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Acciones de Gómez de Barreda
Para cubrir la vacante de la Subdelegación y Comandancia de Armas, el Intendente de Guanajuato Fernando Pérez Marañón, nombró provisionalmente para el cargo al Capitán Luis Gómez de Barreda. 1 Siendo citado por el Presidente del Ayuntamiento para tomar posesión:
Señor Capitán don Luis Gómez de la Barreda.
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A las cuatro de la tarde pasará vos a esta sala capitular a tomar posesión de la Subdelegación, que interinamente le ha encomendado el señor Intendente Corregidor de esta provincia.
Lo que participo a vos como actual Presidente de este Ilustre Ayuntamiento y de su orden.
Dios guarde a vos muchos años. Sala capitular de la villa de León y febrero 12 de 1812.
Manuel Antonio de Lizardi.2
Gómez de Barreda, estuvo casado con Isabel González de Villa, viuda de Manuel Gutiérrez de Güemes. Fue un realista que participó en varias batallas contra los insurgentes bajo las órdenes de Manuel José Gutiérrez de la Concha.
Apenas entrado en sus funciones, por un aviso dirigido a Mariano Reynoso, el nuevo Subdelegado de León se enteró que el día 14 los insurgentes estaban en Peñuelas y que al siguiente se movieron de La Sardina y Tultitán, llevándose las mujeres, muchachos y cuanto ganado tenían. Por lo que ordenó al capitán Joaquín Moreno que se pusiera en marcha con la tropa de dragones y patriotas de su mando.3
El 17 de febrero, José de la Cruz le escribió de Guadalajara a Barreda, lamentando la muerte de su antecesor y dándole informe que en Lagos, Jalos, Irapuato y La Piedad se encontraban tropas del Rey para acabar de una vez con la canalla. Le sugirió que amurallase o foseara la villa para defenderla con menos número de gente.4
Aún con estas noticias, en dicha misma fecha, Juan Francisco Calera solicitó que saliera inmediatamente la partida de tropa que facilitó para auxiliar a León, pues en Lagos se temía un ataque del enemigo. Reynoso, por su parte, avisó que Silao estaba cercado de enemigos: a Núñez lo tenía en Tlachiquera y a Pedro El Aguador en Comanjilla y Chichimequillas, y le envió un papelito en el que se confirmaba que Diego García Conde había venido a perseguir y destruir todas las gavillas de los rebeldes y facinerosos que infestaban la provincia, y que acabaría con Albino García. También había el rumor de que la indiada de los pueblos del Rincón, San Miguel, Coecillo y muchos negros del barrio de Arriba estaban a punto de atacar la villa.5
El 19 de febrero, el rebelde Pedro García atacó León. Así lo refiere José de la Cruz desde Guadalajara:
He recibido el oficio de vuestra merced de 23 del corriente en que me participa que el miércoles 19 volvió a atacar esa villa el rebelde Pedro García con su gavilla numerosa, aunque sin lograr ventaja alguna por la vigorosa defensa que duró cuarenta y ocho horas, matándoles bastante gente y sin ninguna pérdida de los nuestros, bien con el dolor de ver arruinar las haciendas llevándose la canalla los animales y semillas que encuentran en ellas. Me he enterado de cuanto vuestra merced me indica con este motivo y veo también la necesidad de perseguir a esos rebeldes para evitar las malas resultas que de lo contrario podrán sobrevenir. El capitán Linares que voló con oportunidad al auxilio de esa villa dejando en Silao al señor Obispo me escribe que volvía por su Ilustrísima para ponerlo en Lagos, con cuya noticia y las demás que vuestra merced me comunica determinaré lo que crea conveniente para auxiliar a ese territorio en cuanto lo permitan las circunstancias y me fuere dable. 6
Hay otro testimonio, José Francisco de Barros al solicitar una constancia dijo:
…haber estado con nueve hombres en socorro de esa villa cuando Albino intentaba invadirla; que estuve cuatro días hasta que fue el señor Viña y que acompañé a vos a la avanzada la víspera que le esperaba el ataque, y al día siguiente por orden del señor Viña, mientras fue a dar el ataque me dejó cuidando de los barrios de dicha villa, que se observaba algo desordenada.7
Después de este ataque fueron capturados dos leoneses y, tras las respectivas averiguaciones, fusilados el 9 de marzo de 1812 en la plaza pública: Juan de Dios Rivera, de 37 años, casado, anduvo en las gavillas de Pedro Aranda y José María Fortuna. Declaró: el día miércoles veinte del que se trata, en que le cayeron los insurgentes y se lo llevaron para dentro de la villa, en particular para el barrio de Arriba… Pedro Rivera, de 28 años, casado, anduvo con las gavillas de Pedro Aranda y Rafael de Iriarte. Los días 20 y 21 de febrero acompañó a los insurgentes a saquear algunas casas del Barrio Arriba. Declaró: que está preso por insurgente, que lo aprehendió el sargento de la Compañía Volante, Toribio Sánchez, el día cinco del corriente, en el paraje nombrado El Recodo. 8
En oficio de Pérez Marañón, del día 23 de febrero, se refiere que dos días antes Albino García entró a Salamanca y que Salmerón y Saucedo, con 100 hombres, iban a reunirse adelante de León.9
Durante los días 15 y 16 de marzo de 1812 se hallaban en la villa de León cerca de 500 soldados de los siguientes destacamentos:
Real Cuerpo de Artillería, División del Coronel Comandante Diego García Conde Regimiento de Infantería de la Corona 19 hombres 1ª Compañía de artilleros 7 hombres 2ª Compañía de artilleros 2 hombres 3ª Compañía de artilleros 5 hombres Carreteros: 14 hombres Mulas de tiro para el servicio de cuatro cañones 46 Como encargado del parque. Domingo de Olarte Artilleros voluntarios 3 individuos Oficiales de maestranza: 2 individuos Total 52 hombres
Regimiento Infantería Provincial de Puebla: 1ª Compañía 2º Batallón: 1 capitán, 2 tenientes, 1 subteniente, 1 sargento 1º, 2 sargentos 2º, 1 tambor, 3 cabos 1º, 3 cabos 2º y 53 soldados Total 63 hombres
2ª Compañía 2º Batallón: 1 teniente, 1 subteniente, 2 sargentos 2º, 1 tambor, 4 cabos 1º, 3 cabos 2º y 54 soldados Total 64 hombres
División del Batallón Provincial de Tula. A cargo del teniente don Bartolomé del Reyo En 5 compañías: 1 capitán, 1 teniente, 1 subteniente, 2 sargentos 1º, 3 sargentos 2º, 1 tambor, 2 cabos 1º, 3 cabos 2º y 81 soldados Total 95 hombres
Piquete del Regimiento de Infantería de México 1 capitán, 1 teniente, 2 sargentos 2º, 1 tambor, 2 cabos 1º, 1 cabo 2º, 3 granaderos y 56 soldados Total 65 hombres
Regimiento de Infantería de Nueva España, agregado al de México 1 sargento 1º, 2 capitanes 1º y 17 soldados Total 20 hombres
2º Batallón del Regimiento de Infantería de la Corona de Nueva España: 1ª Compañía: 1 capitán, 1 teniente, 1 subteniente, 1 sargento 1º, 2 sargentos 2º, 2 tambores, 4 cabos 1º, 4 cabos 2º y 58 soldados Total 71 hombres
2ª Compañía: 1 capitán, 1 teniente, 1 subteniente, 1 sargento 1º, 2 sargentos 2º, 2 tambor, 4 cabos 1º, 1 cabo 2º y 70 soldados Total 80 hombres
3ª Compañía: 1 capitán, 1 teniente, 1 subteniente, 1 sargento 1º, 2 sargentos 2º, 2 tambores, 4 cabos 1º, 3 cabos 2º y 63 soldados Total 75 hombres
4ª Compañía: 1 capitán, 1 teniente, 1 subteniente, 1 sargento 1º, 2 sargentos 2º, 2 tambores, 4 cabos 1º, 3 cabos 2º y 64 soldados Total 76 hombres
5ª Compañía: 1 capitán, 1 teniente, 1 subteniente, 1 sargento 1º, 2 sargentos 2º, 2 tambores, 4 cabos 1º, 3 cabos 2º y 66 soldados Total 78 hombres
6ª Compañía: 1 capitán, 1 teniente, 1 subteniente, 1 sargento 1º, 2 sargentos 2º, 2 tambores, 4 cabos 1º, 4 cabos 2º y 53 soldados Total 66 Hombres
2ª Compañía de la Corona de Nueva España: 1 capitán, 1 teniente, 1 sargento 1º, 1 sargento 2º, 3 cabos 1º, 2 cabos 2º y 47 granaderos Total 54 hombres 10
El 20 de marzo, José de Rentería se reportó haber llegado a la hacienda La Sardina y que en unión con Negrete iban a perseguir las gavillas. Al día siguiente, José Joaquín de Nava informó que tan luego como salió Negrete de San Pedro Piedragorda, se apoderó de ese lugar una gavilla de 60 insurgentes.11
El 22, Rentería escribió de Purísima que había enfrentado una gavilla de insurgentes, haciéndoles siete muertos. Cuatro días después, reportó desde Atotonilquillo, que llegaron a San Pedro donde se encontraban bastantes insurgentes, muriendo cosa de veinte.12
En carta anónima del 8 de abril se informó sobre el recorrido que hizo el Capitán Castillo:
Mi estimado amigo: efectivamente despaché el otro día al capitán Castillo, con una partida que recorriese las haciendas de Duarte y Los Sauces, y se extendió hasta Santa Ana, de donde se regresó a la una y cuarto de la mañana, después de ha-
ber pasado por las armas a los dos herreros de esta hacienda, y otros dos en Los Sauces y Otates.
Ya supongo sabrá vuestra merced la última correría de nuestro Linares, que llegó hasta la Joya de Calvillo, en donde abrasó absolutamente todo y desde luego no volverán a situarse allí más las gavillas. Allí se presentó a Linares el coronel Esparza para indultarse él, su gavilla y también a Núñez con la suya, ofreciendo presentar las armas de todos, lo que hubiera sucedido a no ser un hecho que sucedió que no tiene ejemplar: es el caso, que habiendo dicho Esparza que estaba allí inmediato el insurgente Fernández, y que iba a verlo para reducirlo a que se indultara con la gavilla que mandaba, quisieron Rentería y Solar de Linares tener la satisfacción de conquistarlo ellos y sin que nadie se los mandara, ni lo vieran, se dirigieron para allá, sin armas, y fueron asesinados con lo que desgraciaron todo y cuando Linares creyó que iban marchando en la división le avisaron que los habían muerto, y aunque corrió inmediatamente sobre ellos, no pudo remediar nada. Este fue el modo en que murió nuestro Rentería que he sentido mucho por ser uno de los mejores oficiales que tenía. Supongo sabrá vos que la chusma de Torres fue quemada toda en una galera de Palo Alto por el señor Negrete, quien trae en su compañía preso a Torres para mandarlo a Guadalajara a ahorcarlo allí que fue el lugar de sus trofeos. 13
Ángel Linares, reporta en Jalpa el 20 de abril, que aprehendió al cabecilla Villalobos, y que a Pedro García lo degradó Albino en el Valle, y que éste estaba haciendo una gran reunión sin saberse su destino.14
El Subdelegado Gómez de Barreda, el día 21, les manifestó a los alcaldes de barrio que estaba harto de oír desordenes cometidos en los fosos diariamente, advirtiéndoles que tomaría serías providencias si continuaba ese abuso. También les solicitó veinte caballos ensillados, proporcionándole cinco cada uno.15
Lista de los fosos, con expresión de los corresponden a cada alcalde de barrio:
Don Ignacio Barreda: 1- El de la casa de Villanueva 2- El de la de Marmolejo 3- El de la de Félix de Torres 4- El de la de don Cornelio Rocha
Don José Álzate: 1- El de la casa de don Julián Buzo 2- El de la calle Honda 3- El de la casa de las Fuentes 4- El de la de Peláez
Don José María Galván: 1- El de la del bachiller don José María Velarde 2- El de la del Diezmo 3- El del Campo Santo 4- El de la casa de don José María Obregón
Don Juan Fernández: 1- El de la de don Bernardino Muñoz 2- El del Beaterio (hoy 20 de Enero y López Mateos) 3- El de la esquina de Ríos y Barriga. 4- El de la del Juego de Barras. 5- El de la de don Antonio Muñoz.
Lista de los que deben cubrir los fosos:
Foso de los Barrigas: Don Felipe Torres, con su compañero don Ignacio Don Ramón Muñoz El sargento Fernández
Foso del Juego de Barras: Don Juan Miera, con sus cuatro dependientes Don José Antonio Torres
Foso de don Antonio Muñoz: Don Cristóbal Somera Don Antonio Muñoz Don Antonio Valverde Don Filomeno Guerrero Gabino Farías Carlos Ruiz
Foso de Villanueva: Villanueva Don Manuel Urteaga Francisco Hernández José María Hernández16
El 19 de mayo, Falla ordenó al Teniente Esteban Rosas le instruyera causa a uno de los alcaldes de barrio por cobrar contribuciones a los vecinos:
Cuando se hicieron los fosos que amurallan esta villa, se hizo también por mí una lista de los vecinos que debían custodiarlos todas las noches de la cual entregue un tanto a los alcaldes de cuartel para que cuidasen de su cumplimiento por aquellos que les correspondía. Les previne igualmente en aquel entonces y les he repetido después diferentes ocasiones a los referidos alcaldes, el que por ningún caso permitiesen se ocupasen otros individuos que los nombrados por convenir así al mejor servicio y seguridad de este público, y que en caso de que alguno de los señalados se enfermase, se solicitara otro hombre de bien que poner en lugar, sin imponerles jamás ninguna contribución por ello a pesar de lo expuesto, y de la materialidad con que les explique el modo con que se habían de gobernar en este punto, he tenido varias quejas de que el Alcalde don Juan Fernández de Arias, que de mi orden, se haya arrestado en el cuartel, tiene pensionado a todo su barrio con varias clases de contribuciones que cargó a los vecinos pretextando tener orden para ello. En esta virtud y viendo este hecho sumamente criminal e indecoroso a la autoridad que ejerzo, como a mí mismo, injusto y gravoso al público, procederá vuestra merced inmediatamente a formarle la correspondiente sumaría con la escrupulosidad que el caso demanda, empezando por examinar a Francisco Cruz que se haya preso en la real cárcel, y que era comisionado por el citado alcalde para el cobro de las expresadas contribuciones; a Hilario Acosta, José Luis Morales y don Hilario Hernández con los demás vayan resultando en el proceso hasta aclarar la verdad de dichos procedimientos.
Continuamente se recibían municiones para defender la villa de los insurgentes, a continuación el extracto que existía en el parque el 4 de mayo:
Para los cañones: 311 cartuchos de pólvora 184 tiros de metralla 275 balas
47 varas de mecha de algodón 280 lomafuegos 3,000 estopines, 500 buenos y el resto pasados 240 tacos
12,070 cartuchos para fusil, embalados: 2,930 de a ¾ 2,340 de a ½ 500 de ¼
2 cargas de pólvora fina del Rey 2 cargas de pólvora hecha aquí
El 4 de mayo, José Esteban Rosas se dirigió al Subdelegado Luis Gómez de Barreda para informarle sobre la causa que seguía militarmente contra los indios del pueblo de San Miguel: Rosalino Hernández, Andrés Durán, Andrés Álvarez, Eleuterio Pérez, Albino Hernández, Cleto Estrada, Francisco Pérez, Francisco Hernández y José María Hernández y Luna, a quienes tomó sus confesiones: …dicen que cuando el capitán don José Rentería los llamó el día 21 del último febrero, entendieron que era por el indicado padrón y no por la lista que se encontró el perverso Leonardo Colorado, por lo cual respondieron oyendo mentar su nombre, aún sin nombrarles de apellido. Por lo que pidió le verifique si dichos indios estaban en el padrón que hicieron las autoridades de ese pueblo.17
Desde el 25 de abril ya se cita la presencia de Agustín de Iturbide por estas tierras, causando curiosidad su comisión de pasar al interior de la Nueva Galicia. El 10 de mayo, Iturbide, situado en Silao, pidió al Subdelegado de León un préstamo de 30 o 40 fusiles para los Dragones de San Luis, así como el envío de un caballo.18
De aquel lugar le llegaron noticias sobre los movimientos de los insurgentes. El 12 de mayo, que Guizarnotegui entró en el Valle y se llevó cuanto tenía allí el Manco, que éste mandó atacar Celaya y que aquél salió a resistirlo, pero tuvo que replegarse. El 13, que la gavilla de Fernando se había situado en La Joya y que otra pasó por La Aldea. El 19, que el Manco pasó por Salvatierra de estampida y que en la plaza pública de Valladolid el capitán Juan Pesquera dio garrote a un clérigo, por las muchas vidas de soldados que mandó quitarles.19
Por su parte, el gobernador de Purísima, Martín de los Reyes, informó el 22 de mayo, que una punta de insurgentes golpeó a tres individuos que hacían la ronda y que en San Pedro estaban 500 hombres.20
Para el 28, Reynoso dio a conocer al Subdelegado, que Negrete le mató mucha gente al Manco e hirió a éste en una pierna. El 2 de junio, le avisó que se escapó Pedro El Aguador y que organiza otra expedición para impedir las reuniones de los pícaros.21
El Gobernador de Purísima, Martín de los Reyes, le informó a Gómez de Barreda el 3 de junio, que en la hacienda de Jalpa estaba el capitán Víctor Rosales con 300 hombres, igualmente el Capitán insurgente Fernando, el Capitán Blanco en las orillas de San Pedro Piedragorda y el rebelde Saturnino con Antonio Segura, quienes continuamente los amenazan. De Lagos, Rafael Flores, también le informó que en Jalpa se formó una reunión encabezada por el rebelde Rosales con cincuenta y tantos hombres, 30 fusiles y algunos pares de pistolas, pidiéndole que formara un plan para atacarlos conjuntamente.22
En informe del día 5, el citado Gobernador dijo que el Capitán Víctor Rosales se fue para el Valle con su chusma de insurgentes, que al Capitán Blanco le dieron 25 azotes y sólo los rebeldes Se-
gura y Saturnino se habían quedado por las orillas de Peñuelas. Un par de días después, refiere que en la Cañada se encuentran 200 insurgentes al mando de Saturnino y Segura.23
José Esteban Rosas en su recorrido tuvo un encuentro el día 6 con los insurgentes en la hacienda de Comanjilla, haciéndoles tres bajas y dos prisioneros, ocasionando que el perverso Manuel García le pidiera el indulto.24
El 8 de junio, Diego García Conde informó desde Celaya al Subdelegado de León que el Capitán Agustín de Iturbide batió e hizo prisionero a Albino García:
Señor Comandante de Armas don Luis Barrera.
Con esta fecha digo al Excelentísimo señor Virrey lo que sigue:
Excelentísimo Señor.- A continuación a mi arribo a Irapuato, conforme le noticié a vuestra Excelencia con fecha de 31 de mayo anterior, y dando tres días de descanso a la tropa, salí con todas las platas el día 4 del corriente, llegando sin novedad alguna al propio día a la villa de Salamanca, donde supe que Francisco García estaba reuniendo su gente con la de otras gavillas en el Valle de Santiago, y que su hermano no hacía noche fija en ningún punto. Consideré que creyéndome con el cuidado de conducir las platas, no me creerían en estado de pensar en atacarlos, y después de haber anochecido, suponiendo una expedición para el pueblo de Los Amoles, hice salir prontamente al capitán don Agustín Iturbide con un corto escuadrón de mi Regimiento, al mando del capitán graduado don José Velázquez; otro del cuerpo de frontera, a las órdenes del capitán del propio cuerpo, don José de la Corona y mixto, mandados por el capitán graduado don Vicente Enderica y teniente don José Ponce, dirigiéndose al Valle de Santiago, midiendo el tiempo para que llegasen al asomar la luna, encargándole que si daba con alguna avanzada procurase matar la gente, y de no conseguirlo, darle alcance para evitar el aviso anticipado. Ha correspondido tan completamente la comisión de este oficial a mis deseos, que acaba de reunírseme, a poco de haber llegado a esta ciudad, trayéndome preso al Manco García y su hermano, a su secretario y otros varios cabecillas como igualmente los fusiles que les quedaban, porción de caballada y otras varias cosas de que no tengo aún cabal conocimiento, y que se expresarán en el parte circunstanciado que se está poniendo y que acompañaré a vuestra Excelencia con esta plausible noticia; la brevedad del tiempo no me ha permitido recibir a este generalísimo ladrón con todo el tono de burla que deseaba, pero sin embargo le he hecho formar la tropa que estaba deseosísima de verlo, haciéndole salva de artillería con repique de campanas, paseándolo por la plaza con un concurso de gente extraordinario, y lo tengo bien asegurado con todos los demás, para el justo castigo que merecen.
Esta prisión y la dispersión general que ya tenía hecha de las gavillas, a fuerza de repetidos golpes, podrán dar tiempo a mi separación, cumpliendo con el superior encargo de vuestra Excelencia de aproximarme a esa capital con el convoy de plata, mucho más habiendo llegado a mis manos el indulto del 9 de noviembre del año anterior comunicado por vuestra Excelencia en 1° de abril del presente año; que aprovechándome de la oportuna ocasión en que lo he recibido, mandaré publicar en todo este Bajío para los que quieran presentarse a sus respectivos jueces; pues unos reveses tan decididos por los auxilios del Dios de los ejércitos y el valor de mis tropas, han de haber puesto en el estado de arrepentimiento a toda esta canalla. Y lo comunico a vos para su satisfacción y gobierno, en la inteligencia de que en las decla-
raciones tomadas al Albino García, consta que de los seis mil hombres de que constan todas sus reuniones, casi nada le ha quedado, tanto que los más que había podido juntar en el Valle de Santiago cuando se le sorprendió por el capitán Iturbide, eran trescientos hombres; y aunque este mismo número dice el citado Iturbide haberse matado aquella noche, fue incluyendo los diferentes vecinos que se sacó de las casas en que le hacían fuego y que fueron pasados por las armas.
Tocante a fusiles, dice que no tenía más en la actualidad que los tres tercios que se le quitaron, pues los demás, hasta el número de cuatrocientos que tenía en el primer ataque que le di, se le han dispersado en los diferentes puntos que le he repetido, persiguiéndolo incesantemente y que se le han dispersado, de suerte que no es posible volverlos a reunir, porque en partidas de dos en dos y de tres en tres se la han fugado por diferentes puntos. Los cañones quedan enterrados: dos en la hacienda de Serrano, tras de la huerta, una culebrina en los surcos del Valle y otro cañón detrás de la hacienda de La Zanja, pues aunque faltan otros dos para el completo de los que tenía, trato de apoderarme de ellos.
En punto al actual estado del destino de los cabecillas que han quedado y de sus fuerzas, inserto a la letra el párrafo de la declaración que ha dado Albino García y es como sigue: “Preguntado: cuántos cabecillas principales en ellas, dijo: que Francisco García su hermano, que está preso, que cuando lo aprehendieron tendría como trescientos hombres en el Valle, e igualmente Salmerón, que estaba en el Valle y pudo fugar cuando aprehendieron al declarante y a la gavilla de éste unida a la de Francisco, componían el número que deja citado. Y por último toda la única gente de sus gavillas que le había quedado y tenía junta en el Valle cuando lo aprehendieron, son los trescientos hombres que ha citado, con cien fusiles que cogieron de las tropas que lo aprehendieron. Que Cleto Camacho estaba en la hacienda de La Zanja, curándose de reumas, con sólo tres hombres. El Canelero, que estaba por Salvatierra juntando su gente, que constaba de cosa de doscientos hombres y todos se le habían dispersado cuando fue el primer ataque en el Valle por el señor García Conde, que no tenía más que quince fusiles. Tomás Pérez, comandante de Yuriria, que tenía cosa de veinte hombres y como tres fusiles, también se le había dispersado la gente. José Fuentes, capitán con cuarenta hombres y diez fusiles, también dispersos con todas las demás cuadrillas dispersas. Saucedo, que tenía cincuenta hombres en Puruándiro, con siete fusiles. Frías, con veinte hombres por Peralta, con cuatro fusiles también dispersos. Pedro García, que fue por Los Dolores a juntar gente con Berido, y Manuel, hijo del primero, también disperso en Cuerámaro: que la completa dispersión que ha sufrido ha sido por el señor García Conde, en la continua persecución que le ha dado de muchos días. Que el Negro Balero estaba con el declarante en el Valle de Santiago, y no sabe dónde se fue o si lo mataron en la acción; que Valdés Pino también estaba en el Valle y no se sabe si lo mataron o si fugó. Juan Vargas también estaba allí y no había más. Que un Secundino estaba por León, con cincuenta hombres, según le mandó decir. Que capitanes había muchos, pero todos dispersos.”
En punto a robos, según las declaraciones de Albino García, consta “tener desde Parangueo hasta villa Choato, al cargo de José Manuel Lara, 200 yuntas de bueyes, unas entregadas en arrendamientos y otras trabajando por su cuenta. Once atajos de mulas, repartidos en esta forma: cuatro conduciendo trigo y maíz de Cuerámaro para la Loma Tendida; igual número haciendo lo mismo de Villa Choato a la Loma Tendida, y los tres restantes en Yuriria, todos al cargo de un mayordomo que no acuerda cómo se llama. Doce mil cabezas de ganado menor entre ovejas, carneros,
chivas y chivos, desde la Loma Tendida hasta Los Tres Reyes. Dos mil carretadas de trigo cosechadas en villa Choato, que allí existen. Tercios de tabaco en la hacienda de Santa Catarina, pólvora y salitre en el rancho de La Jaulilla, alhajas delante de el Agua Caliente en una casa, en cuyo paraje está la mujer de Albino, que lleva baúles con efectos dentro de ellos.” Tocante a las haciendas que estaban administradas de su cuenta, consta por cartas que ha escrito a los mayordomos, previniéndoles que en adelante entreguen sus productos a sus legítimos dueños, para descargo de su conciencia en la parte posible, y lo son: Manuel Lara de la hacienda de Parangueo, Miguel Sáenz de villa Choato, quienes darán razón de los demás, porque los tenía como administradores generales.
Quisiera tener tiempo para insertar las copias de estas cartas, que son documentos que deben verse para prueba de los auxilios superiores cuando el hombre los busca y los desea, por más delitos que tenga sobre sí, pero lo haré luego que lo tenga. Igualmente incluyo el bando de indulto que he mandado publicar en esta ciudad, debiendo vos de ejecutarlo también en su jurisdicción, limitándolo a los quince días de la fecha de su publicación.
Por último, el Bajío queda en estado que con sólo sesenta hombres armados pueda andarse por todas partes sin riesgo alguno. Ustedes pueden acabar de pacificar todo el Bajío, contribuyendo cada uno de los pueblos que se defienden con los patriotas de a caballo, mientras que me regreso con mi división para que se armen los pueblos que no lo están, o lo hace en mi lugar el señor General del Ejército Grande. Lo que notifico a vos para su satisfacción.25
Aún sin el cabecilla más importante, para el 9 de junio, el Gobernador de Purísima reportó que los insurgentes se llevaron un correo con bastante violencia y que otra porción se quedó en el rancho de San Bernardo. Reynoso, al día siguiente, informó que en Tlachiquera atacaron las tropas de Silao a Pedro García y El Aguador, y que en Cuerámaro estaba un tal Valtierra con 300 pícaros. En oficio fechado el día 12, Reynoso informó que algunos insurgentes planeaban atacar Silao y León.26
Para contrarrestar la amenaza, el Intendente de Guanajuato propuso un plan para un ataque planeado contra los enemigos. El 17 de junio, Reynoso despachó una partida respetable de las tropas de Silao para Comanjilla. Los encontró en Duarte, de donde salieron para Santa Ana.27
El 18 de junio salió de Guanajuato una partida al mando del Teniente Juan Meléndez, para unirse a las fuerzas de Silao el día 20 en Tlachiquera, para vengar la sangre de tanto inocente muerto en San Juan de Llanos. Reynoso lo participó al Subdelegado de León, señalándole el camino que debía seguir y la contraseña para no confundirse, notificándole además, que Pedro García había pasado por la hacienda de Santa Ana con 300 hombres.28
Estaban en la sierra El Aguador, los Bolaños y otros con bastante gente, por lo que el Intendente de Guanajuato propuso poner espías para saber el paradero de Pedro García y poder atacarlo. La expedición se pospuso para el día 22.29
De tal acción dio informe José Esteban Rosas al Comandante Gómez de Barreda:
Después de haber caminado toda la noche el día 21, llegué el 22 a las ocho y media de la mañana a la insolente hacienda de la Tlachiquera y sin embargo de estar corriendo una fuerte neblina descubrí a los insurgentes en corto número formados en una loma al norte de la casa, a ésta hora aún no llegaban ningunas de las tropas con
quienes yo debía combinarme y viendo que los bandidos empezaban a ponerse en fuga, mandé a la guerrilla de descubierta que reunida con la compañía de auxiliares al mando del alférez don Alonso Calderón los atacase y persiguiese hasta destruirlos: así lo ejecutó, hiriéndoles gravemente uno, haciéndoles cinco prisioneros y quitándoles una escopeta. Concluido este alcance, me regresé a la casa grande y mandé llamar al mayordomo de quien supe que el miércoles se habían ido El Aguador y los Bolaños a San Felipe y que ya podían estar de vuelta en San Juan de los Llanos, Muerto y Deseadilla. Estando en esta investigación vi a la partida de Silao ir bajando por el camino de Los Arperos y habiendo llegado, reunida por la de Guanajuato, acordé con su comandante el capitán don Casimiro León nos alojamos allí, sin embargo de la escasez de comestibles y forrajes, hasta saber de la división del señor coronel conde de San Mateo, la cual con arreglo a la instrucción que yo llevaba, debía estar en aquel punto al amanecer. A este efecto pusimos un mozo y nos quedamos esperando, sin que quitase en todo el día las sillas nuestra caballería y en la noche redoblamos la vigilancia, persuadido en que ya no había de venir y notando que el mozo no parecía, resolvimos en forma regresarnos a nuestros destinos hoy al amanecer.
Estando ya esta mañana puestos en marcha, llegó el enviado con la respuesta de un subalterno del señor conde (llamado don Fulgencio N.) diciendo había venido él hasta el puesto de Las Ardillas y que noticioso de que no había nada en La Tlachiquera se volvió a la parada de donde contestó sin hacer mención de dicho señor coronel.
Uno de los cinco prisioneros fue el herrero de la hacienda, en cuya casa (que se esculcó después) se hallaron piezas de llave de fusil, hojas de lanza, una bayoneta y otras armas comenzadas a fabricar, por lo que mandé cargar la fragua y a él, en junta, se sentenció a que en compañía de otros tres de aquellos se pasase por las armas y para escarmiento se colgasen sus cadáveres.
En la casa principal se encontró porción de cobre, estaño, estopines y otros materiales que indicaban querían aquellos perversos fabricar cañones, por lo que me traje todo, junto con las tres campanas de la capilla, las que también tenían destinadas al efecto.
El bachiller don Francisco Plata que fue de nuestro capellán, desempeñó muy bien, no sólo las obligaciones de su instituto, sino aún las de soldado, pues en el alcance animó con su ejemplo a los auxiliares y no puedo menos de recomendarlo a vos quien debe quedar entendido en que me he regresado sin haber tenido la más mínima novedad en mi partida.
Dios guarde a vos muchos años. León, junio 23 de 1812.
Noticia que manifiesta las prendas y muebles que tenían los insurgentes en la hacienda de La Tlachiquera, las cuales he traído a mi cargo y se han entregado en este cuartel donde quedan existentes:
4 peroles enteros. Son de los que robaron en San Felipe. 3 botas de cebo. Igual. 6 cueros de chivo. Igual. 3 campanas. 1 barra.
3 martillos o mazos. 2 cámaras de cobre. 2 sierras. 4 frenos quebrados y rotos. 1 costalito con ocho llaves de puertas y otras menudería. 1 par de tenazas. 1 costal de estaño. 1 escopeta. 1 bayoneta. 4 mulas y machos
Nota: asimismo en la fragua de dicha hacienda se cogió el dragón Gregorio Núñez un par de pistolas según razón que dieron el sargento Mares y el cabo Almaguer.
León, junio 23 de 1812. José Esteban Rosas.30
El 25 de junio, Reynoso le avisó al Subdelegado de León que Pedro García estaba en Cuerámaro y que si atacara León, contara con la ayuda de los de Silao. El 1 de julio, le dijo que sólo unidos podrían destruir la gavilla de García, quien tenía su madriguera en La Sardina.31
Rafael Flores, de Lagos, también tenía la intención de salir a batir a Pedro García pero le dijo a Gómez de Barreda que se enfrentaba ante la negativa de Silao y Guanajuato de apoyarlo.32
El Subdelegado de León, en oficio del 5 de julio, propuso a sus iguales de Silao y Lagos un plan para proteger las haciendas para que sembraran con quietud:
… deseo con impaciencia la destrucción de la gavilla de Pedro García; y verificado, el mantener una fuerza en el campo que sea capaz de proteger las haciendas para que siembren con quietud; todas las labores principales de esta villa se hallan en la mediación de aquí a Silao y otras a una corta distancia de este pueblo, por lo que mi pensamiento es escribirle a Reynoso para que se persiga primero al enemigo y si se ahuyentase larga distancia, unir de las dos partes la fuerza volantes que ha de cuidar de la agricultura.
Vuestra merced, si quisiere podrá muy bien concurrir para lo primero y no me parece haya embarazado en que alejados los rebeldes pueda también, junto con San Francisco, poner por Jalpa o sus inmediaciones otra partida que haga lo que la nuestra por acá; y ambas, estando en comunicación se podrán auxiliar cuando sea necesario y no tengan dificultad para ello.
Me parece que este plan podrá facilitarnos nuestro intento y si a vos le pareciere bien, podrá avisármelo para mi gobierno; en la inteligencia de que por parte de Silao no habrá inconveniente respecto a que Reynoso por sí, siempre tiene la mejor disposición para aquello que juzga útil al bien general.33
Pedro García estaba en Peñuelas y según los informes su cuerpo no pasaba de 500 hombres y unas 100 armas de fuego. Por lo que el Subdelegado de León propuso al de Silao unir fuerzas para atacarlo:
Yo, si ya franquea 100 hombres de los suyos, estoy resuelto a que se le ataque, si se consiguiere, y cuando esto no suceda, juzgo de gran utilidad su persecución para
ahuyentarlo y que deje las haciendas en estado de que puedan cultivarlas. La fuerza que se pueda unir de ese pueblo, esta villa y la de Lagos es suficientísima no sólo para derrotar a Pedro García, sino a cualesquiera otra gavilla que intente oponérsele y respecto a esto, y quedar los lugares con la suficiente guarnición para su seguridad mediante a no haber otra gavilla próxima a quien temer, me parece utilísima esta expedición que podrá durar dos días, que vos tenga a bien, aunque soy de sentir que mientras no haya un motivo para que se regrese, debe mantenerse en el campo, que es donde se necesita, procurando sí estar a una distancia regular para retirarse si fuere necesario.
Caso que Lagos no quiera unir su fuerza porque le parezca distante el punto donde a nosotros nos sea conveniente mantenerla, no creo nos haga falta porque yo me esforzaré lo posible para que con los 100 hombres de vos, no baje la partida de 250 a 300.
Vos dígame si le parece bien, y en este caso, manos a la obra, pues lo que interesa es destruir la canalla y fomentar la agricultura que es el renglón más interesante en la época presente.34
El día 11 de julio, se dirigió al Comandante Rafael Flores:
Yo estoy resuelto a atacar a Pedro García en cuanto fije un poco su residencia, pues hasta ahora no amanece donde anochece y anda con continuación de una a otra parte: para ello cuento con 100 hombres de Silao y vos que saldrá por la parte de Jalpa a contenerlo por allí. Pues teniendo los insurgentes el número de gente y armas que nos aseguran, no encuentro conminativa alguna. Aunque la partida de vos entre por Jalpa como no baje de 100 hombres pues aunque no creo no huyan por aquella parte, caso de que lo verifiquen, irán ya con la dispersión que acostumbran estos casos y como consiga mi intento no irá muy lejos de ellos esta tropa.35
En el hospital de la villa había soldados realistas que se estaban recuperando, unos ya listos y otros que sus excesos no los dejaban sanar. Una porción de ellos estaba derrotadísima y con pantalones de manta que era lo que había para taparle las carnes. También estaban en León tres dragones de España, que se le separaron a Ángel Linares y se presentaron con las armas y caballos que tenían, diciendo que los cogieron los insurgentes. 36
Nuevos informes delataron los movimientos de los insurgentes, el 14 de julio, que Juan Corona tenía su campamento en los cerros del Güilote y que la Nueva Junta Insurgente estaba en Yuriria. El 17, que Liceaga llegó al Chiralillo, al sur de San Pedro, con 2,500 hombres y que su objetivo era situarse en las haciendas de Cañada de Negros, Peñuelas y San Bernardo. Pedro García estaba en Jalpa, pero se fue para San Luisito.37 Ángel Linares, desde San Miguelito, le envió un escrito al Subdelegado de León, con fecha del 19 de julio, donde le dijo que para la defensa de estos pueblos contaba con dos mil fusiles y quinientos caballos y le manifestó su agradecimiento a los leoneros. 38
Por su parte, Reynoso, informó el 20 de julio, que la conducta que venía de Querétaro traía nueve mil mulas; que sesenta hombres atacaron a Leison (Rafael de Iriarte) y le quitaron tres cañones y la correspondencia que tenía con el francés. Así mismo, que la villa de Córdoba había sufrido siete ataques de Morelos y había salido victoriosa.39
Una de las acciones emprendidas contra Pedro García fue la del 23 de julio, cuando el Subdelegado envío una partida de las fuerzas realistas de la villa.
Ayer despache una partida de doscientos hombres y un cañón al mando del capitán don Francisco del Castillo, para que, desbaratando las cortas gavillas que tenía noticia, -estaban talando estas haciendas-, procurase ponerse de acuerdo con el capitán don Ángel Linares, a quien según una carta que me puso de San Miguelito, a sus Alcalanes contemplaba en Jalpa. A cosa de las 8:00 de la mañana pudo salir la tropa y al llegar al rancho nombrado San Bernardo, se encontró con un número de 40 insurgentes que fueron persiguiendo hasta la hacienda de la Cañada, en donde se hallaron otra porción de la gavilla de Segura, que batió parte de nuestra caballería. Estando en esto fueron reforzados los insurgentes por Pedro García, el que vino de la hacienda de Jalpa en socorro de los suyos, que estaban apurados. Con esto se empeñó una acción general que duró hasta las 8:00 de la noche, a cuya hora determinó el comandante de la partida replegarse a esta villa, por escasearle las municiones.
Tuvimos la desgracia de 5 muertos, por la demasiada intrepidez de la caballería, y cuatro heridos, dos de infantería, de bala en la pierna; y dos de caballería, uno de bala y otro de cuchillo. El enemigo perdió más de 30 hombres, entre muertos y heridos, siendo uno de los primeros el hijo de Pedro García, más temible que su padre, quien perdió también el caballo, la espada y lanza que traía, y él logró escaparse por una acequia que embarazó el pronto paso a nuestra tropa, que se portó con sus oficiales con la bizarría que siempre ha acostumbrado.
Me hallo ahora sin fondos de que disponer para comprar dos cajas de pólvora que necesito y suplico, a vuestra señoría, tenga a bien dar orden para que se me franqueen de la real hacienda, con calidad de satisfacer su importe en cuanto tenga proporción para ello.40
El Gobernador de Purísima, el 25 de julio, informó al Subdelegado que los insurgentes no dejaban de entrar en su pueblo día por día y que ya había mandado gente para sepultar a los vasallos del Rey que quedaron muertos en el camino de La Cañada. Ese mismo día, Reynoso, felicitó a Gómez de Barreda por tumbar al hijo de Pedro García, que era enemigo de consideración y le informó que Salmerón atacó desde Jalapita a la tropa de Marfil, pero que huyó cuando vieron los de Guanajuato.41
El mismo Intendente, el día 26, aplaudió la acción realizada y puso a disposición del Subdelegado dos cajas de pólvora en la administración de rentas reales. En su contestación refleja la preocupación:
Antes de hacer saber a este vecindario pudiente la cortísima existencia de parque con que estamos, me ha parecido conveniente mandar por las dos cajas de pólvora que tengo pedidas a vuestra señoría, porque de lo contrario, temo puede llegar a noticia de los rebeldes esta falta y venir por ella a querer invadir esta villa. Luego que están aquí y ya sin este recelo, procederé a sacar el valor de estas y las otras dos cajas que aún debo, de los vecinos, como vuestra señoría me previene, el que remitiré a esa administración, luego que se haya completado.42
Para el día 29, los insurgentes estaban posicionados en el cerro del Meco y tenían cercada a Guanajuato por varios puntos con gruesas gavillas. Pedro García se encontraba en La Sardina y Juan Corona en El Tejamanil esperando un descuido para atacar Silao, por lo que Reynoso solicitó auxilio, pues más de 500 hombres situados en la loma de Fernández se habían dirigido a la hacienda de San Agustín y otro grueso estaba acampado en San Ignacio.43
Ante esto, el día 3, el Subdelegado solicitó refuerzos al comandante de Lagos:
…según un mozo que acaba de llegar de Silao; Guanajuato todavía está atacado. Y conviniendo mucho al bien general el auxiliar esta capital, suplico a vos el que inmediatamente mande aquí 100 hombres que cubran este punto para poder marchar yo inmediatamente con toda mi fuerza sobre el enemigo, pues contemplo no tiene vos riesgo por allá, respecto a que toda la chusma está reunida. Importa mucho la violencia y en cuanto no haya enemigos por allá, me regresaré inmediatamente para que no se demore aquí la tropa de vos… 44
El 1 de agosto, Pedro García con 800 hombres se dirigió a la mina de La Luz y se desplazaron los insurgentes que estaban en San Ignacio. Por lo que Gómez de Barreda reiteró su petición al comandante de Lagos, pues las tropas de León estaban por salir a auxiliar a Guanajuato ante la amenaza de Salmerón y Pedro García.45
En agradecimiento del auxilio de las tropas de León, el intendente Marañón envió un oficio en que alabó el comportamiento del oficial Juan Pila durante el ataque a la capital.
La mañana del 29 de julio último que recibí el oficio de vos de 29 del mismo y me entregó el comandante de la partida, don Juan Pila. Me hallaba actualmente resistiendo el fuerte ataque que dieron a esta ciudad, por distintos puntos de la sierra que la rodea, numerosas cuadrillas de bandidos, con cuyo motivo aquel valiente oficial me pidió le ordenase cuál era su destino en éstas circunstancias, al momento lo destaqué con la partida de mi mando al puesto que llaman San Clemente, donde se fijó reunido con otra de patriotas, conteniendo al enemigo por aquella avenida, ese día y los siguientes de 30 y 31, concluyendo honrosamente la acción que le tocó con haber marchado asociado de la fuerte división que dirigí a desalojar a los rebeldes de las minas de Valenciana, Mellado, Cata y Rayas, y avanzar en su alcance.
En todas éstas operaciones se distinguió el citado oficial con su tropa, a mi satisfacción, por lo que uno y otra son acreedores a mi reconocimiento y gratitud, y lo participo a vos para que tenga consideración a ese oportuno servicio que con el mayor celo y mejor obediencia prestó el referido oficial don Juan Pila, quien conduce las dos cajas de pólvora, para que vino destinado.46
Para el 4 de agosto, Reynoso informó que Pedro García estaba celebrando corridas de toros en Tlachiquera. El Subdelegado de León le contestó dos días después:
En la villita han cogido un coronel insurgente que iba con proclamas a seducir por las inmediaciones de Zacatecas. Declara que Morelos, Rayón y Verduzco pasaron como para Valladolid, y que en el pueblo de Yuriria se separó de ellos Liceaga, con el objeto de venir a recoger los dispersos del Manco y las demás cuadrillas. Puede que por esto se haya subido Pedro García al cerro, pues con la experiencia de los palos, que ya le han dado, no querrá juntarse con ellos.47
Nuevos informes situaron a Pedro García en Ibarra, interceptando el camino de San Luis Potosí; que una gavilla de un tal Pérez había acampado en La Gavia, en espera de una partida de Liceaga y que un grupo de insurgentes pasaron por Carreón con rumbo al Rincón.48
Para perseguir a García, el 9 de agosto salió una partida de realistas de la División del comandante de Zacatecas para El Comedero y de Lagos andaba otra por los Altos de Ibarra, Tlachiquera
y Comanja, por lo que Narciso Pinto le solicitó al Subdelegado de León despachara una partida por Cañada de Negros y Jalpa con el objetivo de cortar la retirada a la numerosa gavilla.49
Gómez de Barrera le envió el 12, una comunicación al Coronel Francisco Calera:
Con el motivo de que este Bajío es el más provisto de víveres, todas las más cuadrillas de pícaros se han venido a él. Con esto están los caminos interceptados, y no se puede sin un casi evidente riesgo de los correos, escribir para ninguna parte.
Pedro García y su hijo han muerto: el primero, a manos de las tropas de Ciénega de Mata, el día 6 del corriente, y el otro, 15 días antes, por las de aquí; con esto nos hemos quitado este par de pícaros de encima, que incomodaban bien estas inmediaciones; quién sabe que otro tomará ahora el mando de la chusma, que por descontado no trata de deshacerse.
El convoy se halla en Irapuato desde el sábado; y según han dichos le volvieron a robar al tránsito por Salamanca, cuya villa necesita muy bien quitarse de este camino: no se el número de tercios que se llevarían, pero aquí han dicho no baja de 300 cargos, parece que el señor García Conde volvió a despachar la tropa a castigar a Salamanca y dicen han encontrado en las casas bastantes tercios…50
El 13 de agosto, José Mariano Reynoso informó al Subdelegado que al día siguiente pasaría el convoy para Guadalajara, comunicándole que Calleja venía graduado de Teniente General y que se decía en voces roncas que venía un nuevo virrey.51
Gómez de Barreda pidió al Comandante José Galdamer el apoyo de sus tropas para dejar libre el paso del convoy, en nota del 15 de agosto a las 9:00 de la noche:
He tenido varias noticias que en el camino que media de aquí a Silao, se ha situado una gavilla de rebeldes de bastante número, con el objeto, sin duda, de esperar el convoy: Este debe de llegar mañana a Silao y quién sabe si este obstáculo será motivo, para que se demore por evitar algún robo, en atención al crecido número de cargas que conduce y el corto de tropa que lo custodia. Para evitarlo todo y acudan a protegerlo en esta travesía, soy de sentir convendría mucho, avanzase vos con la partida de su mando hasta por acá, pues con ella y otra que yo agregaré aquí, se limpiará todo para la facilidad del paso y me parece que en ello cumplirá vuestra merced, mejor con el objeto; aquí me aseguran se contrae su comisión.52
El 20 de agosto, el Intendente Pérez Marañón le envió al Subdelegado una carta muy reservada, donde le informó sobre el arresto del anglo-americano llamado Poincet, reo de alta traición y que reunía otros gravísimos crímenes dignos de la más severa condena. Cinco días después, le dio a conocer el indulto concedido a todos los individuos que hallándose con las armas en la mano las depusieran dentro del término fijado. 53 Ángel Linares, situado en Lagos, le anunció a Gómez de Barreda el 25 de agosto, que salía para Guadalajara con el convoy, por lo que pedía le enviara a sus soldados enfermos. Dos días después, son conducidos con la siguiente suma de gastos:
Remito a vos con Pleguezuelos, los 45 hombres que tenía aquí, de los enfermos que han estado en este hospital y aunque algunos van todavía medio malos, llevan medicinas e instrumentos con qué poderse curar por el camino. Lo que he ministrado para medicinas, socorros, prendas de vestir y otras varias cosas indispensables; ascienden, como verá usted, por el cuadro que acompaño y comprobantes que lo
acreditan, la cantidad de 3,703 pesos 6 y medio reales, y agregando los 1,200 pesos 6 y medio reales que importan las sillas, cananas, portafusiles y tahalíes, vuestra señoría, que constan en la adjunta cuenta, me debe 4,904 pesos 5 reales…54
El 28 de agosto, el Subdelegado de León le manifestó al Presidente José de la Cruz el plan elaborado por Agustín de Iturbide:
El teniente coronel don Agustín de Iturbide, me ha dicho procure imponer a vuestra señoría, el plan que tiene dispuesto con el señor García Conde, para la persecución de los rebeldes en este Bajío: con la caballería del dicho señor García Conde, alguna infantería montada y 300 hombres, también de caballería de aquí, Silao y Guanajuato, debe salir Iturbide el próximo martes de Silao en busca del enemigo, empezando su marcha por este Bajío que media de aquí a San Pedro, y penetrando por Cuerámaro al Valle de Santiago, Yuriria y hasta ponerse en comunicación con el señor Trujillo.
En este intermedio, debe situarse el señor García Conde en Silao y luego que estén desechas todas las grandes reuniones, tratar de subdividir las fuerzas para ir organizando y armando los pueblos que median hasta Valladolid; esto es cuanto hasta ahora puedo yo informar a vuestra señoría y lo que sé en este particular.
Hoy ha llegado un mozo del punto llamado Horcones, distante de aquí diez leguas, y dice quedaba allí el cabecilla Vargas con bastante gente, algunos fusiles y tres cañones. A éste dice, se debía reunir la chusma de Pedro García que manda ahora un Sotomayor y estaba en San Pedro y Salados, no sabe dar razón sobre el objeto de su venida y sólo vienen del Valle, en donde quedaba Liceaga y no oyó decir con qué número de gente: ya está instruido el señor García Conde de esta ocurrencia y sigue la resolución de que la expedición empieza a pesar el próximo martes en los términos que he dicho a vuestra señoría.55
En los primeros días de septiembre, Juan de la Pila, recorrió varios lugares para avistar a los insurgentes. El 5, desde Cañada de Negros, dijo que no había tenido novedad, que Segura se mudó para San Pedro y que toda la fuerza de los sediciosos se estaba reuniendo en Yuriria, donde estaba Liceaga. Al otro día, se ubicó en Piedra Gorda, sin novedad. 56
El 10 de septiembre, Juan José Landeros informó que en San Francisco del Rincón se publicó un bando de Liceaga sobre alcabalas, diezmos, etc., y que circulaban unos papeles muy sediciosos de Rayón, Navarrete y Morelos. El 15, Julián de Obregón pidió al Subdelegado expidiera un bando prohibiendo la circulación de moneda acuñada sin permiso del gobierno.57
El padre Montes de Oca, el día 23, se quejó de los insultos que recibió de los insurgentes que estaban acampados en San Bernardo. Pero otro informante dijo que el bachiller había dicho una misa a la que concurrieron 250 insurgentes con 42 fusiles y un cañón, mismo que dispararon en los intermedios, por lo que fue detenido. A lo que sugirió Juan José Landeros, si así lo ordenaba el Subdelegado, cerrar la iglesia de San Francisco del Rincón.58
En otro orden de ideas, Landeros lamentó que uno de sus sobrinos se hubiera pasado al bando de los insurgentes y agradecía al Cura Tiburcio Camiña el indulto que le ofreció. También reportó el día 25, que Segura y otro le saqueó cien pesos y se lo llevaron arrestado a su cuartel de San Bernardo.59
El 3 de octubre, José Esteban Rosas reportó un encuentro que tuvo con el cabecilla Ignacio Franco por el rumbo de Cerro Gordo.60
El 17, García Conde despachó 36 infantes de Silao para la defensa de la villa de León.61 Sin embargo, el Subdelegado se dirigió el día 27 al señor Cruz solicitando una división:
El sábado 21 salieron de la Cañada: Rafael Oropeza, Domingo Segura, Saturnino y Carranza, con el fin de atacar al señor cura Álvarez, quien parece los escarmentó matando al primero, algunos de los que se titulaban capitanes; y bastantes de los demás, se retiraron a los pueblos del Rincón, a donde se ha incorporado Franco y se mantiene allí con una reunión de cosa de 700 hombres, aunque con pocas armas, según me han informado. En la mayor parte de las haciendas hay sus gavillitas que impiden la extracción de semillas para los pueblos; y como el señor García Conde tiene por allá nuestra caballería, nos es imposible perseguirlos. Si vuestra señoría no nos favorece con una división, nos veremos apurados para poder recoger los maíces, que ya están destruyendo como lo tienen de costumbre.
José Mariano Herrera, dueño de Tlachiquera, se presentó el día 27 ante el Subdelegado con una orden del Intendente de Guanajuato para recuperar las campanas que una partida de los realistas de León se trajo de su hacienda.62
El 6 de noviembre, Diego García Conde le solicitó al Subdelegado, por órdenes del general José de la Cruz, un informe respecto a la tropa, armas, municiones y fortificaciones, población y carácter de los vecinos. Anexo a otro informe solicitado, se informó que San Francisco 3,620, Purísima 2,400, San Miguel 2,500, Coecillo 3,000 y haciendas 10,700 habitantes.63
Nuevas noticias llegaron los días 7 y 8, que Agustín de Iturbide había tomado el fuerte de Yuriria, toda su artillería, municiones y que se encontraban 400 prisioneros y 60 soldados muertos de hambre. En el ataque participó el leonés Juan de la Pila Gómez, que junto con cinco de los cuervos, asaltó la isla de Liceaga estando en el agua hasta la cintura desde las nueve de la noche hasta las dos y cuarto en que saltó y mató uno de los centinelas. Éste, en nota del 17 de noviembre, pidió al Subdelegado hiciera lo posible para conseguir su regreso antes de que salieran al Valle, donde se estaban reuniendo las gavillas, porque saliendo ya les será preciso seguir hasta que no queden insurgentes en el Bajío.64
Con esta última fecha, José Esteban Rosas reportó haber sostenido un encuentro con más de 300 insurgentes en Los Sauces, los cuales fueron rechazados, durando el tiroteo casi dos horas, y que la misma gavilla, unida a la de Fernando Hernández, se volvió a situar en el mismo lugar. Al otro día, informó que por los caminos de Santa Ana, San Gregorio y Duarte le salieron 300 insurgentes capitaneados por Contreras, Moreno y Olmedo, los cuales fueron rechazados, habiéndoles quitado un estandarte con la sagrada imagen de Nuestra Señora de Guadalupe. 65
El 18 de noviembre, Julián de Obregón, como Procurador General y Síndico personero, pidió al Subdelegado solicitara el regreso de las dos compañías de dragones patriotas de la villa que estaban en la división de Agustín de Iturbide, para auxiliar a los labradores a recoger las cosechas, pues de lo contrario caerían en poder de los rebeldes. Por su parte, Juan de la Pila Gómez también le pidió hacer cuantos esfuerzos estuvieran a su alcance para que García Conde ordenara a Iturbide el regreso de la tropa a León.66
García Conde, el día 21, respondió que había dificultades para el regreso de las compañías de patriotas de León. Y José de la Cruz, desde Guadalajara, agradeció los elogios recibidos por haber puesto el Virrey a su mando toda la tropa de la villa de León y las de toda la provincia de Guanajuato.67
En la villa de León, el 24 de noviembre, se ordenó a cuatro soldados y un cabo que persiguieran tres insurgentes que por el camposanto andaban cintareando a los hombres.68
Por cartas que circularon a fines del mes, se conoció que Segura se encontraba en El Rincón, Oropeza en Los Salados, Franco en Comanja, El Aguador y Bolaños en Tlachiquera.69
La tensión que provocaban los insurgentes afectó los trabajos del mismo Cabildo. Luis Gómez de Barreda, en oficio del 1º de diciembre, informó al Intendente de la provincia que el Ayuntamiento de la villa se componía de tres individuos, debiendo ser de once, por lo que le preguntaba si se podía nombrar uno o más sujetos que sirvieran en clase de regidores bienales.70
El 9 de diciembre, José Mariano Reynoso informó al Subdelegado que la semana anterior habían estado en Silao Agustín de Iturbide y Juan de la Pila, agregando que las gavillas andaban mortificando las haciendas.71
El Subdelegado de León, el 11 de diciembre, informó al General Rosas sobre las posiciones de los insurgentes en su demarcación:
El señor García Conde se halla en Silao, a donde vino también el señor Castro con la fuerza que tiene a sus órdenes, para ir, según afirman, a recoger los maíces que hay sembrados en la hacienda de Cuerámaro. El cabecilla Liceaga sé, estuvo el lunes próximo en la hacienda de Tupátaro y hasta ahora no he podido averiguar con certeza, si permanece allí o la dirección que ha tomado, pero según un oficio que despachó el 6 a la Cañada de Negros, a Segura, debe venir allí en donde espera se le reúnan Hermosillo con Saturnino, que están en el rambla de Frías; Franco que ocupa a Comanja, y Contreras con Olmedo, que andan por Tultitán y sus inmediaciones: en mi concepto lo que tratan es de robarse las cosechas de las haciendas de esta jurisdicción, para tener de que subsistir; y si se les quita este arbitrio, haciendo conducir a los pueblos todas las semillas, crea vuestra señoría que se les destruye, pues como los caminos están interceptados, no hay quien exponga intereses sino con seguridad, y faltándoles ya esta proporción de robo, no les queda otra que los maíces para venderlos, como han hecho hasta ahora.72
chas.73 Para el 13 de diciembre Iturbide se dirigía a San Pedro Piedragorda para proteger las cose-
Pero con nuevos informes, el Subdelegado comunicó a García Conde, a las 11 de la noche de ese mismo día, lo siguiente:
Acaban de avisarme unos mozos de verdad que en el paraje nombrado Tierra Blanca están reuniéndose porción de rebeldes; no se sabe con qué fin. Creo tratan algo contra esta villa, porque la gavilla de Segura en el Rincón se ha engrosado bastante; y aún la de Franco que está en Comanja, me aseguran no baja ya de ochocientos hombres, los que tiene.
Todos convienen en que Liceaga se halla en San Pedro y como ya he dicho a vuestra señoría, debe venir al Rincón, el martes o miércoles próximo; y me parece no hay duda en que toda la canalla se ha cargado por aquí, donde no hay por ahora quien los incomode. Me ha parecido conveniente imponer a vuestra señoría en estas noticias, para que en caso de que se dirijan a este lugar, tenga a bien auxiliarnos oportunamente.
Esta tarde me han avisado de los pueblos del Rincón que Liceaga se halla en San Pedro, y que el martes o miércoles próximo, debe venir a dichos pueblos.
Esta noche ha venido un mozo de los que tengo por allá de espías, quien me ha dicho que en Tierra Blanca está otra gavilla reuniendo las pequeñas y sacando a toda clase de hombres para agregarlos. Segura está también engrosándose con los infelices que se lleva de las labores y Franco que se halla en Comanja, barrió anoche con la mayor parte de la gente que tenían las haciendas inmediatas. Esto me hace sospechar el que intentan atacar esta villa o alguno de los lugares inmediatos, a los que ha mandado aviso para que estén dispuestos a resistir o auxiliar al que lo necesite.74
Para el 16 de diciembre, en La Cantera y Cuesta de San José se hallaban reunidos una porción de insurgentes. Por lo que el Subdelegado le dijo al Conde de Pérez Gálvez, que era necesario ir acuartelando a la gente, porque de lo contrario, no era más que aumentar el número de insurgentes. Así mismo, pidió al Coronel José de Castro protección para que los hacendados introdujeran el maíz dentro de la villa.75
El día 20, Gómez de Barreda informó al General José de la Cruz sobre la situación de Iturbide y los cabecillas insurgentes:
Iturbide cuando regresó de Celaya logró sorprender varios insurgentes que estaban jugando gallos en Salamanca y ahí encontró la cabeza del sanguinario clero Camacho, a quien ellos mismos dieron muerte en una de sus borracheras. Dicho Iturbide no sé el punto que ocupa hoy: pero debe venir a San Pedro, a donde no tengo noticia haya llegado todavía y me hace creer el que no, el hallarse Saturnino Segura y Hermosillo ocupando a los pueblos Cañada de Negros y Jalpa, según me han informado todos los que vienen de por allí.
El señor Castro no fue a Cuerámaro, como dije a vuestra señoría: salió de Silao con destino de proteger las cosechas de las haciendas inmediatas, pero en el mismo día, no sé qué motivo lo hizo marchar otra vez a Guanajuato, en donde se halla también el 2º Batallón de la Corona.
Los cabecillas Liceaga, Vargas, Salmerón y otros estaban el martes quince entendidos con toda su chusma desde la Joya de Calvillo hasta Cuerámaro: ignoro si aún permanecen allí y el número de que se componen.
En Lagos parece hay una porción de cargas detenidas que se dirigen para esta villa y este aliciente ha hecho todos estos días a los rebeldes, están sobre el camino, por lo que ha sido necesario detener uno de los correos que van para vuestra señoría.
Hoy he sabido que se han retirado un poco y con una regular partida y dispuesto continúe el correo detenido y otro llegado anoche para no retardar la correspondencia, pero he ordenado al oficial que los conduce el que por ningún caso permita una desgracia que de otro modo pudiera suceder...76
El 21 de diciembre, José Esteban Rosas informó que a su regreso de Lagos lo estaba esperando una despreciable chusma de rebeldes en Lagunillas, a la que hizo huir cobardemente, gastando 56 cartuchos en la acción que duró una hora.77
El 23, Juan José de Landeros informó que Iturbide estaba en la hacienda de Corralejo con intención de llegar a San Pedro; que Segura y Hermosillo, con 600 hombres, se avistaron en el puesto de Palmitos, inmediato al Comedero, pero que Negrete los dispersó; que Segura cobraba las rentas de
las haciendas y recogía semillas de los diezmos, que los insurgentes pusieron a José Guardiola, a pesar de su resistencia, como Subdelegado de Purísima, y que Linares se hallaba en La Barca castigando a los bandidos indios que se habían revelado, que llevaba como 200 pasados por las armas.78
El Subdelegado, el día 27, ordenó a Antonio Sañudo saliera con cien hombres a la hacienda de La Hoya para ver si lograba sorprender la gavilla de ladrones que allí se empezaba a formar.79
Ante las duras expresiones de un oficio del General José de la Cruz, el Subdelegado justificó su conducta y el de las tropas de la villa de León:
Aunque parezca jactancia ningún pueblo de los organizados desde la insurrección acá, se ha portado con más energía que este de León. Sus pocos soldados se han batido muchas veces, en diferentes puntos con gruesas reuniones y siempre han salido victoriosos y llenos de gloria. Y aunque es cierto que en bastante tiempo, no han tenido acción alguna de consideración por estas inmediaciones, ha sido porque no ha hallado apoyo alguno en Guanajuato, Silao y para las diversas combinaciones que he proveído en distintas épocas, como probaré en caso necesario, dirigidas al bien general y como la experiencia ha acreditado que la guarnición de un solo pueblo, no es capaz de limpiar su jurisdicción, ni mantenerse fuera dos días continuos, sin exponerse a ser sacrificada, a menos que no esté apoyada de alguna división del ejército. Este conocimiento, y no haber encontrado el apoyo referido, me movió a franquear la caballería al señor García Conde, cuando se trató de atacar a Albino García, en cuya persecución se portó mi tropa con el valor que siempre la ha distinguido; y últimamente la incorporé con la División del señor Iturbide, para que con el argumento de la citada arma, pudiese batir las muchas reuniones de bandidos, que había y hay en el Bajío y con la que está operando va para cuatro meses, como tengo informado a vuestra señoría careciendo, pues de toda la caballería, como llevo manifestado, no podía emprender cosa alguna fuera de la población; pero sin embargo, todas las veces que se han acercado los insurgentes se les ha atacado y perseguido, aunque haya sido a la hora más incómoda de la noche, lo que me es fácil de acreditar con todo el vecindario de esta villa. Si ésta es apatía, confieso que he sido apático: y si no expongo la tropa a que sea sacrificada todos los días, como algunos de aquí quieren, es porque no debo hacerlo y porque no sólo he de responder de las resultas.
Desde el nueve de noviembre en que oí a vuestra señoría la enhorabuena por el nombramiento de general en todas las tropas de esta provincia, le he dirigido cuatro oficios, con fechas del 27 de noviembre, 11, 13 y 20 del corriente, lo mismo he ejecutado con el señor García Conde, comunicándole en ellos cuántas noticias he adquirido, y con la del 25, escribo al subdelegado de Lagos lo que verá vuestra señoría, por la adjunta copia; todo lo cual prueba el esmero y vigilancia con que ha procedido en este punto.
Es cierto que algunas ocasiones he manifestado incomodidad a la llegada de los correos; pero también lo es que ella no ha procedido de la necesidad de escoltarlos, sino de no poder ejecutarlo inmediatamente porque las circunstancias no me lo permiten. Prueba de ello es que cuánto han venido han ido a sus destinos oportunamente…80
Informe del Subdelegado, fechado el 29 de diciembre:
Don Agustín de Iturbide logró matar en Corralejo veintitantos insurgentes y coger al cabecilla Casillas. Desde aquel punto vino para San Pedro Piedragorda el
23, en donde sólo estuvo una noche y luego se dirigió otra vez para Irapuato, desde donde marchó ayer a Salamanca, según me han dicho unos dragones de los de aquí, que han llegado hoy.
El señor Negrete también me han informado estuvo en Jalpa y que retrocedió en seguimiento de Hermosillo y Saturnino, que se fugaron para Juchipila. Segura continúa en los Pueblos -del Rincón- y sus inmediaciones: su fuerza consiste en cosa de 500 hombres, con 50 fusiles, 10 escopetas malas y bastantes lanzas y machetes. Franco está en Comanja y no he podido adquirir con certeza el número de su reunión, pero sé que es despreciable y no tiene armas. El Aguador está en La Tlachiquera, y en San Felipe, Los Bolaños.
Ahora que tengo ya alguna caballería voy a empezar a hacer salidas para que los hacendados puedan introducir sus semillas, y procuraré estar de acuerdo con Lagos y Silao para que operemos de conformidad en caso de que no tengan algún inconveniente.
Me parece conveniente, que mientras existan en estas inmediaciones gavillas grandes de insurgentes, no se pueden mandar los correos sin una fuerza capaz de hacerles frente y que si estos son continuos, se verán las tropas de los pueblos casi imposibilitadas de operar, pues es preciso que siempre queden competentemente guarnecidos.81
Ese mismo día, el Subdelegado propuso a su igual de Lagos atacar juntos a los insurgentes de Comanja:
Mientras no se les dé un golpe siquiera a los insurgentes que están en Comanja, me parece no debe salir el convoy de esa villa, porque siendo como vos me dice cuarenta atajos -de mulas- los que hay detenidos, no tenemos tropa con que cubrir el cordón y nos exponemos a que roben algunas mulas porque ellos ya vos sabe que para estas cosas son muchos los que se juntan y es difícil poder bien atender a todo para evitar una pérdida.
Me han asegurado que Iturbide y el señor Negrete andan sobre las cuadrillas que se hallan en las inmediaciones de San Pedro, en cuyo caso me parece tiempo oportuno para que nosotros vayamos sobre Comanja a ver si logramos deshacer la despreciable canalla que está allí. Para este efecto me parece muy al caso que los de Ciénega cubran los cuatro puertos de Medina, Estacada, Los Martínez y Calera, con lo cual y entrando nosotros, cada uno por su respectivo lado me parece podrían fugarse pocos, que es a lo que debemos tirar.
Y si a vos le parece bien este pensamiento, dispóngalo todo como guste y avíseme el día y hora que ha de ser para operar yo, por donde se me señale… 82
Los insurgentes atacaron el correo que salía de la villa, así lo informó el Subdelegado el día 30 a José de la Cruz:
Anoche despache para Silao, como dije a vuestra señoría ayer, el correo y la partida de su escolta se fue batiendo desde Los Aguirres, distante de aquí tres leguas, hasta la loma de Los Sauces, que es la mediación del camino, con un pelotón de insurgentes que se le presentó. Habiéndole hecho fuego también en dicha loma a la que venía de Silao, con los pliegos que van para vuestra señoría del señor García Conde, y otro que también dirige señor coronel don Pedro Celestino Negrete.
En ambas partidas no hubo desgracia ninguna, por haberse conocido al principio del tiroteo y sólo de los insurgentes murieron tres, que mataron los de aquí; quienes continuaron hasta su destino sin novedad, según me han dicho los que han venido hoy de aquella parte.83
El último día del año, los insurgentes Salmerón y Vargas fueron escarmentados por las tropas de León; Hermosillo y Saturnino, que estaban en la Cañada y Jalpa, se retiraron para Juchipila; los Seguras se encontraban en las inmediaciones del Rincón y Franco en Comanja, y el día primero, las gavillas de Fernando Hernández y Salmerón se robaron la boyada de los indios del Coecillo. 84
Con la intención de atacar a los insurgentes situados cerca de San Francisco y Purísima, el Subdelegado salió de la villa y tuvo un enfrentamiento el 2 de enero de 1813, como así lo informó a Diego García Conde:
A las tres de la tarde se dejaron ver por el camino del Rincón ocho insurgentes; y desde luego mandé otros tantos caballos (únicos que me habían quedado, por haber salido todos los demás en dos divisiones con los correos a Lagos) en unión de veintisiete infantes, al mando del teniente don Esteban Rosas; quien inmediatamente dispuso que dichos caballos cargasen a los enemigos y al acercarse al monte de Santa Rosa, descubrieron una emboscada de cosa de cuatrocientos hombres. Los nuestros retrocedieron entonces a ampararse de la infantería, y viendo los enemigos el corto número de soldados que tenían al frente, cargaron fuertemente sobre ellos, y lograron rodearlos; pero dicho teniente se estuvo defendiendo con la mayor energía y serenidad hasta que en compañía del capitán don Francisco Castillo llegué yo con un cañón y veinte infantes, con cuyo auxilio y la buena dirección de los fuegos se consiguió hacerles bastante daño y contenerlos. Y habiendo llegado parte de la caballería que estaba en Lagos, al ponerse el sol, se les obligó a la retirada en desorden y dispersión. Tuve dos muertos y cinco heridos. Este incidente: el recelo de que acaso vuelvan hoy a hacer tentativa, la necesidad en que me hallo de mandar tropa a que proteja el regreso de la partida que viene de Lagos. Y mandaban otra con los pliegos que ahora acabo de recibir y últimamente el hallarme comprometido a una expedición contra Comanja el día cuatro a la madrugada, combinada con las tropas de Lagos y Ciénega de Mata, me ha estrechado a suplicar al oficial de la partida que vino esta mañana, se quede aquí a auxiliarme en las varias atenciones referidas y él ha accedido a ello, con la condición de que se dé parte a vuestra señoría sin pérdida de tiempo, como lo ejecuto, esperando que vuestra señoría aprobara dicha determinación, tanto por las razones expuestas como por interesar sumamente su detención para poder realizar el proyecto referido.
Y si vuestra señoría hallare por conveniente el proteger esta villa, con más tropa, mientras regresa la expedición, creo sería muy oportuno, atendida la inmediación de Segura.85
Al siguiente día, las tropas de León salieron para Comanja, como así lo informó el Subdelegado al General José de la Cruz:
Salí de aquí para Comanja la noche del 3 del corriente, a las 11½, procurando extraviar el camino para no dar con una de las avanzadas enemigas, pero por no atravesar un lago me vi precisado a tomar el más frecuente a las dos leguas, y al pasar el potrero de la hacienda de Arriba di con una, compuesta de siete pícaros que envolví y corté pasando seis a cuchillo y haciendo un prisionero. Por eso supe era
muy corta la chusma que había quedado en el punto a donde se dirigía otra combinación por haberse ido ya para la sierra.
De facto así fue, pues al amanecer que llegamos solamente vieron nuestras descubiertas unos cuantos y les matamos dos. Se puso fuego a todo su cantón; se les persiguió hasta echarlos encima a los de Ciénega de Mata, y éstos, les mataron treinta y uno, les hicieron seis prisioneros y les hirieron a varios, entre ellos al cabecilla Manuel Reyna, cuyo caballo largó. Entre los prisioneros que hicieron los de Ciénega, se cogió uno de uniforme azul con botón blanco y suscripción norte número 7, y el que yo hice junto con otro que hizo el comandante de Lagos, se pasó en Comanja por las armas.
Viendo aquel real abandonado, con sus casas destruidas y escuetas, mande al padre capellán de mi partida, bachiller Manuel Almaguer, hiciese cargar los vasos sagrados, ornamentos y milagrosa imagen de Jesús Nazareno para trasladarlos con toda veneración a esta parroquia y salí para esta villa a las 12 del día de ayer, dejando en aquel punto las partidas de Lagos y Ciénega sin ninguna novedad. Yo, en mi regreso, no la tuve y llegué a este suelo a las 8½ de la noche.
Es en vano decir a vuestra señoría lo bien que se portaron los oficiales y tropa que llevé a esta expedición, pues lo hicieron como lo tienen de costumbre y la infantería sufrió con la mayor resignación catorce leguas de jornada.86
Aún con este golpe a los insurgentes, el cabecilla Franco seguía por el rumbo de Comanja con 500 hombres y 50 fusiles; en La Tlachiquera los hermanos Bolaño, con dominio hasta San Felipe, quienes hacían continuos robos en las haciendas de León y Silao, y los Seguras se hallaban en Los Salados, y Hermosillo en El Colorado, cerca de Cuerámaro.
87
Del ataque a Comanja, Gómez de Barreda trajo un muchacho al que interrogó, el que le dijo que aunque supo que algunos de esta villa escribían al insurgente Franco, no sabía quiénes eran; que sólo vio allí en el campamento a uno de la hacienda de la Sauceda, hombre mayor y con unos calzones de gamuza, y a un tal don José María, dueño de Los Ranchos.
El 7 de enero de 1813, llegó a León Pedro Celestino Negrete a la media noche y salió el 9 para Jalpa, llevando 12 mil pesos para gastos de su división, que le proporcionó el Subdelegado de la villa.88
En cartas de 13 y 14 de enero, el Subdelegado informó al de Lagos, sobre los movimientos de las tropas de León para perseguir a los insurgentes:
Antes de ayer, hice salir una partida de cuarenta hombres para que recorriese las haciendas de la parte del norte y se retiró en la noche, trayendo dos prisioneros que hizo con sus caballos ensillados. Ayer salió otra por la parte del sur, y persiguió una cuadrillita de veinte insurgentes que encontró en el llano de los Coyotes; se logró matarles tres, siendo uno, un desertor de la corona y quitarles un resaco, dos lamas, tres machetes y siete caballos, tres de ellos ensillados.
Segura y Hermosillo tengo noticias, se han ido para las inmediaciones de Cuerámaro, y Salmerón me han informado, está por los dos ríos, que es la guarida que más frecuentan. De Comanja, he tenido noticias que Franco se halla otra vez por aquella sierra con poca gente, por no haber podido juntar la que se le dispersó cuando fuimos allá.
El señor Negrete salió de Jalpa el lunes, con dirección de Arandas y el señor cura Álvarez, fue para San Pedro, según me ha dicho un mozo que acaba de llegar de la hacienda de La Cañada; sólo de Iturbide no he podido saber por dónde se halla con certeza; pues aunque me han dicho salido de Corralero el domingo, para Penjamillo.89
Hoy hice salir una partida de cuarenta hombres que recorrió varias haciendas de la parte del sur y norte y acaba de retirarse sin haber visto absolutamente a nadie de los pícaros.
Habiendo tenido noticia de que Segura había vuelto a San Bernardo, mandé un espía para que lo averiguara, que acaba de llegar, diciendo que efectivamente se halla dicho cabecilla en el citado paraje. Añadiendo que supo en el Rincón, por persona fidedigna, que el señor Negrete y el cura Álvarez se habían ido para Arandas y que por aquellas inmediaciones andaba un cabecilla nombrado Nájera, con cosa de 2,000 hombres.90
En oficio del 15 de enero, Gómez de Barreda informó a Mariano Reynoso que durante estos días hizo salir partidas por la jurisdicción y había logrado matar tres pícaros, coger dos; nueve caballos y quitarles un retaco, una bayoneta, tres lamas y 4 machetes. También le envió una lista de los insurgentes que vivían en la hacienda de Comanjilla y causaban bastantes daños.91
Nuevos informes revelaron que Salmerón salió con una pierna rota en su ataque a Celaya, que Segura se había reunido otra vez en Peñuelas y que Franco se hallaba absolutamente sin gente en la sierra de Comanja, pues los peones de las haciendas, que tenía allá forzados, se le vinieron a la villa.92 Por el día 20, el Cura Álvarez, andaba por Cañada de Negros y sus inmediaciones y había quemado varias rancherías afines a los insurgentes. Segura se había remontado por los cerros y sus hombres se habían esparramado como acostumbraba cuando tenía alguna división encima, apenas le quedaban unos cuatrocientos, con muy pocos fusiles, y tomó el rumbo de Corralejo.
93
Mientras que las fuerzas armadas defendían a León de los ataques externos, el Subdelegado publicó el 24 de enero de 1813 un extenso bando para regular la vida de los leoneses dentro de la villa:
Por cuanto, siendo de las primeros cuidados de este Ayuntamiento formar establecimientos que oportunamente se dirijan a la felicidad común del pueblo, para conservar a sus habitantes en la seguridad, tranquilidad pública, de composiciones de abasto, su legítima distribución y venta, conforme a las leyes, reales órdenes, cédulas y pragmáticas expedidas; en acuerdo de ayer, previne a petición del Procurador General Síndico Primero del Común, establecer con detenida reflexión los puntos convenientes a la más arreglada policía de este hermoso suelo, anunciando la observancia que debe presentarse a cada uno de los artículos que se van a exponer:
1. Que ninguna persona, de cualquier clase que fuere, se atreva a blasfemar contra Dios, su santo nombre, su madre santa y cosas sagradas, ni a dar escándalo con irreverencias, actos, juramento, uso de palabras, acciones y cantares deshonestos, pues estos delitos se castigarán con la severidad que prescriben las leyes.
2. Que los domingos y fiestas de ambos preceptos no se trabaje, sin expresa licencia del juez eclesiástico, pena de diez pesos al maestro que lo hiciere y ocho días de cárcel al oficial que lo siguiere.
3. Que los magos y mal entretenidos se destinen a las armas o a donde convenga, según resultare de la sumaría que se les forme.
4. Que los borrachos y los que a deshora de noche, por no tener casa, sean encontrados en las calles, portales y otros puestos, se aprehendan y conduzcan a la cárcel y aplicados por dos meses al servicio público de limpiar la villa.
5. Que ningún maestro cerrajero o herrero haga llaves por molde o estampa sin entregarle la cerradura, donde ha de servir, para libertarse de las penas que se le impondrán, según las circunstancias y resultas de lo que aconteciere; prohibiendo también que hagan y vendan llaves sueltas, punzones o limas.
6. Que los dueños de mesones pasen todas las noches a la Subdelegación lista firmada de los huéspedes que estuvieren, indicando sus nombres, empleos, oficio, calidad y lugares de donde han venido y, pasada ya la lista, no admitirán persona alguna sin noticia de aquel juzgado, llevando cuaderno del asiento diario, para que por él y las listas entregadas, pueda comprobarse la fidelidad o infidelidad en que hayan procedido.
7. Que los que tengan puesto para comprar o vender muebles, ropa de uso y manufactura del país o las anduvieren vendiendo por las calles, no compren a hijos de familia, aprendices ni personas de quienes no tengan seguridad, llevando cuaderno de asiento de las compras y nombre de los vendedores; castigando a los contraventeros, con arreglo a derecho, según las resultas de los que casos que ocurran.
8. Que los maestros artistas plateros no compren plata, oro ni alhajas a los hijos de familia, criados de las casas, ni personas a quien no conozcan; ni a las que con cuyo oficio, caudal y establecimiento tengan proporción las prendas que vendan; tratando todas las seguridades debidas para libertarse de los cargos que se les harían en caso de contravención; que en el de presentárseles a vender tales alhajas alguna persona sospechosa, la detendrán, dando parte inmediatamente al justicia, para que proceda a las averiguaciones convenientes.
9. Que a las diez de la noche se han de cerrar las puertas de las tiendas y la venta hasta la mañana del día siguiente, bajo la pena de 25 pesos.
10. Que hayan de sufrir la misma multa de 25 pesos los vinateros que reciban gente en su casa y se hallen pasada la citada hora de las diez de la noche, y se prohíbe facilitar armas o lugares para dormir, bajo las penas que establecen las leyes.
11. Que los bodegueros tengan los comedores a la vista, con las puertas abiertas, para evitar desórdenes, no permitiendo se mande por vino o licores en cantidad que se priven, ni la mezcla de hombres y mujeres y, más particularmente, de las que son conocidas de mal vivir, bajo la pena de 12 pesos.
12. La misma multa de 12 pesos sufra el dueño de bodegón que en él tuviere gentes dadas las diez de la noche o las admitiere.
13. Que en los trucos y billares no se pueda jugar dadas las diez de la noches, bajo la pena de 10 pesos, que se impondrán a los dueños, y si los jugadores tuvieren quimera o motivo para haberla, den parte al juez más inmediato.
14. Que se guarde enteramente la prohibición de las armas, prevenida por bandos del excelentísimo señor Virrey de esta Nueva España y generales de las tropas reales.
15. Que los tablajeros o carniceros no hagan distinción en el despacho de las carnes, recibiendo por ella aumento de precio o gratificación, que priva a los consumidores de la igualdad con que deben ser tratados, bajo la pena de 8 días de cárcel.
16. Que ningún revendedor o regatón de cualquiera especie que sea, de abastos y efectos de necesidad, pueda comprarlos de los dueños o trajinantes que los conducen a esta villa; ni entrar a vender en la plaza hasta la hora establecida por el actual procurador general, en la que ya pueda estar el público abastecido de primera mano, no saldrán a las puertas y garitas a hacer ajustes o concurso con los arrieros o conductores, ya deteniéndolos para la entrada o ya confabulándose para que solo presten sus nombres, no habrá diferencia en el despacho; no se negarán a vender las especies que tengan en sus puestos, esperando que tengan más valor. Los contratantes de estas reglas que tienen por objeto el mantener un buen fiel e igual abasto a los consumidores, serán castigados según el grado de la inobservancia para cuyo tan importante cuidado, confía el Ayuntamiento en el celo del procurador general, en quien reside este cuidado.
17. Que los comerciantes que sospechen que el efecto no se les ha dado completo por el vendedor, ya en peso o medida, ocurran a la tienda del guardamás de esta real aduana, don Felipe Fonseca, quien tiene los padrones de unos y otros, con comisión del regidor fiel ejecutor, para su arreglo y cotejo, debiendo dicho dar fe al expresado regidor, con lo que ocurra, para que disponga lo que sea justo.
18. Que no se permita dentro de la villa caballerías sueltas y que, por las que se cogen sin sillas, fierro o cabezadas, pagarán sus dueños un peso de multa y dos si reinciden; ni amansar potros, bajo la misma multa.
19. Tampoco se permitirán por las calles ganados sueltos de lana y cerda, dándose facultad a cualquier persona para que las coja y, presentándolos al juez de policía, se le dará la mitad de un peso, en que será multado el dueño.
20. Todo el que tuviere perro o perros para resguardo de sus casas, estará obligado a tenerlos amarrados y encerrados por dentro de su casa, porque si se encontraren en la calle, serán muertos; y si se observa que continúan descuidándose en amarrarlos y siguen infestando toda la villa y causando los males e incomodidades que hasta aquí, desde luego el juez de policía dará providencias para su total exterminio.
21. Se prohíbe tener en los pretiles de las azoteas y barandillas de los balcones y ventanas que caen a las calles, macetas, tiestos, tinajas u otras cosas fáciles de caer, para evitar desgracias y facilitar el cómodo tránsito a los vecinos.
22. Que tocada la queda, sean arrestados todos los que se encuentren en la calle, solos o acompañados, a disposición de la justicia; excepto si llevaren linterna o luz y fueren a negocio urgente, como llevar confesor, médico, partera y a otras cosas así.
23. Que en el preciso término de quince días, contados de la fecha de este bando, los dueños de las casas o sus inquilinos, recompano echen resumideros al caño, pues que no verificándolo e inundando de aguas y mil inmundicias, como hasta aquí las calles, a más de multarlos con 25 pesos, se harán componer de cuenta del dueño por el juez de policía.
24. Que la limpieza de las calles corresponde a los vecinos, que deben hacerlo diariamente hasta el centro o medio, con inclusión de su empedrado o calzada, regándolas cuando no fuere tiempo de aguas, pena de un peso por primera vez que falte el aseo de ellas y de dos si reincidieren, y si el multado no pudiere, por su situación exhibir esta condena, por el primer detenido.
25. Que ninguna persona ejecute acto alguno, exonere el cuerpo en las calles, plazas y, mucho menos, en los cementerios; arrimándose a las fábricas y edificios sagrados, pena de dos pesos, que se aplicarán por mitad al denunciante y fondo de policía, cuya circunstancia debe entenderse también en los dos artículos anteriores.
26. Que los materiales que se ocupen para reedificar casa no embaracen el paso de las gentes, ni las calles, pare el tráfico de los coches, siendo de cuenta de los dueños transportar los escombros a extramuros de la villa.
27. Que los animales muertos dentro de ella, se lleven a media legua del lugar, pena de cuatro pesos a sus dueños si no lo ejecutan.
28. Que enseñando la experiencia que las casa de vecindad y accesorias suelen estar habitadas de gente de mal vivir, que causan muchos desórdenes y escándalos en ofensa de ambas Majestades, se prohíbe que estén abiertas las puertas dada la queda, y que se formen tertulias y fandangos en ellas.
29. Siendo tan públicos como criminales los excesos que se observan en el baratillo, exigen el más pronto y eficaz remedio, por lo que desde esta noche, todos los individuos que asistan a él con el objeto de expender sus manufacturas o efectos, deberán asentarse llevando la luz correspondiente a la parte exterior de los portales, desde el que empieza en la alhóndiga hasta el de las palomitas, formando línea separada los que venden hilo o manta de los que venden efectos de lana y éstos de los que expenden zapato, y así de los demás; bajo el apercibimiento que al sujeto que contraviniere a lo expuesto, sufrirá la pena de cuatro días de cárcel. Cuidando los alcaldes de barrio que esta providencia tenga efecto, respecto a que es conforme a sus ordenanzas y dirigida a estorbar a que se formen los pelotones de gente que hasta aquí, de modo que impiden el paso y encubren en ello los excesos que se trata de estorbar, esperando de dichos jueces, que como tales se consideran y son superiores de lo restante del pueblo, no perdonarán diligencia alguna para el arreglo de un tan interesante punto.
30. Que don Andrés Domingo de Sistiaga, regidor diputado de este Cabildo y encargado del ramo de policía, cuide de la más exacta observancia de estos artículos.94
El 27 de enero, estuvo en León el Teniente Coronel Agustín de Iturbide y siguió inmediatamente para Silao, dejando orden de que al siguiente día marcharan para aquel pueblo a incorporársele cuarenta patriotas de caballería de esta villa para agregarlos a la división de su mando.95
El 28, el Subdelegado le envió las tropas solicitadas:
Remito a usted cuarenta hombres de caballería con el subteniente don Alonso Calderón, sujeto de confianza, para cuanto vos tenga a bien mandarles, pero es necesario se le dé el correspondiente sueldo para su subsistencia, porque habiendo gastado cuanto tenía en el servicio, se halla ya sin poder continuar a sus expensas como lo ha hecho hasta ahora.
No mando a vos más que quince cuervos, porque los demás que quedan aquí están enfermos. En Lagos me dejó vos ocho por falta de caballos, que quién sabe cuándo vendrán, porque allí nada franquean. Los auxiliares y voluntarios que remito no son malos, y me parece cumplirán con su deber, siempre que sea necesario.
Don Raymundo Zaragoza lleva la brida jalona que quedaron componiendo, cuando vos se fue y tanto su costo de 25 pesos como lo demás que se le franqueó a Vasconcelos, y lo que vos me restaba de las cien monturas, me lo ha satisfecho el citado Zaragoza, quien lleva cuenta de todo.
Son las tres de la tarde, hora en que acaba de entrar Posada con su partida; descansará un corto rato la caballada y continuará inmediatamente a reunirse con vos, junto con los de aquí, que están en disposición de marchar desde ayer tarde.96
Ese mismo día, le envía otra carta a Rafael Flores, informándole que cerca de Silao una partida de León había matado a los cabecillas Pedro El Aguador, Flores y Zambrano, con otros seis de los pícaros que los acompañaban. Y que en Cuerámaro se mantenía una reunión de insurgentes sin hacer movimiento y sin saber quiénes son los cabecillas. 97
Para el día 31, se supo en León que un insurgente, de apellido Ortiz, que andaba por San Felipe pasó por las armas a los tres cabecillas Bolaños y que puso las cabezas en La Deseadilla, y el día 2 de febrero, un mozo que llegó de Cañada de Negros informó que la noche anterior habían llegado a Jalpa el clérigo Torres, Los Seguras y Hermosillo con una gavilla como de 900 hombres, con la intención de atacar León, Lagos o Arandas.98
Ante tal amenaza, el día 4, Luis Gómez de Barreda propuso al Subdelegado de Lagos, atacar juntos a los insurgentes:
Considero a vos instruido de la reunión de canalla que hay en Jalpa por los avisos que le he dado. Es necesario tratar de destruirla y para el efecto conviene vos con la subdivisión que debe hallarse por El Cañón y avíseme del día y paraje donde debe juntarse mi tropa con la suya para atacarlos. Es preciso sea esto cuanto antes, tanto para libertar los destrozos que ocasionan como para cumplir con las órdenes del señor general que acabo de recibir.99
Los horrores de la guerra eran omnímodos y omnipresentes. También los insurgentes procesaban sumariamente y ejecutaban a los realistas. El 2 de febrero de 1813 fue fusilado en León, don Diego Güemes, originario de Castilla; y cuatro días después, sigue la misma suerte don Luis Gómez de Barreda, Subdelegado y Comandante de las Armas de la villa, quien fue sepultado en el templo de la Tercera Orden.100
1 AHML SD-IND-COM-C. 9-Exp. 27-1812. 2 AHML SD-IND-COM-C.9-Exp. 29-1812. 3AHML SD-IND-COM-C.9-Exps. 32 y 33-1812 4 AHML SD-IND-COM-C. 9-Exp. 34-1812. 5 AHML SD-IND-COM-C. 9-Exps. 35, 36 y 39-1812. 6 AHML SD-IND-COM-C. 9_Exp. 40-1812. 7 AHML SD-IND-COM-C. 10-Exp. 12-1812. 8 AHML SD-IND-INF-C. 21-Exps 30 y 31-1812. 9 AHML SD-IND-COM-C. 9-Exp. 38-1812. 10 AHML SD-MLC-RDC-C. 6-Exp. 29-1812. 11 AHML SD-IND-COM-C. 9-Exps. 46 y 47-1812. 12 AHML SD-IND-COM-C. 9-Exps. 49 y 53-1812. 13 AHML SD-IND-COM-C. 9-Exp. 61-1812. 14 AHML SD-IND-COM-C. 9-Exp. 65-1812. 15 AHML SD-IND-COM-C. 9-Exps. 68 y 69-1812. 16 AHML SD-IND-COM-C. 9-Exp. 3-1812. 17 AHML SD-JTC-COM-C. 18-Exp. 27-1812. 18 AHML SD-IND-COM-C. 9-Exps. 70, 71 y SD-IND-COM-C. 10- Exp. 6-1812. 19 AHML SD-IND-COM-C. 10-Exps. 7, 8 y 9-1812. 20 AHML SD-INDE-COM-C. 10-Exp. 10-1812. 21 AHML SD-IND-COM-C. 10-Exps. 13 y 15-1812. 22 AHML SD-IND-COM-C. 10-Exps. 16 y 17-1812. 23 AHML SD-IND-COM-C. 10-Exps. 18 y 20-1812. 24 AHML SD-IND-COM-C. 10-Exp. 19-1812. 25 AHML SD-IND-COM-C. 10-Exp. 21-1812. 26 AHML SD-IND-COM-C. 10-Exps. 27, 28 y 30-1812. 27 AHML SD-IND-COM-C. 10-Exps. 34, 35 y 36-1812. 28 AHML SD-IND-COM-C. 10-Exps. 37 y 38-1812. 29 AHML SD-IND-COM-C. 10-Exps. 39 y 42-1812. 30 AHML SD-IND-COM-C. 10-Exp. 47-1812. 31 AHML SD-IND-COM-C. 10-Exps. 51 y 54-1812. 32 AHML SD-IND-COM-C. 10-Exp. 55-1812. 33 AHML SD-IND-COM-C. 10-Exp. 57-1812. 34 AHML SD-IND-COM-C. 10-Exp. 61-1812. 35 AHML SD-IND-COM.C. 10-Exp. 63-1812. 36 AHML SD-IND-COM-C. 10-Exp. 64-1812. 37 AHML SD-IND-COM-C. 10-Exps. 65, 66 y 67-1812. 38 AHML SD-IND-COM-C. 10-Exp. 67-1812. 39 AHML SD-IND-COM-C. 10-Exp. 68-1812. 40 AHML SD-IND-COM-C. 10-Exp. 72-1812. 41 AHML SD-IND-COM-C. 10-Exps. 72 y 73-1812. 42 AHML SD-IND-COM-C. 10-Exps. 76 y 77-1812. 43 AHML SD-IND-COM-C. 10-Exps. 79, 80 y 83-1812. 44 AHML SD-IND-COM-C.10-Exp. 84-1812. 45 AHML SD-IND-COM-C. 10-Exps. 85 y 86-1812. 46 AHML SD-IND-COM-C. 10-Exp. 87-1812. 47 AHML SD-IND-COM-C. 10-Exps. 92 y 95-1812. 48 AHML SD-IND-COM-C. 10-Exps. 96, 97 y 99. 49 AHML SD-IND-COM-C. 10-Exp. 102-1812. 50 AHML SD-IND-COM-C. 10-Exp. 103-1812. 51 AHML SD-IND-COM-C. 10-Exp. 104-1812. 52 AHML SD-IND-COM-C. 10-Exp. 106-1812. 53 AHML SD-IND-COM-C. 10-Exps. 111 y 112-1812. 54 AHML SD-IND-COM-C.10-Exps. 113 y 114-1812. 55 AHML SD-IND-COM-C. 10-Exp. 115-1812.
56 AHML SD-IND-COM-C. 11-Exps. 1 y 3-1812. 57 AHML SD-IND-COM-C. 11-Exps. 4 y 6-1812. 58 AHML SD-IND-COM-C. 11-Exps. 9, 19 y 10-1812. 59 AHML SD-IND-COM-C. 11-Exp. 11-1812. 60 AHML SD-IND-COM-C. 11-Exp. 16-1812. 61 AHML SD-IND-COM-C. 11-Exp. 24-1812. 62 AHML SD-IND-COM-C. 11-Exp. 26-1812. 63 AHML SD-IND-COM-C. 11-Exps. 31 y 59-1812. 64 AHML SD-IND-COM-C. 11-Exps. 33, 35, 37 y 43-1812. 65 AHML SD-IND-COM-C. 11-Exps-45 y 46-1812. 66 AHML SD-IND-COM-C. 11-Exps. 48 y 49-1812. 67 AHML SD-IND-COM-C. 11-Exps. 51 y 52-1812. 68 AHML SD-IND-COM-C. 11-Exp. 55-1812. 69 AHML SD-IND-COM-C. 11-Exp. 56-1812 70 AHML SD-CAB-SYR-C. 5-Exp. 15-1812. 71 AHML SD-IND-COM-C. 11-Exp. 65-1812. 72 AHML SD-IND-COM-C. 11-Exp. 67-1812. 73 AHML SD-IND-COM-C. 11-Exp. 68-1812. 74 AHML SD-IND-COM-C. 11-Exp. 69-1812. 75 AHML SD-IND-COM-C. 11-Exps. 74, 76 y 77-1812. 76 AHML SD-IND-COM-C. 11-Exp. 86-1812. 77 AHML SD-IND-COM-C. 11-Exp. 92-1812. 78 AHML SD-IND.COM-C. 11-Exp. 96-1812. 79 AHML SD-IND-COM-C. 11-Exp-99-1812. 80 AHML SD-IND-COM-C. 11-Exp. 104-1812. 81 AHML SD-IND-COM-C. 11-Exp. 105-1812. 82 AHML SD-IND-COM-C. 11-Exp. 106-1812. 83 AHML SD-IND-COM-C. 11-Exp. 114-1812. 84 AHML SD-IND-COM-C. 11-Exps. 117 y 118-1812, y SD-IND-COM-C. 12-Exp. 4-1813. 85 AHML SD-IND-COM-C. 12-Exp. 5-1813. 86 AHML SD-IND-COM-C.12-Exp. 6-1813. 87 AHML SD-IND-COM-C. 12-Exps. 7 y 12-1813. 88 AHML SD-IND-COM-C. 12-Exp. 11-1813. 89 AHML SD-IND-COM-C. 12-Exp. 14-1813. 90AHML SD-IND-COM-C. 12-Exp. 15-1813. 91AHML SD-IND-COM-C. 12-Exp. 16-1813. 92AHML SD-IND-COM-C. 12-Exp. 17-1813. 93AHML SD-IND-COM-C. 12-Exps. 19 y 23-1813. 94 AHML SD-JTC-BDS-C. 10-Exp. 1-1813. 95 AHML SD-IND-COM-C. 12-Exp. 31-1813. 96AHML SD-IND-COM-C. 12-Exp. 27-1813. 97AHML SD-IND-COM-C. 12-Exp. 28-1813. 98 AHML SD-IND-COM-C. 12-Exps. 31 y 33-1813. 99AHML SD-IND-COM-C. 12-Exp. 34-1813. 100 González Leal, Mariano. León, Trayectoria y Destino, León, Pro Urbe, 1990, p. 70.