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MI NUEVA DIETA

CÓMO ESTAR ÍNTEGRAMENTE SALUDABLE, DESDE DENTRO HACIA AFUERA

Creo que muchas veces no estamos conscientes de cuánto podemos hacer por nuestro cuerpo, por nuestro bienestar, mediante nuestra alimentación y nuestros hábitos. La mayoría conoce el dicho de “eres lo que comes”, pero quizás lo tomamos de forma demasiado literal y, como no podemos (¡ni deseamos!) dejar de comer algunos alimentos que consideramos poco saludables, decidimos hacernos la vista gorda a la realidad, no prestando atención a nuestro cuerpo hasta que recibimos una señal de alerta, ya sea por algún problema de salud o de sobrepeso.

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Pero resulta que no somos lo que comemos. Al menos no en el sentido en que se suele comprender esta frase.

Te explico un poco más. Tu cuerpo es una máquina tan maravillosa y tan compleja, que es capaz de

extraer los nutrientes que necesita de cualquier

cosa que tú comas, desde el kale orgánico hasta la hamburguesa de McDonald’s. Todo lo que le des, tu cuerpo lo “romperá” en pequeños trocitos de moléculas que, luego, podrá utilizar para realizar sus distintas funciones: desde obtener energía y desintoxicar, hasta construir tejidos, regenerar y curar. Por supuesto, cuanto más variados y nutritivos los alimentos que consumas, mayor MI NUEVA DIETA

“Cuanto más variados y nutritivos los alimentos que consumas, mayor diversidad y abundancia de nutrientes tendrá tu cuerpo y mejor podrá desempeñarse”.

diversidad y abundancia de nutrientes tendrá tu cuerpo y mejor podrá desempeñarse. Si comes únicamente comida chatarra, tu cuerpo no se volverá una chatarra. Pero sí tendrá, probablemente, una salud subóptima ya que no dispondrá de los nutrientes que necesita, ni en cantidad ni en tipo.

Pero no solo la comida afecta la salud de tu cuerpo. También el cómo te mueves y qué tanto descansas o recuperas. Si eres una persona muy sedentaria, llena de estrés y preocupaciones y duermes poco o mal, tu cuerpo reaccionará con desequilibrios de hormonales, propiciando un estado de inflamación interna que dificultará todo su funcionamiento.

Cuando llegas a ese estado, te afecta en todos los ámbitos de tu vida: tienes dolores articulares, poca energía, falta de motivación y dificultad de concentración. Además, te enfrentas a mayores riesgos de enfermedades como la hipertensión, la diabetes, la enfermedad cardiovascular e incluso el cáncer.

Al contrario, cuando integras algo de actividad física en tu día a día y priorizas el descanso, tu cuerpo encuentra nuevamente su equilibrio y su salud interna, y te recompensa con un estado de ánimo estable y altos niveles de energía para que puedas “comerte al mundo”.

Como ves, decir que “eres lo que comes” es una afirmación simplista que no refleja la realidad mucho más compleja del funcionamiento de nuestro cuerpo. Sobre todo, obvia el principal factor que afecta tu salud: tu mentalidad. A fin de cuentas, es de allí de donde salen tus decisiones respecto a cómo quieres cuidarte, y la motivación para hacerlo a diario. La forma en como percibes tu cuerpo, tu relación con la comida y tu claridad (o falta de ella) respecto a lo que es importante en tu vida, es lo que te hace darte cuenta cuán importante es que tu cuerpo esté a tope para llevarte tan lejos como desees llegar.

Cuando integras esos tres elementos, la ciencia de la alimentación, la escucha de las necesidades de tu cuerpo y el desarrollo de la consciencia acerca de lo que quieres y de quién eres, consigues ser una persona íntegramente saludable.

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