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AL DETALLE Todo lo que debería saber sobre

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FELIZ VERANO NUEVO

FELIZ VERANO NUEVO

Qué debería saber sobre… FRAN LEBOWITZ

NUNCA ES TARDE P A DESCUBRIR A LA A A QUE MEJOR HA DEFINIDO A LA GRAN MANZANA EN LOS ÚLTIMOS 50 AÑOS, BIEN EN NETFLIX, BIEN EN LAS LIBRERÍAS CON ‘UN DÍA CU A EN NUEVA YORK’, EL VOLUMEN ANTOLÓGICO QUE PUBLICA TUSQUETS. Por RAFA RODRÍGUEZ

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oveos! ¡Haced como siMesto fuera una ciudad!” es el grito con el que Fran Lebowitz (Morristown, Nueva Jersey, 70 años) saluda a los turistas aborregados que obstruyen las arterias de la metrópolis en la que todo va deprisa. Al menos hasta hace año y medio, claro. Las circunstancias han querido que, a principios del pasado enero, lix estrenara la miniserie documental con la que Martin Scorsese celebra a su amiga, esa escritora, columnista e intelectual cascarrabias que durante casi medio siglo ha moldeado la imagen —la sensibilidad o el significado, mejor— de Nueva York para el mundo a través de su sardónica mirada. Pretend It’s a City, se titula en su idioma original (Supongamos que Nueva York es una ciudad es la traducción española), refiriendo el exabrupto de su protagonista. Siete episodios rodados en 2019 que, de repente, han devuelto a la Dorothy Parker de Studio 54 a los titulares. Y, de paso, a las librerías. ➻ SOY LEYENDA Por uno de esos bloqueos de escritura típicos de quien, en realidad, tiene mucho que contar, Lebowitz solo ha publicado dos libros: los ensayos Vida metropolitana (1978) y Estudios sociales (1981), luego refundidos por comodidad en The Fran Lebowitz Reader (1994), el volumen que ahora aparece oportunamente en España como Un día cualquiera en Nueva York, editado por Tusquets. Por lo demás, se despacha con artículos aquí y allí, intervenciones en late night shows y charlas universitarias o de postín literario-artístico, mientras los millennials la redescubren como referente estético queer, la señora gruñona de americanas masculinas —a medida en la sastre nderson & Sheppard de Savile Row—, camisas blancas de ilditch & Key, Levi’s 501 y botas de cowboy. Humorista, la llaman. Si acaso, periodista. Pero alguien cuya labor siempre ha sido observar, juzgar y criticar el comportamiento humano debería figurar entre los filósofos de nuestro tiempo. “No puedo estar más de acuerdo contigo”, responde al otro lado del teléfono. El suyo, uno fijo, que ni gasta ni se lleva bien con la tecnología.

➻REVELACIONES PANDÉMICAS Primero, las buenas noticias: Fran Lebowitz ya tiene la pauta de vacunación COVID-19 completa. Desde febrero, quizá enero, no se acuerda. “Si he podido sobrellevar el confinamiento, ha sido por vivir sola. La idea de haber estado con alguien... No han inventado a la persona que pueda sopor-

“Si he sobrellevado el confinamiento, ha sido por vivir sola. No han inventado a la persona que pueda soportar durante tanto tiempo”

tar durante tanto tiempo”. Se oyen el clic de un mechero, la bocanada al cigarrillo, antes de continuar: “Vivir sola no significa estar sola. Es una elección. Aunque siempre me he sentido dividida: la mitad de mí busca la soledad; la otra, estar por ahí porque soy muy sociable. Por eso he echado tanto de menos salir durante la cuarentena. Hasta el punto de que, en cuanto abrieron los restaurantes, me planté en una terraza para comer. Y jamás, pero jamás, he comido en la calle en Nueva York, menudo asco. Pero ahí estaba yo, en pleno invierno helador, comiendo a la intemperie, en Nueva York”.

➻FRAN AND THE CITY “No me imagino en ningún otro sitio que no sea Nueva York. Es una ciudad que moldea la vida de todo el que se mude aquí huyendo de donde sea que venga. Y eso que no puede ser más dura. Es carísima, irritante, no lo pone fácil y, aun así, millones de personas siguen viniendo porque es mejor que cualquier otro sitio en este país”. Esperen, que ahora viene la pulla: “Los primeros que escaparon cuando estalló la pandemia fueron los ricos con segundas residencias. Esa clase media que se fue buscando un patio trasero como sustituto de Nueva York, adiós. Esa gente no crea la cultura de esta urbe, solo la consume, no supone pérdida alguna”.

➻LA CIUDAD INTERIOR “Soy profundamente superficial. No tengo mayor problema con eso. Mi problema es la seriedad. Si he usado el humor, la ironía y el sarcasmo como escudo, no he sido consciente. Aunque haya gente que lo crea. Lo único que puedo decir es que todo aquello por lo que fui castigada de pequeña es lo que me ha dado la vida aquí”.

➻DÍAS DE DISCO Y COCA “Lo de Studio 54 no fue para tanto. Eran mucho mejores los clubes a los íbamos antes, que eran ilegales. No digo que no lo pasara bien, pero recibía demasiada atención de la prensa. Y cuando eso ocurre, es la muerte”.

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