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CAPITULO 5. - UN CURSO DE MILAGROS
Una de las herramientas de mayor ayuda es definitivamente la resignificación de muchas cargas que aceptamos culturalmente como válidas y que generacionalmente han podido generar temor, culpa, ira en nuestras relaciones personales e interpersonales. En la misma línea, el ejercicio de perdón es a veces impedido por esas construcciones sociales y personales a pesar de ser su consolidación, tarea básica para caminar más livianos.
Nada real puede ser amenazado. Nada irreal existe. En esto reside la paz de Dios
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La doctora Helen Schucman (1909 - 1981), psicóloga e investigadora clínica de profesión, lo hace con maestría en su obra bibliográfica Un Curso de Milagros (1976) que señala haber sido dictada completamente por el maestro Jesús. Las ideas principales de su trabajo que se enuncian a continuación se encuentran sustentadas en silogismos filosóficos y ejercicios prácticos de gran eficacia. A saber:
a) Define el milagro como la capacidad humana de darse cuenta del pensamiento errado. Además, recuerda al practicante la posibilidad de pedir a Espíritu que obre un milagro sobre la situación de vida que se escoja. El resultado personalmente probado- será la disolución inmediata del miedo y la ansiedad. La conexión instantánea con el amor.
b)El tiempo y el espacio son ilusiones de la mente asimiladas a un sueño profundo en el que ha caído el practicante por decisión voluntaria dada su idea de encontrarse separado/rechazado de Dios. Durante el sueño, no recuerda la verdad que conoce en estado de vigilia: que todo proviene del amor, que todos somos una unidad y que cuanto no proviene del amor, es inexistente.
c) La expiación es la corrección del pensamiento, regularmente derivada de la idea de separación. La ilusión de separación hace referencia a sentirnos lejos de Dios a quien en el libro se llama “Espíritu” . Como corolario de esta premisa, sobreviene la idea de miedo, injusticia, culpa, falta de merecimiento, desamor. d)Consciencia de la presencia del amor en la propia vida y de que todo proviene de él. Nada se separa del amor. Por tanto, la idea de dualidad, blanco y negro, malo y bueno, mejor y peor, se disuaden por completo.
e) El ego o “mente equivocada” es un testigo omnisciente de nuestros movimientos mientras dura el sueño, una suerte de herramienta pedagógica a la que le debemos la posibilidad de despertar y recordar lo que realmente somos. Sin embargo, mientras vive, se alimenta de las mismas ideas que lo crearon: separación, culpa, juicio y ataque.
f) El pecado no existe y, por tanto, tampoco el perdón pues nacemos y permanecemos absolutamente inocentes, nada que perdonar. Al eliminarse la idea de pecado, no hay origen para la culpa ni el castigo. Todas las acepciones anteriores se materializan en el sistema pedagógico como oportunidades nuevamente - de recordar que sólo el amor existe. Todo cuanto sucede en nuestra vida es lo que nos corresponde vivir dadas nuestras elecciones personales que a su vez son una consecuencia de las lecciones que nuestra alma escogió aprender al inicio de la vida humana.
g) La separación del Espíritu (Dios) no existe. Es una ilusión, un mal sueño. Esta idea se traduce en una idea autónoma en cuanto se refiere a la ilusión de separación de Dios y mi alma, y en una heterónoma en tanto hace alusión a la percepción de separación del “otro” humano, de mis pares. En realidad, somos todos una sola consciencia por lo que mi salvación es también la de los demás.
UN CURSO DE MILAGROS Practica activa: UCDM Lección 46
Les propongo la siguiente lectura transcrita textualmente de la obra Un Curso de Milagros (1976) y el ejercicio correspondiente. Lo ideal es dedicar un tiempo cada día al estudio de esta maravillosa obra.
Lección 46 del Libro de Ejercicios Dios es el Amor en el que perdono
1.
- Dios no perdona porque nunca ha condenado. Y primero tiene que haber condenación para que el perdón sea necesario. El perdón es la mayor necesidad de este mundo, y eso se debe a que es un mundo de ilusiones. Aquellos que perdonan se liberan a sí mismo de las ilusiones mientras que los que se niegan a hacerlo se atan a ellas de la misma manera en que sólo te condenas a ti mismo, de igual modo, sólo te perdonas a ti mismo.
2.
- Pero si bien Dios no perdona, su amor es, no obstante, la base del perdón. El miedo condena y el amor perdona. El perdón, pues, deshace lo que el miedo ha producido, y lleva de nuevo a la mente a la consciencia de Dios. Por esta razón, al perdón puede llamársele verdaderamente salvación. Es el medio a través del cual desaparecen las ilusiones.
3.
- Los ejercicios de hoy requieren por lo menos tres sesiones de práctica de cinco minutos completos y el mayor número posible de las más cortas. Como de costumbre, comienza las sesiones de práctica repitiendo la idea de hoy para sus adentros. Cierra los ojos mientras lo haces y dedica un minuto o dos a explorar tu mente en busca de aquellas personas a quienes no has perdonado. No importa en qué medida no las hayas perdonado. O las has perdonado completamente o no las has perdonado en lo absoluto.
4.
- Si estás haciendo los ejercicios correctamente no deberías tener dificultad en encontrar un buen número de personas a quienes no has perdonado. En general, se puede asumir correctamente que cualquier persona que no te caiga bien es un sujeto adecuado. Menciona cada una de ellas por su nombre y di:
5.
- El propósito de la primera fase de las sesiones de práctica de hoy es colocarte en una posición desde la que puedas perdonarte a ti mismo. Después de que hayas aplicado la idea a todas las personas que te hayan venido a la mente, di para tus adentros:
Dios es el Amor en el que me perdono a mí mismo
Dedica luego el resto de la sesión a añadir ideas afines tales como:
Dios es el Amor con el que me amo a mí mismo
Dios es el Amor en el que me alzo bendecido
6.
- El modelo a seguir en cada aplicación puede variar considerablemente pero no se debe perder de vista la idea central. Podrías decir, por ejemplo:
No puedo ser culpable, soy un hijo de Dios
Ya he sido perdonado
El miedo no tiene cabida en una mente que Dios ama
No tengo necesidad de atacar porque el amor me ha perdonado
La sesión de práctica debe terminar, no obstante, con la repetición de la idea de hoy en su forma original.
7.
- Las sesiones de práctica más cortas pueden consistir ya sea en una repetición de la idea de hoy en su forma original, o en una a fin, según prefieras. Asegúrate, no obstante, de aplicar la idea de manera más concreta si surge la necesidad. Esto será necesario en cualquier momento del día en el que te percates de cualquier reacción negativa hacia a alguien tanto si esa persona está presente como si no. En tal caso, dile silenciosamente:
Dios es el Amor en el que te perdono.