La histórica noche de Walsh

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Rodolfo Walsh escribe durante la noche del 23 de marzo de 1977. Lee. Relee. Sopesa la manera en cómo su suerte está echada. Él mismo afina y tensa las cuerdas. Publica su carta, la carta. Un papel que dará la vuelta al mundo y al tiempo. Que sacudirá conciencias y arrancará de su letargo a quienes desde la comodidad niegan la propia realidad. Rodolfo Walsh escribe. La censura de prensa, la persecución a intelectuales, el allanamiento de mi casa en el Tigre, el asesinato de amigos queridos y la pérdida de una hija que murió combatiéndolos, son algunos de los hechos que me obligan a esta forma de expresión clandestina después de haber opinado libremente como escritor y periodista durante casi treinta años. El primer aniversario de esta Junta Militar ha motivado un balance de la acción de gobierno en documentos y discursos oficiales, donde lo que ustedes llaman aciertos son errores, los que reconocen como errores son crímenes y lo que omiten son calamidades. Rodolfo Walsh edita. Dirige a los improvisados periodistas que intentan generar un aparato informativo que contrarreste la fuerza aplastante de los medios del Estado. En 1976 crea la Agencia de Noticias Clandestina que responde a Montoneros. Sabe que la sangre correrá y el Río, el único, se llenará de reflejos púrpura en las tinieblas inevitables que sobre su país se cierne. A un año del inicio de la dictadura, Rodolfo Walsh realiza inventario. Quince mil desaparecidos, diez mil presos, cuatro mil muertos, decenas de miles de desterrados son la cifra desnuda de ese terror. Colmadas las cárceles ordinarias, crearon ustedes en las principales guarniciones del país virtuales campos de concentración donde no entra

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