despreciarse las posibles implicaciones debido a carencias producto de una alimentación deficiente y una piel oscura que impidiese el efecto de las radiaciones sobre la provitamina D.
El volumen y la complejidad del cerebro Parece lógico pensar que si el órgano que determina la capacidad intelectual es grande, sus cualidades serán grandes y su poseedor las manifestará. Es una práctica general la determinación del volumen de la cavidad craneal para que, de un modo sencillo, se puedan aproximar los fósiles a las características psíquicas del que fuera ser vivo. Sin embargo, no está clara la relación entre tamaño cerebral e inteligencia, con la salvedad de las patologías, y es por esto que, a falta de investigaciones clarificadoras, debemos defender que las diferencias cualitativas y no las cuantitativas son las que marcan las diferencias entre el hombre y cualquier otro ser, lo cual sí está demostrado.29 Cuando se estudia un cráneo, en lo que a volumen se refiere, no suele considerarse que además de neuronas hay otros elementos que se acoplan en la misma cavidad y que intervienen en su formación. El espacio ocupado por estas otras estructuras o fluidos no neuronales es variable según los individuos, lo que determina que a un mismo tamaño cerebral puedan corresponder diferentes volúmenes craneales. Membranas, vasos sanguíneos, líquidos, etc., pueden ocupar entre un 10 y un 33% del volumen total. Si contamos con el cerebro, además del cráneo que lo albergaba, podremos conocer la relación real entre ambos, continente y contenido, pero será imposible conocer esta relación si sólo contamos con el fósil. También varía el volumen cerebral según el tiempo que pasa desde la muerte del individuo hasta que se puede llevar a efecto el análisis del cerebro. La conservación que se ha dado al cerebro puede hacer variar hasta un 10% su peso.30 Con la edad también cambia el peso cerebral, con un decrecimiento progresivo.30 Si lo que hacemos es establecer una relación entre volumen craneal e inteligencia, para casos concretos, es fácil demostrar que ambos factores no son directamente proporcionales. El escritor francés Anatole France tenía un volumen cerebral que no superaba los 1.100 cc, por debajo de la media en el ser humano actual, sin embargo lord Byron superaba los 2.000 cc, muy superior a la media. Los límites de tamaño del cerebro en humanos no se conocen, pero sí se conocen cifras realmente sorprendentes. El límite inferior es quizá el más significativo; Raimond Dart encontró como cráneo más pequeño de los conocidos el de una melanesia que, por lo que se sabe era normal, cuyo volumen cerebral no superaba los 790 cc, unos 40 cc más que la mayor capacidad encontrada en un simio.31 Queda claro pues que no es el mayor tamaño del cerebro lo que hace al hombre, sino que son la estructura y organización del órgano, determinadas genéticamente, las que marcan las diferencias con los antropoides, no suponen tan sólo un mejor desarrollo de lo ya existente en el simio, sino la existencia de características nuevas.32 Pero atendiendo al volumen del cráneo, que es prácticamente lo único medible en fósiles, tampoco hay evidencia indiscutible de evolución intelectiva, al menos son posibles otras interpretaciones. Los volúmenes medidos en australopitecinos, entre 435 y 562 cc, entran en el rango de variación propio de los antropoides. Tobias calcula los que pueden ser límites inferior y superior en la capacidad craneal de los australopitecinos en 280 cc y 717 cc respectivamente;33 en cualquier caso, dentro de los márgenes medidos en monos antropomorfos. En la etnia erectus el volumen más pequeño medido es de 750 cc, que solapa con el mayor tamaño medido en gorilas y es muy próximo al volumen mínimo encontrado en un humano actual, tal y como hacíamos referencia anteriormente. Pero el límite superior de volumen medido en esta etnia se corresponde perfectamente con el abanico de variabilidad en el hombre actual en un lugar intermedio. Si lo que consideramos son los neandertales y cromañones, estos superan frecuentemente la media de los valores actuales (véase Tabla 2.1). - 15 -