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Apéndice II. Homo habilis

El Homo habilis es una especie establecida y generalmente aceptada, aunque sus restos no sean abundantes.

En 1964, Leakey, Tobias y Napier describen una nueva especie, estableciendo como tipo de referencia el fósil O.H.7, que consiste en una mandíbula, con su dentición, un molar del maxilar, los parietales y siete falanges de la mano; todo ello atribuido a un mismo individuo. 181,182 Los paratipos considerados en esta primera descripción fueron seis, de los cuales O.H.16 ha pasado a ser un erectus para unos, mientras otros piensan que es de un australopitecino. 6 O.H.13 y O.H.14 se toman actualmente como pertenecientes a australopitecinos, Homo habilis, e incluso como erectus, según los investigadores. 6,112 Tres de los paratipos siguen siéndolo, aunque todos han sido puestos en duda en alguna ocasión. 6,95

Posteriormente, se han encontrado restos más completos: tal es el caso de O.H.24, que conserva buena parte del cráneo (véase figuras II.1 y II.2). 6,183 O.H.62, encontrado en 1986, 184 y el famoso y controvertido KNM-ER 1.470, 185 que en un principio fue clasificado como habilis, para compartir ahora esta denominación con la de Homo erectus 20 y Homo rudolfensis. 95

Hay investigadores que opinan que hay heterogeneidad suficiente entre los componentes del grupo habilis para desdoblarlo en dos. Por un lado, los restos KNM-ER 1.590 y KNM-ER 1.470, que serían los de mayor tamaño, y cerebro mayor, a los que pasaría a llamárseles Homo rudolfensis, 95,186 y, por otro lado, los de cerebro menor y menor tamaño, tales como KNM-ER 1.813, O.H.24 y O.H.62, que seguirían siendo habilis. Nosotros creemos que los primeros son erectus, 20 y los segundos australopitecinos.

Fig. II.l. O.H.24 en vista frontal.

Evidentemente, si hay algo que falta es claridad. Los fósiles son llevados de aquí para allá.

Otros restos anteriormente descubiertos han tratado de atribuirse a la especie habilis, tales como Meganthropus palaeojavanicus, 145 algunos Sinanthropus, etc. 112 Pero no se han aceptado, generalmente, miembros asiáticos para esta especie africana.

La anatomía del Homo habilis no nos permite concluir que posea el rango de humano, y sí creemos que se aproxima más a los australopitecinos. Su cerebro parece ser algo mayor que en los australopitecinos, pero es menor que en erectus. La dentición parece más próxima a la de los erectus, aunque sin unanimidad al respecto.

Son muy pocos los casos de correspondencia segura entre cráneos y esqueleto poscraneal, lo cual ayuda a enturbiar aún más el asunto.

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Fig. II.2. O.H.24 en vista lateral.

Los restos del fósil O.H.35 corresponden a una tibia y un peroné, atribuidos al Homo habilis, pero no por todos los investigadores. Algunos los han incluido entre los Australopithecus africanus y otros entre los robustus. 187,188

Para Lovejoy, estos restos entran en la variabilidad del hombre actual; hay características que no se han encontrado nada más que en humanos, y considera que pertenecieron a un ser con un avanzado grado de bipedismo. Aun así, sin descartar el bipedismo, éste no debió de ser total, suponiéndole la capacidad de una trepa ágil. 188

Las falanges del O.H.7 presentan profundas marcas de inserción de los músculos flexores digitales superficiales, como en el chimpancé, lo que posiblemente suponga una actividad trepadora importante. 7

Del fósil O.H.62 se desprende que la estructura del húmero se corresponde más con el tipo simio que con el humano, igual que ocurre con la relación entre peso y estatura. 189 También el cráneo de este fósil es similar al de Stw 53, 184 al que suele relacionarse con el Homo habilis, pero cuya estructura facial ha sido reconocida, en ocasiones, como propia de Australopithecus africanus, sobre todo en lo que respecta a la dentición, manifiestamente australopitecina. 186 En general, su esqueleto poscraneal, en lo que refiere a las proporciones y tamaño, es muy próximo al de Lucy, A.L.288-1, un australopitecino.

Desde un principio, algunos paleoantropólogos han planteado la posibilidad de que Homo habilis no sea más que una variedad de los australopitecinos descritos con anterioridad. 6,115,190,191 Otra vez se plantea el problema de la variabilidad como pendiente de solución.

Tampoco hay evidencia contundente de la atribución de implementos a esta supuesta especie. Sus restos se han encontrado junto a restos de erectus, 114 y es a estos últimos a los que atribuimos la paternidad de los instrumentos que se han encontrado junto a ellos.

Vista la clara indefinición en la que están sumidos estos restos, hemos preferido no incluirlos en este escrito. Aunque para el evolucionista, suponen el paso de los australopitecinos a el hombre, no está probado que sean siquiera diferentes a otros fósiles descritos y, por otra parte, coexistieron con australopitecinos y erectus, con el problema que esto supone para las tesis evolucionistas.

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