La felicidad es una esponja caliente (y fría)
Guillermo Fadanelli
1
Michael Sodeau Los escritorios no parecen ser objetos creados por el hombre. Emergen de la tierra como plantas, tienen raíces. Cuando me siento ante un escritorio mis piernas se vuelven también raíces, y en la superficie del escritorio hay juguetes, sacapuntas, cinta adhesiva, objetos que me regresan a la escuela. Hasta los tiranos tienen lápices en las gavetas, y esto los hace humanos.
6
Maison Martin Margiela Desaparecer a fuerza de voluntad es, además de un privilegio, prueba de un talento misterioso. Hay que saber no estar. Los pies femeninos tocan la tierra, pero la imaginación les da alas, y no están. En mi deseo los zapatos suplantan un cuerpo entero, ¿para qué quieres el cuerpo si posees un símbolo? Las zapatillas de cristal son la única reliquia de la imaginación erótica: así comenzó todo.
2
Terrence Kelleman Cada vez que el dinero toma una dirección yo camino justo en sentido contrario. No se trata de ideales ascéticos, sino de un pésimo olfato. Ninguna cartera es capaz de contener los billetes que llegan a mis manos. Si las carteras hicieran implosión en lugar de explosión lucirían como un distinguido hoyo negro de mi realidad: una cartera que se dobla dentro de sí misma hasta desaparecer.
7
Felix Hoffmann Mi padre me pedía una aspirina cada vez que volvía de su trabajo en las noches. ¿Qué contenía esa pastilla para que un hombre fuerte e imbatible necesitara tomarla? A ojos de un niño la aspirina es un misterio, como la concepción o el espíritu. Y pensar que fuera de mi casa hay un sauce. Ahora ya no lo veo como un árbol, sino como el origen mismo de la aspirina. A mi padre le dolía la cabeza igual que me sucede a mí cuarenta años más tarde. Para aliviarme tomo pastillas más pequeñas y más potentes: todos disminuimos, como jabones.
3 Kikuo Ibe
El tiempo es la imagen móvil de la eternidad (esta idea se ha conservado desde Platón hasta los remotos tiempos de Borges). El reloj no es el tiempo, sino un objeto que mide la magnitud de la ingenuidad humana. ¿Y un reloj de plástico? Eso es un acto dadaísta. Contra la clásica costumbre del reloj de oro, las muñecas se atan hoy a un reloj japonés. Son los tiempos, no el tiempo.
8
Nathan Frank y Richard Fine La salud es el olvido del cuerpo: su silencio. Sólo la enfermedad nos habla, a veces de manera fraterna, a veces con odio y determinación. Sin embargo, en aquel vuelo de dos horas en que tan mal me sentí, la aeromoza extrajo un botiquín de un gabinete y buscó unas pastillas. Y yo observé el botiquín abierto, y sus objetos frágiles y blancos, y las manos delicadas de la enfermera aeromoza. Y me alivié.
4
Reloj Digital El reloj digital nos ofrece una seguridad incompleta, pues se obstina en nombrar exactamente cada partícula del tiempo. El moribundo se acuesta de espaldas a su mujer dormida, pero apenas roza y siente el cuerpo de ella se retira bruscamente. "¿cómo pueden seguir viviendo juntos los vivos cuando está presente la muerte?" Es una escena de Reloj sin manecillas, la novela de Carson McCullers. El lenguaje es como un reloj sin manecillas. El estructuralismo, en cambio, es una empresa digital.
9
Pack 'n' carry + carriolier Sentada en la banca metálica de un camellón, la joven coloca un recipiente de plástico sobre sus piernas. Espera a que los peatones se alejen y en un momento de tranquilidad abre el recipiente y comienza a comer de su contenido. Baja la vista cada vez que un peatón imprevisto la observa y husmea de reojo en su comida. Ella desearía que en ese momento su cuerpo fuera un caracol. ¿Alguien ha conocido la soledad?
5
Chuck Taylor Cuántas veces no me imaginé huyendo por un callejón oscuro mientras cargaba la televisión del vecino en brazos. Mis tenis: Converse All Star. ¿Podían ser otros? No blancos, sino de color óseo, sucios, pero efectivos. Y todo esto a causa de que escuché decir a un viejo que esos tenis eran los favoritos de los ladrones. Cuando jugué baloncesto sobre cemento usaba esos tenis y fui un campeón, es decir un farsante. Hace poco descubrí a una mujer calzando sus Converse All Star, blancos, y no supe qué pensar: ¿el fetichismo ha llegado a esos límites?
10 Set para Pic-nic
Llevaba un libro consigo cuando iba al campo. Lo elegía dos o tres días antes del paseo. La comida pasaba a segundo plano, hasta que en su cumpleaños le obsequiaron una cesta para día de campo. Y los libros se marcharon. Un cuarto de vino, unas setas cocinadas en ajo, servilletas blancas, una barra de pan en trozos y las hojas de jamón serrano. Flaubert dejó de sorprenderla e incluso una tarde, sentados ella y yo a la sombra de un árbol, la descubrí bostezando cuando leía Bouvard y Pécuchet.
11 Greg Lynn -FORM
El tren nos llevó a Milán: dos jóvenes sin dinero. Y junto a nosotros el entusiasmo ridículo de querer conocerlo todo. En la estación central tomábamos una taza de café expreso, y azúcar hasta el borde. Después de eso la energía bajaba del cielo. Los italianos no miraban el café, lo sorbían, charlaban a gritos, estrujaban el periódico, discutían. Y nuestra mirada en las tazas blancas y en su negro contenido: cuerpo y alma.
16 Joseph Hudson
El sonido de la autoridad es aterrador. No importa que provenga de un silbato inofensivo o legendario. Hay quien experimenta tranquilidad ante la voz de la policía, pero a otros se nos marchita el alma. Y es que el sonido de la autoridad cambia con el viento.
12 Ludwig Littman
"¿Quieres una garantía?, cómprate un tostador." Sí, lo dijo Clint Eastwood. Y me preguntó si las malas personas tienen tostadores. Los panes que saltan en la mañana me resultan insoportables. Poseen una forma planeada de antemano, un grosor, cierta consistencia. Llegas al baile y una pareja de tu misma estatura te aguarda. No, en definitiva, no existe garantía de nada.
17 Anónimo Juego de cucharas medidoras
En mi antigua escuela, de la primaria a la preparatoria, las autoridades formaban a los alumnos desde el más alto hasta el más bajo de estatura, pero los chaparros decían que la formación debía mirarse en sentido contrario y que ellos eran los primeros. "El hombre es la medida de todas las cosas", afirmó el sofista Protágoras de Abdera. Y el tiempo se ha puesto de su lado. El humanismo no ha logrado resolver este asunto de las cucharas y la repartición. Existen unas demasiado pequeñas y otras groseramente grandes.
13 Exprimidor de limones
Para el escritor Norman Mailer, ese boxeador iracundo, el plástico representaba la mayor plaga de nuestro tiempo. Él tenía 37 años cuando se inventó en plástico un exprimidor de limones color limón. Es posible que este exprimidor le hubiera sacado una sonrisa y por un momento la idea de apocalipsis habría desaparecido de su mente y de su mundo. Y después a seguir peleando.
18 Sylvian N. Goldman
"Una voz impersonal anuncia que hay ofertas en la sección de blancos. Mi carrito es uno de los más raquíticos del supermercado, además de rechinarle las llantas su contenido es nimio: una lata de conservas y una botella de ron. La noche está a punto de caer y Glenn Miller está tocando Chatanooga Choo Choo." Escribí lo anterior hace quince años. La bicicleta, la autopista y los patines no me anunciaron nuevos tiempos. En cambio, el carrito de autoservicio me transportó a otra época.
14 Anónimo Exprimidor de limones
"Cuanto más se aproxima el trabajo a la prostitución, tanto más tentador es llamar a la prostitución trabajo." Escribió Walter Benjamin. Y me pregunto si exprimir limones es algo similar a pelar papas y si ambas actividades nos llevan a la prostitución. No, mientras sean pocos los limones y pocas las papas. De lo contrario el marxismo nos caerá encima. Un exprimidor de limones bien diseñado, es decir tosco y eficiente, no puede ser un símbolo de opresión.
15 Reinhold Weiss
Las asociaciones entre cosas e ideas que hacemos las personas no están regidas por leyes claras. El todo proviene de la nada, diría un idealista. ¿Quién posee un pequeño ventilador de escritorio? Los detectives. Philip Marlow, Sam Spade, Ataúd Ed Johnson y Sepulturero Jones. El calor acaba con la paciencia y pericia de los detectives; no sé si Chandler, Dashiell Hammett o Chester Himes estarían de acuerdo conmigo, pero sin el ventilador no hay caso que pueda resolverse. Lo mismo sucede con las personas que carecen de gracia: nada qué hacer. Sin gracia y sin ventilador: vaya infierno.
20 19 Leo Hulseman
Solomon H Goldberg
Los rizadores en el cabello parecen hormigas carcomiendo la cabeza, o larvas hambrientas. Joe los usa para abrir puertas y reparar un reloj viejo. Y Alberto, el cantinero, le pide un rizador a las mujeres para mondarse los dientes. "Dame un trago y te presto el pasador, es nuevo y sabe a perfume", le ha respondido aquella gorda elegante. Los objetos delgados y pequeños suelen causarme terror: con paciencia tarde o temprano alguien los convertirá en un arma.
Paseaba en Estambul, en el 88, a punto de abordar un barco donde ya no cabía ni un gato. Entonces descubrí al vendedor de agua. Le pedí un vaso y me entregó un vaso de vidrio, no un cono de papel, lo acepté y al beber de esa agua supe que estaba absorbiendo las aguas del Bósforo, y sus enfermedades, y todos los cadáveres que duermen en el fondo del mar. El agua era esplendida, pero tenia un olor que nunca olvidaré. Un día después estuve a punto de morir en Pamukkale. Los conos de papel son gimnasia bella y sencilla: los descubrí cuando ya no los necesitaba.
21 Shinichiro Ogata
Y si la comida se termina... hay que comerse los platos. Sólo si es posible. Y una vajilla de papel provoca que comerse los platos no sea un acto desesperado ni patético. Ojalá pudiera borrar de mi mente la imagen de mi madre lavando platos, y el ruido nervioso que los trastos producían cuando ella, harta de su labor, los golpeaba unos contra otros; no intentaba romperlos, sólo decirnos que se había cansado. Ella amaba la belleza, pero una vajilla apilada a un lado del fregadero dolía en su imaginación.
26 Mario Bellini
El ábaco es una tabla de cálculo. Una breve noche bíblica aconteció y a la mañana siguiente el ábaco amaneció convertido en una divisumma de plástico. Nos puede suceder a todos: comenzar por el principio y terminar antes del principio. Es verdad que el tiempo marcha del futuro hacia el presente. De lo contrario no se comprendería la tecnología.
22 Bidón
En la cajuela del viejo Plymouth había una llanta, un gato, una manguera de plástico y un bidón. El resto se llama entusiasmo. El auto era de mi padre y tenía aletas de tiburón. Fue en el 66. La imagen del bidón me causa desde entonces alivio. Cuando el auto se plantaba en medio de la carretera y se resistía a continuar, un ser bípedo con el apellido de mi padre caminaba a la gasolinera más cercana y volvía con el bidón lleno de combustible. Volvíamos cansados, los seres bípedos, después de tanta caminata. Hubiéramos deseado ser alemanes, como los inventores del bidón, pero no se puede querer ser el Ser.
27 Anónimo Vaporera
La familia es la sopa. Una buena sopa puede cocinarse hirviendo agua y agregando pan, cebolla, sal y un pedazo de madera. Ahora bien: una vaporera enorme me causa temor pues toda clase de desgracias físicas caben allí dentro: desde una rata hasta un tamal. Y no obstante su desmesurada presencia, la vaporera infunde seguridad a las personas, es un monumento que brilla, y significa: "En esta casa podemos organizar la comilona. Mientras tanto la familia está satisfecha."
23 Walter Hunt
Un cúmulo de pequeños seguros de metal son una imagen prudente de la filosofía. Kant hubiera querido una filosofía sin palabras para evitar así las fisuras. Por el contrario, Gadamer, Feyerabend y Rorty sabían que el conocimiento es, sobre todo, conversación y ataduras. Y algo cercano a la conversación es una miríada de seguros metálicos. ¿Les parece una tontería?
28 Tomás y Frantisek Grebners
Ha probado en su persona el placer que supone tomarse una taza de café mientras juega con unos terrones de azúcar entre sus dedos. Este hombre se ha dedicado en alma entera a la contemplación. Es un platónico y sabe que las formas ideales nos dan noticias de su perfección a través de los terrones de azúcar o de las aspirinas. Habrá quien se conforme con las formas brutas, pero no este hombre, un eremita. Yo sigo fiel a la azucarera y a la mediocridad.
24 Ernie Fraze
"La inteligencia no cansa, pero sus frutos se pudren", escribió Nicolás Gómez Dávila. Una lata que no se abre sería el invento filosófico por antonomasia, las hay en museos, pero no en tiendas. Y cuando abro mi lata sé que algo ha terminado incluso antes de comenzar. El líquido ya no duerme, se convierte en cosa viva. Las latas desechables son producto de la inteligencia, y no se pudren, sólo cambian de función. Cientos de latas dentro de un carrito de autoservicio, ¿qué clase de metáfora es esa?
29 Diseño Popular Cesto
Cuando era un joven leí a B. Traven y conocí la historia de Mr. Winthrop, el extranjero que deseaba hacer negocios con el indio oaxaqueño que tejía canastas de paja. El negocio no prosperaba porque el indio no quería fabricar cestos en serie. Todos hemos escuchado esa historia. Es una parábola sobre la mesura y la prudencia. Es una historia cursi, como los relatos que me contaba la más delgada de mis tías. Y yo mirándole las piernas.
25 Ralph Gamber
La saliva de las abejas ayuda a producir la miel. Después los hombres la almacenan y la comercian en tarros. Y yo tengo la impresión de que un tarro que ha contenido miel ya no puede contener otra cosa: es así. La amargura es buena compañera porque te mantiene alerta, pero la dulzura se apropia del ánimo como una enfermedad incurable. Cioran dijo que el amor es sólo un intercambio de salivas, quizás si hubiera pensado en las abejas su imagen habría sido aún más cáustica.
30 Diseño popular Mulitas
"El altruismo en sí depende del reconocimiento de la realidad de otras personas y de la capacidad equivalente de verse a sí mismo como un simple individuo entre muchos." Así escribió Thomas Nagel. Estoy de acuerdo en su definición, pero yo arriesgo una frase todavía más oscura: "El altruismo son las mulitas."
31 Diseño popular Banco plegable
Los proverbios no nos abandonarán: adagios, aforismos, epitafios y oraciones que parecen contener sabiduría. "Aguarda en la puerta de tu casa y verás pasar el cadáver de tu enemigo." Es un proverbio chino. ¿Y si en vez de esperar junto a una puerta lo hacemos en un banco plegable? Y no en la puerta, sino en cualquier lado: en la orilla del lago o en la terraza de un hotel. El banco lo podemos llevar a todas partes y así el cadáver del enemigo no escapará.
32 Francisco Torres y Colectivo Tlama
John Ford: "En Estados Unidos no hay caminos, sino carreteras." En el diseño las formas provienen de la paciente observación. Cuando alguien se acomoda en un sillón se sabe por su rostro si se encuentra cómodo. Entonces el mundo, aunque sea por un breve lapso, se encuentra también en paz.
36 37 Arik Levy
Las manos se entrometen porque les hemos otorgado derechos. Imaginar, relacionar, y luego la ideología: ¿cuántas ideas provienen del hacer? Las manos poseen tanto derecho como las máquinas para dar formas, pero no pueden llegar más allá de un horizonte humano. Aún así alteran los campos tecnológicos. No será por siempre.
Anónimo Batidor de globo
El movimiento es el principio del mal. Los santos eremitas lo sabían: la inmovilidad y la sabiduría se conocen. Pero el batidor no causa ningún mal y de su movimiento nacen pasteles. "Cuestan muy barato y no se acaban", me comentó una señora respecto a estos batidores metálicos. "Sí, tiene usted razón", le respondí, pero yo pensaba en otra cosa...
33 Charles Stillwell
Cuando era un niño todo lo envolvían con papel estraza: las tortillas, la carne, los cacahuates. Los pañales mismos podrían haber sido de papel estraza. Las bolsas de papel son elegantes. Mi tío Eduardo siempre cubría sus botellas de licor con una bolsa de papel. Le daba vergüenza beber, pero más vergüenza le causaba no beber. El papel tiene muchas historias. El plástico está escribiendo la suya: la última.
38 Cuaderno Moleskine
Me encamino hacia el librero y tomo una de las libretas Moleskine plena de anotaciones. Prometo escribir aquí o primero que lea y entonces aparece escrita una frase de Peter Handke que dice: "En las calles los coches están abiertos y se puede entrar cuando se está cansado." Y me pregunto si esto es posible: escribir una frase y pensar que dice algo. Señalar esa frase en medio de todas las palabras y creer. .
34 Anónimo Silla Corona
Cuando viví en Berlín, en el 20 de Innsbrucker Str., había cuatro sillas plegables en la cocina: no decían Corona, pero varias veces mis huéspedes y yo tomamos cerveza en las mañanas en lugar de yogurt. Las sillas de madera se hallaban en el comedor, pero no eran tan cómodas como las de metal: tengo la idea de que las almas tacañas y mezquinas separaron alguna vez la cocina del comedor.
39 Charola para hielos
La charola para hielos ha fracasado. Los hielos nunca son suficientes, y hay problemas a la hora de extraerlos. Y tienen sabor y fauna. El temperamento del refrigerador, eso es lo que arruina los planes: el jodido temperamento. Pero la charola debe estar allí, como el espejo en una bolsa de mujer.
35 Tokujin Yoshioka
Las puertas son para abrirse, es un decir, pero una puerta cerrada es una bendición. Las sillas en un casa cerrada e inhóspita son bellas porque evocan la presencia de alguien que no está. El diseñador, el artista y el ingeniero intentan crear una silla que resulte cómoda para la persona que aún no ha llegado. Si fuera otro su propósito entonces seguramente perderán la batalla. Toda la ciencia concentrada en provocar la comodidad del ausente.
40 Anónimo Escoba
"Mi mujer es alérgica al polvo —dijo el tendero—, la pobre, ¿pero qué es el polvo? Ése es un problema muy serio. Yo he tenido muchos problemas y más en los tiempos en que fiaba la mercancía, pero el polvo, eso sí que no tiene remedio. Los deudores tarde o temprano vienen y pagan, pero el polvo..." "Y la escoba no sirve —me decía este hombre—, ninguna escoba sirve para remover el polvo." Su mujer morirá, pero la escoba continuará franca e inmutable.
41 David M. Smith
Salí un lunes de febrero a un restaurante discreto y de buena comida. Los meseros me reconocen y me sonríen. Sin consultarme traen el Ribera del Duero con que acompaño mi plato fuerte. La pianista es vieja y simpática, me recuerda a Joseph Roth, no a una de sus novelas, sino a Joseph Roth antes de morir. De pronto, la música se detiene y los meseros me miran. El capitán ha descubierto que en uno de los hombros de mi camisa llevo, sin darme cuenta, una pinza para prensar ropa en los tendederos. Todos ríen. Me desprendo del pequeño objeto y, en seguida, como si nada hubiera pasado, la música continúa su camino.
42 Anónimo Bolsa para líquidos
Mi estómago es una bolsa de hule, pero soporta mi ansiedad estúpida, lo imagino moverse a media noche, somnoliento. Y me pregunto qué presagios brotarían en la imaginación del arúspice después de leer mis entrañas. Coincidiríamos en que esas entrañas no van a durar más que mis puños. Más bolsas de hule en mi futuro, y ningún estómago nuevo.
47 46 Peter Holmblad
Karl F A Wienke
Los meseros no son tus amigos. Son personas tan desamparadas como tú. Cuida sus manos porque en las suyas traen consigo un instrumento que puede herirte. Y en los bolsillos de sus sacos blancos el veneno que necesitas para descansar.
Los poetas ingleses llegan a cometer vulgares arbitrariedades, como lo hizo Alexander Pope en su canto El rizo robado: "Los hombres paren hijos, en portentosa hazaña, / Y las jóvenes convertidas en botellas, piden a gritos un corcho." Yo aún no sé que quiso decir.
43 OOMS
Los materiales, por más distintos que sean, encuentran un punto donde la conversación es posible. Esta conversación es la curiosidad que toma forma por medio de la sensibilidad humana. Ya hay demasiados objetos en el mundo, y sólo unos pocos se relacionan y hacen costumbre. .
48 Anónimo. Malla de gallinero
Despluma a una gallina y tendrás al hombre que describió Platón, al bípedo implume. Eso hizo Diógenes para mofarse de las definiciones. Hoy sospechamos que casi todas las definiciones son objeto de burla y desprecio. Pero desplumar a un pollo es otro asunto. Lo que se requiere en estos días, en todo caso, es una malla para contener a los implumes, un parque, un humanismo, unas cuantas normas en forma de malla de gallinero. Aún no se ha logrado tanta perfección.
44 Macintosh Powerbook
Una computadora gris es una buena señal. Lo fue la Powerbook 170. El cementerio de mis viejos ordenadores se encuentra tan poblado que sus cuerpos se confunden. Almaceno sus cadáveres en los armarios, pero he perdido la memoria. Y la invención literaria no es suficiente para que el progreso vuelva a la vida diaria. Mi próxima computadora será un pico capaz de abrir un boquete en la puerta. Y seguramente detrás de esa puerta encontraré una Powerbook 150 y no una 170. ¿La reconoceré?
49 Bicolor hexagonal
Ella lo acuso de bígamo, pero el abogado del acusado aminoró su pena demostrando que no tenía dos mujeres, sino tres. Este es, como quería Philippe Sollers, uno de los más sólidos argumentos contra la dialéctica. El sol y la luna, el bien y el mal, todos esos vicios emblemáticos nos han hecho la vida pesada desde el Arca de Noé. Sin embargo, el lápiz bicolor guarda en mi memoria un sentido de inocencia escolar, un recuerdo detenido en algún lugar del tiempo.
45 Jonathan Ive
La nostalgia me aborda cuando alguien me anuncia una novedad. Los ordenadores son los objetos más tristes del mundo, pues apenas aparecen en el mercado miles de mentes están creando nuevos modelos y haciendo lo posible para envejecerlos. El ordenador es más preciso que el reloj a la hora de darnos noticias del tiempo. La avidez de novedades, el tiempo roto, el nuevo objeto en las manos y el mundo de rodillas: una religión.
50 Zhang Xiaoquan
La industria crea objetos para disfrute de los elefantes, esto es verdad, las grandes chimeneas, los obreros, el vapor que se orienta al cielo, los guantes y cascos protectores, las hachas, los extinguidores, los sindicatos y los muros altos, las tarjetas para comprobar la puntualidad, los vigilantes nocturnos: todo este escándalo para producir. Y unas tijeras enormes para cortar el cordón umbilical con la tierra.
51 Anónimo, Cintillos
Salí un lunes de febrero a un La hubiera atado para que no escapara. Ni siquiera habría yo usado una soga o una cuerda resistente: estoy seguro de que me inclinaría por los cintillos para sujetar sus dedos. Y para estar a la altura de su desprecio habría usado cintillos de plástico, pues el plástico ofende a personas como ella. Después de esa sutil ofensa, por supuesto, la habría dejado marcharse.
52 Alfred W. Fielding & Mark A. Chavannes
Los niños juegan a romper las burbujas y el plástico sigue intacto. Paredes de plástico cuyo propósito es envolver los paquetes importantes. ¡Cómo odio los paquetes importantes! Si yo comparara el plástico burbuja con un sudario estaría excediéndome en la analogía. Sería un bruto. ¿Qué cristo se arroparía en esa estera transparente?
53 MotorolaStarTAC: teléfono celular
Desde su aparición, los teléfonos celulares perturbaron mi rutina. Antes de ellos me sentaba en un sillón toda la noche y conversaba mientras bebía. La fiesta se encontraba en un solo lugar y nadie escuchaba el teléfono fijo de la casa. Hoy, en la madrugada, nadie encuentra la paz, suena el teléfono y las promesas caen de la noche, y las presencias inesperadas, y la ansiedad que busca la experiencia más profunda, pero nada: la profundidad se ha mudado a la superficie.
54 Lentes l.a. Eyeworks (Spot 2 542)
La mirada transforma al mundo a su antojo y orienta los objetos y las ideas hacia el relativismo. Los lentes más enigmáticos que conozco pertenecieron a Fernando Pessoa. Esas gafas estuvieron presentes en mi más reciente viaje a Lisboa. Tenía yo cuidado de no pisar sus cristales cuando caminaba por la Rua de Douradores. "Hay un cansancio de la inteligencia abstracta, y es el más horrible de todos los cansancios", escribió el portugués en su Libro del desasosiego.
55 Mathias Goeritz
Una silla desde donde contemplar las torres. Mientras todos esos hombres trabajan yo me encuentro sentado en una silla que alguien imaginó como un cruce de caminos, un puesto vigía hecho de caoba y acero. En ese punto imaginario, desde mi silla contemplo, y a veces ofrezco algunas palabras, a los paseantes. Los sillas de Ionesco continúan vacías, como la mía. Soy voz sin fuerza ni convencimiento. No me quejo, mi silla es frágil y pronto amanecerá.