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PULPA SOLUBLE ALTERNATIVA NECESARIA PARA LA INDUSTRIA TEXTIL
Los datos son abrumadores, según estudios de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la industria textil en el mundo utiliza cada año 93.000 millones de metros cúbicos de agua, y también, anualmente, se vierten al mar medio millón de toneladas de microfibra, lo que es equivalente a tres millones de barriles de petróleo, convirtiéndose en la responsable del 10% de las emisiones de carbono a nivel global, produciendo un 20% de las aguas residuales mundiales. Es la segunda industria más contaminante después de la petrolera, y la que consume más energía que la industria de la aviación y el transporte marítimo combinadas.
El poliéster, la fibra sintética más utilizada para confeccionar ropa, según un informe de la BBC, necesita 70 millones de barriles de petróleo cada año para su elaboración, y tarda aproximadamente 200 años en descomponerse. Por otro lado, las fibras naturales necesitan materias primas como el algodón, y solo para obtener un kilo de algodón como tela, es necesario utilizar 10 metros cúbicos de agua. En ese sentido, se calcula que anualmente para la fabricación de ropa se utilizan 93 mil millones de metros cúbicos de agua, cantidad suficiente para satisfacer la necesidad de 5 millones de personas.
En nuestro país, Iquique es el principal puerto de acceso para el comercio textil no solo en Chile, sino también en toda Latinoamérica. A diferencia de otros países del continente, es uno de los pocos que permite la importación de ropa usada, aunque existen restricciones sanitarias y medidas de protección para la producción textil nacional. En Chile, estas importaciones se realizan a través de grandes fardos de ropa, de los cuales una gran cantidad no es apta para la venta y acaba convirtiéndose en basura, cerca del 80%. Lamentablemente, esta situación ha dado lugar a la creación de enormes vertederos de ropa usada en el norte del país, afectando especialmente a Alto Hospicio, Iquique y el desierto de Atacama. Y con esto, la contaminación del suelo, fuentes de agua y el aire (por incineración).
Así, mientras que la importación de ropa usada ha generado problemas ambientales en el norte de Chile, la empresa ARAUCO ha implementado un proyecto innovador que promueve la sostenibilidad y la utilización de productos naturales en la industria textil, ofreciendo alternativas más responsables desde el punto de vista ambiental.
ARAUCO ha destacado por su compromiso con la sostenibilidad, demostrado a través de su notable proyecto en la Planta de Celulosa Valdivia, la cual comenzó sus operaciones a mediados de 2017. Este proyecto tiene como objetivo la implementación de un plan sustentable que impulse el avance hacia la bioeconomía. Para lograrlo, se ha introducido una línea de producción revolucionaria que marcará un hito en la innovación del sector forestal chileno: la Pulpa Soluble y/o Textil.
La Pulpa Soluble es un producto de origen natural y renovable con notables características, como su capacidad para absorber agua y mantener los colores. Además, se pueden incorporar agentes tecnológicos anti-bacteriales y retardantes del fuego directamente en las fibras. Esta pulpa se utiliza en la industria textil para fabricar telas, papel celofán, filtros y una amplia variedad de productos de diversos usos.
La empresa encargada de habilitar esta nueva línea de producción fue Valmet, que contempló un reacondicionamiento de la planta de cocción por lotes, con dos nuevos digestores; y la línea de secado de pulpa que incorporó nuevos componentes en el extremo húmedo y un nuevo equipo para envolver los fardos de pulpa. Gracias a la tecnología empleada en el proceso y el trabajo en equipo de ambas partes, el inicio se desarrolló con un resultado óptimo, incluso logrando alcanzar rápidamente los valores objetivos de producción y calidad. Así, se cumplió la meta productiva planeada para este periodo, destacando además porque la pulpa soluble representa el 6% de la producción de pulpa forestal a nivel mundial y antes de esta puesta en marcha en Sudamérica, sólo se generaba en Brasil.
El mercado de la pulpa textil abarca diferentes sectores industriales, tales como, la Industria textil, la industria del papel, la industria de productos no tejidos, la industria de productos químicos y cosméticos, entre otros. El mercado de la pulpa textil ha experimentado un notable crecimiento impulsado por la demanda de productos sostenibles y respetuosos con el medio ambiente en diversas industrias. Además, la capacidad de la pulpa textil para incorporar propiedades tecnológicas y mejorar las características de los productos la convierte en una opción atractiva para muchas aplicaciones.
Para conocer sobre las recientes investigaciones para reemplazar materiales producidas desde fibras sintéticas en el mundo, conversamos con un científico destacado y que está ligado a una compañía de vanguardia qué se encuentra vinculado a este tipo de problemática.
Se trata de Guillermo Reyes, Ph.D., Ingeniero Químico con más de 15 años de experiencia en investigación y desarrollo en química verde, materiales sostenibles y procesos de fabricación de vanguardia. Su experiencia incluye áreas como el Wet spinning e impresión 3D. Además, es un experto en la caracterización de nanomateriales, habiendo obtenido certificaciones en prestigiosas instituciones como la Universidad Aalto en Finlandia, Stanford y UC Berkeley en Estados Unidos. Dr. Reyes tiene una trayectoria académica que lo vinculó por cerca de 12 años a la Escuela de Ingeniería Civil Química de la Universidad del Bío-Bío, además ha sido reconocido como autor principal de más de 25 publicaciones en revistas de primer nivel como Advanced Materials, Green Chemistry y Carbohydrate Polymers. Ha colaborado con más de 40 investigadores, profesores e ingenieros en proyectos multidisciplinarios tanto académicos como industriales.
Además de su destacada contribución en el aprovechamiento de residuos lignocelulósicos y estrategias de captura y utilización de carbono, el Dr. Reyes ha demostrado habilidades de gestión exitosa de proyectos, ha desarrollado cinco invenciones y ha supervisado diversas tesis de estudiantes de postgrado.
Al momento de hablar sobre sus motivaciones profesionales, el investigador nos comenta que “me apasiona tener un impacto positivo en la industria de materiales sostenibles y funcionales y me emociona aplicar mis habilidades y experiencia en nuevos desafíos”. Fue esa pasión lo que le impulsó a ingresar a uno de los laboratorios más innovadores en cuanto a biotecnología y materiales derivados de la celulosa, Rubi Laboratories, ubicado en San Francisco, California, Estados Unidos. Hoy se desempeña como investigador principal y director del departamento de innovación de la compañía, trabajando en una fuente de celulosa sintética in vitro, realizado a través de un proceso enzimático con captura de CO2, convirtiendo estas emisiones en un material de alto valor, “No va a pasar, al menos en los próximos 10 a 20 años, que la industria de celulosa en Chile deje de ser sustentable, pero cuando te enfrentas con la crisis hídrica y de tierras, nos impulsa a pensar en nuevas opciones. Esto, escalado a nivel mundial, acelera la investigación en tecnologías disruptivas”, analiza el investigador.
COMÉNTENOS SOBRE SUS ESTUDIOS RELATIVOS A LA PULPA SOLUBLE, Y, A SU VEZ, CÓMO VISUALIZA ESTE PROYECTO DE MERCADO A NIVEL INTERNACIONAL.
El mercado textil en general presenta varios desafíos. El primero tiene que ver con la materia prima, la fuente de celulosa, para esto contamos con varias opciones, la primera opción para extracción a gran escala son los bosques, la segunda está relacionada con el recurso agroforestales (incluyendo el algodón) y el tercero tiene que ver con procesos in vitro (bacterias y enzimas), esta última opción es el foco de nuestro proceso. El segundo gran desafío de la industria tiene que ver con la tecnología, cómo procesar la celulosa. Para ellos existen varias alternativas verdes tales como el proceso Lyocell, el proceso Biocelsol y el proceso Ioncell. El último desafío emerge al considerar el ciclo de vida completo del producto o su reciclabilidad, en otras palabras, la circularidad del proceso.
UNA VEZ QUE SE TIENE LA PULPA TEXTIL, ¿QUÉ TAN FÁCIL ES RECICLAR ESA PULPA? ¿QUÉ SE PUEDE RECUPERAR? Y SI NO SE RECUPERA NADA, ¿QUÉ TAN FÁCIL ES HACER UNA PRODUCCIÓN EN CASCADA (USOS SECUNDARIOS)?
Personalmente creo que dichos requerimientos harán obsoletas las tecnologías, tales como el proceso viscoso, el cual, en el mejor de los casos entrará en obsolescencia en un periodo de 5 a 10 años.
¿POR QUÉ LA VISCOSA GENERA TANTO IMPACTO?
Es la tecnología más antigua y económica para regenerar celulosa, pero también es la que posee el mayor impacto ambiental a escala global. El proceso viscoso genera agentes tóxicos y peligrosos para la salud de las personas. Por esta razón, pienso que la mayoría de la industria de la viscosa va a migrar a tecnologías como Lyocell, dado que ésta tiene más desarrollo. Existen empresas como Spinnova, empresa nórdica que ya no utiliza Lyocell ni viscosa, sino que fibras que se obtienen mediante procesos mecánicos y una química muy limpia, sin incorporar solventes agresivos al medio ambiente. Creo que este tipo de tecnologías probablemente van a empezar a capturar el mercado en un plazo menor a 10 años. Inicialmente preveo para Chile una migración a tecnologías como Lyocell. En Europa se está dando el próximo salto a procesos totalmente circulares y verdes con baja o nula huella de carbono. En este contexto, startups emergentes como la nuestra están proponiendo el próximo salto tecnológico.
El trabajo de Guillermo es un interesante ejemplo de cómo las investigaciones en pulpa soluble ofrecen una solución real para la industria textil, siendo aplicables tanto en nuestro país como a nivel mundial.