El actual sistema tributario fue diseñado para grabar las transacciones económicas que se llevaban a cabo en la economía tradicional, respondiendo a unos principios de tributación básicos que garantizaban la neutralidad del sistema, así como la suficiencia de los ingresos tributarios. Ante la evolución de la sociedad y de la economía, como consecuencia de la aparición y rápida expansión de las nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación, que han dado lugar a la denominada economía digital, surgen problemas en cuanto a la eficiencia actual de los mencionados principios.
La inadecuación de los actuales sistemas fiscales, ante la nueva realidad económica y tecnológica, permite a los contribuyentes eludir, e incluso evadir, las normas tributarias establecidas en las distintas jurisdicciones, aprovechando los vacíos legales que tanto las normas como las tecnologías admiten. Esta circunstancia pone en riesgo los ingresos públicos de los Estados, y por tanto, el actual Estado de