Distintas Administraciones Públicas, han mejorado y simplificado la forma de hacer las cosas, ya no por razones de supervivencia, sino por el convencimiento de que incrementando el nivel de eficiencia en el modo de hacer, se alcanza una mayor satisfacción de los usuarios, del personal de la organización y de la sociedad.
El concepto de mejora de procesos y simplificación administrativa llega a las entidades públicas, de la mano de la filosofía de la gestión de la calidad, que convierte a los ciudadanos en la “razón de ser de la función pública”, se trata de un elemento coherente a las distintas teorías organizativas. En este sentido, el modo en que las organizaciones han establecido su “modo de hacer”, influye en su capacidad de transformar los recursos en resultados de un modo más o menos eficiente.