4 minute read

El volumen y la complejidad del cerebro

Next Article
Referencias

Referencias

despreciarse las posibles implicaciones debido a carencias producto de una alimentación deficiente y una piel oscura que impidiese el efecto de las radiaciones sobre la provitamina D.

El volumen y la complejidad del cerebro

Parece lógico pensar que si el órgano que determina la capacidad intelectual es grande, sus cualidades serán grandes y su poseedor las manifestará. Es una práctica general la determinación del volumen de la cavidad craneal para que, de un modo sencillo, se puedan aproximar los fósiles a las características psíquicas del que fuera ser vivo. Sin embargo, no está clara la relación entre tamaño cerebral e inteligencia, con la salvedad de las patologías, y es por esto que, a falta de investigaciones clarificadoras, debemos defender que las diferencias cualitativas y no las cuantitativas son las que marcan las diferencias entre el hombre y cualquier otro ser, lo cual sí está demostrado. 29

Cuando se estudia un cráneo, en lo que a volumen se refiere, no suele considerarse que además de neuronas hay otros elementos que se acoplan en la misma cavidad y que intervienen en su formación. El espacio ocupado por estas otras estructuras o fluidos no neuronales es variable según los individuos, lo que determina que a un mismo tamaño cerebral puedan corresponder diferentes volúmenes craneales. Membranas, vasos sanguíneos, líquidos, etc., pueden ocupar entre un 10 y un 33% del volumen total. Si contamos con el cerebro, además del cráneo que lo albergaba, podremos conocer la relación real entre ambos, continente y contenido, pero será imposible conocer esta relación si sólo contamos con el fósil. También varía el volumen cerebral según el tiempo que pasa desde la muerte del individuo hasta que se puede llevar a efecto el análisis del cerebro. La conservación que se ha dado al cerebro puede hacer variar hasta un 10% su peso. 30 Con la edad también cambia el peso cerebral, con un decrecimiento progresivo. 30

Si lo que hacemos es establecer una relación entre volumen craneal e inteligencia, para casos concretos, es fácil demostrar que ambos factores no son directamente proporcionales. El escritor francés Anatole France tenía un volumen cerebral que no superaba los 1.100 cc, por debajo de la media en el ser humano actual, sin embargo lord Byron superaba los 2.000 cc, muy superior a la media.

Los límites de tamaño del cerebro en humanos no se conocen, pero sí se conocen cifras realmente sorprendentes.

El límite inferior es quizá el más significativo; Raimond Dart encontró como cráneo más pequeño de los conocidos el de una melanesia que, por lo que se sabe era normal, cuyo volumen cerebral no superaba los 790 cc, unos 40 cc más que la mayor capacidad encontrada en un simio. 31 Queda claro pues que no es el mayor tamaño del cerebro lo que hace al hombre, sino que son la estructura y organización del órgano, determinadas genéticamente, las que marcan las diferencias con los antropoides, no suponen tan sólo un mejor desarrollo de lo ya existente en el simio, sino la existencia de características nuevas. 32

Pero atendiendo al volumen del cráneo, que es prácticamente lo único medible en fósiles, tampoco hay evidencia indiscutible de evolución intelectiva, al menos son posibles otras interpretaciones. Los volúmenes medidos en australopitecinos, entre 435 y 562 cc, entran en el rango de variación propio de los antropoides. Tobias calcula los que pueden ser límites inferior y superior en la capacidad craneal de los australopitecinos en 280 cc y 717 cc respectivamente; 33 en cualquier caso, dentro de los márgenes medidos en monos antropomorfos. En la etnia erectus el volumen más pequeño medido es de 750 cc, que solapa con el mayor tamaño medido en gorilas y es muy próximo al volumen mínimo encontrado en un humano actual, tal y como hacíamos referencia anteriormente. Pero el límite superior de volumen medido en esta etnia se corresponde perfectamente con el abanico de variabilidad en el hombre actual en un lugar intermedio. Si lo que consideramos son los neandertales y cromañones, estos superan frecuentemente la media de los valores actuales (véase Tabla 2.1).

- 15 -

Tabla 2.1. Capacidades craneales.

S IMIOS Chimpancé 400 cc Gorila 500 cc Orangután 400 cc

A USTRALOPITECINOS Sts 5 485 cc Niño de Taung 405 cc O.H. 5 530 cc

H OMBRES FÓSILES KNM-ER 1.470 755 cc KNM-ER 3.733 850 cc Hombre de Broken Hill 1.280 cc Cráneo 4 de Atapuerca 1.390 cc Cráneo 5 de Atapuerca 1.125 cc Skhul V 1.520 cc La Ferrasie I 1.689 cc Shanidar I 1.600 cc Cromagnon 1.600 cc

H OMBRE ACTUAL Tasmanos 1.350 cc Mongoles 1.500 cc Melanesios 1.250 cc Tribus indígenas de California 1.320 cc Aleutianos 1.470 cc Andamaneses 1.200 cc Pigmeos filipinos 1.340 cc Pigmeos Semang 1.250 cc Europa central 1.430 cc Noruego 1.390 cc Negro surafricano 1.340 cc Sioux 1.430 cc Pueblos 1.275 cc Tribus indígenas de Florida 1.375 cc Media en hombre actual 1.375 cc

Es posible que las diferencias entre erectus, por una parte, y neandertales y actuales, por otra, sean similares a las recientemente descubiertas diferencias entre el gato montés español, Felis silvestris tartessia, y el gato doméstico, Felis catus. Ambos tipos de gatos parecen ser dos formas surgidas de un parental común que bien podría ser el gato montés. Los dos son prácticamente el mismo animal pero con diferencias de tamaño: el gato doméstico es claramente más pequeño que la variante silvestre. Pareja a la variación del tamaño corporal, hay una variación en el tamaño del cerebro. Los veintisiete gramos de cerebro del gato doméstico son treinta y cinco en el silvestre, como media. Sabemos que el comportamiento de ambos tipos de gato no es idéntico, lo cual puede suponer diferencias cerebrales, pero ambos pueden ser reconocidos como gatos, sin duda. En los dos se han estudiado, y comparado histológicamente, diferentes elementos neurológicos implicados en la visión; pare-

- 16 -

This article is from: