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¿Cómo manejar los consejos no solicitados?

Psicóloga y Paciente con AR

Odett Niazoa @psicologiayartritis

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Es muy poco el tiempo que pasa desde el diagnóstico hasta que recibimos el primer consejo no solicitado y que en ocasiones pueden herirnos.

“Tienes que hacer ejercicios”, “seguramente es estrés”, “¿será emocional?”, “¿no estarás exagerando?”, son algunas de las frases que las personas con dolor crónico o una enfermedad autoinmune escuchamos.

Pero por qué nos afectan estos comentarios y qué podemos hacer al respecto. Desde muy temprano, lo más importante es la opinión de nuestros padres o cuidadores. Son nuestro primer vínculo. Los mensajes que recibimos, o lo que dicen de nosotras a los demás, va dando forma a nuestro autoconcepto. En la adolescencia, este valor pasa al círculo social de nuestros amigos, y ya en la adultez la relevancia de la opinión de otros puede variar dependiendo de quién nos lo diga, y podemos entonces decidir si formará parte de la forma en que nos entendemos a nosotras mismas.

Las personas con Artritis o enfermedades autoinmunes, generalmente recibimos opiniones sobre nuestra alimentación y la actividad física. Nos dicen qué debemos hacer, dietas milagrosas, ejercicios sanadores, y demás. Y es que todos alguna vez han leído en Instagram, en internet o en alguna noticia algún caso de éxito o una pastilla milagrosa que les curó la enfermedad.

Puede que, de vez en cuando, podamos hacer caso omiso de las palabras o miradas de otros, pero muchas otras veces nos movilizan. Y es normal que nos importe la opinión de algunos porque, como decía al principio, ha sido base fundamental de la construcción de nuestra identidad y su impacto es mayor cuando viene de alguien que nos importa o es sobre un tema sensible. Por ejemplo, para mí ha sido la caída del cabello y he probado tratamientos, shampoo, medicamentos y cuanto consejo me han dado, pero siempre se sigue cayendo y cuando me dicen que tengo poco pelo me afecta bastante, entonces ¿Cómo manejarlo? Bueno, lo primero es que no podemos controlar lo que piensan o dicen los otros, pero sí cambiar cuánto nos afecta y cómo respondemos.

Y lo dividiremos en: sí el comentario Me afecta o No me afecta y en Si Quiero o No responder.

Si me afecta y No quiero responder:

Puedo decir que es un tema del que no quiero hablar. Y luego darme un espacio para reflexionar ¿Por qué creo que me afecta?, ¿Tendrá que ver conmigo, con alguna inseguridad personal?, ¿O esa persona era importante para mí? Y ver si puedo o no hacer algo al respecto. Y si ya lo he hecho, recordarme “a mi misma, has hecho todo lo posible”. Y si el comentario es directamente ofensivo, marca los límites e ignorar lo que te dicen.

Si me afecta y quiero responder:

Si la persona es alguien con quien siento confianza, me siento a gusto, puedo contarle un poco sobre la enfermedad, mis síntomas más comunes y cómo la he ido viviendo, para la otra persona el tema seguramente es algo desconocido y podrá entender mejor lo que ocurre y ser más empática en una próxima oportunidad. Si quien me hace el comentario no es de confianza, no sería ideal responder, ya que se puede transformar en una situación muy incómoda que no siempre estaremos preparadas para manejar. Pero si aún así deseas continuar, ten algunas respuestas ya pensadas. Por ejemplo: es un tema sensible para mí porque… , no puedo tomar cualquier medicamento porque mi reumatólogo dice…, Las investigaciones médicas han encontrado que… (Continúa leyendo en la revista y disfruta del resto de los artículos)

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