La innovación no es sólo la aplicación de los resultados de investigación y desarrollo a alto nivel, sino también el resultado del desarrollo de las capacidades emprendedoras, estratégicas, de decisión, organizativas y creativas. El nuevo modelo de universidad cubana supone retos que implican un redimensionamiento de la estrategia del proceso de innovación visto desde la institución; una proyección que garantice incidir en lo local es entonces un nuevo proceso a atender en el marco de la innovación social; sin embargo, considerando que el desarrollo requiere la apropiación social de la tecnología, también supone este proceso un redimensionamiento del trabajo de los gobiernos y la red de actores en los territorios, por lo que la evaluación de las capacidades reales para la innovación constituye aspecto clave para la gestión del desarrollo en ambos entornos.