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Yoga Terapéutico

Yoga Terapéutico y Médico Esther Campillo @reumayoga www.reumayoga.com

¿Cuántas veces nos han dicho que el yoga es la unión de cuerpo y mente?

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Bien, y eso, ¿qué significa? Es una frase que había leído centenares de veces y que no resonó en mí hasta que lo experimenté en mi propia piel: el yoga hay que practicarlo para entender qué es.

Más allá de las fotos estilosas y de posturas en cuerpos perfectos que vemos en las redes sociales –que, por cierto, desvirtúan completamente la esencia de esta práctica milenaria-, el yoga es un camino interno, un autodescubrimiento del cuerpo y de la manera de pensar de uno mismo.

La palabra yoga significa unión, por eso oímos tan a menudo que es “la unión del cuerpo y mente”. Permíteme explicarlo: cuando practicamos una postura en la esterilla intentamos conectar los músculos, el movimiento y la respiración al mismo ritmo, como el vaivén constante de las olas del mar. El control de la respiración, a su vez, nos permite reducir el flujo de pensamientos de la mente y calmarla. Esta “unión” es un baile al unísono del cuerpo, la respiración, los pensamientos y el alma, en el que -con mucha práctica y constancia- podemos llegar a experimentar que todas las partes de nuestro “ser” son una.

Cuando practicas yoga de forma regular durante un tiempo, empiezas a notar no sólo los cambios físicos en el cuerpo, sino también mentales: sintiéndote mejor, con más energía vital y paz interior. Se trata de una práctica que no sólo mejora la flexibilidad de las articulaciones y la condición física, sino que permite conseguir también un balance y equilibrios emocional y mental, dentro y fuera de la esterilla.

Los beneficios del yoga son ampliamente conocidos en el mundo occidental desde hace años. Estudios científicos demuestran que la práctica de yoga reduce el dolor y la inflamación articulares, mejora el insomnio y la fatiga, disminuye la ansiedad y el estrés por dolor, mejora el sistema inmune y, en definitiva, incrementa la calidad de vida de las personas que conviven con una enfermedad reumática.

¿Entonces, por qué no lo practicamos más?

Realizar ejercicio con dolor, rigidez e inflamación nos cuesta y nos da miedo empeorar durante o después de hacerlo – es lógico, he tenido los mismos miedos-; a los 21 años me diagnosticaron una enfermedad reumática crónica llamada espondiloartritis axial, sufriendo severos dolores de espalda y caderas que apenas me permitían moverme ni caminar.

Empecé a practicar yoga en la cama. Sí, en la cama. Los dolores no me permitían estirarme en una esterilla, por lo que todas las mañanas hacía unos estiramientos suaves para poder levantarme y cruzar el pasillo. (Continúa leyendo en la revista y disfruta del resto de los artículos)

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