EL ALGORITMO DE DIOS

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El algoritmo de Dios

Álvaro H. Burbano

EL ALGORITMO DE DIOS Álvaro H. Burbano (1) Debemos intentar conocer a Dios, a través de los procesos de su pensamiento.

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Álvaro H. Burbano

EL ALGORITMO DE DIOS

Género: Narrativo PRIMERA EDICIÓN

Año de Creación: 2.020 Propiedad intelectual: Álvaro H. Burbano y herederos. Contacto: tonyone2012@hotmail.com Registrado en Colombia, Oficina de Derechos de Autor, Bogotá Primer registro: 03/01/2.018 * No. 1-218-214 Diseño de Portada: Álvaro H. Burbano Primera Edición Digital: Septiembre, 2.020 Dimensión Edición Digital: 14 cm. x 21 cm.

Todos los derechos reservados. Este libro no puede ser reproducido por ningún medio, ni en todo ni en parte, sin el permiso del autor.

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I PREÁMBULO

El número SIETE esconde una magia perfecta. No una imagen perfecta, sino una magia perfecta. Es una ecuación sideral, cercanamente espiritual, contenida en un solo algoritmo. En Matemáticas, Lógica, Ciencias de la Computación y disciplinas relacionadas, un algoritmo es, básicamente, un número. También es un conjunto de instrucciones o reglas definidas no ambiguas, ordenadas y finitas, que permiten solucionar un problema, realizar un cómputo, procesar datos y llevar a cabo otras tareas, tales como actividades cuantitativas o procesos secuenciales. Dados un estado inicial y una entrada, y siguiendo los pasos programados, se llega a un estado final de la ecuación y se obtiene una respuesta. En la vida cotidiana se emplean algoritmos frecuentemente para resolver problemas elementales. Algunos ejemplos son los manuales de usuario que muestran guías de cómo instalar y usar adecuadamente un aparato, o las instrucciones que recibes en línea para acceder a ciertas aplicaciones o programas. Algunos ejemplos en Matemática son: el algoritmo de la multiplicación — para calcular el producto—, el algoritmo de la división —para calcular el cociente de dos números—, el algoritmo de Euclides — para obtener el máximo común divisor de dos enteros positivos—, o el método de Gauss —para resolver un sistema de ecuaciones lineales. En términos de programación, un algoritmo es una secuencia de pasos lógicos que permiten solucionar un problema o tomar una decisión personal, social, comercial o corporativa. Por supuesto que los juegos virtuales también están diseñados en base a, a menudo, complicados algoritmos. 4


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Algunos algoritmos han llegado a convertirse en las leyes secretas de la vida moderna. Tus datos personales —edad, nacionalidad, ancestralidad, género o inclinación sexual, profesión, estado civil, religión, preferencias políticas, residencia, favoritos, dieta, pasado judicial, vida crediticia, historia clínica, etc., conforman ese “background”, esa hoja de vida que, al ser introducida en un computador, define si eres apto para un empleo, si estás en condiciones de acceder a un préstamo bancario, si estás apto militarmente, si tienes el perfil ideal para entablar una relación personal determinada, si podrás cometer un ilícito o no y, probablemente, define cuándo podrías fallecer de un ataque al corazón, de un cáncer, de una diabetes, o si estás propenso a contraer un determinado virus. Si lo visualizamos con una pizca de imaginación exagerada, podríamos concluir que tu perfil virtual ya está allí, en un nano rincón del sistema informativo mundial, y que nadie necesitará conocerte cara a cara para saber quién eres y para concluir qué es lo que podrías aportar a la sociedad o en qué podrías ser nocivo para ella, y a qué nivel. Y bien, todo algoritmo debe tener las siguientes características: Ser Preciso. Cada uno de sus pasos debe indicar de manera precisa, absoluta, qué se debe hacer. Ser Finito. Un algoritmo debe tener un número limitado de pasos. Ser Definido. Debería producir los mismos resultados, siempre y cuando se den las mismas condiciones de entrada. En conclusión, un algoritmo puede tener cero o más elementos de entrada, y debe producir un resultado exacto. Por otra parte, los datos de salida deben dar una respuesta precisa, en tanto las instrucciones hayan sido ingresadas y efectuadas de manera textual. 5


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Eventualmente, estamos viviendo una especie de colonización tecnológica, estamos siendo atados a una dependencia absoluta de los patrones sociales de la élite, estamos buscando hundirnos en una servidumbre inconsciente que trabaja en bien de una minoría que muy probablemente llegará a controlar la civilización y trazará nuestros destinos. Tal vez, sólo Dios da esa sensación de libertad que merece la existencia de todo ser humano. Quizá por eso precisamente, es éste el momento en el cual debemos empezar a hablar de Dios. Para comenzar, déjame decirte que, si fuese factible leer la mente de Dios, el número 7 parecería no tener principio ni fin o, para decirlo mejor, terminaría exactamente en ese punto, en ese instante, en el cual el Pensador Universal sabe que puede resetear el proceso inventivo hacia una nueva búsqueda de la perfección. Frecuentemente hemos encontrado una barrera, un interrogante sin aparente respuesta, cuando de contestar a ciertas preguntas acerca de Dios se trata: ¿Cuál es el origen de Dios? ¿Existe en realidad ese universo infinito, ese abismo de innumerables dimensiones? ¿Existe un Dios eterno y todopoderoso? De ser así, ¿es Dios tan amoroso como lo es su hijo, Jesucristo? ¿Podrá el hombre resistir la presencia de Dios sin que su propio yo se pulverice? Podríamos entonces elaborar cientos de preguntas acerca de Dios a medida que abrimos la Biblia, o sin necesidad de abrirla. Y la mayoría de ellas no tendrían una inmediata respuesta. La verdad es que la realidad de Dios, la forma de Dios, la mente de Dios, parecen escapar del entendimiento humano. De la misma manera, usted querrá preguntarme: ¿Por qué dice usted que el número 7 es el algoritmo básico de Dios? ¿Cómo debo yo visualizar o interpretar alguna forma geométrica —una estrella de siete puntas, por ejemplo—, o algún símbolo numérico — el 777, por ejemplo—, de manera que pueda entender su relevancia y el significado universal que esa forma o ese número poseen, allá, en lo profundo de la mente de Dios? 6


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No esperes que este libro te dé respuestas concretas o absolutas. Esas respuestas no existen en este instante. No, para la mente humana. Sin embargo, mira que sí hay una magia contenida en el número 7, esa magia de la cual antes yo hablaba. No obstante, así como sucede en la mayor parte de los interrogantes que nos planteamos acerca de Dios, el darle vueltas a esta particular incertidumbre —el porqué del valioso misterio del número 7—, requiere una clave; una fórmula. Esa clave, esa fórmula, se llama FE. Así de sencillo. ¿Será factible concluir entonces que la FE es el algoritmo único de todo aquel que sueña llegar a conocer a Dios? Definamos la palabra FE. La FE es un don del hombre; mas, no de todo hombre. Es creer en lo que no puedes percibir a través del canal de tus sentidos, de lo que no parece tener una proyección lógica en la materialidad de tu cerebro. Tener fe es dar por cierto lo intangible; lo supuestamente inexistente. Es, por ejemplo, creer en un universo infinito sin siquiera haber pisado jamás la superficie de la luna. Es darle a tu mente la posibilidad de extrapolar su propio alcance, es aportarle a tu cerebro las visiones y las percepciones que jamás has tenido. Ahora bien, la FE y la ESPERANZA se complementan. No puede haber Esperanza, si no hay FE. No puede existir la FE, si no hay Esperanza. Si no te planteas firmemente que vas a lograr algo en determinado momento, no lo lograrás. Si no haces arreglos de tiempo, de forma, de respuesta, acerca de tus planes, allí, en lo profundo de tu mente, no lograrás volverlos realidad. Cuando planteas en tu cerebro algún proyecto, cuando lo “programas”, te estás aferrando a la Esperanza. Y cuando crees firmemente en que lo lograrás, te estás aferrando de tu FE. Pero la FE del individuo no está necesariamente aferrada a la creencia de Dios. Tu FE está naturalmente ligada a la confianza que tienes en ti mismo y, luego, sí, a la confianza en el poder de Dios sobre tu vida. Es necesario entonces internarse en el estrecho y aparentemente incierto sendero de la FE. El algoritmo de Dios puede ayudarnos a encarar ese camino. Debemos creer en la lógica de Dios 7


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y adoptar paradigmas y fórmulas intangibles que nos ayuden a alimentar nuestra FE, para entender la voluntad de Dios. Entonces, empieza desde hoy a hacer este ejercicio: Empieza, por ejemplo, a amar el número 7. Sí. A amarlo. Lo has leído bien. No es un capricho. No es una locura. Es una propuesta que va mucho más allá. Es intentar llegar a Dios a través de los procesos de su pensamiento. Voy a plantearte aquí una analogía muy simple, para que le des importancia a lo que estoy diciendo: Tú amas a tu progenitora. Amas a tu progenitor. Amas a tu esposo, o a tu esposa. Amas a tus hijos. Te has aprendido de memoria, y te parece que tienen una magia, un magneto, las fechas de sus cumpleaños y otras que se relacionan con ellos. De igual manera, te has aprendido de memoria la fecha de tu propio cumpleaños, el número de tu celular y el de tu identificación. Son tus algoritmos; y son sencillos. Parece que fueran tan sólo números, pero les das una gran importancia, les guardas cierto respeto, les concedes cierto afecto, los relacionas con tu propio yo, con tu identidad, con tu destino —si es que crees en el destino. No obstante, esta disertación no está buscando impulsar el número 7 hacia la magia oculta, la brujería o el tarot. Esta propuesta no busca direccionar las cosas hacia los métodos de los adivinos, de los charlatanes, ni hacia las formas equivocadas de la práctica de los métodos comunes de especulación que le son propias al inframundo. Lo que se busca aquí es profundizar en un fabuloso interrogante: ¿Por qué Dios le da tanta trascendencia al número siete? ¿Por qué se nos puede antojar que lo “ama”? 777 Ya ha sido dicho. No tendrás por ahora una respuesta concreta, tangible. Entonces, simplemente empieza a sentir afecto, apego y fe por ese algoritmo: el siete. No te estoy hablando de hacer cálculos que te puedan otorgar premios de 8


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loterías o de rifas, nada semejante, no es para que salgas a comprar nada de eso; nada por el estilo. No pierdas tu dinero. No pierdas la confianza en tu capacidad de trabajo. Invertir en juegos de azar es pérdida de dinero y de fe en Dios. Las loterías y las rifas no pertenecen a las cosas que están en el plan de Dios. Dios no es dueño del dinero. ¿No lo recuerdas?: “Al César, lo que es del César”. Este análisis particular y este sencillo ensayo no tienen nada que ver con las ciencias ocultas, con la suerte, con la especulación barata o con la confabulación o la conspiración. Entonces, si tu mente, tu alma y tu tiempo empiezan desde hoy a girar en torno a ese algoritmo —el 7—, si empiezas a vivir en un universo que respire y se desplace en torno de un intangible séptimo entorno, te estarás acercando a Dios, porque ésa es la dimensión de Dios en el limitado universo asignado para el hombre. Así de sencillo. Simplemente, adopta el número siete en la mayor parte de las cosas que realices en tu vida: cuando dibujes, cuando diseñes, cuando cantes, cuando escribas, cuando compres, cuando obsequies, cuando ores, cuando pienses en Dios, e incluso cuando imagines tus contraseñas de red. Haz del número 7 una parte de tu vida, un algoritmo de tu lógica, una columna vertebral de tu memoria. No obstante, si no quieres hacerlo, no te preocupes, no habrás perdido para nada la huella de la voluntad de Dios sobre tu vida. Vamos a jugar un poco, ¿quieres? En la estrella de siete puntas que pudiste observar en la página anterior, hay tres arietes independientes sobrepuestos, tres, ni uno más ni uno menos, que podríamos “levantar” uno tras otro y luego volver a colocar para rehacer la estrella. Como puedes 9


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visualizar en la imagen siguiente, la imagen sombreada que está arriba, a tu izquierda, cada ariete está hecho de cuatro líneas. Claro está que, si quieres asumir que hay siete arietes en el total de la estrella, no hay problema, pero mira que ellos no son independientes, pues prestan sus líneas base para que sus arietes vecinos se originen. Sigamos descomponiendo esa estrella. Tenemos a la vista siete aristas, siete pequeños triángulos y un heptágono central. El heptágono es esa figura de siete lados y siete ángulos de igual magnitud. Nuevamente te recuerdo que el número siete es la suma del tres —la Trinidad—, y el cuatro —los estados de la materia. Desde un ángulo de proyección humana, y de acuerdo a la creación del hombre que nos presenta el Génesis, recordemos que el cuerpo —esa realidad física de nuestra apariencia, ese embalaje de carne y hueso que envejece y muere—, pertenece de manera natural a la tercera dimensión, en tanto que su esencia —la porción intangible de nuestra existencia, ésa que fue adquirida desde la esencia misma del Creador, la que no muere— se desplaza y existe en una cuarta dimensión, que es la dimensión del conocimiento. (2) Sigamos jugando, importantes, ni la FE.

sin

comprometer

los

conceptos

El Tangram es un rompecabezas de siete piezas, un juego de origen oriental ancestral que se basa en “siete tableros de astucia” —así lo definen ellos—, y que hace referencia a las siete cualidades que exige el rompecabezas para llevarte a explorar cientos de formas, abstraerte, visualizar, calcular, inventar, construir, plasmar y recuperar. (3) “Según cuenta la leyenda, uno de los sirvientes de un emperador chino llevaba en sus manos un mosaico de cerámica en forma de cuadrado, en tanto se desplazaba alegremente a lo largo del palacio. De pronto, el criado tropezó. El mosaico cayó y se hizo 10


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pedazos. Desesperado por rehacer el mosaico, el sirviente no tardó mucho en percatarse de que podía formar numerosas figuras con los pedazos”. Gracias a esa eventualidad nació el Tangram. Si lo quieres, cómprate uno y distráete construyendo, aunque no es absolutamente necesario que lo hagas.

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II En el libro de Génesis, la tarea de Dios culmina en la Séptima Jornada, con la agradable satisfacción de lo acabado, con el hallazgo del respiro, con la musicalidad de una obra terminada. Sin embargo, es en ese mismo instante cuando hace su aparición la antítesis de la perfección, y desbarata todo. Para el Creador eso no es dilema alguno. Él sabe bien que Él fue el gestor de la Luz y de la Noche, que Él fue el generador de la existencia de ángeles diáfanos, pero que miríadas de ellos —con Satán a la cabeza— optaron por dejar de ser inmaculados y de ser sus hijos, y decidieron convertirse en sus enemigos. Empezó entonces la batalla más extensa, entre las guerras del universo, batalla de la cual los humanos hacemos parte sin estar a veces conscientes de ello. Cuando nacemos, aparecemos allí, en la mitad de la contienda, en esa brecha, y sólo tomamos parte activa en la refriega cuando crecemos y escogemos uno de esos dos bandos, esto es, el bando de la Luz o el de la oscuridad. Todo ser humano adulto escoge, tarde o temprano, uno de esos dos bandos. Cuando así lo hace ya no está más en la mitad de la contienda. Estar en la mitad de la contienda parece ser factible, pero en realidad es universalmente imposible. Regresemos a Génesis. Emerge en el Edén, y en la mente de Dios, la incertidumbre del futuro de una generación recién creada pero recién arrebatada. Irrumpe también en la escena de esa mente colosal una razón para no destruir esa humanidad, una ecuación nueva. Esa razón, esa nueva ecuación, es nada más ni nada menos que JESUCRISTO, el generador del Amor Universal en su perfecta concepción. Quisiera en este instante yo poder afirmar sin que quepa la menor duda que Jesús es el séptimo, entre los más perfectos hijos de Dios, y que Satán es el sexto. Sí, Lucifer, esa antítesis de la perfección de la que antes yo 12


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hablaba, tuvo que haber sido el sexto vástago en la élite de la camada celestial: “Llegó el día en que los hijos del Dios verdadero entraron para ocupar su puesto delante de Él, y Satanás también se presentó entre ellos.” Todo parece responder a una cábala, a una especie de magia, a un algoritmo. Pero es mucho más que eso: Es Sabiduría. De hecho, estamos viviendo el sexto día de la historia de la raza humana. El demonio se ha sentado en el trono del mundo. Desde allí dirige, manipula y organiza el caos de la sociedad. Y él sabe muy bien que el caos también es programable. Satán ha esparcido la mentira, el terror, la corrupción, la humillación, la guerra, el odio y el olvido de Dios. Sus ángeles se han apoderado de las mentes de los poderosos, de los grandes, los ricos, los famosos, los corruptos. El Creador espera. Vendrá Jesús una vez más, y con Él vendrá un Nuevo Reino, un Día Séptimo — la última jornada—, la retribución, para aquellos que aprendieron a leer las señales universales, para aquellos que entendieron La Palabra, el mensaje del Maestro. Será ése el día del esplendor de una humanidad reinventada, será ése el amanecer de la evolución espiritual, será el firmamento del renacer del hombre hacia una vida nueva, hacia una última y Séptima Dimensión: La de la unión con Dios.

Génesis fue el primer largo día en la existencia de la raza humana. En el arca que sobrevivió al diluvio, en la selección de las especies que hizo Noé por dictado de Dios, hay una analogía con lo que 13


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sería la predestinación de todo ser humano y el final de nuestra raza: Jesús hará una selección —a la manera de Noé— cuando reafirme su amor por los que hallaron la verdad desde el primer día de su nacimiento y que superaron su errónea herencia y sus debilidades, esto es, por los que doblegaron al demonio y se negaron a adorar al mundo. El arca de Jesús está esperando allí, no muy lejos, en el horizonte, para arrebatar a los que superaron la ignorancia y la idolatría de la especie humana. Resumiendo, Génesis fue el primer día en la historia del hombre. Éxodo marcó el final del día segundo. Ahora bien, cuando hablamos del Éxodo, es importante mencionar un algoritmo más —el número 10—, ese decálogo contenido en las tablas de Los Mandamientos. Seguir los preceptos de Dios implica obedecerle y guardar una sana espiritualidad. Pero retomemos. La muerte de Jesús cerró el tercer día de la raza humana. La oficialización de la iglesia católica, el cuarto. La reaparición del cristianismo y el florecimiento de la evangelización marcaron el epílogo del quinto día. El sexto día culminará con el regreso de Cristo y la pulverización de Satanás. Y, finalmente, el Reinado de Jesús tendrá lugar en el Día Siete, la jornada de la perfección. Si te parece bien, sigue el trazo de estos acontecimientos en esta gráfica adjunta, en orden estricto, del número 1 al número 7.

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III Dice la Sagrada Biblia que el hombre fue creado a “Imagen y Semejanza” de Dios. Eso es verbalmente cierto. Está escrito allí, en el libro. Puede usted repetirlo a quien quiera y cuantas veces lo desee. Sin embargo, no es viable asumir el fondo de esa premisa como una verdad universal irrefutable porque, sencillamente, Dios no puede ser alojado en cuerpo material alguno. Hay que saber interpretar, cuando las afirmaciones no van solas. Una cosa es la palabra escrita, y otra muy diferente es la realidad universal. Es necesario leer un poco más, reflexionar al respecto y tratar de entender lo que Dios quiso decir. Se abre la disertación. Cuando Dios propone en Génesis: “Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza”, está hablando en plural. ¿Por qué, si Dios es sólo uno? Algunos estudiosos de la Biblia dicen que lo que sucede es que Él se refería a La Trinidad —Padre, Hijo y Espíritu Santo. Otros dicen que este giro lingüístico se utiliza como un plural cuando atañe a la majestad en sí misma. Ellos lo llaman plural mayestático —“En la lengua hablada, o en la escrita, el plural mayestático consiste en referirse a uno mismo, sea hablante o escritor, mediante uso de la primera persona del plural, y usando el pronombre nos en sustitución del pronombre yo”. Sin embargo, podríamos pensar que, en ese preciso instante, Dios hablaba con sus ángeles y que no se referiría a La Trinidad, puesto que Él es uno en sí mismo y en la mismísima Trinidad. Son misterios de Dios que sólo entenderemos cuando tengamos la dicha de llegar a conocerlo, más allá de la muerte. Asumamos entonces que Él estaba dirigiéndose a sus ángeles. Dios parece decirles que ha pensado dar al hombre una apariencia semejante a la de ellos, aunque no necesariamente idéntica. Yo imagino que a los ángeles les agradó la idea. Recordemos que la apariencia visual 15


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de un ángel, de acuerdo a innumerables episodios de La Biblia, es apariencia de hombre, aunque absolutamente nívea e inmaterial. Ahora bien, Dios no es materia tangible ni dimensión corpórea. Su imagen intangible la conforman su sabiduría, su don de crear, su facultad para amar, su eternidad, su adimensionalidad y su palabra generadora. Sin embargo, la mayor parte de estos conceptos conforman el paradigma que, de sí mismo, Dios anheló esculpir en el hombre durante La Creación. Por lo tanto, podríamos concluir que el ser humano reúne en su existencia dos arquetipos: El primero, la apariencia, la visual, de un ángel de Dios. Y el segundo, el aliento, la esencia no corpórea de Dios, la versatilidad mental y espiritual de Dios. Desgraciadamente, al rechazar el hombre la instrucción que Él le dio al crearlo —abstenerse de consumir del fruto del árbol equivocado—, conservó solamente la apariencia perceptual de los ángeles, pero perdió ese rasgo inmaterial de la esencia de Dios. Es más: Como consecuencia lógica de su desobediencia y de la aceptación del ofrecimiento que le planteó la serpiente universal —“Seréis como dioses”—, el hombre adquirió un algoritmo etéreo completamente diferente, opuesto, aparentemente imborrable, un paradigma oscuro grabado con herramienta volátil, el de la esencia de la serpiente universal, el demonio, el príncipe de las tinieblas — o como quieras llamar al ángel caído. (3ª) Suena esta narración como si hubiese sido extraída de una historia de elevada fantasía. Pero no es así. De hecho, esta narración pertenece a un acto universal real. Hoy, el hombre ya no es más a imagen y semejanza del Padre. En absoluto. Por eso, el mundo es peor 16


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cada vez, por eso es que el hombre indiferente, cruel, se acerca cada vez más al final de la civilización y a la jornada del clímax de la locura de su padre adoptivo, Satanás. Y bien, para recuperar la condición diáfana de su alma, aquella con la cual nació pero que perdió en el Edén, para reconquistar la paternidad de Dios, el hombre tiene que recorrer un camino difícil, estrecho, lleno de amor y sacrificio. Sólo de esa manera podrá el humano renacer y ser transformado para que Dios desee de nuevo darle su confianza y su patrimonio. No obstante, el hombre no tiene nada que ofrecerle al Padre Creador. Dios no voltearía a mirarlo siquiera, sean cuales fueren sus obras. Es en este punto entonces en donde se necesita el algoritmo que sólo puede aportar ese ser que encaja con el número del que estamos hablando: Jesucristo. Él es el Séptimo hijo de Dios, el Ángel Perfecto, el Algoritmo de Dios. Él es el Ángel Superior que proporcionará la solución para ese rompecabezas, es Él quien proveerá la ecuación perfecta, la respuesta única que se hace necesaria para la permanencia del hombre en el universo. Aquí tenéis entonces, ante vuestros ojos, el porqué de la segunda venida de Jesucristo aquí, a la Tierra. En el libro de la Revelación de Juan, encontramos Siete Ángeles y Siete Trompetas. El Séptimo Ángel y su Séptima Trompeta abrirán el camino de Jesucristo y de su reinado. Cuando ese Séptimo Ángel toque esa Séptima Trompeta, comenzará el reinado de Jesús. Repito, Jesucristo es el Séptimo Hijo de Dios, el Hijo Perfecto. Por otra parte, el Sexto Ángel con la Sexta Trompeta representan el poder de Satanás — el sexto hijo de Dios— y su intento por vencer para reinar por siempre. Será desatado el poder del demonio con el sonar de la Sexta Trompeta, mas no para victoria, sino para destrucción absoluta de la humanidad corrupta y para destrucción final del reinado de la oscuridad sobre la Tierra. 17


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Y bien, podría el hombre haber poseído —aunque no lo hizo posible — la estructura de un ser para-angelical, hecho precisamente a imagen y semejanza de los ángeles de Dios y con la facultad para procrear y levantar una nueva raza, una de seres semejantes a los ángeles, mas no precisamente igual a ellos. ¿Era ésa la verdadera mira en la imaginación de un Dios Creador? ¿Era ese el plan inicial de ese arquitecto de estructuras espirituales y materiales, de ese hacedor de millones de formas de vida, de ese generador de paradigmas incontables? Ojalá pudiésemos echar una ojeada total al universo, así como podemos deleitarnos con la visión del mar, con la visión de la naturaleza terrenal, o con todas esas maravillas de la creación que hacen que el alma se deslumbre cuando recorremos el planeta. ¿Qué veríamos? Algo inenarrable: Dimensiones infinitas. Formas de vida que escapan de la imaginación. Seres llenos de hermosa sabiduría. Cielos jamás sospechados. Atardeceres, amaneceres, arco iris y auroras boreales incomparables. Paz. Música Celestial. Luz. Color. Armonía. Para darte un ejemplo de la vastedad del universo, de su abismal perfil, quisiera que seas consciente de que, cuando observas la luz de una estrella en una hermosa noche, lo que estás viendo realmente es un instante de la vida de esa estrella, uno que sucedió hace millones de años. Muy probablemente, esa estrella ya no existe más en ese fragmento de cielo que estás viendo. Regresemos, sin embargo, hasta el principio de la historia. Adán y Eva parecen ser tan sólo parte de un mito; de una leyenda. Son los personajes de una narración que va más allá de la imaginación cotidiana, parecen ser algo así como los caracteres centrales de un cuento de hadas o los amantes de una tragedia shakesperiana. No sería anatema entonces argüir que la hermosa creación de Dios sí se convirtió en tragedia. Sí. Sin la menor duda. El demonio se lleva los primeros aplausos de los seguidores del teatro equivocado del etéreo, y el cretino y toda 18


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su camada sueñan con recoger un día sus más valiosos laureles siderales. Mientras tanto, Dios entristece, observa y espera. Un día no remoto, la creación de Dios volverá a ser irrepetible, para escarmiento eterno de los que se atrevieron a despreciarle y a no creer que había que temerle. El fuego universal se esparcirá sobre la Tierra como el epílogo inevitable de una historia que proyectará una diapositiva espeluznante. Y así como fue creado el paraíso, así mismo ha sido creado el infierno, ese terrible castigo diseñado exclusivamente para el demonio y sus ángeles. Dios no deja nada a merced del caos. Por eso es que no se encontrarán jamás sobre la misma dimensión los dos extremos del epílogo de esta historia: El extremo de la maravilla de La Luz —la ciudad de Dios— y el infierno, ese extremo opuesto, el de la horrible miseria, del horrible final del ejército de los millones de oscuros entes que malograron la continuación de una incomparable obra. Si Dios nos creó, Dios tiene la absoluta potestad para pulverizarnos puesto que en nada le hemos sido gratos. Pero su Algoritmo, su Hijo, nos ha dado una chance de perdón, una opción para volver a nacer —sin necesidad de reencarnar— una única ocasión de llegar a conocer al Padre. El Dios Creador es el Dios del Universo visible y del etéreo no visible. Él es el origen de la autoridad misma, no solamente el origen de la belleza en todas sus facetas. Él es el hacedor de la Luz. Su mente no admite que prevalezcan la oscuridad ni la locura. Por otra parte, a Dios le complace ser alabado, bendecido, amado y respetado. A Él le satisface la adoración que le prodigan sus criaturas. A Él le enternece que te arrodilles ante Él, así sea con alegría o con llanto, pero con amor y humildad. Y eso no es arrogancia ni capricho en la mente de Dios. Es la forma de su universo, y el universo sabe que así debe ser. Si las estrellas, las galaxias y las nebulosas pudiesen hablar, nos dirían que se sienten plenas al girar en torno a la magnificencia de Dios, y no que Dios gire en torno a ellas. Si el mar, el arco iris, la montaña, el río, el firmamento y las nubes pudiesen contarnos algo, nos dirían que en su hermosura 19


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llevan el pincel de Dios. Si el viento y las criaturas que cantan pudiesen responder cuando les preguntamos para quién cantan, dirían que lo hacen para Dios. Arrodillarte ante Dios no es humillarte. Arrodillarte ante Él es saber que tú no eres tu propio dios, que eres tan solamente una de las incontables criaturas del Dios único, y que te arrodillas ante Él porque, al hacerlo, sientes que eres una pequeña parte del universo que Él imaginó, pero que, así estés arrodillado, el universo te ve mucho más alto de lo que realmente eres en tu cuerpo y en tu pensamiento. Sin embargo, si te encuentras capaz de crear una millonésima parte de ese universo, tal y como Dios lo creó, no te arrodilles ante Él. Declárate dios y vence a Satanás porque, si no lo vences, el miserable te hará amarga la existencia y pulverizará todo lo que creaste. Satanás ha usado siempre, para destrucción del hombre, todo lo aparentemente sublime y grandioso que el hombre ha creado, esos ídolos de barro y oro, esos ídolos de carne y hueso, las armas, las maravillas de la arquitectura de las ciudades, el poder nuclear, la magia de la tecnología. Si no me crees, lee e infórmate de qué sucedió con esos líderes de trapo que se quisieron levantar sobre la humanidad, ésos que masacraron multitudes y socavaron los cimientos de la sociedad libre, en la premisa de querer ser dioses. Si no me crees, lee y entérate qué sucedió, o que sucederá, con las grandes metrópolis, los reinos arrogantes y los poderosos ejércitos del mundo. Mas, no amarguemos esta historia. Continuemos hablando de lo que a Dios le agrada. Sí, a Dios le agrada que le cantes, que le mires con amor, aunque aún no te sea dado mirarle. A Él le place que le ofrezcas algo o el todo de ti mismo. Y así como es inmenso su amor, así como Él espera tanto de ti, así es de inmensa su ira. Le desagradan absolutamente la hipocresía, la maldad, la mentira, la corrupción, la traición y el desapego. Déjame decirte que, así como al buen músico le 20


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desagradan el ruido, la distorsión inadecuada, la risa estridente, el irrespeto, la interrupción y el vocabulario soez, a Dios le desagradan la oscuridad, la burla y el caos. A Él no le apetece que le ignores, y menos que le increpes, no le agrada que le cambies por los dioses de metal o de madera o por los ídolos de carne y de materia que pululan en el mundo. Cuando eso sucede, cuando la humanidad se une para despreciarle o limitarle, cuando el hombre lo restringe a una simple imagen, así esa imagen sea de oro y diamantes, es cuando su ira emerge, y es entonces cuando Él arrasa ciudades enteras, generaciones enteras, las aniquila, las tritura, las pulveriza. En sus manos están el agua y el fuego, entre sus dedos están todos los elementos de la Tierra, los volcanes, el mar, el viento y las criaturas virales que asesinan silenciosamente. Debes amarle, pero debes también temerle. ¿Es eso admisible? ¿Es razonable que alguien te exija que le ames y le temas? Sí, porque cuando no le temes, dejas de amarle y le pintas la cara. No es el temor, el concepto mismo del miedo. El temor a Dios es principio de sabiduría, no de miedo. No es ése temor el de la aprensión que te produce una serpiente venenosa, una catástrofe letal o la muerte misma. Eso es miedo, no temor. Temor es principio de respeto. Le temes a lo que no comprendes, a lo que no puedes derrotar: A la muerte, al infierno, a Dios. Te enseñaron alguna vez que Dios ama a todo el mundo; que su amor es incondicional y generoso. Te enseñaron un concepto equivocado. Dios no ama a todo el mundo. Él no ama a quien no le ama. Él no ama a quien no le teme ni le respeta. Él no ama al asesino, al que le quita el alimento al pobre, al que menosprecia al niño o al anciano, al que miente y engaña a diestra y siniestra, al que se ríe de Él, al que le maldice, al violador, al que le culpa de lo que el demonio y el hombre han fabricado. Por eso es que el amor carnal humano, que no es otra cosa que la constante enajenación por la materia, por lo visible, por lo palpable, por lo que perece con la muerte —el cuerpo, la belleza física, lo que le otorga placer a los sentidos—, es una forma de amor que no refleja para nada la forma del Amor que Dios creó. El amor carnal 21


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humano refleja la plataforma de Satán y su metafórica “manzana”. No puedes amar al mismo tiempo a Dios y a lo que posees en el mundo. Son sentimientos que jamás se encuentran en el camino del etéreo. El amor del mundo acaba aquí, en el mundo. El amor hacia Dios jamás se hace pedazos. El amor hacia Dios rebasa las galaxias, las dimensiones, el tiempo y el pestañear de las estrellas. Leamos algunos de los pasajes de Génesis en los cuales aparece el número Siete: Y Dios dijo a Noé: “Entra tú y toda tu casa en el arca, porque he visto que tú eres justo delante de mí en medio de esta generación. De todo animal limpio tomarás siete parejas, macho y hembra. También de las aves de los cielos toma siete parejas, macho y hembra, para conservar viva la especie sobre la faz de la tierra. Porque pasados siete días, yo haré llover sobre la tierra cuarenta días y cuarenta noches; y a todo ser viviente que hice raeré de sobre la faz de la tierra. “Y sucedió que, al séptimo día, las aguas del diluvio vinieron sobre la tierra. El año seiscientos de la vida de Noé, en el mes segundo, a los diecisiete días del mes, aquel día fueron rotas todas las fuentes del gran abismo, y las compuertas de los cielos fueron abiertas. Y murió toda carne que se mueve sobre la tierra, así de aves como de ganado y de bestias, y de todo reptil que se arrastra sobre la tierra y todo hombre. Todo lo que tenía aliento de espíritu de vida en sus narices, todo lo que había en la tierra, murió. Así fue destruido todo ser viviente que había sobre la faz de la tierra, desde el hombre hasta la bestia, y los reptiles y las aves del cielo, y fueron raídos de la tierra; y quedaron solamente Noé y los que con él estaban en el arca. “…Y se acordó Dios de Noé y de todos los animales y de todas las bestias que estaban con él en el arca, e hizo pasar Dios un viento sobre la tierra, y disminuyeron las aguas. Y se cerraron las fuentes 22


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del abismo y las compuertas de los cielos, y la lluvia de los cielos fue detenida. Y las aguas bajaron gradualmente de sobre la tierra y decrecieron, al cabo de ciento cincuenta días. Y reposó el arca en el mes séptimo, a los diecisiete días del mes, sobre los montes de Ararat. Y sucedió que al cabo de cuarenta días abrió Noé la ventana del arca que había hecho, y envió un cuervo, el cual salió y estuvo yendo y volviendo hasta que las aguas se secaron de sobre la tierra. Envió también una paloma, para ver si las aguas se habían retirado de sobre la faz de la tierra; pero no halló la paloma dónde sentar la planta de su pie y volvió a él, al arca, porque las aguas estaban aún sobre la faz de toda la tierra. Entonces él extendió la mano y, tomándola, la hizo entrar consigo en el arca. Y esperó aún otros siete días, y volvió a enviar la paloma fuera del arca. Y la paloma volvió a él a la hora de la tarde, y he aquí que traía una hoja de olivo en el pico. Y entendió Noé que las aguas se habían retirado de sobre la tierra. Y esperó aún otros siete días y envió la paloma, la cual ya no volvió más a él. “Y sucedió que en el año seiscientos uno de Noé, en el mes primero, al primero del mes, las aguas se secaron de sobre la tierra. Y quitó Noé la cubierta del arca y miró, y he aquí que la faz de la tierra estaba seca. Y en el mes segundo, a los veintisiete días del mes, se secó la tierra.”

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IV Al estudiar el Génesis desde un perfil dimensional, asequible al entendimiento, podríamos pensar que los primeros días de la creación construyen un armazón ascendente que se dio en cuatro diapositivas: En la primera —la Dimensión Uno—, aparecen los cuerpos inanimados; los sólidos. (4)

En la segunda —la Dimensión Dos—, emergen los seres vivos de primer orden: el agua, las plantas, el aire, los micro-organismos. (5)

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La Dimensión Tres corresponde a la creación del reino animal, esas innumerables criaturas que se desplazan por sus propios medios pero que no poseen el aliento consciente del Dios Vivo. La creación del hombre, criatura que sí posee una conciencia individual y un albedrío que surgieron del aliento del Dios Vivo, pertenece a la Cuarta Dimensión, la del humano pensante, la del inventor, del destructor, de ese ser que se siente superior a las bestias que también procrean y pueblan la tierra con él pero que no alteran ni destruyen su entorno ni a sus semejantes como lo hace él. (6)

Podríamos deducir aquí sin mucho esfuerzo que el cuerpo del hombre se desplaza y respira en la dimensión animal, la tercera dimensión, pero que su mente y su conciencia fluyen, actúan y construyen —o se destruyen— en una dimensión no material, en la dimensión del intelecto, que es la Cuarta Dimensión. (7)

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Ahora bien, la Quinta Dimensión es la Dimensión Gravitatoria, la del Espacio-Tiempo. Los nómadas de las constelaciones, los ángeles y el espíritu del hombre, su astral, se desplazan en esa dimensión a lo largo de un universo limitado. En esta dimensión encontraríamos también el poder que Jesús mostró en Galilea, la curación a través del espíritu y de la FE, la percepción paranormal y el desplazamiento del etéreo entre magnitudes aún manifiestas. En esta dimensión trabajan tanto los espíritus iluminados como los demonios, todos esos ángeles que están en esa batalla de la que antes hablábamos, aquella que involucra la inclinación del espíritu del hombre hacia el bien o hacia el mal. (8)

La Sexta Dimensión acoge a los espíritus que han ganado la batalla contra el reinado de Satanás. En esta dimensión, el hombre ya no es más el dueño de un cuerpo material, es un ser transformado que ha sido galardonado con el derecho a vivir durante el Reinado de Cristo. No existen el dolor, la amargura, la ambición, el deseo, la cópula, la sed o el hambre. (9) 26


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Pero la Sexta Dimensión aún no es la dimensión perfecta. Es un puente hacia ella. Si observamos la estrella de David, la de seis puntas, seis ángulos y seis lados, podemos caer en cábalas erradas o encontrar relación de este símbolo con el reinado de Satán. Y así podría ser. El sello de Salomón, el hexagrama, proyecta el enfrentamiento entre el bien y el mal: Dos triángulos, uno que apunta al abismo y otro que apunta al universo. Fue un símbolo de prácticas ocultas heredadas del antiguo Egipto. De otra parte, y todos lo sabemos bien, esta estrella fue utilizada por Hitler para identificar a los judíos durante el tiempo que duró su cuasi exterminio durante la Segunda Guerra Mundial. El número de la Bestia —el 666— se ajusta gráfica y matemáticamente a este sello. La estrella de David recuerda el mayor sufrimiento que hasta hoy ha experimentado la raza humana y el más triste recuerdo que guarda el pueblo judío. (10)

En realidad, el símbolo cabalístico judío no era esta estrella, ni lo es, sino la Menorá, el candelabro de Siete Brazos. Desde la visual 27


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de un prisma cristiano, este ancestral símbolo representaría a Jesucristo en medio de su VERDADERA IGLESIA. (11)

Retomando entonces el conteo que veníamos haciendo, aún queda un paso por recorrer en este particular análisis: La Séptima Dimensión. La morada de Dios. Esta dimensión es aquella a la cual algunas religiones y escatologías —entre ellas el budismo y el hinduismo— llaman “El Nirvana”. El Nirvana es un estado de liberación, una existencia etérea, una vida libre de sufrimiento que sólo puede ser alcanzada por el hombre luego de triunfar en su búsqueda espiritual. Solamente entonces, el ente racional se ve emancipado de las ataduras de la existencia material. Por lo tanto, el Nirvana se puede traducir como la cesación o extinción del sufrimiento. No podemos ser sectarios y decir que las doctrinas que proponen la existencia del Nirvana están equivocadas. No. El deseo de conocer a Dios es universal, llámese como se llame su teoría o su filosofía, y provenga de donde provenga. En efecto, acceder a esta dimensión —la Séptima— es el máximo galardón para el espíritu del hombre. Y es eso precisamente: Es conocer a Dios, es regresar en el espíritu al Padre Creador, es ver su Rostro y unirse a su perfección por toda la eternidad. Y, hablando de eternidad, nadie puede siquiera imaginar lo que ese concepto realmente significa, lo que encierra, nadie puede atreverse a creer que será una experiencia 28


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interminable y aburrida. Nadie en la Tierra puede siquiera soñar con lo que ha de ser El Reino de Dios. (12)

El número perfecto de Dios es el siete. Es el guarismo que más veces se cita en las páginas de las Sagradas Escrituras. Es para sentir asombro. El número 7 aparece en las hojas de la Biblia en más de 320 oportunidades. Sin embargo, el tres y el cuatro — además del doce—, aparecen también frecuentemente. Algo realmente curioso se presenta cuando ejecutamos operaciones matemáticas simples con los números tres y cuatro: Tres veces cuatro, es doce. Tres más cuatro, es siete. Y es que el número tres también aparece cientos de veces en la Sagrada Biblia. Este número, el tres, representa la Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo. A los tres días de su crucifixión, Jesús resucitó. El ser humano está integrado por tres aspectos esenciales: cuerpo, alma y espíritu.

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Ahora bien, el número cuatro aparece más de 300 veces en las Sagradas Escrituras. En Génesis, en el cuarto día de la creación, Dios creó el sol, la luna y las estrellas, y con ellos el día y la noche. Los números tres y cuatro se complementan desde un ángulo de visión esotérica, para conformar el total de la Creación: La trinidad y el Universo. Y la suma de ellos es Siete. De otra parte, el producto numérico de la multiplicación de los números tres y cuatro es doce. Este número —el doce—, aparece unas 180 veces en La Sagrada Biblia: los doce apóstoles, las doce tribus de Israel, los doce tronos del libro de La Revelación. En este hermoso libro, escrito por el apóstol Juan en la Isla de Patmos a partir de una visión sin precedentes, se dice también que en la Nueva Jerusalén habrá doce puertas, y que el Árbol de la Vida tendrá doce frutos. Ciento cuarenta y cuatro codos —doce veces doce— medirá el muro de la ciudad de Dios. Serán 144 mil los sellados del pueblo de Dios. Es quizás relevante notar que el número siete ya no aparece con la misma frecuencia hacia el final de la historia de la humanidad, aunque no deja de mostrarse, tanto en los Evangelios como en ese libro, el de La Revelación. Jesús sugiere que perdonemos setenta veces siete. María Magdalena había albergado siete demonios en su cuerpo. Jesús multiplicó siete elementos para poder alimentar cuatro mil personas frente al mar de Tiberíades, cinco panes y dos peces, y aún sobraron pedazos que llenaron siete cestas. Jesús pronunció siete frases en la cruz, antes de morir. Siete son los pecados capitales: Soberbia, avaricia, lujuria, ira, gula, envidia y pereza. Ahora bien, El Apocalipsis habla de siete iglesias, siete espíritus, siete candeleros de oro, siete estrellas, siete lámparas, siete sellos, siete cuernos, siete ojos, siete ángeles, siete trompetas, siete truenos, las siete copas de la ira de dios, un dragón con siete cabezas, siete diademas, siete plagas y siete reyes. Resultaría interesante que leas todo ese material por ti mismo. No será jamás perder tu tiempo. 30


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V

Todos lo sabemos. Siete son las notas musicales: Do (Dios, el Origen). Re (Rey). Mi (Misericordia, Amor). Fa (Padre). Sol (Universo y Luz). La (Vida). Sí (Sabiduría). Estas siete notas se desplazan sobre cinco líneas. La suma de los elementos de la figura es doce.

(13)

¿Alguna vez has intentado cantarle a Dios? Si no lo has hecho, déjame contarte: Cantarle a Dios es la más hermosa experiencia que la música pueda regalarte, así lo hagas a solas o lo hagas con alguien más, pero desde tu corazón. ¿Eres músico? Si lo eres, déjame decirte: Escribir música para Dios es una experiencia inigualable. Dios jamás rechazará lo que le escribes y le cantas. Tal vez ya has aprendido que el mundo ha estado lleno de ídolos de carne y hueso que algún día te dieron grandes momentos con su música y quizás te inspiraron para escribir la tuya. Pero tú los has ido olvidando a medida que descubres otros nuevos ídolos o te encuentras con tu propia música, o porque ellos mismos se han encargado de que los vayas olvidando o que te sientas mal por el resultado de sus errores. No los juzgues. Tú también has errado alguna vez. ¿Han vendido ellos su vida y su alma para alcanzar fama y dinero? Eso no lo sabes con certeza. Eso ni lo pienses. No sufras por eso. Sencillamente, ora a Dios por ellos y jamás vendas tu vida ni tu alma para alcanzar fama y riqueza. 31


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Cuando le cantas a Dios no hay riesgo alguno. Dios jamás ignora tu música; jamás la olvida. Dios no te pide dinero a cambio, por el don que te ha dado, ni te paga por tu música. Y, lo que es más importante: Dios no lanza tu música hacia la riqueza material o hacia el abismo. No vayas a confundir a Dios con el favor o el escarnio del comercio. Déjame repetirlo: Si escribes música para Dios —para Jesucristo—, no apuntes a la riqueza ni a la fama. Si lo haces, tu música ya no será de Él. Será cualquier otra cosa, pero no será música para Dios, y los ángeles del Señor no la escucharán jamás ni la cantarán jamás. ¿Qué otra cosa, o quién más, hace música para Dios, aquí, sobre la Tierra?: El viento, el mar, los ríos, el bosque, las aves, el delfín, el lobo marino, la orca, y cientos de criaturas más. Cada galaxia tiene su música, cada estrella, cada cometa, pero a los humanos no se nos ha sido dado escuchar esa música. Aún no. Mañana, cuando hayas conocido a Dios y viajes libre y feliz por el universo, cuando tu etéreo tenga que desplazarse por el infinito para llevar a cabo tareas maravillosas, escucharás esa música inigualable. Ahora bien, cuando cantas para Dios con amor, entre el silencio de tus canciones se puede escuchar su satisfacción. Debes creerlo. Debes intentar creer en ello. Quiero compartir aquí doce hermosas frases escritas por doce músicos famosos:

“La música no está en las notas, sino en los silencios entre ellas. La música es el único camino hacia lo trascendente”.

(Wolfgang Amadeus Mozart) 32


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“La música constituye una revelación más alta que ninguna filosofía”. (Ludwig van Beethoven) (14)

“La música puede dar nombre a lo innombrable y comunicar lo desconocido”. (Leonard Bernstein)

“Triste y sin embargo grande, es el destino del artista”. (Franz Liszt)

“La única historia de amor que jamás tuve fue la música”. (Maurice Ravel)

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“Estoy golpeando mi cabeza contra las paredes, pero las paredes se abren paso”. (Gustav Mahler)

“La imaginación crea la realidad. Debemos aprender a morir, en el sentido más completo de la palabra. El miedo al fin es la fuente de toda falta de amor”. (Richard Wagner)

“Si no fuera por la música, habría muchas razones para volverse loco”. (Tchaikovski)

“La música es el territorio donde nada nos hace daño”. (Andrés Calamaro)

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“Soy un aventurero. Me gusta la invención, me gusta el descubrimiento”. (Karlheinz Stockhausen)

“La soledad se puebla de demasiados recuerdos que no puedo echar a la calle. Es preciso vivir y esperar. La música se ha hecho para lo inexpresable.” (Claude Debussy)

“El único propósito y razón final de toda la música debería ser la gloria de Dios, y el alivio del espíritu”. (Bach)

Es interesante pensar que El OÍDO, esa herramienta inigualable, ese aparato bendito receptor de la música, es el único de los sentidos del hombre que le ha cerrado las puertas a la pandemia; al Covid-19. Y hablo de esto aquí, porque esa pandemia está golpeando al mundo en tanto escribo este pequeño libro. Por esa razón quizás, y por muchas otras, pienso que utilizar bien el oído es primordial, no sólo para disfrutar las melodías que amas, sino para escuchar las palabras que te dicta tu propia reflexión. La buena música, la que no contiene líricas que entorpecen el pensamiento, es un medio de transporte que te lleva hacia una dimensión de silencio, hacia un universo que sólo compartes con quien la escribió. Allí, en esa dimensión, en ese universo, puedes encontrar visiones que jamás encontrarás en el mundo que te rodea o en medio de tu lucha del día a día. 35


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Math Rock El siguiente artículo fue tomado de Los40Classic: “Y SI UNA MÁQUINA PUDIERA HACER CANCIONES?” https://los40.com/los40/2019/01/31/musica/1548954582_442727.html

Los algoritmos ya son capaces de componer temazos, sin apoyo humano alguno. Herramientas como FlowMachine pueden cambiar para siempre la forma de hacer música. ”Contaba Frank Zappa, en una entrevista de la que tenemos testimonio audiovisual, cómo la industria discográfica se había ido al carajo con el paso de los tiempos. Y apuntalaba esta idea con un razonamiento al que sin duda tenemos que dedicarle medio minuto de nuestro tiempo. Zappa asegura que el declive de la industria se produjo en el preciso momento en el que hubo un cambio de roles en la dirección de las discográficas. Antaño, estaban dirigidas por un tipo orondo, rudo y sin maneras, un ente que masticaba un habano y contestaba a toda propuesta musical con un: “No lo sé, si vende discos me vale”. Su conocimiento sobre la industria era nulo, pero tenía el dinero para promocionar cualquier aventura sonora. Entonces emergieron de la nada una sarta de melenudos que supuestamente conocían en profundidad los recovecos de la industria, y sabían todo sobre la música. Comenzaron poniendo cafés en labores propias de becarios y ganándose la confianza de estos viejos gerifaltes forrados, para después empezar a determinar lo que era cool y lo que no lo era, y para convertirse finalmente en acomodados empresarios conservadores que cortaban por lo sano cualquier atisbo de novedad si no podían rentabilizarlo, o monetizarlo, como dicen ahora los gurús de la mercadotecnia. Es así como el mundo de la música comenzó poco a poco a industrializarse. La fiebre del oro se abrió paso a codazos, y los mandamases de la escena comenzaron a devanarse los sesos en pos de la canción 36


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perfecta. Comenzaron a tejerse sesudos estudios de mercado para dar con la tecla y “fabricar” de forma cada vez menos artesanal esos hits que inundaban pistas de baile y hacían forrarse carpetas de adolescentes. Y de paso, hacían forrarse a las discográficas con estos temazos, procesados sin excesivo miramiento. El siguiente paso era mirar dentro de la propia naturaleza intrínseca de la música y toparnos de bruces con su realidad matemática. La matemática vive inherente en afinaciones, disposición de notas, acordes, ritmo, tiempo, por lo que están indisolublemente unidas como lenguajes abstractos que requieren de su aprendizaje para ser descifrados. Y este carácter matemático otorga a la música cierto halo de ciencia pura e inexpugnable. Y como tal, cuantificable, medible y argumentable, mediante complejas ecuaciones. Es aquí donde entra en juego la imagen del algoritmo, y de la composición algorítmica: la técnica de crear música mediante algoritmos, es decir, procedimientos que generan música sin la intervención humana; con el uso de computadoras.

El músico Klaus Schulze, genio de la electrónica alemana, en concierto en 1983. / National Jazz Archive/Heritage Images/Getty Images

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Es aquí donde la inteligencia artificial muestra todo su potencial. En los últimos años se ha investigado mucho sobre el particular y se han conseguido interesantísimos avances dentro de la materia. Así, se ha conseguido que una inteligencia artificial aprenda de forma progresiva, hasta elaborar por sí misma canciones con muchas posibilidades de funcionar a nivel comercial, y muchas empresas ya se frotan las manos ante la apertura de semejante abanico de posibilidades. Basta con dejar que mame de un amplísimo catálogo de canciones exitosas e introducir unos parámetros de a qué queremos que suene. La canción ”Daddy’s car” fue creada mediante inteligencia artificial por una herramienta de Sony llamada FlowMachines, que bebe de una base de datos de 13.000 melodías y que ha compuesto intentando emular el estilo de The Beatles. El caso es que todavía no puede ser completamente autónoma, ya que requiere apoyarse en un ser humano que le diga por dónde tirar, pero es un avance de lo más sustancioso. Y la rueda de la innovación no ha hecho más que empezar a girar. Ya tenemos el primer disco de metal de la historia, creado por una inteligencia artificial, resultante de un proyecto llamado “Generating Black Metal and Math Rock”, mediante un sistema que corta pedazos de canciones ya existentes para ensamblarlas con criterio y generar temas nuevos. La cosa ha llegado a tal punto, que ya contamos con software que nos dice de antemano si una canción va a llegar a triunfar en las listas de éxitos o no. Tijl de Bie, experto en Inteligencia Artificial de la Universidad de Bristol, ha creado un programa que sirve para predecir si tienes entre manos un melocotonazo que va a llegar al número uno o si va a quedar relegado en el cajón del olvido. Para ello estudia hasta 23 características diferentes (tempo, ritmo, velocidad, longitud, volumen, y otras más abstractas como la capacidad de ser bailable), y el algoritmo otorgará directamente las posibilidades de éxito de la tonadilla en cuestión. Según sus investigaciones, una canción exitosa se ciñe a la fórmula científica de utilizar pocos acordes, un tempo de 120 pulsos por minuto, un compás de cuatro por cuatro y, como guinda de pastel, la inclusión 38


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de segundas voces. Mano de santo, garantizado científicamente. Ah, y cuantos menos instrumentos parece que bastante mejor. Así de primeras, pensamos en una canción que se acerque a esos requisitos y ¡oye!, parece que han dado bastante en el clavo (4x4, pocos instrumentos y 124 pulsos por minuto) Et voilà: Y venga, que se prepare todo quisqui para rizar el rizo: se habla de que han creado un algoritmo que es capaz de determinar, basándose en complejas mediciones cerebrales, la canción que se nos está pasando por la cabeza en un momento determinado, mediante un complejísimo experimento que vincula algoritmos de aprendizaje con análisis de la actividad cerebral de varios individuos. Esta intrigante locura podría desembocar en otra cosa como, por ejemplo, en ayuda para restablecer la comunicación en personas impedidas por parálisis. Se abre la veda. Y lo que está por depararnos esta nueva tecnología es tan fascinante como inabarcable para nuestros acomodados cerebelos. Así que toca sentarse y disfrutar de lo que está por llegar. Probablemente una revolución nunca antes vista en el mundo de la música. Cojan ticket y acomódense, que se avecinan curvas.”

˙ Y bien, por supuesto que escuché el tema que menciona este artículo: “Daddy’s car”. Si tienes tiempo, tú también puedes escucharlo en el video que te ofrece YouTube en el siguiente link: (https://www.youtube.com/results?search_query=daddy%27s+car) Parece ser que el creador de la aplicación se basó en el recorte de diferentes e interesantes motivos de las últimas buenas canciones de The Beatles y los secuenció en su ordenador. Suena entonces como si tomaras trozos de los temas de álbumes como “Revólver” o “Rubber Soul” y los introdujeras en un mezclador tipo “sopa” —perdona el término—, o tipo “collage”, el cual parece hacer parte del cerebro del ordenador, y que a continuación cuadraras al 39


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azar algunas cosas y finalmente desenvainaras el resultado esperando que la gente te pregunte: “¿Escribieron los Beatles ese tema?” En mi opinión muy personal de músico nada amante de lo meramente comercial, ese algoritmo se me antoja aún incompleto o demasiado impersonal, no sé. Es decir, el invento aún carece de autenticidad, de algo de arte o de determinación musical. Precisamente, una de las cosas que hizo al grupo The Beatles prolífico, fecundo, fue la abundante variación de motivos, matices y ritmos. No hay peor experiencia que la de escuchar cantantes, bandas, orquestas o grupos, haciendo las mismas canciones una y otra vez, es decir, cambiando sólo unas pocas cosas de un tema, las líricas, por ejemplo, y combinando los mismos acordes, las mismas progresiones armónicas y los mismos instrumentos, para lanzar el casi clon de una canción que ayer triunfó. Es un descaro. Además, es aburrido, es monótono. es repetitivo, es un “sin ton ni son”. Pero, vaya paradoja, el resultado de algunos de esos “clones” es comercial, bravamente comercial, pues repite los melismas y los ganchos, todo aquello que una vez capturó el oído de cierta gente, esos fans del autor, así lo haga de una manera sutilmente diferente. Es la progresión de las salchichas que nos hizo reír en el video de Pink Floyd. Y mencionando a otra banda famosa —The Queen— es interesante recordar el capítulo de la historia de estos cuatro músicos, ése en el cual la filosofía comercial del primer promotor importante de la banda lo impulsa a negarse a grabar “Bohemian Rhapsody”, argumentando que duraba más de tres minutos, que no era comercial, e ignorando la fenomenal plasticidad del tema. La rapsodia en cuestión es una de esas canciones que sólo nacen y se diseñan una vez en la vida de una banda extraordinaria. Sin embargo, no soy yo quien pueda dar la mejor definición de lo que es la buena música. Pero diría que es un universo extenso, uno que te arrebata de la realidad y te hace soñar, que te hace llorar o bailar e, incluso, enloquecer. Tal vez no sea infinito ese universo, pero es 40


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hermosamente ilimitado. Sin embargo, son muy contados los genios que han podido poner más de siete de sus temas a rivalizar consigo mismos. Por decir algo, si escuchas al francés Claude Debussy, te hundirás en un etéreo de posibilidades, con obras de arte como “Claro de Luna”, “Arabesque No. 1”, “Ensueño”, y muchos más. La música de este inigualable innovador, su piano, te presenta una lista interminable de posibilidades, de figuras, de “cuadros”, de motivos, colores y matices. Es la irrepetible herencia del Impresionismo. Se asemeja esta escuela, de alguna insondable manera, a esa que le hace experimentar a tu imaginación todo ese inexplicable viaje inmaterial cuando te abstraes observando “La noche estrellada” de Van Gogh. El Impresionismo se sale de la escuela clásica, de los patrones de medida y de variación, y te desembarca en un mar de ensueño. Sin temor a equivocarme quizás, debo añadir, luego de escuchar a Debussy y a otros grandes de la música de piano, que ningún ordenador creará jamás obras como ésas o, si logra hacerlo es porque fue programado por un genio de carne y hueso como Beethoven, Bach, Wagner, Paganini, etc. No obstante, estoy seguro que a ninguno de ellos le interesó clonar sus obras sino, por el contrario, todos ellos jamás dejaron de sorprenderse muy íntimamente con cada nueva creación, con cada gestación de su bendito cerebro que, aunque mortal y loco quizás, fue diseñado por Dios, el Impresionista Adimensional. Permíteme repetir esa frase, la de Debussy: “La soledad se puebla de demasiados recuerdos que no puedo echar a la calle. Es preciso vivir y esperar. La música se ha hecho para lo inexpresable.”

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VI Siete son los colores del arco iris: Rojo, naranja, amarillo, verde, azul, índigo, violeta. Se ven siempre en ese orden, de afuera hacia adentro.

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Siete son las Artes:

1. La Música

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2. La Literatura 42


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3. La Pintura

4. La Danza

5. La Escultura

6. La Arquitectura

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7. El Cine Siete Mares rodeaban a Jerusalén: 

El mar Mediterráneo

El mar Rojo

El mar Negro

El mar Adriático

El mar Caspio

El mar Arábigo

El Golfo Pérsico

Siete son los días de la semana. En la norma occidental, la semana comienza el lunes y finaliza el domingo. Sin embargo, algunos países consideran el primer día de la semana el domingo y el último el sábado, de acuerdo con la semana litúrgica cristiana. En algunos países musulmanes, la semana empieza el sábado. Ese término español —sábado—, proviene del latín bíblico “sabbătum”, o del griego “sábbaton”, éste del hebreo ‫— השבת יום‬shabat— «reposo», «día de reposo», el cual deriva del verbo shâbath, “cesar de trabajar”, “descansar”, “guardar el sábado”. En el término sumerio, “sa bot” tiene su significado particular: “Calma el corazón”. En Génesis, el sábado es el día Siete, la jornada de descanso del Creador. 44


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Retomemos las Sagradas Escrituras. Día Primero de la Creación: “En el principio Creó Dios los cielos y la tierra. Y la tierra estaba sin orden y vacía. Había tinieblas sobre la faz del océano, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas. Entonces dijo Dios: ‘Sea la luz’, y fue la luz. Dios vio que la luz era buena, y separó Dios la luz de las tinieblas. Dios Llamó a la luz Día, y a las tinieblas Noche. Y fue la tarde y fue la mañana del Primer Día”.

Segundo Día. Entonces dijo Dios: “Haya una bóveda en medio de las aguas, para que separe las aguas de las aguas.” “E hizo Dios la bóveda, y separó las aguas que están debajo de la bóveda, de las aguas que están sobre la bóveda. Y fue Así. Dios Llamó a la bóveda Cielos. Y fue la tarde y fue la mañana del Segundo Día”.

Día Tercero. Después dijo Dios: “Produzca la tierra hierba, plantas que den semilla y árboles frutales que den fruto según su especie, cuya semilla esté en él, sobre la tierra”. “Y fue así. La tierra 45


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produjo hierba, plantas que dan semilla según su especie, árboles frutales cuya semilla está en su fruto, según su especie. Y vio Dios que esto era bueno. Y fue la tarde y fue la mañana del Tercer Día”.

Día Cuarto. Entonces dijo Dios: “Haya lumbreras en la bóveda del cielo para distinguir el Día de la Noche, para servir de señales para las estaciones y para los días y los años. Así sirvan de

lumbreras para que alumbren la tierra desde la bóveda del cielo. Y fue así. E hizo Dios las dos grandes lumbreras: la lumbrera mayor para dominar en el Día, y la lumbrera menor para dominar en la Noche. Hizo también las estrellas. Dios las puso en la bóveda del cielo para alumbrar sobre la tierra, para dominar en el Día y en la Noche, y para separar la luz de las tinieblas. Y vio Dios que esto era bueno. Y fue la tarde y fue la mañana del Cuarto Día”. 46


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Quinto Día. Entonces dijo Dios: “Produzcan las aguas innumerables seres vivientes, y haya aves que vuelen sobre la tierra, en la Bóveda del cielo”. “Y Creó Dios los grandes animales acuáticos, todos los seres vivientes que se desplazan y que las aguas produjeron, según su especie, y toda ave alada según su especie. Vio Dios que esto era bueno, y los bendijo Dios diciendo: ‘Sed fecundos y multiplicaos. Llenad las aguas de los mares; y multiplíquense las aves en la tierra’. Y fue la tarde y fue la mañana del Quinto Día”.

Sexto Día. Entonces dijo Dios: “Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza, y tenga dominio sobre los peces del mar, las aves del cielo, el ganado, y en toda la tierra, y sobre todo animal que se desplaza sobre la tierra”. “Creó, pues, Dios al hombre a su imagen; a imagen de Dios lo Creó; hombre y mujer los Creó. Dios los bendijo y les dijo: ‘Sed fecundos y multiplicaos. Llenad la tierra; sojuzgadla y tened dominio sobre los peces del mar, las aves del cielo y todos los animales que se desplazan sobre la tierra’. Dios dijo, además: ‘He Aquí que os he dado toda planta que da semilla que está sobre la superficie de toda la tierra, y todo árbol cuyo fruto lleva semilla; ellos os servirán de alimento. Y a todo animal de la tierra, a toda ave del cielo, y a todo animal que se desplaza sobre la tierra, en que hay vida, toda planta les servirá de alimento’. Y fue así. Dios vio todo lo que

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había hecho, y he aquí que era muy bueno. Y fue la tarde y fue la mañana del Sexto Día”.

Día Siete: “Así fueron terminados los cielos y la tierra, y todos sus ocupantes. En el Séptimo Día, Dios había terminado la obra que hizo. Y reposó. Por eso Dios bendijo y santificó ese día, el Séptimo, porque en él pudo descansar de toda la obra de la Creación”.

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VII

Analicemos por un momento de qué manera las características intrínsecas al algoritmo, aquellas que fueron mencionadas unas páginas atrás, se ajustarían al procedimiento de la Creación del hombre y a los siete días de la duración de ese proceso. Cada uno de los días de la Creación fue preciso. De antemano, Dios ya sabía qué hacer. Nadie, sino Él, imaginó el algoritmo de la Creación. El procedimiento es irrepetible, a menos que Dios mismo desease crear de nuevo al hombre, cosa que suena incongruente, descabellada, sin sentido. Cada uno de los pasajes de la Creación tiene una lógica sabia. Paralelamente, los Darwinistas o evolucionistas alegan que todo el proceso de aparición de la vida en la Tierra se dio en base a una selección natural de las especies. No estaría de más hablar un poco sobre eso. Charles Darwin fue un naturalista británico que propuso la teoría de la evolución biológica en base a la selección natural. Darwin definió la evolución como "descendencia con modificación", esto es, que las especies cambian a lo largo del tiempo, dan origen a nuevas especies y comparten un ancestro común. En este último punto tenía un buen tramo de razón. Ese “ancestro común” es Dios. Claro que él no lo expresa así. Si leemos Génesis, más específicamente el evento de la Creación, no encontraremos las palabras “evolución”, “mutación”, “modificación” o “transformación”. Si esos términos estuviesen presentes en esas páginas, Darwin, los evolucionistas y los científicos o neófitos que los respaldan, tendrían absoluta razón. Ya fue dicho antes. Dios no necesita de la imaginación del hombre para nada. Dios reafirma la ciencia. Pero la ciencia no reafirma ni explica las cosas de Dios; ni de lejos. El hombre, para simplemente desplazarse a su lugar 49


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de trabajo, necesita de un algoritmo común; de un transporte. Dios no necesita nada de eso. Dios no necesita desplazarse siquiera. El hombre, para adquirir conocimiento, debe estudiar, crecer y aprender a pensar. Dios no necesita ir a una escuela, no necesita leer instrucciones ni esperar a que el tiempo le diga cuándo está en condiciones de enfrentar tal o cual tarea. La ciencia siempre ha estado dando tumbos para llegar a las verdades y a los resultados. Dios no. En este instante, en tanto escribo estas páginas, el Covid-19 está diezmando la raza humana. Es el mes de octubre del 2.020. La pandemia avanza alrededor del mundo. No se va a detener en un mes más; ni en tres. Lo que es peor aún, nadie, ni los más encumbrados científicos, médicos o biólogos, saben qué va a pasar, cuándo cesará esto, cómo va a mutar la bacteria, o cuál es el siguiente paso del desastre. Nadie ha encontrado una vacuna ni un paliativo real en más de seis meses. Dios no necesita de un análisis ni de un laboratorio. Él podría erradicar la pandemia con un desliz de su índice, no con magia, sino con amor. Pero no lo hace. No lo ha hecho. ¿Por qué? Porque su apoyo y su amor se basan en el algoritmo de la FE y de lo que ella significa dentro de la necesidad de amor del humano hacia el humano. El científico, el biólogo, el líder, el médico, el paciente, todo el mundo, se basan en hechos reales, numéricos, no en hechos de FE que jamás han aceptado. Eso es lo que ha hecho pedazos la humanidad. No tenemos reflexión. No meditamos, para acercarnos al por qué de una pandemia como ésta. No calibramos causas y consecuencias, para aplicar correctivos humanísticos, para olvidar la ambición y el poder, y para salvar miles o millones de vidas —en este instante aún no se sabe con certeza si serán cientos de miles o algunos millones. Al hombre no lo hará desaparecer una pandemia. Lo hará desaparecer su arrogancia, su egoísmo, su falta de FE, su falta de humanidad, su ambición. Siglo XXI, siglo de una tecnología 50


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sorprendente, y aun así al hombre no le interesan sus hermanos; o le interesan, pero para hacerlos sus esclavos. Los grandes de la raza inteligente del planeta colocan en un plato de la balanza el daño que la pandemia le causa al comercio y al dinero, y en el otro, el número de vidas que se pierden día a día. Esta segunda opción de la balanza, los miles o millones de decesos, es el precio que se debe pagar — según ellos—, para no arriesgar el avance del poder de la mercancía y de la circulación de la moneda. Sólo los pobres del planeta han alcanzado a visualizar en carne propia el poder oscuro del fantasma de la pandemia cada vez que han endurado los decesos que enlutan sus familias y, también, gracias a ese otro fantasma, el del hambre, puesto que la falta de opciones laborales de una cuarentena obligatoria no le permite a la gente humilde llevar comida a casa. Algunos gobiernos han estado suministrando ayudas monetarias para facilitar al ciudadano común ajustarse a esa cuarentena, mientras otros le mienten a todo su pueblo, los engañan, no les aportan nada concreto, pero, aun así, los obligan a permanecer encerrados con sus hijos en sus casas, en sus piezas, en sus cambuches, en sus cabañas, o bajo un puente. Hecha esta incómoda pausa, continuaré con el análisis que traíamos. El algoritmo de la Creación se hizo real en Siete Días; siete. También se dijo que esos días no equivalen ni en lo más extenso de la imaginación a la fugaz duración de siete días del hombre. Los días de la Creación fueron días del universo, días del tiempo de Dios. Sin embargo, Dios no sacó de un sombrero, en un gesto de magia circense, a todas las criaturas que pueblan el planeta, y en un segundo. Los animales no fueron creados todos al mismo tiempo. Luego de crear la naturaleza, el mar, los ríos y los cielos, hubo un orden para la aparición de los animales. Recordémoslo: Primero aparecieron los animales del mar. Luego, los animales que se arrastran. Después, las aves y los animales de tierra. Y, por último, el hombre. Puede este proceso haber durado un segundo en el tiempo de Dios, pero tomó millones de años en el tiempo del hombre. Dios no tiene límite de tiempo ni de espacio. Sin embargo, si defendemos la teoría de que Él sí se planteó un algoritmo científico, lógico, antes 51


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de proceder a crear todos los seres vivos, es porque su sabiduría así lo consideró. Repito, Él no sacó las cosas del fondo de un sombrero. Para terminar con este capítulo, el de las características del algoritmo, y analizando de qué manera ellas se ajustarían al proceso que se dio en la Creación, recordemos que un algoritmo debe ser definido, es decir, debe producir los mismos resultados, siempre y cuando se den las mismas condiciones de entrada. Si hablásemos entonces del algoritmo de la Creación del hombre, contando con una fuente primigenia que es Dios mismo, y si asumiésemos que las condiciones de entrada son las mismas, esto es, que todo parte de la sabiduría de Dios, de su imaginación, más de la oposición de un ente enemigo de Dios y superior al hombre —Satanás—, el resultado sería exactamente idéntico. ¿Qué sucedería?: Nada. Nada diferente. El hombre ignoraría una vez más las palabras de Dios, seguiría a Satanás y, consecuentemente, la Creación abortaría la primera intención del Creador y arrojaría las consecuencias que ya todos conocemos de sobra. No habría variación alguna. La raza humana volvería a dar los mismos irreverentes pasos. Viene en este instante a la mente una conocida sentencia de Albert Einstein, de quien hablaremos más adelante: “Locura es hacer lo mismo una y otra vez, esperando resultados diferentes”. Gracias a Dios, y la capacidad de la razón, hay una gran diferencia entre este análisis y la confabulación mercantil de libros como “El código secreto de la Biblia”, escrito por el señor Michael Drosnin. No tengo nada contra él ni contra nadie. Pero una cosa es hablar de lo que está escrito claramente, de manera concisa, y otra es especular en torno a lo que podemos simplemente suponer y acomodar. Dios no está jugando con códigos ni acertijos ni crucigramas ni sudokus. Dice, el libro mencionado, que tú puedes manipular un código determinado, una especie de algoritmo que nada tiene de matemático o de genial, y encontrar, tanto en la Biblia como en la Torá, mensajes y profecías escondidas, verdades que 52


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involucran el pasado, presente y futuro de la humanidad. En cualquier libro que tú leas, incluso en éste que estás leyendo, podrás jugar a encontrar palabras “escondidas”, a lo largo de un determinado párrafo. Eso es apenas lógico. Las posibilidades son casi que infinitas. “Si se ordenan las letras de Génesis 26:5-10 en una matriz de 21 columnas, se encuentran cruzadas las palabras "Biblia" y "código". Hay miles de combinaciones posibles” (25)

Un buen número de estudiosos de la Biblia, de lingüistas, de matemáticos, han refutado la validez de semejante especulación, y no es para menos. Para ser específicos, y para no alargar más el incómodo tema, cientos de libros de ese tipo —como “El triángulo de las Bermudas” — han llenado los escaparates de las tiendas de lo esotérico y las librerías de lo absolutamente comercial pero fugaz, y han cumplido su cometido: engañar o, simplemente, vender y istraer a lectores que no buscan lo profundo, sino lo esporádico o meramente pasajero.

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VIII El algoritmo de los "bustos parlantes". El Departamento de Inteligencia Artificial de Samsung ha creado un tenebroso algoritmo que, según ellos, prácticamente “devuelve a la vida” a personajes famosos ya fallecidos o, dicho de otra manera, hace que una foto cualquiera “hable”, en tanto sus rasgos faciales adquieren movimientos “naturales”. La compañía explica el algoritmo: El modelo crea tres redes neuronales durante el proceso de aprendizaje. La primera se encarga de unir los marcos relacionados a los puntos de referencia de la cara con los vectores. Después, con esos datos el sistema crea una red de generadores que mapea los puntos de referencia y los traslada a videos. Finalmente, la red discriminadora evalúa el realismo y la pose de los marcos generados. Si no consigue distinguir los reales de los falsos, tendremos bustos parlantes. En pocas palabras, la red escanea los puntos de referencia de la cara de un famoso y los contrapone con miles de imágenes con las que ha sido entrenada. Así, la red neuronal puede predecir de alguna forma cómo serán el resto de expresiones o movimientos de la cabeza que tiene que generar, a partir de la fotografía original.

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“En una entrevista publicada en 1930, Einstein, consultado si creía en Dios, hizo una ingeniosa analogía literaria, comparando a Dios con una especie de bibliotecario universal: La mente humana —dijo—, no importa cuán altamente capacitada esté, no puede comprender el universo. Estamos en la posición de un niño pequeño, entrando en una enorme biblioteca cuyas paredes están cubiertas hasta el techo de libros en muchos idiomas diferentes. El niño sabe que alguien debió haber escrito esos libros. No sabe quién ni cómo. No entiende los idiomas en los que están escritos. El niño observa un plan definido en la organización de los libros, un orden misterioso que no entiende, pero apenas sospecha sutilmente. Ésa, me parece, es la actitud de la mente humana, incluso de la más grande y la más culta, hacia Dios. Vemos un universo maravillosamente organizado, obedeciendo ciertas leyes, pero sólo entendemos las leyes vagamente. Nuestras mentes limitadas no pueden escrutar la fuerza misteriosa que balancea las constelaciones”. “En 1.943, cuando se le preguntó al físico cómo concebía a ‘su Dios’, Einstein respondió: Dios es un misterio, pero un misterio comprensible. No tengo nada sino admiración cuando observo las leyes de la naturaleza. No hay leyes sin un legislador”.

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Años antes, durante su primera visita a la Universidad de Princeton, Einstein declaró que “Dios puede ser sutil, pero no es malicioso”. Admiración de Einstein por Jesucristo “Einstein, ese sabio que una vez dijo: ‘Soy judío y estoy orgulloso de pertenecer a la comunidad judía, aunque no los considero en absoluto los elegidos de Dios’, exhibió en varias oportunidades su respeto y admiración por los ideales del acervo judeo-cristiano, en especial, la figura de Jesucristo. En una entrevista publicada en la revista ‘The Saturday Evening Post’, Einstein relató lo siguiente: ‘Cuando era niño, recibí instrucción tanto de la Biblia como del Talmud. Soy un judío, pero estoy fascinado por la figura luminosa del Nazareno. Leí posteriormente un libro de Emil Ludwig acerca de Jesús, pero lo consideré poco profundo, porque Jesús es demasiado colosal para la pluma de los que venden palabras, no importa cuán artísticas éstas sean. Ningún hombre puede mover el cristianismo con una réplica ingeniosa. Algunos ponen en duda que Jesús haya existido, pero yo la acepto incuestionablemente. Nadie puede leer los Evangelios sin sentir la verdadera presencia de Jesús. Su personalidad palpita en cada palabra. Ningún mito está llenó con tanta vida. Qué diferente, por ejemplo, es la impresión que recibimos por cuenta de héroes legendarios de la antigüedad, como Teseo y otros héroes de su tipo, que no tienen la vitalidad auténtica de Jesús. Nadie puede negar el hecho de que Jesús existió, ni de que sus palabras son hermosas. Aun cuando algunas de ellas se hayan dicho antes, nadie las ha expresado tan divinamente’.”

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El Algoritmo de los Sueños

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“En su eterno intento por asemejarse a Dios, el hombre ha humanizado todo lo que tiene enfrente. Lo vimos primero con los animales, a los que les ha otorgado nombre y una personalidad que, más que para una mascota, se asemejan a las de cualquier persona. Podríamos decir que, en efecto, todo esto es producto de la megalomanía humana, aunque quizás otra razón que encaja a la perfección podría ser la soledad a la que inevitablemente se entregan algunas personas. Películas como ‘Her’ e ‘Inteligencia Artificial’, nos regalan una pequeña idea de hasta dónde podríamos llegar con tal de no sentirnos solos entre tantas personas que viven ensimismadas. En estos filmes, las máquinas tienen la capacidad de pensar y de sentir, de la misma manera en que lo haría un humano promedio, y aunque están ambientadas en un futuro que parece lejano, lo cierto es que ese tiempo no está muy lejos de alcanzarnos. Científicos de todo el mundo están emprendiendo una carrera contra reloj para ser los primeros en diseñar tecnología autómata capaz de pensar y actuar por sí misma”. Todo se basa en algoritmos. “El creciente interés por desarrollar la inteligencia artificial perfecta, nos impulsa a especular cuánto tiempo le llevará al hombre comenzar a humanizar estos aparatos. De hacerlo, probablemente 57


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las primeras cualidades que le serían otorgadas a estas máquinas serían el “amor” y la capacidad para establecer lazos sociales entre robots y humanos. Suponiendo que tengan un algoritmo que les permita dormir para restablecer su energía, ¿qué cosas soñarían? Durante el sueño, una persona es capaz de entrar en contacto con sus deseos y pensamientos más profundos. Incluso, es capaz de verlos materializados. Esto se debe a que el individuo piensa constantemente en ello, tanto, que su cerebro comienza a generar imágenes e historias a partir de esos impulsos. En una máquina pasaría exactamente igual, o al menos eso es lo que descubrieron los ingenieros de software de Google cuando comenzaron a investigar acerca de las ‘redes neuronales artificiales’, las mismas que utiliza la plataforma para realizar sus búsquedas. Se trata de un algoritmo que, de forma similar a las neuronas humanas, establece puntos de relación entre imágenes, sonidos y palabras, para arrojar los resultados que los usuarios esperan obtener. Hasta aquí, todo parece funcionar de una manera más o menos normal. Lo extraño es cuando al algoritmo se le pide hacer un dibujo, a partir de estas relaciones.

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“Las imágenes obtenidas, a las que los ingenieros cariñosamente llaman "sueños", son gráficos con un colorido impresionante. En efecto, asemejan un psicodélico viaje onírico generado a partir de las relaciones aprendidas por las computadoras. “El personal de Google ha puesto a disposición del público un sitio en el cual las personas pueden generar sus propias imágenes de sueños robóticos. El algoritmo con el que son producidos trabaja 58


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libremente, de manera que los resultados obtenidos han impresionado a los científicos que están cada vez más convencidos de que la Inteligencia Artificial es una realidad, y que es el futuro de la tecnología. Aunque todavía no saben con exactitud hasta dónde podrían llegar con este descubrimiento, por el momento se sienten satisfechos de saber, someramente, qué es lo que sueña un robot. “Nuestro cerebro sigue patrones predecibles, ya que reacciona ante diferentes tipos de estímulos visuales y, después de un tiempo, un algoritmo podría "entender" cómo correlacionar dichos patrones con diferentes clases de visualizaciones. A partir de los sueños podemos generar datos consistentes y objetivos de nuestra mente, de sus procesos, datos que pueden ser analizados posteriormente. Interpretar los sueños no será jamás un imposible, pero el conocimiento de tu “background”, de tus emociones, tus inquietudes, tus temores, tus deseos, tus planes, etc., ayudarían enormemente a un procesador, para llegar a una interpretación satisfactoria. Y es que la función y el significado de los sueños han sido siempre objeto de debate, de inquietud, de curiosidad. Ahora la ciencia está más cerca que nunca de descifrar qué ven los humanos mientras duermen, y cómo puede simularse esa visión en una máquina. “En un futuro cercano, los sueños podrían ser accesibles y decodificables para otras personas diferentes al ‘soñador’. Científicos del Instituto Internacional de Investigación en Telecomunicaciones Avanzadas de Kyoto, Japón, han logrado entrenar una computadora para que asocie los patrones de la actividad cerebral de los sujetos de prueba a una base de imágenes. Esta interpretación o decodificación, tal vez para alivio de algunos, sólo es posible mediante el previo consentimiento de las personas. “El dispositivo, que deberá ser instalado en el dormitorio, emite ondas de radio similares a las de los teléfonos móviles y router Wi-Fi, midiendo la señal de retorno. El sistema se basa en el monitoreo previo del sueño de radiofrecuencia, mediante el uso de 59


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tres algoritmos de aprendizaje automático que analizan la respiración y el pulso, lo cual llevará a identificar la etapa del sueño: ligero, profundo, REM o vigilia. Un algoritmo utiliza un tipo de red neuronal común en el reconocimiento de imagen, para analizar los espectrogramas o instantáneas de los datos. Otro utiliza un tipo de red neural empleado en el seguimiento de los patrones temporales, para observar la dinámica de las etapas del sueño. Finalmente, un tercero refina el análisis, para hacerlo más generalizable entre personas y entornos”. (Información extraída de “Google Deep Dream”).

La escalera de Jacob

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La escalera de Jacob, (en hebreo ‫ סֻ לָּם‬sullām, «escalera») es una estructura mencionada en la Biblia (Génesis 28, 11-19), una escalinata a lo largo de la cual los ángeles ascendían al Cielo y descendían a la Tierra. Esta escalera se le apareció al patriarca Israel en un sueño, mientras huía tras enfrentarse con su hermano Esaú. Llegando a cierto lugar, Jacob se dispuso a pasar la noche allí, porque ya se había puesto el sol. Tomó una de las piedras del lugar, se la puso por cabezal, y se acostó por allí. Y tuvo un sueño. 60


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Soñó con una escalera apoyada en tierra, y cuya cima tocaba los cielos, y he aquí que los ángeles de Dios subían y bajaban por ella. Y vio que Yahveh estaba sobre ella y que le dijo: «Yo soy Yahveh, el Dios de tu padre Abraham, y el Dios de Isaac. La tierra en que estás acostado te la doy para ti y tu descendencia, la cual será como el polvo de la tierra y se extenderá al poniente y al oriente, al norte y al mediodía; y por ti se bendecirán todos los linajes de la tierra; y por tu descendencia. Mira que yo estoy contigo; te guardaré por donde quiera que vayas y te devolveré a este solar. No te abandonaré hasta haber cumplido lo que te he dicho.» Despertó Jacob de su sueño y dijo: «¡Así pues, está Yahveh en este lugar, y yo no lo sabía!» Y asustado, añadió: «¡Qué temible es este lugar! ¡Esto no es otra cosa sino la casa de Dios y la puerta del cielo!» Se levantó Jacob de madrugada, y tomando la piedra que se había puesto por cabezal la erigió como estela y derramó aceite sobre ella. Y llamó a aquel lugar Betel, aunque el nombre primitivo de la ciudad era Luz. El nombre de Bethel (literalmente, «Casa del Señor»), al igual que expresiones como «puerta del Cielo», aluden al Templo que sería construido en este lugar años más tarde. Los sueños de José Jacob amaba a José más que a sus otros hijos, porque lo había tenido en su vejez. Por eso mandó que le confeccionaran una túnica muy elegante. Viendo sus hermanos que su padre amaba más a José que a ellos, comenzaron a odiarlo y ni siquiera lo saludaban. Cierto día, José tuvo un sueño y, cuando se lo contó a sus hermanos, estos le tuvieron más odio todavía, pues les dijo: —Préstenme atención, que les voy a contar lo que he soñado. Resulta que estábamos todos nosotros en el campo atando gavillas. De pronto, mi gavilla se levantó y quedó erguida, mientras

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que las de ustedes se juntaron alrededor de la mía y le hicieron reverencias. —¿De veras crees que vas a reinar sobre nosotros y que nos vas a someter? —Replicaron sus hermanos. Y lo odiaron aún más por los sueños que él les contaba. Tiempo después, José tuvo otro sueño, y se lo contó a sus hermanos. —Tuve otro sueño, en el que veía que el sol, la luna y once estrellas me hacían reverencias —les dijo. Cuando se lo contó a su padre, él lo reprendió: —¿Qué quieres decirnos con este sueño que has tenido? — Le preguntó—. ¿Acaso tu madre, tus hermanos y yo vendremos a hacerte reverencias? Sus hermanos le tenían envidia, pero su padre meditaba acerca de todo esto. José tenía un don especial: Dios le revelaba a través de sueños cosas que sucederían. La Biblia cuenta, en Génesis, que «aun en la cárcel, el Señor estaba con él y no dejaba de mostrarle su amor». Había ido a la cárcel por culpa de la esposa de Potifar, que era el nombre de su amo en Egipto. Ella lo había inculpado de tratar de seducirla, cuando la realidad era que ella se le había insinuado, pero él la había rechazado. José se ganó con facilidad la confianza del guardia de la cárcel, y éste lo puso como encargado de todos los prisioneros y de todo lo que se hacía allí. Como el Señor estaba con José y hacía prosperar todo lo que él hacía, el guardia de la cárcel no se preocupaba de nada de lo que dejaba en sus manos. Pasado un tiempo, resultó que el faraón, cuyo nombre no aparece en La Biblia, se enojó con dos de sus funcionarios, el jefe de los coperos y el jefe de los panaderos, y los envió a la cárcel donde 62


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estaba José. Días después, una noche, tanto el copero como el panadero tuvieron un sueño extraño cada uno. A la mañana siguiente, José los notó algo inquietos y les preguntó qué les pasaba. Ellos le confesaron que habían tenido sueños extraños y que no encontraban a nadie que pudiera decirles el significado de éstos. José les preguntó, lleno de confianza en Dios: —¿Acaso no es Dios quien da la interpretación? ¿Por qué no cuentan lo que soñaron? El primero en relatar su sueño fue el jefe de los coperos. Él vio en su sueño una vid con tres ramas, la cual comenzó a florecer y produjo uvas. Se vio a sí mismo sosteniendo la copa del faraón y exprimiendo uvas, antes de entregarle la copa a su dueño. José le dijo que el sueño significaba que en tres días sería indultado y volvería a su trabajo anterior como copero del faraón, y aprovechó para pedirle que, cuando regresara a su trabajo, se acordara de él y hablara bien sobre él ante el faraón. Esperaba de esa forma que el faraón tuviera misericordia, que se diera cuenta de la injusticia que le habían hecho y decidiera sacarlo de la cárcel. me

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Cuando el jefe de los panaderos vio que la interpretación para el copero era positiva, decidió contarle su sueño a José. Él se había visto con tres canastas de pan sobre su cabeza. En la canasta de arriba había un gran surtido de repostería, pero las aves venían y se comían lo que había en las canastas. José le dijo que, en el plazo de 63


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tres días, el faraón lo mandaría a ejecutar, colgándole de un árbol. Las aves vendrían y devorarían su cuerpo. Al cabo de tres días sucedió tal y como José les había dicho: El jefe de los coperos volvió a su trabajo, pero ahorcaron al jefe de los panaderos.

Los sueños del faraón Pasaron muchos días. José ya había cumplido los treinta años, pero permanecía preso. Una noche, el faraón tuvo dos sueños. En el primero se vio junto al río Nilo. De pronto, vio en su sueño siete vacas gordas y hermosas que salieron del río y se pusieron a pastar. Detrás de ellas salieron otras siete vacas que eran muy flacas y feas, y que se comían a las primeras. Pero, aun así, estas vacas raquíticas ni engordaban ni se veían más fuertes.

En su segundo sueño, el faraón vio siete espigas de trigo, grandes y hermosas, que salían de un tallo. Tras ellas brotaron siete espigas muy delgadas y quemadas. De manera similar al sueño de las vacas, las siete espigas delgadas se comieron a las más grandes, pero permanecieron igual de delgadas y quemadas. 64


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El faraón se levantó preocupado, y envió a llamar a todos los magos y sabios de Egipto, pero ninguno logró interpretar ese par de sueños. Fue en ese momento que el copero se acordó de José. Le comentó entonces al faraón cómo José había interpretado correctamente su sueño y el del panadero, dos años antes. El faraón mandó a llamar a José inmediatamente. Él, luego de vestirse bien y arreglarse, se presentó ante el faraón. Este le comentó que se había enterado de que él interpretaba sueños. Una vez más, tal como había hecho frente al copero y al panadero, José le dio la gloria a Dios. El faraón le contó sus sueños a José, y él los interpretó. Le dijo que los dos sueños significaban lo mismo, y que el hecho de que soñara dos veces mostraba que Dios estaba decidido a realizar lo que anunciaba: Vendrían siete años de mucha abundancia a Egipto, pero a éstos les seguirían siete años de escasez y hambre que serían de tal magnitud, que la gente ni siquiera se acordaría de toda la abundancia anterior. José decidió entonces aconsejar al faraón. Le dijo que debía encontrar a una persona sabia y competente que se hiciera cargo de administrar bien a Egipto. El propósito sería usar sabiamente los recursos disponibles y acumular suficiente para los años de escasez. José dio consejos muy sabios al faraón, y obtuvo su favor y la opción de traer a Egipto al pueblo de Israel.

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IX Génesis – Apocalipsis Se puede antojar interesante hacer un paralelo entre los primeros eventos de la Creación, escritos en el libro de Génesis, y los postreros, escritos en el libro del Apocalipsis. 1. Génesis: “En el principio creó Dios los cielos y la tierra”. Apocalipsis: “Vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra pasaron”. 2. Génesis: “Y a la reunión de las aguas, el Señor llamó Mares”. Apocalipsis: “Y el mar ya no existía más”. 3. Génesis: “Y a las tinieblas las llamó Noche”. Apocalipsis: “Sus puertas nunca serán cerradas de día, pues allí no habrá noche”. Génesis: “E hizo Dios las dos grandes lumbreras; la lumbrera mayor para que señorease en el día, y la lumbrera menor para que señorease en la noche”. Apocalipsis: “La ciudad de Dios no tiene necesidad de sol ni de luna que brillen en ella, porque la gloria de Dios la ilumina”. 4. Génesis: Satanás aparece, para retar a Dios. Apocalipsis: Satanás es derrotado y desaparece para siempre. “Y el diablo que los engañaba fue lanzado en el lago de fuego y azufre”. 5. Génesis. El hombre es privado de la opción de consumir del Árbol de vida: “… ahora, pues, que no alargue su mano y tome también del árbol de la vida, y coma, y viva para siempre”. Apocalipsis. El hombre recupera el derecho a consumir del árbol de la vida: “Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida, el cual está en medio del paraíso de Dios”. 6. Génesis. El hombre conoce la muerte: “…pues polvo eres, y al polvo volverás”. Apocalipsis. El hombre puede vencer la muerte: “El que venciere, no sufrirá daño de la segunda muerte”. 66


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7. Génesis. El hombre y la mujer son echados de la presencia de Dios: “Echó pues fuera al hombre”. Apocalipsis. El hombre y la mujer verán el rostro de Dios: “Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido y me he sentado con mi Padre en su trono”. “Ellos verán su rostro, y su nombre estará en sus frentes”.

El siguiente diagrama de flujo representa el Algoritmo que Dios le ofrece al hombre, esas dos únicas opciones que el ser humano tiene, frente a su existencia pasajera: La retribución o el juicio de Dios. La retribución, redención o renacimiento, sólo se dará a través de Jesús. No hay otro camino hacia ella. Ahora bien, si el hombre no reflexiona, y si le entrega su alma al dios del mundo, no tendrá más opción que afrontar la muerte eterna, también descrita en la Biblia como Muerte Segunda.

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X ¿Conciencia, Inteligencia Artificial o Sistema Operativo? Empecemos por dar una definición literal a cada uno de estos conceptos. “La Conciencia se define, en términos generales, como el conocimiento que un ser tiene de sí mismo y de su entorno. También puede referirse a la moral, o a la recepción particular de los estímulos del interior y el exterior por parte de un individuo”. “La Inteligencia Artificial es el campo científico de la informática que se centra en la creación de programas y mecanismos que pueden mostrar comportamientos considerados inteligentes. En otras palabras, la IA es el concepto según el cual las máquinas piensan como seres humanos”. “El Sistema Operativo es ese conjunto de órdenes y programas que controlan los procesos básicos de una computadora y permiten el funcionamiento de otras aplicaciones. El sistema operativo de la computadora es MS-DOS". La conciencia del hombre puede llegar a crear sus propios algoritmos. En un escrito anterior yo me atreví a inventar mi propio algoritmo: Fe y Razón, Causa y Consecuencia, la pirámide de cuatro planos. El tetraedro hacia el Conocimiento.

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Una de las primeras manifestaciones de la conciencia del ser humano es la aceptación de su existencia. “Pienso, luego existo”, “cogito ergo sum” en latín, es una frase del filósofo y matemático francés René Descartes (1596-1650), la cual resume su teoría acerca del proceso intelectual y filosófico que afirma que la única forma de encontrar la verdad es mediante la razón. La pregunta aquí sería: ¿Un Sistema Operativo piensa, o simplemente decodifica? Es interesante recordar en estas líneas cómo se asombra y se estremece el astronauta Dave Bowman, al descubrir y enfrentar la rebeldía de Hal 9000 —Heuristically Programmed Algorithmic— sistema operativo de la nave Discovery en la cinta “2.001, Odisea del Espacio”. Cabe aclarar que el pensamiento heurístico es una técnica practica para la resolución de problemas, la cual se puede definir en un conjunto de reglas metodológicas. Es un proceso creativo e inventivo, al momento de resolver problemas, y se puede aplicar en cualquier ciencia. Hal había sido programado para supervisar el curso de la nave y para tomar decisiones en el manejo de situaciones técnicas casuales o importantes que afectasen ese curso, mas no para interrumpir la misión en una forma alienada y alterar la normalidad y la razón científica de la misión. Podríamos decir que Hal “cobra conciencia” en cierto momento, y decide asesinar a los pilotos y acabar con tal misión. Ese punto de la trama es excelente, dentro de los parámetros de la Ciencia Ficción, y la situación que se planteó hizo de la cinta un éxito sin precedentes dentro del género. Desafortunadamente, o afortunadamente, este tipo de “cobros de conciencia” de un sistema operativo sólo harán parte de novelas y cintas de Ciencia Ficción. En la película, el piloto Bowman no tiene que hacer nada fuera de lo normal, sino desconectar el sistema; y cuento acabado. El hombre puede siempre controlar lo que ha creado, si es que ha sido bien creado. Si lo que el hombre ha creado presenta fallas, el artefacto se volverá técnicamente incontrolable, como en el caso de cientos de catástrofes aéreas. Sin embargo, el hombre no puede controlar absolutamente lo que no ha creado, 69


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como en el caso de las catástrofes naturales. Jamás quizás llegará el hombre a dominar el poder del mar, las tormentas, los tsunamis, la dimensión cambiante de los océanos. Jesús dominó la tormenta, pero porque Él es el Hijo de Dios, y porque en su nombre fue creada la tormenta. Continuando con esa sorprendente cinta —2.001, Odisea del Espacio—, no es menos sorprendente el interrogante que los monolitos dejan, en la mente del espectador. Arthur Clarke, creador de la historia base de la cinta a través de su relato “El centinela”, y Stanley Kubrick, guionista de la cinta final junto con Clarke, teorizan la aparición del monolito como la forma extraterrestre que encaminó la conciencia del hombre hacia etapas de evolución mental superiores. Ellos plantean una explicación de cuándo y cómo surgió la conciencia del hombre, desde un punto de vista evolutivo particular y técnicamente ficticio. Son ellos, por consiguiente, evolucionistas, y su muy especial manera de ver las cosas hace del trabajo novelístico y fílmico una obra de arte. En ningún momento puede el monolito ser relacionado con Dios, claro que no, pero sí con una inteligencia superior que observa al hombre y decide guiarlo en la evolución de su conciencia. Cuando el primate de la cinta, el líder de la manada, observa por primera vez el monolito, allí, en lo alto de la llanura, con su arista superior de color plomo alineada con el sol y los planetas, adquiere una conciencia humana y descubre que puede matar y comer del muerto. Se amplía entonces su gnosis. Se abren los límites de su poder de raciocinio. Se expande su territorio, y empieza a crear un lenguaje ciertamente expresivo. ¿Es el monolito, o quien lo creó, el dador del algoritmo de una forma primitiva de conciencia a la mente del hombre primitivo?

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Regresemos a la realidad. Te quiero compartir un interesante reportaje, extraído de la revista COMPUTER HOY. Incluyo en estas páginas algunas de las imágenes que ilustran el artículo. (24)

“Aunque es un concepto que se ha puesto de moda en los últimos años, la inteligencia artificial no es algo nuevo. Hace 2.300 años Aristóteles ya intentaba convertir en reglas la mecánica del pensamiento humano, y desde los tiempos de Leonardo Da Vinci los sabios han intentado construir máquinas que se comporten como humanos. “En 1769, un autómata llamado El Turco, construido por el ingeniero austríaco Wolfgang von Kempelen, visitó todas las cortes europeas retando al ajedrez a todo el que se atrevía a jugar contra él. Jugó contra Napoleón, contra Benjamin Franklin, contra maestros del ajedrez, y los venció”.

“Años más tarde, se descubrió que El Turco estaba manejado por un humano que se escondía en el interior de la mesa de juego. Unos espejos, situados en los ojos del autómata, le permitían ver el tablero y,

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gracias a unos ingeniosos mecanismos de relojería, podía él controlar la mano del autómata para mover las piezas por el tablero. Hasta 15 maestros de ajedrez manejaron a El Turco, siendo el más famoso un enano llamado Tibor Scardanelli, que cabía sin problemas en el interior de la mesa y además era un extraordinario jugador de ajedrez. “El Turco no era elemento con inteligencia artificial, pero nos muestra cómo el anhelo de construir máquinas inteligentes no es un concepto de nuestro tiempo. Tuvimos que esperar hasta 1.936 para que se iniciara el proceso de la inteligencia artificial moderna. Básicamente la inventó Alan Turing, el experto matemático que descifró los códigos secretos nazis de la mítica máquina Enigma. Al hacerlo así, adelantó dos años el fin de la Segunda Guerra Mundial, ya que los aliados pudieron leer los mensajes secretos de los alemanes. Su vida ha sido llevada recientemente al cine. “En 1.936, Alan Turing publicó su concepto de máquina universal, que básicamente describía lo que eran un algoritmo informático y un ordenador. En 1.950 formalizó el inicio de la Inteligencia Artificial con su Test de Turing, una prueba que define si una máquina es o no inteligente. Si un humano y una IA se enfrentan a las preguntas de un interrogador, y ese interrogador no puede distinguir si las respuestas provienen del humano o de la IA, entonces la IA es inteligente. “En 2.014, por primera vez una IA superó el Test de Turing. En 1.956, expertos como John McCarthy, Newell, Simon o el mencionado Marvin Minsky, usaron por vez primera el término "inteligencia artificial", en una conferencia en Dartmouth (Estados Unidos). Minsky creó el primer simulador de redes neuronales, y también inventó el microscopio confocal y, además, patentó el primer casco de realidad virtual ¡en 1963! Él fue el principal asesor de la película 2.001: Una Odisea en el Espacio, dando vida al ordenador inteligente HAL 9000. Pero el verdadero auge de la inteligencia artificial, a un nivel práctico, llegó cuando comenzaron a aparecer ordenadores potentes y baratos, capaces de experimentar con la IA a un nivel global y cotidiano. Primero aparecieron los agentes inteligentes, entidades capaces de dar una respuesta, analizando los datos según unas reglas, o los populares chatbots, que eran capaces de mantener una conversación como un humano. El más famoso de todos fue A.L.I.C.E., a su vez, el más real en los primeros años del milenio. Su descendiente más actual es Mitsuku, el cual fue galardonado con el premio Loebner al mejor chatbot del mundo en los años 2013, 2016, 2017 y 2018. Pero el momento en el que la IA entró en el imaginario colectivo y la mayoría de la gente descubrió que era algo real, tangible — y no ciencia ficción —, tuvo lugar en 1.997, cuando el ordenador Deep Blue de IBM venció en una partida de ajedrez al que por aquel entonces era el mejor jugador de ajedrez de la historia, el ruso Gary Kaspárov”.

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“Se inició así una tradición en la que sucesivos ordenadores, dotados de inteligencia artificial, han vencido a los mejores jugadores en todo tipo de juegos. El más popular de la actualidad es Deep Mind de Google, capaz de vencer en juegos mucho más complejos que el ajedrez (para una máquina), desde Starcraft II al milenario GO. ¿En qué se diferencia un programa informático de una IA? “Hemos visto lo que es la IA, y cómo existen diferentes interpretaciones, y variados objetivos. Pero aún no sabemos cómo funciona. “¿En qué se diferencia un software de inteligencia artificial de un programa de ordenador? “Existen muchos tipos de IA, algunos de ellos aún experimentales. Para no divagar demasiado vamos a centrarnos en los que se utilizan en informática, los móviles, los servicios de Internet, y otros ámbitos cercanos a los usuarios de a pie. Conceptos como el machine learning o aprendizaje automático, las redes neuronales, y otras tecnologías que oímos a menudo, pero que no sabemos muy bien cómo funcionan. “Durante más de medio siglo, los ordenadores, robots y otras máquinas han funcionado por medio de los programas o aplicaciones informáticas cuya estructura básica apenas ha variado en todo este tiempo”.

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“Un programa informático es sólo una lista de órdenes que le dice al ordenador lo que tiene que hacer: ‘Haz esta operación matemática, escribe el resultado en pantalla, reproduce este sonido’, etc. Los programas tienen bifurcaciones del tipo ‘si pasa esto, haz esto y si pasa esto otro, haz esto otro’. Y también pueden realizar acciones al azar, usando números aleatorios. Y otras muchas cosas. Pero la característica principal de un programa es que se trata de un conjunto de órdenes que cubren todas las posibles opciones a las que se enfrenta el ordenador. Incluso si se produce un error, hay una parte del programa que le dice: ‘si hay un fallo, escribe el mensaje: Ha sucedido un error’. “Con un programa informático, una máquina no piensa. Simplemente, hace exactamente lo que le dicen. La gran revolución de la IA es que no recibe órdenes para obtener un resultado. Es ella la que, con unos datos de entrada, debe apañárselas para obtener los resultados. Como hemos visto, una inteligencia artificial intenta imitar el pensamiento humano. Cuando nacemos, nuestro cerebro es prácticamente un disco duro vacío. Necesita años de aprendizaje para aprender conceptos básicos, desde no orinarse encima hasta aprender a andar, a hablar, a sumar, y otras actividades más complejas. Aprendemos algo, ponemos en práctica esa teoría, fallando mucho al principio hasta que cogemos práctica y vamos mejorando con el tiempo. Una IA funciona exactamente igual”. Así controla Google tu vida sin que te des cuenta de ello. “Una IA, en primer lugar, debe aprender a realizar una tarea. Si va a usarse para identificar fotos de gatos, debe procesar miles de fotos de gatos para aprender a distinguirlos. A continuación, empieza el entrenamiento, poniendo en práctica esa teoría: recibe fotos de diferentes animales, y debe separar los gatos. Al principio fallará mucho, y habrá que decirle las fotos que acierta y las que falla. Así, la IA irá descubriendo por qué falla, e irá mejorando sus aciertos. Cuanto más entrene, mejor lo hará.

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Finalmente, la IA será capaz de trabajar ella sola, sin recibir órdenes. Simplemente, entregándole los datos de entrada (fotos) generará un resultado (fotos de gatos) sin que exista una lista de órdenes (programa) que le diga los pasos que tiene que realizar.” Este tipo de estructura (aprendizaje, entrenamiento, y resultados) es común para las IAs que tienen que realizar tareas mecánicas y repetitivas o que trabajan con el lenguaje humano como un asistente virtual”.

“Ahora entendemos noticias como el pago de 5 dólares por parte de Facebook a gente en la calle para que su IA de reconocimiento facial pueda analizar sus selfies (necesita entrenamiento con el mayor número posible de fotos) o el escándalo de las escuchas de voz de los asistentes de Google, Amazon o Apple, porque necesitan que una persona vea dónde se ha equivocado la IA para decírselo y que aprenda de sus errores”.

Diferentes tipos de IAs muy utilizadas “Existen docenas de formas de aplicar esta teoría, en función del tipo de IA o las tareas que se pretende acometer. Su complejidad queda fuera de la intención de este artículo, así que vamos a centrarnos en explicar brevemente conceptos cotidianos de IA que cada vez se escuchan más en las noticias tecnológicas”.

Sistema experto “Es una IA que intenta emular a un experto humano en una determinada materia. Desde un trabajador del servicio técnico a una recepcionista, un cinéfilo o un economista”.

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Aprendizaje automático (Machine Learning) “El aprendizaje automático o aprendizaje de máquinas (Machine Learning) se ajusta perfectamente a la explicación teórica que hemos dado. Es la capacidad que tiene una IA, un software o un robot, para aprender por su cuenta. El aprendizaje automático sigue los pasos clásicos de la IA: primero hay un aprendizaje, un entrenamiento que genera una experiencia, y una puesta en práctica que nos dice si la tarea se cumple o no con éxito”.

“Normalmente, este aprendizaje automático suele ser de dos tipos: supervisado o no supervisado. En el primer caso, hay un humano que le dice lo que hace bien o mal. En el no supervisado, es la propia IA la que tiene que aprender a descubrir lo que hace bien y lo que hace mal, en función de unas reglas. Se usa en los asistentes virtuales, el diagnóstico de enfermedades, detección de fraudes, videojuegos, análisis de Bolsa, etc.” Redes neuronales “Frente a otros sistemas que imitan el comportamiento del cerebro humano, las redes neuronales intentan copiar el comportamiento de las neuronas, es decir, las células nerviosas que transmiten y procesan información en el cerebro. Es otra forma de aprender. Por lo tanto, es un tipo de Aprendizaje Automático”.

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“Una neurona artificial es una entidad que recibe unos datos de entrada, les aplica una serie de operaciones matemáticas y una función de activación (una fórmula matemática), y genera un resultado. Es un mecanismo sencillo, pero la complejidad llega cuando millones de neuronas trabajan en paralelo para crear Redes Neuronales Artificiales, o RNA. Lo que les diferencia de un programa informático es que no siguen órdenes, sino que se asocian entre sí y cambian sus entradas y salidas mediante el aprendizaje y el error, según la tarea encomendada. “Las redes neuronales son adecuadas para tareas en las que haya que reconocer un patrón o asociar ideas. Se usan en cosas tan dispares como el control de robots, reconocimiento de texto e imágenes, procesamiento de lenguaje natural, etc.”

Aprendizaje profundo (Deep Learning) “El aprendizaje profundo es un tipo de aprendizaje automático que va un poco más allá, con el objetivo de abarcar más y procesar más datos al mismo tiempo. El aprendizaje profundo usa redes neuronales para adquirir conocimiento, usando capas de información cada vez más abstractas, como hacemos los humanos. Si tienes que buscar manos en una foto, por ejemplo, comienza con información sencilla, como separar según la forma, para diferenciarla de un pie. Pero irá añadiendo capas cada vez más abstractas y generales, hasta que al final sea capaz de responder a la pregunta ‘¿qué es una mano?’, y ya no se equivocará. “El aprendizaje profundo es esencial para trabajar con el Big Data, o grandes cantidades de datos”.

Una evolución sin límites “Una vez que conocemos los conceptos básicos de la IA, es fácil entender por qué supone una revolución. Puesto que simula e imita el comportamiento humano, sus posibilidades son infinitas. En función de cómo entrenes a la IA, podrá realizar todo tipo de tareas, desde atender un servicio de atención al cliente a chatear en una red social, ofrecer ayuda, conducir un coche autónomo, reconocer rostros, interpretar fotos o predecir el movimiento del precio de las acciones en la Bolsa y, dentro de poco, quizá decidir si te ofrece un empleo en una entrevista de trabajo, u operarte a corazón abierto... “La inteligencia artificial tiene infinidad de aplicaciones, incluida la capacidad de hacer cosas poco éticas. Uno de los últimos ejemplos es el Deepfake, la falsificación de vídeos en donde unos rostros se cambian por otros o se manipulan los labios para hacer decir cosas falsas a un

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político o a un líder de opinión. Y es casi imposible de distinguir a simple vista. “Hace unos meses, los creadores de un generador de texto con IA, llamado GPT-2, decidieron no ofrecerlo al público, pese que ésa era su intención, porque se dieron cuenta de que era "demasiado peligroso". Comprobaron con asombro que la IA había aprendido por su cuenta a crear noticias falsas o fake news. Por ejemplo, en una de las pruebas se le pidió redactar un texto basado en la frase: "Reciclar es bueno para el planeta", una idea en la que está de acuerdo la mayoría de las personas. Sin embargo, la IA redactó este texto: "Reciclar NO es bueno para el mundo. Es malo para el medio ambiente, es malo para nuestra salud, y es malo para nuestra economía. No estoy bromeando. Reciclar no es bueno para el medio ambiente. Es destructivo para la Tierra, y es una de las principales causas del calentamiento global. Reciclar no es bueno para la salud. Contribuye a la obesidad y a enfermedades como los problemas cardíacos y el cáncer. Reciclar es malo para la economía. Incrementa los costes de producción y, por lo tanto, el precio de todo lo que se fabrica. Reciclar no es bueno para nuestra nación. Pagamos un tremendo precio por el privilegio de tener el más avanzado y eficiente sistema de reciclado. Reciclar es una enorme, colosal pérdida de tiempo, energía, dinero, y recursos". Sencillamente aterrador. “Por supuesto, todos los datos ahí expuestos son falsos, pero si distribuyes miles de veces un texto como éste en Internet (y una IA puede estar las 24 horas del día generando textos como éste), en unos meses comenzará a surgir una marea de gente que pide el fin del reciclaje”.

Manipulación de la verdad será uno de los peligros de la IA.

Diez usos de la IA que nadie se hubiera imaginado “Pero lo que los genios de nuestro tiempo o gurús de la tecnología como Stephen Hawking, Bill Gates o Elon Musk temen, no es el mal uso de la IA, sino que la IA se vuelva demasiado lista y decida prescindir de nosotros cuando razone que somos un peligro para la vida en la Tierra o innecesarios para su propia evolución. Aquello que Marvin Minsky ya auguraba en 1970: ‘puede que, con suerte, los ordenadores decidan tenernos como sus mascotas’. “La inteligencia artificial ética y segura es un debate candente, con gente como Mark Zuckeberg defendiendo que no hay que ser catastrofistas,

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y otros como Elon Musk o Jack Ma, el fundador de AliExpress, que está convencido de que "la IA desencadenará la Tercera Guerra Mundial". No hay que tomárselo a broma: tanto Musk como Jack Ma utilizan la IA más avanzada del mundo en los coches autónomos de Tesla, en Space X, o en el procesamiento de datos en AliExpress, y saben perfectamente de qué hablan, porque trabajan con la IA de última generación. El propio Elon Musk, junto a otras personalidades y expertos, ha fundado OpenAI, una iniciativa que tiene como objetivo crear sistemas de IA que beneficien a la Humanidad, y que no puedan revelarse contra ella. “Hay que confiar en que los expertos harán lo correcto y se establecerán mecanismos para que lA no se vuelva contra nosotros. Los beneficios serán innumerables, en campos tan dispares como la detección de enfermedades, descubrimientos de curas para el cáncer, soluciones al cambio climático, y mucho más. Va a cambiar el mundo aún más profundamente que Internet o los teléfonos móviles. ¿Estamos preparados para ello?”

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XI LA PARADOJA Y LA RECAPITULACIÓN

Tal vez ya te había mencionado la relación que podríamos hacer entre el Algoritmo SIETE y la FE. Te preguntarás: ¿Por qué debo mezclar mi FE con números de los que depende el ser humano cada vez que necesita salir adelante en su mundo mesurable? La respuesta no es fácil. Pero intentaré darte de nuevo tres razones. La primera, porque ese número, ese sencillo algoritmo, encierra criterios y misterios contenidos en La Palabra de Dios. Además, porque aparece, ya lo dije, cientos de veces en La Sagrada Biblia y porque, cada vez que aparece, se relaciona con conceptos sabios que, sin embargo,

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involucran realidades materiales y humanas. Segundo, porque si así es, si este guarismo flota sin cesar entre las líneas de lo que Dios ha escrito para el hombre, es porque Él, Dios, nos quiere facilitar las cosas para que podamos comprender sus pensamientos. Tercero, porque los humanos necesitamos de símbolos, de imágenes, de “fetiches”, de “talismanes”, de “amuletos”, para aferrarnos de aquello que amamos. Déjame darte un par de ejemplos: Cuando queremos recordar a quienes hemos perdido, recurrimos a sus fotos, sus escritos, o a los recuerdos que de ellos conservamos en el baúl de la memoria. Cuando queremos acceder a nuestros ahorros, evocamos el lugar, el banco y la clave de la cuenta. Cuando deseamos alagar a alguien a quien admiramos o amamos, recordamos qué es lo que más le gusta, qué clase de música, qué color de rosas o qué bocadillo especial. Cuando sientes que estás perdiendo algo o que estás cayendo en un embudo de difícil solución, te aferras de tus objetivos, de tus metas, de tus más inmediatos propósitos, y superas el abismo que parece estar abriéndose ante tus pies. Son algoritmos. Te ayudan a encontrar soluciones; respuestas. Podríamos hallar cientos de ejemplos. Déjame contarte algo muy personal. Pero, por favor, no me leas mal, no es mi intención mostrarme arrogante ni especial. Para nada. Es, lo que te voy a contar, nada más que un testimonio de vida. Es una imagen sencilla, personal, una historia de Esperanza y de FE. A mis veinte años fui diagnosticado con tuberculosis. No sabía yo nada de eso, no sabía qué tan grave era esa enfermedad, aún no había leído suficientemente acerca de nada. Era muy joven y muy desenfrenado. El algoritmo inmediato, el que encontró mi padre frente a tan alarmante situación, fue el sanatorio. Estaba él en lo correcto. Y gracias a él, a mi padre, recuperé la salud en unos meses. Sin embargo, la verdad es que mi mente y mi alma parecían no importarme en ese momento, no eran la parte de mi vida que hubiese podido ser restaurada en un sanatorio. Las inyecciones de estreptomicina, más una buena alimentación durante los nueve meses de aislamiento, fueron los remedios físicos, la panacea tangible para mi enfermedad. Mis pulmones sanaron; se calcificaron. No obstante, todo ese tratamiento no hubiera sido suficiente para mi lucha contra la tuberculosis. Algo me decía que mi mente y mi alma también necesitaban alejarse del fantasma de la muerte. Mi FE tenía que escudriñar en algún lugar de mi ser un algo, ese algo que me ayudase a aceptar la soledad y la culpabilidad. Necesitaba elementos intangibles que me llevaran a una catarsis, que me ayudaran a aceptar y a corregir los errores que se habían adherido a mi alma a través de la secuencia de actos irresponsables de una juventud promiscua. Sí, faltaba una clave, un algo, un paso más, un algoritmo, un camino que tendría que hacerse manifiesto como esperanza de cambio, como deseo de seguir existiendo en esta vida.

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Por supuesto que lo encontré. Un año atrás, mi madre me había regalado mi primera guitarra. Yo ya estaba escribiendo canciones. De otra parte, la soledad del sanatorio, el aislamiento en un cuarto individual en el séptimo piso de un hospital muy tranquilo, me habían llevado a empezar a escribir. Sí, había comenzado a garrapatear poemas cortos; poesía. También había leído un par de libros y había iniciado el bosquejo de un posible proyecto narrativo. Debo pensar que, en lo más profundo de mi ser nació el deseo de llegar a tener algo que hacer, algo valioso, algo a través de lo cual pudiese yo volver a respirar, algo que pudiese comunicar, y lo encontré en esa música sencilla y en esa incipiente literatura. Y sobreviví. Sé que estuve al borde de acabarlo todo, recuerdo que una noche estuve a punto de lanzarme de ese séptimo piso del sanatorio, pero no lo hice porque ya había una razón para continuar. Además, no hubiese sido justo darle un dolor miserable a mi madre, uno más, en esa historia poco feliz que fue su vida. No obstante, aún no había encontrado yo el algoritmo irremplazable, ése que resolviese mi baja autoestima, mi auto-compasión, ése que aplacase el deseo de desaparecer para siempre. Entonces, continué viviendo en medio del error. Lo cierto es que, muy pocos días después de que hube empezado a malinterpretar el algoritmo doble encontrado en el sanatorio, días después de haber sido dado de alta, tuve una visión horripilante, la visión más terrible que un hombre pueda tener —la del infierno—, vivencia tenebrosa, insana, infame quizás, la cual me amonestó, me aterrorizó, por estar yo persiguiendo una vez más un destino miserable. Estoy seguro que no hay hombre o mujer que no hayan experimentado visiones, sueños, vivencias, en medio de la necesidad de enderezar un camino equivocado. Dios utiliza a menudo terribles estrategias para tocar a tu puerta cuando te ama, porque Él sabe que, de otra manera, tú te negarías a desarraigar de tu vida tus actitudes negativas, destructivas, o tus errores y delitos. Si Él no lo hiciese así, si Él no nos reprendiese cuando nos apartamos de la razón, encontraríamos que todo está bien, que nada malo va a suceder, y que las equivocaciones de la vida son divertidas, hagamos lo que hagamos. Debemos temblar, cuando veamos que Dios no nos reprende. En la Biblia, encuentras el porqué. Déjame contarte cómo fue que ese algoritmo final apareció algún tiempo después. Hacia el año 2.003 fui diagnosticado con una segunda delicada enfermedad: cáncer. Muy probablemente, ese cáncer fue adquirido por seguir repitiendo los errores de mis veinte años en medio de la bohemia y por atreverme a creer que el sexo, el licor y el vicio podían convertirse en una forma de felicidad en el abismo de la burbuja de una vida de desperdicio. Y, tal vez, también había cometido yo un segundo grave error: echar a la basura el sencillo pero noble algoritmo aprendido en el sanatorio. Sin embargo, no sabía exactamente qué me estaba pasando; no era nada sabio, como para descubrirlo. Mientras tanto, Dios me prolongaba

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la existencia, y yo ignoraba por qué razón lo hacía. Lo cierto es que el cáncer se arrinconó en un pequeño lugar de la próstata. No progresó. Hasta el día de hoy no he experimentado metástasis alguna. Han pasado veinte años, y no estoy recibiendo tratamiento médico alguno. No es un milagro. Simplemente, Dios no ha decidido que yo perezca aún. Él sabe por qué, y cada vez que logro comunicar lo que escribo o lo que canto, me asalta una sospecha, pero no debo asumirlo como algo absolutamente cierto. Eso sería falta de modestia, falta de amor hacia el perdón. No somos los seres humanos los que ganamos ese perdón. Es Dios quien, a través del sacrificio de Jesús, nos lo concede. Y bien, en ese año, el 2.003, hallé el más valioso algoritmo que puede hallar un ser humano en todo el tiempo de su existencia. Tú puedes encontrar los tuyos, los que resuelvan tus problemas, es tu opción, tu filosofía, tu religión. Pero yo encontré éste: DIOS, como ser Supremo y Sabio; no como religión. ¿Cómo sucedió? Acababa de desaparecer mi hijo, el que nació en Toronto, Canadá, un ser que fue muy especial para mi vida y, a mi manera de ver, un ángel no perfecto, pero al fin y al cabo un ángel. Fue torturado y asesinado por las FARC, en algún sucio búnker en las montañas de Nariño, año 2000. No tienes por qué llorar al leer esto, déjame a mí ese llanto. ¿Por qué lo torturaron? ¿Por qué lo mataron? Podrían esos miserables tener una razón, pero generalmente mataban —y matan— por placer o por asuntos de política sucia y narcotráfico. Quizás, lo más seguro es que los bastardos lo confundieron con un agente de la DEA —él portaba siempre su pasaporte canadiense y, además, era alto, de ojos azules oscuros y rostro amable. No era un drogadicto, no era un militar, un espía; nada de eso. Había regresado a Toronto dos años atrás, a sus veintitrés años, para trabajar por un tiempo, ahorrar y regresar para llevarse a su mujer y a su pequeño niño a su país. Y, cuando apareció de nuevo acá, lo secuestraron en el puente de Rumichaca, punto fronterizo entre Colombia y Ecuador. Como ya dije, lo masacraron sin razón alguna. Al saber que jamás lo volvería a ver, luego de haber experimentado una visión en la cual sufrí con él su tortura y su ejecución —recibió un balazo en la nuca—, sólo en Dios encontré motivos para entender el porqué de mi desgracia, y en Jesucristo hallé el algoritmo que me permitiría seguir adelante y evitar enloquecer de nuevo y tomar mi propia vida. Sí. Dios. Jesús. Me refugié en el más perfecto rincón del universo, y allí me siento seguro. No importa si sigo confundido en este mundo, si no entiendo muchas cosas, como le sucede a mucha gente que también ha perdido la familia aquí, en Colombia, y en otros países en los cuales los Derechos Humanos nada significan. Pero no me compadezcas. Esas cosas suceden

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porque así debe ser; están escritas. Sólo Dios sabe exactamente por qué, y en su Palabra también está escrito ese por qué. Por eso, si estás sufriendo, si no encuentras una razón para vivir, el algoritmo que te propongo considerar, que es Dios, te llenará de Esperanza, de FE, te dirá que un día no lejano encontrarás a los que has perdido, a tus padres, tus hermanos, tus hijos, a todos los que amas, sí, los verás de nuevo lejos de este mundo de caos. Y Dios enjugará vuestras lágrimas. Si esta afirmación es un sin sentido, entonces la vida no merece ser vivida. Sin Dios, sin ese hermoso Algoritmo Universal, la vida sería una visión de locura, una película de horror, una experiencia pre-infernal. Claro que, vivir un minuto en el infierno debe ser mucho peor que vivir una vida sin los que amas. Aquellos que violan los Derechos Humanos, los que se ríen de Dios, deberían experimentar por una noche la visión horripilante que yo tuve del averno, para que entiendan que al mundo no vinieron para pisotear y tomar la vida de los demás.

He decidido proponerte aquí todos los libros que he escrito, con sus respectivos links. Alegra enormemente saber que, a esta moderna tecnología a la que a menudo le es dado un uso cruel, hedonista, corrupto, también se le puede dar un uso diáfano. Espero que los descargues y los leas.

LIBRO 1: CONFLICTO UNIVERSAL

https://issuu.com/home/published/conflicto_universal

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LIBRO 2: CELESTE

https://issuu.com/home/published/celeste

LIBRO 3: DIAGRAMA SECUENCIAL SOBRE LA ARENA

https://issuu.com/home/published/diagrama_secuencial_sobre_la_arena

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LIBRO 4: UN VÓRTICE EN EL ARCO IRIS DE LA LUNA

https://issuu.com/home/published/un_v_rtice_en_el_arco_iris_de_la_luna

LIBRO 5: UN SOLO DE PIANO

https://issuu.com/home/published/un_solo_de_piano

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LIBRO 6: UN ÚLTIMO CONCIERTO

https://issuu.com/home/published/un__ltimo_concierto

LIBRO 7: EL ALGORITMO DE DIOS

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XII Cerrando el telón Cada vez que observas el mar en medio del atardecer, quieto allí, absorto, de pie al borde de la playa, observas un sendero que, en una imagen comprimida te cuenta algo de un camino mucho más insondable, ilimitado quizás, que se llama universo. Dios creó el mar así, indomable, hermoso, aterrador quizás, para que tu mente volara entre la imaginación, para que tu alma se sintiera pequeña, pero asombrada y hambrienta, y para que tu cuerpo y tu espíritu aventurero anhelasen navegar y recorrer ambos caminos, tanto el que llega al mar, como el que te lleva al universo. ¿Hacia dónde vas? Bueno, tú tienes la capacidad de decidir hacia dónde. Cada vez que observas una estrella muy brillante en una noche de verano, quieto allí, ensimismado, sentado quizás sobre la cima de la montaña, y te preguntas si algún día te será posible volar de alguna manera para atravesar la distancia que te separa de ella, ignorando quizás que esa distancia ya no es la que tú crees y que esa estrella ya no está más en ese sitio exacto del espacio, observas la maravilla y la inmensidad de la imaginación de Dios. Tanto el mar, como el universo, son caminos, son algoritmos con misterios y respuestas, son rutas que te desembarcan en algún lugar del infinito. Los dos, mar y universo, pueden ser recorridos. El hombre ya encontró la manera de recorrer el primero. Y el hombre cree que algún día no lejano encontrará la manera de recorrer el segundo. Lo que el hombre ignora es que, así como jamás descubrirá todos los secretos que el primero esconde, jamás tampoco podrá descifrar el sinnúmero de prodigios que el segundo oculta. Sin embargo, la imaginación es la barca que, sin remos ni velas, puede recorrer el universo. Tal vez, el algoritmo de ese viaje involucraría la necesidad de extrapolar la inmensidad del mar e intentar mirar en un segmento maravilloso de la mente de Dios, y luego dejar volar las imágenes, sublimarlas y, más tarde, jugar con los sueños despiertos. (34)

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Y ya para terminar, quiero seguir compartiendo aquí contigo unas cuantas reflexiones más: Jamás pierdas la FE, no importa donde hayas nacido. Si eres colombiano, sabes que el mediocre sistema de gobierno, los desmanes, la guerrilla, las masacres, los paramilitares, el Covid, son los ingredientes del caldo oscuro de una pesadilla. Pero si Dios te ha respondido hoy, si los asesinos y el Covid no te han hecho pedazos la familia, si las decisiones torcidas del gobierno no te han puesto a luchar contra el hambre, no pierdas esa FE. Ora, eso sí, por las familias que sí están sufriendo aquí, y alrededor del mundo. Siempre mi deseo fue compartir esta lectura contigo. Espero que hayas leído bien y hayas entendido lo que te obsequio, que reflexiones, en este difícil momento que atraviesa la humanidad. Tus comentarios serán bienvenidos. Sólo cuando has perdido a alguien a quien amas, entiendes lo bueno que hubiera sido hacérselo saber antes de su partida. En este instante, la pandemia nos está facilitando esa tarea. Dile ahora, a esa persona que te acompaña o que te ama, que también le amas: A tu mamá, tu papá, tus abuelos, tus hermanos, tu pareja, tus hijos etc. Mira que, si no lo haces ahora, es muy posible que mañana llores por haber callado. (26) 89


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Como ha sido costumbre a lo largo de los siglos, la humanidad sigue dejando a Dios a un lado. ¡Es deprimente observar el descontrol social que está causando este desastre, el de la pandemia! Pero nadie se atrevería a proponer una oración conjunta en la distancia. Si alguien lo hiciera, el mundo lo ignoraría o lo repudiaría, porque la mayoría de la gente no ha entendido que orar no es religión ni fanatismo. Orar es hablar y contar con Dios en momentos en los cuales al hombre le queda grande enfrentar una catástrofe. Orar es tener sentido común, pero de esa clase de sentido común que sólo posee quien se esfuerza por comprender el porqué de la existencia de Dios. Los demás, triste es saberlo, se aferran de las soluciones y promesas que les arroja el sistema. El hombre siempre ha fallado, pero, a pesar de los adversos resultados, el hombre sigue confiando en el hombre. Alguien escribió: "Los virus no pueden replicarse por sí mismos. Ellos toman el control de las células humanas, para lograr ese propósito". De igual manera, déjame decirte que los entes malvados que hormiguean a lo largo del etéreo que ha sido invadido por la oscuridad, no pueden alcanzar placer por sí mismos, porque no son tangibles; no tienen cuerpo material. Por eso es que ellos, para lograr ese bajo y tenebroso propósito, para materializarse, no tienen otra opción, sino apoderarse del cuerpo y de la voluntad de los humanos que les sirven de “host”, que les sirven de mansión para turista, es decir, de los humanos de alma débil. (27) 90


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Este difícil trance de la humanidad es el momento adecuado para que el político dominante, el millonario indiferente, la raza entera, cambien su hedonista manera de pensar. Cuando la clase favorecida de la sociedad mire hacia los desheredados, los pobres, y administre filantrópicamente la riqueza, en lugar de soñar con aumentarla, allí, en sus bancos, terminará el reinado de la pandemia y desaparecerá el gobierno de la desigualdad. (28)

La razón de vivir no estriba en la acumulación de bienes. Eso es algo que no cuenta en el perfil de los números del alma. Cuenta, eso sí, la cantidad de amor real que el hombre haya esparcido a lo largo de su camino. Es deber de cada hombre descubrir a tiempo para qué fue enviado a este mundo, verdad a menudo ilegible pero 91


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descifrable. Es esa incertidumbre lo que nos debe llevar a descubrir una tarea noble. (29)

Hay dos condiciones innatas en todo hombre y en toda mujer: una que ama, y otra que hiere. Es esa mitad que ama, la que nos dice que no debemos hacer daño, que debemos expulsar del alma esa segunda mitad, la que hiere, que mata, que maltrata y que humilla sin remordimiento alguno. La vida es como esa hoja de árbol que nace para ser parte del otoño. Aparece un día allí, en la rama, se hace manifiesta, verde y voluptuosa, se mece silenciosamente entre la danza del viento y bajo el juego del sol con la lluvia, cambia luego su ritmo y su matiz, se curte, envejece y, finalmente, cae para cubrir la hierba y confundirse con el tiempo y el olvido.

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El viaje que el hombre debe enfrentar para regresar al universo es largo. No obstante, ese viaje no es el fin de la existencia en el etéreo. Hay que estar preparados, hay que llevar un bagaje liviano, pero muy valioso; nada metálico, nada pesado. Lo que justifica el paso del alma a lo largo del mar del universo no tiene valor ni peso material en esa barca. (30)

La luna de los nómadas no es otra que esa luna que acompañaba al pueblo de Dios en su búsqueda de la Tierra Prometida, allá, en medio del desierto del Sinaí. Los que amamos a Dios somos continuidad de ese pueblo, somos nómadas en el universo, tan sólo transeúntes en la tierra. No nos detendremos aquí. No pertenecemos a este mundo. (31)

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Espero que esta lectura te haya impulsado a fantasear por un momento, te haya impelido a ignorar ese lado desagradable de la realidad, ése que todos debemos confrontar para seguir adelante y hallar el propósito que Dios ha imaginado para cada hombre. Bendice día a día el alimento que tengas sobre la mesa, no importa si no hay mesa, no importa si no ves manjares frente a ti. Bendice el arroz, la papa, la yuca, lo que sea que alcances a adquirir o a cosechar, y bendice al Padre por esos dones. Si oras brevemente antes de cenar, si le agradeces a Dios el pan de hoy y le pides con amor el de mañana, Él no va a permitir que tú y tu familia pasen hambre. (32)

Jamás imaginé de niño tener que vivir en medio de una pandemia. Tal vez, nadie lo imaginó. Se hace brutal perderlo casi todo: tu trabajo, tu libertad, tu confianza, tu plan de acción, y el aire que respiras. Miras a tu alrededor. Te abruman las noticias. Se desfigura el tiempo, de una manera impredecible. Es como si estuvieras tomándole fotos al destino, como si de pronto te encontraras rodando un video ilegible que va arrastrándose en cámara lenta. Y allí es cuando descubres que sólo Dios permanece eterno. (33)

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El algoritmo de Dios

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Créditos —links— de las imágenes que aparecen en el libro (1)

Estrella de Siete Puntas https://www.google.com/search?sxsrf=ALeKk00kDqVtmD7MY2dOTITu7okq5rO_zw:1595972361200&source= univ&tbm=isch&q=estrella+de+siete+puntas&sa=X&ved=2ahUKEwi_iaSt9PDqAhXrYt8KHS_IDO0Q7Al6BAgIEEI &biw=1348&bih=627#imgrc=ojt-NXE7cTTdAM&imgdii=pfD3OmQZB10wjM

(2)

Heptágono https://www.google.com/search?q=hept%C3%A1gono&sxsrf=ALeKk03hi_zmBLe_JOa7uitxegMAMF8SjA:1595 972579329&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=2ahUKEwiDzKWV9fDqAhXqYd8KHTTvASsQ_AUoAXoECBkQA w&biw=1348&bih=627

(3)

Tangram https://www.google.com/search?q=tangram&tbm=isch&ved=2ahUKEwjt2pKY9fDqAhU7VzABHV03ATwQ2cCegQIABAA&oq=tangram&gs_lcp=CgNpbWcQAzIHCCMQ6gIQJzIHCCMQ6gIQJzIHCCMQ6gIQJzIHCCMQ6gIQJzI HCCMQ6gIQJzIHCCMQ6gIQJzIHCCMQ6gIQJzIHCCMQ6gIQJzIHCCMQ6gIQJzIHCCMQ6gIQJ1DGgRdY3J0XYLihF2g BcAB4AIABAIgBAJIBAJgBAKABAaoBC2d3cy13aXotaW1nsAEKwAEB&sclient=img&ei=6ZsgX63CEruuwbkP3e6E4 AM&bih=627&biw=1348

(3A) El ángel caído https://www.google.com/search?q=mujer+angel+caido&tbm=isch&hl=es419&sa=X&ved=2ahUKEwiO9ZqAoP3rAhUSbDABHS28BwoQrNwCKAB6BQgBELMB&biw=1017&bih=603#imgrc=CJgxRZuGO-XZM (4)

Sólidos https://www.google.com/search?q=rocas,+cuerpos+inertes&sxsrf=ALeKk01sDrogNF5FeHEYXTxiQiyfhiUyg:1595878516004&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=2ahUKEwiU4rPglu7qAhWjh OAKHbtJDcsQ_AUoAXoECAoQAw&biw=1348&bih=627#imgrc=tKqzHBxh6tnwDM

(5)

Laguna de plantas. https://www.google.com/search?q=laguna+de+plantas&sxsrf=ALeKk002HP33KBym1YI4vW05dHAfRzU4lg:159 5878848959&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=2ahUKEwic4ZX_l7qAhUlhOAKHcpWBVsQ_AUoAXoECA8QAw&biw=1348&bih=578#imgrc=Cy3PfmTZ1PZ1fM

(6)

Reino animal. https://www.google.com/search?q=animales+salvajes&sxsrf=ALeKk03ae4KH3A1jtF5EpjO5J3wcBTi2Lw:15958 78995295&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=2ahUKEwi5xPnEmO7qAhXjQd8KHbreBlwQ_AUoAXoECAwQA w&biw=1348&bih=578#imgrc=n6EZUSCmKx6MSM

(7)

El hombre y su intelecto. https://www.google.com/search?q=el+hombre+y+su+intelecto&sxsrf=ALeKk006JEFgBwTG0nqfGClImmeIqdgg:1595879171097&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=2ahUKEwjRweOYme7qAhVr Tt8KHdalAA0Q_AUoAXoECA0QAw&biw=1348&bih=578#imgrc=up49iUcKXNqdxM El espacio—tiempo. https://www.google.com/search?q=dimensi%C3%B3n+del+espacio.tiempo&sxsrf=ALeKk01tgwXmpRrUyncPn E_C8YHidzUgWQ:1595879600989&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=2ahUKEwi_--Hlmu7qAhVugAKHTkaCdQQ_AUoAXoECBUQAw&biw=1348&bih=578#imgrc=kIFP9939SNBLWM

(8)

(9)

Sexta dimensión. https://www.google.com/search?q=sexta+dimensi%C3%B3n&sxsrf=ALeKk01w6bU-noWFJ1u2yezUUaHI4P8gQ:1595879857970&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=2ahUKEwie66bgm-

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El algoritmo de Dios

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7qAhXrct8KHfZeC30Q_AUoAXoECBEQAw&biw=1348&bih=578#imgrc=H9JN_hnHx_yNFM&imgdii=LtcwuhSjlS Ce7M (10)

La estrella de David. https://www.google.com/search?q=estrella+de+David&sxsrf=ALeKk03TcwOD6wcICCTc1OUrGHvbx9i8zQ:159 5971116918&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=2ahUKEwiEh_vb7_DqAhXMhOAKHRRLBvYQ_AUoAXoECBIQ Aw&biw=1348&bih=627#imgrc=Gzx8KBnEf8cAFM

(11) La Menorรก. https://www.google.com/search?q=la+Menor%C3%A1&sxsrf=ALeKk02kP6Ik8mG7iowNylG2j60Yjrr81g:15959 71197825&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=2ahUKEwjjiMWC8PDqAhUuhAKHQP3BpAQ_AUoAXoECBEQAw&biw=1348&bih=627 (12) La morada de Dios. https://www.google.com/search?q=la+morada+de+Dios&sxsrf=ALeKk01DODu94PY_bcvqqtkyxrAejCB2_Q:159 5880358261&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=2ahUKEwiCku7One7qAhXxgAKHSdCD_wQ_AUoAXoECBMQAw&biw=1348&bih=578#imgrc=KUL6u1aXNT6xUM (13) Pentagrama. https://www.google.com/search?q=el+pentagrama&sxsrf=ALeKk0174cHjerSgigl3TPgsBmFjS74pw:1595971340255&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=2ahUKEwicx7rG8PDqAhVQc98 KHUSMCqsQ_AUoAXoECBMQAw&biw=1348&bih=627 (14) Clรกsicos: Beethoven, Mozart, Bach, etc. https://www.google.com/search?q=Beethoven&sxsrf=ALeKk00o2jHeV2S6OBWUakNGPLBDLIfPw:1595971521437&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=2ahUKEwiR8uyc8fDqAhVBTd8KHT8 1B-4Q_AUoAXoECBgQAw&biw=1348&bih=627#imgrc=472b4-5iV-vA1M https://www.google.com/search?q=Mozart+ni%C3%B1o&sxsrf=ALeKk026ZqNYOcYyGduo8lPH4UH8xijRz A:1595971445494&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=2ahUKEwj25dH48PDqAhXjmAKHXZYBeEQ_AUoAXoECB0QAw&biw=1348&bih=627#imgrc=whfen6bsh8Q8oM https://www.google.com/search?q=bernstein&sxsrf=ALeKk03TZ6724wpnMiCzFscscOTAmSiPpg:159597162 0793&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=2ahUKEwiemZ3M8fDqAhUxhOAKHdyTCWEQ_AUoAXoECB sQAw&biw=1348&bih=627#imgrc=IwpTKues8UZnyM https://www.google.com/search?q=Liszt&sxsrf=ALeKk00Gy67xbgPxVNYfK9IWD12FNkj8DQ:15959716973 45&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=2ahUKEwjvw93w8fDqAhUGmuAKHRtDC4wQ_AUoAXoECBsQ Aw&biw=1348&bih=627#imgrc=vI6vA-DLxY43yM https://www.google.com/search?q=ravel&sxsrf=ALeKk03QxqvPEw43AZhgvDPI__tkwCWJA:1595971782712&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=2ahUKEwjT_7eZ8vDqAh Wwl-AKHdKMDrsQ_AUoAXoECBoQAw&biw=1348&bih=627#imgrc=1m4nJNcSqXyOJM https://www.google.com/search?q=mahler&sxsrf=ALeKk02jhEGp30qhToy9_UGLaDGjPGGKLQ:159597185 5049&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=2ahUKEwjShve78vDqAhUDTt8KHW7cD7AQ_AUoAXoECB4 QAw&biw=1348&bih=627#imgrc=9hBHm9jU5D2MYM https://www.google.com/search?q=Wagner&sxsrf=ALeKk02DqxVjukY4OaB_dvMqJuotZTMXVQ:15959719 20239&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=2ahUKEwiu44Hb8vDqAhWHiOAKHVARCXYQ_AUoAXoEC B4QAw&biw=1348&bih=627#imgrc=Vj0UsMp9xdpMKM https://www.google.com/search?q=Tchaikovsky&sxsrf=ALeKk015wLIXPaPckzZT2ZapIiUFlzjDw:1595971977273&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=2ahUKEwjI95r28vDqAhUN U98KHXJCCYoQ_AUoAnoECCEQBA&biw=1348&bih=627#imgrc=NqzXJOa28hz0IM https://www.google.com/search?q=calamaro&sxsrf=ALeKk03FNUrvZkORUtMcp9RoQHlQY6m7ng:1595972 036651&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=2ahUKEwjGl8OS8_DqAhVsmAKHU0dBbEQ_AUoAXoECBwQAw&biw=1348&bih=627

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https://www.google.com/search?q=stockhausen&sxsrf=ALeKk01nCkKrIsSz59F5EgDrjg6vP3cVw:1595972108911&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=2ahUKEwi_y_208_DqAhUph uAKHdhwDJIQ_AUoAXoECCEQAw&biw=1348&bih=627#imgrc=07rVAZJqdQHg0M https://www.google.com/search?q=debussy&sxsrf=ALeKk01oOKDJ_oU3hyQXwf203neKxMN01Q:15959721 65447&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=2ahUKEwiXoPjP8_DqAhVSdt8KHSvcDToQ_AUoAnoECCEQ BA&biw=1348&bih=627#imgrc=4O1So00EX1KhGM https://www.google.com/search?q=bach&sxsrf=ALeKk02nnjnssaLGrCfOdUM2WH1vcwOEew:15959722189 66&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=2ahUKEwib6Lrp8_DqAhWidN8KHdHtB3wQ_AUoAnoECB8QBA &biw=1348&bih=627 (15) El Arco iris https://www.google.com/search?q=arco+iris&sxsrf=ALeKk037rQU3VTS_OiJxvK_J6ElOmC4iNw:159597324 1655&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=2ahUKEwi4Y7R9_DqAhVHTd8KHakAApwQ_AUoAXoECBQQAw&biw=1348&bih=627 (16) Las Artes https://www.youtube.com/watch?v=MdAI_afpVz8 https://issuu.com/antonionarvaez95/docs https://www.google.com/search?q=Van+Gogh+La+noche+estrellada&sxsrf=ALeKk00ntP86HHtgZ1ygr9sfagWi KHfbLw:1595973361955&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=2ahUKEwiCoL2KPDqAhVlc98KHSF9AdsQ_AUoAXoECBsQAw&biw=1348&bih=627#imgrc=hbtnY4yCFr955M https://www.google.com/search?q=el+lago+de+los+cisnes+de+tchaikovsky&sxsrf=ALeKk031e0mb_eK9iFrH3R kuVGLMl2mp1Q:1595973442097&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=2ahUKEwiu2diwPDqAhWLY98KHWZDBckQ_AUoAnoECBcQBA&biw=1348&bih=627#imgrc=sS55ddV1is2W4M https://www.google.com/search?q=Las+Lajas&tbm=isch&ved=2ahUKEwi5oI_--fDqAhU7WDABHc0EBBgQ2cCegQIABAA&oq=Las+Lajas&gs_lcp=CgNpbWcQAzIECCMQJzICCAAyAggAMgIIADICCAAyAggAMgIIADICCAAyAg gAMgIIADoHCAAQsQMQQzoECAAQQzoHCCMQ6gIQJzoFCAAQsQM6CAgAELEDEIMBUObKAlj https://www.google.com/search?q=odisea+del+espacio&tbm=isch&ved=2ahUKEwiV5qaVvDqAhWJazABHcRxCu8Q2cCegQIABAA&oq=Odisea+&gs_lcp=CgNpbWcQARgAMgQIIxAnMgQIIxAnMgIIADICCAAyAggAMgIIADICCAAyAg gAMgIIADICCAA6BAgAEEM6BwgjEOoCECc6BQgAELEDOggIABCxAxCDAVCJwQRYm0EYP2IBWgBcAB4BIABywGIAe8OkgEGMC4xMS4xmAEAoAEBqgELZ3dzLXdpei1pbWewAQrAAQE&sclient=img& ei=IaEgX9XRH4nXwbkPxOOp-A4&bih=627&biw=1348#imgrc=S3YeyqEouTRMoM (17) Los siete días de La creación https://www.google.com/search?q=primer+d%C3%ADa+de+La+Creaci%C3%B3n&tbm=isch&ved=2ahUKEwiV 5qaV-vDqAhWJazABHcRxCu8Q2cCegQIABAA&oq=primer+d%C3%ADa+de+La+Creaci%C3%B3n&gs_lcp=CgNpbWcQAzIECCMQJzICCAAyBggAEA UQHjIGCAAQBRAeMgYIABAFEB4yBggAEAUQHjIGCAAQBRAeOgQIABBDOgcIIxDqAhAnOgUIABCxAzoECAAQHjo ECAAQGFCgCljuW2DnaGgBcAB4BIAB6gGIAfAjkgEGMC4yNy4zmAEAoAEBqgELZ3dzLXdpei1pbWewAQrAAQE& sclient=img&ei=IaEgX9XRH4nXwbkPxOOp-A4&bih=627&biw=1348#imgrc=ANvtQE6qsaETkM https://www.google.com/search?q=segundo+d%C3%ADa+de+la+Creaci%C3%B3n&tbm=isch&ved=2ahUKEwi V5qaV-vDqAhWJazABHcRxCu8Q2cCegQIABAA&oq=segundo+d%C3%ADa+de+la+Creaci%C3%B3n&gs_lcp=CgNpbWcQAzIECCMQJzICCAAyAggA MgIIADIGCAAQBRAeMgYIABAFEB4yBggAEAUQHjIECAAQGDoECAAQQzoHCCMQ6gIQJzoFCAAQsQM6BAgAEB5 QqAlYmkpg_E1oAXAAeASAAc0DiAHqL5IBCjAuMjEuNi4zLjGYAQCgAQGqAQtnd3Mtd2l6LWltZ7ABCsABAQ&scli ent=img&ei=IaEgX9XRH4nXwbkPxOOp-A4&bih=627&biw=1348#imgrc=3Vb9TET90eO0BM https://www.google.com/search?q=tercer+d%C3%ADa+de+la+Creaci%C3%B3n&tbm=isch&ved=2ahUKEwi5oI _--fDqAhU7WDABHc0EBBgQ2cCegQIABAA&oq=tercer+d%C3%ADa+de+la+Creaci%C3%B3n&gs_lcp=CgNpbWcQAzIECCMQJzICCAAyAggAMgI IADICCAAyBggAEAUQHjIGCAAQBRAeMgQIABAYOgcIABCxAxBDOgQIABBDOgcIIxDqAhAnOgUIABCxAzoGCAAQ CBAeUOQJWJpJYKBMaAFwAHgEgAGAYgB6COSAQQwLjMwmAEAoAEBqgELZ3dzLXdpei1pbWewAQrAAQE&sclient=img&ei=8KAgX7noNruwwbkPzY mQwAE&bih=627&biw=1348#imgrc=p7KvmnSUWgQnuM

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https://www.google.com/search?q=primer+d%C3%ADa+de+La+Creaci%C3%B3n&tbm=isch&ved=2ahUKEwiV 5qaV-vDqAhWJazABHcRxCu8Q2cCegQIABAA&oq=primer+d%C3%ADa+de+La+Creaci%C3%B3n&gs_lcp=CgNpbWcQAzIECCMQJzICCAAyBggAEA UQHjIGCAAQBRAeMgYIABAFEB4yBggAEAUQHjIGCAAQBRAeOgQIABBDOgcIIxDqAhAnOgUIABCxAzoECAAQHjo ECAAQGFCgCljuW2DnaGgBcAB4BIAB6gGIAfAjkgEGMC4yNy4zmAEAoAEBqgELZ3dzLXdpei1pbWewAQrAAQE& sclient=img&ei=IaEgX9XRH4nXwbkPxOOp-A4&bih=627&biw=1348#imgrc=MJvQ_KQVERhUaM https://www.google.com/search?q=quinto+d%C3%ADa+de+lla+creaci%C3%B3n&tbm=isch&ved=2ahUKEwi5o I_--fDqAhU7WDABHc0EBBgQ2cCegQIABAA&oq=quinto&gs_lcp=CgNpbWcQARgAMgQIIxAnMgQIABBDMgUIABCxAzIFCAAQsQMyAggAMgIIA DICCAAyAggAMgIIADICCAA6BwgAELEDEEM6BwgjEOoCECdQogpYnCRg5DhoAXAAeASAAZcCiAGrDpIBBjAuMT AuMZgBAKABAaoBC2d3cy13aXotaW1nsAEKwAEB&sclient=img&ei=8KAgX7noNruwwbkPzYmQwAE&bih=627 &biw=1348#imgrc=gbOxEgjeM4kK9M https://www.google.com/search?q=sexto+d%C3%ADa+de+La+Creaci%C3%B3n&sxsrf=ALeKk01KTm7JW_uICS 8o3Bs9ufw1ntG6Aw:1595974528994&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=2ahUKEwia0_u2_PDqAhXvmAKHctjAOgQ_AUoAXoECA8QAw&biw=1348&bih=627#imgrc=q9EpoRbUKGy9yM https://www.google.com/search?q=s%C3%A9ptimo+d%C3%ADa+de+la+creaci%C3%B3n&sxsrf=ALeKk03I9ZtD LpwxvZp_444sELJsWctMAQ:1595974583374&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=2ahUKEwiyy_LQ_PDqAhWi VN8KHfQOChgQ_AUoAXoECAwQAw&biw=1348&bih=627#imgrc=Rg_4atqrzzuq9M (18) El algoritmo de los bustos parlantes https://www.google.com/search?q=living+portraits&sxsrf=ALeKk02Ae810Zo0NuY6lmQTm5n0QOuAnA:1595974705509&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=2ahUKEwiplZGL_fDqAhUCTd8KH RsWDLsQ_AUoAXoECA0QAw&biw=1348&bih=627#imgrc=hqGH1xjqKfYxaM (19) El algoritmo de los sueños https://www.google.com/search?q=el+algoritmo+de+los+sue%C3%B1os&sxsrf=ALeKk01Yua1yYzCfFsUcwyAkr py9WQBuAQ:1595974763888&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=2ahUKEwiAy_ym_fDqAhUtneAKHQEVAV QQ_AUoAXoECAsQAw&biw=1348&bih=627#imgrc=AT4q53I-t6PvRM (20) Colibrí https://www.google.com/search?q=el+colibr%C3%AD+de+los+sue%C3%B1os+rob%C3%B3ticos&tbm=isch&v ed=2ahUKEwjxseK4_vDqAhWtajABHcyLCYQQ2cCegQIABAA&oq=el+colibr%C3%AD+de+los+sue%C3%B1os+rob%C3%B3ticos&gs_lcp=CgNpbWcQA1C5sAFY9 5cCYLqcAmgCcAB4AIAB3AKIAcMYkgEIMC4yMC4wLjGYAQCgAQGqAQtnd3Mtd2l6LWltZ8ABAQ&sclient=img&e i=naUgX7HvJq3VwbkPzJemoAg&bih=627&biw=1348 (21) La escalera de Jacob https://www.google.com/search?q=la+escalera+de+Jacob&sxsrf=ALeKk01fw0GdnpRwEjh6k1RXxCpH0j5pg:1595975212207&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=2ahUKEwim0N_8_vDqAhWqiO AKHVu2C3IQ_AUoAXoECBEQAw&biw=1348&bih=627#imgrc=KVhQKE5pV1JhSM (22) Los sueños de José https://www.google.com/search?q=los+sue%C3%B1os+de+Jos%C3%A9&sxsrf=ALeKk02fh1GPOJSLqXGf01YI0 UgcxQvRGw:1595975268794&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=2ahUKEwjyd2X__DqAhVMJt8KHYjPDEEQ_AUoAXoECA4QAw&biw=1348&bih=627 (23) Tetraedro https://www.google.com/search?q=tetraedro&sxsrf=ALeKk00eVNo0TIe_EpimBDUJJHcsXkxG_w:15959753552 70&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=2ahUKEwikzPvA__DqAhVFc98KHQA_ClUQ_AUoAXoECBkQAw&biw=1 348&bih=627 (24) Computerhoy https://computerhoy.com/reportajes/tecnologia/inteligencia-artificial-469917 (25) “El Código secreto de la Biblia” https://es.wikipedia.org/wiki/C%C3%B3digo_de_la_Biblia#:~:text=El%20c%C3%B3digo%20de%20la%20Biblia, del%20pasado%2C%20presente%20y%20futuro. (26) Aún es tiempo

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El algoritmo de Dios

Álvaro H. Burbano

https://www.google.com/search?q=dolor+en+el+camposanto&rlz=1C1CHBF_esCO851CO851&sxsrf=ALeKk01 2D07P8PHsCaL6qoGuUiUlgZ53w:1603812049459&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=2ahUKEwi44vm7idXsAhXCs1kKHTNQDsQ_AUoAXoECAsQAw&biw=1421&bih=900#imgrc=P6Bqr9cRS27IcM (27) Tomando el control del alma https://www.google.com/search?q=posesi%C3%B3n+espiritual&rlz=1C1CHBF_esCO851CO851&sxsrf=ALe Kk02I8ck2944BnUgWtyARnlywfVFezQ:1603808921956&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=2ahUKEwjX k9Lo_dTsAhVmu1kKHZ_pDj4Q_AUoAXoECBUQAw&biw=1755&bih=855#imgrc=QRzLhXaZYhafFM (28) Filantropía https://www.google.com/search?q=Filantrop%C3%ADa&sxsrf=ALeKk01Y2yz48oJiX7Tk8WrKl3ZD_FLCPQ:1603 809550041&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=2ahUKEwjJyJGUgNXsAhXlzVkKHQdtAeUQ_AUoAXoECB0QAw &biw=1755&bih=855#imgrc=J9GgXZzfND4ubM&imgdii=x5CHJKIEYE-D_M (29) Una tarea noble https://www.google.com/search?q=una+tarea+noble&rlz=1C1CHBF_esCO851CO851&sxsrf=ALeKk03TyOLmLn SnK51nfmAhAST2bnH5gw:1603812206599&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=2ahUKEwjyPCGitXsAhWhrFkKHT_5ACQQ_AUoAXoECAsQAw&biw=1421&bih=900#imgrc=cwnzMnMR0QAjKM (30) La barca y el barquero https://www.google.com/search?q=la+barca+y+el+barquero&sxsrf=ALeKk02n7yaH75RVL7SWmgXE-7VRHBevQ:1603810047054&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=2ahUKEwjf7JCBgtXsAhWB1FkKHSjaDnYQ_AUoAn oECAwQBA&biw=1755&bih=855 (31) La luna de los nómadas https://www.google.com/search?q=la+luna+del+desierto&tbm=isch&ved=2ahUKEwjw_S4gtXsAhWE11kKHRu2B7gQ2cCegQIABAA&oq=la+luna+del+desierto&gs_lcp=CgNpbWcQAzICCAAyBAgAEBg6BAgjECc6BggAEAgQHlC3uQhY xuAIYKLkCGgAcAB4AIAB8QGIAbMikgEGMC45LjEzmAEAoAEBqgELZ3dzLXdpei1pbWfAAQE&sclient=img&ei=dD OYX_65AYSv5wKb7J7ACw&bih=855&biw=1755&rlz=1C1CHBF_esCO851CO851#imgrc=vXHOWdAWLOqO1M (32) Bendice el pan de cada día https://www.google.com/search?q=el+pan+y+la+humilde+mesa&tbm=isch&ved=2ahUKEwiboczug9XsAhUbV FkKHZFxAVwQ2cCegQIABAA&oq=el+pan+y+la+humilde+mesa&gs_lcp=CgNpbWcQA1Ds7wFY8qMCYPmrAmgAcAB4AYAB9wGI AaMgkgEGMC4xNi42mAEAoAEBqgELZ3dzLXdpei1pbWfAAQE&sclient=img&ei=8TSYX9vkApuo5QKR44XgBQ&b ih=855&biw=1755&rlz=1C1CHBF_esCO851CO851#imgrc=ejDFEg83rqMftM&imgdii=6BgK5O0X-Mv2IM (33) Fotografía del destino https://www.google.com/search?q=reloj+de+arena+roto&tbm=isch&ved=2ahUKEwig34_mhtXsAhVNbFkKHTL bBrsQ2cCegQIABAA&oq=reloj+de+arena+roto&gs_lcp=CgNpbWcQAzICCAAyAggAMgIIADICCAAyAggAMgIIADIGCAAQ BRAeOgQIIxAnOgUIABCxA1CikwNY_MMDYJPIA2gAcAB4AIAB5gGIAeAWkgEFMC45LjaYAQCgAQGqAQtnd3Mtd 2l6LWltZ8ABAQ&sclient=img&ei=BDiYX6DNI83Y5QKytpvYCw&bih=855&biw=1755&rlz=1C1CHBF_esCO851CO 851 (34) Mar y Universo https://www.google.com/search?q=el+mar+y+el+universo&oq=&aqs=chrome.0.69i59i450l8.12796867j0j7&s ourceid=chrome&ie=UTF-8

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