Nietzsche, de quien ha sido editor y traductor de muchas de sus obras al castellano, o M. Foucault. BENNO HERZOG es profesor titular del Departamento de Sociología y Antropología Social de la Universitat de València. Actualmente es director del grupo de investigación sobre Teoría Crítica (www.uv.es/critica). Ha realizado estancias de investigación en varias instituciones universitarias nacionales y extranjeras, entre las que se encuentra el Instituto de Investigación Social de Fráncfort o el Centre for Applied Linguistic de

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la Universidad de Warwick. Su trabajo se centra en Teoría Crítica y Teoría del Reconocimiento, teorías y análisis del discurso, así como racismo y discriminación. Ha traducido a varios autores de la Escuela de Fráncfort y es autor de más de setenta textos científicos. Sus últimos libros son Discourse analysis as Social Critique. Discursive and NonDiscursive Realities in Critical Social Research (2016) e Invisibilization of Suffering. The moral grammar of disrespect (2019). JORDI MAGNET COLOMER es licenciado en Sociología y doctor en Filosofía por la Universidad de Barcelona (UB). Miembro del comité editorial de Oxímora. Revista Internacional de Ética y Política y de la Sociedad de Estudios de Teoría Crítica (SETC). Ha sido profesor visitante en la Universidad de El Salvador (UES). Actualmente es profesor-colaborador en el Grado de Ciencias Sociales de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC). Últimas publicaciones: «¿Mundo fenoménico de la Sorge o mundo de la praxis humana? La crítica de Karel Kosík a la analítica existencial de Martin Heidegger», Daimon: Revista Internacional de Filosofía, nº 76, 2019 y «Dialéctica, temporalidad e historicidad en los escritos tempranos de H. Marcuse», Enrahonar. An International Journal of Theoretical and Practical Reason, nº 62, 2019. JOSÉ LUIS MORENO PESTAÑA es profesor titular de Filosofía Moral en la Universidad de Granada y miembro de la Unidad de excelencia FiloLab-UGR. Actualmente se concentra en la filosofía social del cuerpo y de la democracia, después de haber investigado y publicado sobre epistemología de las ciencias sociales y sociología de la filosofía. Sus tres últimos libros son La norma de la filosofía. La configuración del patrón filosófico español tras la Guerra Civil (2013), La cara oscura del capital erótico. Capitalización del cuerpo y trastornos alimentarios (2016) y Retorno a Atenas. La democracia como principio antioligárquico (2019). CLARA NAVARRO RUIZ es becaria predoctoral en el Departamento de Filosofía y Sociedad de la Universidad Complutense de Madrid, bajo la dirección de Pablo López Álvarez, donde se encuentra ultimando la redacción de su tesis. Sus intereses e investigaciones abordan la posibilidad de construcción de un marxismo desde una perspectiva interseccional, utilizando para ello las coordenadas de la crítica del valorescisión, así como contribuciones de la teoría y economía feminista y los estudios poscoloniales. Entre sus últimas publicaciones pueden mencionarse «Aprender desde las resistencias feministas en Latinoamérica: la lucha contra el capitalismo globalizado», Res Publica. Revista de las ideas políticas, vol. 21, nº 3, 2018 o «El tablero áureo. Consideraciones sobre la teoría del valor en Robert Kurz», Constelaciones. Revista de Teoría Crítica, nº 8-9, 2017. JOSÉ MANUEL ROMERO es profesor titular de Filosofía en la Universidad de Alcalá. Anteriormente fue profesor en universidades de El Sal-

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vador y México. Se doctoró en la Universidad de Granada con un estudio sobre la teoría del conocimiento de F. Nietzsche. Sus investigaciones posteriores se han desarrollado en el ámbito de la teoría de la cultura y la filosofía social, ocupándose de pensadores como W. Benjamin, R. Koselleck, J. Habermas y A. Honneth. Es miembro de la Sociedad de Estudios de Teoría Crítica (SETC) y del consejo de redacción de la revista Constelaciones. Entre sus recientes publicaciones destacan la edición del volumen colectivo Immanente Kritik heute (2014), la monografía El lugar de la crítica (2016) y el libro, escrito junto a Juan José Tamayo, Ignacio Ellacuría. Teología, Filosofía y crítica de la ideología (Anthropos, 2019). MICHELE SALONIA estudió Filosofía en la Universidad de Milán y se doctoró en la Universidad de Fráncfort con una investigación, dirigida por el profesor A. Honneth, sobre la concepción de la crítica en W. Benjamin (publicada con el título Walter Benjamins Theorie der Kritik, 2011). El centro de gravedad de sus trabajos de investigación reside en la filosofía práctica, con un interés especial en la Teoría Crítica. Sus publicaciones se ocupan tanto de los representantes clásicos como de los más nuevos desarrollos de esa tradición de pensamiento. Es profesor de Filosofía en institutos de enseñanza secundaria en Milán. JULIO SEOANE PINILLA es profesor en la Universidad de Alcalá. Estudioso del siglo XVIII, ha investigado en varios textos la cara menos conocida de la Ilustración: Del sentido moral a la moral sentimental (2004), La política moral del Rococó (2000). En esta misma línea ha traducido e introducido La Ilustración olvidada (1999), la edición de F. Hutcheson de Escritos sobre la virtud y el sentido moral (2000), Emilio y Sofía o Los solitarios, de Rousseau (2004) y El cosmopolita, de F. Monbron (2012). Todos estos estudios históricos los ha hecho con vistas a intervenir en las discusiones contemporáneas de filosofía moral y de educación de la ciudadanía, materias sobre las cuales ha publicado algunos libros (La democracia como un estilo de vida, El regazo y la trama). También se ha dedicado a la difusión del pensamiento de Dewey, principalmente de su idea de la democracia como un estilo de vida. Fruto de esta dedicación es la dirección del Center for Dewey Studies (sito en la Universidad de Alcalá) y la colaboración en diferentes libros (John Dewey: una estética de este mundo, John Dewey: participación democrática y educación o Al hilo del Pragmatismo). TITUS STAHL es Assistant Professor en la Facultad de Filosofía de la Universidad de Groningen (Países Bajos). Se doctoró en la Universidad de Fráncfort en 2010 con una investigación dirigida por A. Honneth sobre el método de la crítica inmanente. Ha publicado trabajos sobre Lukács, Habermas, Honneth y otros filósofos sociales contemporáneos en torno a temas como el reconocimiento moral y la crítica de la ideología. For-

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ma parte del consejo de redacción, entre otras revistas, de Critical Horizons y Krisis. Es autor de los libros Immanente Kritik. Elemente einer Theorie sozialer Praktiken (2013) y Einführung in die Metaethik (2013). JOSÉ ANTONIO ZAMORA ZARAGOZA es doctor en Filosofía por la Westfalische Wilhelms-Universität de Münster. Investigador titular en el Instituto de Filosofía (CSIC) de Madrid. Sus líneas de investigación son Teoría Crítica (Th.W. Adorno, W. Benjamin), filosofía después de Auschwitz, teologías políticas de la modernidad, migraciones, sufrimiento social. Destacan sus publicaciones: Krise -Kritik -Erinnerung. Ein politisch-theologischer Versuch über das Denken Adornos im Horizont der Krise der Moderne (1995), Th.W. Adorno: Pensar contra la barbarie (2004; ed. en portugués, 2008) y La crisis y sus víctimas (2014). Es presidente de la Sociedad de Estudios de Teoría Crítica y editor de Constelaciones. Revista de Teoría Crítica.

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ÍNDICE

PRESENTACIÓN ..............................................................................

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INTRODUCCIÓN. Modos de crítica social: externa, interna e inmanente, por José Manuel Romero ..................................

7

Crítica inmanente y experiencia moral particular, por Titus Stahl ........................................................................ Libertad social y emancipación, por Michele Salonia ................. Honneth y Castoriadis: libertad social y mercado socialista, por José Luis Moreno Pestaña ................................................ El socialismo como crítica inmanente del capitalismo. Una discusión con Axel Honneth, por José Manuel Romero ................................................................................... La transición de la crítica antropológica a la crítica inmanente, por Jordi Magnet Colomer ...................................................... Invisibilización del sufrimiento. Sobre el (des)aparecer de las fuentes de la crítica, por Benno Herzog ....................... Capitalismo, poscolonialismo y poder: apuntes para una crítica inmanente radical, por Clara Navarro Ruiz ........ Materialidad espectral, subjetivación y crítica inmanente del fetichismo, por José A. Zamora ........................................ Entre el gesto y la constelación. Aby Warburg, Walter Benjamin y la historia del arte como tarea crítica, por Gabriel Cabello ................................................................. Crítica, hegemonía, autonomía. Notas para una discusión, por Germán Cano ................................................................... La profundización en la experiencia como modelo de democracia crítica (de Rorty a Dewey), por Julio Seoane Pinilla .......................................................... SOBRE LOS AUTORES .....................................................................

19 51 69

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